jueves, 4 de marzo de 2021

EMPAREJAMIENTO...45ª


                                                                 EMPAREJAMIENTO.

                                               


Vishous y Butch Fated


Han pasado tres días desde la conversación con el rey y no había noticia alguna de mi madre ante la audiencia que el rey le había pedido.

— No hagas que me ignoras mirando las pantallas de tus ordenadores para no hacerme caso — saltó el poli en plan jocoso.

— ¿Quién eres? ¿No te conozco? —le respondo sonriendo.

— Muy gracioso — le tendí una taza de café cargado y oscuro acompañada de un beso ligero — No le des más a tu cabeza. La bruja no dará su brazo a torcer.

— Lo siento irlandés.

— No te preocupes.

Mi móvil sonó con un mensaje entrante y al abrirlo era Wrath que me pedía fuera a su despacho.

— Ya hay noticias. No tardo. —Salí bebiéndome el café deprisa y volé. Llegué a la puerta tocando.

— Adelante — la ladró el rey — pasa y siéntate Vishous.

— ¿Qué ha pasado?

— He hablado con tu madre y me pide vayas a verla antes de tomar una decisión y cito textualmente “a la locura de un emparejamiento entre dos machos y encima guerreros”

— De acuerdo aunque no me muero de ganas.

— Cuanto antes vayas antes tendremos repuestas.

— Gracias hermano.

Volví al Pit y le relate al poli. Entré en mi habitación, me vestí de blanco y me puse el collar de cuencas negras. Me presenté en el otro lado. Mi madre me esperaba.

— Bienvenido guerrero.

— Su Santidad.

— Tu rey ha llegado a mí con una propuesta sin sentido.

— Solo pido lo que es justo para mi macho.

— Sabes muy bien que está prohibido.

— Las leyes se pueden cambiar.

— Solo si yo quiero. Si accedo a esa locura quiero algo a cambio.

Como no, la muy puta siempre quiere algo a cambio, solo una vez no pidió nada. No ayudar por ayudar es su frase favorita. Todo lo que malditamente hace es con un fin.

— Escucho.

— Irás donde el Gran Padre tiene bajo su tutela a las Elegidas, elegirás a una y tendrás un hijo que pondrás bajo mi tutela.

Me levanté muy despacio con los puños cerrados a mis costados y el rictus marcado. Intentaba no prenderme como una antorcha e intenté hablar con tono neutral.


— ¡Y una mierda! No voy a tener un hijo para que tú juegues con él y con su vida. Y si el día de mañana mi hermana es madre no estarás nunca cerca de ese niño o niña. No has sido buena madre, no has sabido ser madre. Eres egoísta. A mí me dejaste con tres años en manos de un hijo de puta asesino miserable y a mi gemela la mantuviste cautiva por siglos. Me voy a encargar de que no te acerques a mis futuros sobrinos porque yo no seré padre en mi puta vida y eso entre otras muchas más cosas, te lo debo a ti. Y te puedes meter por el culo la ley para cambiar que me pueda emparejar con Dhestroyer.

— ¿Pasarás por encima de los deseos de tu macho?

— Si, si con eso evito que vuelvas a tener bajo tu manto un bebé y lo hagas un perro desgraciado de por vida.

— Vete guerrero.

Eso hice. De vuelta a mi habitación me cambié de ropa y volví al lado del poli.

— ¿Qué tal ha ido todo? Vishous.

— Jodidamente mal. Me pidió un hijo a cambio de la ceremonia.

— ¡Hija de puta! Bruja desgraciada. ¿No habrás aceptado?

— No…lo siento.

Abracé a mi vampiro.

— Está todo bien mi macho. Lo has intentado y con eso me vale. Lo haremos como hemos planeado y sin la ceremonia. Tú me tatúas tu nombre en mi espalda y Rhage y Z el mío en la tuya. ¿Cuándo lo hacemos?

— En tres días estamos fuera de rotación por descanso. Esa noche podremos hacerlo.

— Pues ya tenemos fecha para marcar nuestras pieles. Te amo.

Los tres días pasaron y al fin estábamos en el Pit con todo preparado para hacer nuestro propio emparejamiento.

— ¿Listo Butch?

— Ni se pregunta.

Iba a empezar a marcar mi nombre en su ancha espalda cuando unos fuertes golpes sonaron en la puerta metálica del Pit.

— ¡Abrir panda de descerebrados!

El rey estaba muy cabreado. Le abrí y entró formando un remolino de aire a su paso.

— Wrath…

— ¡Silencio! Todos. ¿Qué coño ibais hacer?

— Solo marcar nuestros nombres en la piel.

— Eso es pena de muerte. ¿Por cuánto tiempo creéis que lo podíais haber escondido?

— No nos importa. — le contesté muy tranquilo.

— Sois peores que niñatos malcriados y sin neuronas.

— Tienen derecho — dijo Z.

— Esa ley es absurda — terció Rhage.

— No me jodas. Ahora no solo tengo dos descerebrados sino dos paladines sin sentido común.

— Pero…

— ¡¡Silencio!! Sabéis que en esta maldita casa no se puede mantener un secreto y me alegro de haber llegado a parar este sin sentido que podría acabar con vuestras vidas…que no tenga que volver a gritar silencio. Su Santidad, la Glymera y el Consejo dan su permiso para que dos machos se puedan emparejar dentro de la ceremonia habitual. Poner fecha y se hará. —Se giró y antes de irse habló sin mirarnos. — Aprender de una puta vez que vuestro rey y hermano moverá cielo y tierra hasta conseguir lo que me hayáis pedido.

— ¿Qué te pidió a cambio? Wrath.

— Nada. Tienes mi palabra. La ley se cambiara en estos días y en una semana podréis poner vuestra fecha para la ceremonia. Enhorabuena.

— Gracias primo.

Bajo la cabeza en señal de respeto y se fue. Los cuatro lo celebramos. En unos minutos la noticia correría por la casa como la pólvora y el Pit se llenaría de gente dando las felicitaciones.

Por fin el gran día había llegado y yo terminaba de vestirme de blanco cuando tocaron a la puerta. Vishous ya me esperaba en el gran salón de las ceremonias. Tocaron a la puerta y entró Rhage.

— ¿Va todo bien poli?

— Sí. ¿Ya están listos todos?

— Si, sólo falta la novia…tú.

— Cabrón.

— Venga vamos. Nos están esperando. Felicidades irlandés.

Salimos de la alcoba y caminamos por el túnel hacia el gran salón. En la casa se respiraba mucha felicidad. Tuve que tragar saliva y respirar hondo cuando entramos en el salón. Rhage fue a colocarse con los demás hermanos que formaban una fila a la derecha. Mi hermano Manello y De la Cruz, estaban juntos a ellos a pesar de no ser unos guerreros. Las hembras con mis hermanas a la izquierda con Fritz que lloraba emocionado y detrás de él el resto de los doggens. Mis hermanos tenían un aspecto grandioso y magnifico. Vestían todos casacas idénticas negras y pantalones holgados del mismo color. A la cintura llevaban colgadas unas dagas negras con las empuñaduras cubiertas de gemas. Las hembras todas estaba bellísimas y con sus mejores galas.

Mi macho frente al altar de oro y plata magnifico y bestial. Me sonrío guiñándome un ojo y le sonreí. A su lado una figura vestida de negro que era muy conocida…la bruja de mi suegra.

Wrath se adelantó frente a mí.

— ¿Listo para empezar Butch?

— Ni lo dudes primo.

— Pues vamos hacer la presentación a la Virgen Escribana. Hoy comportate, muérdete la lengua o todo se ira a la mierda.

Asentí caminando hasta estar el rey y yo frente a ella.

— Su Santidad, este es Butch O´Neal conocido como Dhestroyer. Hijo de mi tío Malcon hermano de mi padre. Primo mío y familia por linaje de mi sangre.

— Acércate más Dhestroyer.

Me aproximé a la figura y me sentí inspeccionado como cuando yo chequeaba a los delincuentes que detenía.

— Virgen Escribana. — Vishous se colocó a mi lado.

— El macho a tu izquierda que es mi hijo te pide que lo aceptes como su nallum. ¿ Le aceptarás como propio si es digno?

— Si lo aceptaré.

— Guerrero te hago la misma pregunta.

— Si lo aceptaré Su Santidad.

— Este macho te respetará. ¿Darás prueba de tu valor por él?

— Lo haré.

— Guerrero te hago la misma pregunta.

— Lo haré Su Santidad.

— ¿Te sacrificarás por él?

— Lo haré.

— Guerrero te hago la misma pregunta.

— Lo haré Su Santidad.

— ¿Lo defenderás contra aquellos que pretendan hacerle daño?

— Lo haré.

— Guerrero la misma pregunta.

— Lo haré Su Santidad.

— Darme vuestras manos con las palmas hacia arriba. En contra de lo que había pensado al principio, esta es una buena unión. No exenta de algunos problemas que han de llegar y que solo tu Dhestroyer tendrás que enfrentar y solucionar…es una excelente unión y doy mi consentimiento para este emparejamiento entre dos machos de la raza.

Miré al poli y sin soltar su mano con la otra lo agarré por el cuello y lo atraje hasta mi boca para besarlo. Le murmuré al oído.

— Ahora viene lo mejor Butch.

— Lo estoy deseando Vishous. Quiero ser el primero.

— Pues adelante.

Nos volvimos a besar. Nos soltamos las manos. Di unos pasos hacia atrás dejando un hueco entre el altar y yo. Me quité el fajín y la camisa blanca que amablemente recogió Fritz que secaba sus lágrimas de felicidad con un pañuelo también blanco. Trajo consigo una mesa pequeña sobre la cual había dos cuencos de cristal llenos de sal, dos jarras de agua y dos pequeñas cajas lacadas en negro. Me arrodillo frente al altar y bajo la cabeza.

Wrath se detuvo a mi espalda.

— Dhestroyer,¿Cuál es el nombre de tu nallum?

— Se llama Vishous.

Con un sonido metálico el rey desenfundó su daga. Se inclinó sobre mi espalda desnuda y marcó con pulso firme la V. Le siguió Phrury con la misma pregunta y me marcó la I. El siguiente fue Rhage que marcó la S. Después Thor que marcó la H. A continuación se sumaron Qhuinn y Jhon que ya eran hermanos de la Hermandad. El primero me marcó la O. Y el segundo marcó la U. Y por último mi macho que marcó la segunda S.

Al finalizar el rey cogió la jarra de agua y la vertió en el cuenco de sal. Luego derramo el líquido espeso sobre mi espalda marcada. Aún sentía los hilos de sangre correr por mi espalda. Mordí mi labio inferior cuando la sal cayó sobre las heridas y mordió como un perro rabioso, pero todo estaba valiendo la pena. Mis músculos se contrajeron y yo sonreí. Mis hermanos gruñeron de aprobación. Wrath abrió una de las cajas y saco un pañuelo de algodón blanco. Secó la herida, luego enrolló la tela y la guardo con las cintas de mi linaje, plata y roja cerrándola.

— Levántate Dhestroyer. — Lo hice cruzando mis hombros, formando en un arco de letra antigua el nombre de mi macho. Mi primo me presentó la caja. — Lleva esto a tu nallum como símbolo de tu fuerza, así sabrá que eres digno de él y que tu cuerpo, tú corazón y tu alma están ahora a sus órdenes.

Cogí la caja y me dirigí hacia donde él estaba. Caí de rodillas ante él, incliné mi cabeza y le ofrecí la caja alzando mis brazos hacia su persona.

— ¿Me tomarás como tuyo? — le pregunté mirándolo a los ojos.

Acepté la caja.

— Si, te tomaré — lo levanté y apartando la caja un poco lo abracé con cuidado de no tocar la espalda herida y lo bese — Mi turno.

Dejé la caja en manos de Fritz. Me quité mi fajín y camisa. Me puse de rodillas frente al altar. Baje la cabeza y espere. El rey sacó su daga negra y se puso a mi espalda.

— ¿Cuál es el nombre de tu nallum?

— Dhestroyer.

El rey marcó la D. Phruy la H. Zsadist la E.Thor la S. Rhage marcó la T. Jhonn la R. Qhuinn la O. Y Butch la Y.E.R.

El dolor cuando derramaron el agua con la sal fue lacerante. Yo cerré los puños y sonreí ante el hecho de tener por fin su nombre entre mis omóplatos. Con el otro paño que había en la segunda caja limpiaron la sangre y el nombre marcado. Metió los colores de mi linaje oro y negro y la selló. Me la dio pronunciando las palabras. Fui hacia Butch,cai de rodillas,alcé los brazos y lo miré.

— ¿Me tomas como tuyo?

— Si, te tomaré.

Nos volvimos abrazar y besar mientras los hermanos iniciaban un hermoso cántico. Fritz se ocupó de mi caja mientras abrazado a la cintura de mi poli nos mecíamos al son de la canción. Altos y feroces guerreros que hoy nos ofrecían sus respetos con esa letanía hermosa cantada ahora en un solo que hacia Zsadist. Nos guiño un ojo. Para no haber tenido alma un largo tiempo cantaba como los putos ángeles.

Después empezó la fiesta. Nos pusimos las camisas pero sin los fajines y Fritz llevó las cajas al Pit. Observaba a mi ahora esposo, jodida palabra y lo veía feliz y riendo. El poli había aguantado con honor que le rajaran la piel y sin soltar un grito el ritual y eso me hinchaba de orgullo. Lo vi venir hacia mí con dos copas de vino. Me dio una.

— Felicidades esposo mío.

— Felicidades irlandés.

— Asusta la palabra.

— Un poco. Pero lo hemos logrado. Yo llevo tu nombre y tú el mío.

Le hice una señal con la cabeza y salimos dejando las copas sobre una mesa. Llegamos al Túnel y cerré con la mente la entrada desde la casa y la del garaje. Sin que lo esperara lo empotré contra la pared de cara. Rasqué su camisa y le bajé los pantalones hasta los tobillos. Doble mis rodillas y lamí con mi lengua mi nombre marcado. Sabía a sal y a l sabor metálico de la sangre. Le abrí las piernas con mi rodilla derecha. Escupí en mi mano desnuda y moje mi polla. Empujé mi capullo hacia su entrada y agarrando sus caderas me empuje hasta el fondo de su duro y estrecho culo.

— M…I…O…

— ¡Ostias!...para siempre mi vampiro.

Lo agarré por el pelo y eché hacia atrás su cabeza. Me clavé en su vena y bebí mientras entraba y salía con fuerza y placer de él.

La maniobra me cogió por sorpresa y mi piel se erizo cuando su lengua fue marcando su nombre letra por letra. Me dejé hacer porque lo deseaba. Y coño si dolió la embestida y sus colmillos perforando mi vena pero estaba siendo uno de los mejores polvos de mi vida a su lado y con él. Me separé de la pared colocando las manos en ella. Doblé el lomo y me empuje contra su polla.

Gruñía mientras bebía de su sangre y mi polla resbalaba por su culo. Tenerlo así me llevaba al mismo puto infierno para luego arrojarme al mismo paraíso. Era un maldito delirio agonizante que me gustaba y llenaba.

Mi cuerpo se tensó, mi orgasmo estaba muy a punto de tocar en la puerta y por la forma que ambos cuerpos sudaban, gruñían y gemían, el suyo también.

Me salí mientras soltaba su vena y le di la vuelta hasta tenerlo de frente. No hicieron falta palabras. Con solo mirarnos lo supimos.

Supe lo que quería con solo mirarnos a los ojos. Agarré las dos pollas en un puño y Vishous hizo lo mismo. Ladeé la cabeza y mis colmillos se clavaron en su vena. Lo pegué a mi todo lo que pude. Mi espalda con las heridas frescas gruño cuando chocó contra la pared pero me importó una mierda.

Los orgasmos llegaron juntos y sin un previo aviso. Pero antes yo había vuelto a clavar mis colmillos en las heridas ya hechas en su cuello. Fueron dos orgasmos seguidos que nos dejaron sin fuerzas y con el cuerpo tembloroso. Despacio saqué mis caninos y sellé su herida. El poli hizo lo mismo. Apoyé mi frente contra la suya recuperando el aliento, sonriendo y mirándolo.

Cuando por fin nos calmamos nos soltamos las pollas. Me agaché a subirme los pantalones y coger la camisa hecha jirones para limpiarnos las manos y los estómagos y pechos. Entramos en el Pit sonriendo. La camisa fue directa a la basura.

Fuimos directos a la ducha y luego a la cama después de cenar y beber algo.

— Tendremos que dormir boca abajo unos días poli.

— Lo he notado. Te amo Vishous.

— Yo…

— Tranquilo, sé que me amas. Algún día serás capaz de decirlo en voz alta.

El poli se quedó dormido enseguida pero yo me quedé pensando que mierda pasaría si ese dia no llegaba nunca. Volví a mirar a mirar mi nombre entre sus omóplatos y una maldita duda me asaltó pensando si había hecho bien luchando para que Butch tuviera su boda, porque eso era el emparejamiento entre nosotros.

Y lo más importante…que había querido decir mi madre con sus palabras tan negras.

2 comentarios:

  1. En cada capitulo os superais von creces. Este capitulo lo tiene todo y es sublime.Me encanta leeos. Bss.

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  2. Muchas gracias guapísima. Es un placer escribir para gente que disfruta leyendo esta historia loca. Besos.

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