lunes, 2 de julio de 2018

DE VUELTA A CASA...33ª



                                                          DE VUELTA A CASA


                           

Vishous y Butch Fated

Después de que el poli se tragara al Omega todo fue un caos. Subirlo sin ayuda al coche fue una odisea más que nada porque era un peso muerto y no quería alejar mi mano de su cuerpo. Una vez en la Mansión pusimos el Pit, una buena parte del túnel y una de las salas de recuperación y curas en cuarentena.

Yo no me alejaba de Butch y tampoco dejaba de darle luz a su cuerpo, parecía que era imposible que se limpiara. Esta recuperación estaba siendo más lenta de lo habitual. Wrath me obligo a comer, a darme una ducha y cambiarme de ropa después de tres días sin moverme de su lado y bajo amenaza de muerte por parte del rey cumplía de mala gana con esos requisitos. Nadie además de Jane entraba en la habitación.

Dos semanas después de la maldita noche el poli estaba limpio, yo agotado y echando hasta la bilis. Bebí agua y me moje la cara antes de volver al cuarto donde Jane me dio las noticias. El poli seguía en un sueño profundo o como decían los humanos en coma y no sabía si despertaría algún día o seguiría así para el resto de su inmortal vida. Cada dos días añadíamos a la bosa de suero una con mi sangre esperando que eso lo ayudara a volver de donde mierda estuviera.

No saber porque no había vuelto conmigo, con nosotros o no saber que o quien lo retenía me estaba volviendo el doble de loco. Que cojones le impedía despertar. Su cuerpo inerte me causaba un dolor lacerante en mi pecho y me maldecía a mí mismo mil veces por ser un puto cobarde para con sus sentimientos conmigo y los míos propios hacia él. Me prometí a mí mismo que si volvía seriamos el uno del otro e intentaría que fuera feliz a mi lado.

Jane entro con una bolsa nueva de suero y una de mi sangre. La ayude a conectar ambas a sendas vías diferentes y volví a sentarme al lado de Butch.

— Háblale Vishous.

— ¿Qué? — cerré los ojos despejando mi turbada cabeza.

— Que le hables como si te oyera y estuviera contigo. En el hospital todos los pacientes que tengo en coma sus familiares le hablan y algunos que han despertado decían haber oído a sus seres queridos hablándoles y animándolos a volver con ellos. No perdemos nada. Yo le hablo cuando lo trato y le cuento chistes malos.

Me beso la mejilla y se fue. Mire a mi amigo y peine su pelo.

— Puto irlandés cabezota ¿Por qué hiciste esa mierda? ¿No pensaste en mí, en nosotros? Tienes que volver poli. Tienes que darme una nueva oportunidad. Vuelve cabrón.

No supe que estaba llorando hasta que mi vista se volvió nublada, las seque con fuerza y cogí la mano con las dos vías entre las mía. La lleve a mi boca y bese.

Desperté con frio y con humedad calando mis huesos. Me dolía todo el cuerpo y la herida debajo de mi ombligo quemaba. No tenía ni puta idea de donde estaba pero a buen seguro no era nada bueno. El lugar era frio y muy oscuro y no me gustaba nada. Era como una especie de mazmorra aunque no veía ni puertas, ni ventanas. De vez en cuando notaba unas manos sobre mí que me mimaban y cuidaban además de unas voces, una femenina que era dulce y cantarina y otra masculina que era oscura, ronca y profunda. También note que estaba tendido como en una cama pero no podía mover mi cuerpo.

Recordaba con nitidez lo que había pasado y como había aspirado al cabrón del Omega, aún lo sentía dentro de mí y como su pura maldad me abrazaba en un abrazo contrito. Tal vez por ese motivo estaba retenido en este lugar. A buen seguro no era ni el cielo, ni el Fade y si era el infierno era una mierda y no me gustaba estar aquí.

Quería estar con V, con mi familia y amigos. Quería volver a mi vida y seguir luchando por mi raza. ¿Qué me mantenía en este lugar tan lumbre? Mire a mi alrededor y solo había negro, que ironía, el color preferido de Vishous. Fui a gritar de impotencia y la voz no me salió. Llore como un niño, no quería estar en este puto lugar. Era demasiado joven para morir, otra ironía de mi vida…siendo humano la busque siempre y nunca vino a mí y ahora que no quería morir se acordaba la muy puta de mi nombre y persona.

Además si esto era el Fade ¿Dónde estaba mi compañero? Intente poner una sonrisa en mi boca y me salió una mueca, nunca había sido egoísta y no iba a empezar hacerlo ahora. Si V no estaba a mi lado, era porque no era su lugar, está batalla era solo mía. De una cosa estaba seguro si me habían vuelto a secuestrar o me había vuelto a perder, mi compañero vendría en mi busca y cuando me encontrara me llevaría a casa. De nuevo esas manos sobre mí y esa voz oscura que me hablaba. Cerré lo ojos y me adentre en esa voz que calmaba mis miedos.

Las semanas iban pasando y muy lentamente. Sacudí mi pelo mojado y empecé a duchar al poli y mientras lo hacía le hable. No tenía muy claro que llevara a algo bueno pero tenía una pequeña esperanza que mis palabras o voz le llegaran.

— Hola irlandés cabrón, no tengo muy claro que mis palabras te estén llegando o ni siquiera el sonido de mi voz pero no se pierde nada por intentarlo, así que aquí me tienes un día más. ¿No crees que ya estas durmiendo demasiado? ¿Qué te retiene dónde estás? Grrrrrrrr poli, aquí estamos todos esperando tu vuelta y yo el primero. Deberás hacer mucho ejercicio para recuperar tu antigua musculatura. — termine de bañarlo, le cambie la ropa de cama y lo mire. Gruñí y bebí agua. Volví a gruñir mas fuerte — eres un puto cabrón. ¿Por qué hiciste esa locura? Tragarte al jodido perro del Omega, ¿en qué cojones pensabas? Que digo tu no piensas, tú eres un jodido kamikaze, un puto inconsciente, un loco, tú…debes volver a mí.

 Me volví a sentar a su lado y le peine una vez más su pelo ya crecido. Mientras lo hacia los recuerdos de cómo lo conocí y que tenía con él, buenos o malos pasaron delante de mí como una película y volví a llorar. Nunca había llorado en mi jodida puta vida y ahora no podía dejar de hacerlo. El dolor en mi pecho se hizo más fuerte y me dejo sin aire. Una agonía fría me acompaño durante el llanto. Cruce mis manos sobre el brazo que tenía las dos vías y lo hice con cuidado. Apoye mi frente y llore sin poder parar. Era tal mi tristeza que no quería seguir viviendo. No me podía imaginar mi vida sin Butch. Estos días que había estado fuera del Pit la soledad se me hizo insoportable. No podía seguir sin él.

No sé cuánto tiempo estuve llorando, cuando al fin me calme me levante y saque de mi bolsillo trasero del vaquero la cruz que le había regalado y me había devuelto. Se la coloque en el cuello y me doble para besar esos labios fríos.

Un halo brillante que vino acompañado por una voz me sacaron de mi agonía. Me enderece y gire para mirar y vi a la Virgen Escribana.

— No guerrero, tú hora aún no ha llegado. Debes seguir dándole luz aunque este sanado. No debes dejar de darle luz o no podrá volver con su raza.

— ¿Dónde está? — No había acabado la puta pregunta cuando me mordí la lengua — lo siento.

— No te puedo decir donde está pero debes recordar que la luz vence a la oscuridad.

Y sin más se largó. Fui al baño para mojarme la cara volví a la habitación quitándome el guante que tire a sus pies. Baje la sabana y me senté dándole luz.

Esa voz y esas caricias me tranquilizaban y hacían que la paz me envolviera. De repente el tono de la voz cambio y las manos se fueron de mi cuerpo. Mi cuerpo se estremeció y mi piel se erizo. Sentirme tan vulnerable no me gustaba. De nuevo esas manos sobre mí que vinieron acompañadas de una descarga eléctrica, me asuste pero al momento mi cuerpo se tranquilizó y pude ver como la oscuridad no era tan oscura.

Con esa descarga lo que estaba dentro de mi gritaba de dolor y eso me daba satisfacción. Ese tratamiento duro un tiempo y para cuando termino la maldad ya no me absorbía tanto y la oscuridad no era tan densa. Un destello me hizo cerrar los ojos un momento, ya que la luz me molestaba mucho. Al volver abrirlos una figura fantasmal a los pies de mi cama me hablo.

— Escúchame Brian O¨Neals conocido como Dhestroyer, no debes luchar contra lo que está dentro de ti. No debes pelear contra la maldad que te cubra. No hagas nada y deja que te ayuden desde el otro lado. Desde el otro lado te irán sanando y tu iras venciendo a la oscuridad y volverás con tu raza. Asiente si has entendido.

Asentí y desapareció. De nuevo la descarga eléctrica y la paz para mí.

Como no sabía cómo medir los tiempos iba contando cada descarga eléctrica. Iba notando como la oscuridad que me rodeaba y en la que estaba sumida no era tan cerrada. La maldad ya no era mi amiga y lo que estaba dentro de mí era cada vez más débil.

El poli ya llevaba un mes de dormido y yo seguía dándole luz. Wrath me había apartado de las patrullas y yo se lo agradecí porque tal y como estaba mi cabeza de cortocircuitada por no saber lo que le pasaba al poli sería una bomba a punto de explotar ahí fuera. Mis visiones se habían esfumado y mi cuerpo estaba veinticuatro horas en tensión. Gire mi cuello en redondo y mis vertebras crujieron.

Termine de darle luz a mi compañero y cubrí mi mano acercando el sillón cerca del filo de su cama. Le coloque la sabana doblada por la cintura y vi que la herida bajo el ombligo se había cerrado en su forma de ojo y también admire ese cuerpo inerte sobre la cama. Un cuerpo que antes era todo vida y risas. Marque con un dedo el camino desde su ombligo hasta su nuez de Adán y añadí los cincos dedos restantes para acariciar esa cara tan varonil y tosca. Me doble y bese esos labios sin vida. Me senté y cogí su mano entre la mías, resbale por el sillón hasta extender mis piernas y cruzar mis tobillos. Puse su mano en mi pecho y eche mi cabeza hacia atrás cerrando los ojos.

En este lugar ya no había frio y tampoco humedad. La oscuridad había desaparecido dejando que viera paredes y techo blancos. La luz era muy tenue. Lo que había estado dentro de mí se había esfumado por completo y la maldad más pura ya no era mi fiel compañera. Podía mover mis extremidades. Era como si hubiese vuelto a nacer y sabía que esas descargas eléctricas tenían mucho que ver. Al igual que esas dos voces que me hablaban. Sonreí y esta vez no era una mueca, era una verdadera sonrisa. Recordaba que la voz femenina era cálida y cariñosa. La voz masculina era oscura y pasional y amenaza con matarme si no volvía con él y me gruñía. Pero ambas me pedían, suplicaban que encontrara el camino de vuelta a casa, con mi familia. Y sabía que las voces eran de Vishous y la doctora Jane.

Y lo había encontrado, sabía que estaba en un lugar seguro y donde era muy querido…mi hogar.

Abrí mis ojos con cuidado porque la tenue luz me molestaba un poco, parpadee de seguido y varias veces. Una vez que me acostumbre mire alrededor y supe que estaba en una sala de recuperación de la Mansión. Me lamí los labios secos e intente hablar y mi voz salió muy bajita y rasposa. Eche un vistazo a mi izquierda y vi que estaba enchufado a varios aparatos y uno de ellos era del corazón. Mire a mi derecha y ahí estaba mi compañero jode mentes, mi amigo, mi macho, porque le gustara a él o no era mi macho. Dormía, tenía unas ojeras profundas y mantenía mi mano entre las suyas sobre su pecho, de esta salían dos vías y al seguir el camino de los tubos me llevaron a una bolsa de suero a medias y una de sangre terminada. Ambas colgadas de un gancho de hospital

Como Dorita en el Mago de Oz había encontrado el camino a casa.

Oí la puerta abrirse y Jane entro poniéndose al lado de las máquinas y observando los grabados.

— Jane.

No me oyó así que estire mi mano y tire de su pantalón. Ahora si me miro con los ojos abiertos de forma muy exagerada.

— Butch…has vuelto — me tire sobre él y me lo comí a besos.

— Agua…por…favor…

— Claro cariño.

Lleno un vaso con una pajita y me ayudo subiendo mi cabeza. Bebí sediento. Al terminar volví a reposar mi cabeza en la almohada y nos miramos sonriendo.

— ¿Cuánto llevo aquí?

— Hoy hizo un mes. Voy a despertar a V.

— No, déjalo descansar. Se ve que está agotado.

— No se ha separado de ti solo lo justo para comer, asearse y dormir un poco y obligado por Wrath.

— Típico de él.

— ¿Recuerdas algo?

— Todo…me trague al Omega y me perdí.

— Pero has vuelto.

— Gracias a ti y a Vishous. Os oía hablarme.

— Te ha estado dando luz todos los días y noches.

— Lo sentía como una descarga eléctrica.

— Voy hacerte un último electro y te quitare las vías, las sondas y los aparatos. Te dejo agua en la mesa y os dejare solos. Volveré a la noche y si sale lo que ha salido en las anteriores tengo buenas noticias para los dos. Y de paso voy avisar a la casa de que has vuelto y que estas genial. Te veo en un rato cariño.

La doctora hizo su trabajo con eficacia y me quito las sondas y las vías, me desenchufo de todo y cuando salía por la puerta me gire hacia el lado donde dormía V. De ese modo me volví a quedar dormido.

Desperté gruñendo cuando las persianas caían. Recogí mis piernas y me senté bien en la butaca. Me fije que la mano del poli no estaba entre las mías, ni sobre mi pecho. Lo mire y vi que no habían vías y tampoco aparatos y dormía de lado. Despeje mi cabeza y mis ojos se abrieron como pelotas eso solo quería decir una cosa, que el poli había despertado…había vuelto. Temblando acerque don de mis dedos de la mano enguantada a su yugular y respire aliviado al notar su latido y pulso.

— No estoy muerto Vishous.

Saque mis dedos como si me hubiese quemado y lo mire…ahí estaba esa sonrisa socarrona de irlandés cabrón.

— Poli…volviste —no daba crédito.

— Si y gracias a ti y a Jane.

— Volviste…

Me puse boca arriba y me senté. Agarre esa mano que me curaba y tire de él hasta que quedo sentado a un lado de mi cama, lo mire sonriendo.

— Sí, estoy aquí…hiciste todo lo posible porque encontrara el camino de vuelta a casa, a ti y aquí estoy. Y ahora deja de decir que volví y abrázame te he extrañado y mucho.

Y yo lo había extrañado a él. La urgencia de abrazarlo y besarlo me golpeo duro y lo hice. Agarre su cara con mis manos y me perdí en esa cálida mirada color miel antes de devorar su boca con hambre.

Respondo con ansias a ese beso y con una pasión rota acerque su cuerpo al mío. No pude evitar llorar al sentirme vivo entre sus brazos. Cuando el beso se rompió nos quedamos unidos por ese abrazo un buen rato en silencio.

— ¿Por qué lo hiciste Butch? Aspirar al Omega.

— Porque ese es mi trabajo en la Hermandad. Por nuestra raza, por mi familia, por mí, por ti y porque no quería perder lo que tanto tiempo me había costado encontrar.

— Podías haber muerto.

— Lo sé, pero mi muerte no hubiese sido en vano.

Me separo del poli y lo miro cabreado.

— Vuelve hacer una gilipollez de ese calibre y estaré golpeando tu culo hasta el Fade y una vez ahí yo mismo te mato, te resucito y te mato otra vez… ¿lo has entendido?

— Si…Vishous, te oía cuando me hablabas.

— La promesa que te hice la voy a cumplir.

— No es necesario.

— ¿No quieres que me vincule contigo?

— Claro que quiero pero porque tú quieras, no porque me debas nada. Tú lo tienes que desear.

— Butch, estas semanas sin ti me han hecho ver que me importas y que eres mucho más que mi amigo o compañero para mí. Y si la próxima vez que estemos juntos íntimamente sale mi olor de vinculación no me apartare de ti. Eso sí olvídate de tomarme, está relación o lo que sea que tenemos juntos solo va en una dirección…yo dándote por culo a ti.

— Me vale, no es una declaración de amor al uso, pero me vale.

Nos volvimos abrazar y besar.

— Perdón, perdón, pero esta buena noticia que tengo no puede esperar. Mañana quitan la cuarentena y tendrás esta habitación llena de gente que en este momento celebra en el salón tu vuelta a casa. Estarás unos días en observación y tendrás que hacer rehabilitación unas semanas. Hasta dentro de una semana no podrás volver al Pit.

— Eso son muy buenas noticas poli, aunque yo te hubiese llevado hoy mismo a casa.

— Estoy de acuerdo contigo V. Y habrá que llamar a una Elegida.

— Eso no hará falta Butch y ahora viene la mejor de mis noticias. No sé por qué motivo o milagro tu sangre Vishous le ha dado los nutrientes vampíricos que el poli necesitaba. De no haber sido así estaría famélico y te hubiese atacado.

— Estas diciendo que mi sangre lo sostiene como la sangre de una hembra de raza pura.

— Eso estoy diciendo.

— ¿Cómo es posible?

— No lo sé Butch, tal vez porque sois dos machos, tal vez porque vuestra sangre es fuerte y muy potente o porque uno de los dos es mestizo. Tu poli te puedes alimentar de él y cuando le toque a V tendemos que comprobar si va en la misma dirección.

— Mi alimentación está cerca.

— Pues deberás beber del él y veremos si su sangre vale para ti. Ahora os dejo solos. Fritz os traerá en una hora comida para los dos y también una botella de whisky y vodka. Mañana será una locura. Buenas noches queridos.

Nos quedamos solos y Vishous me ayudo a bañarme. Me quede sentado en el sillón mientras me cambiaba las sabanas de la cama y comimos y bebimos con gana. El mayordomo se alegró de mi mejoría y me lo hizo saber. Luego V se acostó a mi lado y me abrazo.

— ¿Cuándo te tienes que alimentar?

— En dos noches.

— ¿Beberás de mí?

Puse una sonrisa cabrona en mi boca. Me coloque muy pegado al poli y clave mis caninos en su yugular. Di un tirón y empecé a beber.

— ¡¡Cabrón!!...¡¡Dios!!... — mi polla se puso dura y empezó a soltar présenme — ¡¡Vishous!!...¡¡ Santo Cristo!! — dio un último tirón y me corrí como un adolescente pajillero.

V se levantó y me limpio cambiado de nuevo las sabanas. Volvió acostarse a mi lado y me abrazo.

— ¿He contestado a tu pregunta?

— Con sobresaliente.

Media hora después nos dormimos como niños. Yo con la tranquilidad de saberme a salvo. Y Vishous con la paz de tenerme de vuelta.

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