miércoles, 28 de octubre de 2020

NOCHE DE SANGRE by LOS FATED


                                                         
                                                               NOCHE DE SANGRE

                                       




Corría el año 1887 y mi buen amigo Watson y yo no dábamos abasto con los crímenes que se estaban sucediendo en Londres. A las prostitutas abiertas en canal que aparecían noche si y noche también ahora teníamos que sumar la muerte de personas independientemente de su clase social y de si eran hombres, mujeres o niños o niñas. Estas muertes eran extrañas, ya que acababan sin una gota de sangre en sus venas y todo hacia presuponer que era debido a dos incisiones ocasionadas no solo en el cuello de las victimas sino también donde estaban las arterias principales que conducían la sangre.

Todo era muy extraño o no tanto si teníamos en cuenta que era el maldito mes de Halloween y donde la fina línea de real y de lo irreal se cruzaba. También era una noche donde los asesinatos se doblaban y ni la policía ni nosotros dábamos abasto.

Hacia solo una hora que había llegado a casa y me hallaba inmenso en la lectura de unos seres llamados vampiros, leyendas urbanas, Bebía un té muy calentito cuando Watson entro en mi despacho.

— Buenas noches Holmes.

— Buenas noches Watson. ¿Alguna novedad en el depósito?

— Dos prostitutas más abiertas en canal y sin algunos órganos. Y dos familias más desangrados completamente. Seguimos en el mismo punto de partida, sin pistas y sin huellas. ¿Qué lee?

— Sobre seres mitológicos que bebían sangre clavando dos afilados colmillos en las arterias más importantes del cuerpo humano, pero son mitos, leyendas urbanas.

— ¿Hay fotos de las marcas de esos colmillos?

— Si y son las mismas que hemos encontrados en los cuerpos de las familias asesinadas. Pero es imposible a no ser que alguien haya fabricado esos colmillos y en su locura piense que es un vampiro. Watson, tenemos dos rompecabezas sin cabezas.

— Sera mejor cenar e irnos a dormir por hoy. Vampiro, ¿es el nombre de esos seres de leyendas? — le pregunte a Holmes camino del comedor.

— Sí, he de buscar de donde viene ese nombre.

— Eso será mañana amigo mío.

Me costó coger el sueño que se volvió temeroso y oscuro con pesadillas que me habían hecho sentarme de golpe en la cama y despertar sudado e intranquilo. Me puse el batín y me fui a la biblioteca, me serví un coñac y busque otro libro. Encendí la lámpara pequeña y me senté en mi cómodo sillón orejero de cuero.

Llevaba una hora sentado, absorto en la lectura cuando sentí pasos. Me puse tenso en mi sillón hasta que divise en el umbral de la puerta de la biblioteca a mi estimado Watson.

— Sírvase un coñac y hágame compañía. Hoy el sueño nos esquiva a los dos.

Hice lo que me dijo y me senté frente a él pero antes prendí lumbre a la chimenea. Holmes era como un perro sabueso que cuando trincaba a su pieza no la soltaba. Y lo que quiera que tuviera entre manos nos iba a llevar horas.

miércoles, 21 de octubre de 2020

DOMINACIÓN...37ª


                                                             DOMINACIÓN



Este capítulo tiene escenas muy explicitas y un poco duras de Bondage. Dejamos de vuestra mano si queréis leerlo o no. Gracias.


                                                     




Butch y Vishous Fated

Estuve mirando videos por un tiempo, el mismo que hacía para que V se durmiera, pero joder ser un Amo Dominante no era nada fácil pero tenía que demostrarle a mi macho que podía hacerlo o volvería a salir a que unos malditos humanos o restrictores lo volvieran a golpear. Ya estaba bien de videos y de buscar información, era hora de pasar a la acción. Tiré el móvil sobre mi cama y me puse un pantalón de pijama largo, dejé mi cruz sobre la mesa de moche y me fui hacia la cocina cogiendo una cuchara de madera. Girando sobre mis talones me encaminé hacia su habitación. Entré y me posicione a los pies de su cama. Esperaba que mi voz fuera más fuerte y dura de lo habitual.

— ¡Despierta maldito cabrón!

Me había costado quedarme dormido, el dolor me lo había estado impidiendo porque aunque había bebido de su sangre estaba curando muy lentamente por dentro y por fuera y de eso hacía dos días. Y gracias también a las cuatro botellas de vodka que me había bebido y me habían adormilado. No me había atrevido a pedírselo al poli que no se había dado cuenta que hacia días que me había alimentado de su vena y porque con lo de Payne y el abismo que se estaba abriendo entre los dos no tenía valor. Estaba en lo mejor de mi sueño cuando una voz dura y potente me dio una puta orden. Abrí gruñendo los ojos y mi macho estaba a los pies de mi cama.

— ¡Vete al diablo y déjame dormir!

— Te he dado una jodida orden y la vas a cumplir. ¡Despierta!

— Sal de mi habitación o juro por el único huevo que me queda que te golpearé.

Tiré de la sábana negra y lo deje desnudo como dormía a la vista. Me hice hacia delante y agarré el conjunto de su sexo apretándolo hasta hacerle daño.

— Vas hacer lo que te ordene — con la mano libre y que aguantaba la cuchara de palo le golpeé el estómago— vas a obedecer mis órdenes y durante todo el proceso guardarás silencio y serás un buen sumiso o volveré a golpearte. ¿Me has entendido? — volví a colocarme en la posición inicial.

Maldito cabrón, ¿qué mierda le pasaba? Yo sumiso ¡y una mierda! Obedecer y callar, ni en tus sueños lo veras.

— ¿Qué cojones te pasa? Salte de aquí de una puta vez.

Antes de que se diera cuenta me tenía a su lado derecho y mi mano apretaba su maltrecho cuerpo mientras intentaba zafarse del agarre.

— Querías un Amo, ya lo tienes…y por mi puta vida que vas hacer lo que te digo o te castigaré.

Su agarre era tan fuerte que no podía escapar de él. Se me olvidaba a veces la fuerza que había adquirido al doblar su cuerpo con la Transición. Al mirarlo a los ojos vi en ellos su determinación y su decisión tomada sí importa si me gustaba o no. Asentí no podía hablar.

domingo, 11 de octubre de 2020

DESTRUCCIÓN...36ª



                                                                DESTRUCCIÓN


                                




Butch y Vishous Fated

Vishous ya debería estar en casa, los nervios me comían. Faltaba para el amanecer pero eso no calmaba mi nerviosismo. Aunque hubiese llamado a un sumiso ya hubiese acabado la sección.

— ¡Maldito genio y su comportamiento imprevisible! — maldije mirando mi reloj de muñeca por enésima vez.

Me había duchado y vestido con la idea de volver con el poli. Encendí un liado y apagué las velas saliendo del ático. La idea de regresar al complejo era de lo mejor, ahí estaba esperándome mi macho. Ese era mi firme propósito…solo que no llegué a cumplirlo. Me perdí en la noche buscando aplacar mi rabia y mi desespero. Tenía ganas de gritar, de pelear…de matar o que me mataran.

Rodeé la cocina y me dirigí hacia los ordenadores, poco sabia de ellos pero tenía que hacer algo. Por lo menos sabía usar el ratón para localizar el chip del G.P.S. Todavía estaba por la zona del Commodore.

Un minuto y medio después volvía a estar en el Escalade cruzando todos los límites de velocidad una vez más. Aparqué y el olor inquietante de restrictores sonó como una campanilla de Papá Noel en Navidad. El enemigo estaba cerca y eran varios. Se me erizó el pelo de la nuca y me sentí atrapado entre la maldita guerra que teníamos con esos cabrones y mi macho. Cerré los ojos y respiré profundo…mi instinto estalló como una granada, ¡Vishous!

Abrí los ojos subiéndome al coche y me deje guiar por la llamada hasta que los faros iluminaron un largo y estrecho callejón. La imagen heló la sangre en mis venas. Al fondo del sucio lugar se estaba desarrollando una pelea: tres albinos y un solo oponente que no presentaba batalla y se dejaba golpear y esos perros mal nacidos llevaban cadenas gruesas en las manos.

sábado, 3 de octubre de 2020

RABIA... 35ª


                                                                 RABIA


                                      



Vishous y Butch Fated

Que buena broma mami de los cojones. Genial, insuperable. Yo que creía que tenía superado los problemas con mis putos padres. Pero por desgracias solo uno estaba muerto, si la perra de la Virgen escribana siguiera el mismo camino yo hallaría la paz y el equlibrio.Sin embargo tal y como estaban las cosas en este momento me estaba volviendo…no había palabras para definirlo.

— Creo que el pasillo no es demasiado largo, ni esta lo suficiente lejos para mantener apartado de Manello.

— Estas comenzando a hartarme poli.

— No me estás diciendo nada nuevo y para tu información me importa una mierda. Tú no eres el problema ahora mismo, ni tampoco la solución. Debes hacerte a un lado y dejar hacer. Y lo más importante aclarar tus ideas, pensar y no reaccionar visceralmente una y otra vez.

— Es un puto humano desafiante y me pone tenerlo a solo una puñalada en el corazón o un simple apretón con mis manos en su cuello.

— Vaya novedad. Yo entré igual y fíjate has acabado amándome te guste o no. Y el único que debería ponerte soy yo o te golpearé hasta que mis nudillos estén en carne viva. Y si, es una amenaza.

— No puedo perderla.

— Y no lo harás si dejas al Doctor hacer su trabajo.

— Tengo que salir de aquí, necesito aire.

— De acuerdo.

Bendito poli que siempre sabía darme mi espacio. Abrí la puerta del Hueco y salí al patio. Mi mano brillaba de forma muy intensa…estaba a nada de perder el control así que me desmaterialicé al único lugar que iba siempre que me ponía así. Y aunque no quería ese destino es lo que había.

Al fin en mi ático todo cubierto de negro, hasta las velas. Lo había comprado hacia diez años cuando aún estaba en construcción. Siempre había mantenido un lugar alejado de la Hermandad. A lo largo de muchas décadas no solo había desarrollado una reputación entre mi raza sino que también había reclutado un rebaño de machos y hembras que necesitaban lo que yo podía darles. Les hacía sangrar. Les hacía gritar. Les hacía llorar. Y los follaba.