sábado, 26 de septiembre de 2015

MI WHARD...3ª


                                                                  MI WHARD
                                                    



Butch y Vishous Fated

No me contesto la pregunta y lo dejo estar por el momento, le sigo en silencio y me alucina el sitio y la gente que habita esa enorme casa. Al entrar en el despacho por las caras y las sensaciones que había en el ambiente las cosas no estaban bien y pasaba algo malo. No dije nada, me plante delante del rey de la Hermandad y del Reverendo, aceptaría lo que hubiesen decidido sin ningún problema.

El primero en hablar fue Whrat.

—Ayudaste a uno de los míos, cubriéndolo con tu cuerpo, evitaste que atacara a sus hermanos y cuidaste de él, hasta que estuvo a salvo aquí con los suyos. Tu intento de suicidio ha sido un error, pero errores los cometemos todos pero que no vuelva a pasar. Aquí estarás bajo nuestra protección, quien vaya contra ti, ira contra nosotros, pero también bajo nuestras leyes, no las incumplas. El Reverendo y yo hemos decidido que será tu Whard, pobre del que ose hacerte daño o atentar contra tu persona. Estas bajo el manto de la Hermandad y de tu nuevo rey en la colonia.

Eso me descoloco, por alguna maldita razón que no sabía no quería estar alejado de Vishous, tal vez sería porque era el único que no le importaba que lo tocara o solo era que lo había ayudado a cambio de nada.

—No te preocupes Butch, si no me mires así, se tu nombre y quien fue tu familia... también se, bueno eso lo hablaremos en privado, podrás quedarte aquí si quieres, más adelante decidirás que hacer. Ahora necesitamos tu ayuda, no encontramos a Xhex... ¿podrás volver a la colonia y averiguar que ha podido pasar?

No me di cuenta que me había tambaleado, hasta que las manos de V me agarraron y me ayudaron a sentarme. Estaba siendo una costumbre que recogiera mi culo, cada vez que caía.

Escucho atentamente lo que el Rey dice. Y una mierda. Soy yo el que tuvo la visión y decidió traerlo. Le agarro cuando está a punto de caerse y le ayudo a sentarse en el sofá que está al lado del escritorio de Wrath.

—Tengo que objetar —digo incorporándome cuando estoy seguro de que no va a caerse—. No creo que lo mejor sea dejarlo a cargo del Reverendo, sin ánimos de ofender —añado girándome hacia él—. Está aquí porque tuve una visión sobre él. Será de ayuda a la Hermandad, le vi luchando conmigo contra esos apestosos albinos.—Veo que Wrath se quita las gafas y se masajea el puente de la nariz.—Mira, W, no puedes alejarle, ahora no, menos hacerle volver a esa cloaca. No sé qué cojones le hicieron, pero me hago una ligera idea por lo que traía puesto. Estoy al tanto de ciertas cosas sobre él y le di mi palabra de que quedaría entre él y yo, así que será mejor que te replantees tu decisión.

—No me quedare aquí si no es con Vishous , que nadie se moleste pero ahora mismo es el único en quien confió por aquí, el único que sabe lo que necesito. Si no es él no quiero a nadie más...Reverendo creo saber porque necesitas que vuelva a ese lugar, quieres que rastree la esencia de la mujer.—Mierda volver a ese puto lugar no entraba en mis planes jamás en la vida, pero si el Reverendo lo necesitaba, lo ayudaría.—Está bien volveré pero solo si el vampiro me acompaña.—Sólo confiaba en él y no del todo, pero era el único que sabía cómo podría ponerse y ya lo calmo mientras se alimentaba.

El calor de sus manos aún estaba sobre mis hombros.

Me sorprenden sus palabras pero evito hacer cualquier tipo de comentario. Hombre, volver a ese lugar no me hace ni puta gracia y menos para averiguar algo de esa otra medio symphath. Rebusco entre los bolsillos de mis pantalones y saco uno de mis liados, encendiéndolo. Bien por mí. Coño, ¿en qué puto lío me he metido esta vez?

—Ven conmigo Vishous, necesito hablar en privado contigo, perdonar volvemos en unos minutos.—Salimos del despacho sabía que venía detrás de mi por el olor de su tabaco, busqué hasta que me señalo con la cabeza una puerta abierta que daba como a una sala de juegos. Cerró la puerta cuando pase. Me di la vuelta y lo mire.—Sé que no quieres volver a ese sitio, sé que no te gusto por lo que soy y menos ayudar a una que es lo mismo que yo, pero se lo debo al Reverendo, podría ir solo, pero no sé cómo voy actuar. Necesito alguien que me ancle a este mundo para no perder el poco tino que me queda, antes alimentándome hiciste algo que jamás nadie había podido hacer, con tu contacto y tus palabras traspasaste mi lado Symphath para que recuperara la cordura y lograste. Entenderé si no quieres venir conmigo.

—Pude hacerlo porque leo la mente —digo simplemente—. No es fácil entrar en la de un symphath, especialmente cuando sus instintos lo guían. —Sacudo la cabeza y le doy otra calada al turco—. Vendré contigo, si Wrath decide que sea tu Whard no me quedará otro remedio. Quizá no sepa muy bien por qué estoy haciendo lo que estoy haciendo, pero una cosa tengo clara: tu lugar no está en esa cloaca de mierda. Nadie merece lo que te haya pasado.

—En eso estamos de acuerdo, sea lo que sea consigues que me tranquilice y mi lado oscuro se mantenga a raya, jamás nadie lo había logrado y también sabían leer la mente. Tú lo has conseguido, por eso y porque eres al único que permito tocarme, te necesito en ese sitio conmigo. — Camine hacia él y le tendí la mano. — No sé cómo definir porque a ti te permito cosas que normalmente no permito, pero ahí te va mi mano en señal de mi respeto. — Dudó unos segundos y cuando me la estrecho, algo revolvió mis entrañas.

Dudo por un segundo y finalmente se la estrecho, lo cual me hace fruncir el ceño, pero lo ignoro.

— ¿Sabrás encontrar el rastro? —pregunto una vez nos soltamos, aplastando la colilla en el cenicero. Dios, necesito un puto Goose. Me acerco al mueble bar y me sirvo un par de dedos de vodka—. ¿Quieres algo antes de volver a esa jauría de grillos?

—Un whisky.
Coño jamás esas emociones habían acudido a mí. Me sentía intranquilo, ese contacto me despertó emociones ya olvidadas y enterradas de un pasado que jamás volvería. Evite tocarlo cuando me pasó el vaso sin hielo y el whisky y me lo tomé de un trago sirviéndome otro.——Si podre encontrar su rastro, cuando y siempre ella este viva, con ese hijo de puta no se sabe nunca, créeme lo sé muy bien y por experiencia.—No me di cuenta de que había estallado el vaso en mis manos hasta que el vampiro me las cogió entre las suyas.

—¿Lash? —El nombre sale como un puto gruñido. A la mierda. Si le había tocado, ese bastardo iba a sufrir de la peor de las putas maneras. Cojo una de las servilletas de tela que hay en el mueble bar y la coloco bajo su mano, intentando ver si hay algún cristal en la herida y cuando no veo ni uno, le envuelvo la herida con el pañuelo.

Lucifer las arcadas acudían a mí con sólo pensar en todo lo que ese hijo de puta me había hecho, maldito cabrón depravado y repugnante. Joder sentía pena por esa hembra, yo sabia de lo que era capaz ese hijo de la gran puta y sabía que si vivía habrá deseado morir más de una vez.Me tambaleo y busco a tientas un sitio donde poder apoyarme, mi lado Symphath lo estaba llamando.

—Vishous no dejes que me vean así.

Frunzo los labios y me acerco a él, apoyando mis manos en sus hombros y obligándolo a mirarme a los ojos.

—Nadie te verá aquí, ¿vale? Estamos solos así que no hay ningún problema. Puedo manejar esto, igual que tú puedes controlarlo —digo en voz baja. Mis ojos se fijan en las puertas y echo el cerrojo, sólo por si acaso.

Lo que el vampiro no sabía, es que lo de la alimentación no era nada comparado con lo que le estaba sucediendo ahora, recordar todo lo que ese mal nacido me había hecho avivaba mi odio más profundo.

—Esto no es tan fácil de controlar, nadie conoce mejor que yo lo que ese mal nacido es capaz de hacer y créeme deseas no haber nacido, deseas que pase rápido, deseas que la próxima elija a otro. Sácame de aquí vampiro no poder aguantar mucho más, por favor sácame de aquí.

El odio se iba adueñando de mí por momentos y en ese estado era peligroso.

Abro la puerta con la mente y le ayudo a levantarse. Salimos al pasillo y le conduzco escaleras abajo. Será mejor llevarlo al gimnasio, al menos allí no habrá nadie en estos momentos. Le indico que pase por la puerta de debajo de las escaleras y cierro detrás de nosotros, guiándolo por los túneles hasta la puerta metálica de la zona de reclutamiento. Cierro detrás de nosotros y sigo observándole en silencio. No me hace falta preguntar, puedo verlo en su mente y el cabreo con ese malnacido va en puto aumento. Ya no solo por haber intentado atacar a uno de los nuestros, porque John Matthew está destinado a formar parte de la jodida Hermandad, sino por haberse atrevido a tocar al que ahora va a ser mi puto protegido.

Joder me sentía como una fiera enjaulada por momentos, me quede mirando al vampiro y algo dentro de mí. Me tranquilicé, me quedo inmóvil mirando esos ojos brillantes y empecé a respirar para centrarme, dios dos zancadas y me puse delante de él.

—Tócame Vishous, tócame por favor.

Sin entender por qué, comprendo lo que quiere decir. Me quito el guante de un tirón y lo dejo caer al suelo para después posar mi mano sobre uno de sus antebrazos. El contacto es casi eléctrico, pero no noto lo que normalmente ocurriría con cualquier otro ser. No estoy reduciéndolo a cenizas. Solamente... es como electricidad estática.

Puta suerte la suya había pensado que su mano actuaria mejor ahora y resulta que lo único que le producía era electricidad y una calidez que recordaba a cuando su madre lo abrazaba, pero se volvería loco si lo hacía. Odiaba con todas sus fuerzas que alguien lo tocara de esa forma, yo solo conocía una forma y eso no era factible ahora mismo.

Abrí los ojos y respire profundo, miré esa mirada brillante y un amago de sonrisa escapo de mi boca.

—Vamos estarán preguntándose donde andamos, cuanto antes vayamos a la colonia, antes nos iremos y estaremos en casa.

Seguí sus pasos detrás de él y me sentí avergonzado, ese vampiro solo había visto una pequeña parte de lo que podía suceder en ese maldito sitio cuando llegaran, contaba con él para centrarme.

Recojo el guante y abro la puerta mientras me lo vuelvo a colocar. Hombre, es verdad que cuanto antes terminemos con esto antes nos lo quitaremos de encima, pero eso no significa que me haga más gracia tener que volver. Opto por no decir nada y una vez estamos otra vez en la mansión le acompaño de nuevo al despacho de Wrath.Ya dentro me quedo cerca de la puerta, esperando el veredicto del Rey.


No me hace gracia cuando después de mirar y a analizar los pro y los contra el rey y el Reverendo acceden a lo que ya habían hablado de volver a la colonia pero si me agrada el hecho de que Vishous será mi padrino.Media hora después salíamos hacia la colonia bien armados y yo con los putos nervios a flor de piel, la música estridente del vampiro me sacaba una sonrisa, la cual se fue de mi boca en cuanto llegaron a la colonia. Los desperfectos habían sido arreglados y una pequeña comitiva salió a nuestro encuentro, habían sido informados de su nuevo estatus y a lo que había vuelto.Entre sin mirar a nadie pero en todo los lados siempre hay algún atrevido y uno de los esclavos como yo había sido se cruzó en mi camino, cruzándome la cara, sin mediar palabra. Fui a contestar la agresión cuando Vishous ya estaba agarrando su mano que había vuelto a levantar para volver a pegarme.


Me meto en medio cuando veo que las cosas van de mal a peor. Agarro la mano del medio symphath que ha agredido a mi protegido y se la retuerzo.

—Será mejor que te largues de aquí —digo con voz grave, peligrosa—. Nadie te ha dado vela en este puto entierro así que, cuídate de hacer gilipolleces.—Una mirada basta para acobardarle, le suelto la muñeca y el muchacho desaparece. Me acerco a Butch y pongo una de mis manos —la enguantada— sobre su hombro en señal de apoyo, aunque no sé a qué cojones viene eso, pero le noto tranquilizarse un poco.—Vamos.

—Gracias Vishous.—La mano del vampiro sobre mi hombro me tranquiliza lo suficiente para seguir hasta donde estuvo esa hembra la última vez. Necesitaba mirar dentro de la cabeza del vampiro, fue el último en verla.—Necesito entrar en tu cabeza y ver lo que tú vistes hasta el momento de su desaparición vampiro. Te doy mi palabra que iré directo a ese momento, no me interesa para nada hurgar en tu mierda. Podría haberlo hecho sin pedirte permiso pero no sería correcto.

—No tienes que dar explicaciones —contesto. No es que me haga ni puta gracia pero si es lo que ha de hacerse...—. ¿Qué necesitas que haga?

—Solo mira mis ojos y déjame entrar en resto lo haré yo. Tienes mi palabra Vishous solo necesito ver lo que tu vistes, no me interesa nada más.

Me coloque frente a él y mi brazo por propia voluntad subió mi mano hasta su nuca acercándolo a mí lo suficiente para que mi mirada se centrara en la suya. Me dejo entrar sin mayor problema y pase secuencias de su vida que se colaban ante mí, le había dado mi palabra y la iba a cumplir.
Seguí hasta llegar al momento que sus ojos vieron a la hembra y algo se terminó de romper en mi interior. Separé mis ojos de él y caí de rodillas en el suelo, sin poder evitar las lágrimas de sangre, a esa hembra más le valía estar muerta.

Salgo del estado de semi-aturdimiento al darme cuenta de que cae al suelo y me agacho a su lado.

— ¿Qué has visto? —pregunto sin ningún tipo de rodeo. Con mi mano hago que me mire e intento hacer que se calme—. Dímelo, Butch.

—A esa hembra más le valdrá estar muerta vampiro, el hijo puta de Lash tiene interés sexual en ella, por eso se la llevo. Lo siento por tu hermano, el que está enamorado de ella, lo percibí en el despacho, va a sufrir. Si la hembra vive no será la misma después de lo que ese cabrón le haga, sé muy bien de lo que es capaz y hasta donde llega su crueldad. Me vais a necesitar para encontrarla, conozco ese truco...la tendrá en un lugar que ya habréis estado, la hembra os habrá visto y sentido pero vosotros a ella no. Créeme es su juego preferido y de lo más cruel, además no solo se conformara con violarla y torturarla, jugará con ella, con sus sentimientos y con su mente.—Agarro esa mano que lo había hecho mirarlo y apretó fuerte mientras intentaba controlar las lágrimas.—No hay tiempo que perder Vishous.

—La encontraremos —le aseguro—. La encontraremos y a ese hijo de puta lo eliminaremos.—Le ayudo a levantarse y le entrego un pañuelo para que se enjuague las lágrimas. Sé lo poco que le gusta que vean su debilidad, en eso puedo entenderle a la perfección.—Volvamos al complejo. Ya idearemos un plan y por el bien de John espero que la hembra haya bebido de él.

El camino al complejo es silencioso y tenso y peor fue la cosa cuando llegamos a la mansión. Se me secó la boca cuando tuve que explicar lo que había visto y percibí. No quería haberlo hecho delante del joven enamorado pero el Reverendo percibía que callaba algo y me dijo que lo soltara. Tuve que recurrir a toda mi fortaleza y a todos los siglos de sumisión para controlar las lágrimas mientras explicaba lo mismo que le había dicho al vampiro y sentía las emociones de todos en ese despacho. Y de no ser porque sus hermanos lo agarraron el muchacho se hubiese achicharrado bajo el sol, el pobre diablo salió como una flecha en su busca sin percatarse de que ya había amanecido, podía no entender ese sentimiento de amor pero si el ansias por salir en busca de la hembra, nadie mejor que yo sabía que cuanto más tiempo estuviera en poder de ese hijo de puta, peor sería para ella. No puedo evitar un escalofrió de miedo, lo había sufrido en mis carnes, no solo encontraba placer violando, cada penetración de ese cabrón equivalía a sangre y más sangre. La sangre era dolor, el dolor era sumisión y la sumisión su poder y su verdadero orgasmo. El rey nos mandó a descansar, a mí también, así que siguió al vampiro por un túnel dentro de la casa hasta llegar a una puerta donde tecleo un código, luego me quedé parado en medio del salón sin saber bien que hacer o decir.

Dejo las Glocks sobre la mesa del salón-comedor y me quito la chaqueta de cuero para que el arnés con las dagas siga la misma suerte que las pistolas. Me paso una mano por el pelo y hago que mi cuello cruja un par de veces. Vaya mierda de día. Al menos hemos conseguido llevar a Rehvenge de vuelta. Eso ya es algo. Suspiro y me giro hacia el recién llegado.

—Fritz te ha preparado esa habitación —digo señalando la primera puerta que se ve en el pasillo—. Estoy seguro que también se habrá tomado la libertad de conseguirte algo de ropa y utensilios de limpieza y afeitado. Si te falta algo, sólo pídelo y haré que te lo traigan. Creo que tendrás el número de la extensión de los doggen apuntada al lado del teléfono de tu mesilla de noche.

—Vale, voy a darme una ducha y si te parece luego hablamos.—No espere respuesta, joder si no me sentía incómodo y no sabía porque, bueno si lo sabía, jamás había compartido habitación con nadie, no me gustaba que me vieran cuando llegaba herido y humillado, solo los criados que me curaban las heridas entraban y siempre eran los mismos. Me quite la ropa y entre en el baño, como el vampiro dijo, las estanterías estaban con utensilios y cosas que iba a necesitar, me quite la cinta de cuero que agarraba mi pelo y me metí bajo el agua. Era un placer meterse bajo agua caliente, rara vez me duchaba en mi baño de la colonia, me iba al lago. Cuando acabe, me afeité, me dejé el pelo suelto, cogí un pantalón de chándal del ropero que estaba bien surtido y salí al salón. El vampiro se hallaba delante de unos ordenadores y también se había duchado poniéndose cómodo, me senté frente a él.—¿De qué conocéis al mal nacido de Lash?

Aparto la vista de las pantallas y le miro de reojo mientras me enciendo otro liado. Coño, ya he perdido la cuenta de cuántos llevo pero me da igual.

—Fue uno de nuestros reclutas. Hubo un altercado y uno de los chavales le rajó la garganta en los baños del gimnasio. Por lo visto, está más que vivo —comento entre dientes. Me jode que siga suelto por ahí y ahora con una hembra que podría ser la shellan de uno de los nuestros, joder.

— Vaya ya apuntaba maneras. Por lo visto no, está vivo y coleando y es un cabrón mal nacido, ninguno de nosotros quería ser su mascota cuando llamaba alguno para tener sexo. Podía utilizarte durante una semana y no se cansaba y te aseguro que ganaba en mala idea a los reyes de la colonia.—No me di cuenta de lo que había soltado por mi boca, hasta que vi la mirada fija del vampiro en mí. Me levanto y pongo dos vasos con hielo y la única bebida que había a la vista. Le pase uno de los vasos y me volví a sentar en silencio.Jamás había sido capaz de poner en palabras el horror de mi vida y me sentía incómodo de narices.

Noto su incomodidad y decido no hacer comentarios sobre su confesión. Sé lo jodido que es contar cosas sobre ti, aunque yo no lo haya hecho con nadie. Cojo el vaso que me pasa y le doy un trago.

—Ese hijo de puta acabará chamuscado, eso te lo aseguro —digo como si nada—. Esta vez no se va a librar del puto infierno.

Joder esperaba de verdad que así fuera o esa hembra las iba a pasar putas, muy putas.

—Lo espero y que no tardemos mucho en encontrarla, ese hermano tuyo la ama con pasión y está loco por ella. Vishous solo déjame unos minutos con el antes de chamuscarlo tengo muchas deudas pendientes de sangre y honor. ¿Puedo utilizar la piscina?

—Puedes hacer lo que quieras, aquí no va a pasarte nada —digo encogiéndome de hombros.

—Lo sé, solo dame tiempo, me va a costar acostumbrarme, pero soy una persona que me adapto rápido, otra cosa jamás cierres del todo la puerta de mi habitación.

Me levante y salí al jardín necesitaba cansar mi cuerpo para no tener pesadillas, me quite el pantalón y me zambullí en el agua, no era el lago pero me valdría.
















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