miércoles, 15 de enero de 2020

REGALO by BUTCH FATED


                                                                   REGALO.

                                            

                         

Había perdido permiso al rey y una vez concedido fui a la perrera en busca de un regalo para Vishous. Miles de ellos se acercaban pero solo uno llamo mi atención, era un caniche enano marrón y con un hocico muy lindo. Lo bañaron, vacunaron y pusieron el chip. Le puse una chapa al cuello, sin nombre todavía, con un bonito collar y encima una pajarita. Ellos mismos me vendieron todo lo necesario y un saco grande pienso. Con todo lo necesario para el nuevo inquilino conduje hasta el Pit.

Llegué a la casa y le dije a Fritz que guardará todo lo del coche y en diez minutos lo llevara a la Guarida. Sonrío negando y entre.

— Guarda silencio, no ladres. Tu dueño está en la cocina. Venga vamos.

— Hola poli.

— Hola mi vampiro.

— ¿Un café?

— Gracias, tal vez luego.

Miré al poli, algo tramaba. Se colocó frente a mí y me sonrío.

— ¿Qué tramas?

— Tengo un regalo para ti.

— ¿Y a qué esperas para dármelo?

— Cierra los ojos, los dos.

Respire profundo y los cerré. Lo oí moverse por el Pit y luego en la cocina. Estuve tentado de abrirlos y cogerlo en acción.

Salí al salón y lo cogí en brazos, lo puse sobre la isla a su lado y me coloque de nuevo en frente.

— ¿Puedo abrirlos ya?

— Sí.

Por mi vista periférica vi un bicho a mi izquierda.

— ¿Esto qué es?

— Un perro y es tuyo.

— ¡Y una mierda!

— Venga hombre, de niños nunca tuvimos uno y este es un cielo. Pero mira que carita más bonita tiene.

— No…y…mil…veces…n

— Está vacunado, desparasitado y es muy bueno y obediente. Podremos sacarlo al jardín trasero hacer sus necesidades pero por lo demás no dará lata alguna.

— ¿Qué quieres que haga con este bicho?

— Es un perrito.

— Wrath no te dejará tenerlo.

— Ya hablé con él y tengo su permiso. Venga hombre, no vamos a tener hijos, al menos tengamos un perro.

Fritz tocó y lo ayude a ponerlo todo sobre el sofá. Volví a la cocina.

— Si digo que sí, yo no lo sacaré hacer sus necesidades.

— Lo haré yo.

— No lo quiero en la cama.

— Tiene la suya y tiene dos, una para al salón y otra para la cocina.

— Está bien, maldito cabrón irlandés.

— ¡Bien! Voy hablar con Beth y os dejo para que os vayáis conociendo. Y hay que buscarle un nombre.

El bicho y yo nos miramos.

— Tú tampoco me gustas que quede claro, te voy a quitar esa pajarita, las locuras de tu otro dueño — el bicho ladro una vez— ¿Cómo te voy a llamar? Bicho te parece bien— ladró dos veces —eso es un no— ladró una vez — ¿Qué te parece poli? — Ladró una vez— Pues te llamaras Poli que se joda Butch. — Me levanté y al llegar al salón lo mire. — ¿Esperas una invitación? — Saltó y vino hacia mi moviendo su colita. Le puse pienso y agua, quité todo del sofá y me senté a ver partidos de los Red Sox grabados. Cuando terminó de comer saltó y se acurruco a mi lado. Sin darme cuenta me vi acariciándolo.

Cuando entre al Pit todo estaba oscuro, seguí hasta la habitación y me mordí una carcajada. Vishous dormía plácidamente y el lado de mi cama estaba ocupado por el perro. Una nota estaba sobre mi almohada.

“Comió, bebió e hizo sus necesidades en la ducha, te toca limpiarlo. Vimos los partidos y nos hemos venido a dormir. Te jodes y esta noche duermes en el sofá o en alguna de las camas de Poli, ese es su nombre”

Salí llevándome mi almohada y una manta, cogí legía y limpie lo que Poli había hecho. Distribuí toda la comida en la cocina y los juguetes al lado de la cama del salón Y me desnude acostándome.

El cabrón lo había llamado Poli, riendo me quedé dormido.

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