domingo, 21 de junio de 2020

LEYENDA...24ª


                                                               LEYENDA


                         


 Vishous y Butch Fated

Dos meses mirando bibliotecas de todo Dios y nada. La vida del poli pendía de un invisible y fino hilo y no termino de descubrir nada de nada y eso era una puta mierda. Iba a darle luz cuando dormía y había tomado su encierro con mucha tranquilidad y paciencia. Ya no lo atábamos pero seguía con vigilancia fuera. Aun no habíamos hablado de lo ocurrido y gracias a mi sangre en su cara no quedaban señales de mis golpes.

Había pedido permiso al rey para poder pasear por el jardín bajo mi vigilancia y a regañadientes había acertado.

— ¿Duermes poli?

— No.

— Ponte algo de ropa, vamos a dar un paseo por el jardín te hace falta un poco de aire.

— ¿No hay luz esta noche?

— Estas muy bien y ahora no te hace falta. Te espero fuera.

Diez minutos después caminábamos por el jardín trasero de la Mansión en calma y en silencio.

— ¿Por qué tenéis una piscina que no utilizáis?

— Vino con la casa cuando Darius la compró y vamos hacer unas reformas para que la puedan utilizar los niños de la casa.

— Me parece perfecto.

De nuevo el silencio. Me encendí un liado y me senté en el suelo aparcando mi espalda contra el tronco de un árbol milenario. El poli se quedó de pie dándome la espalda y mirando las estrellas en el cielo.

— ¿Por qué te fuiste?

— ¿Por qué pusisteis precio a mi cabeza?

Hablamos los dos a la vez y me gire para mirar a Vishous. Este se levantó apagando el liado y guardando la colilla en su bolsillo trasero.

— ¿Quién te dijo esa mierda?

— Ellos.

— Te mintieron. Nos hemos vuelto locos buscándote sin tregua ni descanso. Yo te daba por muerto y era tal mi agonía que no he dejado de molestar al cabrón humano de tu ex compañero. Nos conoces, ¿cómo pudiste creer esa mierda?

— ¿Ahora es culpa mía?

— No, sólo hago una pregunta. Creí que te habíamos demostrado con creces que eres importante para nosotros…para mí. Huiste como lo hizo Thor y puedo llegar a entender que el hermano lo hiciera por lo que perdió, pero tu Butch.

— Tenía que hacerlo. Tuve la sensación de que no os importaba una mierda y que me habíais desterrado al ático para siempre. Yo quería estar con los que llamo mi familia y llegué a la conclusión de que hasta eso había perdido…yo mismo me consideraba un maldito perdedor.

— El Omega te buscaba, te sigue buscando, solo estábamos preocupados por ti y te queríamos a salvo hasta descubrir cómo acabar con ese hijo de puta. Nunca te hemos abandonado y no eres un perdedor, eres uno de los nuestros, lo has sido desde que entraste en nuestras vidas.

— Se suponía aparecería la noche de la guerra para celebrar la victoria sobre la Hermandad. Eso ha sido difícil, volver a verlo y eso que soy su culo preferido.

— No te degrades de esa forma Butch. No delante de mí.

—Perdón. Pero nada importa ya. En el mejor de los casos estaré desterrado y en el peor muerto. Así que a la mierda todo.

— Encontraré algo que diga que te sucedió la noche que te pusiste en plan aspiradora.

— Llevas dos meses intentándolo y aunque lo hagas, ¿cómo volveréis a confiar en mí?

— No es cuestión de confianza, todo se resume a que el Omega sigue suelto y no sabemos qué pasará si vuelves a estar delante de ellos. Conviviste con ellos seis meses de tu vida y no sabemos si eso de aspirar se puede volver en nuestra contra. No sabemos con certeza si eres uno de ellos pero pase lo que pase hare todo lo posible para que sigas con vida aunque sea lejos de nosotros. Y seguiremos buscando al Omega para que puedas llevar una buena vida.

Volví a poner mi culo en la hierba y mi espalda contra el tronco pensado que no podría estar lejos del poli y que no estuviera con nosotros no era una opción.

— Una buena vida lejos de ustedes, no es una buena vida — me tendí en la hierba al lado de V cruzando mis tobillos y poniendo mis manos cruzadas detrás de la cabeza mirando al cielo — si soy desterrado prefiero la muerte.

— Voy hacer todo lo que este en mis manos para que sigas a nuestro lado y para siempre, tienes mi palabra.

Silencio cómodo.

— Vishous.

— Mmmmm.

— Quiero pedirte disculpas.

— No hace falt…

— Si, si hace falta. Te pido disculpas por no haber hablado contigo y confiado en ti. Por haber creído a esos hijos de puta. Por mi cobardía. Por haber huido. Y por todo el daño que he podido hacer a la Hermandad pero sobre todo a ti.

— Disculpas aceptadas.

Y nos quedamos disfrutando de la cálida noche y de la compañía del uno del otro en un nuevo silencio más calmado y sosegado. Más en paz.

Tres noches después nos llevamos al poli a tomar unos tragos y un poco para demostrarle que seguía siendo uno de los nuestros.

— Lo vamos a pasar de cojones — soltó el piruletas.

— No estaremos hasta muy tarde — terció Phury.

— Joder hermano desde que tienes hembra y te has quitado de tu adicción eres peor que una vieja maruja — rio Z.

— Bajar del coche de una puta vez — grité con mi mueca por sonrisa. El poli bajo y se puso a mi lado — ¿te encuentras mal?

— Sí, tengo calor y no me encuentro bien.

— Os dije que tanto tiempo encerrado le iba a pasar factura — dijo Thor —respira hondo amigo.

Deje de oír lo que decían cuando un zumbido se coló en mis oídos, era como una llamada. Maldita sea, ahora no pero era como si tiraran de mí. Me separé del grupo y empecé a correr hacia el rio.

— ¡Butch!... ¿dónde vas? — le grité.

— Poli.

— Joder corramos o lo perderemos.

Vi por el rabillo de mis ojos que Rhage y Z me alcanzaban y se situaban a mis costados. Empuje a uno y al otro haciéndolos caer.

— ¡Cabrón! — grito Rhage.

— ¡Arriba hermano! No debemos perderlo de vista.

Por fin paré al llegar a uno de los callejones cerca del rio. Me adentré dentro y los vi, eran restrictores.

— Bienvenido hermano.

Oí pasos que frenaban en seco y caminaban hacia donde yo estaba. Yo me adelanté caminando hacia los talcos.

— Butch…¡¡NO!! — grité desesperado y yendo hacia él. Una mano en mi hombro me frenó.

—Déjalo ir Vishous, lo hemos perdido. Preparémonos para el ataque y tu estate listo para matarlo— susurro Thor con pena en su voz.

Sabía que mis hermanos estaban ahí y quería dar media vuelta hacia ellos pero no podía parar mis pies que me llevaba donde estaban los enemigos. Una vez entre ellos las ansias de aspirar volvieron y esta vez con más fuerza. Miré al que estaba a mi derecha, agarré su cara con mis manos y cuando sonrío me quede como estaba.

— ¿Vas a besarme marica?

En cuanto abrió la boca empecé aspirarlo y a chupar a ese mal nacido. Luego fui a por otro y a por otro mientras el resto intentaba detenerme.

— Chicos mirar, está haciendo lo mismo de la otra noche. Vamos ayudarle.

Corrimos metiéndonos en una pelea mientras el poli seguía aspirando sin precaución y sin moderación. Lo vi caer al suelo en posición fetal. Avise para que hicieran un circulo de lucha alrededor de los dos. Lo coloqué boca arriba abriendo con fuerza su camisa de seda. Proyecté la luz en mis manos y se la pase a su herida.

— Tranquilo Butch, ya estoy aquí.

— Me…mue…ro…

— Y una mierda. Y si vas a seguir aspirando tendremos que poner un tope amigo mío.

— Pen…sas…te…is…que…

— Ya sabes que somos unos cabrones mal pensados.

— Hijos…de…pu…ta…

— Eso siempre poli, no lo dudes. Ahora cierra los ojos.

Una hora después estaba en su cama del Pit descansando y nosotros en el despacho del rey.

— Con que ha vuelto a pasar.

— Si y ha demostrado su lealtad. Vuelve al Hueco conmigo.

— No me opongo. Pero el tiempo corre contra nosotros, o averiguas algo o nos pedirán su muerte. Son nuestras leyes.

— No queda ni una puta biblioteca que no haya revisado, hasta la de los humanos y no hay nada.

— El resto ir a descansar y Thor dile a la reina que venga.

Diez minutos después Beth entraba en el despacho. Me saludó y fue al lado del rey.

— Vamos a mostrarte algo que no debe salir de aquí. La reina me ayudará con los escalones mientras el perro espera aquí. Ponte estos guantes y síguenos.

Se levantó yendo hasta un panel al lado de la chimenea. Movió la espada de una estatua que había al lado y el panel corrió hacia un lado dejando a la vista un hueco oscuro. Beth encendió una luz y casi me caigo de culo al dejar al descubierto una enorme y antigua biblioteca.

— Fue la primera de nuestra raza. Hay libros tan antiguos como la historia de los padres de mi esposo o mi propia familia y padre Darius. Hay libros que hablan de nuestros ancestros, de historias antiguas y de leyendas.

Beth me mostro un libro que yo conocía muy bien.

— Pensé que ese libro se había quemado entre otros que mi hijo puta padre hizo quemar. Tuve la suerte de leerlo.

— Por suerte no fue así y ha acabado en buenas manos. Se lo voy a dar a leer a Jhonn. El rey y yo hemos pensado que tal vez aquí halles algo que salve a Butch. Te ayudaré.

— Son miles y miles.

— Tienes razón hermano pero podríamos empezar por las leyendas y continuar desde ese punto. Nadie quiere la muerte del poli. Así que manos a la obra.

Tardamos más de un mes en dar con algo que nos puso sobre la pista que debíamos seguir y dos meses y dos semanas después de empezar la búsqueda, lo hayamos.

— Lo tengo…se titula La Leyenda de Dhestroyer.

— Por fin, ya había perdido la esperanza.

— ¿Qué dice? — ladró Wrath.

— Vendrá uno que al enemigo reconocerá. Que traerá el fin antes del Amo. Un luchador del tiempo moderno que fue hallado en el séptimo del veintiuno y será conocido por los números que lleva: uno más que la brújula percibe y solo cuatro puntos con su mano derecha puede marcar. Tres existencias tiene. Dos marcas por delante y con un ojo amoratado. En un pozo nacerá, vivirá y morirá.

— Ahora soy yo quien no entiende nada — se quejó la reina.

— Butch puede sentir a los restictores antes que nosotros y que ellos mismos. Vengará lo que le paso con la muerte del Omega, al menos es lo que desea. Es un guerrero de nuestro tiempo desde que era policía. Lo encontramos en el siglo veintiuno el día siete, el del Eclipse de la luna grande y roja que pasa cada cien años. Lleva en su espalda baja unas rayas tatuadas que marcan números. Tiene un defecto en el meñique de la mano derecha que solo le permite marcar cuatro y no le impide tener buena puntería con las dagas o las pistolas, es de los mejores tiradores que he visto. Tiene tres existencias…la niñez, la juventud y la madurez. Tiene las dos marcas de las heridas de balas de cuando lo secuestraron que no sanaron bien. La herida bajo el ombligo tiene forma de ojo amoratado. Nació en Cadwell conocida también como The Well, el pozo donde vive y en algún momento morirá.

— Entonces Butch, ¿vivirá y seguirá con nosotros?

— Si mi Nallun. Siglos oyendo esa leyenda contar y todos esperando que se cumpliera como pasa con nuestras leyendas y nunca ocurrió hasta hora. Tendremos que tener la certeza saliendo mañana a luchar y dejando que haga su trabajo, pero controla que no se pase aspirando. Llamare a la Glymera.

— Wrath, no lo voy a engañar, voy hablar con él y que decida si quiere serlo.

— Me parece lo justo. El hecho de que sea una leyenda aunque no quiera serlo será suficiente para salvar su vida y que continúe con nosotros.

Una hora después le había contado lo que había encontrado.

— ¿Soy una leyenda?

— Eres algo más poderoso…nuestra más letal arma contra la Sociedad de Restrictores, pero solo si así lo decides tú.

— De acuerdo. Mi madre y mi padre me dijeron que debería abrazar mi destino fuera cual fuera y si ese es el mío, lo acepto y abrazo. Pero si me giro contra vosotros quiero tu palabra de que me matarás.

— La tienes. Ahora descansa, mañana por la noche tenemos una noche larga y dura por delante.

— No te sientas culpable si llega el momento de que me tengas que clavar una daga en el corazón…has hecho por mi todo lo humanamente posible.

Dos zancadas y cogí su cuello con mi mano enguantada pegando su boca a la mía. El beso fue hambriento, voraz y lleno de ansia. Nos despegamos para poder respirar.

— Vamos a poner un tope de albinos y vampiros del Omega a tragar, diez, ni uno más y no separes tu culo del mío. Y no te voy a tener que matar porque eres un hermano no un restrictor. Ahora vamos a descansar.

Asentí porque estaba sin aliento por el beso y coloque mi polla dura cuando me metí en la cama. Ese cabrón chupa sangre sí que sabe besar, el maldito condenado.

3 comentarios:

  1. Por Dios bendito,que buen capitulo. Gracias por hacernos soñar con vuestra maravillosa forma de escribir. Espero con ansias el siguiente.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por ayudarme con mi blog y recomendarme las rosas negras para cerrar capitulo,idea que copie de vosotros. Pasaos cuando queráis y acepto vuestras criticas. Un beso con cariño.

    ResponderEliminar
  3. Lo haremos y te vamos hacer publicidad. Un abrazo Sioamara.

    ResponderEliminar