viernes, 17 de julio de 2020

REGRESIÓN...26ª


                                                                REGRESIÓN


                                                             


Vishous y Butch Fated

El día había llegado y lo nervios me comían por dentro. Hasta V estaba nervioso y se lo notaba porque no había dejado de fumar y beber en toda la noche. Bien, si todo salía como se suponía que tenía que salir pronto sabría cuáles eran mis orígenes.

— ¿Preparado poli?

— Supongo que sí.

— Estás a tiempo de dar un paso atrás.

—No, adelante.

Salimos del Hueco y fuimos hacia el despacho del rey. A cada paso que daba más nervios pero por otro lado tenia ansias por saber quién era yo realmente aparte de ser Dhestroyer. No podía evitar pensar que dejaría de respirar si algo salía mal pero yo nunca había sido un cobarde y no era el momento.

No podía dejar de pensar que si algo salía mal el poli se podía quedar como un vegetal o en el peor de los casos morir, pero antes de la transición, había que dar este paso y había muchos vampiros que se habían quedado en el camino y él era todavía un humano, con nuestra sangre, pero humano.

Entramos en el despacho donde estaba Wrath ,Rhage y Zhasdit,Thor entró detrás de nosotros y cerró la puerta. Nos dirigimos cerca de la chimenea. Me acerqué tanto a su pecho que sentí su respiración en el mío.

— Confía en mí, no dejaré que te pase nada malo. Empecemos Rhage, te va a poner un cinturón en la boca para que no te muerdas la lengua.

— De acuerdo.

El cuero era duro así que apreté mis dientes con fuerza y me preparé para lo que cojones se me venía encima. Vishous me quitó la camisa dejándome desnudo de cintura para arriba. Su mano cayó sobre mi pecho sintiendo un peso caliente. Fruncí el ceño, esto era todo. Miré hacia abajo y vi la mano de mi amigo encendida.

— Relájate mi hombre — moví en círculos la palma de mi mano que desprendía fuego justo encima de su corazón — Solo respira hondo. Cuanto más calmado estés, mejor para mí. — seguía tenso — Mírame, vamos a respirar juntos durante dos minutos. Eso es…dentro y fuera, respira conmigo. Muy bien, sin prisas, tenemos todo el tiempo del mundo. Así volvemos hacerlo, dentro y fuera. Ya le has cogido el truco sigue haciéndolo. Genial poli, no pares de respirar.

Cerré los ojos y me deje llevar por mi respiración y por la apaciguadora sensación que inundaba mi pecho. El calor. El movimiento rotatorio. La voz de Vishous.

— Allá vamos, poli. Estás haciéndolo muy bien. Estas más relajado. Tu tensión ha desaparecido y estas en calma.

Asentí con la cabeza y noté que la rotación era cada vez más lenta y más lenta. Mi respiración más profunda y tranquila. Mi corazón empezó a latir muy despacio, cada vez más largos entre latido y latido. Me asombraba oír con tanta claridad el latido de mi corazón. Y todo el tiempo la voz de mi compañero seduciéndome, entrando en mi cerebro, extasiándome como un amante perverso, quise sonreír ante ese pensamiento pero no pude por el cinturón en mi boca.

— Venga Butch, mírame. Muéstrame esos ojos tuyo color miel.

Alcé los ojos de forma fatigosa y vacilé dando un paso atrás que freno el enorme cuerpo de alguien cuando vi la cara de V. Volví a ponerme tenso al ver como la pupila del ojo derecho se dilataba hasta que no había más que oscuridad. Nada blanco. Ni iris. Qué diablos era eso.

— Tranquilo, no pasa nada. Todo está bien Butch. No te preocupes por lo que estás viendo. Simplemente mira dentro de mí. Vamos, ya, mira dentro de mi poli, siente mi mano en tu pecho. Genial y ahora quiero que caigas dentro de mí, sin miedo. Déjate ir. Cae…dentro…de…
mi.

Me concentré en la oscuridad y miré la palma que se movía sobre mi corazón. Por el rabillo del ojo, vi que la mano brillaba más de lo normal, pero me importaba un carajo. Estaba dando el traspié más sublime en el más maravilloso y apacible camino a lo desconocido. Un amable viaje a través del tenue aire, cayendo dentro de Vishous…Hundiéndome en un vacío…de oscuridad total y absoluta.

¿Había salido? Algo húmedo caía sobre sobre mi cara. O era eso o estaba muerto. Lo único que tenía certero es que me había corrido una juerga de cojones porque estaba boca arriba en el suelo y muy mareado. Y abrir los ojos no era una buena idea de lo que me pesaban. Y debía de llevar mucho tiempo ahí tirado porque lo que mojaba mi cara era muy molesta. Sagrado infierno, levanté un brazo para taparme la cara.

— Está volviendo en sí.

¿De quién cojones era esa voz?

— ¿Butch?...Butch, ¿puedes oírme?

Esa voz profunda si la conocía. Era de V, mi compañero de piso y amigo. Me caía muy bien. Mis ojos se abrieron con pereza sin saber muy bien que era real y que era un sinsentido. Hasta que la cara de mi amigo de cruzó delante. Lo que caía sobre mi cara era agua de una botella pequeña que soltaba otro tío, que creía conocer, pero no estaba seguro. Quise hablar y recordé que tenía una cosa en la boca, fui a sacármela y V no me dejó.

— No todavía no, creo que queda un par más dentro de ti.

¿Más qué? Sin saber muy bien de donde provenía oí el ruido de unos zapatos golpear el suelo. Noté que era yo mismo quien hacía ese ruido. Los espasmos treparon por mis piernas, viajan entre las caderas y el tronco haciendo que me temblaran brazos y espalda. Iba a perder la conciencia y no había nada, ni nadie que lo pudiera evitar.

Al volver en mi estaba mareado. Vishous me acariciaba el pelo.

— Un par de ellas más y todo habrá acabado.

V cumplió su promesa. Dos viajes más y me retiraron la correa de la boca. Traté de hablar pero mi cerebro patinaba pero esta vez sí tenía una cosa clara…no había bebido ni una gota de whisky. Mi amigo me sonrió con esa mueca suya que estaba vez tenía el tono de un doctor que brinda a los pacientes una sonrisa hipócrita antes de rajarlos en el quirófano.

— Vas a necesitar algo con azúcar. Rhage,¿te queda una piruleta?

Vi como un rubio muy apuesto y malvado se arrodillaba a mi lado. Saco un a piruleta. Le quitó el papel y me la metió en la boca. Cuando se me cayó, la recogió me la volvió a poner en la boca y la sostuvo por el palo para que yo la disfrutara. Gruñí satisfecho, me trataban muy bien. Vishous me volvía acariciar el pelo. Ese rubio me mantenía mi dulce de uva en la boca. Las palmas de otro desconocido calentaban mis piernas y otro dos mis brazos.

No sé cuánto minutos estuve disfrutando de esos mimos pero de repente todo, los razonamientos, los recuerdos me envolvieron como una avalancha. Era como si me cerebro recuperaba su cordura y era metido de nuevo en mi cráneo. No estaba borracho… la regresión. Era la regresión ancestral a la que me había sometido para conocer mis orígenes. Quité la piruleta de mi boca.

— ¿Cuál ha sido el resultado? Maldita sea, ¿qué habéis descubierto?

Todos a mí alrededor respiraron tan fuerte que su aire llegó hasta mí. Alguien murmuró: “Gracias a Dios ha vuelto en si”

En ese momento un par de botas con cordones de acero se aproximaron por la derecha. Ascendí captando un par de fuertes piernas embutidas en cuero y un cuerpo enorme. El rey. Puso una rodilla en el suelo quitándose las gafas y me revelo sus relucientes ojos verdes claro, tan claro que no tenía iris en su lugar había dos reflectores. Sonrío ampliamente.

— ¿Qué pasa…primo?

— ¿Qué?

 — Hay algo de mi dentro de ti — sonrío más amplio mientras se ponía las gafas y se alzaba — Siempre supe que eras de la realeza, sólo que no pensé que fueras nuestro grano en el culo, eso es todo.

— ¿Es en…serio?

— Eres uno de los míos. Eres de mi familia.

Mi pecho se endureció de nuevo y todos pesaron que me iba a dar otro ataque y claro que me dio, pero de risa. Y poco a poco los demás se fueron sumando.

Una vez calmados y con mi camisa puesta, me senté en el sofá esperando oír lo que me tenía que decir el rey sobre mi padre y la familia a la realmente pertenecía.

— Tu padre era hermano de mi padre. Fue obligado a casarse para que diera descendencia a la familia de la que fue elegida por esposa. Ellos no se amaban y aun así ella le dio tres hijas, que son tus hermanas. Hace años estar con humanos o vivir en su mundo estaba castigado con la muerte, aun así se las ingenió para trabajar en hospitales de humanos. Era un buen, el mejor cirujano de corazón que yo haya conocido pero tampoco había un hospital para los de nuestra raza. El del hermano de Marissa se construyó muchos años después. Mi padre y el tuyo se amaban y respetaban. El pereció cuando mi familia fue masacrada intentando salvar a mi madre. A grandes rasgos esa es la historia.

— ¿Mis hermanas saben de mí?

— Si y quieren conocerte. Su madre falleció hace poco y ahora están solas. Te necesitan.

— ¿Cómo saben de mi existencia?

— Las he llamado yo en cuanto la regresión terminó. Debes saber que tu padre dejo unos papeles donde habla de tu existencia. Y quieren darte una caja que dejó para ti.

— Cuando haga la transición las conoceré.

— Deberías hacerlo antes poli.

— Por si no salgo vivo de la transición.

— Exacto. Las he invitado a cenar mañana.

— Coño Wrath.

— Soy tu primo, pero sigo siendo el rey, no lo olvides.

— De acuerdo. Hasta mañana.

 Una vez en el Pit,Vishous me puso un whisky y nos sentamos en el sofá. Mi compañero me saco de mi ensimismamiento.

— ¿Estás bien con todo eso?

— Nunca te he hablado de mi otra familia. Tenía tres hermanos y dos hermanas y el único recuerdo, bueno recuerdos que tengo es cuando trajeron a mi hermana Joyce a casa y corrí a su cuna para conocerla. Espere mi turno mientras mi padre que levantaba a mis hermanos para conocerla lo hiciera conmigo. No sucedió y yo solo era un niño que se preguntaba porque yo no podía conocerla. Ese día fui consciente de que mis hermanos recibían mejor trato que yo. Y cuando tuve un poco más de edad y bebía fui su saco de boxeo. Una noche, ya algo más mayores mi hermano Teddy, el mayor se escondió en el garaje con sus amigos a beber una cervezas que le había robado a mi padre. Yo los seguí esperando ser aceptados y buscando el momento me escondí entre unos arbustos…de repente mi padre los descubrió, los amigos de mis hermano y hasta este se orinaron en los pantalones. Echo a los amigos de mi hermano y le sonrío diciéndole que fuera a bañarse y cambiarse de pantalón y que mi madre no se enterara de que bebía. Tuve que hacer algún ruido porque se vino hacia mí, me cogió por el cuello mientras me insultaba y me pegó tan fuerte con el dorso de la mano que mi cerebro estalló y me hizo sangrar por la nariz y la boca. Volvió a golpearme mientras me llamaba pervertido y mientras mi hermano solo miraba. Cuando al fin me soltó y pude correr a la casa, me tropecé con mi madre que me miró, me ordenó subir a mi habitación y giró la cara a otro lado. Me limpié en mi baño y pasé el cerrojo de la puerta y aunque no daba una mierda por Dios, me arrodillé con mis manitas juntas y le pedí con fe y lágrimas en mis ojos que esa no fuera mi familia, que me consiguiera otro lugar donde ir. Debía haber sabido que este nunca te daba lo que le pedías porque ese Otoño mi adorada hermana Janie, la única que me protegía, amaba y cuidaba fue asesinada por tres malditos hijos de puta que la torturaron, violaron y mataron. El tatuaje en mi espalda son los años desde que mi hermana desapareció. Fui el último en verla con vida y lo más curioso es que desde ese momento mi padre no volvió a golpearme, ni a mirarme, ni me volvió a hablar. Mi madre enloqueció y fue internada por años en un manicomio. Fue por eso que empecé a beber, recorrer las calles. Tomé drogas. Me metí en peleas y dejé los estudios. Pero si los golpes dolían más lo hacia su maldita indiferencia como si yo no existiera. Yo solo había querido su cariño y sus abrazos. En cuanto pude me largué, retomé mis estudios mientras trabaja en los muelles y me hice policía. En la boda de unos de mis hermanos nos volvimos a ver y toda la rabia que tenía dentro de mi salió de su caparazón. En un momento que me vi a solas con él lo agarré y empecé hacerle reproches, lo padre de mierda que había sido conmigo, de sus malditos golpes. Hasta que soltó la bomba mirándome a los ojos con horror, con miedo…” Te dejé de golpear porque no podía dejar que mataras a otro de mis hijos. Tú sabias que ella era mi favorita y me cabreaba que estuviera siempre contigo. La dejaste subir a ese coche sabiendo lo que pasaría y el daño que me ibas a causar” Cuando me di cuenta que todos los invitados a la boda, mi familia incluida lo habían oído empecé a golpearlo hasta que me lo quitaron de las manos. Nunca más volví a ver a mis hermanos. Sé que tengo sobrinos porque mi madre, con la única que mantenía contacto me informaba de todo. He estado perdido hasta este momento Vishous. Tener hermanas no será nuevo pero si diferente y esta vez no voy a dejar que nada malo le pase a ninguna de ellas.

— Lamento que hayas tenido una vida tan dura. Pero al final tu Dios te escucho y te trajo a casa.

— No lo hagas amigo, todo lo que pase me ha hecho ser quien soy y llegar hasta aquí, ahora seré una copia mejorada. Y si, tarde pero lo hizo.

— Nunca serás una copia, serás tú pero con tu verdadera familia y raza. Y nunca es tarde amigo mío. Sigues teniendo tu fe a pesar de todo y créeme cuando te digo que eso no es malo. No creer en nada no es bueno, te vuelve loco compañero.

— No me preguntes como pero así es…extraño no tener mi cruz al cuello. ¿Crees que el rey las dejara vivir aquí?

— No lo dudes ni un segundo, también son su familia. Vamos a prepararnos para la cena. Ya casi ha anochecido.

Cuatro horas después y tras una cena agradable y muy a mena estaba en el despacho de Wrath con él y mis hermanas que se llamaban… Imperia era la mayor y por las fotos que había visto tenía un gran parecido con su madre. Isolde era la mediana y el parecido era una mezcla entre mi padre y su madre. Ivory era la pequeña y era la más parecida a mi padre y a mí. Las tres eran altas y muy elegantes pero no podían esconder que les gustaba una buena lucha y una buena fiesta donde corriera la sangre. Las tres tenían ojos color miel como los míos y las tres tenían el pelo castaño de mi padre y mío y largo y ondulado como su madre. No estaba para nada ni asustadas, ni enfadadas, habían sabido de mi existencia antes de la muerte de su madre en manos de los retrictores.

— ¿Vas a pasar por la transición? —me preguntó Imperia.

— Si, en unas semanas, ¿estáis de acuerdo con eso?

— Si — contestaron las tres a la vez.

— Voy a pedirle a Wrath que os deje vivir aquí, en la casa en cuanto pase la transición. Donde yo estoy es pequeño y no hay tantas habitaciones.

— Llegas tarde, él rey ya no los ofreció. Nos quedaremos desde esta noche y mañana mandaran a por nuestras cosas.

— ¿Tendré problemas con la familia de vuestra madre?

— No tenemos más familia que tú. — contesto Imperia— esta caja es para ti. Lo que hay en la tapa es nuestro escudo, es el mismo que tienes en el anillo que siempre se entrega al primogénito. Pondremos nuestro dinero de la herencia a tu disposición.

Era una caja de madera oscura labrada de palabras en Lenguaje Antiguo y una pequeña pero labrada llave. La recogí de sus manos y las miré sonriendo.

— Vuestra herencia es vuestra. Yo ganó lo suficiente aquí y padre me dejo mi parte de lo suyo. Mañana la reina os ayudará y abriréis unas cuentas bancarias online. Llegaran unas tarjetas que usareis para sacar dinero o hacer compras. Guarda tú la llave Imperia, hasta que pase la transición, no la voy abrir antes.

— Y si queréis invertir, mi reina es la mejor para eso — dijo Wrath con un deje de orgullo en su voz.

— Queremos hacer algo — soltó Isolde.

— Y aprender a luchar — dijo Ivory.

— Despacio muchachas. Adaptaos a vuestra nueva vida y poco a poco veremos que podéis hacer — contestó el rey sonriendo.

— El señor de la perilla es tu marido. — volvió a preguntar Imperia.

— No, es mi compañero de piso.

— ¿No tienes compañera? — preguntó Isolde.

— No. Y dejemos ese tema hermanas curiosas. Y nuestro padre no se rompió la cabeza buscando vuestros nombres. — nos miramos y echamos a reír.

Media hora después cada una estaba en una habitación. Las tres seguidas para que no se sintieran solas y después de señalarles donde vivía yo volví a mi casa. Vishous me esperaba.

— ¿Todo bien amigo?

— Genial V.

— ¿Y esa caja?

— Me la dejo mi padre.

— ¿No la vas abrir?

— Después de la transición.

— He metido en tu móvil el número de los móviles de ella y al revés. Los portátiles también están preparados. Van hacer unos meses muy movidos para ellas.

— Lo sé, pero se siente bien tener familia de nuevo. Estaba dudando con pasar la transición pero ahora no quiero hacerla solo por mí, también por ellas. Para sentirme como lo que soy un vampiro, uno de su raza. Toda mi vida he estado en el margen de todo lo que pasaba a mi alrededor ahora quiero estar en el centro y saber qué pasa.

— Dos semanas y lo haremos. Te felicito poli.

— ¿Por?

— Por querer estar en el centro.

— Gracias. Me dices que pone lo grabado en la caja.

— Debes poner más empeño en aprender Lenguaje Antiguo.

— Lo haré, pero necesito saber que pone.

Vishous cogió la caja de mis manos y leyó en silencio. Me miró e hizo esa mueca que tenía por sonrisa.

— Aquel que lleve mi sangre y sea mi primogénito debe tener en su poder lo que contiene esta caja. Habla de la vida de sus ancestros y de su padre y del padre de su padre. Habla del hijo perdido pero al fin hallado. Habla del destino que debes cumplir. Habla de una leyenda que se rescribirá en los libros como historia y leerán generaciones de ahora y futuras. Habla del futuro que tendrás. Habla de que tu camino estaba equivocado hasta llegar a los tuyos. Habla del reencuentro entre tu raza, los tuyos y tú. Habla de tu familia. Habla de lo que no está escrito pero se sabe, se conoce. Habla de tu legado… eso es lo que pone poli.

— Joder — me la devolvió y sequé mis lágrimas — es todo muy intenso.

— Lo es, pero es que somos así. Le damos valor a cosas que los humanos ya no se la dan y valores que ya no tienen. Se dice que nuestro destino está escrito en la sangre y estoy empezando a creer que es así. Vamos a descansar has tenido un día de muchas emociones y me temo que mañana no será muy tranquilo que digamos. A este paso vamos a necesitar una casa mas grande.

Nos levantamos y nos dimos un sentido abrazo. Fui abrir la puerta de mi habitación pero me quedé con mi mano en el pomo.

— Vishous…

— Duerme conmigo.

Dejé la caja en mi habitación y me fui a la suya.


1 comentario:

  1. SUBLIME,amigos mios.Me ha emocionado y me ha encantado.Me gusta como no solo no copiais el libro,sino tambien como poneis la historia que os gustaria hubiesen vivido estos dos.

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