martes, 6 de febrero de 2018

MI ÚNICO AMIGO...22ª


                                                              MI ÚNICO AMIGO


Vishous y Butch Fated

Dos días mas tarde Butch había entendido que por precaución y seguridad, por haber niños en la Mansión lo mejor era quedarse en mi ático. Fritz había traído algo de su ropa, llenado la nevera de cervezas, agua y recipientes con comida casera hecha por el mismo. También había traído una buena remesa de mi vodka y el whisky que le gustaba al poli.

Mientras se duchaba hice una llamada.

— Señor Vishous,¿que desea?

— ¿ Conoces algún joyero de confianza?

— Si.

— ¿Podrías quedar con el antes de que amanezca y después de patrullar?

— Por supuesto, señor.

— Quedamos en la casa después de la patrulla.

Colgué y lo deje sobre la barra. Ponía unas copa cuando escuche el grito del poli en el baño. Corrí y abrí la puerta con un fuerte golpe. Al entrar la visión me hizo ir hacia Butch. Estaba caído sobre el frio piso de azulejos y con una mejilla pegada a la taza del váter.

Mierda que V me viera así era vergonzoso, pero por otro lado me alegraba de verlo. Aun estaba muy débil y había quedado muy patente en ese momento. Joder por mas que había intentado ponerme en pie, no pude y el golpe al caer había dolido.

— Amigo si no te gustaba el piso del baño haberlo dicho.

— Quería verlo mas de cerca para darte una opinión.

Metí mis brazos por debajo de sus axilas y lo levante con facilidad sentándolo en un taburete que tenia en el baño.

— ¿Te ayudo con la ducha?

— Si, por favor.

Lo desnude con cuidado y observe que le saldría un buen morado por el golpe al caer. Pase un brazo suyo por mi cuello y con uno mío lo agarre por la cintura. Despacio caminamos hacia la ducha y deje salir el agua fría. Cuando el agua caliente empezó a fluir lo metí dentro. Sin pensarlo me metí con él y lo empecé a enjabonar con cuidado de no hacerle mas daño. Subí unos grados la intensidad del agua caliente y me tome mi tiempo para bañarlo. Unos minutos después cerré los grifos.

— ¿Te puedes mantener?

— A duras penas, pero si.

Asentí y me salí del habitáculo, fui a por unas toalla para el y otras para mi, mas dos pantalones de pijama negros. Lo seque y lo vestí. Lo lleve de la misma forma de nuevo hasta el taburete y me ocupe de mi. Metí todo en la cesta de ropa sucia y volví hacia su lado.

— ¿Te llevo a la cama como te lleve a la ducha o te cargo?

— Me he perdido todo el respeto hoy, así que me da igual.

Omitiendo sus palabras lo cargue y lo deposite sobre la cama. Hice que me mirara una vez que estuvo cómodo. Mi cabreo era muy notable.

— No te has perdido el respeto hoy, ni nunca...estas débil y necesitas ayuda, en unas semanas estarás como nuevo y necesitar ayuda no es un pecado, pedí perdón por necesitar ayuda si. Eso me lo dijo un irlandés bocaza hace tiempo.

— Touche amigo. Necesitarte para todo es una mierda.

— Date tu tiempo y todo volverá a la normalidad.

— Todo no.

— Confía en mi, todo.

El momento estaba siendo muy incomodo para mi, no quería hablar nunca mas de lo que uno de esos cabrones huele mierda me hizo, no una sino varias veces. Tosí.

— ¿No tienes que ir a patrullar?

— Si, pero antes de irme vas a cenar, pon algo en la tele mientras me visto y se calienta la comida. Por cierto no vendré hasta mañana en la noche, quiero revisar unos libros mas.

Que no me contestara con una de las suyas me hizo estremecer. Si el poli perdía esa alegría suya que a veces me ponía de los nervios, pero que extrañaba cuando no lo oía, seria una muy mala señal...el lado oscuro le daría la bienvenida y no para nada bueno. Sus ojos ya no tenían la chispa de antes.

Cenamos en silencio, oyendo sin oír la tele y en cuanto salió por la puerta como pude me levante y fui a por una botella de whisky y un vaso. Un buen remedio para una larga noche y un largo día hasta que volviera.

La patrulla no había ido todo lo bien que se esperaba, así que como tenia tiempo revise las Crónicas, eran dieciocho volúmenes de los que me quedaba uno por mirar, de la historia de los vampiros de mi raza en Lengua Antigua. Eran de los mas aburrido, hasta la muerte, pero necesarios leerlos. Cuando la hora que había pactado con el hombrecillo llego, ya casi me había terminado el ultimo volumen y no había hallado nada todavía.

El mayordomo fue puntual. Metió en el navegador la dirección y una hora después estábamos dentro de una joyería no muy grande y de uno de nuestra raza que era de la misma edad que Fritz y muy amable. Lo que mas me llamaba la atención eran las piezas antiguas que tenia por joyas, pero no veía nada que me impactara.

— ¿No ve nada que le guste?

— Aun no.

— ¿Busca una joya mas especial?

— Si, una cruz antigua con su cadena, es para un macho.

— ¿Algún precio en particular?

— No me importa el precio, me importa la pieza en si.

— Vengan por aquí, por favor.

El hombrecillo que dijo llamarse Evans, tocó el fronte de una estantería con jarrones chinos antiguos y una puerta secreta se abrió. Encendió una luz y lo seguimos por unas escaleras de hierro, llegamos a una estancia que se hizo visible al encender otra luz.

— En este lugar guardo las creaciones que hago yo con mis manos, joyas nunca vistas y únicas...no hay dos iguales. Creo tener lo que busca.

Abrió un ropero y saco una caja de terciopelo negro que cuando la abrió supe que eso era lo que estaba buscando.

— Esta es.

— Pues es suya...su precio es...

— Fritz hará el pago. Gracias por abrir para mi en estas horas tan inciertas — mire al hombrecillo de la casa, que sonreía como un tonto — pagarle su valor y una propina.

— ¿Se la envuelvo?

— No hace falta.

Sin mas palabras salí a la calle y me metí en el coche para admira la joya en soledad. Era perfecta para el poli, no iba a sustituir a la que le regalo su hermana fallecida, pero al menos no dejaría vacío su cuello, ni su fe y ni su corazón. Sin que él me lo dijera, no tener su cruz lo tenia vacío por fuera y por dentro. Guarde la caja en un de los bolsillos de mi pantalón cuando el mayordomo se subió y se puso en camino hacia la Mansión.

Estaba revisando lo que quedaba del ultimo tomo cuando divague que era hora de ir poniendo el mismo tipo de persianas que había en la casa. Saque el móvil y marque al poli mientras me frotaba los ojos.

— Estoy bien Vishous.

— De acuerdo.

Sin mas corte y me enfrasque en acabar el ultimo tomo y ver como podía ayudar a Butch.

No se me paso de largo como le había contestado a V, pero no tenia ganas de bromas, no tenia ganas de nada. Acostado y en la oscuridad toque mi cuello vacío, al arrancarme ese hijo de puta la cruz me había arrancado algo de mi alma y un trozo de mi corazón. No era por la joya en si, era por el significado que tenia para mi y como no sabia donde me habían tenido seria imposible buscarla. Maldito seas Omega. Maldita sea tu sangre y tu estampa.

— Juro que si no volvemos a encontrar te matare. — con ese mantra y llorando me quede dormido entre pesadillas y malos recuerdos.

Necesitaba dormir pero no podía, era urgente saber que le habían hecho al poli y porque. No dejaba de pensar lo asombroso que era que el Omega nunca había dejado nada dentro de un humano o uno de nuestra raza sin robarle su alma, pero con Butch lo había hecho con un fin y sin tener nada claro como iba acabar todo esto.

Pero fuera lo que fuera y como fuera, lo íbamos a enfrentar juntos. No lo iba a dejar solo aunque la Hermandad me lo pidiera.

Al fin la noche volvió a caer y no tarde anda en materializarme en la terraza de mi ático.

— ¡ Joder! Podrías avisar V.

— ¿Qué haces aquí fuera?

— Coger aire, me ahogo ahí dentro.

— O intentar suicidarte.

— Gracias por darme una mala idea y por el poco voto de confianza.

— No quería decir...

— Si querías decir lo que dijiste, pero no me importa. ¿Una copa?

Lo seguí sin entrar al trapo de sus palabras, quitándome el abrigo y las armas dejándolo todo sobre una esquina de la barra. Obviando su mal carácter en ese momento saque la caja y la deje frente a él. Se giro con mi vodka y me lo dio. Chocamos los vasos y por fin se fijo en la caja.

— ¿Que es esto?

— Ábrelo.

Sorprendido deje mi vaso y cogí la caja negra aterciopelada abriéndola. Sobre otro terciopelo pero de color crema reposaba una cruz muy antigua con su cadena de eslabones gruesos. Lo mire parpadeando mis pestañas y volví a mirar la joya. Era exquisita. Delinee con un dedo la forma y suspire muy hondo.

Me levante y saque la cruz con su cadena de su sitio seguro y envolví su ancho cuello con ella. Bese el hueco de su cuello y murmure.

— Espero que sea de tu gusto. No tiene el mismo valor sentimental de la que te arrancaron, pero se me hacia raro verte sin tu cruz.

— No se que decir, es tan magnifica...tiene el mismo valor, las dos han venido de personas que me importan — y quiero, pensé para mi — gracias Vishous y tienes razón me faltaba algo y ya no.

Me gire y lo bese,al sentir como me correspondía me abrace a su cuerpo. Luego nos quedamos unos minutos en silencio,un cuerpo pegado al otro.

— Y ahora poli,a la cama,te tengo que sanar un poco mas.

— Y yo que estaba pensando en caliente.

Se tumbo sonriendo y yo hice lo propio cuando la cruz brillo sobre su pecho. Le baje un poco el pantalón de pijama y me saque el guante dejándolo entre sus piernas. Puse mi mano sobre la mancha negra y empecé a darle luz.

— Todavía esta dentro de mi, puedo sentirlo.

— Estas evolucionando bien, al menos ya no hueles como ellos.

— ¿ No has encontrado nada?

— Nada aun pero conservo la esperanza.— teniendo en cuenta que no conocía esa palabra hasta que el poli llego a mi vida,ya era todo un logro.

— Y yo mi fe.

— Jane me llevo a la casa tu ultima analítica todo esta bien, también tus signos vitales y lo mejor es que tu sangre vuelve hacer roja.

Después de esas buenas noticias hubo una larga pausa de silencio ,rota con una pregunta hinchadas de dolor.

— ¿Soy un restritor?

— No.

— ¿Cómo lo sabes?

— Me niego aceptar esa posibilidad.

— Yo podría ser tu enemigo.

— Eso es pura mierda — me volví a poner mi guante, a tapar la mancha cabrona y me quede donde estaba.

Mi cuerpo temblaban de los pies a la cabeza y mis ojos empezaban a encender como mi mano antes tan oscuro pensamiento de que así podía ser. Me negaba aceptarlo.

— Vishous yo podría...

— Tú... no eres mi enemigo.

— ¿Cómo puedes estar tan seguro?

Descubrí mis colmillos y sisee con ira al tiempo que encaraba mi cara a la suya y lo hundía su cabeza sobre la almohada.

Mierda si no agradecía la jodida agresión, aun sabiendo que mi cuerpo no estaba sano del todo estaba ansioso por golpear y ser golpeado. Quería sangre, la de ambos. Entonces su voz y sus palabras sacudidas en mi cara me hizo añicos la idea de una pelea. Y sino me había quedado claro, su cuerpo me lo gritaba.

— Eres mi único amigo, jamás serás mi enemigo. Tu, no.

Estuvimos un rato así, enganchados con fieras miradas. Los músculos tenso. El sudor brotando por todos nuestros poros. Mi cuerpo a punto de ser una antorcha y el del poli tenso como una cuerda de guitarra, lo cual no era nada bueno, para la recuperación de sus heridas. Estábamos a punto de caer al agujero del abismo.

No se quien abrazo primero a quien. Solo queríamos olvidar. Nos estrechamos con fuerza. Mi coraje se disipo y su cuerpo volvió a la normalidad. No se como lo hizo pero termine sobre el, con mi cuerpo entre su piernas sin soltar al fuerte abrazo.

— No eres un restrictor poli...tú aun tienes alma y un corazón que late con brío.

— Puede ser que ese hijo de puta no pudiera terminar el trabajo por lo débil que estaba.

— A eso no te puedo responder. He estado mirando todos los libros a mi alcance y no hay nada e incluso mire Internet y nada — exhale una profunda respiración — Lo descubriré. De alguna manera, por algún camino encontrare la solución.

— ¿ Has tratado de ver que se avecina?

— ¿ El futuro?

— Si.

— También y nada tampoco. Mierda necesito dormir, la cabeza me va a estallar.

Me levante oyendo su gruñido por separarme y fui a cerrar las cortinas. Apague la luz y volví al mismo sitio. Sus brazos me rodearon como tenazas y yo lo agradecí. V, se medio levanto y cubrió nuestros cuerpos con el edredón negro.

Con el cuerpo del poli entre mis brazos, mi cuerpo se aflojo y mi mente se relajo, notando como me iba quedando laxo, menos en el agarre de mis brazos me deje vencer por el sueño.

En cuanto note la respiración pausada de V, cerré los ojos y deje que el sueño se hiciera dueño de mi. Saberme a salvo en sus brazos me haría tener una noche de sueño tranquila.

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