jueves, 16 de abril de 2020

SANGRE....16ª


                                                                    SANGRE


                                



 Vishous y Butch Fated

Aunque nuestras hembras habían vuelto a nuestras vidas, nada era igual, La confianza y un poco el respeto se habían evaporado en parte entre las brumas de las discusiones de hacia quince días. Pero ahí estábamos, luchando por algo llamado amor y que llevaba escrito en sus sombras una muerte anunciada. Habría que esperar a ver como acaban las tormentas.

Pero ahora mismo habían dos temas que tenían captada toda mi atención: saber más sobre la vida y nacimiento del poli y como enfrentar una llamada que había este mañana llegado a su antiguo móvil.

Pero antes llevaría a cabo una idea muy loca que se me había ocurrido por culpa de unas malditas pesadillas que llevo teniendo hace varias noches y que me podría costar la vida porque estaba prohibido por las leyes de mi raza…por otro lado cuando me había importado a mí eso, nunca. Abrí mi vena más que convencido y dejé que mi sangre cayera dentro de ella, cuando faltaba un dedo para que rebosara, sellé mi herida con mi lengua y abrí una botella de vino tinto poniendo la misma cantidad en mi copa de plata. Limpie la daga y esperé al poli fumando.

¡Mujeres! Mierda y mil veces mierda. Todo había cambiado después de la maldita bronca y no para mejor. Nada era igual, algo se había roto entre Marissa y yo. Y no tenía pinta de poderse arreglar. Bien decía mi compañero de las Cruz, que una vez casado o viviendo con una mujer, se acabó follar cuando te diera la gana. Pero no era solo por el sexo, algo más profundo se movía y venia contra nosotros como un obús.

Si complicada era una mujer “humana” me reí por el termino, más lo era una vampira considerada la mejor y más valiosa de su especie. Daba gracias a Dios todos los días porque se hubiese fijado en mí y elegido, pero no era un iluso. En unos años yo parecería más su padre que su pareja. Yo envejecería y ella no. No era estúpido y tal vez ese era el mayor motivo para no poner fecha para el emparejamiento y la boda, eso y que ella odiaba a Vishous.

Gruñendo entre en el Pit después de meter la clave y me topé a mi amigo sentado, fumando y con dos copas de vino en unas hermosas copas de plata que usábamos para ocasiones especiales, en la barra americana.

— ¿Celebramos algo?

— Nada en particular, me apetecía beber un poco de vino y veo por como entraste que te hace falta algo de beber.

— Joder que sí. Gracias. Vishous,¿Qué cojones quieren las mujeres de los hombres? De nosotros.

— Además de nuestras pollas poli…ni idea.

Nos echamos a reír hasta que volvimos a ponernos serios.

— Algo cambio aquella noche de hace quince días.

— Si, poli.

— Pues que sea lo que Dios quiera — cogí la copa que me ofreció — salud y para dentro de un golpe.

Acabe antes que el de beber y me levante poniendo lo más cerca que pude de Butch. Terminó y lo observé.

— ¿Estas bien amigo?

— Estaba muy bueno y si…

— Háblame Butch.

— Joder, tengo calor, es un fuego que me sale de dentro para fuera, parece que me estoy asando y ¡joder! Tengo ganas de vomitar.

— Lo siento poli.

Lo agarré y caímos al suelo. Lo abracé con mis piernas y brazos. Mi mano enguantada tapando su boca y el otro brazo taponando su tráquea con una llave para que no lo echara para fuera.

— ¡Suéltame cabrón!

— Aún no. Deja que mi sangre abrace la tuya y corra por tu torrente sanguíneo.

Me tapó la boca y la tráquea más fuerte para que no hablara. Su sangre, este hijo de puta se había vuelto majara del todo. De repente empecé a sudar y noté como mi sangre se fusionaba con la suya y me pareció sentir que mis venas estallaban. Con los aojos abiertos de puro miedo mire hacia mis brazos y respiré aliviado al ver que solo había sido una sensación.

Sin más el aire empezó a faltar y el calor que me asaba se volvió más intenso, me recorrió todo el cuerpo y convulsioné en los brazos de V, intentaba respirar y cada vez que lo hacia el aire no llegaba a mis pulmones. Agua fría bajo por mi garganta, luego recorrió mi pecho, mi cabeza y pelo y lo agradecí. Las náuseas y ganas de vomitar cesaron y poco a poco mi cuerpo fue retomando su temperatura y yo dejaba de sudar como un cerdo. Volví a mirar a mis venas en los brazos y habían vuelto a su tamaño normal. Mi boca se volvió a ver libre y mi tráquea también y al fin el ansiado aire lleno mis pulmones.

— Me voy a morir.

— No seas la dama del drama, no te vas a morir aunque hubo una posibilidad. Unos minutos más y estarás bien. Confía en mí. Toma más agua. —le pase otra botella bien fría. Pasado unos minutos largos lo solté y me levante llevándolo conmigo.

— Ahora te puedo matar amigo.

Le pegue un fuerte puñetazo y sonreí satisfecho cuando vi su labio inferior partido y sangrando.

— Tuve un sueño contigo y vi necesario hacer esto. Que tomarás mi sangre.

— Me engañaste.

— ¿Te la hubieses tomado si te lo hubiese pedido?

— No.

— Ahí lo tienes, por eso el engaño.

Fui a por un whisky y mientras me lo bebía no dejaba de mirarlo.

— ¿Que soñaste conmigo?

— En otro momento, hay algo más importante. Esta mañana llegó una llamada a tu antiguo móvil.

— ¿De quién?

— De tu hermana Joyce.

— ¿Qué quería?

— Han ingresado a tu madre en una residencia. Tiene Alzheimer y cáncer de huesos en fase terminal. Puede morir en cualquier momento y te llamaba por si quería ir a verla si aún estabas vivo, dejó las señas.

— Tengo que ir a verla.

—Ya hablé con Wrath y tenemos su permiso. Yo iré contigo. Esta noche si quieres podemos ir.

— Gracias. Voy a darme una ducha y cambiarme de ropa.

— De nada.

— Sé que lo que soñaste conmigo no es bueno.

— Ya habrá tiempo para eso, ahora tu madre. Y no debes preocuparte yo haré que esa maldita pesadilla y sueño no se cumpla. Vete a duchar mientras limpio este desastre, cenaremos algo e iremos a ver a tu señora madre.

Me terminé el whisky y caminé hacia mi habitación, antes de entrar lo volví a mirar.

— Pensé que el sabor de la sangre sería más repulsivo y asqueroso.

— ¿Y no ha sido así?

— No, ¿debo preocuparme?

— Para nada poli.

Cuando entró en su habitación lo supe. Butch no era lo que aparentaba. Cualquier humano hubiese muerto a tomar sangre de vampiro y su sabor lo habría repudiado pero no fue así. Mi amigo era un pozo con muchos niveles y yo tenía que llegar al fondo de ese pozo. En cuanto a mi pesadilla si le mentí…iba de una cruz ensangrentada tirada en un suelo húmedo. Y el único que llevaba una cruz en la casa era el poli.

La vuelta desde la residencia al Pit la hicimos en silencio y no me aclaro nada sobre el nacimiento del poli. Llegamos a casa y apagué el motor. Ninguno de los dos nos movimos.

— ¿Estas bien Butch?

— No, es duro ver que tu madre no te reconoce.

— Esa puta enfermedad tiene eso, no te culpes.

— No lo hago, pero me hubiese gustado que mi madre me hubiese protegido cuando mi padre me golpeaba, nunca lo hizo y no lo entendí. Me hubiese gustado saber por qué antes de que se fuera.

— Poco puedo decirte sobre cuando mi propia madre me dejo en un campamento de muerte y sangre con solo tres años.

— Macho, la tuya gana en maldad por goleada.

— Ni te lo voy a discutir.

— Dime que soñaste conmigo…no más secretos y mentiras entre tú y yo.

— No soñé con una persona…soñé con una cruz llena de sangre en un suelo húmedo. Y el único que lleva una cruz eres tu poli. Cuídate ahí fuera cuando yo no este contigo porque en la medida de lo posible voy a evitar que esa pesadilla se cumpla.

— Lo haré, tienes mi palabra. No quiero estar con Marissa.

— Le diré a Fritz que te preparé una habitación.

— Tampoco quiero estar solo.

— Te acompañaré.

Media hora después estábamos en una de las habitaciones del piso superior de la casa. Con un buen surtido de whisky, vodka y liados.

— ¿No había una con dos camas?

— Ni que fuera la primera vez que dormimos juntos.

— Tienes razón, voy a darme una ducha. ¿Habrá en el baño para afeitarse?

— Lo dudas. Habrá eso y hasta ropa en los roperos.

Entré al baño riendo y una vez bajo la ducha lloré por mi madre, por mis hermanos, por mi hermana asesinada y por mí. Me afeité y lave los dientes. Me puse un bóxer y salí fuera.
Vishous entró y yo acomodé mi almohada y me senté en el lado izquierdo con la botella de whisky en la mano. Salió al rato con un pantalón de pijama de seda e hizo lo mismo que yo.

— ¿No fumas poli?

— Antes fumaba de vez en cuando.

— ¿Te enciendo un liado?

— Por que no.

Me lo pasó y puso el cenicero entre los dos. Durante un buen rato bebimos y fumamos en silencio.

— ¿Eres feliz Butch?

— Lo fui un tiempo ahora no se lo que siento por mi mujer. Tal vez por eso no he puesto fecha a las ceremonias. ¿Y tú?

— Todo iba bien hasta lo del Gran Padre. Me siento culpable y eso es nuevo para mí porque mi hermano Phury tomo mi lugar para que me emparejara con una humana y no me decido a poner fecha a ese día.

— No debes hacerlo. El hermano parece hasta feliz desde que Cormia está en la casa. Al menos que uno de nosotros sea feliz. Oye has notado que el rey viene golpeado cada vez que va al Otro Lado.

— Todos nos hemos dado cuenta, pero no abre la boca y cuando le preguntas gruñe como la bestia que es. Así que a guardar silencio y ya lo contará el cuándo quiera.

— Vishous,¿aún me deseas?

Vaya cambio más brutal de tercio por parte del poli.

— ¿Me estás haciendo una proposición?

— Idiota.

— Perdona poli.

— No pasa nada. Sabes que eres mi mejor amigo pero yo te siento como algo más y eso me tiene muy confundido.

— ¿Desde cuándo?

— No sé el tiempo, pero una vez le hacia el amor a Marissa y vi que no podía culminar así que pensé en ti y me corrí como nunca.

Agradecí la oscuridad de la habitación y que me pasara otro liado. No pensaba hacerle esa confesión pero mi boca fue más rápida que mi sensatez.

— En una sección de Bondage con Jane, pensé que el cuerpo que estaba sobre la mesa era el tuyo y no el de ella, fue la mejor sección de mi vida.

— Estamos jodidos.

— Butch yo no tengo problemas por estar con un macho o una hembra, pero tú eres otra cosa. Tu heterosexualidad se ve a una milla de distancia y cruzar al otro lado no es fácil.

— Lo sé y tengo mil dudas si escucho a mi cabeza y a mi fe, pero más las tengo si escucho a mi corazón y esta Marissa.

— Yo no puedo quitarte esas dudas, sólo el tiempo. Pero si vamos a dar algún paso hacia delante antes debemos hablar con nuestras hembras.

— Eso sería lo legal.

— Vamos a dormir un poco.

Apagamos los liados y dejamos el cenicero y las botellas sobre las mesas de noche. Nos preparamos para dormir.

— Buenas noches Vishous.

— Buenas noches Butch.

No habían pasado ni unos minutos cuando sentí a V que me giraba hacia él y su cuerpo. Nuestras bocas se encontraron y frenamos antes de que la situación se nos fuera de las manos. No era ni el momento, ni el lugar. Me abrazó y colocó mi cabeza en su pecho. Rodeé mi cintura con mi brazo, él pasó un brazo por mis hombros y jugo con mi pelo. Mi otro brazo entre los dos y mi mano acariciando su costado. Mis piernas enredadas entre las suyas. Su otra mano entrelaza con la que tenía en su cintura.

Parecía que este era mi lugar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario