sábado, 21 de abril de 2018

LA TRANSICIÓN...28ª



                                                      
LA TRANSICIÓN


Butch y Butch Fated

Las 48 horas pasaron mas rápido de lo normal y estaba en mi habitación quemando la moqueta del suelo con mis paseillos, tenia que esperar hasta que alguien viniera a por mi. Vishous estaba en el centro de entrenamiento preparándolo todo y me advirtió que nada de alcohol, lo cual me vendría de puta madre ahora mismo.

Me sobresalte cuando golpearon en la puerta de mi dormitorio. Abrí y me di de bruces con Wrath, Beth y Rhage.

— ¿Preparado primo? Llego la hora — me dijo jocoso el rey.

— No,pero no hay de otra.

— No vas a estar solo Butch — me abrazo dulcemente Beth mientras su marido gruñía como era costumbre cuando otro hombre se acercaba a ella.

— Lo se, pero acojona.

— Animo poli no dejaremos que tu culo se ponga mas pálido de lo que es.

— No tienes ni puta idea de como es mi culo Rhage.

— No lo sabes con seguridad amigo mio — me paso un pesado brazo por mis hombros — venga vamos hacer de ti un vampiro decente.

— Cabrón.

Salí riendo e hice todo el camino con mi compañero a mi lado y los reyes delante. El silencio era como una tormenta que sabias que iba a caer pero no como y con que intensidad.



Revise por undécima vez todos los aparatos y me asegure de que nada pudiera fallar. Respire aliviado cuando me avisaron de que Marissa vendría ayudar. Mis nervios siempre de acero hoy parecían de cristal, me preocupaba que el poli no pasara el cambio. Le había prometido traerlo de vuelta como un vampiro.

Una vez revise todo y espere impaciente a que vinieran con Butch. Salí de la sala y encendí un liado mientras peinaba mi pelo. Tenia que tener calma, temple y centrarme en el único macho que estaba significando algo para mi.

— Todo saldrá bien — Z apareció a mi izquierda.

— Eso espero.

— Esta en la manos debidas y lo mas importante, no es solo uno mas para ti.

— ¿Cómo sab...? Pregunta destupida la mía.

— Así es, en esta casa nada se esconde bajo la alfombra y todo se sabe.

— Parece mas una Mansión de viejas cotillas que de guerreros.

La risa fuerte de mi hermano me saco una media sonrisa ladeada.

— Puede, pero no es aburrido vivir aquí — de repente me cogió el liado de los labios y lo apagó, lo mire dispuesto a golpearlo — tranquilo fiera, ahí vienen.

Mire a la comitiva y no me di cuenta que soltaba el aire hasta que mis ojos se toparon con los del poli.

Vishous me miro y mis nervios parecía que se calmaban un poco. Abrió una puerta blindada y me dejaron pasar el primero. Pasamos una jungla de aparatos de ejercicios y cajas de armamento, era donde los nuevos guerreros entrenaban. Seguimos caminando hasta llegar a una habitación para primeros auxilios y terapia física, habían dos habitaciones como estas. V se adelanto y encendió las luces lo que dio paso a un conjunto de tubos y aparatos zumbando al mismo tiempo.

Nada de lo que veía me interesaba solo lo que estaba en el mismo centro de la habitación donde todo iba a suceder. Era una camilla grande con una especie de araña de luces y en el suelo un sumidero. Al imaginarme sobre esa mesa desangrándome como un cerdo un escalofrió me recorrió y la falta de aire hizo que me ahogara. Di un salto cuando Wrath cerro la puerta dejando a Z y Beth fuera. Di otro salto cuando la mano enguantada de mi amigo se poso en mi hombro derecho.

— Poli, quítate la ropa y tranquilo.

— ¿Puedes subir la temperatura de esta nevera? — me desnudé — vaya fiesta habéis preparado en mi honor.

— Para ti lo mejor de lo mejor — fui hacia la pared y subí la temperatura de la habitación — disfruta del calor ahora, porque luego la tengo que volver a subir a tope, pero para entonces ese frío no te molestará.

Fui hacia la camilla y me tumbé. Un silbido y una ráfaga de aire caliente salieron de un ventilador encima de mi cabeza.

— ¿Cuál es el nombre de tu padre, humano?

Todos en la sala pegaron un brindo y yo me cubrí mis partes con una sábana que estaba a mis pies quedando sentado. Una diminuta figura vestida de negro por entero había aparecido en un rincón como por arte de magia... la famosa Virgen Escribana.

— Eddie Edwart O¨Neal. Pero no pinta nada en esta historia ya que no es el biológico como bien debes saber tu.

No tenia ni puta idea de que hacia aquí, ya había dado su permiso. Me acerque al poli y poniéndome a su lado le dije.

— Tomate el interrogatorio con tranquilidad...con mucha tranquilidad.

— ¿Sois los humanos tan desdeñosos con vuestros linajes?

Se acerco mas a mi y a V bajando la capucha de su cabeza y dejando que viera sus facciones, era muy hermosa.

— No tenemos anda que ver el uno con el otro, eso es todo.

— ¿Los linajes de sangre no significan nada para ti?

— No — mire a Wrath y de nuevo a la diminuta figura — los lazos de sangre lo son todo, pero ¿tiene alguna idea de lo aliviado que estoy al saber que ese cabrón no es mi padre?

Me giré y le pegué una dura bofetada con la mano enguantada al poli. Me acerque mas a el silbando en su oído.

— ¿Quieres morir antes de pasar el cambio? No hagas preguntas.

— No te preocupes por él guerrero, era lo que deseaba oír.

— No vuelvas a golpearme Vishous. Y lo siento. Pero fui feliz cuando supe que ese animal no era mi padre y la verdadera sangre que corría por mis venas. Y si es aquí donde tengo que acabar mi vida no daré por desperdiciados tantos años de no saber hacia donde iba y lo que quería. Ahora se que todo, hasta llegar ha este momento valió la pena y que mi ultimo tiempo no fue malgastado. Esta es mi verdadera familia. Los que están en esta habitación y en todo el complejo, ¿para que más? — un ruidoso coro de todo tipos de maldiciones me recordó la advertencia de mi compañero — Lo siento de nuevo.

— Eres muy valiente humano.

— Más bien estúpido — exclamo Wrath.

— Lo intento primo, sabes que lo intento pero necesito tiempo para aprender las nuevas costumbres y sus leyes. Soy perro viejo.— La Virgen Escribana se rio y mi boca se abrió de nuevo sin poderlo evitar.— parece un pájaro cuando se ríe, es muy agradable.

Mis manos volaron a mi cabeza mientras rodaba mis ojos y el resto gruñía. Hoy el poli tenia que ser mas bocaza que nunca. Lo iban hacer picadillo antes de que fuera vampiro.

— Humano eres rudo, asombrosamente arrogante y totalmente impertinente pero si aprendes modales y nuestras costumbres llegarás lejos conmigo.

— ¿Me ayudara a sobrevivir a lo que me viene? — más gruñidos y maldiciones.

— No, no te ayudaré. Que te vaya muy bien de verdad — se giro hacia Wrath subiéndose la capucha — No permitas que los otros usen esas licencias conmigo y enseña al humano.

— Mis hermanos y yo tenemos muy claro que es lo apropiado y lo enseñaremos entre todos.

— Bien. La reina debiera estar aquí, hazla entrar antes de empezar.

Silbe entre dientes y seque con mi antebrazo el sudor que se concentraba en mi frente sobre mis cejas.

— Joder Butch, menos mal que le has caído bien.

Wrath fue hacia la puerta negando y sonriendo.

— Pensé que lo perdíamos antes de empezar. Mi leelan debes estar dentro.

Beth entró y abrazo a su macho.

Con todos ya mas relajados. Butch de nuevo acostado y sin nada que lo cubriera. Con la reina y Marissa mas Rhage y el rey dentro cogí una bandeja de acero inoxidable poniéndome a trabajar. Mientras acercaba el instrumental a la camilla empecé hablar en Lenguaje Antiguo. Fui hasta los pies de Butch sin dejar que viera lo que llevaba en la mano.

— ¿Listo?

— Empieza porque estoy a punto de arrepentirme.

Alcé la mano y antes de que el poli pudiera darse cuenta y entrara en modo pánico le hice un corte profundo con un escalpelo por dos veces en una de las muñecas.

Los tajos dolieron y mareé cuando mi sangre brotó roja y espesa. La nauseas me golpearon mientras el liquido rojo se deslizaba por mi antebrazo. Quise levantarme pero no pude. La hoja esta vez brillo a mi lado cuando hizo lo mismo en la otra muñeca.

— Por...Dios.

Parecía que el corazón quería salirse de mi pecho y la sangre corría mas rápido cuando bajo unos grados la camilla. El miedo me golpeó las entrañas. Abrí mi boca para poder respirar. Oía voces en la distancia. La sala se lleno de brumas. Me fije en la cara de Vishous, en esos ojos color plata y esos labios cubiertos por una perilla. El pánico se apodero de mi.

— Está bien...está bien...estoy aquí contigo poli.

Alguien me agarro por los tobillos y salté por la sorpresa pero me calme como pude al ver que era Wrath. V enderezó la mesa y mi sangre se aceleró, sacó mis brazos fuera de la mesa para que colgaran cerca del sumidero.

— ¿Vishous? — lo llamé con un hilo de voz — no me dejes, ¿de acuerdo?

— Nunca — le rocé el pelo con un gesto mas propio de una hembra que de un macho pero ambos necesitábamos ese contacto — no te dejaré solo en este trance, ninguno de nosotros lo hará.

De repente la sala se congelo, con un reflejo de querer vivir empecé a luchar pero V me sujetó por los hombros y me mantuvo en el lugar que estaba. El tiempo se alargó. Los demás me hablaban pero su sonido era distorsionado a mis oídos. Rezaba en murmullos y sin mas empecé a tiritar sin control.

— Tengo ffffriiiooo.

— Lo se poli. Beth, por favor, sube el calor.

— Me voy a conggggeeeelarrrr.

— Butch,¿puedes sentir mi mano sin guante en tu brazo? ¿sientes mi calor?

— Si — mis dientes castañetearon.

— Bien, pues imagina... que estoy sobre tu cuerpo, que te cubro con un abrazo. Que mi cuerpo esta pegado al tuyo.

Sonreí, eso me gustaba. Pero sin mas mis ojos revolotearon y la cara de V empezó a dibujarse.

— Frío... más calor, por favor — mi piel se rizo de golpe. Mi estómago de repente se lleno de gases. Mi corazón golpeó mi pecho buscando latir más rápido. — Frío — volví a repetir. Mis oídos retumbaron y a continuación nada, solo un pequeño aliento para decirle a V — Te amo. — luego la oscuridad y el silencio.

Sus palabras me hicieron sonreír, había sido brutalmente sincero y valiente al exponer sus sentimientos por mí delante de todos. Mire hacia el sumidero y toda su sangre se acumulaba en un enorme charco que cada vez se hacía más grande a mis pies. Había perdido el color y su piel era blanca como una hoja de papel. Aplique un estetoscopio sobre el pecho del poli.

— Ya casi estamos. Beth, ven aquí por favor, te necesito. —Le pase el aparato a la reina— vas a escuchar su corazón, quiero que me avises cuando dejes de oírlo durante más de diez segundos — señale al reloj de pared — sigue la pista de la tercera manecilla. Marissa tu ocupa el lugar de Wrath agarrando sus tobillos. Mi rey a mi lado ¿estás listo? — le pregunte al tiempo que cogía y atraía la camilla del desfibrilador hacia nosotros.

— ¿Dónde lo quieres? —me pregunto el rey.

— Cerca de su pecho— cogí un paquete largo y estéril abriéndolo y dejando ver una aguja de unos quinces sentimenteros y tan gruesa como un lápiz— ¿Cómo va ese ritmo? — le pregunte a Beth.

— Cada vez más despacio.

En los siguientes minutos y con todos quietos alrededor de Butch, solo se oía el gotear de la sangre del poli contra el suelo.

— Esto es lo que vamos hacer. Cuando Beth me dé la señal voy a enderezar la mesa. Mientras yo trabajo con Wrath tendréis que vendarle las muñecas al poli. Los segundos son muy importantes y valiosos y también cuentan mucho. Tenéis que cerrar esas heridas en las muñecas muy rápido.

Todos asintieron en crudo silencio y con las cabezas. Nadie se atrevía hablar.

— Más despacio — dijo Beth —mucho más despacio — todos pendientes de ellas y sus palabras — ¡¡YA!! — grito después de unos segundos.

Enderece la mesa al máximo nivel. Marissa corrió hacia una de sus muñecas y Beth a la otra poniéndose manos a la obra en cerrar las heridas de las muñecas. Yo inserté la aguja en el ángulo interno del codo de Wrath.

— ¡¡Todos atrás!! — grite cuando saque la aguja y cambiándola de mano me incline sobre Butch y busque el esternón con la punta de los dedos y clavar esa aguja en su corazón.

El embolo se quedó vacío y lo extraje dejándolo sobre la mesa. Agarre las palas metálicas del desfibrilador y las aplique en su pecho después de gritar despejado. En las dos veces el torso del poli saltó. Coloque mis dedos en su yugular y nada. Aparté la máquina y le tape las fosas nasales soplando dos veces dentro de su boca. Después seguí con los masajes en el pecho. Gruñí alto mientras volvía a coger el desfibrilador con mis colmillos crecidos, enfurecido conmigo mismo y con Butch cuya piel se había vuelto gris. El miedo me golpeo duro y musite en agonía.

— ¿Butch? Butch…no me dejes…no dejes de estar con nosotros. Quédate conmigo. — Volví a darle aire con mi boca y los masajes. De nuevo mis dedos en su yugular. — Por favor poli — cogí el estetoscopio recorriendo su tórax en todas direcciones. — derrotado y sin mirar a nadie grite. — ¡¡NADA!!...¡¡PUTA MIERDA!!

— ¡No puedes dejarlo! — me grito Wrath.

— Y no voy hacerlo. Marissa ¿Dónde está tu macho?

—Arriba con Qhuinn,Blay y Jhonn.

— Dame tu brazo — cuando lo hizo y sabiendo mis intenciones le hice un corte en la muñeca — ponla sobre su boca y hazlo ya — separe labios y dientes de la boca de Butch y puse la muñeca de la hembra donde debía al mismo tiempo que volvía a las maniobras de reanimación. — ¡¡Bebe maldita sea!! — le grite golpeando su pecho con mi puño.

— Siento algo Vishous.

Las costillas del poli se extendieron y su boca se apretó alrededor de la muñeca de la hembra, en ese momento un gruñido que venia del piso superior hizo temblar los cimientos de la casa…el Reverendo estaba vinculado y era peligroso, esperaba que el trio de jóvenes guerreros fueran capaces de mantenerlo a raya hasta que todo terminara.

Butch parecía estar bebiendo y su pecho subía y bajaba con la respiración. Cuando al fin abrió los ojos ahí no había nada, ni nadie, solo hambre. Agradecí no estar vinculado con él porque ahora mismo me estarían sujetando a mí y quedaba mucho por hacer.

De repente con un gruñido de desesperación se pegó con más fuerza al brazo que lo alimentaba y se revolcaba sobre la mesa con los ojos fijo en la herida de la que manaba la sangre. Respiraba por la nariz y tragaba a grandes bocanadas. Marissa se tambaleo.

— ¡Mierda! Esta bebiendo demasiado— la aparte con cuidado cerrando con dos dedos las fosas nasales del poli. Ella mismo cerro su herida y pedí a Rhage que la llevara donde su macho. La mire y asentí. — Gracias, lo has logrado — el problema era que el poli seguía con hambre.

— Yo me hare cargo ahora — casi doy con mi culo en el suelo cuando Beth hablo. Mire al rey y luego de nuevo a la reina.

Wrath tensó su cuerpo al tiempo que gruñía dejando salir sus colmillos. Era una gran pésima idea… un vampiro pura sangre enamorado y vinculado viendo alimentar a su shellan a otro macho. Sagrado infierno, pero no había más hembras. Mary era humana, Bella no estaba y no habíamos pedido con tiempo una Elegida. Desee que Rhage hubiese vuelto ya.

— Mueve tu culo V y agárrame por detrás.

— Quizás no deberías mirar esto nallum.

El rey cogió a la reina por el cuello y la beso furiosamente. Luego le agarro la muñeca rajándole la carne y abriéndole una vena.

—Ve ya o mataré al poli por esto. — La empujo contra la camilla y se pegó a la pared. — Vishous, agárrame fuerte y pronto o esto se pondrá feo.

El impresionante cuerpo de Wrath temblaba y estaba tenso con la piel empapada en sudor. Me abalance sobre el que se resistió al momento. Beth se acercó al poli que al oler la sangre no tardo en agarrar su muñeca y llevarla a su boca para beber.

Wrath se me escapaba cuando Rahge entraba por la puerta, salto y aplastó el cuerpo del hermano contra la pared al tiempo que yo me colocaba delante como un escudo y agarrándolo por la cintura y piernas. Era como intentar detener un pesado tren con mercancía pesada en su interior.

— ¿Por qué no te vas y no miras hermano?

— De ningún modo. Yo me quedo y por el bien del irlandés espero que acabe pronto.

Desperté en un remolino. Un torbellino. Una noria. Una licuadora. Con cada músculo de mi cuerpo agarrotado. Cada poro de mi piel rugiendo con brutalidad. Y bebiendo algo bueno y dulce, tanto que casi se me saltaron las lágrimas. Era algo impetuoso y lleno de amor que resbalaba por mi garganta. Un oscuro vino de vida que mientras tragaba me dio la sensación de haberlo probado ya pero con un sabor más intenso y picante.

Por fin abrí los ojos y me hubiese ido de culo al suelo de no estar acostado cuando vi lo que estaba haciendo…bebía de la vena de Beth y Wrath me miraba con mirada asesina de psicópata y gruñía como una fiera enjaulada. La buena noticia era que V y Rhage lo mantenían a raya. La mala era que parecía a punto de escabullirse para matarme. Solté su muñeca y asentí en forma de agradecimiento con la cabeza. Ella me sonrío.

Fue hacia su hombre y tuvo que llamarlo varias veces antes de quitar su vista de mí y centrarse en ella que le hablaba con voz suave y cariñosa. Agarro su muñeca, la beso y bebió antes de sellar la herida. Lentamente y porque así lo pidió el rey lo fueron soltando mientras avisaba a su mujer que se iba a tirar a por ella sin poderlo evitar. Rhage y Vishous salieron disparados y el hermano agarro a su reina en sus brazos y desaprecio gruñendo y dejando su aroma de macho vinculado en la habitación. Su mirada hacia mi cuando desapareció seguía siendo mortífera.

 — ¿V? — Sus ojos diamantes me miraron, le extendí una mano que él agarro necesitando el contacto tanto como yo.

— Me alegra que hayas vuelto del infierno poli.

— Jódete, ven aquí…mueve ese culo más cerca de mí. — Cuando lo hizo nos abrazamos sin impórtanos quien estuviera en la habitación. — ¿Estas bien amigo?

— Ahora si — más cuando por un momento pensé que lo había perdido.

— Gracias.

— No me las des tan rápido.

— ¿Qué quieres decir?

— Hay que esperar diez minutos para que bajes de nuevo al infierno y vuelvas. Pero recuerda que lo peor ya ha pasado.

— No te entiendo. Cumpliste tu palabra y me has traído de vuelta al mundo de los vivos.

—Hay una segunda parte que empezara en…cinco, cuatro, tres, dos…uno.

— Sigo sin enten… grrrrrr ¡¡joder!!...¿qué me pasa?... ¿me estoy muriendo?

— No amigo mío, es la transición. En este momento estas evolucionando de humano a vampiro.















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