domingo, 27 de septiembre de 2015

NECESITO DE TI...5ª


                                                              NECESITO DE TI
                                              


Butch y Vishous Fated

Por Lucifer como me asqueaba tener que necesitar esa parte brutal del sexo para poder mantener tranquilo mi lado Symphath y más odio sentí por mí mismo, por necesitarla y tener que pedir ayuda al vampiro. Joder no me sentía nada orgulloso de esa parte de mi perra vida, como si ser mitad vampiro y mitad un cabrón para poder dominar, controlar y aumentar las emociones de los demás no fuera suficiente y no me hacía gracia que de nuevo manos desconocidas me lo proporcionara.Una fina línea me separaba del mundo real y de mi lado oscuro, no tardaría mucho en adueñarse de mi por completo, si no le ponía remedio ya, enseguida. Coño tal y como estaba tendrían que hacerme daño de verdad y eso era como volver a esa maldita colonia y a las cuevas subterráneas, donde los látigos, las máscaras que no te permitían respirar, ni ver, creando una ansiedad que te volvía loco, los puños de hierro, los anillos para contener la corrida, las fustas, las dagas...en definitiva, estaban presentes y por favor no nos olvidemos del puto potro, de las aspas es cruz, de las cadenas, los hierros que aprisionaban los testículos y la lengua...juguetes para dar placer a unas personas sádicas y crueles hasta límites insospechados. No fui capaz de levantar la cabeza y enfrentar la mirada de Vishous, ni siquiera deje la postura, la vergüenza se mezclaba con la rabia y la impotencia.

—Vishous necesito tranquilizarme...joder necesito lo que te dije cuando nos conocimos y tiene que ser ya. Lo que ha pasado ahí dentro me ha hecho llegar al límite y estoy a punto de estallar y si me lado Symphath se adueña de mí, tendrás que matarme.

Trague saliva y respire bien hondo, esperando que el macho me dijera donde debo ir y quien me echara una mano con mi "problema". El silencio era pesado y denso.

Aprieto las mandíbulas y vuelvo a colocarme el guante en su sitio. No me hace ni puta gracia tener que llevarlo allí. Coño, es mi espacio personal, un lugar que sólo yo sé dónde está y que ninguno de los hermanos ha podido pisar —aunque dudo que quisieran hacerlo—. Sin embargo, sé que es la única manera en la que Butch va a poder controlarse y me jode más por el hecho de que lo que vi en esa premonición sigue demasiado fresco en mi jodida memoria.

—Commodore, el ático de la derecha. Puedes aparecerte en la terraza —digo simplemente, desmaterializándome antes de que pueda siquiera contestarme.—Cuando reaparezco en el ático, miro al cielo despejado. Las estrellas apenas se ven a causa de las luces de la ciudad pero me importa una mierda. Abro la corredera con la mente y enciendo las velas antes de dejar escapar el aire que no sabía que estaba aguantando en un largo y cansado suspiro. Esto no es una buena idea, lo sé, pero soy el único al que él tiene acceso ahora mismo para calmar su lado symphath y como no lo hagamos, va a haber problemas. ¿Por qué cojones no podía ser como el Reverendo o esa hembra? Las cosas serían muchísimo más sencillas así. Joder.Me acerco al mueble bar y despliego el mhis, intentando mentalizarme por lo que está a punto de ocurrir aquí. Quizá sería buena idea hacer como que no le conozco, como que es un sumiso más, un "novato", pero me estaría engañando a mí mismo si pensara que algo así es posible. Me sirvo un vaso de Goose y me lo acabo de un solo trago. Me desprendo de las armas y de la camiseta que llevo puesta y lo dejo todo sobre la cama. Un simple mueble que no he usado en todo el tiempo que he tenido posesión de esta propiedad. La única cosa que realmente es mía. LeLe siento aparecer en la terraza y tomo un par de bocanadas de aire. Noto su confusión al ver la puerta abierta pero el lugar vacío. Pongo en marcha mi máscara de frialdad y disperso el mhis. Sin girarme le digo:—Puedes entrar.

Joder jamás me pensé que fuera el propio vampiro quien fuera a solucionar mi "problema" y no contaba con ello, lo hacía más difícil. Cono no era fácil tener que pedir ayuda en ese sentido y menos al vampiro que lo había ayudado desde el mismo momento que le pedí la muerte. Al llegar a la terraza me extraña que Vishous no haya llegado y al momento todo se hace visible a mis ojos. Hostia puta este tío se sabe lo que se hace y no es un jodido novato, no sabía si agradecerlo o dentro de poco lo lamentaría. Entro y un escalofrió recorre todo mi cuerpo no conozco a ese vampiro que tengo delante, no es que normalmente sea la amabilidad en persona, pero este Vishous era completamente desconocido para mí.

—Escúchame vampiro lo necesito bien duro, tanto que pueda oler mi sangre, tanto que me acuerde de todos tus muertos...eso o tendrás que matarme.— Me di media vuelta y empecé a quitarme la ropa. O empezaba a ver al vampiro como un cliente o me volvía loco.—La fina raya que separa mi cordura con mi lado Symphath estaba a punto de romperse. Me gire y baje la vista, un esclavo sexual jamás mantiene la vista de su Iheage.

—Quítate la ropa y al potro —indico en tono seco, dejándola espacio para moverse. Sé muy bien que aunque esto vaya a ser una sesión de BDSM, la libertad del sumiso es indiscutible—. Tendrás que pensar en un gesto o una palabra de seguridad. —Porque no voy a permitir que esto empiece sin que él sepa que pararé cuando a él le parezca que se está yendo demasiado lejos. Lo primordial aquí es que el que va a ser sometido sepa que él tiene tanto o más control en esta situación que el que va a dominarle.

Que ironías del destino tenía que ser un potro, un jodido y cabrón potro, no una pared, o un suelo o una simple tabla dura, no tenía que ser un p.o.t.r.o. Bien ese hizo que mis nervios llegaran a su tope y los recuerdos me asaltaran con violencia, de la primera vez que conocí a la fuerza y por orden de la reina, esa parte del sexo de la que había oído hablar pero jamás probado. Joder, joder,mi límite estaba a una milésima de segundos, sacudí la cabeza y con mucho trabajo volví al presente. Un presente que no distaba mucho de lo que ya había tenido.

—Solo te diré " para".

Puedo notar tanto su nerviosismo como el miedo y sé que está al borde de la realidad con los recuerdos. Tomo una pequeña bocanada de aire y me cruzo de brazos. Ahora mismo no es el momento de ponerme a replantearme la situación. Él necesita esto, así que voy a ser yo quien se lo proporcione.

—Esto no es como lo que te hacían —digo secamente.

—Si tú lo dices vampiro, pero déjame decirte que me da igual lo que hagas necesito que mi lado maldito vuelva a su caja de pandora y no vuelva hacer acto de presencia en un largo tiempo. Como lo hagas, que utilices o que necesites no es de mi puta incumbencia, no he venido aquí para que hablemos.

Joder si no fuera porque jamás suplicaba, ahora mismo le pediría que empezara ya...estaba al límite de un abismo y como cayera ambos tendríamos serios problemas.

Le veo quitarse la ropa y subir finalmente al potro. Con calma y sin mediar ni una palabra más me acerco a él y haciendo notar mi presencia le ajusto las correas de los tobillos primero y después paso a las de las muñecas. No se las aprieto demasiado para no hacerle daño o cortarle la circulación, pero sí lo suficiente para que no pueda soltarse de un tirón o para que deslice las manos o los pies fuera de las ataduras. Me fijo en la pared donde tengo expuestas las máscaras y demás juguetes y calibro las posibilidades. Doy un par de pasos hasta ahí y me fijo en cada una de ellas.¿Debería usar lo que siempre uso? No. Chasqueo la lengua mentalmente. Seguramente y con lo nervioso que ya está, eso no haría más que añadir leña al fuego así que me decido por una de las máscaras que apenas tapan la vista del usuario y vuelvo junto al potro.

—Levanta la cabeza —indico con tono seco, autoritario. Espero hasta que lo hace y se la coloco, ajustando la parte trasera.

Obedecí como un buen sumiso y el aire se quedó estancado en mis pulmones, una máscara, como no lo vi venir, coño tenía que mantener mis recuerdos controlados o esto iba hacer peor de lo que había imaginado. Estaba acostumbrado al dolor, a las humillaciones, a los golpes, a los insultos pero no a ese silencio por parte de mi amo y señor, eso me ponía más nervioso y cabreado de lo que estaba. Eso hacía que los recuerdos bailaran entre el pasado y el presente, eso hacía que volviera a esas malditas cuevas y no me gustaba nada. Mi lado Symphath clamaba por ocupar todo su ser por completo. Me reiría si no fuera porque no había chiste, pero si no me golpeaba pronto las cosas se pondrían muy duras.

Si, definitivamente esto iba a ser completamente diferente a lo que estoy acostumbrado a hacer. Tendrá que ser una sesión sucia, pero también he de tener en cuenta todo lo que lleva encima de ese estercolero llamado Colonia Symphath, por lo cual tendré que tener en cuenta que también él tiene recuerdos no muy gratos de lo que está a punto de ocurrir aquí. Mi mano se queda más de lo habitual sobre su hombro, intentando anclarlo al presente y evitar que vaya a lugares que no tiene que explorar ahora mismo. El hecho de ser capaz de leer la mente de los demás me ayuda a evitar que se pierda por senderos que no le convienen.Cuando siento que más o menos vuelve a relajarse aunque siga atento a todo lo que pasa a su alrededor, aparto la mano y doy un par de pasos lejos del potro. Será mejor empezar suave e ir incrementando las cosas poco a poco, dejar que se acostumbre a mí, es algo primordial si quiero —y quiere— una buena sesión. Cada amo tiene sus maneras, los sumisos han de acostumbrarse a lo que el dominante esté dispuesto a tomar de él.Me acerco a una de las velas y paso mi mano maldita por encima de la llama, apenas notando el calor que desprende. Me quedo allí durante un buen rato, dejando que vaya poniéndose nervioso. Así es como ha de ser, ha de ser cuando menos se lo espere sino todo puede irse a tomar por culo y al final la sesión será un absoluto desastre. Apago la mitad de las velas con la mente y enciendo uno de los liados con el candil que sostengo con la mano enguantada.

El frío volvió al hombro donde la mano del vampiro había estado apoyada y volví hacer un esclavo sexual, en manos de su cliente. Si no lo hacía de esa forma no tendría mucho aguante y necesitaba poder controlar mi lado Symphath. Sabía que el vampiro había estado leyendo su mente, no era algo que le gustara pero necesario si quería que esto llegara a buen puerto. Había aprendido con los años a que sus mis otros sentidos de agudizaran cuando no podía ver y se obligó a no pensar. Porque si lo hacia su poca cordura se evaporaría como humo. Oí como se alejaba y paraba sus pies y el fino olor del turco llego a su nariz...me gustaba ese olor.

Espero unos pocos minutos más y cuando veo que empieza a revolverse ligeramente, sin necesidad de leer su mente sé que está preguntándose a qué estoy esperando. Le observo atentamente y finalmente me aparto de la pared, quitándome el guante para hacer desaparecer la colilla en la palma de mi mano. Vuelvo a coger la vela negra y avanzo de nuevo hacia el potro, dejando que el olor a cera llegue a las fosas nasales de Butch.

Hostias un puto clásico pero no por ello menos doloroso, sobre todo cuando la cera caía en los cojones o en la misma polla. Mi cuerpo se preparó para lo que estaba a punto de llegar, pero sabía que eso era un principio normal, supuse que como toma de contacto. Joder no había empezado y ya quería acabar con ello, no me gustaba nada que el vampiro estuviera ocupándose de su necesidad.. ¿Cómo coño lo enfrentaría una vez que acabara?

Aparto la vela un instante y le miro con dureza a pesar de saber que no puede verlo, pero sé que con su lado symphath tan fuera de control lo notará.—Deja de pensar —digo con voz fría—. Lo que pase después de esto no tiene que preocuparte ahora así que será mejor que empieces a dejar tu puta mente en blanco.

El amo mandaba y el perro esclavo obedecía. Dejo mi mente en blanco y preparo mi cuerpo para recibir los golpes y sus oídos para los insultos. Lo demás como él había dicho sobraba.

Dejo que una de mis manos se pose sobre el pecho de Butch, dejando que pase suavemente sobre la piel, por la parte del centro. Puede que sea un depravado, pero no soy alguien cruel. Por mucho que en las sesiones que tengo aquí busque mi propio dominio, el mantener mis demonios bajo control, también sé cómo hacer que las sumisas o los sumisos obtengan algo a cambio. Vuelvo a acercar la vela y dejo que algunas gotas se derramen en la parte en la que he dejado que mi mano reposara durante unos segundos, dejando que el contraste de mi calidez con la calentura de la cera se haga notoria, obligándole a dejar de imaginar cosas que de momento no tendrán lugar y no he podido evitar captar el pensamiento de los insultos. Yo no soy de esos que necesitan rebajar a los que tengo sobre mi mesa para que se derrumben, no me hace falta.

Joder la fiesta ya empezaba, aunque me sorprendió la calidez de la mano del vampiro en mi pecho...normalmente esas manos eran frías y crueles, si vida, sin embargo la de V...deseche los pensamientos y me concentre en lo que realmente necesitaba en ese momento. Me mordí los labios cuando la cera cayó sobre mi pecho quemando la piel.

Asiento en aprobación. Realmente sabe a lo que se atiene, se nota que no es la primera vez que hace algo así y estoy seguro de que no ha sido nada en comparación a lo que le estoy haciendo ahora mismo. Dejo que la vela vaya un poco más abajo y dejo que otro par de gotas se derramen sobre su piel. La mano que ha pasado sobre su piel antes alcanza el carro que no está lejos del potro y lo acerco sin hacer ningún tipo de ruido, cogiendo una pequeña y flexible fusta. Apago la vela y la dejo a un lado y cuando veo que levanta ligeramente la cabeza no puedo evitar que una de mis comisuras se eleve ligeramente antes de dejar caer la fusta sobre una de las aspas, al lado de uno de sus muslos, sin golpearle a él directamente, dejando que note esa vibración, queriendo ponerle ligeramente nervioso.

Cierro mis manos en puños, este vampiro no se andaba con tonterías y sabía lo que se traía entre manos y eso era bueno para mí y su persona. Mi cabeza se alza y no se ni porque, tal vez esperando sentir al silencioso macho y no lo consigo. Tragó saliva cuando el aire se corta con el golpe de una fusta en el aire. Conocía demasiado bien esa vibración, no me golpea a mi directamente pero me remuevo un poco sobre el potro.Yo mejor que nadie sabía o intuía lo que vendría después.

Paso la fusta ligeramente sobre uno de sus muslos, dejando que intuya cómo es: la forma, la textura, su longitud, su amplitud. Dejo que se la imagine... No la usaré contra él, pero quiero que piense que lo haré, que voy a golpearle con ella. Hay muchas formas de romper la voluntad de una persona y hasta que no se someta por completo a mí no voy a ponerme serio. Necesito que confíe en mí primero, que no piense en nada de lo que ha vivido hasta ahora, porque cuantos más recuerdos le vengan a la mente, menos avanzaremos con el dominio de su parte symphath, porque la rabia seguirá ahí y será imposible que esa oscuridad sea capaz de recular lo suficiente.

Hijo de puta, ¿cuándo pensaba golpear? a estas alturas ya hubiese estado lleno de golpes, sangrando como un cerdo. Sin embargo el muy cabrón del vampiro jugaba con mi mente y eso no lo había vivido jamás y me estaba jodiendo vivo. Me estaba poniendo de los putos nervios, era el Butch quien jugaba con la mente de los demás, era yo quien jugaba con los sentimientos, nunca era al revés, al contrario jamás. Me hice daño al tirar de las correas hacia arriba. Mierda no me gustaba que jugaran conmigo. Mi boca fue más rápida que su dominio de la obediencia, así tal vez lo golpeara.

—!!Golpea de un puta vez!!

Cuánto más me lo pidiera, menos lo haría. Con una media sonrisa vuelvo a pasar la fusta por su muslo, pasando al otro.

—Deberías saber cuál es tu lugar —digo con voz baja, casi peligrosa—. Hablarás cuando se te diga que hables, suplicarás cuando se te ordene, gemirás, te quejarás o gritarás cuando se te dé permiso. —Mi voz suena calmada, fría, distante. Dejo caer la fusta de nuevo sobre la mesa metálica y el cuero de mis pantalones cruje al alejarme un par de pasos. Me acerco de nuevo a la pared y agarro una de las mordazas de bola. Sé lo que le incomoda. Normalmente es él el que juega con la mente de los demás, pero va a aprender que los golpes no son necesarios para dominarle, que la mente es más fácil de manipular si se la conoce y si se sabe manejar. Dejo la fusta sobre el carrito. —Levanta la cabeza —ordeno con autoridad.

Cabrón, esa insolencia por mi parte ya me hubiese valido varios golpes, suplicar en mi puta vida lo había hecho y no empezaría con él, gemir jamás y gritar antes muerto. No iba a darle el gusto, jamás se lo había dado a los demás. Obedecí callado la boca cuando me dijo que subiera la cabeza y me hizo daño cuando me coloco la mordaza de bola...hostia puta, sabía que me había hecho daño en las muñecas cuando tire de las coreas y no pude evitar volver a tirar de ellas. El olor de mi sangre llego a mis fosas nasales.Ese tipo de tortura nunca la había vivido, en la Colonia daban por hecho que mi mente estaba doblegada, nadie había llegado a saber que no había sido así, por eso no le gustaba nada de nada lo que estaba sucediendo.

—¿Sabes cuál es la diferencia entre ellos y yo? —pregunto, aunque sé cuál es la respuesta que me dará. Le veo sacudir la cabeza en negación—. Que ellos se jactaban demasiado en que te tenían bajo su dominio y tú eras capaz de hacer lo que te diera la gana con lo que ellos creían a pesar de que eran symphaths y que si querían eran capaces de notar que les estabas engañando. La diferencia entre ellos y yo... —Dejo que una de mis manos se pose sobre la frente cubierta del medio symphath para mantenerla en su lugar mientras me inclino para susurrarle al oído—, es que yo sé qué está pasando por tu cabeza, puedo oler tu cabreo, tu miedo y la frustración porque te niegas a que te dominen, no quieres que alguien llegue tanto a ti. Y yo conozco esa sensación más de lo que te imaginas.—El olor a la naciente excitación proveniente de Butch me llega de repente, a la par que la esencia a su cabreo por estar excitándose precisamente ahora.—Has encontrado la suela de tu zapato. No necesito leer tus pensamientos para saber lo que pasa por ella porque lo que sientes es obvio en tu propio cuerpo. —Mientras hablaba he vuelto a coger la fusta y esta vez, sabiendo perfectamente que no se lo espera, dejo que caiga sobre uno de sus muslos, fuerte, dejando una marca roja brillante.

Mierda, ese cabrón jugaba conmigo y me sentía como un niño indefenso ante sus maniobras.Negué con la cabeza porque no podía hablar. Había leído en mí como un libro abierto y eso me encabrono a la vez que me excito. La calidez de su mano en mi frente a pesar del cuero de la máscara, el aliento en mi oreja y esa voz autoritaria me pusieron cachondo y eso me cabreo más. Mientras hablaba, negaba con la cabeza y de repente el golpe me pillo desprevenido por completo, me agarre con fuerza a las correas y me cague en la puta madre que lo pario. No entendía nada, cuando esperaba el golpe, no llegaba y cuando pensaba que estaba siendo un damisela la fusta caía sobre mi muslo, con fuerza.

—Esto es lo que significa BDSM —continúo—. ¿Pensaste que lo que esos aficionados practicaban contigo era lo que ellos decían que era? Te explicaré algo. BDSM son siglas. B proviene de Bondage, ataduras, restricciones. D viene de Disciplina y Dominación. S viene de Sumisión y Sadismo y M viene de Masoquismo. Es por eso que lo que has vivido hasta ahora no era más que una forma malentendida de ejercer poder sobre ti. No tenían ni puñetera idea de lo que era.—Vuelvo a dejar caer la fusta esta vez un poco más arriba, cerca de su cadera—. Ahora mismo —prosigo— estoy ejerciendo la disciplina y dominación y te aseguro que acabarás por rendirte. —Vuelvo a agacharme y susurro—. Eso te lo garantizo.

Cabrón, cabrón, cabrón, repite mi cabeza mil veces. Le hablo mentalmente y lo hago alto y claro...*Tú no tienes ni puta idea de lo que hacían en ese lugar, jamás voy a rendirme y antes muerto que suplicarte o pedirte clemencia mamón* Cierro por completo mi mente para no dejarlo entrar en mis recuerdos. Quería jugar, pues íbamos a jugar los dos y a ciegas, el nuevo golpe me hizo morder la bola y hacerme sangre en la boca. Este había sido más fuerte que el anterior, puede que aquellos cabrones fueran unos aficionados pero lo suplían con la crueldad y el sadismo que les sobraba.

—Por mucho que te cierres a mí, he visto lo suficiente —digo algo divertido.

Sé que va a ser un hueso duro de roer, pero también sé que al final acabará claudicando. No es el primero que me encuentro como él y al final siempre han acabado claudicando—. ¿Crees que lo que te hicieron ellos es nada en comparación a lo que soy capaz de hacer? —Chasqueo la lengua—. No me hace falta ser cruel o sádico. —Con la fusta acaricio las dos zonas que he golpeado antes, dejándola notar la diferencia entre los golpes y las caricias, permitiendo que esas dos sensaciones se entremezclen antes de dejar caer el golpe sobre su tórax. Ni muy fuerte ni demasiado flojo, dejándola notar mi autoridad.

Joder como iba a quedar si claudicaba ante el vampiro, el poco orgullo y dignidad se irían a tomar por culo, pero sabía que sucedería no era tonto y Vishous era más hijo de puta que todos los que disfrutaron de esa práctica con su cuerpo. Las caricias con las fusta en sus partes golpeadas me puso más caliente aun y yo jamás me había excitado con esas cosas, jamás mis orgasmos habían sido placenteros. Sin embargo ahí estaba atado, sometido, castigado y cachondo perdido. El golpe en el tórax lo hizo soltar un gemido más de sorpresa de que de dolor.

Sé perfectamente cómo buscar. Para mí esto no es una forma de demostrar mi poder, sino una manera de dejar que esa parte oscura que sé que tiene se vaya relajando, vaya bajando la guardia y vuelva adonde tiene que estar. Lo que yo hago con mis sumisos no es sólo para mi placer, no lo necesito. Un verdadero dominante sabe cómo encontrar el placer de la persona a la que somete y eso lo he ido aprendiendo durante los siglos que he estado practicando la dominación. No solo lo hago por mí mismo, aquí son las dos partes las que han de participar, no solo una. Paso la fusta por la semi-erección, levantándola ligeramente. Mi mano libre pasa a lo largo del torso de Butch, deteniéndola en el bajo vientre.

—¿Ves las diferencias?

No solo las veía, era una forma de hablar, puesto que no podía ver, sino que las sentía. Esa fusta puso mi semi-erección completamente en erección y una como jamás había tenido. Nunca mi polla había estado tan dura. La mano del vampiro paseando a lo largo de mi ancho torso y parándose en el bajo vientre consiguió que supurara semen y si no fuera por la puta máscara, Vishous sabría que sería la primera vez que tendría un orgasmo de verdad y eso me relajo un poco haciéndome más débil de lo que ya era en manos de Vishous. Y no me gustaba nada.

Noto que poco a poco, pero de forma segura, está sucumbiendo, que sin apenas darse cuenta su lado symphath está reculando, dejando simplemente a Butch. Recojo el pre-semen con la fusta y sonrío de medio lado. Reconozco a cualquiera que no ha tenido un orgasmo real en la vida a leguas y es más que evidente lo que está ocurriendo aquí.

—No es tan malo, ¿verdad? —le pincho, dejando que su polla vuelva a caer contra su estómago y sobre mi mano enguantada, la cual giro para medio agarrar la erección entre mis dedos—. Nada que ver con lo que creías que era el BDSM, ¿cierto?

De haber podido habría alzado mis caderas cuando la mano enguantada del vampiro agarro mi erección. Nada de esto era lo que había tenido antaño, era nuevo para mí...pero había logrado que mi lado Symphath se fuera alejando y mi verdadero yo ocupara su lugar.Solo entonces fui cociente de que V lo había logrado sin humillarlo y degradar como ser humano, joder el cabrón era bueno. Mis pensamientos se cortaron cuando sentí en mis riñones una sensación que desconocía por completo y el miedo volvió. Demasiadas emociones para un solo día joder.

—Déjalo salir —susurro—. Deja que salga. Córrete. Ahora. —Subrayo mis palabras dejando que mi mano sube y baje a lo largo de la longitud.

Aunque quisiera no podría pararlo, la sensación fue de mis riñones, a la base de mi polla, subió por lo larga que era y soltó el semen entre gemidos de puro placer, agarrándome con tal fuerza a las ataduras que me hice daño de verdad, pero no me importo. Era una sensación completamente desconocida para mí y joder no pude evitar los gemidos...los primeros que soltaba en esa situación.

Lo acompaño en el orgasmo con la mano, dejando que se libere, sin quejarme porque esté gimiendo sin permiso. Aunque le ordenara que no lo hiciera, le sería imposible y lo sé perfectamente bien, así que eso más que ofenderme, me hace sentir orgulloso. Ha durado más de lo que cualquiera de los novatos que he tenido en esta mesa. Una vez ha acabado, me separo un paso, esperando a que se recomponga lo suficiente como para intentar volver a respirar con normalidad y cuando eso ocurre, le quito las ataduras de manos y pies para quitarle la mordaza y la máscara en último lugar.Veo que va a levantarse y le pongo una mano en el pecho.—Yo que tú iría con cuidado ahora mismo. Ese orgasmo ha sido fuerte y podrías marearte —le advierto—. Quédate un par de minutos más tumbado a no ser que quieras ir de morros al suelo. Voy a por una toalla y el botiquín. —Y a por una puta ducha fría, termino en mi cabeza, apretando los dientes.

Parpadeo varias veces para poder recuperar la visión y paso la lengua por las heridas de la boca, joder necesitaba levantarme de ese sitio ahora me sentía demasiado expuesto. Miro mis muñecas y vi el daño que me había hecho a mí mismo al tirar de ellas. Fui a levantarme pero la mano del vampiro en el pecho lo evito, asentí con la cabeza y volví a tumbarme, tenía razón estaba mareado, ido y totalmente desconcertado por primera vez en mi vida. En un momento de lucidez me di cuenta de que Vishous no se había corrido y quise en mi puta y miserable vida hacerle una mamada a alguien por el placer de hacerlo. Ese vampiro había sido capaz de conseguir que me corriera y supiera lo que era un jodido orgasmo por primera vez en mi vida.

Entro en el baño y dejo ligeramente abierto para darle algo de seguridad y que no se sienta apartado o algo peor y me apoyo contra la pared, cerrando los ojos. Mierda. Golpeo con la parte de atrás de la cabeza contra la pared de azulejos negros repetidas veces, intentando apartar la visión de él y yo peleando contra los lessers, las sensaciones volando a nuestro alrededor, la complicidad, la... no sé cómo definirlo, joder. Haberlo tenido entre mis manos, haber hecho que se corriera, ser capaz de conseguir eso del macho a sabiendas de que nadie ha sido capaz de hacerlo antes que yo...—Joder —mascullo, apagando las pocas velas que estaban encendidas en el baño. Llevo mis manos a mi pelo, apartándolo de mis sienes de forma casi compulsiva. ¿Qué cojones me está pasando? Gruño cuando los pantalones de cuero rozan mi propia polla más dura que una puta piedra y la mano que se posa en mi hombro por poco me hace saltar.

Despacio me levanto, cuando la cabeza dejo de dar vueltas, puse los pies en el suelo y fui hasta el baño. No me salen las palabras, no puedo hablar ante el Vishous apoyado contra la pared y los ojos cerrados, solo sé que me gustaría, que deseo proporcionarle placer, sabiendo que sería a cambio de nada, ni de mi cuerpo, ni de dinero. Solo por el placer de hacerlo tal vez porque me ha tratado como una persona no como un cacho carne al que lastimar y humillar...realmente no se el motivo, pero quiero hacerlo.Mi mano se posa en su hombro y da un brinco, no abre los ojos, pero no me importa, me pongo frente a él sin quitar mi mano de su hombro.

—Vishous déjame aliviar tu erección, quiero hacerlo y no como pago por nada, solo quiero hacerlo.

Eso sí que hace que abra los ojos y frunzo el ceño. ¿Qué cojones...?—Está bien —niego—. No hace falta que lo hagas. —Sé que sueno demasiado brusco, pero nadie me ha tocado en la vida y no va a ser ahora la primera vez que alguien lo haga, menos teniendo en cuenta lo que... Me aparto de la pared y veo cómo su mano cae a su costado—. Es algo... personal. No contra ti. —A la mierda, ¿por qué he de dar ningún tipo de explicación?— Saldré enseguida.

Joder iba a darme media vuelta pero me quedo parado en la puerta y mi boca hablo pero no mi pensamiento, no tengo ni puta idea de porque su rechazo me había dolido. Nunca había tomado a nadie por el gusto de hacerlo, siempre era obligado y la única persona que quería hacérselo lo rechazaba y sabía el porqué.

—Lo entiendo vampiro no te puedes rebajar a que un esclavo sexual, un puto te toque, lo entiendo no es la primera vez que me pasa.

Me quedo congelado en el sitio y me doy la vuelta lentamente. Eso acaba de cabrearme. —Di eso otra vez y te juro que te parto la boca —siseo—. No tiene nada que ver lo que fuiste con esto. Nadie, nunca, me ha tocado. Jamás. Me importa una mierda lo que te obligaron a ser, ¿me oyes? —En un par de zancadas vuelvo a estar ante él y mi mano está alrededor de su garganta—. Que esos hijos de puta te convirtieran en un esclavo no quiere decir que lo seas. Seas medio symphath o vampiro por completo, nadie. NADIE. se merece lo que te hicieron. Intenta esa mierda con Zsadist y te aseguro que será pronto y te habrá partido la cara.

Mierda lo había cabreado y de verdad, cubrió la distancia que los separaba en unos segundos y el aire me falto cuando su mano aprisiono mi garganta, a mí no me importaban lo que pensaran los demás, ni siquiera me preocupa, estaba acostumbrado a que la gente se apartara de mi persona con asco. Pero los ojos de V brillaban como dos diamantes. Sabía que pasara lo que pasara siempre sería un puto, pero necesitaba aliviara a ¿su amigo?. Él me había dado mucho sin pedir nada a cambio. Quito la mano de su cuello y la mantengo en la mía, me pego a su pecho tanto que siento, su rabia...por respeto no hurgo más en esos sentimientos.

—No necesito tocarte para darte placer, tu eres bueno en lo tuyo y yo en lo mío—joder lo necesitaba y desesperadamente, seguía sin soltarle la mano.

Rechino los dientes, intentando apartar las putas sensaciones que me persiguen desde la jodida visión de las putas narices. Sentir esa mano contra la mía me está poniendo aún más de los nervios, pero lo que veo en los ojos de Butch es decisión y diga lo que diga nada le hará cambiar de opinión. Gruño por lo bajo y me suelto de su mano, pasándola de largo para volver a la habitación .Al llegar veo el pequeño sillón que está cerca de la cama y sopeso las posibilidades. No, ni de coña será en la cama, así que me dirijo al butacón de forma decidida, deshaciendo los dos primeros botones de los pantalones para dejar salir solamente la polla.

Respiro hondo cuando lo veo salir hacia la habitación, me doy tiempo para tranquilizarme, cogí una toalla y me la puse alrededor de la cintura y fui a por el vampiro. Lo encontré sentado en el sillón que estaba junto a la cama, con su brutal erección a mi vista. Joder casi babeo ante la visión de esa magnífica polla, gruesa, larga y venosa, me sentí como un sediento en medio del desierto sin cantimplora de agua y que delante de sus narices tenía el mejor oasis de su vida. Camino despacio hasta colocarme delante de él, con una pierna le abrí las suyas todo lo que pude y caigo de rodillas delante de V. Su cara no denotaba ninguna emoción. Sin más preámbulos bajo mi boca hasta la polla de Vishous y recorro el camino con la lengua.

Dejo caer mi cabeza hacia atrás, apretando los dientes aún más mientras mis ojos se cierran solos durante un maldito instante al sentir esa húmeda lengua recorrer la longitud de mi erección. Siento cómo las encías de mis colmillos palpitan y que éstos se alargan solos, empujando contra mi labio inferior, asomando. El siseo sale solo del fondo de mi pecho y aprieto mis manos en puños sobre mis rodillas, reprimiendo el estremecimiento que amenaza con recorrerme por entero.

Tenía mis manos apartadas del vampiro, sobre mis propios muslos, no me hacían falta. No puedo evitar sonreír cuando echa para atrás la cabeza y cierra sus manos en puños. Sé que sus dientes han crecido, su siseo lo delata. Me incorporo un poco y antes de meter la polla en mi boca por completo, uno de mis brazos se acerca a su boca.

—Bebe de mí, mientras te alivio, no me importa.

Tres preguntas silenciosas volaron por mi cabeza ¿por que era tan complaciente con él? ¿por que cedía mi sangre y mi boca y no me importaba? y la mas importante ¿por que no me molestaba ser tan complaciente, por voluntad?

Entreabro los ojos, sabiendo que ahora mismo son peor que dos malditos faros. En la vida me había sentido tan jodidamente excitado por algo que no fuera dominar a alguien por el mero hecho de necesitar mantenerme bajo cierto control, para que mis demonios no salieran a relucir y el ofrecimiento de su vena me hace gruñir aún más profundamente. Sé que en este estado no seré capaz de controlarme mucho y estas veces son contadas. Aún recuerdo a la hembra a la que sometí cuando me enteré de quién era mi jodida madre. Casi la sequé. Ahora es más o menos igual que esa vez, con la diferencia de que estoy frustrado por no saber qué cojones sentí en esa maldita visión. Agarro su muñeca con poca delicadeza. A la mierda los miramientos a estas alturas. Mis ojos se fijan en los suyos y abro la boca, revelando mis colmillos en su plena longitud antes de clavarlos en su vena. La oleada de su sabor me inunda y noto al instante la diferencia entre la sangre de vampiro con la mezcla ligeramente picante y potente de la de su mitad symphath cuando la boca se me llena de su sangre.

Hostia puta mi polla volvió a la vida cuando Vishous se clavó en la vena de mi brazo, me gustaba mantenerle la mirada, aunque no tenía costumbre, pero él no me decía que la retirara o que no lo mirara, así que me aproveche de eso. Una gota escapo barbilla abajo y se la limpie con la lengua antes de bajar la cabeza y meter su polla en mi boca, hasta la misma campanilla. Mi lengua se volvió atrevida y juguetona y lo mordí un poco sin querer cuando alzo por inercia las caderas. Soltó un gruñido cuando lo mordí pero me sentí como un cabrón porque no cerré la pequeña herida, el hilo de sangre del vampiro que llego a mi lengua me gusto, era como a especies fuerte, picante, con un toque de potente droga. Dé mi boca escapo un gemido y apreté la mamada, quería saber cuál era el sabor del semen de ese macho.

Después de un par de tragos paso mi lengua por las incisiones, cerrándolas mientras la mano que tengo libre vuela a la cabeza de Butch, mis dedos enredándose en ese pelo largo y, sin darme cuenta, se lo agarro en un puño cuando una oleada de placer me recorre el cuerpo, haciéndome gruñir por lo bajo.

Coño no me gustaba que me agarraran así del pelo, pero no iba a cortar la mamada por eso, aunque no pude evitar tensarme, normalmente cuando me agarraban de esa manera no era para nada bueno. Aparto ese recuerdo y me concentro del nuevo en Vishous. Joder su semen era exquisito, espeso con sabor entre salado y picante, me gustaba. No suelto su polla hasta que el último orgasmo acaba y todo su semen acaba en mí estómago.


No hay comentarios:

Publicar un comentario