sábado, 26 de septiembre de 2015

UN SUEÑO LLAMADO LIBERTAD...2ª


                                                               


                                               UN SUEÑO LLAMADO LIBERTAD
                                         

Vishous y Butch Fated

Es evidente el alucine que todos llevamos encima. Nadie, absolutamente nadie, aparte de Mary, había conseguido calmar a Hollywood cuando estaba en plan Godzilla. Esto va más allá de cualquier cosa que haya visto hacer a nadie... y mira que llevo siglos a mis putas espaldas y mucho mundo recorrido. Incluso Zsadist se le ha acercado sin ningún tipo de segunda intención y ya es mucho decir. Le veo darse la vuelta y empezar a volver a ese basurero y frunzo el ceño. Les indico a los demás que lleven al grandullón con su hembra y yo le sigo, materializándome ante sus jodidas narices para pararle los pies.

—Oye, O'Neal —digo para llamar su atención, consiguiéndolo a duras penas—. ¿Dónde te crees que vas?

Joder si no he pensado que Rhage iba a arrancarle la jodida cabeza cuando se ha puesto ante la Bestia y, sin embargo aquí está. Ante mí, sin un jodido rasguño y, encima, ha tratado al hermano como si fuese de su familia. No es que me haga mucha gracia el hecho de que sea medio symphath, pero joder... ha ayudado a uno de los míos y eso se merece mi respeto y mi gratitud, aunque jamás haya querido dar ninguna de esas dos cosas a nadie.

Miro de nuevo esos ojos, jamás he mirado a nadie de la forma que miro a este vampiro y me siento fuera de lugar, yo no encajaría en ningún sitio fuera de esa maldita colonia.

—Te agradezco tu ayuda, pero será mejor que me quede aquí, espero que tu amigo se ponga bien y de verdad, nunca en mi vida he dado las gracias por voluntad...eres un buen tío, y por un momento me has hecho volar de esta mierda, pero seamos realistas ese mundo que tu habitas a mí no se me está permitido.

Me aparto y sigo mi camino, con los hombros caídos, derrotado y asqueado de tener que volver a lo mismo de antes. Seria castigado si alguien me había visto matar al rey, ya podía darme, no por muerto que sería lo más fácil, sino castigado por los siglos de los siglos que me vendrían de humillaciones.

Niego, sacudiendo la cabeza y me quito la gorra de los Sox que llevo puesta.

— ¿Sabes? No eres el único que está lleno de mierda. —Dejo que mis tatuajes se vean y le veo fruncir el ceño.

Sé que comprende lo que quieren decir y después vuelvo a colocar la gorra donde estaba—. ¿Toda la mierda que has pasado tú? Yo no puedo comprenderla, pero sé lo que es no tener absolutamente a nadie con quien confiar.

Le miro de forma significativa y chasqueo la lengua.

—Pero bueno, es tu decisión. Puedes venir conmigo ahora e intentar olvidarte de toda esta mierda para estar en un lugar en el que estarás protegido de estos bastardos por ley, o puedes volver ahí dentro y abandonarte a ti mismo otra vez a lo que sea que te hayan hecho. No es asunto mío, así que no te voy a preguntar qué cojones te ha pasado o te han hecho. Es tu elección.

Y que me jodan, pero como decida quedarse lo voy a secuestrar. Mis visiones están por algo.

Joder entendía con claridad los que esos tatuajes decían y por satanás si no sentí un frío helado colarse en mi cuerpo, cuando el vampiro me los enseño. Mucho odio tenían que haber sentido hacia ese vampiro para hacerle eso, pero yo no me extrañaba de nada, teniendo en cuenta lo que me habían hecho cuando era un crío. Pero había algo que ese macho si tenía que saber y lo iba matar tener que decírselo, pero no sabía dónde podía recurrir ahí fuera para mantener su lado symphath bajo control, si al final decidía irse con él.

—Hay una cosa que necesitaría, cada cierto tiempo, si decidiera irme contigo y como eres quien me ha ofrecido ayuda, necesito saber si puedo conseguirlo ahí fuera en tu mundo.

—Bueno, estoy seguro de que se podrá hacer algo al respecto —contesto, enarcando una ceja—. ¿Qué es exactamente "esa cosa" que necesitas?

Agache la cabeza, por primera vez en mi vida, ese sentimiento llamado vergüenza me abarco desde la planta de los pies, hasta mi cabeza y dolía, siempre lo mantenía a raya cuando me pedían algo sexual...pero ahora se trataba de hablar de ello sin más, como si fuera la cosa más normal del mundo y satanás sabía que no lo era. Tragué saliva varias veces, la boca se me había secado y mi lado symphath quería coger puesto, pero no lo iba a permitir, no en ese momento tan degradante.

—Para mantener a raya mi lado Symphath...necesito tener sexo, pero no el sexo llamado "normal —"coño que duro era ponerlo en palabras —necesitaría algo que se llama...amo y dominante, dolor y placer, en fin algo diferente, es la única forma de que mi otro yo no salga a relucir.

Lo miro algo sorprendido pero algo se enciende en mi cerebro. Es obvio que al macho no le resulta cómodo hablar de esto, al igual que tampoco lo es para mí cuando alguno de los hermanos se refiere a mis gustos sexuales. Hombre, fijo no he tenido a ningún sumiso, pero por alguna razón soy conocido entre los de mi raza precisamente por eso.

Carraspeo varias veces y fijo mis ojos en los suyos... o lo intento por lo menos.

—Como te dije, todo tiene solución. Dime cuándo lo necesitas, me ocuparé de ello personalmente.

No digo nada más, simplemente me doy la vuelta y empiezo a caminar. Sé que Tohr ha dejado el GTO de Rhage no muy lejos de la granja que usamos como cuartel general antes de venir aquí. Saco las llaves del coche y me vuelvo a girar para ver si viene o no.

— ¿Tenemos trato?

—Tenemos trato.

Y camine a su lado, nos subimos al coche y sonreí cuando puso a toda mecha esa música tan estridente y que jamás había oído. El tipo no pareció sorprendido cuando le dije lo que necesitaba y saber que él se ocuparía de la cuestión, aliviaba un poco mi mala leche por haber tenido que poner en palabras lo que la zorra de la reina había conseguido. Ni drogas, ni veneno, ni bebidas, tenía que ser con sexo. Como si ya no odiara el sexo lo suficiente, como para acabar tener que depender de el para poder controlarme y encima sexo duro.

Apoye la cabeza en el respaldo del sillón del coche y mis ojos se fueron cerrando, estaba cansado, agotado de vivir.

Lo observo por el rabillo del ojo y suspiro. La verdad es que... bueno, no sé exactamente por qué he tenido el jodido impulso de hacerle venir con nosotros. Es cierto que Wrath puede protegerlo, pero incluso así, no sé si le hará mucha gracia tener a otro medio symphath correteando por el complejo. Como si no tuviéramos suficiente con el Reverendo y Xhex. Ahora estoy añadiendo otro más al montón. Pero que me jodan... el tipo necesitaba salir de ese puto pozo y quizá estoy siendo el puto héroe del jodido siglo por esto.Sacudo la cabeza e intento concentrarme tanto en la carretera como en la música rap que tengo puesta a toda pastilla.Un sumiso... un sumiso medio symphath que necesita sesiones para mantener a raya ese lado chungo que le ha tocado tener. De puta madre. ¿En qué locura me estoy metiendo yo ahora mismo?

Ahí estaba de nuevo delante de la reina y sus bichos, desnudo de cuerpo y alma, nunca preparado para lo que esa arpía iba hacer conmigo, jamás preparado, pero lo mantenía oculto porque sabía que sería peor. Mi sonrisa complaciente, mis gestos sumisos y mi postura hacían creer a los demás que había abrazado por fin, después de tres años de palizas mi destino y nada más lejos de la realidad.Un sudor frío me empezó a cubrir, cuando esa mano huesuda me tocó y sólo entonces supe que estaba teniendo una pesadilla, esa mano era fuerte, cálida y lo zarandeaba para que despertara, y lo hice pegando un alarido de terror y faltándome el aire.

—!!Para el coche!!

Pego un volantazo y nos detengo en la cuneta. Pongo el freno de mano y abro ambas ventanillas para que entre el aire en el coche.

— ¿Estás bien? —pregunto, aunque la respuesta es más que obvia. No, no lo está. Desbloqueo las puertas por si quiere salir del vehículo y espero. Coño si no sé lo que es tener pesadillas un día sí y al otro, ¿por qué no?, también.

Salgo del coche en cuanto desbloquea las puertas y acabo de rodillas en la hierba, a cuatro piernas, con mis manos cerradas en puños, la cabeza agachada y metida entre los dos hombros e intentando respirar. Joder tenía que pasarme delante del vampiro, no debía haber cerrado los ojos, ni quedarme dormido. Coño es que nunca iban acabar esas putas pesadillas, jamás iba a librarme de su pasado. No quería llorar, llevaba siglos sin hacerlo y menos llorar delante de un macho, eso sería muy humillante.

¿Estás bien?...su pregunta le sonó a chiste, nunca en los siglos que le quedaran volvería a estar bien, nunca volvería a sentir algo más que no fuera asco de mí mismo, nunca volvería a ser digno de sentirme persona y no un trozo de carne a la venta para el placer de los demás.!!Nunca!!.Noté el líquido caliente correr por mi cara, antes de que la primera gota de sangre de mis ojos cayera sobre la hierba fresca.

Apago el motor y suspiro y abro la puerta del conductor y salgo fuera con calma, sacando un liado de uno de mis bolsillos mientras jugueteo con el mechero. Mis ojos se desvían hacia Butch y frunzo los labios. Jamás he consolado a nadie, ni siquiera a mí mismo. Me acerco lentamente y me apoyo en la carrocería, en silencio, sin saber qué hacer o que decir.

Una rabia que siempre había anidado en mi interior fue fluyendo sin darme cuenta...rabia por mi vida, rabia por mi dolor, rabia por todo lo perdido, rabia por mi familia, que me amo sin tener en cuenta lo que era y le costó la vida, rabia por tener que depender del puto sexo, rabia por esas lágrimas. Rabia por decaer delante de un guerrero, rabia por ser lo que era y quien seguiría siendo a pesar de ese amago de libertad...la muerte seria la única que me libraría de toda esa jodida mierda.Por el rabillo del ojo veo al vampiro apoyado en el coche, fumándose un liado y me desmaterializo delante de sus narices, sin darle tiempo a pestañear, le abro la chaqueta y cojo una de sus dagas, clavándomela en el mismo centro de mi pecho. Lo oigo maldecir en idioma antiguo, mientras caigo siento que una paz desconocida va apiadándose de mí, pero joder no quería que el vampiro se sintiera culpable. Que sentimientos tan contradictorios, por un lado la ansiada y querida muerte, por el otro no quería que el único que había querido ayudarlo sin pedirle nada a cambio, se sintiera mal.

Joder un tío que había pasado lo que yo, de alguna forma entendería porque lo había hecho.

—Hijo de puta —mascullo, importándome una mierda que la daga caiga al puto suelo. Lo atrapo antes de que siquiera caiga al suelo y le rasgo la maldita túnica de esclavo que lleva puesta para examinar la jodida herida.

Con la ropa hecha un ovillo le tapono la hemorragia y mis ojos chocan con los suyos—. Mira que eres idiota y cabezón —le recrimino, sacando el jodido móvil de mis pantalones y marcando el número de Tohrment. Será el único que no esté ocupado. Z estará con Bella esperando noticias del Reverendo, Rhage con su Mary después de la mega transformación, los reclutas intentando averiguar dónde cojones está Xhex y Wrath, ciego como está, ni de coña saldrá del puto complejo

—. Tohr —la estática empieza a sonar y mierda si no odio que ocurra esto cuando estoy en el maldito aparato—. Tenemos un GRAN problema, necesito que te materialices en el kilómetro doce de la ruta 22... No, yo no puedo conducir... El protegido ha decidido intentar tomar la vía corta de la vida. Sí, tal y como hizo quien tú sabes. Bien, date prisa.

Cuelgo y guardo el móvil.

—Será mejor que no te me largues ahora, mamón o te juro que iré a por ti al mismísimo infierno para patearte el puto culo, por imbécil.

Siento como unos brazos amortiguan mi caída al suelo, como rasgan mi túnica e intentan taponar la herida. La voz del vampiro se cuela y quiero sonreír ante su amenaza si se me ocurre irme al otro lado pero ese es mi deseo. De repente la oscuridad me envuelve y me veo en un hermoso prado y a los lejos una figura femenina, camino hacia ella y a medida que lo hago veo que es mi madre, corro hacia sus brazos y al abrazarme siento que he llegado a mi hogar.

—Tranquilo tahlly, tranquilo.

—Lo siento madre, siento todo lo que os paso por mi culpa.

No sé cuánto tiempo estuve en los brazos de mi madre abrazado y llorando como cuando era un niño lleno de inocencia y sin maldad. Me separó y cogiendo mi cara entre sus manos me hablo.

—Escúchame hijo, tu destino estaba escrito antes de que nacieras y el de nosotros también. Te encontramos en ese monte abandonado y no pudimos dejarte a tu suerte, siempre estuvimos muy orgullosos de ti y tus hermanos, tu padre y yo te seguimos amando, nunca te culpamos de nada, ni lo haremos. Has de volver, una gran vida y un gran amor te esperan. No es tu hora pero recuerda siempre estaremos contigo.

Mi madre se fue evaporando como humo y mi cuerpo se vio metido en un remolino, cuando abrí de nuevo los ojos, estaba en una mesa y rodeado de personas, joder desesperado busque al vampiro y no lo halle...el miedo de no saber que pasaba y de donde estaba me hizo querer levantarme de esa mesa, pero unas manos enormes y fuertes me lo impidieron. ¿Dónde cojones estaba? ¿Dónde está el vampiro que me ayudo? No me gustaba que me tocaran y se lo hice saber a esas personas.

—!!No me toquéis, no me gusta!!


Aparto a Rhage del camino. El jodido doctor humano había hecho que me quedara fuera y joder si no se había asegurado con el maldito guardaespaldas. Hollywood puede ser un bromista tocapelotas, pero si se le pide que guarde una puta puerta lo hace con todas las de la ley.

Entro justo cuando está gritando.

—Dejadle —digo tan calmadamente como puedo. Z y Tohrment se apartan de la camilla, sin embargo Manello sigue ahí plantado, observando al medio symphath, con esa sonrisilla tan característica de él. A tomar por culo.

No porque medio esté con mi gemela le voy a tener más simpatía. Al contrario—. Tú también doc —digo rezumando veneno en mi tono—. Necesito un momento a solas con él.

—Pero... —intenta disuadirme Tohr.

—A. Solas. Ahora. —Tanto Manello, Jane y Z van hacia la puerta. Fulmino a Tohrment con la mirada y finalmente me suelta:

—Y si...

—No llevo armas ahora mismo y los escalpelos están a buen recaudo, así que... largo.

Veo que T le echa una última mirada a Butch, suspira y se va con los demás. Me giro hacia él y me paso la mano enguantada por la cara.

—Me alegra de que estés de vuelta entre los vivos —le suelto con algo de sarcasmo, mirándole directamente a los ojos.

Cojo una de las batas de hospital y se la paso para que se cubra si lo necesita. Comprendería que lo prefiriera, yo tampoco dejo que nadie me vea desnudo.

—Lo siento no soporto que nadie me toque, no tengo nada en contra de esas personas, pero de la única forma que podrán hacer algo conmigo será si estoy inconsciente. Acepte la bata que me ofrecía y me la puse sobre mi sexo y lo mire.

—Además me puso nervioso no verte al lado mío, eres el único en quien puedo confiar un poco, pero tenías que haber dejado que me muriera, voy a ser un problema, además todos no van aceptar lo que soy y lo que he sido como tú lo has hecho. Sé que no voy a encajar ni aquí, ni en ningún lado vampiro.

Vi que la herida en el pecho estaba a medio coser, fui a tocarla, cuando la mano del vampiro me detuvo y me miro como advirtiéndome que de eso nada.

—Lo que menos ha de preocuparte ahora mismo es encajar —le contesto mientras aparto su mano—. Además, ¿qué habrías hecho? ¿Seguir con esa mierda de vida? No lo creo. Tu error fue que, al intentar suicidarte, lo hiciste ante mis putas narices y con mi jodida daga. Ahora apechugas. —Recojo el hilo y la aguja y le obligo a volver a recostarse—. Deja que lo haga yo.

No espero ninguna respuesta, me pongo manos a la obra intentando no estar demasiado cerca, no sea que se sienta intimidado o algo por el jodido estilo. Mi pulso es firme a pesar de lo medio cabreado que estoy, ya no solo por lo que este idiota ha intentado hacer, sino por el hecho de que no me hayan dejado estar con él durante la jodida operación.

—Mira, si una cosa tengo clara es que vas a encajar, más de lo que te imaginas, ¿vale? Déjame a los demás a mí. Por lo menos sé que hay uno que va a aceptarte. Dos contando con el Reverendo —digo señalando con la cabeza hacia la zona que tiene unas cortinas cerradas—. Preguntó por ti.

Bien, cojonudo, el Reverendo había preguntado por mí, sólo había dos posibilidades...la muerte o mi vuelta a la colonia, por mi puto bien esperaba que fuera lo primero. El vampiro siguió cosiéndome y esa calidez que sentía cuando me tocaba volvió, al igual que las palabras de mi madre y sonreí.Olvidar, jamás podría, me hicieron presenciar todas las herejías que le hicieron a mi familia tan solo por darme un hogar y amor. Amor, en la vida nadie podría amar a un puto, un gran destino, satanás su querida madre siempre le decía que estaba predestinado para algo bello, que ayudaría a la raza.Abrí los ojos y miré al vampiro, era eficiente, por lo que supuse que sabía de medicina, joder y lo había ayudado desde el momento que le pidió, le rogué la muerte.

—Lo siento vampiro, no pretendía hacerlo delante de ti, pero la rabia me cegó y me aproveche de tu confianza, lo siento de verdad. Te doy mi palabra de que no volverá a pasar.

—Eso es lo de menos —digo negando—. No eres el único que ha deseado dejar de existir, ¿sabes? —Acabo el trabajo de Manello y coloco el apósito en su lugar—. Sé que no volverá a ocurrir. Y tranquilo, Rehvenge sólo estaba preocupado por ti. Estaba despierto cuando te hemos traído. Habló en tu favor ante el Rey de la raza, igual que yo. Puede que seas medio symphath, pero también eres parte de nuestra raza, así que estás bajo la protección del rey por ley y porque él es más importante que esa panda de degenerados.

Recojo las cosas usadas y tiro las gasas sucias al contenedor de deshechos. Vuelvo a girarme hacia él y me apoyo en la camilla.

—Mira, no sé qué cojones te han hecho, tampoco me interesa preguntarlo. Hay algo que has de saber sobre mí. Tengo visiones, visiones referentes al futuro. No sé cuándo pasarán las cosas que veo, pero que me jodan si no he de hacer caso a lo que veo. Las consecuencias de ignorarlo pueden ser muy feas, así que te quede claro que si he decidido traerte ha sido por eso. Pero no te confundas, no quería que siguieras en esa cloaca de ratas. Incluso Z aprobó el hecho de que tenías los cojones bien puestos al enfrentarte a él como lo hiciste y, créeme, eso debería suponerte un gran halago por su parte. Él no soporta a nadie que no sea su shellan y su bebé. Tu pequeño secreto está a salvo conmigo, no te preocupes por eso y ese pequeño asunto que concierne a controlar tu lado symphath también.

—Sabes me alegro que el Reverendo se haya salvado, todos en la colonia sabíamos que no es como el hijo de puta de su tío. Y aunque jamás he tenido motivos para dar las gracias, te estoy agradecido por todo lo que has hecho por mí. No quiero quedarme en esta fría sala y necesitare algo de ropa, no pienso salir ahí fuera con esto puesto, el verde no me favorece.

Le había gastado una broma al vampiro, recordé cuando era solo un crío y siempre estaba de broma y haciendo travesuras, lo hacía porque era feliz. Y tal vez, solo tal vez me permití pensar en una nueva vida y en tener un poco de respeto por las personas que me rodeaban, eso estaría bien para variar.

Jamás, desde el momento que entré en esa maldita colonia supe lo que significaba esa palabra.

El vampiro tenia visiones y lo había visto en una, no quería preguntarle nada más, temía lo que podía haber visto y por otro lado me ayudo para que saliera de ese sitio, estaba en deuda con él para siempre.

— ¿Cuál es tu nombre?

—Vishous, pero puedes llamarme V —contesto mientras me acerco a uno de los pequeños armarios de la estancia. Lo abro y saco un par de pantalones y una camiseta. Normalmente lo tenemos aquí por si a alguno se le rasga la ropa o tienen que destrozársela. Vuelvo sobre mis pasos y dejo la ropa sobre la cama—. Te enseñaré dónde vas a quedarte —digo mientras me doy la vuelta para darle algo de intimidad.

Hombre, no quiero que se piense que soy un puto mirón. Con los hermanos pensando que soy un puto depravado ya hay más que suficiente, muchas gracias.

Lo veo alejarse y que mierda no lo quiero lejos de mí, cosa rara teniendo en cuenta que no soporto que me toquen, ya me habían manoseado demasiado en mi vida, pero por alguna extraña razón que no atiendo averiguar, no lo quiero lejos de mí.

—No te vayas Vishous.—Me bajo de la camilla y no tengo en cuenta la falta de sangre en mi cuerpo y un jodido mareo asalta mi cuerpo tambaleándome. El suelo está más cerca de mi cara de lo que me pensaba, cuando unos fuertes brazos detienen mi caída y vuelven a ponerme en la posición de antes y me apoya en la camilla. Bajo la cabeza y respiro lentamente.—Mierda vampiro tengo un grave problema, tengo que alimentarme o no valdré una puta mierda.

—Quédate aquí, ¿vale? No voy a ir a ninguna parte, sólo necesito hablar con el rey un instante —digo antes de asegurarme de que vuelve a tener el equilibrio de su parte—. Siéntate en la camilla y no hagas el loco.

Le veo asentir y me doy la vuelta, camino hasta la puerta y me encuentro con los demás hermanos y con Wrath fuera.

—W, necesitamos a una Elegida —digo sin ningún tipo de tapujo—. Si no se alimenta va a estar jodido.

—Bien, iré a hablar con la Directrix —asiente antes de que él y Beth se incorporen y abandonen la sala de espera.

No espero a que me avasallen a preguntas, vuelvo a entrar y les cierro la puerta en las narices.

—La hembra está en camino —informo, volviendo a donde el otro está.

—Gracias —joder no paraba de darle las gracias a ese vampiro.

¿Qué tenía? que no quería que se alejara de mi persona. Sería tal vez que las había pasado tan puta como yo o el simple hecho de que lo había ayudado, sin pedirle nada a cambio y eso sí que era una novedad en mi miserable vida. Fuera lo que fuera lo estaba necesitando cerca y eso no me estaba gustando mucho.Nunca había tenido un amigo, desde que entro en la colonia, no confiaba su vida a nadie cuando había una guerra y jamás daba la espalda a ningún ser viviente, salían espantados cuando veía las marcas de los diez latigazos en su espalda, como castigo a una pequeña rebelión, además del puto tatuaje.Lo mire y sonreí, sus ojos eran raros, pero los de Vishous lo eran más pero lo anclaban en ese nuevo mundo.

—¿Qué fue lo que vistes Vishous?

Síp, ahí estaba la pregunta del puto millón. Suspiro y me aparto un poco de la camilla.

—A los dos, luchando contra los lessers, espalda contra espalda —contesto. Es preferible no alarmarle con las sensaciones que tuve o los sentimientos que había en el aire. Joder, ni siquiera yo lo entiendo todavía, así que de momento eso que le acabo de decir es más que suficiente—. Por eso te dije que encajarías más de lo que piensas.

—Soy bueno en la lucha y no tendré ningún problema en echar una mano pero mi lado symphath me dice que hay algo más...algo que no quieres contarme.—No pudo contestarme, la puerta se abrió y apareció el rey, con su reina, el reverendo, con la mujer supuso lo mantuvo con vida en su sufrimiento y una bella dama que lo miro con dulzura.Me baje de la camilla, manteniendo delante de mi sexo la cosa verde que el vampiro me había pasado y postre una de mis rodillas en el suelo y agachando la cabeza rindiendo pleitesía al rey de la Hermandad y al Reverendo, éste se acercó a mí con sigilo.—Levanta, eso aquí no hace falta, aliméntate, cubre tu cuerpo y que Vishous te lleve al despacho, hemos de hablar. Gracias por lo que hiciste por mí cada vez que te tocaba ser mi guardián.Me levante y lo mire a los ojos.

—Siento no haber podido hacer más por ti Reverendo.

 —Fuiste el único que me ayudo, el único que tuvo una gota de compasión hacia mi, pero aliméntate, más tarde hablamos.

Miro a los demás y asiento antes de que vuelvan a salir.

—Si quieres que salga para que puedas vestirte, sólo dilo —le digo una vez los demás están fuera.

—No tengo ningún problema en que te quedes aquí mientras me visto, es más, abusando de tu confianza te pediría que no te alejaras mucho de mí, hasta que me haya acostumbrado a este mundo nuevo.—Me di la vuelta y un siseo acompañado de una maldición salió de la boca del vampiro, joder por un solo segundo me olvide de mi espalda marcada, me puse la camiseta, los pantalones y me di la vuelta sin atreverme a mirarlo a los ojos.—Puedes decirle a la muchacha que me va alimentar, que pase, por favor.

No puedo evitar maldecir al ver lo que le hicieron. Esos hijos de puta... Aprieto las mandíbulas y no hago ningún tipo de comentario. Asiento a su petición y voy a avisar a la Elegida para que pase. La hembra hace una pequeña reverencia al entrar y yo me dispongo a salir para dejarles algo de intimidad. La alimentación es algo muy personal, así que es mejor dejarles hacer a solas.Si encuentro a los cabrones que le hicieron eso, será mejor que huyan de mí o juro que no quedarán ni sus jodidas cenizas cuando acabe con ellos.

—Vishous preferiría que te quedaras, no sé cómo alimentarme sin tocarla y no sé si voy hacer capaz de tocarla, no quiero hacerle daño y necesito que me controles si me pongo agresivo. La alimentación en la colonia no era algo tranquilo o dulce. Coño me jode pedírtelo pero eres el único que dejaría que me tocara si la cosa se pone desagradable.

Bien. Vale. Vuelvo a cerrar la puerta y doy un par de pasos para permanecer cerca de los dos. Me cruzo de brazos y asiento hacia la Elegida que vuelve a inclinar la cabeza mientras se arremanga uno de los brazos para exponer su muñeca.

—Tome de mi vena, Sire —la oigo decir con esa voz calmada y melodiosa.

Por Satanás que estaba empezando a sudar y los nervios me estaban asaltando. Lo más suave que pude cogí su brazo y clave sus colmillos, empezando a beber, joder era pura, limpia, sin maldad y llena de vida. No sabía cuánto llevaba bebiendo, cuando mi temido lado Symphath fue apoderándose de mí, haciendo que el control que tenía fuera desapareciendo, con un rugido animal me clave con más fuerza en la vena de la muchacha y por mi jodida cabeza solo pasaba la idea de follarla brutalmente.

Acabo de acercarme al notar los pensamientos de Butch y pongo mis manos sobre sus hombros.

—Calmadito —susurro para que sólo él pueda oírme—. Relájate y deja tu mente en blanco, ¿cierto? Tú puedes controlarlo.

De entre mi lado Symphath,la voz del vampiro se fue colando, mientras me calmaba e intentaba que tomara de la hembra sin hacerle daño y por el mismo diablo que lo consiguió. Su voz hizo que volviera a pisar tierra y me tranquilizara, pudiendo terminar de beber sin hacerle daño a esa dulce hembra. Terminé de alimentarme y me lave la cara mientras el vampiro despedía a la Elegida, después de darle yo las gracias. Me di la vuelta y encare la mirada de Vishous, esperando algún reproche por su parte.

—Gracias una vez más, de no haber estado tú, no sé qué hubiese pasado, bueno si lo sé y te aseguro que no era agradable.

—No tienes por qué agradecérmelo —digo negando—. Era o eso o que la Virgen Escriba se nos echara encima. —Sonrío de medio lado—. ¿Mejor?

—Sí, gracias, ¿me acompañas al despacho del rey?—Te veo asentir y te dejo andar delante de mí. ¿Qué cojones significaría esa visión suya? ¿Y que había visto o sentido que no me lo quería decir?—Vishous, ¿qué más vistes en esa visión?

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