domingo, 14 de marzo de 2021

CULPABLE...46ª


                                                                       CULPABLE.

                                                 




Butch y Vishous Fated.

Había pedido al rey que nos diera esta noche libre a mí y a Vishous. Habían pasado seis meses desde el emparejamiento y algo en él había cambiado. Nos hacía falta una noche solos y hablar pero ya llevábamos una hora en el Zero Sum y no había abierto la boca.

— Vishous.

— Mmmmm.

— Tenemos que hablar.

— ¿De qué?

— De lo que te pasa.

— Nada.

— Puta conversación de Besugos. ¡¡VISHOUS!!

—Te oigo sin que me grites — lo miré — quiero que me expliques porque no estamos luchando con el resto de los hermanos. No me hacía falta un día libre para hacer el vago.

— Cuando tú me digas que cojones te pasa desde que nos hemos emparejado. Has cambiado y has vuelto a tu modo isla.

— Así que se trata de eso — me eché hacia atrás y pedí otra botella de vodka. Guardé silencio hasta que llegó la camarera. Me serví un largo vaso y me lo bebí me puse otro— Sigues en mi cama y seguimos follando ¿qué ha cambiado?

— Tú. Tu actitud para conmigo. Tus silencios son oscuros y largos. Y el sexo sigue siendo bueno pero vacío. Además, ¿cuánto hace que no pasamos por el ático?

— Yo si lo he pisado.

Lo miré por encima del filo de mi vaso de whisky que me bebí de un trago. Dejé el cristal sobre la mesa e hincando mis brazos sobre la mesa me hice hacia delante. Mi voz bajo unos tonos y sonó amenazante cuando le hable.

— ¿Qué has querido decir?

— Sabes lo que he querido decir.

— Creí que había oído mal.

— No hagas un drama de esto. He calmado mis demonios con sumisos de pago y no contigo. Ya lo hacía antes de que llegaras a mi vida.

— ¡¡BASTARDO!!

— No me montes un número.

— Eres un bastardo cabrón — cerré el vaso vacío en un puño y lo hice añicos. Me importó una mierda las heridas. Aparté la mano de V de la mía ensangrentada — teníamos un pacto.

— No son eternos. Lo he necesitado para volver a lo de antes para demos…

— Demostrarte ¿qué?

— Que sigo teniendo el control de mi vida.

— ¿Te controlo yo?

— ¡No!...pero emparejarnos no ha sido muy buena idea.

Saqué mi cartera dejando un billete sobre la mesa. Enrolle una servilleta de tela en mi mano herida y me levanté cogiendo el abrigo. Salí por la puerta y me paré dando profundas bocanadas de aire. Rodeé el callejón y pasé del coche empezando a andar.

Mi puta boca había sido más rápida que la sensatez y la cordura. Se lo había soltado sin darle una explicación. Me levanté y lo seguí en silencio. Su cabreo flotaba en el aire y era un olor fuerte y potente.

— ¡Deja de seguirme!... ¡hijo de puta!

— Butch…

— ¡¿Qué!? —Me giré encarándolo — No quiero explicaciones. Ya lo has dejado claro.

— Me conoces joder. Nadie me obligó pero me he sentido acorralado. Metido en un círculo del que no sé cómo salir.

— Porque te conozco te lo pregunte mil veces. Te dije que me conformaba con tener tu nombre sin ceremonia alguna. Que no quería que te sintieras obligado por mí. Yo no te he metido en ningún circulo…yo te amo. Te doy tus tiempos, tú espacio, ¿qué más quieres de mí? He dejado mi vida, mis creencias atrás por ti y lo he hecho por el amor que te profeso y tú me largas que te arrepientes de haberte emparejado.

— Siento que tengo una soga al cuello y que el nudo se ha ido estrechando y me está asfixiando.

— Y decidiste que aislarte era más fácil que hablar conmigo…tu macho. Lamento que te sientas así pero ya no hay vuelta atrás. Pero te hago una promesa…vuelve a ese ático sin mí y te pediré un puto Rythe por haberme ofendido y mentido. Ten palabra y cumple lo pactado o haré que me lo pagues.

— ¿Quién cojones te crees que eres?

— ¡Tu macho! Y te exijo el mismo respeto que yo te tengo. Te juro por mi vida que si vuelves a ese lugar lo quemo contigo dentro y pagare a una prostituta para follármela mientras te quemas en tu infierno. Donde las dan las toman.

Me había marcado un farol pero me importaba una mierda. Saber que había utilizado a otros sumisos me había dolido y cabreado a parte iguales. Cada vez que conseguía llegar a él ponía distancia y yo tenía que levantar un puente para volver a llegar hasta su persona.

Le había hecho daño y mucho pero no podía ocultarle por más tiempo como me sentía y mis visitas al ático sin él. No me follaba a los sumisos solo los castigaba duramente y luego volvía a su lado. Necesitaba el control de mi vida como lo tuve antaño.

— Poli me siento culpable, si culpable porque no soy capaz de poner en palabras lo que siento o no sé si lo que siento por ti es real. Vinculado y emparejado no es sinónimo de eterno. He visto en mi raza parejas romperse y la culpabilidad de que nos pueda pasar me ahoga, me acorrala y no me gusta cómo me hace sentir.

— Vaya, vaya, mira que tenemos aquí dos hermanos de la hermandad sin el reto del equipo. Esta noche estamos de suerte.

Nos giramos y topamos con un nutrido grupo de ocho restrictores en busca de pelea. Nos iba a venir de cojones echar toda la mierda fuera a base de golpes. Nos pusimos uno al lado del otro. Echamos las solapas de los abrigos hacia atrás y sacamos unas dagas. Teníamos con nosotros un pequeño factor sorpresa. Me fui por la derecha y Vishous por la izquierda para dividirlos en dos grupos. Me planté ante el asesino que tenía más cerca y adopté la posición de ataque cuerpo a cuerpo. Tenía que moverme rápido.

Butch y yo teníamos una gran desventaja numérica pero eso nunca había sido un problema. Las pistolas hoy no servían estábamos muy cerca de la ciudad y de humanos. Delante de nosotros cuerpos moviéndose y eligiendo al azar cualquier cabrón para molerlo a golpes y matarlo con una daga en el corazón. Con mi daga en la mano izquierda lancé un gancho de derecha al que tenía enfrente. El golpe lo hizo caer inconsciente contra una de las paredes. Eché el brazo hacia atrás y clavé la hoja en el centro del pecho del hijo de puta. Uno menos.

El cabrón restrictor se abalanzó sobre mí y yo hice lo mismo. Por cosas del demonio había decido no tragar necesitaba la adrenalina que me daba matar. Me hice a un lado agarrando la muñeca del asesino. A base de fuerza lo apuñale por debajo de las costillas y luego en el corazón. A por el siguiente. Ambos estábamos concentrados en la pelea. Moviéndonos con extrema rapidez, usando manos y piernas y todos nuestros recursos.

Vi como el poli le rompía el cuello a otro desde atrás y luego le clavaba la daga en el corazón. Un golpe procedente de algún sitio me dio en el hombro lanzándome contra la pared mientras mi daga salía volando de mi mano derecha. En el último segundo me hice a un lado y acabo apuñalando la pared. Saqué otra daga y lo ataque desde atrás. Le di la vuelta y le escupí en la cara al tiempo que partía su corazón en dos. Saqué la daga de la pared y la guarde buscando nuevos objetivos.

Me fui a por otro cobarde que corría huyendo de la lucha. Ambos trazamos un círculo amplio en el suelo. Le propine una brutal patada por el cuello. Rodamos por el suelo. Me encantaba enzárzame en una buena pelea. El hijo de puta me servía del colchón mientras lo golpeaba con saña. Un cabezazo en la cara y le rompí la nariz. Levanté el brazo, preparé el puño y lo descargué con extrema violencia. Después daga en el corazón y me levanté a por otro.

El inconfundible ruido de un arma siendo martillada me hizo mirar hacia donde estaba el cerdo apuntando a Butch. Corrí hacia él en el mismo segundo que le disparaba. Mi pierna izquierda se dobló bajo mi peso y caí al suelo como un árbol talado.

Mi daga atravesó el aire hasta clavarse en la frente entre los dos ojos del cabrón que había disparado. Al ver caer a Vishous al suelo me fui contra el cerdo le quité la daga de la frente y se la clave en su apestoso y traicionero corazón. Me giré para ocuparme de mi macho y al hacerlo maldije gruñendo. El único restrictor que quedaba con vida había levantado a V del suelo y lo mantenía erguido sobre sus pies con una daga en el cuello y otra en el costado izquierdo. El muy cabrón me miro cuando clavó la daga profundamente en el costado. Gruñí.

— Despídete de tu amante. Le voy a rebanar el cuello como a un cerdo y veras como lo hago.

Empezó a abrirle el cuello con un tajo profundo. ¡Y una mierda! Con rapidez solté la daga que voló derecha al brazo que mantenía la daga en su cuello. Vishous cayó al suelo y corrí hacia el bastardo para clavarle la daga en el pecho. Caí de rodillas al lado de V.

Puta ostia me dolía la pierna, el costado y el cuello. Mi mirada vidriosa se topó con la del poli y tragué saliva buscando aire. Se rompió la camiseta y la cerró alrededor de mi cuello. Yo peleaba entre estar consciente y verlo y no entrar en la oscuridad.

Llamé al resto y en media hora Vishous estaba siendo operado por mi hermano y Jane. Di mi parte al rey en la misma sala de espera y al fin pude pasar. El cuerpo de V estaba desnudo bajo una sábana.

— Todo ha ido bien hermano. Le hemos sacado la bala, aunque ha costado porque la herida ya se estaba cerrando alrededor de ella. Hemos cosido la herida de su costado y la del cuello que a Dios gracia no toco ninguna vena importante. Estará unos en silencio pero eso no es problema para él.

— Gracias a los dos. — me quedé parado cuando salieron.

— Debes de alimentarlo Butch — me hizo notar Jane.

Estaba inconsciente así que no podría beber de mi vena. Me hice un tajo con mi daga en forma horizontal. Le abrí los labios y puse mi muñeca abierta entre ellos y su boca. Al principio no notaba que bebiera pero pasado un rato respiré aliviado cuando empezó a beber. Su cuerpo como el mío estaba lleno de marcas y moretones de la lucha pero al menos estaba vivo. Deje que tomara lo que necesitaba. No abrió los ojos en ningún momento pero al menos se alimentaba. Cuando acabo sellé mi herida y mientras el descansaba yo me di una ducha, comí algo y me puse un cómodo chándal para hacer guardia cuidándolo.

No podía abrir los ojos a pesar de que quería hacerlo. Me costaba tragar y hasta respirar. Oía voces entre ellas la de Butch. Me revolví bajo la sábana cuando el olor de la sangre de mi macho despertó una intensa sensación de hambre en mis entrañas. Salí un poco de mi sopor con un sordo rugido cuando su sangre se deslizo por mis labios. Mi instinto de supervivencia salió a la superficie y empecé a tragar con avidez. Mis colmillos se alagaron clavándose en la herida. Manjar de dioses lo que estaba bebiendo. Pero a pesar de todo se notaba un tenso silencio entre los dos por eso tal vez era perezoso en abrir los ojos y enfrentar lo que le dije en el callejón antes de la lucha.

2 comentarios:

  1. Muy,pero que muy bueno. Gracias por escribir asi y compartir. Sois unos crak. Bss.

    ResponderEliminar
  2. Muchas gracias Siomara. Es un lujo escribir para los demás y que lo disfruten.

    ResponderEliminar