lunes, 25 de febrero de 2019

UNA PROPUESTA...40ª


                                                       UNA PROPUESTA

                            

Vishous y Butch Fated

Estar tan inactivo me tiene un punto más loco de lo habitual en mí y para más cabreo había visto al poli durante la noche/mañana y después de comer conmigo y dormir un poco no había vuelto. No es que lo culpara con lo que se nos viene encima y de la que me había librado por haber sido herido grave…solo era una tensa calma antes de tener que cumplir para lo que había nacido. Gracias al rey mi tortura solo se había aplazado un tiempo, el justo cuando ella, La Virgen Escribana volviera de su retiro. Mi reloj ya daba cuerda marcha atrás y mi mejoría también.

Tanto tiempo ocioso me había hecho meter una loca idea en mi cabeza y cada vez se afianzaba más y más en mi cerebro. Total que había sido mi vida sino una puta locura desde mi nacimiento. Jane entro, me sonrió y dio un beso cálido en una de mis mejillas.

— Si todo sigue su cuero y sigues mejorando, en dos semanas estarás en las calles pateando culos, que frase — me reí y lo mire, después de revisar sus constantes y fiebre — Esta herida ha sido de las más graves que he tratado en vosotros y doy gracias a Dios que la sangre de Bucth te alimente y te sana de dentro para fuera.


— No mientas, nunca fue tu fuerte Jane. Todos sabemos porque sigo aquí.

— Eso nadie lo sabe fuera de la casa. Yo soy la doctora y se hace lo que yo digo.

— Solo es aplazar lo inevitable.

— Wrath con ayuda de todos está buscando otro camino u otro vampiro fuera de aquí que pueda hacer ese descabellado trabajo.

— Costumbres milenarias amiga mía.

— Absurdas costumbres. Por cierto,Butch ha tenido que salir con el resto de los guerreros a patrullar.

— Espero que a ese cabrón no se le ocurra aspirar y si lo hace que no se pase y si se pasa que llegue a tiempo hasta mí. ¿Puedo fumar?

— ¡NO! Y ahora pórtate bien. Vuelvo en un rato.

Estábamos cenando, algo a lo que me obligaban, cuando entro una llamada de máxima urgencia. Así que sin tiempo para nada salimos pitando y nos dividimos como siempre. Así que aquí estaba patrullando y marcando el móvil de V aunque sabía que no lo tenía a mano. Corte y guarde mi móvil. Phury,Z y los más jóvenes se ocupaban del ataque a una familia de vampiros civiles y Thor,Rhage y yo de patrulla.

Mi cabeza no dejaba de pensar que no podríamos estirar mucho más la mentira de lo mal que seguía mi jode mentes por sus heridas. Estábamos metidos en un laberinto sin salida. Él tenía que cumplir con su nuevo trabajo y yo ser capaz de estar con el cuándo volviera de follarse a varias Elegidas.

— ¡Nos estas volviendo loco pensando tan duro, poli! —me grito Thor.

— Me estás dando dolor de cabeza — mascullo Rhage.

— Perdón, lo siento hermanos.

— Sabemos que estáis en un gran lio, pero encontraremos un camino poli — Thor me paso un brazo por los hombros.

— Necesito albinos cabrones que matar.

Y de repente el olor asqueroso a talcos nos rodeó y nos miramos sonriendo como psicópatas. Echamos a correr hacia donde salía ese olor.

— Ten cuidado con cuantos tragas Butch —me recordó Rhage.

— Veis como Dos escucha las plegarias silenciosas —les grite a los dos riendo.

— ¡Jodido loco! — me devolvió el grito Thor.

Riendo entramos a la pelea y supe según los vi que por el tiempo que llevaba sin aspirar, hoy me iba a poner las botas. Un ansia desconocida se apodero de mí en cuanto tire al primero al suelo. Lo mire.

— Recordar…no tocarme. Abrirme la parte de atrás del coche y llevarme con Vishous cagando leches. Por ningún motivo me toquéis, pase lo que pase. Una vez en la casa, detrás de mí hasta que V me cure.

— Lo sabemos Butch.

Y nos metemos de lleno en la pelea dando el pistoletazo de salida cuando empecé aspirar al que había derribado.

Había chupado más de la cuenta y lo estaba notando a pasos de gigantes. En cuanto todo termino, solté la bilis y me quede en posición fetal unos minutos. Thor cerca de mí mientras Rhage llegaba con el coche. Llegar hasta ahí fue toda una odisea de magnitud rascacielos que caen. Caí al suelo varias veces hasta que por fin mi espalda toco lo duro de la parte de atrás del coche, me bebí la botella de agua que me dejaron y perdí la conciencia.

Algo no iba bien con el poli, un dolor en el pecho que no me dejaba respirar me lo decía. Me ahogaba y supe que había tragado mucho más de la cuenta. Me quitaba los electrodos y la vía cuando Wrath entro con su móvil en la mano.

— Es Rhage.

— ¿Esta herido?

— No, pero ha tragado más de la cuenta y esta inconsciente. Estamos entrando al garaje.

— Intenta despertarlo sin tocarlo.

Me estaba levantado de la cama ante los negativos intentos de despertar al poli cuando por fin oí su gruñido. Corte y le devolví el móvil al rey que me volvió a sentar con una sola mano en mi hombro en la cama. Me quede mirando fijamente la puerta de entrada de la sala de recuperación.

— ¡Maldita sea! Grrrrrrr ya desperté…no me grites.

Maltrecho me baje apoyando en las paredes del túnel del Pit y camine arrastrando los pies hasta donde estaba V. La puerta fue abierta por mi primo, me parecieron siglos esos lentos y fatigosos pasos hacia mi salvación.

— Acuéstate conmigo… ¡ya!

— Tengo que ducharme y aun…

— No me hagas ir a por ti…la puta ducha y ese aún pueden esperar.

Abrió sus brazos y me deje caer boca arriba en su cama sin fuerza alguna. Cerré los ojos y oí como rasgaban mi camiseta y al segundo siguiente el calor de su mano sanadora. Santo Dios el alivio fue instantáneo. Con la mano libre desabrocho los primeros botones de mi pantalón de cuero y tiro de mi hasta que mi espalda choco con su pecho desnudo. Mis ojos seguían cerrados.

— Dios, esto está mucho mejor.

— ¿Cuántos has tragado?

— Ocho creo, perdí la cuenta al quinto.

— ¿Estás loco?

— No, he notado que cuando estoy mucho tiempo sin aspirar, luego es peor. El ansia me hace tragar hasta que la sacio. Es como si tienes hambre y tu estomago no se calma hasta que comes.

— Hay que decírselo al rey y tenerlo en cuenta.

Luego guardamos silencio y mientras lo sanaba, la loca idea se hizo firme y era el único modo de librarme de ser El Gran Padre. No podía hacerle eso a Butch, que se había quedado dormido.

Fritz entro seguido por dos Doggen que portaban dos bandejas de comida fría y ropa para el poli. Se marcharon y entro una sonriente Jane, que hembra, nunca dejaba de sonreír. Me tapo y limpio donde me había quitado la vía y apago el aparato del corazón. Se fue dejándonos solo. Ya libre de las ataduras acomode mejor a Butch a mi lado y seguí dándole luz en la herida mientras lo observaba.

Cuando abrí mis ojos me encontraba desorientado por unos segundos y al recordar lo de la noche anterior me quede sentado en la cama y busque a mi macho. Comprobar que estaba desnudo, que no olía a talcos, que había dos bandejas con comida sin tocar y ropa limpia mía en una silla pensé que él estaría por ahí, pero no lo estaba y me asuste.

—¡¡Vishous!! — salió del baño descalzo, con el pantalón puesto y gotas de agua que caían de su pelo húmedo y rodaban por su pecho. Me relamí.

— No estoy lejos.

Ya tranquilo al verlo tan sensual, bromee.

— ¿No te habrás aprovechado de mi mientras dormía?

— Y que si lo hice…eres mío.

—Cabrón y yo sin participar y sin enterarme.

Fui hacia el poniéndome la camiseta y lo bese. Lo mire a esos ojos castaños.

— Te aseguro poli que cada vez que yo te tome, te vas a enterar y lo vas a sentir. Dúchate, he pedido el desayuno y tenemos que hablar.

— Entre los humanos esa frase se dice cuando tu pareja se va abandonar.

— Nunca,…venga no tardes— lo volví a besar y cuando se levantó desnudo como su madre lo hecho al mundo le di una nalgada. Riendo entro en la ducha. Los desayunos llegaron.

Saber que podía perderlo para siempre me había hecho da rienda a la idea y llevarla a cabo. Lo iba hacer costara lo que costara y me daba igual sino teníamos que ir de la Hermandad y de la casa. Butch entro ya vestido y desayunamos en silencio. No podía perderle, lo único bueno que había tenido en mi vida. Solo era capaz de leer en mí con solo una mirada. Darme mis tiempos y entender esa pequeña parte de mi pasado que le había contado de mi propia boca.

Puede que aún no pudiera poner en palabras los sentimientos que bullían en mí hacia él, pero estaban ahí y me importaban. Yo era tan suyo como el mío.

— Bien, ¿qué es eso de lo que tenemos hablar? —me termine el zumo y puse sobre una mesa vacía las bandejas y volví a sentarme a su lado.

— ¿Quieres emparejarte conmigo?

— ¿No lo estamos ya?

— Según nuestras costumbre, falta grabar tu nombre en mi espalda y el mío en la tuya.

— ¿Hablas de ser una pareja oficial?

— Sí.

— ¿Y tú nuevo trabajo?

— No hay otra forma de evitar ser un semental de hembras vírgenes.

— Tenías que haber empezado por ahí. Demasiado bonito tu interés en mí y en hacerme tu macho de forma oficial.

— No te atrevas a darle la vuelta a mis palabras. Puede que no sea capaz de poner en palabras, que hasta tu llegada a mi vida, no conocía lo que eran los sentimientos. Porque los tengo y son por ti. Están ahí. Pero no estoy dispuesto hacerte daño gratuito solo porque esa perra decidió que debía nacer para esa mierda. No se por cuánto tiempo aguantaras mis ausencias sabiendo a lo que voy o cuanto en volver a tus putas para devolverme algo de ese daño que te haría. No hay otra salida Butch y puede que tengamos que irnos de la Hermandad y de la casa.
Se había levantado y me acerque hacia el cogiéndolo por sorpresa y devore su boca.

—Me vale como proposición matrimonial y como declaración. Y por mucho que me duela dejar esta casa y a los que llamo familia, yo voy donde vaya mi corazón y ese eres tú.

— Quiero follarte hasta que perdamos el sentido, pero tenemos que ir hablar con Wrath.

La reunión con mi primo duro una hora y sabiendo que era una locura y que teníamos que habernos negado aceptamos su ayuda y a llevarlo en secreto y hacer la ceremonia antes de que la Virgen Escribana llagara de su retiro. Nadie nos dejó ir y en 72 horas se haría la ceremonia en absoluto silencio. Solos los hermanos con sus hembras, los niños, las hembras, Fritz y los Doggen que trabajaban y vivían ahí. Todos querían correr el riesgo hasta de sus vidas con tal que el poli y yo siguiéramos juntos. Aun a costa de sus propias vidas.

Aquella noche follamos, nos hicimos el amor mutuamente hasta caer rendidos, bueno…Butch me enseño como se hacía el amor y luego yo se lo hice a él.

Pasará lo que pasara en unas horas mi corazón solo tenía un dueño, en la vida y en la muerte y era de Butch.

1 comentario:

  1. Con la boca abierta y esperando el siguiente con ansias. Gracias por escribir como lo hacéis. Sois maravillosos.

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