domingo, 11 de octubre de 2020

DESTRUCCIÓN...36ª



                                                                DESTRUCCIÓN


                                




Butch y Vishous Fated

Vishous ya debería estar en casa, los nervios me comían. Faltaba para el amanecer pero eso no calmaba mi nerviosismo. Aunque hubiese llamado a un sumiso ya hubiese acabado la sección.

— ¡Maldito genio y su comportamiento imprevisible! — maldije mirando mi reloj de muñeca por enésima vez.

Me había duchado y vestido con la idea de volver con el poli. Encendí un liado y apagué las velas saliendo del ático. La idea de regresar al complejo era de lo mejor, ahí estaba esperándome mi macho. Ese era mi firme propósito…solo que no llegué a cumplirlo. Me perdí en la noche buscando aplacar mi rabia y mi desespero. Tenía ganas de gritar, de pelear…de matar o que me mataran.

Rodeé la cocina y me dirigí hacia los ordenadores, poco sabia de ellos pero tenía que hacer algo. Por lo menos sabía usar el ratón para localizar el chip del G.P.S. Todavía estaba por la zona del Commodore.

Un minuto y medio después volvía a estar en el Escalade cruzando todos los límites de velocidad una vez más. Aparqué y el olor inquietante de restrictores sonó como una campanilla de Papá Noel en Navidad. El enemigo estaba cerca y eran varios. Se me erizó el pelo de la nuca y me sentí atrapado entre la maldita guerra que teníamos con esos cabrones y mi macho. Cerré los ojos y respiré profundo…mi instinto estalló como una granada, ¡Vishous!

Abrí los ojos subiéndome al coche y me deje guiar por la llamada hasta que los faros iluminaron un largo y estrecho callejón. La imagen heló la sangre en mis venas. Al fondo del sucio lugar se estaba desarrollando una pelea: tres albinos y un solo oponente que no presentaba batalla y se dejaba golpear y esos perros mal nacidos llevaban cadenas gruesas en las manos.

Me bajé cruzando el coche y corrí hacia lo que estaba pasando. Gruñí al ver como lo golpeaban y su sangre salpicaba paredes y suelo. Salté y aplasté con rabia de un golpe al que tenía más cerca. Cuando caímos sobre el suelo, decidí no inhalar, le corté el cuello de un tajo y luego se la clave en el corazón hasta que solo fue polvo en el asfalto. Me levanté dando un tirón a uno de los dos que quedaban por la cadena cuando la hecho hacia atrás haciendo que el hijo de puta cayera a mis pies. Mismo ritual, tajo en el cuello y daga en el corazón. Me fui a por el tercero que me dio más trabajo pero al fin acabé con su puta y miserable vida.

Encaré a mi macho y lo que vi de frente me hizo rugir y el cabreo subió desde mis pies a la cabeza.

— ¿Qué estabas haciendo cabrón? ¿Dejándote matar?

Me doblé por la cintura y apoyé mis manos en las rodillas pero esa posición no me dio alivio al dolor que estaba sintiendo por los malditos golpes. Respiraba con dificultad y me faltaba el aliento.

— ¡Contéstame cabrón! ¿Qué coño se supone estás haciendo? —Pasé una mano por mi pelo y alcé la vista al cielo dando las gracias por la lluvia que empezaba a caer y sus gotas frías— ¿Hasta dónde pensabas llegar Vishous?

Empezó a caer una llovizna helada y era de agradecer. Un chorro de sangre se escurrió de mi boca. Tosí un par de veces y no dije nada intentando coger fuerzas. Tenía dos costillas rotas que me impedían restablecer el aire en mis pulmones. Además el poli no quería oír las respuestas a sus preguntas.

Miraba las luces de la ciudad mientras el agua que caía me mojaba la cara, hasta que me di cuenta que no eran las luces, era el sol que empezaba a desperezar sus rayos brillantes. Tenía que sacar al loco de mi macho del callejón. De pésimo humor corrí hasta el coche poniendo el motor en marcha, Pisé el acelerador hasta el fondo y derrapó un poco sobre el asfalto mojado. Me detuve a unos centímetros de V.

— Súbete — ni le miré. Ninguna repuesta — súbete al maldito coche o te juro que sigo golpeándote yo mismo hasta que revientes… ¡súbete cabrón!

Me subí porque sabía que el poli cumpliría su promesa. A veces parecía que en vez de ir juntos Butch y yo íbamos en paralelo y la culpa era solo mía…como en este momento. Debía dejar que me alcanzara pero no podía hacerlo. No quería mostrar signos de debilidad ante él. Ahora mismo sentado a su lado solo era una contusión andante de uno noventa de estatura y ciento quince kilos de peso. Dos colmillos y una mano maldita. Me dolía cada centímetro de mi cuerpo y como era imposible concentrar el dolor en un punto no gritaba. Al cambiar de posición en el asiento mis costillas rotas aullaron. Agradecía el silencio entre los dos que duro más bien poco.

— ¿Hasta dónde pensabas dejar avanzar las cosas con esos hijos de putas? Hasta que te dejaran tirado en ese sucio callejón medio muerto y el sol hiciera el resto del trabajo. ¿Qué hubieras considerado suficiente?

— No te hagas, ¿vale?

— ¿Qué?... ¿Qué has dicho?

— No te hagas…el que no sabe de qué va esto. Te he visto bebiendo como un loco, borracho a cuatro patas. Te he visto medio inconsciente con un vaso en la mano y la botella en la boca. Así que no te hagas el santo conmigo.

— Eres un cabrón miserable hijo de puta. Me estas echando en cara mi vida pasada, cuando yo llegué a la tuya era una puta mierda.

— Como quieras, lo que tú digas. Al menos no voy de santurrón por la vida.

— Ahora te metes con mi fe bastardo. Y yo no soy un cerdo pervertido.

— ¡Vete a la mierda poli!

— Y tú ¡a tomar por culo!

Llegamos a la Mansión y fuimos directos a la Guarida, no hacía falta que nadie me viera así. Cada uno a su habitación y yo directo a la ducha. Al mirarme al espejo yo mismo me espante de mi aspecto…la cara y cuerpo lleno de enormes cardenales. El torso, hombros y pectorales llenos de heridas muy feas y en carne viva. Un ojo tan hinchado que casi no podía abrir el parpado. Una herida profunda y sangrante en el labio inferior y mi mandíbula tan golpeada que los moretones sobresalían por encima del pelo de mi perilla y bigote.

Me puse un pantalón de chándal negro y salí al salón, el poli no estaba así que seguí camino a su antigua habitación, ahí si estaba. Sentado en el borde de la cama, con los codos apoyados sobre las rodillas. Desnudo, con el cuerpo y pelo mojado y una botella de whisky en las manos.

— ¿Sabes que estoy pensando V?

— Cuéntame.

— En la noche que te vi arrojarte desde el balcón de tu ático y creí que habías muerto— di un trago a la botella de whisky y suspiré —creí que ya habíamos superado esa etapa.

— Yo pensaba lo mismo— me senté sobre uno de los brazos del sillón, quedando frente a él.

— Ve hablar con tu madre de esta mierda pero no te mates a ti mismo.

— La mataría Butch,lo sabes. No sé cómo lo haría, pero mataría a esa perra. Primero me deja en manos de un puto psicópata que es un sociópata con solo tres años. Me oculta que es mi madre durante trescientos años. Casi me obliga hacer el puto Gran Padre. Me esconde que el Omega que te secuestro y violó es mi tío y para rematar mi cordura me esconde que tengo una hermana gemela a la que encerró y retuvo contra su voluntad por siglos. Es demasiado para un ser como yo…hasta aquí hemos llegado. ¿Me das un trago de tu matarratas?

— Claro —le pase la botella para que bebiera — despertar muerto en el Fade o dejarse golpear no es la respuesta a tus problemas.

— ¿Te estas ofreciendo a hacerlo por mí? Porque me estoy volviendo loco y necesito sacar esta mierda fuera. Soy peligroso en este estado y de muy poca ayuda ahí fuera peleando. No puedo, ni debo caer en mis viejos hábitos.

— ¿Te sientes tentado?

— Necesito el alivio que eso me produce, no voy a negarlo, pero no pienso estar con nadie que no seas tú. Mi polla no va a estar dentro de otro culo que no sea el tuyo. Además lo que necesito ahora es un Amo, no un esclavo. Como no puedo confiar en nadie, estoy atrapado y estoy endemoniadamente loco. Joder, ¡cómo me duele el labio!

Por fin había soltado toda la mierda que me corría por dentro. Todo.

— No te ofendas, pero te lo mereces por ser un puto capullo. Anda túmbate en la cama y bebe de mi vena para que sanes más rápido.

Lo hice bebiendo y notando una ligera mejoría, pero muy ligera. El sexo sobraba esta vez. Esta toma de sangre era para curar el cuerpo y el alma. Sellé la herida y me apoye en un brazo mirándolo a los ojos.

— Tal y como estoy tardaré días en sanar.

— Si vuelves hacer eso otra vez…

— No voy a dejar que me maten. Esa no es la idea. Sé perfectamente donde poner el límite.

— No es eso lo que vi cuando llegué al callejón. Te lo estás creyendo pero sé muy bien por experiencia que las situaciones pueden salirse de control y se puede volver en contra de uno.

— En mí, eso es imposible poli.

— No te creas Dios, porque mi Dios fue traicionado por un amigo y condenado a morir en la cruz.

— Confía en mí.

— Lo hago V pero no confío en tu locura y en que estas cruzando líneas muy finas. —Hablando con él un pensamiento cruzó mi cabeza — Deja que sea yo tu Amo. Tu solo no podrás con esta situación y yo soy de confianza.

Me levanté de un salto de la cama y me lo quede mirando.

— ¿Te has vuelto loco Butch?

— No, nunca he hablado más en serio en mi vida.

— No te veo como Amo y mucho menos metido de cabeza en mi mundo de depravación.

— Porque nunca me había interesado hacerlo, pero ha llegado el momento.

— ¡No y mil veces no!...¡¡NO!!

— Venga ya V. Tú lo necesitas y yo soy el adecuado.

— No sabrías ser un maldito Amo, ni hoy, ni mañana y ni nunca.

— Hasta que no llegué el momento no lo sabremos.

— ¡Estás loco! Me voy a dormir en mi habitación, necesito estar solo ahora mismo.

Salí con todo el cuerpo temblando y cerré mi puerta dando un portazo. Abrí la botella de vodka que había cogido de camino y mientras me quitaba el pantalón y me metía en la cama bebí hasta no dejar una gota en la botella. Encendí un liado con imágenes del poli siendo un Amo conmigo y mi cuerpo volvió a temblar. Me levanté a por otra botella y volví a mi cama.

Sonreía mientras esperaba que pasara un tiempo. Me acabé el whisky y una idea se fue fraguando en mi cabeza. Quería saber si podía ser un Amo para mi macho y además tenía que probárselo a él mismo. Y este día era muy bueno para hacer la prueba y ver hasta dónde podía llegar yo, aunque sería muy diferente en su ático y con sus juguetes.


2 comentarios:

  1. Muy,pero que muy buen capitulo. Me gusta que estais cogiendo capitulos sueltos de ellos dos y los estais llevando a vuestra mano. Gracias por eso. Espero impaciente el siguiente.

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  2. Es un poco para poder meternos de lleno en su historia tal y como nos guataria que hubiese sido. Muchas gracias a ti guapa.

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