martes, 21 de agosto de 2018

LA HERMANDAD...35ª



                                  

                                                          LA HERMANDAD

                             


Butch y Vishous Fated

Me desperté con la boca pastosa, la lengua como lija, con un dolor de cabeza que martilleaba mis sienes y otro dolor en la cara como si me hubiese pasado un tren en marcha sobre ella. Me senté en la cama y gruñí cuando todo mis viejos huesos me recordaron la puta pelea con unos moteros, al pasar mis manos por mi jeta dolió por ese simple gesto. Sin quererlo empecé a recordar todo y volví a gruñir. Los recuerdos me decían como había amanecido y se notaba que mi aun parte humana había tomado el control a la hora de beber como un cosaco, aunque me había costado y las consecuencias no eran como cuando no era mestizo…el dolor se sentía multiplicado por mí y el estómago revuelto parecía una lavadora que no paraba de dar vueltas.

Me levante de mala gana ya que aún era de día y fui directo al wáter a vomitar y luego a la ducha. Solo me faltaba un buen, mejor una cafetera de café oscuro, cargado y sin azúcar.

Oí al poli despertar por todo el ruido que hacía y porque tenía un oído en extremo demasiado fino para mí gusto. Me levante de los ordenadores y fui a preparar una cafetera de café tal y como le gustaba y tal y como la iba a necesitar para lidiar con la resaca. Mientras el café se hacía le prepare un brebaje para calmar un poco su dolor de cabeza y que pudiera seguir durmiendo aún era muy temprano. Esperaba no tener una pelea, no tenía ni ganas y no estaba de humor y mucho menos para dar unas cabronas explicaciones… ¿Cómo no se me había ocurrido pedirle la llave de vuelta? Ahora sería absurdo.