miércoles, 21 de marzo de 2018

LEYENDA...25ª



                                                          
LEYENDA



Vishous y Butch Fated

Después de obligarme a cenar y aun con tiempo volví al Hueco. No podía pasar por alto y no dejaba de pensar como había roto una especie de conexión entre el poli y el puto restrictor cuando aparte al segundo del primero y ese hecho me tenia bastante preocupado. El portátil no daba pista alguna, ni siquiera los archivos borrados.

Me levante yendo a por una botella de vodka y un vaso, me senté en el sofá y me llene el vaso hasta el tope bebiéndolo de golpe, gruñí por como quemo bajando por mi garganta. En la mesa había una botella de whisky que el poli había dejado ahí antes de que lo secuestraran. La cogí y puse un poco en mi vaso y luego algo de mi vodka. Con los ojos entrecerrados observe el remolino de la mezcla...eran dos fuertes bebidas combinadas diluyendo sus esencias y haciéndose mas fuerte. Por un momento pensé que quizas podría ser si el poli se hiciera vampiro, dos fuertes linajes fusionando su sangre y siendo mas poderoso. Negué con la cabeza apartando esa estúpida idea y echando la cabeza hacia atrás me bebí la mezcla.

Estaba agotado pero tenia que ir hablar con el rey y volver donde Butch para sanarlo. Me levante y fui hacia el despacho. Al llegar la puerta estaba abierta y entre quedándome parado frente a su escritorio. Saboreaba aun la potente mezcla de licor y de nuevo ese absurdo pensamiento de que así de fuerte y picante podría saber nuestras sangres mezcladas...la del poli y la mía.

— Hermano, ¿te vas a sentar o te pateo el culo con mi bota?

La tronante voz de Wrath me saco de esa idea loca que no hacia mas que rondarme y me volvió a la tierra sacando del país de los gilipollas sueños.

— Tengo que contarte algo que ha pasado con Butch la noche pasada.

— Pues adelante, aposenta tu culo y cierra la puerta. Thor ya me puso al tanto.

— Quiero que lo oigas de mi.

Hice lo que me dijo con mi mente y una vez sentado le relate lo sucedido y como había cortado una conexión de hermandad entre el talco y el poli.

— La ostia hermano, es increíble, la segunda vez que lo escucho y no salgo de mi asombro — casi grito el rey cuando acabe.

— Yo nunca haba visto nada parecido.

— ¿ Butch,esta bien?

— Si, pero debo volver a sanarlo.

A estas alturas del cuento todos en la casa sabían que lo único que curaba a mi amigo era mi maldita mano.

— ¿ Estas seguro de que no lo han rastreado?

— Muy seguro, de haber sido lo contrario Butch los hubiese sentido. Se da cuenta de su presencia antes de que llegue su apestoso olor a nosotros. Pero ten en cuenta cuando te haga mi petición que si al principio dudo, luego los ataco y defendió.

— De acuerdo, si te soy franco no me gusta nada que este tan solo.

— Podría traerlo a casa y así le podría mostrar lo que hemos descubierto. Seria una esperanza para él.

— Tenemos hembras y niños aquí, contando a nuestros doggen.

— Yo me haría cargo de él y me asegurare de que permanezca en el Hueco y si fuera necesario aislaría nuestra parte del túnel.

— Demonios...ve a por el poli. Trae nuestro muchacho a casa.

Sin mas perdida de tiempo salí corriendo al jardín y me desmaterialice hacia el ático volviendo a formar mis moléculas en la terraza. Abriendo la puerta entre. El poli dormitaba teniendo una pesadilla donde gruñía y gemía.

Con sumo cuidado me acerque y lo desperté sin prisa alguna.

Cuando la llamada se corto, me levante como pude y dando bandazos me fui al baño. Una vez dentro me quite la ropa y sin dejar que el agua fría terminara de salir me metí debajo de los chorros. No es que el olor a talcos se fuera con una ducha pero yo la necesitaba.

Sin soltar mi estómago que mantenía con uno de mis brazos, me parecía tener cuchillas de afeitar dentro y eso que mi amigo me había estado sanando, con el otro me limpie con jabón. Me quede bajo el agua hasta que salió helada y mis dedos se arrugaron. Me seque como pude y aun un poco húmedo mi cuerpo volví a la habitación y abriendo un cajón saque un bóxer negro que me puse.

Dando de nuevo bandazos me fui a la cocina y arrastre conmigo una botella de whisky. Al fin sobre la cama de nuevo le quité el tapón y empecé a beber, pero antes acomode dos almohadones tras mi espalda. No podía dejar de pensar en lo que había sucedido esta noche.

De Vishous no haber quitado de encima mío a mi maldito violador no se que hubiese pasado. Además estaba muy cabreado con mi amigo por quitarme la oportunidad de matar con mis manos a ese bastardo. Aunque si lo pienso con frialdad no estaba para matar a nadie, ni a una mosca siquiera. Pero el cabrón Omega, ese hijo de puta era mío y nadie me quitaría ese privilegio. Mis manos se mancharían con su putrefacta sangre.

Volví a beber y me acabe la botella, de buena gana me hubiese levantado a por otra pero las pocas fuerzas que tenia las queme duchándome. El olor a talco que salía de mi, me daban arcadas. La mancha negra se había expandido y mi estómago gruñía de dolor.

Preguntas sin respuestas venían a mi... ¿Qué estaba pasando en mi interior? ¿Por qué sabia lo que esos capullos iban hacer y en que momento? ¿Qué significado tenia la breve conexión que tuve con mi violador? ¿Era uno de ellos?

Deje la botella vacía en el suelo, quite los almohadones y me acosté en posición fetal agarrando con mis brazos mi doliente estómago. Empecé a rezar sintiendo la cruz que me regalo V en mi cuello.

Lentamente mis ojos se fueron cerrando.

Entraba en una pesadilla cuando oí la voz de Vishous llamándome. Abrí mis ojos y despacio me gire hacia él.

— Pensé no vendrías ya.

— ¿Y dejarte solo toda la noche?

— ¿ Me vas a curar? Estoy mucho mejor.

— Al menos lo intentaré. Parece que lo que hice ayer por la noche no fue suficiente y vuelves a estar pálido y oliendo como ellos. ¿Te puedes sentar o te ayudo?

— Yo puedo. No te puedo engañar

De forma gradual me levante hasta estar sentado, un momento después V estaba tras de mi y me empujo hasta estar apoyado en su cuerpo. Se sentía bien estar así pero no olvidaba que en dos meses no me había tocado ni un pelo. Que lo impulsaba a curarme así no tenia ni idea, pero mas me valía no hacerme falsas ilusiones.

— ¿Estas cómodo?

— No se trata de comodidad, se trata de que me puedas curar.

No dije mas nada. No se que estúpido impulso me hizo querer sanarlo así, pero ya estaba hecho. La frialdad en su voz me saco de mi comodidad y tenso mi cuerpo. Me quite el guante y bajo mi mano maldita hasta colocarla sobre la mancha y empezar a darle esa luz blanca sobre ella.

Una hora después la sanación estaba hecha y en seguida se despego de mi quedando sentado sobre sus rodillas, encima de la cama y de frente a mi. Un frio helado me azoto el cuerpo cuando se alejó. Pero mas me heló la sangre cuando me pidió una daga.

— Dame una de tus dagas.

— Poli...

— Dámela, no voy hacer ninguna tontería, solo quiero comprobar que todo esta bien dentro de mi.

Sin mediar mas palabras me tendió una de sus dagas. Corté la palma de mi mano y respire aliviado cuando la herida se abrió y la sangre roja goteo sobre uno de mis muslos.

— Gracias Dios. Roja.

— Ya lo veo.

— Y gracias a ti.

— Sobran, mientras mi mano maldita sirva para sanarte, estará a tu servicio.

— Voy a por el botiquín.

Antes de que pudiera levantarse agarre con fuerza su mano y la lleve a mi boca lamiendo la herida que se selló de inmediato.

Trague saliva cuando paso su lengua caliente y humedad por el corte, no sabiendo que decir, solté una gilipollez.

— ¿Cómo puedo estar seguro de que estoy bien del todo?

— Ya no hueles como ellos, tu mancha negra a vuelto por segunda vez a su tamaño y tu sangre es roja.

Quito su mano de la mía con brusquedad al notar que yo la seguía manteniendo cerca de mi boca.

Me levante cuando retire su mano de la suya y fui a por un whisky.

— Deberías irte, falta poco para que salga el sol.

— Falta una hora y media y esta vez no vuelvo a casa solo.

Con la botella del liquido ámbar suspendida en el aire lo mire.

— ¿Qué quieres decir?

— Te vienes a casa conmigo.

— Wrath,¿dio su permiso?

— Con algunas condiciones que te iré contando por el camino, si dio su permiso para que volvieras con nosotros.

— ¿A que esperamos?

— A nada.

— Pues vayámonos.

— Poli, antes deberías ponerte algo de ropa encima encima.

En menos de dos minutos estaba vestido. Tres minutos después dentro del Escalade que V siempre dejaba a mi disposición y media horas después estábamos en el Hueco.

Diez minutos después de mi llegada entrabamos en el despacho del rey, que tenia las puertas abiertas, algo inusual. Fue curioso que el trayecto desde el pit hasta la casa lo hiciéramos hombro con hombro, ese hecho me saco una sonrisa ladeada y una mirada periférica a Butch.

— Bienvenido poli.

— Gracias Wrath — me extendió su mano que yo estreche cuando Vishous afirmo con la cabeza. No sabia si después de la cura podía tocar a otra persona.

— Acércate, V y yo queremos mostrarte algo.

Lo hice y empecé a leer la pagina que estaba abierta y que hablaba de una leyenda. Iba metiendo cada palabra en mi cabeza de forma suelta, acabe de leer y fui hilando todas las frases y me dio un mareo. El rey me agarró y me sentó en su enorme sillón mientras Vishous puso un vaso de whisky delante de mi que me bebí de un tirón. Cuando me recupere, puse el vaso vacío sobre la mesa y los mires.

— ¿ Yo soy esa leyenda?

— No tendremos la seguridad hasta que accedas a pasar por la regresión. Aunque Vishous y yo estamos de acuerdo que lo que te hizo el Omega tiene que ver con esta leyenda.

— No esta claro del todo que sea un vampiro mestizo.

Vishous entro en mi campo de visión.

— Poli, gruñes, tienes una fuerza superior a la de un humano corriente, cuando hemos...bueno cuando menos...

— Tenido sexo.

— Si, cuando eso ha sucedido has soltado un leve olor de tu cuerpo. Añádale que te hiciste a nosotros enseguida y abrazaste nuestro mundo sin titubear. Todas esas cosas para nosotros son pruebas. Y no me jodas el oído tan fino que tienes, como el nuestro.

— Haz la regresión y averiguaremos quien es tu padre real — me pidió el rey.

Me levante empujando a Vishous y pasee peinando mi pelo corto. Mi amigo se planto delante de mi frenando mi paseo por la alfombra y me golpeo un hombro. Se lo devolví y vi como se sobaba el hombro golpeado, igual hacia yo con el mío.

— ¿Qué mas pruebas quieres? Me estoy sobando donde golpeaste porque me dolió. Un humano normal no me hubiese hecho ni cosquillas con su forma de dar golpes. Y tu estas haciendo lo mismo.

— Esta bien, pero darme una semana, solo pido eso.

— Poli habrá regresión quieras tu o no, es urgente saber. Después de esa semana cumplirás con tu deber por tu voluntad o con una orden mía. Prefiero que sea lo primero. Buenas noches.

Sin mas salió de su despacho y nosotros volvimos al Hueco. En silencio cada uno marcho a su habitación.

Ninguno de los dos durmió.







No hay comentarios:

Publicar un comentario