domingo, 13 de diciembre de 2020

DEPREDADOR...41ª


                                                                 DEPREDADOR

                                                         






Butch y Vishous Fated

Me costaba despertar, abrir los ojos. Notaba unas manos hurgando en mí y yo solo quería ir tras mi macho.

— ¡¡VISHOUS!! —grité abriendo los ojos e intentando soltarme del agarre.

— Estate quieto hermano. Tienes varias costillas rotas, un labio partido, moretones por todo el cuerpo y te acabo de coser una herida muy fea en tu cuello. Esta débil por la pérdida de sangre. O paras o te ato y sabes muy bien que lo haré.

— ¡Manello!

— Si estáis en el hospital montado en la casa y estáis todos muy mal heridos. Aunque eso no me preocupa teniendo en cuenta vuestro poder para sanar. Pero por ahora nadie se mueve de donde esta y es una promesa. Ya sabéis que no os tengo miedo.

— Tengo que ir tras Vishous. Me necesita.

— Créeme que te entiendo pero por ahora eso es imposible. Mira a tu alrededor estáis todos hechos unas mierdas. ¿Dónde cojones habéis estados luchando? Tu pareja sabrá cuidarse hasta que vayáis a por él.

— En el infierno — la voz fuerte de Wrath me hizo mirarlo y gruñí cuando mi cuello cosido dolió al moverlo.

— Iremos a por nuestro hermano pero antes tenéis que recuperaos y coger fuerzas bebiendo de las Elegidas…tú también poli y es una orden para todos.

— ¿Estas bien primo? — no se le veía una herida a simple vista.

— Magullado en mi orgullo. Un brazo roto y una brecha de cincuenta puntos en mi costado derecho y muy posiblemente una patada en mi culo de mi amada por haber salido a luchar. Los demás os habéis llevado la peor parte.

Miré a mí alrededor y la estampa no era muy halagüeña que digamos. Todos estaban en camillas con heridas cosidas, fracturas de huesos que se estaban colocando y muy maltrechos.

— ¿Qué coño eran esos cabrones? ¿Y para que quieren a V?

— No lo sé poli. Puede ser un medio para llegar hasta ti.

— ¡Hijos de puta!

— Ahora bebe de la Elegida designada para ti y descansa. Lo mismo ordeno para el resto, nada de ir de héroes y valientes. Necesitáis descanso y sangre en vuestros golpeados cuerpos. Descansar.

— Yo iré con vosotros en la próxima salida— dijo Payne— Butch me necesitará si traga cabrones.

— Y yo— la siguió Xhex — soy una guerrera, no una damisela que cuidar entre algodones.

Se formó una fuerte discusión entre los machos de esas hembras y ellas que por supuesto ganaron las guerreras. Bebí obligado y descansé sin dejar de pensar que le estaría pasando a Vishous y donde estaría.

Me debatí y forcejeé intentando soltarme del fuerte agarre que me tenía inmovilizado, pero no conseguí nada. Iba a morir, lo supe con una certeza tan aplastante que mi poco vello se erizo. Era un medio para llegar a un fin, Dhestroyer. Iba directo a mi tumba en brazos de un nuevo y desconocido enemigo. Sin ninguna arma, con mi mano parada por algún halo invisible, lo que quería decir que este hijo de puta conocía mis puntos fuertes y el único débil que tenía. Hice lo único que podía hacer, clavé mis colmillos en el brazo de quien me arrastraba. Me soltó después de insultarme y golpeé el suelo con fuerza. Intenté dar un salto y ponerme de pie y el muy cabrón volvió a ponerme de espaldas al suelo. Me enseñó sus colmillos y me clavó una de mis dagas en el pecho. Un dolor espantoso y rabioso me hizo gruñir.

— ¿A que duele bastardo? — Me preguntó el cabrón furioso — ¿A cuántos de los nuestros has matado así?

— De tu raza tú serás el primero. De los otros miles, cientos y muchos más que morirán — le escupí en la cara.

— ¡Hijo de puta! — me llevé un fuerte puñetazo.

— ¡DEJALO! — alguien oculto en la sombra dio esa orden. No se dejaba ver pero de alguna manera yo sabía que era quien me había capturado.

— Mi señor pero…

— Debe vivir. Cura su herida y trae a una hembra de la raza para que se alimente.

— ¡Y una mierda! — tosí escupiendo sangre.

— Hacerle una transfusión y atarlo bien fuerte. Si se escapa os mataré.

Estaba mal herido y moverme para pelear no era una opción. La daga taponaba la salida de sangre pero el dolor era intenso. Maldito hijo de puta cobarde. Fui puesto sobre una mesa y sin anestesia me sacaron la daga, pararon la hemorragia y cosieron la herida. Si se creían que iba a gritar como una hembra se jodieron. Aguanté como pude y noté la frente perlada de sudor y el dolor era lacerante. Trajeron a una hembra de la raza que estaba muy asustada y que supuse que la habían secuestrado para alimentar a esta panda de tarados. Me hicieron una larga transfusión y se llevaron a la hembra. Me ataron fuerte y mi mano maldita seguía sin poder moverla. Dejaron dos cerdos para vigilarme. Supe que me mantendría con vida hasta que llegara Dhestroyer y la Hermandad.

Habían pasado tres días y todos nos habíamos recuperados, por fin. Pero no había forma de llegar hasta esos bastardos.

Zsadisth llegó con noticias.

— Esta mañana han encontrado desangrado a cuatro jóvenes de la raza. De la Cruz los ha derivado donde Harvers para las autopsias. Piensa que es una advertencia para nosotros y que no serán los únicos. Afirma que nos están avisando de que seremos los siguientes en morir. Fueron expuestos en una zona muy visible para nuestra raza y los humanos. Una prostituta de la zona dio el aviso al compañero del poli y aviso para que lo ayudaran antes de que la noticia llegue a su comisaria.

— ¿Alguna idea de quién y porqué los mataron? — preguntó el rey.

— No. Lo único que saben es que no tenían una gota de sangre en sus cuerpos. Por lo demás parecían normales. Harvers cree que se trata de algún ritual y que les han extraído la sangre porque la necesitan para algo en concreto. No es el modus operandi de los restrictores, ni de los verdugos del Omega.

— Han sido los mismos que nos atacaron hace tres noches — soltó Thor.

— No es absurdo lo que dices hermano — solté — entran en mis sueños y me dejan ver cosas en forma de pesadillas y cada vez me cuesta más salirme de ellas solo. Es con un fin y para algo.

— No te entiendo poli — me hizo notar el rey.

— Vishous es el fin. Yo el medio, para eso fue que me rapto el Omega y el premio la destrucción de la Hermandad, reclutas incluidos.

Hubo un denso silencio donde cual se metió en sus propios pensamientos. Había expuesto en voz alta lo que todos habíamos pensado. Sonó el móvil de Wrath.

 — Butch, ¿conoces algunos de los muertos? — me mostró sus fotos.

— Soñé con ellos estando convalecientes. Es un retorcido juego mental donde me dejan ver los que ellos quieren. Había muchos vampiros alimentándose de dos de los cuerpos y guardaron la sangre de los otros en barricas que se llevaron.

— Están absorbiendo los poderes que pudieran tener esos cuatros vampiros — hizo notar Phury.

— Uno leía la mente, el otro las emociones. El tercero era empático y el cuarto paraba el tiempo. Venían a la Hermandad para ser reclutas. Se confirma que buscan los poderes que los vampiros puedan tener. Avisaré al Consejo y se cierra la reclutación hasta nueva orden. — dijo el rey. — Está noche todos a patrullar y buscar esos perros. Y me quedó aquí por seguridad de las hembras y niños con unos cuantos reclutas.

Por fin la noche llegó y nos dividimos para patrullar. Dos horas después la llamada llegó como una sonora sirena en una noche de niebla en alta mar.

— ¿A correr poli? — me preguntó Rhage.

— No. Necesitamos coches. Nos esperan en las afueras.

Dimos el aviso. Pasamos las coordenadas para el resto y nos pusimos en marcha. Al fin llegamos a un descampado donde había un círculo de fuego y en medio una cruz donde estaba atado Vishous. Mi primer impulso fue correr hacia él, pero me contuve.

Solo yo sabía que el círculo del maldito fuego se iría estrechando hasta llegar al madero y quemarlo y yo con él. Sería una puta ironía morir por el poder que tenía mi maldita mano…el fuego. La herida en el pecho latía y sentí alivio cuando vi llegar a mis hermanos, a Butch y a un buen número de nuevos guerreros. Por mucho que gritara no me iban a oír. Era una trampa, si el poli corre para salvarme las llamas se pondrán en marcha quemándonos a los dos. Confié en su sexto sentido y en su cautela antes de meterse de lleno en una pelea o salvar mi pellejo.

— ¡Todos quietos! Vishous es una trampa, tendremos que esperar para salvarlo aunque no sé cuánto tiempo le queda. Están aquí y esperan un paso en falso de nosotros — grité a mis hermanos y al resto de los soldados de la Hermandad.

De repente una enorme calavera se puso frente a nosotros y de su boca abierta empezó a salir un numeroso ejército, era un maldito portal. Una calavera andante cubierta con túnica, me recordó al Omega se puso frente a mí a unos metros. Tenía unos poderes que superaban con creces los míos. Unos poderes alucinantes. Unos poderes extremos e intensos. Malévolos y fríos. Corruptos. Procedían de algo oscuro. Un escalofrió recorrió mi columna.

— Dhestroyer.

— Lash.

— Y yo que quería guardar el secreto hasta el final…tu final.

— Siempre hemos sabido que eras tú.

— Como no. Habéis pecado siempre se ser muy listos pero esta vez no. Habéis venido directos al tren de vuestra muerte. Tengo a uno de vosotros y si lo queréis tendréis que pasar por encima de mi ejército y os recomiendo que os deis prisa porque ese círculo de fuego se va estrechando poco a poco.

— ¿A eso llamas ejército? — solté riendo. Lassiter se me acercó por detrás.

— Poli no lo cabrees más de lo que ya está. Por si tienes falta de vista, nos doblan en número.

— Esto será pan comido y ya sabemos cómo matarlos angelote — volví a concentrarme en Lash — dime una cosa.

— Pregunta Dhestroyer.

— ¿Cómo te sientes siendo el segundón?

— ¿Eso crees? Mi padre me dejó sus mejores poderes a mí. He adquirido unos cuantos bebiendo la sangre de futuros reclutas que no llegaron a vuestra Hermandad. E incluso tengo algunos del amigo que capturamos.

— ¡¡Hijo de puta!! — gruñí. El angelote me cogió por detrás y acerco mi oreja a su oído.

— Vishous hubiese muerto antes de dejar que alguien que no fueras tú bebiera de su vena. No te dejes provocar. — me soltó.

— En unos días aparecerán más cadáveres de vampiros que iban para reclutas. Será un placer mataos y beber vuestra sangre adquiriendo vuestros ocultos poderes. Yo me beberé los tuyos y por fin seré Dhestroyer tal y como quería mi padre. Luego mataré al rey y la reina. Buscaré a vuestros cachorros y acabaré con ellos. Terminaré con los humanos y seré el amo de este mundo y los venideros.

Gruñidos de nuestra parte sonaron en la fría noche.

— Tú sueñas capullo.

 — Disfrutar de vuestros últimos momentos de vida y recuerda cuando beba tu sangre que yo soy el Depredador Lash futuro Dhestroyer.

Y empezó una cruda batalla por la vida, por la supervivencia y la raza. Por el mundo y sus habitantes. Luchamos como los guerreros que éramos y hubo un momento que nos tuvimos que replegar para coger fuerzas y hacer una llamada para que vinieran más reclutas. Volvimos a la lucha y cuando al fin llegó la caballería fuimos pudiendo con ellos. Más de uno iba a salir más herido, pero al menos no muerto.

No le quitaba ojo al lugar donde estaba Vishous y notaba que el círculo de fuego se había estrechado más hacia él. Necesitaba llegar donde estaba pero antes me tenía que ocupar del hijo del Omega. Me acerqué de Payne.

— Te necesito cuñada.

— Estoy preparada.

— Nosotros también — replicaron al mismo tiempo Rhage y Z.

— Pues al lio.

Mis dos hermanos corrieron a enfrentase con Lash apoyados por Jhonn y Xhex, mientras yo me abría camino matando cabrones desde atrás. Payne a mi espalda. Llegué a mi enemigo y abrí la boca empezando a aspirar mientras la guerrera mataba a todo el que intentaba acercarse. Me estaba costando lo mismo que con su padre pero al fin empezó a volar a mi boca. Me extraño que el cabrón no opusiera más resistencia y se dejara hacer sin luchar.

Caí de rodillas cuando me lo tragué por entero. Mi mano frotó mi pecho y mi corazón que iba más veloz que una locomotora. Las emociones de todos los que había matado y bebido su sangre rodearon mi cuerpo y cabeza. Lágrimas corrieron por mi cara mientras caía de espalda al suelo entre gruñidos y gritos. Las emociones me estaban matando.

— Butch,¿qué te pasa?

— No lo soporto…emo…cio…nes… de los mu…er…tos…me…están…matando…no…puedo…con… ello…Vis…ho…us…sar…var…lo

Me quité el guante y empecé a darle luz pero no había mejoría. El poli cada vez estaba más pálido y les costaba respirar.

— Traer a mi hermano… ¡el poli se muere!... ¡necesito su luz!

Rhage y Thor se abrieron paso hacia el cruzando el aro de fuego. Rhage empujó la cruz que cayó al suelo y desató al hermano.

— ¿Estás bien V? —preguntó Thor.

— De puta madre. Vámonos de aquí.

Me fui a poner de pie y caí de bruces y de rodillas al suelo. Llevaba muchas horas colgando de la maldita cruz y la sangre no fluía.

— Thor, llévalo donde está el poli, voy a sacar a mi Dragón a dar un paseo. Tiene ganas de fiesta.

— Ten cuidado, mira como esta Butch por tragar.

— Vosotros también.

Cargué al hermano sobre mis hombros y corrí hacia el poli y Payne.

— ¿Qué cojones estás haciendo cabrón?

— Llevándote donde está tu macho que te necesita con urgencia.

Sentí deseos de estrangular a Thor cuando me echó sobre sus hombros y corrió campos a través. Hervía de furia preguntándome que mierda había hecho mi macho.

Al fin llegamos a su altura y vi a mi hermana dándole luz con su mano. Mi hermano me dejó en el suelo por el lado contrario al de mi hermana y quitándome el guante empecé a darle luz.

— ¿Qué ha pasado hermana?

— Se tragó a Lash y las emociones de la sangre que había bebido ese hijo de puta de los vampiros que había matado, están matando a Butch.

— Bien y ahora dime ¿qué haces en el campo de lucha?

— Luchando.

— Ya hablaremos de eso. Necesitamos a nuestra madre, nuestra luz no es suficiente.

— No hay nada de qué hablar, soy una guerrera. Invócala.

La Hermandad hizo un círculo mientras la lucha seguía cuando la Virgen escribana apareció.

 — ¡¡Apartaos!! — cubrió su cuerpo de luz blanca y esperamos con el ruido de la lucha de fondo.

La lucha terminó y Su Santidad seguía dándole luz hasta que por fin el color volvió a la cara del poli y empezó a respirar normal. La Virgen Escribana terminó y se levantó mirando el dantesco espectáculo.

— Recoger a los heridos y repartirlos entre los dos hospitales que tenemos. Quemar los cuerpos de los enemigos y dejar que el agua de la lluvia que caerá esta noche se lleve la sangre de estos mal nacidos. La guerra ha terminado y el Depredador esta con su padre. Volver a la Hermandad.

Abrí mis ojos y me topé con los de Vishous.

— Hola compañero.

— Hola, ¿cómo estás?

— Un poco débil pero bien. ¿Y tú?

— Estoy bien. A salvo y de vuelta a tu lado poli.

— Yo debería de dejar de dar paseos por el puto Fade.

— Y no tragar cuando no sabes lo que tragas.

— Había que hacerlo. Gracias a los dos.

— No hemos sido nosotros. Dale las gracias a nuestra madre.

— ¡No me jodas!

Nos reímos. Me levanté y ayude a Butch hacer lo mismo. Empezamos hacer lo que la Virgen Escribana nos dijo. Antes del amanecer volvía a estar el hospital de la casa llenó de nosotros.

— Si tuviera una clínica privada me forraría con vosotros — soltó jocoso Manello.

Al fin esta puta guerra había terminado con solo la baja de tres reclutas por nuestra parte. Todo volvió a estar en el orden establecido por nosotros.

 

    

 



3 comentarios:

  1. Sublime. Gracias por compartir. Besos.

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  2. Muchas gracias linda. Hemos leído tus últimos comentarios y de corazón gracias por ellos y por estar siempre ahí. Es un placer tener una fan como tu. Eres un cielo.

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  3. Gracias amores y siempre. Si seguia a los viejos,como no seguir a los nuevos. Mil besos.

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