domingo, 26 de noviembre de 2017

PREGUNTADO...17ª


                                                                  PREGUNTANDO



Vishous y Butch Fated

Miraba mi conjunto de ordenadores buscando algo del pasado y nacimiento del poli. Buscaba respuestas para hechos que el había tenido como si fuera un vampiro. Su madre había sido enfermera hasta que se caso. Su padre era un cabrón que parecía odiar el mundo, no aguantaba en ningún trabajo y su deporte preferido era ir de bares y emborracharse. Eso ya lo sabia desde la primera vez que indague en el pasado de Butch cuando entro en nuestro caótico mundo. Necesitaba ondear mas profundamente y saber que detalle se me escapaba y como no empezar a mirar los libros antiguos de nuestra raza.

Desde mi posición veía al poli sentado frente al televisor y pasar canales sin saber que ver. Estar bien entre los dos era muy bueno. Tenerlo aquí era una suerte para mi, pero nunca se lo confesaría antes me pego un tiro.

Negué sonriendo y me enfrasque en mi búsqueda de nuevo.

Vaya día de aburrimiento. Pasaba los canales sin ver nada mientras mi cabeza giraba en torno a todos los artilugios que vi en el ático del jode mentes. Tenia preguntas sin contestar. Un nuevo interés en un tema que solo conocía y habita oído de pasada como mucho había visto alguna película. Jamás había sido un tema recuente para mi, pero me bastaba saber que era parte de la vida de Vishous y ahí estaba yo con un interés malsano. No es que me fuera a ofrecerme para ser su sumido, pero el grillo de la curiosidad me picaba de forma insistente. Y tenia preguntas que jugaban en mi boca con mi saliva.

Al final apague la tele, deje el mando y fui a la cocina de forma abierta a por un vaso de whisky y otro de vodka. No se que andaba buscando mi amigo, pero si seguía así se quemaría las neuronas. Estaba enfrascado pero sin perder de vista lo que se movía por el pit. Era su costumbre, era el único hombre que conocía supiera hacer dos cosas a la vez.

Me reí por lo bajo del dicho que decía que solo las mujeres sabían hacer dos y tres cosas a la vez, no los hombres. Seria que V estaba sacando su lado femenino. Oí un gruñido bajo y me reí mas fuerte.




Su pensamiento tan cabrón llego tan claro a mi que gruñí bajo y su cantarina risa, me hizo sonreír a mi. Ese oído tan fino que el poli tenia, era un rasgo característico de nosotros, de nuestra raza. Algo mas que empezaba a ser consistente de lo que había sido una duda de que la madre de mi amigo engaño a su padre con otro hombre y tal vez uno de nosotros. La pobre mujer ni lo sabría.

Butch me trajo un vaso de vodka y coño como se lo agradecí. Le di las gracias cogiéndolo de su mano y me volví a enfrascar en mi búsqueda. Dos minutos después el poli revoloteaba a mi alrededor como una mariposa o mejor dicho como una mosca cojonera.

Empuje mi silla hacia atrás, estire mis piernas cruzando mis tobillos y entrelazando mis manos sobre el pecho.

— ¿Que te pasa?

— Me intriga que busca con tanto afán.

— Mentira. Empecemos de nuevo, ¿que te pasa?

— Son preguntas sobre lo que vi y toque en el ático. Pero se que te incomoda.

— Ya conociste mi mundo oscuro. Aunque si te digo la verdad, mis dos mundos son oscuros. El uno habla de vampiros y el otro de Bondage. Y si me incomodad hablar de mi vida, pero no contigo, así que dispara la pregunta.

— ¿ Por que ese mundo esta siempre en la oscuridad?

— Si me preguntas por mi raza, porque los humanos nos intentarían cazar y abrirían en carnal para ver que provecho podría sacar de nosotros y si me hablas de Bondage porque así lo ha decidido una hipócrita sociedad, tanto la tuya como la mía. Esta mal visto ser un dominante con látigo en la mano, pero no un ladrón con traje.

— Que se jodan ambas.

— Brindo por eso poli.

— ¿Desde cuando lo practicas?

— Veo que esta conversación va para largo, así que pongámonos cómodos en el sofá.

Me levante cogiendo mi vaso y Butch me siguió. Cada uno en una esquina y sentados de forma que quedábamos frente a frente. Un dulce recuerdos de lo sucedido meses atrás en ese lugar me hizo sonreír.

— Desde el momento que después de escapar del lugar donde me quisieron castrar y asesinar y siglos antes de entrar en la hermandad.

— Eso es mucho tiempo a tenor de la edad que tienes.

— Si, pero es la única forma que conozco de mantener a raya mis demonios y poder controlar mi vida y muchas veces mis visiones. Mi propia oscuridad ya no es lo es tanta cuando me adentro en ese mundo y castigo a un sumiso o sumisa. De otra forma seria una bomba de nitroglicerina que reventaría por cualquier pequeña cosa.

— ¿Para que sirve cada cosa que vi?

— Para obtener mi propio placer y el de la persona que esta en mis manos. Para mi mas que un deseo sexual es poder controlar, como ya te dije, el cuerpo, la mente y hasta el alma de la persona que se somete a mi. Ese es mi verdadero orgasmo.

— ¿Has estado alguna vez del otro lado?

— No. Hay quien lo hace, pero mi carácter es muy fiero, muy dominante y no podría aguantar estar atado y vulnerable como ya lo estuve no una sino varias veces. Y no permito que nadie me toque a excepción de tu y Jane. Soy como soy por la forma en que mi hijo puta padre me crio y por el desapego de una madre que hizo de incubadora para dejarme en las manos de un loco asesino.

— ¿Tus sumisos y sumisas conocen lo que te pasa de cintura para abajo? Y si es si, ¿les hace firmar un contrato de confidencialidad?

— No, nunca me denudo del todo, el pantalón se que da donde esta, sobre mis caderas y piernas. Así que no hay tal contrato.

— ¿Eres de los que se denominan sádicos?

— No. Los castigos dependiendo del humor y el día que he tenido pueden subir de intensidad. Cuan do eso pasa llamo a sumisos o sumisas con mucho aguante para el dolor y siempre hay una palabra de seguridad, un color o en caso de no poder hablar un gesto. Si eso pasa, ceso toda actividad al momento. Nunca he abusado — ese maldito recuerdo de nuevo revolviendo mis tripas — o matado a quien se expone de esa forma para mi. Y nunca golpeo ningún órgano vital, se algo de anatomía y lo evito.

— ¿Tienes sumisos humanos?

— No, no lo aguantarían. Ya conoces mi potencia al golpear.

— Es un recuerdo que guardo en el baúl de mi cabeza. ¿Eres feliz siendo un Amo?

— No se lo que es ser feliz poli, las emociones no están hechas para mi.

— ¿Qué prefieres, hombres o mujeres?

— Me da igual, aunque últimamente prefiero machos sumisos. Pero no se trata de genero. Se trata de que pago por un servicio que retribuyo generosamente y que a mis sumisos y sumisas les da placer.

— En esa transacción, ¿hay sexo?

— No siempre — en mi caso casi nunca, pensé pero no lo comente en voz alta.
Saber ese punto me alivio y no quise preguntarme porque, pero como buen detective que era mi alivio se podía traducir en celos.

— Gracias por tu franqueza V.

— No hay de que — guarde unos minutos de silencio y cuando se iba a levantar lance mi pregunta sin filtros — ¿Qué significado tienen esas tras rayas tatuadas en el bajo de tu espalda?

Me quede con el culo en el aire y me fui a por una botella de whisky. Saque el tapón con mis dientes y me bebí mas de la mitad. Era una justa pregunta por su franqueza a las mías. Deje la botella y volví a mi sitio. Lo mire de frente.

— Por mi hermana Joyce, fue asesinada. Yo era un chicuelo que estaba empezando a despertar a la adolescencia y ella una hermosa adolescente que despertaba admiración por donde iba. Con su sonrisa iluminaba no solo una habitación oscura, sino también la patética vida que llevaba siendo un niño. Mi madre dejo de prestarme atención en cuanto pude comer solo. Mis otros dos hermanos me ignoraban y trataban como a un fantasma. Y para mi padre era su saco de boxeo. La única que me daba calor, atención y amor era Joyce, sus abrazos eran un gran consuelo para mi y sus besos me daban paz. Aquella tarde estábamos en el jardín, ella me leía por cuarta vez mi cuento preferido mientras yo jugaba a su lado. Un coche con tres chicos dentro y de un curso por encima de mi hermana en el instituto se paro junto a la valla del jardín y hicieron sonar el claxon, mi hermana los saludo. Me abrazo y beso prometiéndome terminar el cuento a su vuelta. En el momento que la vi subirse un escalofrió helado recorrió mi nuca y bajo por mi columna vertebral, hice ademan de detenerla pero se habían puesto en marcha, corrí tras el vehículo hasta que mis piernas cedieron. Cuando la noche llego mi hermana no había vuelto, mis padres fueron a comisaria y una batida de policías, amigos y vecinos revisaron los sitios donde podría estar o haber ido. Interrogaron a los tres bastardos y mintieron diciendo que después de una vuelta la habían dejado en el centro comercial. A la mañana siguiente, cuando el equipo juvenil de béisbol del instituto fue a entrenar se la encontraron bajo las gradas desnuda y con la cabeza machacada. Cuando me hice policía pedí su autopsia, la habían torturado, violado y golpeado la cabeza con un bate hasta que murió. Esos tres hijos de putas se frieron en la silla eléctrica y todo el mundo culpo a un niño de lo que había sucedido. En cuanto pude me largue de mi casa, pero antes le devolví a mi padre muchos de los golpes que me había dado y cerré esa vida “tan familiar”. Todos los años ,en el aniversario de su muerte, añado una linea.

Lo había soltado todo de un tirón y fue entonces cuando me di cuenta de que estaba llorando. Vishous se levanto, me arrastro hacia arriba y me abrazo. Me agarre a el con fuerza, como si fuera la única tabla en un vasto océano de soledad.

— Yo no se decir palabras de consuelo y hasta que tu llegaste a mi vida ni siquiera sabia lo que era un abrazo o que yo podía darlos, así que hago lo único que se hacer...abrazarte en silencio poli.

— Me culparon a mi de lo que le sucedió a la única persona que me amaba.

— Cobardes, putos cobardes...eras un niño aunque hubieses podido parar el coche, tu hermana se hubiese ido con ellos. Lo que paso no fue culpa tuya Butch...no lo fue.

— No fui yo quien le dio permiso para ir a una fiesta con chicos y chicas un curso superior a del ella. No fui yo, maldita sea. Me quitaron a la única persona que me ha importado en la vida. A mi ángel.

— Shhhhh poli...estoy aquí, agárrate a mi.

Media hora después nos separamos y me fui a la cocina a por la botella de whisky que había abierto Butch para coger valor y a por la mía de vodka. Esta vez me senté a su lado y se la di.

— Gracias Vishous.

— Gracias a ti por confiar en mi y abrirte con un recuerdo tan doloroso.

— Todos llevamos pesadas mochilas con piedras enormes de dolor y sufrimiento.

— Todos poli.

— Voy a salir un rato.

— Yo tengo que ir a nuestra biblioteca a por unos libros...¿estarás bien?

Le mostré mi cruz y me seque la lagrimas.

— Lo estaré, voy hablar con mi Dios.

Salimos juntos y lo seguí sin que me notara para ver si no hacia ninguna locura como tirarse por un puente con el coche...yo mejor que nadie sabia lo devastador que podían ser algunos recuerdos, hasta ver que paraba enfrente de una iglesia de barrio. Aparco ,subió los escalones de dos en dos y entro. Yo mi fui a casa de la estirada Glymera, llevaba un permiso de Wrath como rey de la raza para poder sacar unos libros muy antiguos que necesitaba hojear.

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