miércoles, 21 de octubre de 2020

DOMINACIÓN...37ª


                                                             DOMINACIÓN



Este capítulo tiene escenas muy explicitas y un poco duras de Bondage. Dejamos de vuestra mano si queréis leerlo o no. Gracias.


                                                     




Butch y Vishous Fated

Estuve mirando videos por un tiempo, el mismo que hacía para que V se durmiera, pero joder ser un Amo Dominante no era nada fácil pero tenía que demostrarle a mi macho que podía hacerlo o volvería a salir a que unos malditos humanos o restrictores lo volvieran a golpear. Ya estaba bien de videos y de buscar información, era hora de pasar a la acción. Tiré el móvil sobre mi cama y me puse un pantalón de pijama largo, dejé mi cruz sobre la mesa de moche y me fui hacia la cocina cogiendo una cuchara de madera. Girando sobre mis talones me encaminé hacia su habitación. Entré y me posicione a los pies de su cama. Esperaba que mi voz fuera más fuerte y dura de lo habitual.

— ¡Despierta maldito cabrón!

Me había costado quedarme dormido, el dolor me lo había estado impidiendo porque aunque había bebido de su sangre estaba curando muy lentamente por dentro y por fuera y de eso hacía dos días. Y gracias también a las cuatro botellas de vodka que me había bebido y me habían adormilado. No me había atrevido a pedírselo al poli que no se había dado cuenta que hacia días que me había alimentado de su vena y porque con lo de Payne y el abismo que se estaba abriendo entre los dos no tenía valor. Estaba en lo mejor de mi sueño cuando una voz dura y potente me dio una puta orden. Abrí gruñendo los ojos y mi macho estaba a los pies de mi cama.

— ¡Vete al diablo y déjame dormir!

— Te he dado una jodida orden y la vas a cumplir. ¡Despierta!

— Sal de mi habitación o juro por el único huevo que me queda que te golpearé.

Tiré de la sábana negra y lo deje desnudo como dormía a la vista. Me hice hacia delante y agarré el conjunto de su sexo apretándolo hasta hacerle daño.

— Vas hacer lo que te ordene — con la mano libre y que aguantaba la cuchara de palo le golpeé el estómago— vas a obedecer mis órdenes y durante todo el proceso guardarás silencio y serás un buen sumiso o volveré a golpearte. ¿Me has entendido? — volví a colocarme en la posición inicial.

Maldito cabrón, ¿qué mierda le pasaba? Yo sumiso ¡y una mierda! Obedecer y callar, ni en tus sueños lo veras.

— ¿Qué cojones te pasa? Salte de aquí de una puta vez.

Antes de que se diera cuenta me tenía a su lado derecho y mi mano apretaba su maltrecho cuerpo mientras intentaba zafarse del agarre.

— Querías un Amo, ya lo tienes…y por mi puta vida que vas hacer lo que te digo o te castigaré.

Su agarre era tan fuerte que no podía escapar de él. Se me olvidaba a veces la fuerza que había adquirido al doblar su cuerpo con la Transición. Al mirarlo a los ojos vi en ellos su determinación y su decisión tomada sí importa si me gustaba o no. Asentí no podía hablar.

Lo solté y volví a los pies de su cama empezando hacer un Amo Dominante.

— Trabaja con tu mano enguantada en tu puta erección y no pares hasta que tu polla este dura como una piedra. Enciende unas velas quiero verte.

Querías jugar Butch, vamos a jugar y veamos hasta dónde eres capaz de llegar. Encendí unas pocas velas e hice lo que me ordenó. Empecé a jugar con mi pene hasta que mi mano encontró un ritmo constante.

Santo Cristo era un espectáculo bello, misterioso, pornográfico, excitante y sublime. Con Vishous muchas veces el sexo era una experiencia llevada al límite, a un punto brusco y tortuoso, retorcido y exigente pero maravilloso, pero nunca lo había visto masturbarse.

— ¿Así cabrón?… ¿esto es lo que quieres?

— ¡Silencio! No te he dado permiso para hablar. Aumenta el ritmo y no dejes de mirarme.

Sin saber muy bien porque hice lo que me dijo y gruñí bien bajo maldiciéndolo en mi mente. Mi mano fue más rápida y por inercia abrí más las piernas y doble mis rodillas.

Mi polla empujaba por salir de la presión de mi pantalón pero esto no era sexo, se trataba de poder sobre una persona y mierda si me estaba gustando.

El orgasmo recorrió mi columna como un rayo cruza la noche. Se paró en mis riñones para concentrarse y lo noté correr con fuerza impetuosa por el tronco de mi polla hasta estallar en mi capullo y salir llenando mi mano con guante, mi estómago y pecho. Al tiempo mis caderas se habían movido como si me follara al poli. Baje mi culo a la cama y estiré las piernas. Mi mano seguía en el mismo sitio.

Mi polla supuro présenme cuando su cuerpo se tensó y brillo a la luz de las velas por el sudor. Supe que pronto se iba a correr y cuando eso pasó yo gemí al verlo irse sin ningún pudor. Me fui de nuevo a su lado, me senté y lo ayude a levantarse hasta quedarse sentado. Le giré la cara. Yo el cuello y lo empujé hasta que su boca estuvo sobre mi vena. La perforó y tiró de mi vena bebiendo. Mi propio orgasmo reventó con fuerza dentro de mi pantalón y jadeé de placer. Cuando terminó de alimentarse y selló mi herida me levanté y fui hacia la puerta con la mano en el pomo.

— Poli…

— Aun no te he dado permiso para hablar. En dos horas te quiero en el ático.

Abrí la puerta sonriendo directo a la ducha de mi habitación. Aun había presión dentro de él acumulada y era muy peligroso para el mismo y para los demás. Había llegado la hora de ver hasta dónde podría llegar por el hombre que amo.

Llegué al ático y abrí una botella de whisky que me bebí de un golpe y sin respirar, abrí otra más y otra de vodka. Con mi mechero encendí unas pocas velas, las justas para poder ver sus reacciones de su cara y cuerpo. Me senté en el filo de la cama quitándome las botas y calcetines que puse a un lado. También me quité el abrigo, las armas y la camiseta y solo me quedé con el pantalón de cuero. Me levanté yendo hasta la zona de sus juguetes para tocarlos y familiarizarme con ellos. Toqué lo que estaba colgado y abrí los cojones…un escalofrió recorrió mi columna vertebral haciendo que mi cuerpo se convulsionara ligeramente. Sacudí mi cabeza y cogí una fusta muy dura, hice mi mano hacia atrás y un silbido cortó el aire antes de golpear la mesa. Me estremecí, dejé el artilugio en su lugar y fui a por la botella segunda de whisky y volví al mismo sitio.

Tenía que templar mi nerviosismo o esto podría salir muy mal. Tenía que ser el macho Amo que V necesitaba.

Estaba pensando en ir o no ir cuando lo que había sucedido hacia una hora se cruzó por mi cabeza y me hizo gruñir. La verdad es que el hijo de puta lo había hecho muy bien y cojones se me había gustado verlo en plan Amo Dominante. Que mierda, no pedía nada por probar y necesitaba que me dieran lo que yo había dado a todos y todas mis sumisos. Era el poli o buscar otros restrictores o pegarme un tiro. Una vez duchado y vestido salí al jardín para desmaterializarme pero encendí un liado y le siguieron tres más. Estaba de los putos nervios y yo no era así, un manojo de puro nervios. Mi mano temblaba cuando al entrar en la casa e ir a la sala de juego me metí entre pecho y espalda una botella de vodka. Después de cuatro liados más me planté en la terraza de mi ático y abrí las puertas con mi mente. Di un paso hacia delante y las cerré. Busqué al poli que salía del baño y me empecé a preguntar si sería capaz de empezar y llegar hasta el final y cumplir con su promesa silenciosa de ser mi Amo Dominante.

— Ya pensaba que eras un cobarde V.

—No te voy a mentir poli, me lo he pensado mucho.

— Ven bebamos algo antes de empezar. Hay una botella con tu nombre y otra con el mío. Aunque presiento que ya hemos bebido para días.

 Bebimos en silencio, perdido en nuestros pensamientos y miedos.

— ¿Crees que serás capaz Butch?

— Ya lo veremos.

— Si empezamos deberás acabar la sección. Pase lo que pase tienes que llegar hasta el final.

— Eso ni lo dudes…ya está bien de charla y de beber. Al centro de la habitación, desnúdate y demuestra respeto por tu Amo bajando la vista al suelo y poniendo tus manos atrás… ¡AHORA!

Me levanté sorprendido por el tono autoritario de su voz, más fuerte que el que uso en mi habitación e hice lo que me dijo. Me coloqué en el centro, me quité la ropa y adopté la pose de sumiso.

Mientras el cumplía con lo que le dije yo me fui hacia los aparatos buscando una máscara y cuando al fin la encontré fui hacia él y se la puse. Esa máscara solo dejaba libre la nariz y la boca.

— Conoces bien el lugar así que ve hacia la mesa de metal en forma de X y súbete.

El pánico me atenazo cuando deje de ver y empecé a sudar incapaz de cumplir la orden.

Me coloqué a su espalda y le hable al oído cuando se quedó quieto en el mismo lugar.

— Cumple mi orden o el juego se acaba aquí y ahora.

Ante su amenaza mis pies se manejaron solos y tanteé cuando tope con mis muslos con el vértice de la mesa. Me subí colocándome mientras respiraba tan rápido que el oxígeno no me llegaba a los pulmones. Me obligué a respirar con calma hasta que el aire llenó y expandió mis pulmones. El frio hizo que el poco vello que tenía en la nuca se arraizara al tocar mi cuerpo caliente el metal frio.

Fui hacia la mesa y até sus muñecas y tobillos bien fuertes con las correas de cuero anchas y duras. Volví a mirar los instrumentos mientras cogía un dilo de metal y un aro del mismo metal. Fui hacia sus pies e introduje el dilo en su culo a la fuerza y sin lubricante. Manejé su polla hasta que estuvo dura y cerré el aro alrededor de su polla en la base. Revise un cajón hasta encontrar lo que buscaba, volví hacia sus pies y le coloqué unos parches en el tronco, capullo de la polla y otro en el único huevo que tenía. Otro más debajo de su huevo y otro sobre la entrada ya ocupada de su culo. Encendí el mando y busque el tres, lo conecte y lo dejé el aparato entre sus piernas dándole descargas de electricidad cada diez minutos. Volví a su lado y encendí una vela. Cogí la fusta dura de antes y me coloqué.

El muy cabrón para no tener idea sabía muy bien lo que estaba haciendo. El dolor de mi culo cuando se abrió a la fuerza fue lacerante y las descargas de electricidad eran brutales y me mantenían vivo, despierto. Al no ver mis otros sentidos estaban muy desarrollados. Gemí en mi cabeza cuando me masturbó y mi polla semidura se puso dura del todo. El aro en mi polla cortó de raíz el brutal orgasmo que se avecinaba y volví a gruñir pero esta vez fuerte y claro. Un golpe de fusta sobre mis muslos me aviso que de guardar silencio o me cerraba la cremallera de la boca.

— ¡Silencio!...no te he dado orden ni para gruñir, ni para gemir y mucho menos para hablar.

Mi mano tembló cuando después de darle un golpe con la fusta dejé caer la cera caliente sobre su plano y duro estómago, quité la costra y golpeé el lugar marcado con la fusta. Su cuerpo saltó sobre la mesa. Este maldito juego de humillación es algo que avergüenza pero hacerlo te excita y como te excita te da vergüenza y esos sentimientos son una reacción en cadena.

Le estaba cediendo el control total a Butch y eso nunca lo había hecho, ni aquí en mi ático y mucho menos cuando salíamos a patrullar y pelear, ni con él, ni con nadie. Pero que me quiten el único huevo que me quedaba sino me estaba gustando pero yo necesitaba más dolor y supe que me lo daría. El dolor prendía mi cuerpo y mi alma. Me hacía sentir vivo como nunca lo había estado. El dolor me hacía saber que no era invencible. Me estaba exponiendo como un sumiso ansioso de golpes en un cuerpo maltrecho por otros golpes, amarrado y a merced de el poli.

A pesar de todos los golpes que estaba soltando supe que él necesitaba algo más duro y doloroso. Tenía que dejar de pensar en Vishous como mi pareja y verlo como un sumiso pero para eso me tenía que poner en la piel de un verdadero Amo Dominante. Era un juego consensuado pero hoy no había palabra de seguridad, yo sabría cuando tenía que acabarlo. Fui a beber un poco más de whisky y respire hondo para cuando volví a su lado ya no era Butch, era un maldito cabrón Amo Dominante. Hasta ahora había sido muy respetuoso por miedo, pero esta ya había desaparecido y me tenía que poner las pilas. Humillarlo no era faltarle el respeto, era calmar los putos demonios que comían a mi macho por dentro y mejor yo que otro u otros. Le iba a dar lo que necesitaba y el dolor que buscaba. Acabé el juego de la vela y los golpes. Cogí un látigo con unas bolitas de acero amarradas en las puntas y empecé a golpearlo en la poca piel sana y encima de los otros golpes que ya había recibido, hasta en los genitales. Su piel se rompía y sangraba cuando las bolitas golpeaban su cuerpo herido. Subí la intensidad de los parches y seguí un poco más con el látigo.

Por el mismo diablo y el infierno, eso era lo que necesitaba y quería y maldita sea, de mi polla no estar atada con el aro me hubiese corrido. Notaba las bolas abrir mi carne y la sangre caliente resbalar por las heridas. La electricidad estaba haciendo que mis sentidos no tapados o dormidos estuvieran alerta. Puta ostia con el poli y yo dudando de que no fuera capaz.

Le quité el amarré, le di la vuelta volviéndolo atar y cogí una pala de metal en una mano y en la otra en látigo de bolas de acero. Con ambos juguetes golpeé toda su parte trasera…nalgas, espalda, hombros y piernas. En los talones me entretuve un buen rato.

El dolor que estaba sintiendo era un choque entre mi rabia y mi propio dolor por los secretos ocultos y mi miserable vida pasada. Poco a poco esa brecha se estaba rompiendo y eso era bueno para mí y para los demás. Un collar con cadenas se cerró en mi cuello. Volvió a darme la vuelta y me puso unas pinzas fuertemente apretadas en mis pezones, en mi huevo, en el capullo de mi polla que tenía que estar morado de la sangre acumulada por no haberme podido correr. Las apretó tan fuerte que me mordí el labio inferior haciéndolo sangrar.

Lo desaté y lo empujé al suelo de rodilla mientras enredaba en mi mano la cadena solitaria y larga que salía del collar con varias cadenas con pinzas. Lo puse delante de mis pies desnudos.

— Dóblate y lame mis pies, perro.

Lo hago y huelo como lo está disfrutando el muy hijo de puta. Me temo haber despertado a una bestia que no iba a volver a dormir en su vida. Y no hablaba de Dhestroyer precisamente.

Lo empujé hacia arriba tirando de la cadena y nos hilos de sangre corrieron por su cuello no cubierto hasta sus hombros. Lo coloco en el potro con el culo en pompas y lo ató bien fuerte. Busco otro látigo con sus puntas acabada en flechas y la rueda de wartenberg. Vuelvo donde él y lo empiezo a castigar con el látigo. Sus carnes traseras se abren y sangran y sobre esas heridas paso la rueda. Enciendo una vela empezada que estaba cerca y después de la rueda dejo caer la cera caliente en las heridas y cuando se secan las levanto con un bisturí pequeño.

 El juego duro unas tres horas. Me pongo en cuclillas frente a él y hago que levanté su cabeza.

— ¿Necesitas más? Porque no estoy cansado y tengo aguante.

— N…O

Mi voz es un susurro. El muy hijo de puta había roto la seguridad de mi rabia a base de golpes, dolor y sangre. Estaba casi desfallecido y a la mierda los resctritores con sus cadenas, eran unos nenazas al lado del hijo de puta del poli.

— Te voy a desatar y curar pero antes te voy a dar dos regalos para que te lo pienses antes de ir a que alguien más que no sea yo a que te golpeé.

Volví a levantarme y agarre una cadena que enrolle en mi mano dejando tres metros libres del amarre. Le quité el dilo, los parches apagando el mando y las pinzas, la correa alrededor de su cuello, lo tiré todo sobre la mesa. Metí mi polla en su culo y mientras lo embestía de forma brusca y fuerte fui golpeando su cuerpo maltrecho con la cadena. Cuando estuve a punto de llegar al orgasmo con la mano libre le solté el anillo que aún había dejado en la base de su polla dejándolo caer al suelo y ambos nos corrimos unas tres veces, la última saque mi polla y derramé mi semen sobre su cuerpo. Semen y sangre se mezclaron. Nos corrimos más por necesidad que por placer o deseo.

Butch había cumplido y con creces su papel de Amo Dominante. Me dejé desatar y quitar la máscara. Me dejé llevar hacia el baño y meter bajo el grifo de la ducha. Vi mi propia sangre correr por el sumidero.

— ¿Te mantienes solo?

— Si, poli.

— Necesito beber.

— Ve tranquilo.

Salí del baño y en la cocina me bebí dos botellas de whisky sin coger aire. Mis manos temblaban, todo mi cuerpo temblaba mientras mis lágrimas caían sobre el mármol negro. La imagen del cuerpo golpeado por mí de Vishous no era muy bonita. Terminé de beber, lavé mi cara y me fui directo a la ducha para ducharme con él.

Al terminar la ducha me secó con cuidado y ahí mismo me volvió a dar su vena que acepte. Me metió en la cama y lo dejé hacer porque supe que lo necesitaba. Por Satanás me dolía hasta las pestañas pero mi rabia había desaparecido. Durante unos días tendría que cubrir mi cuerpo con suertes de cuello alto y mangas largas que me tendría que prestar mi macho pero ha valido la pena. Volvió darme su vena y volví a beber y mientras lo hacía agua caliente caía sobre mi sien. Butch estaba llorando. Terminé de beber, sellé la herida y lo abracé contra mí.

Me deje ir entre sus brazos y con el calor de su cuerpo pegado al mío. Con lo que había hecho hoy comprendí un poco más a V. Su necesidad de calmar sus demonios golpeando cuerpos expuestos y a tu merced. Indefensos y a una palabra de parar lo que estaba sucediendo. No era fácil ser un Amo Dominante y llegar a serlo en un momento puntual tampoco lo era.

—Butch, lo necesitaba y me lo has dado. De no haber sido así esta noche hubiese salido a que me volvieran a golpear. Has roto el candado y las cadenas de mi rabia.

— Ya estabas muy golpeado y maltrecho.

— Eso no es nada con lo que realmente me hacía falta. No te culpes o no me perdonaré en la vida haberte obligado hacerlo.

Levanté mi cara llorosa y lo miré a los ojos sonriendo.

— Ha sido un momento de angustia por mi parte. Era mi primera vez y ponerme en tu piel no ha sido nada fácil y si muy duro.

— Tan duro como ser un sumiso…expuesto, vulnerable y a las órdenes de otro macho. Ahora sé lo que sentían los que utilizaba.

— ¿Es bueno?

— Si aún fuera un Amo sí. Pero me ha venido bien estar del otro lado.

— ¿De verdad te ha servido lo que he hecho?

— Si, mi macho. Y creo que es lo que necesitas después de esta experiencia.

— Pues ya sabes más que yo.

— Voy hacerte el amor como a ti te gusta pero no me tengas en cuenta si voy lento en los preliminares o te hago ponerte encima a ti.

Y eso hice…hacerle el amor con paciencia, con cariño, con todo el amor que no era capaz de poner en palabras y con algún quejido u otro de dolor por mi parte.

1 comentario:

  1. Un capitulo brutal y genial. Como lo he disfrutado leyendo. Gracias amigos.

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