martes, 22 de agosto de 2017

CADA OVEJA CON SU PAREJA...13ª


                                                 CADA OVEJA CON SU PAREJA



Butch y Vishous Fated

Corrí desesperado hacia la terraza apoyando mis manos en la cornisa y gritando su nombre como un loco me asome al vacío no viendo nada. Seguí gritando su nombre hasta que las lagrimas rompieron mi aliento y solo solloce. Fui consiente en mi locura que a la altura que estaba seria imposible oír el ruido de un cuerpo al caer y chocar con el duro asfalto. Gire mi cuerpo apoyando mi espalda en el filo de la cornisa, resbale hasta que mi culo pego con el suelo de la terraza. Subí mis piernas, doblando las rodillas y tape con mis manos la cara mientras lloraba.

No controle el tiempo que me quede así. Me levante secando mi congestionada cara y seque con furia las lagrimas...ese puto cobarde no se merecía que llorara por el, a la mierda. Empecé a dar vueltas por la terraza controlando en mi cabeza y de mil maneras como iba a dar la noticia al resto de la casa. Como ex detective de homicidios estaba mas que acostumbrado a dar malas noticias, pero esta loca muerte me tocaba de cerca. Como había sido capaz de hacerlo y dejarme solo.

Me gire en la ultima vuelta para salir por la terraza en busca de mi móvil que estaba en la chaqueta de cuero que había dejado en el respaldo de un taburete cuando el cuerpo de Vishous apareció de la nada delante de mi. El brillante de su cuerpo desapareció, pero el de sus ojos no. Me quede parado sin quitar mis ojos de el y di gracias a Dios porque la cordura hubiese vuelto a el. Pero una rabia encorajada se fue apoderando de mi.

— No pude hacerlo...por mas que me odie a mi mismo, no quiero morir.

— Me importa una mierda y de no ser que me matarían sin adornamientos tus amigos, seria yo quien te tiraría por ese borde yo mismo.

Eso era una mentira bestial, pero mi rabia se había apoderado de mi sangre y esta empezó a correr como un río de lava caliente y sin freno. El susto, el miedo de haberlo podido perder y el cabreo era un trío que hacia una mala combinación. Me tire hacia el. Mi puño se estrello en su cara y seguí golpeando su cara y cuerpo. con cada golpe salimos de la terraza y yo no dejaba decirle cosas.

miércoles, 16 de agosto de 2017

EL ÁTICO...12ª


                                                                    EL ÁTICO


Vishous y Butch Fated

Habían pasado seis meses de locura desde la vuelta de Jane que trajo con ella la vuelta del hermano Thor acompañado de un ángel, lo que nos faltaba en la casa. Lo de Thor más que una vuelta fue un ir a buscarlo. El encuentro entre padre e hijo fue memorable. Pero como siempre todo lo bueno viene acompañado de cosas y noticias malas. La banda de los Bastardos estaba en la cuidad dando por culo y para seguir con la mala suerte mi mente se había fusionado en un cortocircuito permanente lo que me tenía más loco de lo normal y con los nervios a flor de piel.

La culpa por lo que le había sucedido a Jane era mala compañera de viaje y me estaba matando lentamente y roído la poca alma que me pudiera quedar intacta. A esa culpa súmale la culpa de pedirle un último y único beso al poli a modo de despedida de mis sentimientos por él. Craso error, esos sentimientos no solo no habían muerto sino que habían empujado para sacar fuera de mi roto corazón los que tenía por mi hembra y volver a ocupar su sitio.

La maldita culpa no estaba teniendo piedad conmigo y era una punta bomba de relojería a punto de estallar.

— Vishous cariño, trabajaré toda la noche en Lugar Seguro.

— De acuerdo.

— ¿Estas bien?

— Sí.

— Me marcho.

No oí el tintineó del código cuando se marcaba. Levante mis vista de los ordenadores y estaba frente a mí.

— ¿Necesitas que te lleve?

— No, necesito que hablemos a mi vuelta.

Sin esperar respuesta mía se fue y esta vez no solo oí el teclear sino también el portazo que pego a la puerta. Me sentí un puto cobarde miserable por no ser haber sido sincero con ella. Me fui hundiendo en un hoyo tan negro como mi vida y tan lentamente que empecé agobiarme. Cerré el ordenador donde estaba trabajando, me levante cogiendo las llaves del coche y mi abrigo de cuero. Salí de lo que ahora consideraba mi prisión. Y mi fui a mi refugio.

Mi ático siempre era mi lugar seguro y secreto, donde era yo por completo.