miércoles, 30 de mayo de 2018

NACE DHESTROYER...31ª


NACE DHESTROYER 

                                                                    
Butch y Vishous Fated

Me aparté de la cinta andadora y sequé el sudor con mi camisa que me había quitado. El ritmo que había adquirido haciendo ejercicio era brutal y a tan solo una semana de mi transición. Aun me estaba acostumbrando a mi nuevo cuerpo.

— ¿Cómo estás?

La voz de Vishous desde el banco de levantar pesas me saco una sonrisa y de mis propios pensamientos.

— Jodidamente bien y alucinando con los cambios y el potencial.

— Esto no es nada poli. Tu fuerza aumentara y tu velocidad también.

— Todo son ventajas.

— Pero entre tanta ventaja siempre hay un pero Butch.

— Lo de la alimentación.

— Exacto. En su momento tendrás que elegir a una Elegida.

— ¿Por qué tu sangre no es válida?

— Lo es para muchas cosas pero no para la alimentación. Nuestra sangre tiene unos nutrientes que solo están en la sangre de una hembra de linaje puro y que son los que evitan que nos pongamos famélicos y con ellos más peligrosos de lo que somos.

— Es una mierda.

—Pero muy necesaria. Vete mentalizando porque en un tiempo no muy largo te tocara.


— ¿Estarás bien con eso?

— ¿Por qué no habría de estarlo?

— Ha sido una pregunta absurda.

— Poli…

— Tranquilo, todo está bien ya sabes lo bocazas que soy.

Volví al ejercicio dando golpes en la boca en forma de pensamiento. Al jode mentes no le preocupa porque no quiere nada, digamos serio, conmigo. Soy yo, cuán mujer tonta enamorada el que se ha hecho falsa ilusiones. Mi vista traicionera se fijó en el cuerpo de V y joder con gusto me tiraba sobre él y me lo volvía a follar. Mi polla se endureció y empujo contra la tela del bose y el chándal. Gruñí y despeje con un brusco movimiento de negación las locas ideas y me concentre en lo que hacía pensando todo lo bueno que el cambio me había traído. Tuve que volver aprender a escribir y a comer pero todos los resultados iban en ascenso, aunque una de mis manos había vuelto de la transición con un pequeño problemilla nada serio y que permitía utilizarla. Mi apetito se había vuelto tan tragón como el de resto de los hermanos. A la fortaleza y resistencia mi cuerpo respondía con gratitud. Mis músculos se fortalecían mucho más con el ejercicio y el doble que antes. Quedaba por ver si me podía desmaterializar y andar bajo el solo como lo podía hacer Beth. Wrath y Vishous me habían dicho que con calma y que durante un mes me dedicara solo a cultivar las habilidades que había descubierto que no eran pocas y con las que yo estaba más que encantado.

Y en cuanto al mal paso del emparejamiento por mi parte, el sexo solo se limitaba a tocarnos y hacernos pajas más por mi necesidad de tocarlo y estar cerca de él que por la suya. Al menos con eso iba tirando a pesar de que yo quería mucho más. Pero empujar a V a algo que ni quería, ni le gustaba no era una muy buena idea.

— Oye Butch.

Los dos dejamos de hacer ejercicio y caminamos hacia Phruy que entraba al gimnasio.

— Que hay compañero.

— El rey dice que vengas a nuestra reunión de esta noche.

— ¿A una de esas que tenía prohibido por ser humano?

— A una de esas.

— Cinco minutos y estoy en el despacho.

— Tú también Vishous.

Phury se fue y mire a mi amigo.

— Tu, ¿lo sabias?

— Si y está ni será la última, ya eres uno de los nuestros con todos sus derechos y deberes.

— Pues no hagamos esperar al rey.

— ¿Estas bien poli?

— De puta madre — mi boca se amplió en una gran sonrisa — gracias amigo.

— ¿Por qué?

— Por todo y por una nueva oportunidad. No todo el mundo tiene una segunda vida para vivirla y mejorarla.

— Te lo merecías poli.

Dos horas después salía en el Escaladle con Rhage para patrullar y aun no me lo creía. Esas reuniones eran bien diferentes a las que hacían conmigo cuando eran humano, bueno sigo siéndolo pero solo la mitad. Esta noche era diferente, era un guerrero, uno más, así lo marcaba mi chaqueta de cuero y el pantalón del mismo color y tela. Mi glock y mis dagas. Hoy me sentía más que nunca un hermano de la Hermandad.

— Butch, ¿entiendes que no patrulles con Vishous?

— Si, me jode pero lo entiendo.

— Es lo que tiene estar vinculado.

— ¿Aunque solo sea a un carril y con una única dirección?

— Dale tiempo al hermano.

— De eso me sobra ahora, pero lo que paso cuando hice la transición se va a quedar en una metedura de pata, una más de las mías.

— Compañero cuando cupido te golpea sabe lo que hace…tiempo poli solo te hace falta eso. Además estar vinculado es estar follando como conejos todo el día.

Lo mire sonriendo y negando con mi cabeza.

— Es más que eso y tú lo sabes muy bien.

— Intentaba poner un poco de humor a tu preocupación.

— Gracias pero como decía mi compañero de la Cruz, tiempo al tiempo a ver que pescamos.

— Y si hay que golpear al hermano V me avisas y te ayudo.

— Cabrón.

Entre carcajadas y piruletas seguimos patrullando. Mi cuerpo rugía por una buena pelea. Al llegar a la calle decima un recuerdo de mi pasado como detective me golpeo…ahí estaba aún el punto negro donde había explotado el coche de Darius, padre de Beth. Ese había sido mi último verano como Brian O´Neal el detective y en ese momento supe también que sería hoy el día de mi gran debut e iniciación.

Mi sexto sentido tan famoso y ahora triplicado empezó a funcionar. Mis colmillos nuevos se extendieron en su totalidad y me puse en modo ataque.

— Rhage…

— ¿Dónde están poli?

 Una sonrisa grande y muy cabrona se puso en mi boca y empecé a caminar a paso ligero seguido por Hollywood. Ahí estaba esa fuerza que siempre tiraba de mi cuando esas ratas estaban cerca, hacia ellos. Los dos llevábamos el mismo ritmo y las mismas ganas asesinas. No tuvimos que ir muy lejos, unos pocos metros más adelante y a la entrada de un callejón nos topamos con tres restricto -res. Al unísono el trio giró sus cabezas al sentirnos. Cuando mis ojos se toparon con los de ellos el estallido del reconocimiento reventó entre nosotros como una bomba. La conexión fue más fuerte y reconocida por mí con espanto y por su parte con confusión. Me habían reconocido como uno de ellos y como vampiro.

No tengo un nítido recuerdo de quien hizo el primer movimiento pero basto el aleteo de una mosca para que la pelea llegara. Encaje patadas, golpes bajos como si nada, tanto que incluso sonreía. No había dolor suficiente para preocuparme, era como si mi piel estuviera blindada y mis músculos fueran de acero. Todos los puñetazos impactaban pero poco más.

Agarre a una de ellos y lo tire al suelo inmovilizándolo y buscando una de mis dagas. Me detuve sin saber muy bien porque pero abrumado por una necesidad contra la cual no podía luchar. Deje de buscar la daga y me agache hasta quedar cara a cara con el bastardo. Controle al restrictor con mi mirada. Abrí la boca para decir una parida de las mías y una imperiosa necesidad de aspirar me consumido para que abriera del todo la boca y aspirara…y empecé hacerlo.

— ¿Butch? Maldita sea, ¿Qué haces? Apuñala esa maldita cosa, sólo apuñálalo, deja de hacer esa mierda…¡¡¡POLI!!!

La voz de Rhage me llegaba lejana y con eco. Mi lado oscuro salió de su escondite y se revolvió cuando empecé a inhalarlo lentamente. Estaba siendo muy consciente de lo que estaba haciendo y no podía parar. Una fuerza en forma de remolino de formo entre lo que inhalaba y yo. Toda la maldita oscuridad, la esencia del demonio, el mal más putrefacto y la misma esencia del Omega paso del cabrón a mí y sentí como esa infecta materia negra se mezclaba con mi sangre y se metía en mis huesos. El talco apestoso se disolvió en una nube.

— ¿Qué cojones has hecho poli? — esta vez la pregunta me llego alta y clara.

Mi voz era apenas un murmullo y seguía en una posición de cuatro patas e intentando respirar y calmar el dolor.

— No me toques…llama a Vishous.

— Sabemos lo que hay que hacer. Ya estoy marcando.

Las arcadas llegaron destrozándome el estómago y note con mucha más claridad como la mancha negra se expandía y el dolor era intenso y agudo. La puta maldad campaba a sus anchas dentro de mí. Cuando termine de echar la bilis me arrastre lejos de todo lo que había soltado por mi boca y caí en posición fetal. Oír el impropio de V calmo mi miedo. Esto era muy diferente a lo anterior.

Antes de recibir la llamada un mal presentimiento se adueñó de mi fría calma y al ver el número de Rhage supe que algo no andaba bien con el poli. No tarde en llegar donde ellos estaban y mientras me acercaba a Butch oír la historia de miedo que me conto el hermano. Lo mire y gruñí.

— No es una broma V…lo aspiro y el hijo puto restrictor se evaporo dentro de su boca.

Ya cerca de él hinque una rodilla en el suelo y lo gire hacia mi poniéndolo boca arriba y levantando su camisa, después de desabrochar su chaqueta. Santa mierda, la herida bajo su ombligo había duplicado su tamaño y parecía un gran ojo mirándote. Me quite el guante guardándolo en uno de los bolsillos traseros y me puse a darle luz mientras indicaba a Rhage que llamara para que trajeran el Escalade.

— Otra vez tragando lo que no debes poli.

— Ya me conoces amigo, a falta de un buen whisky, mejor un restrictor.

El hermano me comunico que Thor y Z venían con el coche y que Wrath había sido puesto al corriente y quería a Butch en la casa, con su familia.

— ¿Tienes aliento para contarme que ha pasado?

— Lo intentare.

Cuando mi compañero termino su historia pensé en las otras veces que había frenado al poli y que de no haberlo hecho lo que esta noche había pasado hubiese sucedido mucho antes. Seguí dándole luz hasta que el coche llego y no deje de hacerlo una vez en la parte de atrás y en casa. Algo no iba bien yo seguía dándole luz y parecía no haber mejora alguna.

— Me siento peor que las otras veces Vishous.

— Te lo has tragado entero y tienes su maldad dentro de ti, hasta yo la noto. Pero no quiero que te preocupes, te sacare de esta.

Tres horas después yo seguía dándole luz y solo se oían nuestras respiraciones. Al menos, aunque despacio la luz de mi mano iba haciendo su trabajo.

— Vishous.

— Dime amigo.

— La leyenda se ha cumplido.

— Me temo que sí.

— Decía algo así…vendrá uno que traerá el fin antes del amo. Un luchador del tiempo moderno hallado en el séptimo del veinticinco y será conocido por los números que lleva: uno más que la brújula percibe. Tres existencias tienen. Tres marcas por detrás y con un ojo amoratado por delante,mas otra marca por delante tambien.. En un pozo nacerá y morirá.

— Me has impresionado poli. No tenía ni idea de que te lo supieras de memoria.

— La he estado leyendo cada vez que he podido.

 — ¿Y cómo te sientes?

— Supongo que bien, no lo sé. Ahora mismo estoy muy confuso.

— Butch estaba esperando a decirte esto cuando llegáramos a casa. Esta noche en uno de los registros encontramos Phury y yo unos pergaminos de la Sociedad Restrictora que se llaman La Profecía del Destructor, en esas páginas se habla de la leyenda pero con más claridad. Estaba revisándolas y contándole al rey cuando me llamo Rhage y me aviso lo que había pasado.

— ¿Y?

— Habla de ti.

— ¿Cómo es posible?

— Tú tienes todas las marcas. Puedes sentir restrictores en los cuatro punto cardinales y antes de que ellos lo hagan. Tu menique se atrofió con la transición, por lo que dispones solo de cuatro dedos en tu mano derecha para señalar como una brújula. Has tenido tres vidas, infancia, madures y esta última como vampiro. Has nacido en Caldwell.

— Error, nací en Boston.

— No poli, al superar el cambio has nacido de nuevo y esta vez en Caldwell, también conocida como The Well…el pozo. La cicatriz bajo tu ombligo parece un ojo amoratado y el mismo ombligo sería la segunda marca por delante. Tienes tras marcas en lo bajo de tu espalda. Y por lo que has hecho esta noche eres Dhestroyer, el destructor.

— Soy la maldita leyenda viviente.

— Eres más que eso para todos nosotros.

— Lo sé pero la realidad está delante de nuestras narices y tengo que aceptar y abrazar mi destino.

Volvimos al silencia y una casi cuando ya amanecía, cosa que sabiamos por la bajada de las persianas,Butch ya no olía como un perro restrictor y el color había vuelto a su piel.

— ¿Quieres ducharte?

— Si, por favor.

— Te espero en el salón con un vaso de whisky.

— Genial.

Veinte minutos después, frente a frente y con copas en la mano, lo mire.

— ¿Alguna pregunta? Poli.

 — Muchas.¿Qué puede significar que yo aspire a esos cerdos?

— Con ese sistema atajaras o anularas el retorno de los restrictores al Omega.

— ¿Con que fin?

— El Omega comparte una parte suya con cada verdugo suyo, esa parte vuelve a su dueño cuando el restrictor muere. Necesita recuperar lo que puso dentro de ellos para aumentar su poder y hacerse más fuerte y poderoso. Tú o mejor dicho lo que haces, rompe esa parte del ciclo al inhalar a esos albinos. Cuanto más consumas tú, menos poder, menos fuerza y más debilidad para el puto Omega.

— ¿Y con el tiempo no me convertiré en uno de ellos?

— No lo permitiré Butch.

— ¿Cuál es el tope a tragar? Mira lo que has tardado en curarme tragando uno.

— No lo sé, alguna noche lo tendremos que averiguar. Y puede ser por que ha sido el primero y tu cuerpo no está habituado. La pregunta que yo tengo para ti es… ¿quieres hacerlo?

— Tal vez amigo mío este sea el propósito que la vida me tenía preparado desde el momento que mi madre le fue infiel al que llamaban mi padre. Lo tengo claro es mi destino y al fin y al cabo hablamos de mi raza…de mi familia. De los míos.

— Nadie te puede obligar…ni la leyenda, ni unos pergaminos, ni Wrath, ni su puta madre…NADIE.

A cada momento saber que era la puta leyenda no me estaba gustando y temía por su vida. Un miedo que me estaba empezando hacer conocido cuando se trataba del poli se instaló en mi corazón lo que hizo que frotara en círculos donde dolía.

— Es mi voluntad Vishous. Solo prométeme una cosa.

— ¿Cuál?

— Sin un día tu mano no puede curarme y ves que me voy a convertir en uno de ellos…mátame.

— Eso no pasara.

— Quiero tu promesa de que lo harás.

— Te lo prometo — aunque me vaya la vida en ello…pensé para mí.

— Pues vamos a darle la buena noticia a Wrath y al resto.

— Poli…

— V, mi decisión ya está tomada, si este es mi destino que así sea. De la Cruz decía que el mundo no era regido por las casualidades porque no existían. Que cada uno tiene un destino escrito y en algún momento terminas abrazándolo y este es el mío.

— Tu compañero es sabio.

— Lo es.

— ¿Lo extrañas?

— Mucho. Pero tengo la impresión que no todo está terminado entre los dos. Además sabes una cosa.

— No. — al oír esas palabras el mal humor acampo en mi persona.

—Que no podrás perder mi culo de vista.

— ¡Cabrón! — estar con el poli era una montaña rusa para emociones que no sabía tenia.

Entre risas entramos en el despacho y todos los ojos se frenaron en mí. Hora de decir que camino había tomado. Por primera vez en mucho tiempo me sentí en paz conmigo mismo y con la vida.

Tenía un digno propósito en la vida por mi raza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario