viernes, 22 de septiembre de 2017

AMISTAD ROTA...14ª


                                                                 AMISTAD ROTA



Butch y Vishous Fated

Me desperté como si hubiese corrido una maratón, cansado, con las nalgas doloridas pero muy satisfecho. Si abrir los ojos y sonriendo, toque el lado de la cama que mi cuerpo no había ocupado y al notarla fría y sin nadie gruñí y abrí sentándome de golpe en la cama. Mis nalgas protestaron pero me importo una mierda.

Mis ojos picaron y los froté negándome a soltar ni una puta lágrima, no era una mujer. Maldito chupa sangre sin maldita sutileza, sin entrañas y vacío por dentro. La puta estampa de ser yo un necio y un bobo con ínfulas de importa a alguien. Aparte la sabana de forma brusca y me fui derecho a la ducha.

Ni puto caso a la erección mañanera y ojala le pique el culo una tarántula y se le infle como un globo por desconsiderado.

— ¡¡A la mierda el chupa cabras ese!!


Llevaba como tres horas despierto y buscando en mis ordenadores sin saber muy bien que era lo que buscaba. Pare para un descanso y hacer café,el poli estaba a punto de levantarse. Mientras preparaba la cafetera no dejaba de pensar en lo que había sucedido. Bueno realmente me quede dormido pensando en eso.

Me sentí culpable por no evitarlo por un lado, pero por el otro que me maten si no ha sido lo mejor que me ha pasado después de conocer a Butch. Sentí la puerta de su habitación abrirse y le di mas mecha para que subiera.

Coloque una taza y se lo prepare como le gusta, solo, fuerte y con una pizca de canela.

— Buenos días poli.

Al salir al salón el olor de café recién hecho me hizo casi gemir y al mismo tiempo sonreír. Al ver quien venia con la taza en la mano hacia mi,la sonrisa se fue a tomar por culo. Acepte el café y cogí la taza de mala forma y sin mediar una palabra. Ese bastardo no se merecía ni unos buenos días decente.

Todo servicial y complacido de serlo con Butch, otra faceta que desconocía podía tener, me dirigí hacia el con el café en la mano. Su sonrisa se esfumo y me arrebato la taza de malas formas. Ni siquiera me dio los buenos días. ¿Qué cojones le pasaba ahora? Seria que se había arrepentido, si era así la cosa era seria y yo estaba en problemas.

Puto miserable bastardo. Estaba que echaba humo y el como si nada. Me bebí el café que no deguste como siempre de la mala leche que tenia. Fui a la cocina, lave la taza y la deje en el escurridor. Me quede con las manos apoyadas en el fregadero contando hasta cien.

Bueno ya me contaría lo que le pasaba. Me volvía hacia mis ordenadores cuando lo vi con los puños blancos agarrando con fuerza el fregadero y en pose de rabioso y a la defensiva. Así se ponía cuando salíamos a luchar o peleaba. Mi instinto pito como una ruidosa alarma. Algo no andaba bien con el poli, y no lo vi antes porque estaba contento, extraña palabra para mi. Fui hacia la cocina y me quede frente a el una distancia prudente.

— Poli, ¿va todo bien?

Hubo un largo y áspero silencio. Un silencio que no presagiaba nada bueno.

Deje de contar cuando oí su voz y porque ya iba por quinientos y mi cabreo no se disipaba.

— Que considerado al preguntar...¡bastardo!

— ¿A que viene eso?

Me gire echando espuma por la boca y sin soltar el fregadero porque sabia de lo que seria capaz cuando mi cabreo pasaba del nivel 5.

— Ni yo trataba a las putas que me tiraba de la forma que tu lo has hecho.

Mi cuerpo se tenso y me puse en alerta y a la defensiva.

— ¡Alto ahí poli!, no te puse una daga en el cuello, ni abuse de ti. No te obligue a nada.

— ¡ Maldito hijo de puta! — señale al sofá — no hablo de lo que paso ahí, hablo de después.

— No te hice nada mientras dormías, no soy un pervertido violador — algo se revolvió dentro de mi ante un recuerdo del campamento de mi padre.

— No, eres peor que eso Vishous. Me dejaste la cama y solo. Tirado como un trapo de cocina usado. Como si no fuera nada para ti.

— Escúchame bien poli,yo no soy de abrazos, ni de arrumacos y muchos menos de dormir abrazo a nadie.

— ¡¡Yo soy el poli!!

— ¡Y que! Tuvimos buen sexo y ya esta. Después cada uno a su cama.

— Vamos a ver para que yo lo entienda...¿ De haber pasado en mi cama, te hubieses largado a la tuya al terminar?

— Si.

— ¿Y de haber pasado en tu cama,me hubieses echado a la mía antes de quedarme dormido?

— Si.

— Pues vaya que afortunado que fui que paso en el sofá y no me dejaste tirado como un perro.

— No hagas un drama de esto poli, no fue para tanto.— gruñí.

— Pues la próxima vez deja unos dólares sobre la mesa.— le devolví el gruñido.

El ambiente de la cocina se enfriaba por segundos y la tensión revoloteaba entre los dos. Mis puños estaban cerrados a mis costados y los de poli cada vez mas blancos mientras seguía agarrado al fregadero. Ambos cuerpos en tensión y a la defensiva.

— Recuérdamelo si se me olvida la próxima vez... así soy yo.

— Ahora entiendo mejor porque la doctora se canso de ti y te mando a la mierda.

— Mira la paja en tu ojo y no la viga en la mía...Marissa te cambio por un macho mejor y de nuestra raza, como tiene que ser.

— ¡Hijo de puta!...no vuelvas a tocarme en tu puta vida. No vuelvas a ponerme un dedo encima aunque el infierno se hiele. Y jamás en tu miserable existencia vuelvas hacerme una manada o a rozarme porque te matare.

En tres zancadas largas estaba frente a Butch y con mi rabia en su tope.

— No eres el único macho sobre la faz de la tierra. Los sumisos y sumisas de esta ciudad ,humanos y vampiros se pelean por estar conmigo. Y ni te preocupes de que vuelva a tocarte o siquiera sacudírtela cuando hayas meado. No te necesito para nada, humano.

— Bastardo infeliz. Medio hombre.

— Pobre y estúpido católico irlandés lleno de prejuicios de saldo barato.

Y la tormenta en forma de huracán V y B se desato. El poli cayo sobre mi como un tren en rápida e imparable marcha y los dos sobre la mesa del comedor que se rompió y nos hizo caer al suelo. Nos golpeamos duro y haciéndonos daño. esta vez no contuve mi potencia a la hora de golpear y me importaba una jodida mierda que era el poli y que era humano.

Rodamos por el suelo dando golpes y sentía como mi bazo y mi hígado, ademas de mis costillas y estómago aullaban cuando recibía los golpes de Vishous. El mamón no se estaba contiendo con su pegada y sino me mataba, mi cuerpo estaría para chapa y pintura nueva.

Quería no golpearlo tan fuerte pero mi rabia había ocupado el lugar de mi poca cordura. Con una sonrisa de lobo hambriento, note como el poli empezaba acuciar el cansancio y como su cuerpo y cara estaban mas golpeada que la mía y mi propio cuerpo. Quería parar ,no quería matarlo, pero sus palabras me habían hecho daño. Pensé que había hecho lo mejor dejándolo en su cama y resultó que no fue así y en vez de hablar se rebota conmigo y me suelta dardos envenenados por esa bocaza.

Mis músculos quemaban del sobre esfuerzo que estaba haciendo para no darme por vencido, pero los golpes que recibía me estaban pasando factura. Di gracias a Dios cuando el interfono por el que ladraba Wrath sonó.

— Damiselas a despacho en diez minutos...¡¡TODAS LAS DAMISELAS!!

Nos separamos y me levante teniéndole una mano al poli para ayudarlo, me la rechazo de un manotazo. Lo mire, gire sobre el tacón de mis botas y entre en mi habitación. Que se joda.

Después de rechazar la ayuda de V, me levante como buenamente pude y agarrándome de las paredes entre en mi habitación, del mismo modo fui hacia el baño. Con dolor me quite la ropa y entre en la ducha, puse el agua lo mas caliente que mi cuerpo podía aguantar y ahí me quede.

Al entrar delante del poli todas las miradas fueron hacia nosotros dos. Primero porque por primera vez desde que nos conocimos, cada uno entro por separado y porque ambas caras eran un poema de una buena pero brutal pelea. Pase de todos y me coloque en mi sitio de siempre, al lado del sofá donde Butch se sentaba. A la mierda sino le gustaba.

La entrada fue apoteosica,con todos mirando,eso sin sin preguntar y no por falta de ganas eso me constaba. El cabrón se puso en su sitio pero sin se pensó que yo me iba achicar,estaba muy equivocado. Mordiéndome el labio inferior y las costillas de la parte izquierda me senté. El olor a liado llego a mi y tuve una arcada.

— Esta noche se acaban las vacaciones,os toca patear culos albinos y traer alguna vasija. Tener cuidado ahí fuera y volver todos a casa. Eso es todo,largo de mi vista,y no quiero chistes Rhage grrrrrrr...todos menos Vishous y Butch.

En cuanto el despacho se quedo sin los hermanos, Wrath se giro en su enorme silla acariciando a su perro George.

— No se que tipo de fiesta habéis tenido y no me importa el porque, pero por el olor a sangre que me llega, los murmullos de las viejas del visillo y las emociones que capto de los dos, tuvo que se un buena fiesta. Lo que si me importa Vishous es saber si has olvidado que el poli es un humano y que lo podías haber matado. Tu y Rhage tenéis una potencia en los golpes brutal y peligrosa. Y por lo que noto en Butch, no te has cortado ni un milímetro.

— El se lo busco por bocazas.

— Te crees que esto es un patio de colegio, yo el directo y tu el acusica. — levante el abre cartas en forma de daga — no te he dicho que hables y hoy no estoy para tus insolencias V. Poli, te voy hacer esta pregunta una sola vez...¿quieres un rythe?

— ¡¡Y una mierda!! no es un hermano y no esta dentro de la hermandad. Además yo me he llevado lo mio, Butch no pega como una mujer precisamente.

— O te callas Vishous o seré yo quien te ofrezca el rythe.

— No Wrath ,no quiero un rythe. Los dos hemos sido unos bocazas y la consecuencia es la pelea. Y V tengo muy claro que soy humano, que no estoy dentro de vuestro circulo y cual es mi sitio en esta casa.

A pesar de estar ciego miro a V como si le quisiera arrancar el alma. Era curioso que hoy sus gafas no las llevara puesta y estuviera sobre una pila de papeles.

— Es tu decisión. Ve a que Jane te revise y sino estas en condiciones te quedas sin salir. En caso de que de luz verde, iras de patrulla con Z y tu Vishous con Rhage. Le diré a Fritz que te lleve algo de comer. Ve a que Jane te vea. Tu V, quédate.

— De acuerdo Wrath y no le ofrezcas un rythe en mi nombre cuando salga por la puerta.

— ¿Cómo has sabido lo que pen... no tiene importancia poli, pero ganas no me faltan. ¿Quieres que digan que te prepare una habitación en el piso superior?

— No, mi sitio esta en el pit y si a este cabrón le molesta, que se joda. Wrath puedes avisar a Fritz de que hay que cambiar algunos muebles.

— Lo haré, déjalo de mi cuenta.

En cuanto nos quedamos solo el rey fue a por mi yugular.

— ¿En que mierda estabas pensando? Animal.

— En nada.

— Eso lo tengo muy claro, que no pensabas. ¿Por que no se lo llevaste a Jane?

— No se dejo ayudar. Es una mula cabezota.

— Mira quien lo dice. Aun así tenias que haberlo obligado.

— No soy su madre.

— Eres su amigo.

— Conoces al poli cuando se ofusca, no ve mas allá de lo que tiene delante.

— Y también se como eres tu cuando te portas como un gilipollas y haces el necio. Lo podías haber matado. Si vuelve a pasar y lo golpeas con todo tu potencial, quien te ofrecerá el rythe seré yo, tienes mi palabra.

— ¿Algo mas?

— Si, desaparece de mi vista y reza lo que sepas para que el poli no tenga nada roto.

— Yo no pretend....

— Me importa una mierda lo que pretendías o no, pero cuida su culo ahí fuera o te pateare el tuyo tan fuerte que te mandare a la luna sin cohete.

— Olvidas que nos has separado.

— Por unos días, aunque con la golpiza que le has dado no podrá salir a patrullar en días.

Al salir del despacho iba recto al pit y cambien la dirección hacia la sala de curas. Al llegar la puerta estaba entreabierta y vi como Jane le ponía una venda compresora rodeando las costillas. Me quede plantado donde estaba, frotando mi pecho que dolía como nunca en la vida me había dolido. Ni siquiera cuando me hirieron.

— Has tenido suerte poli, no hay nada roto, pero tendrás que llevar la venda unos cinco días y nada de hacer esfuerzos. Te mandare ayuda para que te puedas duchar e iré a verte todos los días y como te pesque fuera de la cama, te meteré en ella de una bofetada.

— ¿No puedes contarle una pequeña mentira a Wrath?

— Ni puedo, ni quiero, debes guardar reposo y voy a tener una seria charla con V. Si la brecha encima del ojo derecho se vuelve abrir y sangra tendré que darle unos puntos y lo mismo la de la mejilla izquierda.

— De acuerdo, pero no hables con V, no vale la pena.

— ¿Quieres contarme lo que paso?

— Ni muerto, me moriría de la vergüenza.

— Serás tonto poli. Tomate los calmantes que te di, los dolores serán intensos.

— Seré un niño bueno.

— Mas te vale o la que te golpeara soy yo.

Sus carcajeas llegaron a mi y vi como el poli tenia dificultad para bajar de la camilla iba a dar un paso hacia delante para ayudarlo cuando entro el macho de Jane. Me miro y no dijo nada. Di media vuelta y corrí hacia el pit entrando en mi habitación.

Cinco minutos después oí ruido fuera y de seguido en la habitación del poli. Luego el silencio. Me tendí en la cama esperando la noche para salir a patrullar. Hoy los apestosos rectritores iban a lamentar verse la cara conmigo. Jamás me iba a perdonar haber hecho tanto daño a Butch, jamás.

Una vez en mi cama y solo, las lágrimas salieron solas a borbotones. Pensé que Vishous vendría a la sala de curas y se preocuparía de como estaba. Mi gozo en un pozo. Nada a amable se le podía pedir a este chupa sangres. Los calmante hicieron su trabajo y el sueño vino en mi ayuda.

Antes de salir de patrulla, abrí la puerta del poli con cuidado y mire como estaba. Por fortuna y gracias a los calmantes dormía como un bendito. Entre con sigilo y lo cubrí con la manta. Apague la luz encendida de la mesa de noche y salí dejando la puerta entreabierta.

Cuando salía del pit Fritz entraba con una bandeja de comida. Cuando vino con el almuerzo Butch dormía y no deje que lo despertara.

— Aun duerme Fritz.

— Es una cena fría, algo de fruta y un batido de arándolos que le gustan al señor Butch. Quería ponerle un poco de helado de lo mismo pero no quedaba. Se lo dejare sobre la mesa de noche y que lo tome cuando despierte.

— Perfecto, pero deje la luz de la sala encendida, no la de su mesa de noche, con la puerta entreabierta tendrá claridad suficiente.

— Señor Vishous, mañana llegan los muebles nuevos.

— Procura que cuando entren a colocarlos no hagan mucho escándalo y lo despierten, necesita reposo y descansar.

— Vendré con ellos y no los dejare hacer ruido alguno.

Asentí y salí, no había dado dos zancadas cuando gire y volví a pit. El mayordomo aun no había entrado en la habitación del poli.

— Fritz, venga a mirar como estar de vez en cuando hasta que vuelva.

— Pasare cada quince minutos hasta su vuelta.

— Gracias.

— No se preocupe señor Vishous,el señor Butch es un luchador y saldrá de esta.

Volví asentí con la cabeza y salí hacia la cochera con una brutal y doliente culpa columpiándose en mi alma negra.



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