viernes, 12 de mayo de 2017

TIEMPOS DE CAMBIOS...7ª


                                                         TIEMPOS DE CAMBIOS


Butch y Vishuos Fated

Dos semanas después de la boda y la pelea, con mis nudillos curados yo me iba haciendo a la vida de los vampiros y sus costumbres. Lo que estaba seguro que no aprendería seria ese idioma raro y desconocido, pero a la vez bonito. Mi relación con Marissa iba viento en popa y los hermanos y Wrath no acabaron conmigo cuando supieron que le había golpeado, lo único que me guarde fue el motivo. Durante una semana tuvimos que aguantar las bromas del resto, pero nos dio igual, eso y sus atenciones de esa noche hizo que mi mal humor con el disipara y lo perdonara por sus sucias palabras.

Averigüé que no eran hermanos propiamente dichos. Puede que no lo fueran de sangre, pero lo eran de lealtad, compañerismo y pelear a uno para matar a sus enemigos. Lo de la Hermandad de la Daga Negra, que a mí me seguía sonando a secta, venia de muy atrás, siglos atrás y así se llamaban a los guerreros que luchaban para salvaguarda al resto de su raza.

Y que me maten si esas dagas no eran obras de artes.

Bajaba para comer algo cuando Fritz salió de la cocina pidiendo ayuda. Salte los últimos escalones y corrí hacia él.

— Se llevan a la reina —lo solté y corrí hacia la cocina viendo como un mal nacido cargaba a una desmayada Beth y corría, aparte al mayordomo que se había puesto al teléfono, suponía que para avisar a Wrath y me fui tras él.

Como corría el condenado, estaba de suerte sino había un coche esperándolo. Pues no estaba de suerte, no era un coche, era una furgón, tome la matricula, modelo y color. Me alegraba ver que mi parte de detective no había muerto con mi nueva vida. Volví corriendo a la casa, según entre por la puerta destrozada de cristal el mayordomo me paso el teléfono, no hacía falta, había oído el grito desesperado del rey sin tener el auricular en mi oreja.

—¡¡Pásame al detective!!

Jadeaba de la carrera al ponerme al habla.

—No he podido atrapar al canalla, pero tengo su matr…

— ¿Has visto a Beth?

—Iba desmayada y cargada por ese bastardo.

Su rugido y su letal frialdad se sentido en toda la casa. Los demás estarían como Wrath, atrapados y sin poder salir por culpa de la luz del sol. Era un único impedimento que tenía esa majestuosa mansión.

—Detective, te necesito. Te necesito. Eres…mis ojos ahora mismo.

— ¿Qué necesitas de mí?

Unos minutos después salía de la estancia del Wrath y corría subiendo las escaleras hacia la habitación que compartía con V. Su estado era el mismo del hermano rey. El de una fiera enjaulada y sin posibilidad de escapar.

— ¿Qué está pasando? —le pregunte al poli según entro por la puerta.

La rabia y dolor del hermano Wrath nos había despertado a todos. Algo muy grave había sucedido, solo eso hacia posible tal estado de rabia y dolor.

— A pesar del estado endiablado de Wrtah, me pudo contar algo sobre el tipo de Hummer que conocisteis el día, bueno la noche de la boda. Ese rubio, es el instructor que fui a entrevistar hace un par de días a una academia de artes marciales. Vuelvo ahí para ver qué pasa. El tipo que cargaba a Beth era rubio.

No me gustaba que el poli fuera solo a ese sitio, pero el único de nosotros junto con Beth que podía andar bajo la luz del sol. No era que nos hiciera polvo, eso solo pasaba en las películas. Pero si podíamos tener graves quemaduras, que tardarían largas semanas en curar y dejar que nuestra piel se regenerara.

Cogí unas de mis pistolas y se la lance en el aire. Buenos reflejos cuando la agarro. Camine hacia el e hice que me prestara atención. Pero antes se me adelanto y me hizo una pregunta. Lo vi revisando la munición en la recámara de la Beretta.

— ¿Qué tipo de munición es esta? No conozco estas balas y de balas se algo.

— Poli no vas detrás de un humano. Son como los de la noche de la pelea en el callejón donde te metiste ayudarme. Si uno de esos putos restrictores te ataca, les disparas sin preguntar nada. Apunta directo al corazón, no a una pierna o brazo, CORAZÓN —marque con un dedo donde estaba su corazón — ¿Has entendido?

Levante mi vista y lo mire directo a sus ojos platas. Asentí. Tenía muy claro que si aceptaba esa arma estaría cruzando una línea desconocida para mí. Si daba ese pasó hacia delante, ya sí que no habría vuelta atrás. Pasaría al lado de otro mundo…su mundo tal y como era en lucha.

— ¿Cómo voy a reconocerlos, V? —ya estaba dado ese paso y me sentí muy bien.

— Despiden un olor dulzón tanto que es asqueroso, es como talcos para bebés pero con tintes de cloaca pasados por azúcar. Te perforan con los ojos, mirándote directo al alma. Pelos y ojos claros, aunque pueden ser con ojos y pelo oscuro. ¿Te ha quedado todo claro Butch?

Metí la semiautomática en el cinturón y con ese simple gesto deje atrás del todo mi vida anterior y abrace a la nueva. No había sido difícil tomar esa decisión.

— Todo claro Vishous—iba saliendo por la puerta cuando V dijo unas palabras en su lengua. — ¿Qué significan?

— Que apuntes bien.

— Hasta ahora nunca he fallado. Nos vemos pronto.

Lo vi marcharse y me angustie. Me senté en mi cama y repetí el alto lo que había dicho en mi lengua.

— Ten cuidado ahí fuera. No poder estar contigo me tenía como un demonio sin su infierno. No quiero saberte herido o muerte, no ahora que tengo un amigo.

Por los siguientes rugidos que oí, supe que Frizt estaba avisando por teléfono al resto de los hermanos de lo sucedido. El aroma de venganza floto en la casa.

Caí de espaldas en la cama y me quede mirando el techo, esperando al poli y la noche. Hasta no volver a verlo no iba a estar tranquilo.

Una hora después estaba de vuelta y tocando de nuevo en la puerta de Wrath, cuando me abrió la puerta, me desconcertó la temperatura helada de la habitación, supuse era su forma de mostrar su cabreo.

— Volví a la academia y estuve preguntando sin levantar sospechas. El nombre del sujeto es Joseph Xavier. Nadie lo ha visto hoy ni saben dónde está. Llamo para que alguien lo sustituyera en sus clases. Pude sacar donde vivía. Vive en la parte oeste de la cuidad y entre a ver que había en ese piso y fue nada. Demasiado limpio, cajones, nevera. Nada en el garaje. Tampoco correo, ni revistas en el buzón. Ninguna evidencia que se hubiese ido pitando del sitio. Averigüé que es el dueño, pero desde luego no vive ahí, de eso doy fe.

Vi a Wrath coger el teléfono y marcar, un solo timbre y contestaron.

— Diez de la noche, llevarás a los hermanos a la Academia de Artes Marciales de Caldwell. Registraras el lugar de arriba, abajo y luego haz que salte la alarma. Esperar la llegada de los restritores y entonces los matarás y quemarás. Harás lo mismo con el edificio, que no queden ni cimientos, Vishous hará ese trabajo. Solo quiero que queden cenizas para que sepan con mi reina no se juega. No es moneda de cambio. Mantén a Zsadist a tu lado. El detective vigilará el edificio desde ahora hasta el ocaso. Si hay algo importante, te llamara.

Asentí y me levante caminando hasta la puerta. Mientras cerraba la puerta sus palabras fueron firmes y muy claras.

— Yo me encargaré de nuestra reina.

Lo entendía, de estar en su lugar, yo personalmente me ocuparía de los que hubiesen secuestrado a Marissa y los mataría sin piedad. Luego expondría sus cadáveres para que vieran que conmigo no se jugaba. Entendía a Wrath y lo ayudaría cuanto pudiera.

Supuse que Wrath hablaba con Tohrment. Un minuto después la línea interna quedaba libre.

—¡¡ ¿Quién?!! —me ladro mi hermano.

— Vishous.

— ¿Qué ha pasado? ¿Es el poli?

—No. No sé cómo decirte esto, así que lo suelto de a una y recuérdalo…Dos guardianes torturados combatirán entre sí.

— Una visión. — afirme más que pregunte.

— Si —colgué y me quede pensando en la visión que acaba de tener.

La noche había llegado y fuimos hacer el trabajo que ordeno el rey. El poli nos esperó en el lugar y entro con nosotros matando tal y como le dije a esos putos perros. Hubo pequeños sustos, pero nada grave. En el momento de poner mi mano a trabajar,Butch se puso a mi espalda y no deje de sentir en todo momento su curiosidad y respeto por mi mano maldita.

Acabado el trabajo y de camino a casa, Wrath no quiso que nadie fuera con él a rescatar a su esposa, el poli ya no se mordió la lengua.

— Esa mano es una puta pasada compañero, pero no se te ocurra darme fuego con ella y mucho menos tocarme sin el guante. Mierda, si te hubiese conocido cuando fui a la guarida de un banda de traficantes, hubieses hecho un trabajo muy fino.

Entrabamos riendo cuando el móvil de Butch empezó a sonar. Enseguida contesto.

— ¿Butch? ¡Butch! ¡Ayúdanos! ¡Le han disparado a Wrath en el estómago ¡ No…no sé dónde estamos…

— Carretera 22 —mi voz fue un tenue murmullo —Un rancho con el Hummer negro al frente.

— ¡Ven rápido! Esta sangrando.

Mientras el poli hablaba con Beth llame a Havers. Mi tono le dejo bien claro que no estaba para discutir y que lo quería en la mansión en un minuto en compañía de Marissa. Cinco minutos después nos pusimos en marcha.

— Butch, marca a Beth, es urgente.

 —¡¡Qué!!

—Beth, soy Butch. Estoy con V y llegaremos en un momento, pero necesita hablar contigo. —puse el manos libre y le acerque el móvil a Vishous.

—Beth, esto es lo que tienes que hacer. ¿Tienes un cuchillo?

— Sí.

— Quiero que te cortes la muñeca. Hazlo de forma vertical en el antebrazo, si lo haces horizontal llegarás al hueso. Luego se lo pones en la boca. Es la única opción que tiene para sobrevivir hasta que lleguemos. Suelta el teléfono y coge el cuchillo, te iré marcando lo que tienes que hacer.

— No está bebiendo.

—Eres valiente. Buena chica. Esperemos que le esté cayendo algo por la garganta.

—También sangra por ahí.

—Santo Dios…llegaremos en nada. —apreté el acelerador.

Por fin Butch localizo el puto Hummer. Aparque sobre el césped y sin cerrar el contacto nos bajamos corriendo. Al entrar la escena era dantesca. Un par de perros sacrificados, mi visión. Sangre por todo el lugar. Un humano muerto. El poli me marco que era Billy Riddle. El cuerpo de Wrath y Beth protegiéndolo. Sus ojos reflejaban la locura que acaba de vivir. Seguía con su muñeca en la boca de su esposo. Cuando di unos pasos para acercarme, siseó y empuño el cuchillo preparada para luchar. Estaba fuera de sí. Butch me paro sujetándome un brazo.

— Déjame a mí.

—Ten cuidado, está fuera de su cordura y defiende a su macho como una leona herida.

Asentí con un susurro y muy lentamente camine hacia ella.

—Beth, Beth cariño, somos nosotros. —cuanto más me acercaba más enloquecían sus ojos.

Aparto la muñeca de la boca de Wrath y se pudo en posición de defensa. Tenía que llegar a ella de algún modo y sin más recordé como nos llamaban en la comisaria a los tres, ella, yo y De la Cruz cuando estábamos juntos: Los tres mosqueteros, nosotros contestábamos a esa broma con un todos para uno y uno para todos.

— Tranquila, no voy hacerle daño. Beth soy yo, recuerdas…todos para uno y uno para todos.

— ¿Butch?

 —Si cariño. Somos Vishous y yo —soltó el cuchillo y empezó a llorar, quise abrazarla pero se dejó caer de rodillas junto a su esposo. —he, venga deja que V lo examine, solo será un minuto. — se apartó y yo rasgue mi camiseta para envolver la pierna herida de ella.

Mire a Vishous y asentí. No tardo nada en dejarse caer de rodillas y examinarlo. Cuando levanto su cara, estaba escrito en ella lo mal y grave que estaba Wrath. Beth se derrumbó contra mí y empezó a chillar sin darse cuenta victima ya de la desesperación.

—Se pondrá bien ¿verdad? Solo hay que llevarlo a un hospital y sanara. ¿No es así? Vishous ¿no es así? Contesta por favor. —dentro de mi dolor de repente me di cuenta que habían dos personas más con nosotros. La novia de Butch, Marissa y un hombre alto, muy distinguido y elegante. Algo nervioso. Ese hombre se acercó al cuerpo de mi esposo y lo examino.

—Tenemos que llevarlo a mi hospital y operarlo de urgencia.

—Acercare el coche y cuando sepa que está a salvo limpiare este lugar.

— La sangre de ella no es lo suficientemente fuerte. Marissa ven aquí.

— ¿No te importa que lo alimente?

—No me importa de quien beba si con eso le salva la vida.

De camino hacia el coche no me paso por alto el gesto de Beth de darle la daga de Wrath a Marissa mientras la sostenía por la hoja. Y su grandeza a dejar que otra hembra lo alimentara para devolverlo a la vida. Por fin lo cargamos y acelere para llegar lo antes posible al hospital.

La maldita operación duraba mucho. Volví a mirar el reloj en la pared de la sala anterior al quirófano y volví a pasear con los hermanos. Era curioso cómo me sentía unido a ellos en su dolor y preocupación y pensar que ese bastardo me quiso estrangular por dos veces. Y como había llegado a respetarlo. Pero si se moría ahora y dejaba a Beth hundida en su dolor, no se lo perdonaría. Al fin salió el doctor y nos dijo que la operación había salido bien y que solo quedaba esperar como iría la recuperación. Hubo algo entre ellos que acabe entiendo y deje un pañuelo a Marissa para que secara su llanto. Quería estar con ella, pero mi deber ahora mismo era estar con el resto de los hermanos.

Ella asintió como si lo comprendiera y se perdió de mi vista.

No se me paso de largo, la atención de V a lo que estaba pasando entre ella y yo. Pero no era el momento de hacer preguntas. Era el momento de atender a Beth que a buen seguro no se iría del lado de su esposo hasta verlo repuesto del todo y a Wrath.

Llevábamos dos días con sus noches pendientes de la pareja. Era nuestro deber formar un escudo humano para protegerlos. Butch dormía a mi lado con su cabeza en mi hombro. Yo tenía mi cabeza pegada a la pared y con los ojos cerrados, ambos sosteníamos dos pistolas en nuestras manos .Rahge acostado boca arriba con la daga sobre su pecho y entre sus manos. Tohr apoyaba la cabeza entre sus rodillas y Phury yacía a su lado. Sendas dagas cerca de sus cuerpos. Zsadist hacia guardia totalmente armado, cuando la puerta de la habitación del rey se abrió. Fui consciente de la conversación entre el hermano y la reina y esta vez sí sonreí. Al poco el resto despertó y se puso en pie, el poli también. Parecía estar muy a gusto entre nosotros.Tohr pregunto y reímos aliviados al saber que Wrath estaba fuera de peligro.

Al cerrase la puerta la admiración por esa hembra quedo muy patente. Yo el primero.

— Es una hembra magnifica. —dije.

— Y alguien a la que no te gustaría enfrentarte y mucho menos si Wrath está herido. —Tercio el poli

— Me pregunto si tiene una hermana —dijo Rhage.

—No sabrías que hacer con una mujer así. —le contesto Phury.

—Tienes razón, pero valdría la pena el intento.

Todos contestamos juntos, que sí que valía la pena, hasta Z se unió al coro.

La hija de Darius, era digna hija del hermano y valiente para llevar su legado hacia delante. Sera una buena reina para nuestro rey. Mis visones esta vez habían sido muy positivas y Wrath no se equivocaba al haberla elegido. Darius sabía lo que hacía cuando le dijo que la cuidara y protegiera. Era una hembra de valía y honor.

Volvimos a nuestras posiciones y Z hacer guardia de nuevo.

Una semana después fuimos convocados por Wrtah en la habitación del hospital. En la primera parte de la reunión que se trataba si al el hermano de Marissa se le perdonaba la vida o no, Butch no estuvo presente. En la segunda si, se lo había ganado a pulso. Entro y se colocó a mi lado.

— ¿Estáis de acuerdo que Tohr sea vuestro líder y os guie ahí fuera?

— Sin problemas —dijo Rhage.

Asentí con Phury con la cabeza. Y Wrath se dirigió al poli.

— ¿Estás de acuerdo en seguir ayudando cuando Tohr o yo te necesitemos, poli?

—Mejor eso que estar viendo tele todo el mierda día. Y no es por nada personal, me cae mejor Tohr que tú. Así que contar conmigo.

— ¿Z?

 — ¿A mí que me importa tú, Tohr o Britney Spears?

Nos tuvimos que reír ante el chiste malo del hermano, luego la cosa se puso seria.

— Voy ascender al trono, con mi leelan a mi lado.

Uno por uno fuimos acercándonos a la cama, jurando nuestra lealtad en el antiguo idioma. Cogiendo su mano y besando la parte interna de la muñeca. Acabamos con una solemne reverencia.

— Butch, tu no tenías que hacerlo. —le dije al poli.

— Lo sé, pero quería que supierais que estoy con vosotros a muerte. Además, no conoces el dicho que dice: Donde fueres haz lo que vieres. Pues eso.

— Eres un buen y honorable guerrero —le dijo Wrath.

Un silencio amable y luego dimos el parte de lo sucedido y lo obtenido de los frascos de los restrictores. Y el rey termino de soltar la bomba.

—Os quiero a todos viviendo juntos. Al menos durante los dos años venideros. Todos en un único lugar y compartiendo habitaciones.

Serias protestas salieron lanzadas como dardos a Wrath.

— A Wellsie no creo le haga mucha gracia la idea.

— Buscaremos una solución para vosotros especialmente porque hay un bebé en camino. Del resto no quiero oír ni una queja. Es mi última palabra. O lo haré peor, os obligaré a vivir conmigo.

De nuevo serias protestas.

— Ir a llorar a otro lado, quiero quedarme a solas con mi reina.

Una vez a solas, me senté y me conforme por ahora con solo abrazarla. Por ahora eso era más que suficiente.

De camino a la mansión no dejaba de pensar que mis visiones de grandes cambios, antes ni imaginados, ya se estaban haciendo. El universo colocaba cada pieza del ajedrez en su sitio.

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