viernes, 3 de noviembre de 2017

EL MUNDO DE VISHOUS...16ª


                                                          EL MUNDO DE VISHOUS


Butch y Vishous Fated

Una vez arreglado el mal entendido entre V y yo parecía que la normalidad había vuelto al pit y al menos así fue durante dos semanas. Pero de un tiempo a esta parte mi amigo no dormía en su cama, llegaba cuando el alba ya despuntaba y se ponía a cubierto y a la sombra por los pelos. Andaba siempre serio y metido en su burbuja. Patrullando no había problema, pero en el pit y conmigo era otra cosa.

Vishous me tenia preocupado pero no me daba pie hablar con el. Mierda lo extrañaba y echaba de menos. Algo rugía en su cabeza y no saber que era no me dejaba descansar. Si esta noche no me daba la oportunidad de hablar, lo patearía su feo culo.

Mire a mi alrededor, el pit no era el pit sin el. Nada era igual sin su presencia.

Desde que el poli me había dejado bien claro que entre nosotros dos no podía haber nada mas que una amistad, yo había vuelto a mi vida de siempre, a mi mundo y a mis sumisos. Desde que ese irlandés toca huevos había entrado en mi vida y la había zarandeado, me había dejado probar como podría ser el sexo con el, no tenia paz. Por su maldita culpa solo quiero sumisos que tengan un parecido con Butch y mientras castigo el cuerpo, cierro los ojos y pienso que es el poli. Me corro en esos culos soñando que es el culo de ese macho que me tenia inseguro y en la cuerda floja.

Lo mío con Butch era un querer y no poder. No poder estar en la misma habitación que el sin que mi polla se pusiera dura. Querer y no saber que era lo yo que quería. El poli no era un macho de una noche o de folladas ocasionales. Era un buen macho y seria para mantenerlo al lado de uno toda la vida. Gruñí, molesto por haberme vuelto un soñador.

Su maldita negativa me devoraba las entrañas, el deseo y mi poca cordura.

Como en noches anteriores llego con el tiempo justo de darse una ducha, cambiarse de ropa y salir a patrullar. Íbamos hombro con hombro cuando el olor de su liado llego a mi, me gustaba mucho ese olor. Lo mire por el rabillo del ojo y me arme de valor. Este momento era tan bueno como cualquier otro, al menos hasta que los móviles no sonaran.

— ¿Va todo bien V?

Estaba tan absorto en mis pensamientos, notando ya la falta de sueño y deseando que culos albinos se pusieran a un tiro de la puntera de mi bota y mi daga, cuando la pregunta del poli me llego directa y sin titubeos mientras prendo un liado. Llego la hora de mentir, agradecía que Butch no fuera vampiro como yo y pudiera leer las emociones o la mentira.

— Si.

— ¿Seguro?

— Si.

— Y si es así, ¿por que no vas a dormir a casa?

— El pit no es una casa poli y bueno tengo unas necesidades y solo las puedo satisfacer en mi ático. No es algo que tu no sepas.

— Lo se, es solo que se me hace raro no verte enfrascado en tus ordenadores o viendo los partidos de los Red Sox grabados y para mi el pit si es mi casa, bueno la nuestra.

Me pare en seco y apague el liado en la suela de mi bota guardando la colilla en el bolsillo de mi abrigo. Mire al poli y me devolvió la mirada cuando se paro.

— Te compro que el pit es como una casa, pero yo necesito estar solo y mi ático es perfecto para eso.

— ¿Por mi?,¿por lo que te dije?

— Poli un heterosexual no se vuelve gay de la noche a la mañana y lo entiendo ,solo necesito soledad y no fue por tu negativa — Pinocho a la mierda, mi nariz había crecido.

— ¿Qué eres tu?

— A estas alturas del cuento ya deberías saberlo.

— Bisexual — le afirme mas que pregunte.

— Aja.

— ¿Siempre fuiste así?

— ¿Así como? Raro, maricón, viciosos, pervertido, un bicho raro que no sabe si es mejor una hembra que un macho o al revés...¿Cómo Butch?

— No quise decir eso.

— Pues explícate, tu lo sabes hacer mejor que hasta ahora.

— Pensé que una vez que todo estuviera claro entre nosotros, todo volvería hacer como antes.

— Todo quedo muy claro y por ese motivo he vuelto a mi perversión sado. ¿Qué problema hay?

— Pues no entiendo porque no duermes en tu cama.

— Porque no me da la puta gana. Y por el puto Fade, no me reclames no soy tu macho y deja de quejarte como una maruja frustrada.

— Hijo de puta.

— Ese soy yo.

— Púdrete en el infierno.

Íbamos a empezar una pelea cuando los móviles sonaron. Salvados por la campana.

Era muy consiente el porque de las preguntas del poli. Sus emociones estaban revueltas pero sus señales me llegaron altas y claras. Maldita sea, ojala pudiera abrirme a el y decirle que su negativa me rompió la poca alma que me pueda quedar. Que necesitaba alejarme del pit por los recuerdos calientes que habían en ese lugar y de él porque mis manos estaban vacías si no sentía su piel bajo ellas. Los sentimientos encontrados que tenia por el no me dejaban respirar el mismo aire que Butch respiraba.

Para mi estaba siendo una agonía verlo y no poder tocarlo o sentir su aliento en mi cuello. Aun tenia en mi boca su sabor y el olor de su cuerpo sobre el mío. Todo era una putada. Necesitaba tiempo para desterrar de mi cabeza al poli caliente y entregado y el sabor de sus besos.

¿Qué me estaba pasando?

Mierda, no tenia que haber sido tan brusco el día que le dije que finiquitaba lo nuestro sexualmente hablando. Que se hubiese alejado era culpa de esas palabras que solté. Pero tenis que hacerlo, me estaba volviendo loco entre como me sentía cuando lo tenia cerca, en como lo extrañaba ,en como la soledad me devoraba cuando entraba en el pit y mis creencias religiosas y lo que decía mi religión de dos hombres que yacían juntos.
“ Levítico 18:22... Si algún varón se acuesta con otro varón como los que yacen con hembra, los dos han cometido abominación”
“ Levítico 20:13... Si alguno se acostara con hombre como si se acostara con mujer, se condenaran ellos mismos a muerte”
Vamos que como éramos pocos pario la abuela. Así estaba mi cabeza, revuelta y mi corazón, inquieto.

Además quien se levanta un día y dice que le gustan los hombres cuando siempre se ha vuelto loco por las mujeres. Yo no conocía ningún caso pero no podía negar ni negarme que esas dos mamadas fueron las mejores de mi vida y no digamos ufffff las que me hizo Vishous. Cada vez que tomo algo picante me viene a la memoria gustativa el sabor suyo tan intimo. Y tampoco puedo negar que lo extraño y que sin él cerca me sentía solo.

Pero, ¿Qué hago con mis miedos, creencias y dudas?

La lucha había terminado medio bien para nosotros y muy jodido para los restrictores. El poli había terminado con un tajo no muy profundo y sin necesidad de puntos, pero era una herida de daga y había que limpiarla y cubrirla.

— ¿Cuántas veces te he dicho que hay que estar concentrado en la lucha?

— Mil y una vez V.

— No te hagas el gracioso conmigo o te pateo el culo.

— Yo también te quiero compañero.

— ¡¡MUERDEME!!

— GRRRRRRRRR

Todos nos quedamos mirando al poli y fruncimos el entrecejo. Jamás había gruñido de esa manera y que cojones eso solo lo hacen los vampiros de mi raza. Sacudí mi cabeza saliendo de mi asombro.

— Vuelve a gruñirme y te pongo un bozal.

— Sieso, que poco sentido del humor.

— Vosotros dos, ¿Qué vais hacer? Nosotros nos vamos a tomar unos tragos. — pregunto Thor. El tema de conversación seria el gruñido del poli,  me apostaría mi mano maldita y no la perdería.

— Lo curo en el ático — los hermanos se evaporaron y yo me volví hacia el coche.

— No necesito una niñera.

— Ni yo lo soy...sube al coche o te subo yo.

— Puto mandón.

Una vez en el ático y mientras lo curaba a mi nariz vino de nuevo ese matiz en la sangre del poli. Me era conocido pero no terminaba de encajar de que o de quien. Sumarle la forma tan brutal con la que gruño hoy y termina por añadir ese ligero olor que se despedía de su cuerpo cuando tenia sexo completo con Marisosa. Mas conque fuerza me había parado cuando me fui a por la vida del cirujano humano y tenia una mezcla digna de un buen vampiro macho. Algo de su vida humana no encaja con el poli. También me extraño como se amoldo a nosotros o como se integro con nuestras costumbres y lucha.

— Butch,¿eres adoptado?

Abrí mis ojos y lo mire mientras me curaba. ¿A que venia esa pregunta?

— No, al menos que yo sepa, ¿por que me lo preguntas?

— Curiosidad. — lo mire — compláceme.

— En mi partida de nacimiento y que ya has visto pone quien es mi padre y tengo fotos o tenia de mi madre embarazada de mi y en el hospital.

— No quiero faltar el respeto a tu madre, pero no significa que tu padre sea tu padre.

— Lo se y si fuera adoptado entendería el asco y odio que mi padre me tenia. Y el porque de sus golpes sin motivos.

— Nada justifica que se maltrate a un niño.

— Si mi madre engaño a mi padre, me alegro. Era un tirano y un déspota.

Le pase una camiseta mía y fui a por dos copas. Le pase una y me senté en el sillón frente a el.

— ¿Dónde escondes ese mundo tuyo?

— Frente a ti.

— Yo solo veo negro.

— ¿Quieres verlo?

— Si.

— ¿Por que?

— Porque me importas y no me preguntes nada mas.

Me lo pensé por unos minutos y luego termine por pensar que tal vez conociendo mi perversión se aparte para siempre de mi y se muera lo que quiera que se estaba construyendo entre los dos y que no podía ser, ni hoy, ni mañana, ni nunca. Muy despacio fui encendiendo las velas que escondían mi secreto mas perverso. El de Amo Dominante y el Bondage.

A medida que la luz se iba haciendo yo tragaba mas rápido el whisky, mi boca se había quedado seca. Una cosa era ver todo eso en películas y libros e incluso Internet y otra muy distinta tenerlo delante de mi y mis ojos. Y de primera mano.

Deje el vaso sobre una mesa que había a mi derecha y me levante. La mesa era grande, de acero y en forma de X. Se podría decir que era la estrella del espectáculo ya que estaba en medio de esa basta superficie. Pase mi mano y el frio acero me hizo estremecer, deje la mano ahí y note como se calentaba el acero con el calor. Supuse era el contraste y no era lo mismo una mano que un cuerpo entero. Quite mi mano girando y viendo la pared que iba de extremo a extremo. De sus ganchos colgaban, mascaras de diversas formas, algunas de látex otras de cuero, con cremalleras, sin ellas, con solo unos orificios en la zona de la nariz y otras totalmente cubiertas. Me agobie por un momento. Látigos de diversos tamaños y grosor, con bolas, púas o solo trozos de cuero en sus puntas. Palas. Esposas variadas. Cinturones con esposas y cadenas de las que colgaban en su punta unas pinzas de metal. Además de correas sueltas. En una estantería había velas usadas y otras sin usar, además de las que estaban encendidas. Seguí revisando y camine hacia un montículo de cuero negro con patas de madera y de sus extremos salían correas de cuero. Me recordó al potro que saltaba cuando hacia gimnasia en el colegio de pequeño. Me fije que le mesa y el potro estaban atornillados al suelo. Cerca una mesa camilla también de acero donde habían consoladores de diferentes tamaños, lubricante y otros juguetes sexuales como bolas chinas. Unos ganchos también de acero con una bola al final. Y unas ruedas picudas. Me sobresalte cuando golpee sin querer unas cadenas que sobresalían del techo y al fijarme note que había en el suelo y al lado de la pared unos botones que supuse tensaban las cadenas del techo y suelo. Termine la visita viendo las cadenas que sobresalían de la pared.

Vishous puso un vaso de whisky en la mano. El ático no era pequeño, pero una gran parte la ocupaba el mundo de mi amigo. Me gire y lo mire.

Mientras el poli revisaba en silencio yo me mantenía al margen en la otra punta del ático. Sus emociones no me golpeaban, me envolvían y eso fue un gran alivio para mi. No soportaría que me tuviera miedo o sintiera rechazo por lo que estaba viendo. De forma lenta fue mirando y tocando todo. Sonreí a medio lado cuando toco la mesa y se sobresalto. Su curiosidad era como la de un niño en una tienda de juguetes. Volvió a saltar cuando las cadenas del techo le golpearon sin hacerle daño y por fin se dio la vuelta y me miro. Solté al aire que no sabia mantenía en mis pulmones, cuando vi su mirada limpia y brillante. No me juzgaba. Para mi eso era un gran alivio. No hubiese soportado que no fuera así. Ahí delante de mi estaba el Butch que también conocía y que me tenia andando por el filo de un abismo donde no me importaría caer si iba de su mano. Nos encontramos a medio camino.

— Tengo las llaves de tu ático que me dio la doctora la noche que intentaste matarte.

— Son tuyas.

— ¿Vienes al pit o te quedas aquí?

— Me vuelvo contigo al pit.

— Pensé que te ibas volando.

— Yo no vuelo cabrón...me desintegro.

— Tu eres Batman Vishous.

— Y tu Robin poli.

A carcajadas nos metimos en el ascensor. De camino a la casa, mire por la vista periférica a Butch y sonreí. Así era él, hacia lo mas jodido y relevante en algo sin importancia cuando se trataba de mis cosas o mi vida.

De camino a casa yo sonreía. Lo de V era un secreto a voces, pero me gusto que tuviera la confianza para mostrármelo. Y tampoco era tan grave, había cosas peores en este mundo y si así era, así lo aceptaba yo.











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