martes, 13 de diciembre de 2022

BUTCH REMARCADO...9ª



                         

                                                           BUTCH REMARCADO
                                      


Vishous y Butch Fated

La noche anterior y después del concierto en cuanto los muchachos lo supieron al acabar de cenar nos tuvo que dar un concierto a petición de todos y la verdad es que lo disfrutamos mucho. Pero el día siguiente llegó y había que hablar con el poli. Acabamos de desayunar y nos fuimos a la sala de juegos. Sebastián nos llevó el café y unos dulces y sin más disfrutamos del líquido negro en silencio. Y aunque lo hicimos de forma lenta al final se terminó, dejamos las tazas y vasos en una bandeja y tosí antes de hablar.

— Butch hay que hablar de lo que va suceder. No es tarea fácil pero es justo que sepas que va a pasar y que estés dispuesto aceptarlo. Y no te cabrees, ni golpees a ninguno de nosotros.

— Aunque si tienes que golpear alguien que sea a V— dijo Zane.

— Vale. Venga dispara y veamos que me espeta y si soy capaz de dar ese paso.

— Ya sabes que para quitar esa maldita marca, alguno de nosotros tiene que morder en el mismo sitio y más profundamente. Lo ideal sería que te quedaras con nosotros hasta que toda esta mierda pase. Si pasa algo aquí te podremos proteger.

— No puedo dejar de ir al trabajo teniendo un caso abierto y caliente. Además el cualquier momento dos cadáveres van a salir andando de la morgue y explica eso a sus padres, a la ciudad y a mis compañeros policías. Son largas explicaciones que dar y nos van a tomar por locos. En cuanto a dejar que me muerdan ufffff…se me pone la piel de gallina solo de pensar en el dolor lacerante e inhumano que sentí la primera vez y eso que yo tengo aguante para el dolor.

— Cuando estés en el trabajo puedo ser tu sombra — le hizo notar Jue. — No sabrás que estoy a un paso de ti y dentro de la comisaria.

— En cuanto al dolor — volví hablar yo — te dolerá cuando muerda pero tienes mi palabra que no será como lo que sentiste cuando te mordió ese cabrón. Y si te relajas puede ser hasta placentero.

— Esa noche sentí de todo menos placer — me toqué el apósito que cubría la mordida, aún sangraba y me estremecí.

— Los No Muertos son bestias, animales, nosotros no. Confía en mí, en nosotros poli. Nunca mentimos.

— ¿Quién lo hará?

Todos nos miramos y alzamos los hombros sin saber que contestar.

— Lo podemos jugar al póker — dijo Zane.

— Mejor a los dardos, soy un fiera — soltó Kieran.

— Al billar, sería lo justo e igual de oportunidades para todos — dio la idea Zaros.

— Y una mierda…a los chinos — dijo riendo Gabriel.

— Al correr que te pillo — dijo riendo Lauden.

— ¿Y eso? — Le recriminó Jue — estás loco.

— Como todos — dijo jocoso Lauden de nuevo.

Todos reímos y sin más de nuevo el silencio y todas las miradas fueron a Vishous, la mía también.

— ¡NO!... ¡NI DE COÑA!... ¡NI MUERTO!... Yo no bebo de nadie.

— ¿Y cómo coño te alimentas? — le pregunté.

— Con los donantes pero no bebo de sus venas, hago transfusiones que meto en bolsas especializadas para eso y a una nevera pequeña que tengo en mi habitación, otra que hay en el despacho del club y otra en la cocina de esta casa. De ahí voy tomando.

— Alguno de nosotros lo tiene que morder — hizo notar Jue.

— Que lo decida Butch — solté para que todos me dejaran en paz de una puta vez.

Miré de uno en uno y al final mis ojos cayeron sobre V.

— No me preguntes porque pero si tiene que ser uno de vosotros quiero que seas tú Vishous.

— Poli nunca he mordido y te puedo hacer mucho daño — me estaba poniendo nervioso y eso no era fácil en mí.

— O tú o ninguno y si por negarte me convierto en zombi al primero por el que vendré será a por ti.

— ¡Maldita sea poli! ¿Y si bebo demasiado? ¿Si te hago daño? ¿Si te rompo la vena por jalar muy fuerte? ¿Y si…

 — ¡Para coño! — Lo miré — cualquier cosa de esas es mejor que vivir como esos hijos de puta y matar inocentes por placer. No quiero eso el resto de mi jodida vida.

— ¡Esta bien! — Ahora sí que estaba bien jodido — pero te jodes si te duele.

— Podré vivir con ello después de darte una paliza por causarme dolor. Bien resuelto el problema peliagudo, ¿qué se puede hacer por aquí el resto del día?

— Primero quitarte el apósito y los puntos para dejar la herida al aire libre. Ten este pañuelo a mano por si sangra y pide otro cuando este muy manchado — me hizo notar Jue. — Ven conmigo a nuestro pequeño hospital.

— Como no, tampoco me extraña lo del hospital. Venga vamos, guíame.

Para cuando llegó la noche y después de reconocer que me lo había pasado de cojones con este grupo de vampiro y me tendría que pegar unas buenas secciones en el gimnasio, aunque mi estómago seguía plano, los nervios me comían. Me había dado dos duchas antes de la hora y ahora estábamos todos en el salón grande para el gran momento. Iba ya por mi tercer whisky.

Bajaba las escaleras fumando un liado y con mis nervios de acero hechos gelatina. Joder en mi puta vida había mordido a nadie, ni vampiro, ni humano. No encontraba placer en hacerlo y mucho menos me gustaba el contacto tan íntimo con nadie. Mi padre, el cabrón, sí que lo disfrutaba y entre más dolor causaba mordiendo y bebiendo más placentero era para él. Al coger el pomo de la puerta para abrirla mi mano enguantada tembló. Entré y quise huir cuando vi el panorama. Me quedé en la puerta en silencio por unos minutos.

— Butch sube a mi habitación. Ni de coña voy hacer un acto tan íntimo con público delante. — me hice a un lado para dejarlo pasar y le di su tiempo.

— ¿Nos vas a privar de la fiesta? — me dijo Lauden.

— Eres un aburrido y un aguafiestas — me hizo notar Gabriel.

— ¿Alguno más tiene algo que decir?

— Ve con cuidado porque no encuentro explicación a que la herida este aun tan fresca. — me advirtió Jue.

— Lo tendré. Hasta mañana. Y Jue averigua ya que tienes su sangre porque no cura esa maldita mordida que nos has traído hasta aquí. Utiliza el laboratorio nuevo y que te ayude Zane.

Dicho eso, cerré la puerta y subí los escalones de dos en dos después de apagar el liado. Llegué a la puerta de mi habitación y sequé el sudor de mis manos en mi camiseta. Abrí la puerta y entré. Lo vi de espaldas a mí mirando los libros de la pequeña biblioteca que tenía en mi cuarto.

— ¿Te los has leído todos?

— Sí. Habla de mi linaje, mi clan y el resto de los clanes — ahí estaba de nuevo ese sentido que lo avisaba de que había alguien en la habitación. La curiosidad por él ya me estaba matando.

— ¿Qué lengua es?

— La nuestra y es muy antigua. Algún día podrías aprenderla.

— Me gustaría — dejé el libro en su sitio y me di la vuelta mirándolo — ya veo que tu color fetiche es el negro, me gusta. ¿Dónde me pongo? ¿Qué hago?

— En medio de mi cama, de espaldas a mí y quítate la camiseta. Si en algún momento te hado daño házmelo saber y parare.

Me subí a la gran cama y me senté en medio cruzando mis piernas y quitándome la camiseta blanca que llevaba. Al momento noté su peso y el calor que irradiaba su cuerpo a mi espalda.

— Haz lo que tienes que hacer Vishous. Confío en ti.

Me puse de rodillas y sin saber porque muy bien me quité mi camiseta negra. Abrí mis muslos y los encaje a los costados de sus caderas. De repente el olor a cobre que tiene la sangre fresca llegó a mis fosas nasales y me hizo gemir y relamí mis labios secos. Abrí los ojos que no me había dado cuenta que había cerrado y un hilo salía de la herida de la mordida. Mis colmillos crecieron en su totalidad sin poder contener que no lo hicieran. Y salive como un cerdo. Santa mierda si el olor ya me tenía loco como me pondría cuando bebiera su sangre.

El cabrón se lo tomaba con calma, eso estaba empezando cuando noté como sus muslos se pegaban a mis caderas y su calor traspasaba la tela de mi pantalón vaquero. El calor que emanaba de su pecho tenía mi espalda sudando y su aliento caliente junto con su respiración me tenían con la piel de gallina. Noté sangre salir de la mordida y no supe que hacer, me quedé como una estatua esperando su siguiente movimiento.

Había llegado el momento y mi cuerpo temblaba. ¿Qué coño me pasaba? Es verdad que nunca había bebido de una vena pero era la vena del poli, un humano que despertaba mi curiosidad, como nadie nunca antes. No podía demorarme más. Acerqué mis colmillos y enterré las puntas hasta la mitad siempre pendiente del poli, de sus emociones y de cómo actuaba su cuerpo.

Al fin acercó su boca a la mordida y clavo suavemente sus caninos pero algo me decía que esto era el comienzo. Mi cuerpo al principio se tensó, al notar la picada pero luego me relaje y cerré los ojos esperando la estocada final como los toros en España después de una buena corrida. Relaje también mi cuello y lo doble para darle más fácil acceso.

Maldito hijo de puta, porque tuvo que doblar su cuello a un lado. En mi cultura ese gesto daba permiso a un vampiro para que tomara de la vena y su sangre y eso hice… clave mis colmillos hasta que mis labios se cerraron en torno a su cuello y cuando mi lengua encontró su vena jale de ella y empecé a beber con ansia, con mucha hambre.

Por un momento y cuando se clavó hasta el hueso mi cuerpo se tensó cuando un leve dolor radio por todo mi cuerpo, pero cuando noté el tirón de mi yugular y empezó a beber me relaje. Cerré los ojos y me deje hacer disfrutando de lo que estaba pasando. Me estaba volviendo loco porque esta mierda me estaba gustando.

Iba a quitarme cuando su cuerpo se tensó pero cuando se volvió a relajar seguí con lo que estaba haciendo. Cuando su sangre tocó mis papilas gustativas me volví más loco de lo que ya estaba. Su sangre era una mezcla a jengibre, whisky y mostaza. Era un sabor delicioso y adictivo. Y cada gota de sangre que empezaba a correr por mi sistema nervioso fusionándose con la mía como si se conocieran de toda la vida, me hacía arder de dentro hacia fuera.

Santo Dios o maldito Satán, era una delicia oírlo beber y notar como mi sangre jugaba en su boca antes de bajar por su garganta. Los sonidos que hacia eran muy eróticos. Su calor ya me estaba quemando y como un gato solo quería rozarme contra él y disfrutar del contacto. Esto no tenía nada que ver con la primera vez que me mordieron y ahora entendía a los donantes mucho mejor.

Mientras bebía necesite de su contacto más directo así que pase un brazo por su cintura y lo pegue más a mi cuerpo. Me estremecí cuando su espalda húmeda chocó con mi pecho. Para cuando efectué ese gesto mi brutal erección era más que palpable pero me importó una mierda. Sabía que de un momento a otro tendría que dejar de beber y cerrar la herida, pero ahora mismo lo único que quería era seguir disfrutando de las mil emociones que nacían en mí y que nunca antes había sentido…ni con mis sumisas o sumisos. Yo solo conocía una forma de obtener de placer o al menos eso pensaba.

Cuando su brazo cruzó mi estómago plano y me empujó contra el yo me revolví como una gato sediento de las caricias de su amo. No quería que ese momento acabara. Noté su erección pero no me importó a pesar de sentí la polla dura de otro hombre contra mí. La mía empujaba contra mi vaquero y pedía salir y encontrar alivio. Cogí su mano y la empuje dentro de mi vaquero una vez que me desabroché el botón de este. Y gemí con dureza y bien alto.

Estaba absorto en beber y sentir que cuando cogió mi mano enguantada y la metió dentro de sus pantalones un frio bajo desde mi nuca y rodó por toda mi columna vertebral. Dejé de beber, era el momento, estaba más que saciado y no tenía hambre de más sangre. Saqué mis colmillos, los limpié con mi lengua y apoyé mi frente en la parte trasera de su cabeza. Respiré profundo y de mi salió un hilo de voz cuando hable.

— Si seguimos Butch sé que mañana me vas a odiar y lo más importante es que perderé tu amistad y no estoy dispuesto a eso. Te has hecho amigo mío, nuestro, porque así lo decidió el destino que a veces se pasa de listo y te vamos ayudar y a estar en tu vida siempre y tú en las nuestras. No quiero ver tu cara de que has hecho cuando despunte el día y además a ti no te gustan los hombres. Yo no tendría problemas en follarte porque me gustan los hombres y mujeres pero no es tu caso — lentamente saqué mi mano enguantada y sellé la herida.

En que cojones estaba pensando para hacer lo que hice. La vergüenza inundó mis mejillas cuando sacó la mano después de hablarme.

— Lo siento, no entiendo porque hice eso. No quise ofenderte Vishous.

— No lo hiciste y si hubiera en ti un atisbo de que mañana todo siguiera igual te prometo que te haría mío, pero tú y yo sabemos lo que va a pasar y no sería justo para ninguno de los dos. La nueva mordida no sangra, no hace falta que la cubras.

— Gracias. Te veo mañana en el desayuno.

— ¿Te quedaras con nosotros a vivir?

— Me lo pensaré.

Me levante y fui a mi habitación saliendo por fuera con la camisa en mi mano, negando lo que había hecho y con una erección que me dolía.

No pude evitar oler el guante y el olor íntimo del poli me atacó las neuronas. Me levante yendo a la ducha donde me di de cabezazos por no haberme follado al poli. Salí de está secándome y me subí a la cama por mi lado. Atuse las almohadas y puse mi espalda contra ellas mientras fumaba. Mi cabeza reposaba en el respaldo y mil imágenes de mí tomando al poli se cruzaron en mi mente y pasaron como diapositivas. Era la primera vez que probaba el acto íntimo de beber de la vena de otra persona y coño si me había gustado. Que necio había sido negándome ese placer toda la vida. Apagué la colilla y me dispuse a dormir boca arriba y habiendo quitado una de las almohadas. Mi mano enguantada sobre mi pecho y la otra sobre mi muslo izquierdo. Cerré los ojos y la imagen de mí mordiendo a Butch fue como un neón que dio vida a mi polla. Mis terminaciones nerviosas estaban vivas y mi sangre galopaba como un caballo en libertad. Mis colmillos crecieron y el sudor empezaba a perlar mi cuerpo cuando mi mano cubierta agarró mi dura polla y jaló de ella con fuerza mientras la cerraba en un puño doloroso. Parecía que era tan real que tuve que morderme el brazo que estaba libre porque mis colmillos dolían. ¡Puto infierno! Me sentía lleno con solo esa imagen en mi cabeza. Chupé mi propia sangre mezclada con la del poli y un gruñido salió de mi garganta y llenó mi estancia cuando un orgasmo brutal rompió mi cuerpo y me hizo temblar de placer. Duró varios minutos y el mundo dejó de existir durante todo ese tiempo. Mi cabeza daba vueltas cuando solté mi brazo y sellé la herida y los orgasmos iban cesando. Por minutos me quedé donde estaba porque no tenía fuerzas para moverme. En mi puta y cabrona vida había tenido un orgasmo así y mucho menos cuando hacía de Amo Dominante. Cuando pude moverme cogí la toalla húmeda del suelo y me limpié dejándola de nuevo donde la recogí. En la oscuridad me encendí otro liado y gruñendo me preguntaba que me pasaba con el puto Teniente de los huevos. Que puto pervertido estaba hecho que me corría como un poseso con una puta imagen.

De camino al baño me desnudé dejando un reguero de ropa por el camino. Oía ruidos en la otra habitación y me preguntaba que estaría haciendo el vampiro de los cojones. Abrí la ducha y di un grito cuando entré estando aun la fría saliendo. Ya con la caliente cubriéndome me relaje tanto que una imagen de Vishous mordiéndome se plantó en mi pensamiento y no quería irse. Mi polla se puso más firme aun y dio un tirón de dolor que me hizo gruñir. La agarré en un puño y empecé a moverla y jalar de ella en una caliente y húmeda paja. El recuerdo del cuero de su mano cubierta entrando en mis pantalones me hizo gemir alto. Quería parar pero no podía. La imagen se fue haciendo más viva y con la otra mano toqué la nueva mordida que latía. De un ritmo pausado y calmado pasé a uno rápido, apretado y más fuerte, cuando el puño se cerró alrededor de mi polla caliente y latente. El orgasmo me asaltó sin los avisos previos de otras veces y me rompió de los pies a la cabeza. Mi culo se apoyó en los azulejos y resbalé hasta quedar sentado en el piso de la ducha porque las fuerzas de las piernas me fallaron y seguía teniendo orgasmo tras orgasmo. Cuando al fin terminé de correrme como pude me levanté y cerré el agua. Como pude y agarrándome de donde podía me dejé caer en la cama respirando con fuerza y de seguido. En mi jodida vida me había pasado nada igual, ni tenido tantos orgasmos seguidos. Peiné mi cabello mojado y quité de mi cabeza la maldita imagen que me había dado el mejor orgasmo de mi vida, bueno los mejores orgasmos seguidos de mi puta vida. Tenía que estar enfermo o algo pasaba conmigo, fuera lo que fuera un médico no me daría la solución. Cuando al fin me cuerpo se recuperó de lo sucedido me fui a por un whisky y salí al balcón preguntándome si hubiese sido igual si hubiese dejado a V continuar con lo que yo había empezado. Media hora después y ya acostado el maldito sueño no venía en mi busca y por lo que oía al lado a mi compañero de mordida tampoco.

Lo que ninguno de los dos sabia era que el deseo del uno por lo que iba a suceder había despertado el deseo del otro. Sin nosotros saberlo estábamos conectados de forma muy íntima y personal.

Que el cielo nos ayude y el infierno nos asista.

2 comentarios:

  1. exellent ont retrouve bien les caractères de chacun.. et l’histoire se goupille bien,j’adore continuez comme ca, feliz navidad et feliz año💋

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  2. Wonnnnn la piel se me ha erizado con este capítulo. Si el sexo con vosotros mismo es bestial,juntos será la bomba. Como disfruto leyendo esta historia vuestra. Gracias corazones.

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