PROPOSICIÓN...50ª

                                                                 PROPOSICIÓN
                                        

Butch y Vishous Fated

Corrí y entré marcando el código en el Pit y patine frenando ante el inmenso y maravilloso espectáculo delante de mí. Vishous estaba sentado en el sofá desnudo y con la polla bien dura mientras su mano enguantada paseaba arriba y abajo por ella. Me relamí los labios secos y caminé hacia él quitándome las armas, el abrigo y desnudándome del todo. Al fin libre de ropa me pongo frente a él y me hizo señas para que me doblara y su boca devoro la mía. No estaba preparado para el beso voraz y pasional que me dio. Su aliento se posó en mi cuello al dejar mi boca y su mano sin guante paseó por mis nalgas. Volvió a mi boca mordisqueando mi labio inferior. Nuestras respiraciones eran alteradas. Gimo cuando vuelve a devorar mi boca. Sin dejar de besarme me empujó hasta que quedé de rodillas entre sus piernas abiertas. Mi boca gruño cuando la abandono.

Estaba desesperado por una caricia íntima suya pero quería prolongar ese momento de juegos. El poli clavó su mirada en la mía y haciéndome hacia delante acaricié su pelo y lamí el largo de su cuello. Enterré mi cara y clavé mis caninos en su vena. Un tirón y bebí. Una mano suya se coló entre los dos y acaricio mi polla junto a mi mano enguantada mientras su otra mano acariciaba la suya. Los orgasmos fueron cortos y suaves. Solté un gemido gutural y fiero cuando solté su vena y sellé la herida. Me hice hacia atrás sonriendo.

Sequé nuestras manos con mi camisa y me doblé para tragar muy despacio su polla, relaje mi garganta y me lo tragué entero. Su sabor más íntimo hizo explosión en mi boca y me hizo gemir con la boca llena. Succioné y lamí hasta que mi boca se cerró alrededor de su capullo. Metí mi lengua en su agujero y volví a gemir, volví a succionar. La saqué de mi boca y fui mordiendo el largo y grosor de su tronco hasta la base y volví a tragármelo entero, pero antes metí el único testículo que tenía en mi boca y jugué un buen rato con él.

Mis manos se enredaron en su pelo y subí mis caderas para sentir más profundamente la calidez de su boca. Moví mis caderas al ritmo que marcaba su boca y gruñí de placer cuando absorbió mi capullo y jugo con él. Mi vista se nubló cuando metió el único huevo que tenía en su boca y jugo con ello y me hizo jadear cuando me volvió a tragar. Disfrute de las sensaciones que su cálida y húmeda boca me proporcionaba. Empuje con mis pies la mesa y dejé el hueco. Resbalé del sofá hasta que caímos sobre la alfombra y empujé al poli que se diera la vuelta para tragarme su polla.

Yo seguía a lo mío hasta que me di cuenta que quería un sesenta y nueve. Gruñí cuando dos dedos mojados entraron empujando en mi culo y jugaron. Me moví para que se tragara mi polla y oí su risa ante mi insistencia de lo que quería. Siguió jugando con mi culo y cuando ya no esperaba nada me tragó de golpe y entero. Mordió mi capullo. ¡Santo Dios! El cabrón me iba a volver loco de deseo. Hice lo mismo con su culo y dos de mis dedos. El aire se volvía denso y los cuerpos transpiraban. Las respiraciones aran fatigosas y las caderas se movían al mismo compas.

Mi piel se rizo y una lengua de fuego recorrió mi columna vertebral, bajo por mis riñones y espero anclada en mi testículo. Supe que el orgasmo estaba a punto de romperme de forma brutal. Por la tensión de su propio cuerpo supe que el suyo también. Saqué mis caninos y mordí en su base al segundo su sangre corrió por mi garganta. Mi mano enguantada le dio un duro azote y gimió contra mi polla. Le di otro y su orgasmo lleno mi boca y tuve que tragar replegando los caninos. El mío le siguió un segundo después. Ambos tragamos sin pudor y al acabar y soltarnos el poli cayó a mi lado del revés.

— La leche vampiro.

— La ostia cabrón.

— Necesito beber algo mi macho, estoy sediento.

Me levanté, le tendí mi mano y lo ayude a ponerse en pie. Se sentó en el sofá y fui a por una botella de whisky y otra de vodka. Encendí dos liados y bebimos y fumamos en silencio un buen rato.

— Tenias razón Butch… estaba tan metido en mis recuerdos y en mi infierno que no sabía cómo salir del bucle que era mi maldito pasado. Y no es verdad que no podrías hacer más por mí, haz hecho mucho desde el día que entraste en mi vida. Fue por ti que fui de capaz de amar a Jane. Me costaba ponerle nombre porque no podía imaginar que lo que sentía por ti era ese amor que tú me decías todos los días. No era capaz de juntar las cuatro letras porque nunca nadie me lo había enseñado, nunca lo tuve y me era muy difícil expresarlo. Pero tienes mi promesa que a partir de hoy lo oirás de mi boca siempre. Llevaba mucho tiempo en mi infierno forjando una leyenda cruel. Muchas gracias por romperme.

— De la Cruz me dijo una vez que las leyendas se forjan de individuos que descienden a los infiernos, renacen de sus cenizas y se elevan a los cielos. Era hora de que te tocara a ti, de que resurgieras de tus cenizas y fueras el gran y magnifico macho que eres, además de un formidable y letal guerrero. Y de nada. Y ya es hora también de que empieces a considerar tu mano maldita como un don y una bendición porque salva la vida del macho que amas.

— ¡Puta ostia! Butch…como te amo.

— Y yo a ti. Una ducha y follamos como guerreros, ¿te parece?

— Me parece.

Corrimos riendo. Una hora después el poli dormía y yo me puse un chándal yendo en busca de Beth . La encontré en el despacho de Wrath haciendo unas cuentas.

— Hola Beth.

— Hola Vishous, si buscas a mi esposo está durmiendo ya.

 — No, te buscaba a ti.

—Pues tú dirás V.

— Necesito información de una cosa de los humanos.

La risa cantarina de la reina me hizo sonreír.

— Hace mucho que ya no soy humana pero si te puedo ayudar lo haré. ¿Va todo bien con Butch?

— Con el poli todo va de puta madre.

— Pues pregúntame lo que quieras.

Había pasado un mes desde que el poli me había roto y todo entre los dos iba sobre ruedas y genial. Seguía siendo un cabrón pero ese punto era innato en mí. Y como no un Amo Dominante con mi caliente sumiso Butch.

Encendí un liado y me dirigí hacia el gimnasio. Entré y lo vi subido a la lona de uno de los ring enseñando a los reclutas como caer si hacerse daño ante un ataque del enemigo. Apagué lo que me quedaba del liado después de observarlo en silencio un buen rato y lo tiré a uno de los ceniceros recién puestos.

— No seas duro con ellos poli, acuérdate cuando te hiciste un vampiro lo que te costaba entrenar.

Oí la voz de mi macho y corrí hasta ponerme de pie en las bandas del ring y le sonreí abiertamente.

— He mi macho…al lado de Z soy un angelito. Y no reveles mis miserias delante de ellos.

Hubieron risas hasta que Butch se volvió a poner serio y les gritó…”a trabajar panda de vagos cabrones”

— ¿Tienes un minuto poli?

— Ahora mismo no. ¿Es urgente?

— No o sí.

— Aclárate Vishous, o no o sí.

— Para mí no pero tengo la sensación que para ti sí.

— Estás de un misterioso.

— Veamos si esto te aclara el misterio.

Le tiré una caja de terciopelo negro que cogió en el aire sin dejarla caer al suelo.

— ¿Qué es esto?

— Ábrelo y sal de dudas.

Tiró una caja que cogí al vuelo. La abrí y dentro había un aro de oro blanco con una franja negro en medio. Muy bonito.

— Gracias Vishous el anillo es muy bonito.

— No es un anillo cualquiera.

— Lo veo, el negro te representa.

— ¿Y ya está?

— No veo nada más V.

— Estás espeso hoy, cuando lo averigües búscame.

— Que raro esta V — me hizo notar Rhage.

— Pues sí, más de lo habitual.

— Cense —me llamó uno de los reclutas.

— ¡Que pasa ahora!

— Ese anillo es de compromiso. Es para hombres y uno de mis padres lo tiene, no igual claro.

La palabra compromiso se hizo notar como un gigantesco neón iluminado. Cerré la caja, di un salto y corrí tras V seguido por el resto de mis hermanos. Lo pillé en medio del hall de la entrada. Respiré antes de hablar.

— Es un anillo de compromiso.

Se giró y me miró sonriendo.

— Tu anillo de compromiso poli.

— ¿Me lo vas a pedir? ¿Es una proposición?

Cogí la caja abriéndola y sacando el anillo hinqué una rodilla en el suelo. Agarré su mano derecha.

— ¿Quieres casarte conmigo Butch O’Neal?

— Si y mil veces sí. ¿Estamos hablando de una boda al estilo humano que ya no soy?

— Sí. De eso estamos hablando. ¿Te parece bien?

— De puta madre.

Me levanté y nos abrazamos y besamos. Todos los de la casa nos rodearon y felicitaron. Alguien me paso una camisa y Fritz repartió copas de champán después de que fueran a llamar a todos los reclutas.

— ¿Feliz?

— Mucho mi vampiro. ¿Quién nos va ayudar con los preparativos?

— Eso está en manos de las hembras capitaneadas por Beth y Mary.

— Quiero participar.

— No tenemos mucho tiempo, así que elige dos cosas y yo te ayudo.

— Sera aquí en la Mansión en los jardines traseros, tengo el lugar y los vamos a decorar los dos y las invitaciones las haremos tú y yo.

— De acuerdo, pero solo serán los reclutas, los doggen y sus familias, van a contratar a otros para la boda y los de la casa.

— Da igual…vamos a tener invitaciones.

— Está bien — me reí. — No podré llevar la alianza de boda cuando salgamos a patrullar por mi manía de volverme una antorcha.

— Tampoco cuando te toque con los reclutas.

— Cierto. — volví a reírme.

— No me importa eso porque sé que estoy en tu corazón.

— Y en mi vida y en mi cabeza y en mi alma. Lo llevaré cuando estemos en casa y tranquilos. ¿Eres feliz?

— Mucho y gracias por pensar en esa locura de una boda a lo humano.

— Todo es poco para ti poli.

— ¡Mierda! Tengo que buscar unos padrinos.

— Tranquilo, las chicas ya han pensado en eso. Tú llevaras a De la Cruz y a Marissa. Yo llevare a Manello y Payne. Y tu amigo el cura oficiará la ceremonia. Jane, Beth, Bella, Mary y Xheh serán las damas de honor y Thor, Wrath, Zsasdi que cantara en nuestra boda, Rhage y Jonn sus parejas y estarán por tu lado. Qhuinn, Rehvenge, Blay, Fritz y Lassiter los testigos.

— ¡Perfecto! Joder me pondría a cantar.

— ¡¡NO!! — gritaron todos a la vez.

— Venga ya si no lo hago tan mal.

—Poli tienes muchas cualidades pero cantar en solitario no es lo tuyo.

Nos reímos y durante toda la fiesta yo no dejaba de mirar mi anillo de compromiso que era una joya exquisita y el anillo más hermoso del mundo.