lunes, 17 de septiembre de 2018

ABRIENDO CORAZONES...36ª


                                                          ABRIENDO CORAZONES

                                     

Vishous y Butch Fated

 Había terminado de hablar con Wrath y fui en busca del poli. De camino al gimnasio no paraba de pensar en la suerte que había tenido mi compañero dentro de lo malo, tuvo una madre que lo quiso, en silencio, pero lo amaba y fue generosa. Estaba esperando la visita de su hijo para contarle la verdad y morir en paz haciéndole saber cuánto amor sentía por él y que no había sido fruto de un capricho sino de un amor a escondidas que empezó una noche de tormenta. La mía no tuvo reparo en soltarme en un apestoso campamento y en manos de mi cabrón padre…si algún día la llego a conocer la matare con mi mano maldita.

Butch se había quitado un gran peso de su mochila del pasado y aun así seguía triste y metido en sí mismo. Entiendo que la pena por la muerte de una madre era cuestión de tiempo que se aliviara, pero que se escondiera del mundo y de mí no me gustaba. Encendí un liado y seguí mi camino.

Matarme a levantar pesas no me quitaba el dolor y la pena de haber perdido a mi madre. Al menos ya sabía cómo había sucedido todo y que mi verdadero padre nunca se desentendió de mí económicamente, aunque el borracho de mi otro padre se lo gastara en tragos. V me había dicho que hacía unos años una relación con un humano estaba penado con la muerte del vampiro y por eso tal vez mi padre y mi madre mantuvieron su pasión oculta. Tenía sobre mi mesilla de noche una foto enmarcada que el rey me dio y el parecido con él era asombroso.

Al menos por fin entendía porque no encajaba en ningún lugar, ni con nadie. Porque Beth tuvo que llegar a mi vida y de su mano encontré a mi verdadera familia. Supe que todos los pasos dados en mi vida no eran una casualidad y porque nos fuimos de Irlanda para aterrizar en Cadwell…todo me estaba marcando donde iba a terminar y el fin que tenía mi vida, que ahora ya no era vacía.

Apague el liado y guarde la colilla en un bolsillo de mi pantalón, entrando en el gimnasio. El poli estaba frente a una base de pesas y un espejo en modo pensativo…metido en su mundo.

— He poli.

— He compañero.

Fui a por dos botellas de agua y le pegue un silbido para que se diera la vuelta y cogiera una en el aire. Me apoye con una cadera contra una máquina de correr y lo mire.

 — ¿Cómo estas?

— Tragando el nudo que aún tengo en la garganta.

— Date tu tiempo amigo.

— Lo sé, pero duele la ausencia de una madre.

— Al menos amigo la tuya te amaba aunque fuera en silencio y te lo confeso antes de morir.

— Solo estaba esperando mi visita para irse…tu madre ¿no te amaba?

— La mía fue una zorra a la que no le tembló el pulso para dejarme en manos de mi padre a una corta y tierna edad.

— ¿La conociste después de crecer?

— No y espero que este muerta y en el infierno.

— ¿Tan malo era ese lugar?

Mire a Butch a los ojos y supe que había llegado el momento de relevarle algo de mi puto pasado o jamás confiaría de nuevo en mí.

— Era un campamento de soldados y guerreros de la peor calaña…sin respeto por la vida humana de cualquier especie.

— ¿Cómo pudo dejarte en un lugar así?

— Supuse por un tiempo que fui un embarazo no deseado y que el campamento era el mejor lugar para mí, lo pensaba hasta que supe quién era mi padre y la historia del bastardo abandonado ya no colaba…así que ni puta idea de porque me dejo en ese apestoso lugar. El aborto entre nosotros está prohibido, ese sitio era un buen lugar donde esconder su vergüenza.

— Uffffffff compañero. La mia se caso con una bestia para tapar un embarazo que no se podia hacer visible sin estar casada.

— Tuviste mejor suerte que yo poli.

— Tu madre y la mía tienen una historia parecida igual que la de nuestros padres. El mío fue un bastardo maltratador…

— El mío era el jefe del campamento.

— Mierda Vishous… puteros.

— Borrachos.

— Sin alma, ni corazón.

— Podridos por dentro.

— Maltratadores.

— Hijos de puta.

Hubo un momento de silencio con las miradas clavadas en uno y otro y sin más nos echamos a reír a carcajadas…unos minutos después nos calmamos, yo tosí y V carraspeo.

— ¿Tan mal se vivía en ese lugar V?

— Imagina tu casa en una cueva y lo que pasaste ahí con tu padre a lo bestia entre vampiros.

— Es fácil de imaginar. No hubo un maldito día que no recibiera un puñetazo de ese cabrón. Yo solo era un niño que no entendía nada pero supongo que algo le decía que yo podía no ser hijo suyo.

— ¿Con tus hermanos era igual?

— No, todo lo contrario.

— En donde me crie se peleaba por un trozo de pan…hasta por la vida — omití lo que tuve que hacer al macho vencido la primera vez que tuve que pelear.

— ¿Mejoro cuando creciste?

— No, fue a peor. ¿Y en tu caso?

— También fue a peor y después de la muerte de una de mis hermanas la cosa empeoro hasta el extremo de perder clases por culpa de las palizas que me propinaba.

— ¿Quieres contarme lo de la muerte de tu hermana?

 Antes de que me contestara fui a por dos botellas más de agua y esta vez le di la suya en mano volviendo a mi lugar después de tirar los envases vacíos.

— Estábamos jugando en el jardín, las vacaciones de verano ya habían empezado, cuando un coche con tres chicos de la universidad se paró frente a nuestra vaya y tocaron el claxon. La invitaron a una fiesta en el campus y ella dijo que si, se despidió de mi diciéndome que me quería y que volvería a tiempo de leerme una historia de su último libro. Cuando su cuerpo se perdió dentro de ese coche el sexto sentido que siempre había tenido y que de policía me salvo el culo varias veces pito como una luciérnaga en la noche. Para cuando quise parar que se fuera el coche se puso en marcha y yo corrí tras él. Ella se giró y me dijo adiós con la mano sonriendo —trague todo el agua de la nueva botella y la hice un acordeón antes de tirarla al cubo de la basura — me quede dormido esperando por su cuento y cuando mis padres despertaron mi hermana no había llegado. Yo les dije lo que había pasado y llamaron a la policía…tres horas después y siguiendo la pista de la matricula que yo les había dado la encontraron detrás de las gradas del campus universitario —trague saliva y parpadeé para que mis lágrimas no cayeran —violada, torturada y asesinada. A partir de ahí mi mundo se hizo añicos, yo fui hacer el saco de boxeo del cabrón, el saco de desprecio del resto de mis hermanos y el silencio doloroso de mi madre.

— ¿Por eso el tatuaje de las rayas? ¿Y por eso te hiciste policía?

— De tres en tres y una por cada año sin ella y si, no quería que nadie pasara por lo que yo pase. En cuanto pude me fui a la universidad, de ahí a los marines y al licenciarme en la academia de policía. ¿Qué hiciste tú para cabrear a tu padre?

— Ser más peligroso que el mismo — levante mi mano enguantada — ¿has oído alguna vez ese dicho que dice que se teme lo que no se conoce? — asintió — mi cabrón padre lo llevo al extremo más sádico que puedas imaginar — me señale las marcas en mi sien — estos tatuajes que tanto te gustan y que tocas cada vez que duermo, son avisos de advertencia de lo peligroso que soy y ordenó el que me los hicieran no solo en la sien derecha, también en la ingle y la mano que te salva el pellejo pero no conforme con eso intento castrarme como a un perro para que no tuviera descendencia, si me hubiese preguntado le hubiese contestado que no tenía intención de tener hijos nunca.

— ¿Cómo pudieron hacerte toda esa salvajada? Tu mano ya era peligrosa.

— Supe del poder de mi mano cuando fueron a quitarme el segundo huevo, ahí supe lo poderoso y peligroso que era y que hacia honor al nombre de mi padre…el Sanguinario.

— No entiendo como hemos salido tan normales con dos padres tan hijos de puta. Definitivamente somos unos supervivientes.

— ¿No pensaste en ser padre con Marissa?

— No, ni loco, te imaginas “papá, papá tengo que hacer un árbol gerontológico con la familia paterna, además he visto suficiente de la maldad de las personas en los años que estuve de detective… ¿y tú con Jane?

— Como tú he visto lo peor del mundo durante siglos y he comprendido que el mundo está podrido. Además explica a un niño que su abuela era una perra que me abandono y su abuelo el Sanguinario.

— No serían los más populares de la escuela.

— Estaríamos todo el día peleando con el resto de los padres.

De nuevo el silencio. De repente algo en mi cabeza se rompió y todo se puso negro.

A zancadas grandes fui hasta Vishous, lo agarre por las solapas de su camisa y lo empuje hasta que su espalda choco con unas de las paredes del vestuario. Lo empotré y agarrando su cuello con mis manos devore ávido su boca. Intensifique el beso y pegue mi cuerpo al suyo.

Lo vine venir hacia mi como un obús que no se podía frenar, antes de que me pueda quitar de su trayectoria me agarra por la camisa y me lleva con el hasta que mis viejos huesos dan contra una dura pared. Agarra mi cuello y me besa tan pasional que me abre una pequeña brecha en el labio inferior y antes de poder apartarlo de mí me empotra con su cuerpo contra esa misma pared no dejándome una vía de escape.

El hilo de sangre que mana de su labio me hace gruñir contra su boca y hacen crecer mis colmillos. Quito mis manos de su cuello y aparto la tela que cubre la vena que busco. Lamo y me clavo con furia en ella, tiro y bebo. Acto seguido nuestras pollas duras se besas y yo froto mis caderas contras las suyas.

No me espero lo que viene a continuación. La clavada de sus colmillos es tan brutal que gimo y gruño cuando pollas se tocan. Su movimiento de cadera no ayuda a que nada pase. Da un tirón rudo y empieza a beber. Todo mi ser se vuelve gelatina y lo deseo a muerte.

— ¡¡ Cabrón!! — grito con un hilo de voz.

Unos minutos y suelto su vena sellando la herida. Chupo el largo de su cuello hasta llegar al lóbulo de su oreja que muerdo y musito con voz ronca pero dos tonos más baja de mi timbre.

— No quiero promesas. No quiero caricias. No quiero mimos. No quiero besos suaves. Quiero dolor. Lo quiero duro. Quiero sentir algo y que esta frialdad dentro de mi desaparezca.

Hoy era más necesidad de amantes para los dos, que placer de pareja. Hoy era sentirnos y punto. Lo empujé quitándomelo de encima y agarrándolo por el cuello con una mano lo empotre contra las taquillas.

— Fuera la puta ropa y con las manos apóyate doblado en ese banco.

Nos quitamos la ropa en una respiración. Y en cuanto el poli se colocó como le dije mi polla supuro présenme en cantidad.

Lo deje hacer y que tomara el mando. Cumplí sus órdenes y gemí bajo cuando me doble y expuse abiertamente a V. Iba a doler y era lo que necesitaba.

Abrí sus piernas con uno de mis pies. Me coloque detrás. Posicioné mi polla en su entrada. Agarre sus caderas con fuerza y de un toque firme y seguro de mis caderas me metí en su caliente y estrecho interior hasta el mismo tope.

Me dio un toque con su pie para que abriera mis piernas y lo hice. Note su calor antes que su capullo en mi entrada. Agarro con tanta fuerza mis caderas que mañana tendría cardenales y sin aviso alguno me penetro. Me hice una herida al morder mi labio inferior y cerré mis dedos contra el borde de banco haciendo que mis nudillos se pusieran blancos. Había dolido como estar en el infierno quemándose.

Comencé a entrar y salir de él sin darle tiempo a pensar solo sentir. Una y otra vez hasta que mi polla resbalo con facilidad por el interior del canal de su culo. Gruñí con tanta fuerza que empecé a golpear sus nalgas de forma alternativa. Puta ostia el poli me sacaba de mi piel cuando se entregaba así a mí.

La primera nalgada me cogió por sorpresa y me hizo dar un pequeño brinco, iba a protestar cuando vino una segunda, una tercera y todas las demás. Mi polla se puso más dura y empezó a soltar présenme como un caudal de un bravo rio. Agarre mi polla y empecé a meneármela al ritmo de los golpes en mi culo.

Alternaba embestidas contra su culo con las nalgadas. Mi columna se erizo. Lo agarre por el pelo y sin salirme de su culo subí su espalda hasta que se apoyó contra mi pecho. Pase mi brazo libre por su cintura y mis embestidas fueron sin salirme de él. Mis caninos crecieron y al doblar su cuello me clave en su vena con fuerza bruta, tiré del mismo modo de su vena y comencé a beber sediento de su sangre.

Un tirón de mi pelo me hizo alzarme hasta que mí sudada espalda descanso sobre su sudado y ancho pecho. Sabía lo que quería y como el día que me hice de la Hermandad doble mi cuello. Su clavada fue tan fiera que dejaría una marca, me dolió cuando tiro de mi vena pero acto seguido al beber el placer me recorrió…mi orgasmo me arrastro consumiéndome y gritando entre gruñidos su nombre.

Al primer buche que llego a mi boca, mi orgasmo me devoro llenando su hermoso culo de mi simiente. Su cuerpo tembló de la misma forma que el mío. Supe que su orgasmo había estallado unos segundos antes que el mío. Bebí tanto como duraron nuestras corridas. Selle su herida y me salí de el sin soltarlo.

Gracias a su brazo en mi cintura mis rodillas no cedieron haciendo que me fuera de bruces al suelo. Al salirse de mi note su semen corriendo desde mi culo por el interior de mis muslos. Me gire y lo bese sonriendo para dirigirme hacia una de las duchas.

Le devolví el beso y al ir a caminar hacia las duchas le di otra nalgada en ese culo firme y prieto. Lo seguí hasta su ducha.

— Hay más duchas V.

Parado en seco y sin saber que pasaba me fui a la ducha continua. ¿Qué coño le pasaba al poli? El sexo nunca había sido un problema entre los dos y ambos lo habíamos disfrutado.

Terminamos y pusimos la ropa sucia en su cesto correspondiente. Mientras nos vestíamos yo no le quitaba el ojo encima y sin poder morderme la lengua le pregunte.

— Butch… ¿todo está bien?

— Genial — me volvió a besar sonriendo — gracias lo necesitaba, me había helado por dentro y no sabía cómo recuperar mi calor.

— Pero…

— Si preguntas por lo de la ducha — lo mire a los ojos sin dejar de sonreír — tu pusiste los términos o las condiciones, el nombre da igual, ¿recuerdas? — afirmo con su cabeza — solo sexo, sin complicaciones, sin términos y cuando tuviéramos ganas…un momento tan íntimo como una ducha de amantes no está incluido — por primera vez lo deje sin palabras y mi sonrisa se hizo más grande, me había costado la vida mantener mi aroma de vinculación a raya, pero su juego lo íbamos a jugar los dos. — ¿Un billar?

Sin poder articular palabra alguna asentí con la cabeza. Termine de vestirme y di gracias al Fade cuando los sonidos volvieron a mis cuerdas vocales.

— ¿Qué tal si acompañamos la partida con algo de comida y tequila?

— Perfecto, me adelanto y aviso a Fritz que nos traiga unas bandejas de papeo, no se tu pero a mí se me ha abierto el apetito.

El poli me había dado a tomar de mi propia medicina y no me gustó nada…eso pensaba ya vestido y camino al salón.

Donde las dan las toman V… me dije a mi mismo mientras preparaba la mesa de billar sonriendo como un cabrón.




                                             

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