domingo, 20 de diciembre de 2020

NOCHE...42ª


                                                                      NOCHE

                                                




Vishous y Butch Fated

Salimos del Zero Sum entre puyas y risas. Rodeamos el local hasta el callejón donde estaba el Escalade aparcado.

— ¿Nos vemos en el ático?

— ¿Lo dudas?

— Vuela con el coche — lo empujé contra la carrocería y lo besé duro y fuerte.

— Won, ni Superman corre más que yo.

Iba a desmaterializarme cuando unas voces me frenan y frenan que el poli se mete en el coche.

— ¿Dónde van los maricas con tanta prisa?

Pasé un brazo por los hombros de Butch y le di un toque con la mano enguantada en el pecho.

— Mira poli, unos payasos.

— Acuérdate comprar unas entradas para el circo.

— Chistosos los maricas.

— Si quieres unirte eres bienvenido y tu amigo también, así os damos bien por culo.

— ¡Hijo de puta!

— Aclárate chaval, o maricas o hijos de puta.

— Estos Verdugos V no tiene las cosas muy claras y muy poco sentido del humor.

Nos miramos. Yo con una sonrisa cínica y Butch con una de irlandés cabrón.

— ¿No estás cansado de tanta verborrea poli?

— Mmmmmm sí.

Nos tiramos hacia ellos para empezar una pelea.

 Salimos en grupo del bar y caminamos entre bromas al callejón para desmaterializarnos cuando nos topamos con el poli y V peleando con dos Verdugos del puto Omega muerto. Aún quedaban unos cuantos de ellos dando por culo en la ciudad.

— ¿Creéis que necesitan ayuda? — preguntó Thor con guasa.

— Se apañan solos — soltó jocoso Z.

— Vamos a ponernos cómodos — dijo Phury.

— Lástima que no haya palomitas — negó con la cabeza Rhage.

Apoyamos nuestras espaldas contra el coche y alguno de nosotros puso música. Nos reímos.

— ¡Gracias cabrones! — gritó Butch.

La verdad es que ver pelear a esos dos era todo un show. Se enfrentaban a esos dos con saña. Atacaban, esquivaban y golpeaban con tanta fuerza que hacían que esos cabrones levantaran los pies del suelo. También recibían pero menos que sus enemigos.

Uno de los Verdugos intentó morderme.

— No necesito un análisis de ADN, pero gracias por el ofrecimiento — le di un puñetazo en el costado.

— ¿Estos no piensan ayudar? —Preguntó el poli — así acabamos antes y antes estamos en el ático.

— No los necesitamos. Vamos a divertirnos un poco.

No habían pasado ni cinco minutos de mis últimas palabras cuando aparecieron más Verdugos.

— Bueno se acabó estar de observadores — dijo Thor — a matar perros.

— Broche de oro a una noche de puta madre — dijimos todos a un tiempo y corrimos hacia la pelea.

La verdad es que teníamos ganas de pelea y eso hicimos…luchar hasta acabar uno por uno con esos bastardos.

Una hora después no quedaba un alma en ninguno de esos cuerpos. Le dije a Butch que matara pero no inhalara. Lo miré y me relamí los labios secos.

— ¿Tienes que insultarlos antes de matarlos? No deberías burlarte de los débiles — le sonreí abiertamente.

— A que te he impresionado con mis dotes para la lucha, ¿verdad?

— Siempre, desde el minuto uno que te vi luchar…me impresionaste y lo sigues haciendo guapetón irlandés. No hay nadie mejor que tú.

— Eso último es una verdad a medias pero hoy la hago mi verdad y me lo voy a creer.

Vishous se acercó a mí con los movimientos letales de un depredador. Su pelo negro marcaba unas facciones muy marcadas y un rostro impenetrable. Era sexy el condenado y guapísimo.

Me acerqué al poli y lo abracé dándole un beso apasionado sin importarme el resto de los hermanos. Fue un beso como si lleváramos meses sin vernos, sin tocarnos.

— ¡Al coche!... ¡Ya!

— Tus deseos son órdenes para mí.

— ¡Buscar una puta habitación! — nos gritaron los hermanos antes de evaporarse.

Una vez en el coche saltamos a la parte de atrás. Nos quitamos los abrigos y las armas. Nos devoramos las bocas a besos y las manos fueron directas a la parte delantera de los pantalones.

— Me dan ganas de comerte entero Butch, pero tengo urgencia de ti.

Los móviles empezaron a sonar y pasamos de ellos poniéndolos en silencio.

— Ser tu piruleta es todo un placer mi vampiro.

Contuve el aliento mientras V me mordisqueaba el cuello.

— Me pones a cien poli.

— Dame todos los lametones que quieras. Soy todo tuyo.

Mis manos desabrocharon su pantalón de cuero y se los baje hasta las rodillas, más abajo era imposible por la posición en la que estaba. Desabroche los míos y me los bajé por debajo de las nalgas. Tiré mi mano enguantada hacia delante y le acaricié su polla.

— Mmmmm, estas muy bien dotado.

 — Después de tantos años, ¿ahora te das cuenta?

— No, pero estoy en plan guárete hoy.

— Por mí no te cortes.

Devoré la parte trasera de mi Butch con la mirada mientras lo tocaba. Era perfecto, con una elegante anatomía. Su cuerpo masculino me ponía a mil. Por el puto infierno como me gustaba tocarlo, acariciarlo, besarlo, morderlo. Metí dos dedos en su centro caliente y su gemido disparó mi libido por él.

Mi cuerpo empujó hacia atrás hasta que mi culo se tragó los dedos por enteros. Y mis piernas se hicieron gelatina cuando empezó a moverlos. Mis manos se cerraron contra el respaldo del sillón trasero del coche y moví mis caderas al ritmo que sus dedos marcaban.

Seguía moviendo mis dedos en una dulce tortura mientras mi boca regaba besos por su cuello y espalda. Volví a su cuello y me clavé con fuerza en su vena de la que tiré y empecé a beber. Retiré mis dedos y clavé mi polla en su culo hasta llegar a su tope final. La mano que lo pajeaba se llenó de su leche y yo seguí bebiendo y embistiendo.

Intentaba respirar cuando sus colmillos y polla se clavaron a la vez en mi cuello y culo. El orgasmo fue brutal y llegó sin previo aviso. Y sin haber dejado de gemir y correrme mi polla volvió a ponerse dura.

Mi orgasmo llegó sin prisas pero sin pausa. De forma lenta pero segura. Recorrió todo mi cuerpo, se centró en el único huevo que tenía y corrió ligero y rápido cuando el poli cerró sus nalgas y me apresó mi polla con dureza. Estallé y llené el culo de mi macho. Saqué mis colmillos y con mi lengua sellé la herida. Tiré de su pelo y pegué su espalda a mi pecho clavando mis colmillos en el otro lado de su cuello.

—¡¡MÍO!!

Mi cuerpo disfrutaba de sentirse lleno de Vishous cuyo orgasmo parecía no tener fin. Soltó mi vena, me pegó a él y gritó mío antes de volver a clavarse en mi vena por el otro lado del cuello. Esta vez mi orgasmo se hizo notar en mi ser y reventó tan fuerte que grité su nombre y gemí resoplando mientras me corría.

Cuando al fin dejé de soltar semen solté su vena y de nuevo sellé su herida y me quedé dentro de él un buen rato. En silencio y disfrutando de su cuerpo. Al fin me salí y busqué unas toallitas que había en la guantera. Nos limpiamos, hicimos lo mismo con la tapicería. Adecentamos nuestros ropajes y encendí un liado. El poli puso su cabeza sobre mis muslos y yo le acaricié su suave pelo.

— Deberíamos movernos, el amanecer no tardara en despuntar, pero no tengo ganas Vishous.

— Ni yo poli. Estoy muy a gusto así pero o nos vamos o seré sardina asada en unas horas. Pásame mi móvil que está en mi chaquete. Deberíamos ver qué pasa, no han dejado de sonar.

— Estarán preocupados porque no hemos llegado —me senté le pase su móvil y abrí el mío.

Ambos teníamos más de cien mensajes de voz y todos decían lo mismo.

¨Payne secuestrada¨

Llegamos a la Mansión en un tiempo record, no quise dejar solo a Butch y ambos nos fuimos en el coche. Aparcó y corrimos hacia el despacho de Wrath.

— ¿Quién ha sido el cabrón que la secuestrado? Ese hijo de puta no vivirá para contar tan asquerosa hazaña.

— No sabemos nada aún. Debes calmarte Vishous — me ordenó el rey.

— ¡Y una mierda!...es mi hermana. ¿Dónde está Manello?

— Jane le ha tenido que inyectar un calmante. Quería salir a buscarla sin ayuda. De la Cruz está avisado.

— ¿Cómo es que mi hermana salió sola? ¿Y porque sabéis que está secuestrada?

— El cirujano y ella discutieron. Nadie la vio salir. Su móvil no está operativo. Está a punto de amanecer y de estar perdida hubiese avisado para ir a buscarla. La guerrera tiene que estar en problemas serios para no contactar o llegar a casa.

— ¡¡ Puta ostia!! — grité.

— Sólo cabe esperar hasta que llegué la noche y vayamos en su busca. El amanecer está a punto de llegar.

— ¡Esperar! ¡Siempre esperar!... ¡es mi hermana!

— Y una guerrera. Una hermana de la Hermandad aunque no haya pasado la ceremonia, que traeremos de vuelta.

— ¿Cómo Wrath? No hay llamada de la sangre — grité entrando en la desesperación.

— La traeremos a casa. Ahora comer algo y descansar, nada se puede hacer hasta que no llegue la noche.

Una vez en el Pit no hablamos. Solo bebimos después de una ducha y un cambio de ropa.

— Tu hermana se sabe defender.

— Lo sé poli. Pero no entiendo que la secuestraran y menos que se haya ido sola cuando no conoce la ciudad.

— Las parejas pelean y hacen tonterías. Payne se fue para calmarse de su cabreo.

— Dime que la vamos a encontrar con vida.

— Lo haremos y traeremos a casa.

— Cuando te secuestraron a ti, no pude traerte sano y salvo a casa.

— Pero me encontraste y trajiste de vuelta. Eso es lo único que importa. Me niego pensar que a mi cuñada le harán ese daño.

Miré a Butch y lo besé.

Y nos quedamos esperando el regreso de la noche para salir en su busca.

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