lunes, 8 de marzo de 2021

CAMPAMENTO...1ª by VISHOUS FATED


                                                                 CAMPAMENTO 1ª 


                                            


Me gustaría volver el tiempo atrás pero, ¿qué diferencia habría? El maldito tiempo es relativo y la mayoría de las veces cruel. Leía el diario de Darius a escondidas, sentado en el suelo de tierra aplanada y una pequeña vela sobre las rodillas.

Mi habitación era el último rincón de una de las muchas cuevas. Mis vestiduras harapos ya usados y viejos. Un cuero burdo y gastado al igual que mis viejas botas que no eran de mi número. En mi nariz, mientras leía, se mezclaba el sudor masculino y el olor ocre de la tierra mezclada con la sangre.

Cada bocanada de aire me hacía tragar ese infecto olor. Mientras hojeaba cada hoja un pensamiento fue atrás en el tiempo, en la época en la que no estaba en ese puto campamento. Solo era un crio de tres años cuando fui dejado aquí pero tenía imágenes dulces y olores cálidos que me llevaban a una habitación grande y llena de juguetes.

El cambio había sido brutal. Mi permanencia en este sucio sitio era como la perdida de una buena vida para entrar en el maldito infierno. Pasé de noches cálidas, estivales y perfumadas a un rancio y apestoso olor a muerte que se metía dentro de los poros de la piel. De la elegancia más fina y ropaje caros a vivir como un mendigo que tenía que golpear si quería agua y comida.

Hasta que tuve tres años tuve una infancia feliz y llena de luz y vida. Pero al llegar a esa tierna edad me propia madre me saco del confort y la tranquilidad a la incomodidad, los golpes y la intranquilidad. Ella me había abandonado a la entrada de la cueva principal sin mirar hacia atrás mientras yo lloraba y le gritaba “mahmen”

En cuanto ella desapareció recibí mi primera golpiza para que dejara de llorar y fui arrastrado a los brazos de una prostituta a la que se le ordeno que me alimentara con su leche hasta que pudiera trabajar y ganarme el pan. Esa primera noche fui atacado por unos niños y me arrancaron los caros ropajes y las botas relucientes además de un poco de queso y pan que la prostituta había robado para mí. Me dejaron desnudo hasta que el jefe llamado el Sanguinario me trajo ropa vieja y unas maltrechas botas, más una manta que tenía agujeros.

Mis ojos vieron cosas que la mirada inocente de un niño nunca debería de ver. La intimidad no era una palabra conocida y no existía en ese lugar. Se vivía como animales, como perros salvajes. No había modales y las relaciones sexuales se practicaban delante de todos los demás. Estaba prohibido saber leer y escribir, aunque yo si sabía porque me habían enseñado las mujeres que acompañaban a mi madre siempre. Lo demás lo aprendí solo y leyendo cuando por casualidad me topé con una cueva perdida donde había muchos libros.

Demasiado pronto aprendí abrirme camino golpeando e insultando para obtener algo que llevarme a la boca o poder taparme. Una pieza de jabón para bañarme en el rio. Una pequeña vela. O para evitar que me robaran la ropa y las botas. Cuantas veces solía leer y releer mi mayor tesoro en forma de libro llamado “Darius hijo de Marklon” y me preguntaba que le habría sucedido a ese macho. El tiempo me lo puso en mi camino y gracias a él deje de ser un paria y pude pertenecer a un sitio. Su muerte fue un duro golpe pero nos dejó un buen legado y una maravillosa reina.

Fui creciendo y aunque ya me sabía el diario de memoria pasado unos años me cogieron leyendo y los libros encontrados fueron quemados. Solo mi tesoro pude poner a salvo y esconderlo para que esos animales no lo encontraran nunca. Hoy estaba en manos de su hija. El único placer que tenía en ese basurero fue destruido como mi vida tal y como la había conocido.

Así fui creciendo.

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