jueves, 20 de abril de 2023

EL PURGATORIO...11ª


                                                                 EL PURGATORIO
                                    


Vishous y Butch Fated

En cuanto pisé las baldosas enmoquetadas del club las miradas de mis socios y hermanos nos siguieron hasta que vieron donde íbamos. El enlace mental se abrió con tanta potencia que por poco me salgo de mi piel, las quejas llegaron altas y claras.

— ¡Estás loco!

— Te vas arrepentir socio.

— Piensa mejor la puta locura que vas hacer.

— Da dos pasos para atrás en vez de uno hacia delante.

— Tienes las neuronas de pensar metidas en el culo… ¡gilipollas!

— Lo que vas hacer hay que meditarlo y no hacerlo en un arranque de locura o pasión.

Cerré el enlace mental e hice una seña a los dos vampiros que guardaban las puertas de hierro macizo. Se abrieron y el poli me siguió en silencio. A medida que bajamos las escaleras de caracol unas luces automáticas se encendían para marcar el camino.

Otra señal para que abrieran una puerta negra con adornos del color de la sangre y que estaba acolchada. Abrí el enlace mental solo para los que llevaban el bar de esta zona y pedí un whisky añejo y un vodka de los míos, solos, sin hielo. Cerré el enlace y entramos en el núcleo del Purgatorio.

A cada paso que iba dando detrás de V la curiosidad y respeto a partes iguales me iba acompañando sintiendo que iba camino del mismo infierno. Yo no era un tío al que le gustaran las sorpresas pero quería saber que se escondía tras esas puertas que guardaban con tanto celo y seguridad. Dos puertas que abrían esos dos mastodontes, siempre eran los mismos, como si nada y tenía claro que eran de hierro forjado. Me llamo la atención los dibujos y palabras, en un idioma que no conocía, incrustas sobre las dos puertas a fuego. Es que no había un maldito vampiro tirando a “normal” o sea sin esos cuerpazos y esas alturas. Era una pregunta que tenía pendiente de hacer a mis amigos.

Por fin después de un recorrido no muy extenso llegamos, se abrieron otras puertas, estas más normales, un whisky en mi mano y un silbido fuerte de admiración que hizo reír a quienes estaban detrás de la barra y a los que estaban por fuera e incluso al propio Vishous, bueno el hizo su mueca. A estas alturas ya dudaba de que supiera reír.

— Afirmo sin duda alguna que el negro es tu color fetiche. Gracias por la copa.

— De nada. Y si…el negro es como la oscuridad y yo me manejo muy bien en ella.

— ¿No hay luces en el pasillo que tenemos delante? — Las luces de la barra eran muy tenues— tengo la sensación que es enorme.

— Todas las luces de aquí abajo van como las que se iban encendiendo a medida que bajamos la escalera. Son al contacto, con sensores que las ponen en marcha cuando pisas la moqueta. También están en el techo. Y si, es largo y con habitaciones privadas a ambos lados y al final del pasillo esta la mía.

— Eso se llama ahorro energético.

— Y privacidad.

— ¿Fabricasteis esta parte?

— En parte sí. Los antiguos dueños tenían este lugar como bodegas y nosotros hicimos unas pequeñas reformas. Lo llamamos, bueno, lo llame…El Purgatorio.

— ¿Por qué ese nombre? ¿El hilo musical está en las habitaciones?

— Lo verás en un momento. Tomate la copa y fúmate un liado conmigo. No, sólo aquí y en el largo del pasillo.

Diez minutos y después de haber saboreado mi whisky y un liado con mi amigo nos pusimos en camino. Me fijé que las habitaciones se hacían notar con un número rojo marcado sobre las puertas. Sin esa marca difícil distinguir las puertas ya que se fundían con el techo y el suelo.

Fui contando y al llegar al final del pasillo el total había sido cincuenta puertas, bueno cincuenta una con la que teníamos en frente y sin número para saber que era una puerta. Aunque la ranura de plata podía ser una pista. V tenía que tener una llave electrónica como las de los hoteles. Pero ante la duda mejor preguntar.

— ¿Cómo se abren estas puertas?

— Al lado de la barra donde hemos estado hay una puerta camuflada donde hay unos monitores y cámaras y quince vampiros que las llevan, en tres turnos. Ellos abren las puertas cuando el cliente va entrar. Mi habitación no tiene cámaras y mi llave es personal y con un código. Cuando el cliente termina, toca un timbre que hay a la derecha de la puerta, se revisa por cámara que todo está bien y se le deja salir. Aunque las cámaras no pierden en ningún momento lo que está sucediendo dentro de ellas. Al vampiro que ha entrado con el cliente se le ayuda y sale por otra puerta. Se le lleva al dispensario médico que tenemos y luego a una mansión para que se recupere y se vigile que su salud esta perfecta. Y si, las cámaras son necesarias.

— Ya no me extraña que sepas lo que iba a preguntar pero no entiendo nada.

— En cuanto entres vas a entender todo lo que te he dicho.

Metí la llave y note que la mano tenía un ligero temblor. Un panel pequeño con números salió a la luz, marqué el código, respiré profundo y di un paso hacia delante y la luz dejo al descubierto lo que tanta curiosidad le despertaba al poli. Empuje la tarjeta de platino hasta que sobresalió por el otro lado y lentamente me gire para encarar a Butch.

— ¡¡Santo infierno!! — Me quedé parado sin saber muy bien que hacer— todo me había imaginado menos esto — sin poder evitarlo di unos pasos hacia delante y un escalofrió recorrió mi columna cuando V cerró la puerta.

— Este es mi mundo. La única manera que sé y tengo de tener sexo. Mi gran secreto pero a voces.

Como no, habitación de color negra, con algunos matices en rojo y estaba muy claro que todo lo que había ahí dentro era para practicar el Bondage. Era grande y espaciosa. Al fondo, frente a mí, dos puertas. En medio de ellas una pared de donde colgaban diversos artilugios para lo que aquí dentro se hacía… máscaras, látigos, bozales, correas de cuero con cadenas y cadenas con algo al final de ellas. Muebles con estanterías donde había dilos, consoladores, palas, fustas, correas con bolas, antifaces, esposas y cajones que supongo que guardaran otros instrumentos. Me llamó la atención unas jaulas pequeñas y unas argollas de metal. Una sonrisa asomo cuando vi las bolas chinas.

— Lo del sexo seguro como que no es para vosotros. Y lo digo porque entre tantas cosas se me escapan los cordones.

— No los necesitamos. Somos inmunes a vuestras enfermedades y las sexuales también. Pero si es un humano el que pide estos servicios está obligado a utilizarlo con el sumiso o sumisa que elija — abrí unos cajones y le mostré lubricante, cordones y tampones anales. — Los humanos no saben el verdadero significado del Bondage y si utilizan los condones se frenan bastante — abrí otro de los cajones y le mostré las velas negras—esto es un wartenberg, es como pequeño rodillo con púas que pican cuando lo pasas por la piel.

Cerré todo y abrí una puerta saliendo con otro whisky y vodka, le pase su copa y lo invité a sentarse en uno de los sillones.

— Gracias. ¿Qué hay detrás de la otra puerta?

— Un baño y de donde salió las copas, es como una habitación con, un botiquín, un pequeño mueble bar, otro con una tele de plasma y una cama grande. A tu derecha hay una pequeña nevera con agua y a mi izquierda la puerta camuflada para que vengan a buscar a los sumisos después de la sección.

Asentí bebiendo.

— Bondage.

— Me sorprende que sepas de lo que hablamos.

— Leo. Y tuve un caso, hace unos años, de una Dominatriz que asesinaba a sus clientes, todos hombres. Me tuve que empapar del tema e infiltrar como Amo Dominante por seis meses, hasta que le di caza.

En el momento que Butch me hizo esa confesión estaba tomando un buche de vodka que escapo de mi boca como un chorro. Tuve que girar mi cara y soltarlo contra la pared. Lo volví a mirar y mi imaginación se puso en marcha y la imagen del Teniente como Amo Dominante me puso la polla tan dura que empujó contra mi cremallera loca por salir. Me moví con destreza y me recoloque como pude para que no se notara mi erección brutal.

— No me lo creo poli. No te veo en ese papel.

Se sentó cómodo apoyando su espalda contra el respaldo y empezó hablar y con cada palabra el deseo me abrumaba y hacia que mordiera mi labio inferior.

— Esas aspas en forma de cruz en la pared son movibles y se ata al sumiso en ella y mientras gira se golpea su cuerpo con un látigo de siete puntas. El aparato al lado y con una distancia prudencial es una noria que puede estar quieta o también dar vueltas mientras el sumiso tiene en su ano un dilo que da unas ligeras cargas de electricidad. Un poco más alejado unas cadenas que salen del techo y el suelo, a ellas se ata el sumiso y se tensan con un pequeño mando de bolsillo. Otra noria pero esta no se mueve. En medio el potro y una mesa de metal frio en forma de X y como no el columpio, que es una compensación para el sumiso y también para el Amo. Es muy divertido. También está la jaula, pero eso no me gustaba utilizarlo y veo que tú tampoco, me alegra. Y si me follaba y castigaba a los sumisos. Te confieso que las primeras veces terminaba echando la cena por el wáter, pero luego fue pan comido. Y aprendí, que la realidad más absoluta es que es el Sumiso o la Sumisa quien tiene siempre el poder… nunca el Amo Dominante. Y era condenamente bueno y lo digo sin falsa modestia.

— Tú no eres gay poli. Y pocos Amos Dominantes saben esa verdad de quien tiene realmente el poder en ese juego y estilo de vida.

— Era un trabajo. Hay compañeras que han estado infiltradas de prostitutas o madame y hay que llevar el papel con todas sus consecuencias o nadie se lo va a creer. Tuve un compañero que estuvo tres años infiltrado como jefe de la mafia italiana y tuvo que hacer cosas que en otro momento no hubiese hecho. Pues igual me pasó a mí. Es nuestro trabajo. Cuando sales toca ir a un psicólogo y poco a poco ir volviendo a tu realidad, la de siempre.

Tenía que ir al baño…demasiada información y mi puta polla con vida propia y dura como una maldita piedra.

— Discúlpame, voy al servicio un momento.

Mientras V iba al escusado me puse a pensar mientras miraba a mí alrededor de lo cómodo que había estado en ese papel y que casi me molesto que acabara. Nunca había pensado en ello pero hoy lo he hecho y no me importo contárselo a mi amigo. La verdad, es que la misión fue tan encubierta que solo mi capitán lo sabía, para el resto estaba de baja administrativa y me había ido del país por un tiempo. Despejé mi cabeza y me dije que como pasado y como anécdota estaba bien, pero nada más.

Una vez en el baño metí mi cabeza bajo el agua fría, helada y no la saqué hasta que mi polla volvió a su tamaño normal y cerré los ojos intentando apartar imágenes calientes del poli como Amo mientras me costaba tragar saliva. Cuando al fin me calmé, seque mi pelo y salí fuera. Si el poli noto algo no me dijo nada de mi pelo mojado. Se lo agradecí en silencio porque mi voz se había quedado atascada. Volví a sentarme donde había estado.

— ¿Qué te hizo tomar este camino amigo? Hasta donde yo sé y me has contado tuviste una buena infancia. Yo no puedo decir lo mismo.

— Hay clanes y clanes y el de mi padre y el padre de Jue no son de los mejores una vez que cumples los quince años, son los más crueles. Mi padre enseñaba a sus hijos, machos y hembras, a soportar el dolor castigando nuestros cuerpos con todo tipo de estos aparatos. Era su forma de hacernos vampiros y vampiras honorables de su clan, de hacernos fuertes si un clan enemigo nos capturaba. Pero no era solamente mi padre, los otros padres de mi clan hacían lo mismo con todos sus hijos. Y si en el proceso perdían un hijo o hija, no les importaba. También nos metía en mazmorras y nos traba como prisioneros, nos dejaba días sin comer y ocupando un frio y lubre lugar de la celda para que los rayos del sol que entraban de día no nos hiciera quemaduras. Según el clan de mi padre se crea fuertes y valientes vampiros y vampiras si golpeas, humillas y vejas. Una vez ilustrados en el arte de ser golpeados, toca lo contrario…aprender a golpear otros cuerpos, algunos hasta la muerte.

— ¡Ostias! Y me quejaba yo de mi padrastro. Esos dos se hubiesen hecho buenos amigos. ¿Puede saber porque te echaron a las montañas?

— Cuando llegó la edad de casarme yo no estaba por la labor, sabía desde bien niño que mis gustos sexuales me iban a traer problemas y así fue. Si tu pareja destinada no llega, el Consejo te busca una vampira o vampiro de otro clan para que formes una familia. Tienen la absurda teoría que tener una familia te hace fuerte y poderoso, para mí es un lastre ante los enemigos. Hacía mucho tiempo que sabía que si algún día debía tener pareja debía ser un macho. Pero eso era impensable y si te atrevías era bajo pena de muerte para ti, tú macho y ambas familias…eso mi padre no lo iba a consentir. Además el fin de casarte es tener muchos vampiros y eso no se iba a dar si eran dos hombres o dos mujeres. Así que antes de desterrarme a las montañas para que reflexionara me dio un regalito y una patada en el culo. Se alegró de que no volviera al clan. Y si te planteabas huir con tu macho, la pena de muerte era para nuestras familias.

— Vaya familias de mierda que nos han tocado en la lotería de la vida. Nuestros sorteos estaban amañados.

Nos miramos y yo me reí a carcajadas mientras mi amigo hacia su mueca de sonrisa más grande.

— ¿Qué sentiste siendo Amo Dominante? Ahora la curiosidad la tengo yo poli.

— Poder…mucho poder. Y tú, ¿qué sentiste al hacerlo la primera vez?

— Control…un control que nunca había tenido y libertad para ser lo que me diera la gana.

— Bondage… disciplina, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo.

— Te metiste bien en el papel Butch.

— Una forma de vida.

— Una forma de acallar mis demonios internos.

— La mía es bebiendo y follando con prostitutas. Licitas son las dos. ¿Te puedo hacer una pregunta? Eres libre de contestar o no V.

— Adelante, pregunta.

— ¿Nunca has tenido pareja?

— No. Mi forma de tener sexo y disfrutarlo no es apta para ningún macho. Además no creo en esa cosa que llaman amor. Y adelantándome a tu siguiente pregunta, nunca había mordido una vena, hasta que te conocí y hay un buen motivo, y si hubieses visto a mi padre hacerlo te darían arcadas como a mí. Mi padre es un sádico que disfruta con el dolor que infringe cuando muerde a mi madre o a sus amantes o con el dolor en general. Mi padre se ponía duro solo si me madre sangraba, gritaba y lloraba mientras la mordía…era repugnante verlo y hacía de un acto muy íntimo algo público para quien estuviera delante. Si estaba tomando una copa y quería morder a mi madre lo hacía, la palabra íntimo no es para mi padre. Muchos cerraban los ojos o apartaban la mirada con disimulo, pero el puto resto disfrutaba tanto o más que mi cabrón padre.

— Mi padre violaba a mi madre después de golpearme duro, eso lo excitaba. Los dos hemos aprendido desde el maldito dolor de otros que hay que tener el control, cada uno a su manera, para que la vida no sea una mierda. Yo con el boxeo, las prostitutas y el whisky. Tú con tu Bondage y siendo dueño de tu vida.

Nos miramos y chocamos los vasos casi vacíos. Acabamos lo quedamos. Vishous recogió y volvimos al club. Me acerque a mi compañero con una sonrisa y con las miradas de todos ellos sobre mi persona

En cuanto abrí el enlace mental los mensajes, como en un móvil colapsado llegaron a mí. En cuanto nos vieron y sintieron la calma del poli, las voces callaron… ¡por fin!

— ¿Te han tratado bien compañero?

— Muy bien jefe. ¿Nos vamos?

— Hablo con ellos una cosa y nos vamos. No tardo.

— Vishous, yo me quedo con Alberto — hizo notar Zaros.

— Sin problema, luego te pongo al día.

Subimos y con permiso de V me puse un café que me bebí lo más lento que pude hasta que lo terminé. Deje la taza y los encare.

— Me iré a vivir con vosotros hasta que pillemos a esos cabrones, pero me tenéis que dar unos días para hablar con mi Capitán e informarlo del nuevo cambio de domicilio temporal. Además tengo que dejar la dirección y el número de vuestra casa.

— Puedes hacerlo, no hay problema conque des esos datos.

Y al segundo siguiente estaba rodeado por ellos que me abrazaban y me daban la bienvenida todos… menos Vishous que me miraba con su mueca en su cara y me guiñaba un ojo. Le sonreí e hice lo mismo con unos de mis ojos.





1 comentario:

  1. En serio,lo vuestro escribiendo es pura magia. Que buen y maravilloso capítulo. Se sale de bueno.

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