sábado, 5 de diciembre de 2020

INFIERNO...40ª


                                                                   INFIERNO


                                       





Vishous y Butch Fated

La guerra que había tenido lugar hacia unos meses y llamado a las puertas de la Hermandad no había terminado. Solo se había librado la primera batalla.

— ¿La gente se ha vuelto idiota de repente o son cosas mías?

— Lo preguntas o afirmas V.

— Pensaba en alto poli.

— Y mentalmente — replicó Rhage.

— ¿Quieres probar las punteras de mis botas nuevas en tu culo?

—Tengamos la fiesta en paz chicos. La pelea no es entre nosotros. Y ya puestos a ver si maduramos un poco.

— Estoy inquieto Rhage.

— Lo siento Vishous.

— Sigamos pateando…una buena pelea nos vendría de puta madre. —Volvimos a patrullar en silencio. Me acerqué a mi macho. — ¿Estas bien?

— No.

— ¿Y?

— No vas a parar hasta que te diga lo que me pasa. Puto irlandés.

— Me conoces para saber que tu piropo no me molesta y que no te dejaré tranquilo hasta saber qué te pasa.

— Solo estoy inquieto. Se me pasará. Los cambios que ha habido y los que vienen me repatean los huevos y los últimos acontecimientos me han agitado mucho. Ya sabes como soy.

— Porque se cómo eres lo tuyo no es solo inquietud. ¿Has soñado con algo o con alguien?

— Si, joder…la maldita guerra de hace unos meses solo ha sido el principio de la batalla final.

 — El Omega está muerto.

— Tiene un maldito hijo y es conocido por nosotros. Fue recluta nuestro.

— Lash. Se lo que sucedió. Bajo el techo de esa casa es imposible mantener un secreto.

— Soñé con él. Y tengo un jodido presentimiento.

— ¿Sobre mí?

— Sobre la Hermandad.

— Pues estamos jodidos. Y no tenía las orejas puestas — dijo Rhage. — ¿Has hablado con Wrath?

— De esta noche no pasa que lo haga. Los vampiros creados por el Omega siguen en la ciudad y eso no es nada bueno. Bastante tenemos con los putos albinos.

— ¿Puede haber dos Omegas? — pregunté.

— No es posible pero tampoco imposible. Hizo de Lahs su hijo como quiso hacer contigo poli. Quien sabe que poderes le dejo o qué coño le enseño. Hay muchas cosas que se nos están escapando y eso no es bueno para nosotros.

— Vamos en busca de una buena pelea, me he puesto de los nervios.

— No estás solo y no vamos a permitir que te pase nada malo— Rhage puso su pesada mano sobre mi hombro y lo apretó buscando tranquilizarme.

— Lo sé.

Seguimos patrullando.

— Butch, ¿qué has sentido?

— ¡A correr! —gritó Hollywood cuando el poli empezó a correr hacia la llamada.

Esta llamada y sensación era diferente. Había una extraña atmósfera en el aire. Algo inhumano y feroz que descendió por mi espalda como una daga bien afilada. Era parecido a lo que provocaba la presencia de los restrictos o verdugos del Omega, pero distinto. Más poderoso. Más letal.

Thor se unió a nosotros. Paramos frente a un callejón oscuro.

— Vishous y yo por detrás. Vosotros entrar por delante e ir con cuidado.

Mis sentidos como Dhestroyer no se habían equivocado, estaba seguro pero fue poner el pie dentro del callejón y el rastro se perdió.

— ¿Qué coño pasa Butch?

— No lo sé. La sensación era innegable y ahora no hay rastro.

Notaba el frio de otoño. Olía el cauce del rio que discurre a nuestra espalda, pero ni rastro de esos mal nacidos. Todo parecía normal pero mi instinto me gritaba que no lo era. Nos dimos de bruces con Rhage y Thor.

— ¿Dónde mierda están? — preguntó Thor.

— Ni puta idea. Pero hay algo en este infecto callejón.

— Llamaré al rey al resto para una reunión urgente. — dijo Vishous.

Asentimos. El mal rozaba mi piel. Algo iba tras nosotros. Lo presentía. Pero… qué puta mierda era? Antes de subirme en el Escalade el vello de mi nuca se me erizo. Alguien o algo nos observaba.

Una hora después estábamos todos en el despacho del rey.

— Lo que me has contado poli, no me gusta.

— Sentí su llamada y cuando llegamos no había nada, ni nadie, al menos algo o alguien que pudiésemos ver o tocar. Pero nos vigilaban.

— Esta mierda no me gusta nada de nada. ¿Sigues sintiendo lo mismo?

— Las sensaciones desaparecieron cuando el coche se puso en marcha. Pero Wrath lo que sea es letal y muy peligroso.

— Pondré doble vigilancia en Lugar Seguro, en la clínica de Havers y nuestras mujeres se quedaran en casa hasta nueva orden. Hay que preparar a los reclutas que han pasado la Transición y a los que no los mantendremos aquí en la casa. No necesitamos más bajas. Ni continuar una maldita guerra. Ir a descansar y estáis fuera de rotación hasta nuevo aviso. Necesito hablar con la Glymera y el consejo.

Contuve un bostezo, llevaba semanas delante de mis ordenadores sin ningún resultado.

 — Ven a comer algo Vishous.

— No tengo hambre.

— Me da igual. Ven a comer y luego sigues.

Sabiendo lo pesado que se podría poner el poli hice lo que me dijo y comí, para mi sorpresa con apetito. Me tomé tres tazas de café oscuro y cargado, encendí un liado.

— Gracias mi macho.

— De nada. ¿Has averiguado algo?

— No, ni en la red oscura y eso no es nada normal.

— Nada de lo que está pasando es normal V.

— Tienes razón poli. Pero estar aquí parados no es la solución.

— Esta noche hay reunión. Voy a darme una ducha y mientras estas con tus cacharros me pegaré una siesta.

Me desperté sobresaltado y con el corazón acelerado. Una maldita pesadilla que me dejo una sensación extraña en mi espalda. Una sensación molesta y abrasadora. Me di cuenta que seguía metido en la puta pesadilla y aunque quería despertar no podía. Tenía una sed de venganza tan vehemente que la sensación me quemaba. Podía saborearla en la boca. La ira se apoderó de todas las células de mi cuerpo cuando vi el cuerpo de Vishous tendido en el suelo y mal herido. No saber si estaba vivo o muerto hacia que mi ira y rabia creciera. Mis hermanos peleaban y no podían ver contra que o quien lo hacían, uno a uno iban cayendo heridos. La daga voló de mi mano clavándose en el pecho de mi macho, desperté gritando y sudando pero seguía en la condenada pesadilla. Mi cabeza me iba a estallar. No podía respirar. No podía pensar. Quería escapar y no podía.

— ¡¡ Despierta poli!!...¡¡ahora!! — maldita sea mi estampa, el poli estaba metido en una puta pesadilla — ¿Qué te pasa Butch? Vuelve a mi…¡¡¡maldita sea, ahora!!! —Me quité el guante y rodeé su cuerpo con mi luz— Tranquilo, estoy aquí.

Mi cuerpo se quedó sin fuerzas. Tuve paz y pude salir de esa mierda pesadilla. Abrí lentamente los ojos hasta ver la cara de V delante de mí.

— Se supone que eres tú el de las visiones, joder.

— Dime que te ha pasado — le pasé un vaso con whisky.

— Parecía una pesadilla dentro de otra pero era muy real. Pedía venganza al verte mal herido en el suelo. Luchábamos contra algo invisible y uno a uno iban cayendo. La daga que estaba en mi mano voló y se clavó en tu pecho. Me estaba volviendo loco cuando me sacaste del bucle.

— Lo que cojones seas se ha metido en tu cabeza mientras dormías y eso poli es muy peligroso.

— Hay que tener la reunión ya y poner a las mujeres y niños a salvo en otra casa. Y llevar a todas las que están en Lugar Seguro a otra.

— Y avisar a la raza de que estamos en serio peligro. No es la primera vez que tienes pesadillas desde esa noche.

— Solo entra en mi cabeza, me pregunto porque.

Media hora después todo se puso todo en marcha y hasta el Lassiter iba a luchar con nosotros. Wrath se unió a la lucha y cualquiera le decía que no. La reunión tuvimos que hacerla fuera del despacho debido al volumen de guerreros dentro de la casa.

— Hoy saldremos a patrullar y tener todos cuidado ahí fuera porque no sabemos a qué o quién nos enfrentamos. Butch no vas a estar solo ni un minuto. Lo que sea te tiene ganas y no sabemos si por ser Dhestroyer o algo más.

— Esa es la pregunta del millón primo.

— Manello,Jane tenerlo todo preparado y varias Elegidas a disposición de los guerreros. Thor, tú conmigo o mi reina me pateara el culo si me matan.

Una hora después de estar de patrulla llegó la llamada y corrimos hasta llegar bajo uno de los muchos puentes que había en la ciudad.

— Esto es nuevo — hizo notar Z.

— Está jugando con nosotros. Una nueva llamada.

Nos tuvo corriendo por toda la ciudad durante dos horas hasta que por fin acabamos en un parque abandonado y donde iban los drogatas a chutarse.

— ¿Dónde están? — preguntó Phury.

— Aquí.

— ¿Seguro poli? — terció de nuevo Phury.

— Sí. Estar alerta.

Unos minutos después fueron apareciendo seres como de las sombras y la oscuridad. Estos vampiros no eran restrictores, ni verdugos del Omega, ellos no tenían ese poder.

— Nada de tragar hasta saber que cojones son — me avisó Vishous.

— Te aseguro que ni loco aspiro hoy.

Dos se pusieron delante de mí y recibí un cabezazo de uno de ellos en la frente. Me tambaleé un poco y lo agarré del pelo tirando de él hacia mí, le di un mordisco en el cuello donde la yugular latía. Cayó al suelo y antes de averiguar cómo matarlo el otro me dio una patada de tijera que me hizo caer de espalda al suelo. Cuando se tiró sobre mi lo aferré por la barbilla y le asesté tres puñetazos fuertes y seguidos en la nuez. Se levantó tosiendo agarrándose la garganta y yo me levanté de un salto. Le clavé la daga en el corazón y no pasó nada. Cuando le seguía clavando la daga por varios sitios alguien grito que se morían abriéndole la garganta en canal y lo hice. El muy hijo puta seguía vivo y profundicé más en el corte y dejo de respirar cuando se cabeza quedó colgando de su sitio. Hice lo mismo con el segundo que me atacó. Me iba a por el tercero cuando me agarraron desde atrás y me mordía donde mi vena latía. Sentí mi piel desgarrarse y mi propia sangre correr en borbotones por mi cuello y pecho. Apreté fuerte mi daga, me gire sobre su agarre y dejé su cabeza colgando de un hilo de carne. Caí con una rodilla al suelo taponando la herida con mi mano y gruñí.

— ¡¡Butch!! — grité corriendo hacia el poli.

Una fuerza levantó mis pies del suelo y lanzó mi cuerpo contra una de las paredes a metro y medio de altura. Esa misma fuerza, que se dejó ver de forma nítida, me rodeó a y ambos desaparecimos.

Mi cuerpo golpeó de forma violenta contra el suelo debido a la perdida de sangre y ahí me quedé sin fuerzas preguntándome que cojones había pasado. Antes de que la oscuridad me engullera grite el nombre de mi pareja con la pocas fuerzas que quedaban en mí.

1 comentario:

  1. Que fuerza tiene este capitulo. Muy interesante. Gracias una vez mas por compartir.

    ResponderEliminar