lunes, 8 de mayo de 2017

UN NUEVO AMIGO...5ª


                                                            UN NUEVO AMIGO 


Butch y Vishous Fated

Medio dormido me di la vuelta. Ni la cama, ni el entorno eran los de mi apartamento. Esta cama era para enanos y hasta pánico me daba que no aguantara mi peso. Eso si las almohadas eran de un suave que daba placer, era como reposar la cabeza en nubes. Y las sábanas, eran una delicia y olían de maravilla.

Un ronquido a mi lado, me confirmo que no estaba en mi casa. Abrí los ojos. Las ventanas las cubrían gruesas cortinas. La tenue luz que entraba con suavidad me dejo ver algunas cosas. Joder, todo en esa habitación hablaba de buen gusto refinado. Antigüedades, cuadros, muebles.

Mis ojos fueron hacia la cama de donde salían los ronquidos. En ella había un hombre profundamente dormido con la oscura cabeza enterrada en una almohada y sábanas y mantas tapándolo hasta la barbilla.

De repente lo recordé todo. Vishous, mi nuevo amigo.

Fanático de los Red Sox como yo. Un malvado asesino. Un maldito asesino. Durante toda la jodida noche me había dado la vuelta muchas veces atemorizado por quien estaba a mi lado. Vaciamos la botella de whisky y todos los nombres de ellos empezaron a desfilar en mi memoria, si me sabia hasta los diminutivos…Thor de Thorment,Z de Zsadist y V de Vishous. Aunque no me imagino a un saca sangre de estos se llamándose Tommy, ni de coña.

Mi locura se había agudizado con esta aventura. Y tal vez una estancia en un manicomio no me vendría mal. Suspire profundo y ruidosamente al tiempo que me preguntaba qué hora seria y que depararía el nuevo día.

— ¿En qué lio te has metido ahora, irlandés? — me pregunte a mí mismo en voz no muy alta.

Una voz profunda y somnolienta casi me hizo brincar en mi cama.


— Oye, detective, ¿qué hora es?

Oí como se movía y respiraba, cosas de tener el oído muy fino.

— Las cinco y media jode mentes.

— De puta madre — me di la vuelta quedando boca arriba — No abras las cortinas hasta dentro de dos horas más o mis hermanos harán papilla contigo si yo me convierto en ceniza.

Siento como sonríe y me guanto la mía. Mi fachada de tío duro es mi mejor defensa.

— Estas sonriendo. No me digas que eres uno de esos tipos felices y alegres desde por la mañana, porque te mato.

Me pregunta cómo lo sé, si no lo he mirado.

— ¿Cómo lo has adivinado?

— Soy sensible, demasiado a las emociones.

— ¿Empático?

— Si quieres ponerle ese nombre.

— Y diablos, no soy de esos tipos felices desde primera hora. Además aun no es por la mañana.

— Para mí sí, así que mantén dos horas más esas cortinas bien cerradas como están.

Me acomode sobre uno de mis costados y mire al poli.

— Sabes, anoche supiste comportarte. No conozco a ningún humano que se hubiera enfrentado a mí o a Rhage, de la forma que lo hiciste. Y muchos menos delante del resto de los hermanos. Tienes mi respeto y el de mis hermanos. Eres un macho de valía.

Silencio que se manchaba con la respiración del poli.

Conmovido por el respeto que mi nuevo amigo me presentaba, trague saliva varias veces intentando aflojar el nudo que se había formado en mi garganta. Cuando al fin logre que tragarlo y pude hablar, mi vena sarcástica y humorística salió a escena.

— Venga ya, no me vengas con melodramas. No somos novios, dios me libre.

— No eres mi tipo humano deslenguado — un silencio y luego unas palabras que me hicieron pensar largo y tendido. — Parece que tienes ganas de morir.

— Es el último tren que se coge en esta vida, qué más da en que momento o lugar cogerlo. Todos estamos de paso, nos prestan un tiempo para vivir o sobrevivir y tarde o temprano se cobran el préstamo.

— A todos nos pasa. Por eso no te pido detalles.

— No andes en mi cabeza o te golpeo.

— No lo hago, no al menos ahora. Tus emociones hablan por ti. Poli, ¿eres consciente de que no volverás a tu antigua vida? Sabes demasiado sobre nosotros y borrarte por completo la mente no es factible. Tendrías migrañas duras para toda la vida y algún momento los recuerdos volverían y no sería bueno ni para ti, ni para nosotros.

— ¿Eso es un sutil toque para que vaya eligiendo mi féretro?

— Espero que no, pero depende no solo de ti, el gran medida solo dependerá de ti — otra pausa de silencio— No creo dejes mucho atrás, ¿o sí?

Mire al techo y cerré los ojos. Al revisar esta mañana mis mensajes solo tenía dos. El primero de mi capitán ordenándome que me presentara para saber los resultados de la investigación de asuntos internos y donde al final me decía que había hecho todo lo posible y humanamente por mí. Eso se traducía en…Butch estas despedido o en el mejor de los casos jubilado con anticipación y puesto en administración y detrás de una mesa. No me hice policía para eso.

Mi familia, ni siquiera se acordaban de mí, después de todo lo que sucedió. Mi padre era un cabrón, que sacaba a pasear el puño cada vez que bebía y se jactaba de cúlpame por lo sucedido a mi hermana Janie. El resto de mis hermanos solo traían niños al mundo y el resto les importaba una mierda. Yo era una nota no legible al margen de la página de un libro. Un paria que se hizo policía y se olvidó de forma una familia. La oveja negra que no haría perpetuo el apellido irlandés.

Amigos. El único, mi compañero José de la Cruz, de él era el segundo mensaje. Lo iba a extrañar.

Mujeres. Solo prostitutas que aliviaban mi deseo ocasionalmente. Y desde que conocí a Marissa, ellas ya no entraban en mis planes.

Abrí los ojos. Gire mi cabeza y mire a Vishous.

—No, no tengo nada.

— Se lo que se siente—me pregunte que tenía este humano, que me hacía hablar de más.

Me revolví en la cama incomodo, intentando acomodarme. Finalmente me puse de espalda colocando uno de mis brazos sobre mis ojos. Al segundo note la mirada del poli en los tatuajes de mi mano derecha. Iban desde el dorso, descendían a la palma y terminaban alrededor de cada uno de mis dedos. Esperaba que nunca tuviera que usar el poder de mi mano contra él, me caía bien y eso era muy raro en mí.

Sentí la pregunta, antes de que la soltara.

— V ¿Qué sucede con tus ta…?

—Yo no te he preguntado por tu desgraciada vida, detective— retire el brazo y cerré los ojos— Si no estoy despierto a las ocho, avísame, ¿vale?

— De acuerdo, seré tu despertador humano.

— Duérmete bocazas, es temprano. —un amago de sonrisa se dibujó en mis labios mientras giraba mi cuerpo y me tapaba hasta la barbilla.

— Está bien jode mentes. — me di la vuelta en la cama con una sonrisa en la boca.

Había pasado solo veinticuatro horas y se nos había anunciado la boda de Wrath con mi amiga Beth. Así que aquí estábamos V y yo, poniendo más guapos de lo que ya éramos para dicho acontecimiento tan feliz. Tenía curiosidad por saber cómo se desposaban los vampiros. Tocaron en la puerta, cuando salía del baño secando mi cabeza y mis partes pudorosas cubiertas por una toalla. Vishous se afeitaba. Para cuando entre en la ducha, él ya estaba duchado y con un bóxer puesto. Así que me desnude y me bañe.

Subí al piso superior buscando a mis hermanos. Necesitaba a Vishous para un recado antes de la ceremonia de boda con Beth. Toque en una de las habitaciones de huéspedes y Butch abrió, echándose a un lado para que pasara. Se secaba el pelo con una toalla y tenía otra anudada alrededor de la cintura.

— ¿Sabes dónde está V?

— Si, se está afeitando.

— ¿Me necesitas, jefe? — le pregunte al gruñón desde el baño.

Me reí entre dientes y me pregunte porque me lo ponían tan a huevo.

— Sin prisas V. Vaya escenita tan tierna.

El “vete a la mierda” me llego por ambos machos al tiempo que V entraba desde el baño en la habitación, gracias al Fade con los bóxer puestos y a medio afeitar. Ambas manos descubiertas me puso algo nervioso más que nada por el poli, si le pasaba algo mi leelan no me lo perdonaría. Estaba bien seguro que Butch no tenía ni idea a lo que se estaba exponiendo y del significado sagrado de los tatuajes y presagiando las graves consecuencias a cualquiera que entrara en contacto con ella. Al menos Vishous, no dejaría que el humano la tocara, ni se acercara a ella.

— Te necesito para resolver un pequeño problema antes de desposarme. — suelo trabajar solo pero Billy Riddle no se desintegraría cuando lo apuñalara, pero la mano de V haría eso.

— Cinco minutos y estoy listo.

— Trato hecho — sentí los ojos de Butch sobre mí, lo mire — No quiero enredarte en esto, en especial siendo detective.

— De acuerdo, pero solo como nota informativa, estoy fuera del cuerpo.

— Tomo debida nota. ¿Cuál fue el motivo de tu despido?

— Le fracturé la nariz a un sospechoso y le di algunos golpes extras.

— ¿Pelea?

— No, Wrath, durante un interrogatorio.

— ¿Por qué motivo?

— Trato de violar a tu futura esposa. No sentí deseos de ser amable cuando me dijo que ella no solo se lo pidió, sino que se lo rogo.

Un rugido asomo a mi garganta.

— Muévete V— solté con brusquedad, antes de salir por la puerta me gire hacia el poli, baje mi cabeza en señal de respeto— gracias poli, por defender a mi leelan.

— Fue un placer hacerlo.

Me peine, me eche colonia y me puse un traje que no era mío. Al igual que el ropero contenía ropa masculina, trajes de vestir de todas las tallas. Todo selecto. De diseño. El mueble del baño estaba lleno de diferentes lociones, y colonias masculinas caras. No me gustaba ser un gorrón, pero no me iba a presentar ante Marissa con la misma ropa de anoche. A parte de no ser nada elegante, olía a whisky y al tabaco turco de V.

Me mire en un espejo de cuerpo entero. El traje negro a rayas me sentaba como un guante y me hacía un porte real. La camisa de seda blanca y con el cuello abierto resaltaba mi bronceado y los zapatos de Ferragamo añadían el toque final. Era todo un dandi elegante. Solo había un pequeño detalle, si ella no me miraba de muy cerca no se daría cuenta de mis ojos inyectados en sangre, debido a la borrachera de la noche pasada. Poco sueño, mucho whisky, mala pareja.

Tocaron en la puerta y esperando que no fueran los hermanos abrí. El hombrecillo de las crepes deliciosas me sonrió.

— Aceptada elección. Esta usted muy elegante. Pero le haría falta un pañuelo en el bolsillo del pecho. ¿Me permite?

— Sí, claro y gracias.

— Ya está listo para su invitada. Ella ya está aquí, ¿la recibirá?

— Diablos que sí.

De camino hacia el vestíbulo, el mayordomo se rio con suavidad. Y yo me sentí ridículo.

— Parezco estúpido, lo sé.

— Por supuesto que no señor. Estaba pensando cuanto hubiera disfrutado mi señor Darius con esta boda y con tener la casa llena de gente.

— ¿Quién es Dar…?

— ¿Butch?

La voz de Marissa me detuvo en seco y el mayordomo se frenó conmigo. Santo Dios estaba muy hermosa, tanto que me dejo sin aliento. Aunque su pelo recogido dejaba al descubierto sus bellas facciones, me gustaba más cuando lo dejaba suelto y caía en su espalda como una cascada de oro. Una pequeña charla y acabamos en una terraza solos, a la espera de que comenzara la boda. El mayordomo sonreía mientras se alejaba

La misión de matar al hijo de puta que se atrevió a tocar a la hellren de Wrach, se torció por la aparición de policías humanos, estaba empezando a pensar que no solo era patrimonio del poli ser un entrometido en la guerra de los talcos y nosotros. Wrath hizo una promesa asesina y dejando ver sus colmillos aviso de que la leyenda del rey ciego era muy real y que volvería a por Billy Riddle y a quien lo ayudara a esconderse.

Volvimos a la mansión para comenzar con la ceremonia de boda. Antes de reunirme con el resto en el enorme vestíbulo, deje mis armas en un armario escondido de la habitación. Todas las habitaciones tenían uno. Baje y me adentre en el grupo buscando al poli. Lo localice bajando las escaleras junto a Marissa y cogido de su mano. No deje salir el gruñido que se me paro en la garganta. Sonriente camino hacia mí y se colocó a mi lado, sin soltar a la hembra. Mi cabreo se agudizo al ver a la Virgen Escribana. Nuestras miradas se enfrentaron y sin más remedio, baje mi cabeza en señal en respeto, que la jodieran.

No pude evitar ser consciente como el poli prestaba mucha atención a la ceremonia de boda y como soy un cabrón masoquista me cole en su cabeza, aunque no me hacía falta para saber que pensaba. Su cuerpo y emociones lo gritaban bien alto. Quería tener una boda como su raza y otra como la nuestra. Y quería tener el nombre de Marissa grabado entre sus omoplatos.

En silencio di gracias al diablo por que fuera mi turno para grabar la letra de la hembra de Wrath en su espalda. Respire hondo y clave la punta bien profunda dando forma a una hermosa Z y una A. El resto de los hermanos siguió marcando el nombre y al finalizar me reuní con ellos para el cántico. Menos que teníamos buenas voces y oído, sino sería un desastre. Pero el mejor de todos nosotros era Z, podría no tener alma, pero cantaba como un ángel.

Durante el banquete mi incomodidad se fue haciendo mayor. Ver las muestras de afecto entre Butch y Marissa me estaba enervando la sangre y poniéndome de muy mal humor. Y no sabía si era porque esa hembra era hermana del doctor que nos quería muertos o porque ella gozaba en ese momento de unas atenciones que yo nunca tendría. Sacudí mi cabeza y cogí la botella de vodka dando buena parte de ella.

— Vishous, esto ya es aburrido, nos vamos a ZeroSum. El recién matrimonio hace rato se despidió y Thor y Wellsie también.

Sin decir palabra me levante y salí por la puerta seguido del resto. Antes de salir al patio me di cuenta que el poli no nos seguía.

— ¿Os importa si viene el poli?

— Pero será gilipollas, pensé que venía detrás—Rhage se dio la vuelta y volvió al comedor, su grito se oyó en toda la casa — ¿Es que necesitas una invitación escrita? Levanta ese culo gordo y corre o te quedas en tierra.

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