domingo, 26 de julio de 2015

CARA A CARA...1ª



CARA A CARA

                                              



Vishous y Butch Fated

Mierda, de alguna manera Rhage y yo nos hemos separado al perseguir a varios albinos apestosos. Entro en un callejón semi-oscuro, donde con suerte podremos pelear sin que demasiado ojo curioso y humano meta las narices donde no debe y me preparo. Mi mano derecha reajusta el guante de cuero de mi mano maldita y tuerzo la perilla.

Premio gordo. Los tres que me han seguido son los que llevan más tiempo en la Sociedad Restrictora. Esta pelea será de todo menos limpia. Y, ¿eso de que en las películas los tipos malos van a por ti uno a uno? Olvídalo. Éstos, a la mínima que te despistas, te despellejan a lo vivo.

Los dos de delante se inclinan hacia delante y me preparo para la envestida. Ambos llevan sendas navajas en una mano. Claaaro. Hijos de perra. Menos mal que pasé mis putos veinticinco años en el jodido campamento y me enfrentaba a situaciones parecidas con los pretrans a la hora de llevarnos algo a la boca para no morir de inanición.

Los dos se lanzan a por mí y el tercero intenta dar un rodeo para pillarme por detrás y joder si no son hábiles los cabronazos. Esquivo un navajazo, pero el otro roza apenas mi costado.

—Bastardo —gruñó, estampando a uno de ellos contra una pared. Oh, cómo me gusta pelear a mano desnuda, joder. El otro intenta otro amago y le planto el pie en todo el estómago, sin embargo me he despistado y el tercero se sube a mi puta espalda. Joder... ¿Dónde coño está Hollywood?

Una noche más de mierda, la misma vida de mierda de siempre y la misma borrachera de siempre. Tengo dos putas opciones: una buena y vacía follada o una buena pelea. Salgo del antro y echo a caminar calle abajo, estoy llegando a la entrada de un callejón y voy a seguir de largo cuando al mirar hacia dentro veo a un tío enorme, tan ancho como un ropero de cuatro puertas enfrascado en una pelea. Chasqueo la lengua esa no es una pelea justa. Entro corriendo y le quito de un empujón al que tiene en la espalda y al ver que intenta levantarse saco mi glock y le disparo, me doy la vuelta y disparo a los otro dos, me planto delante del ropero y me mira con la sonrisa media torcida

—Espero que sepas pelear

Sorpresa la borrachera se me quita de golpe cuando veo a los tres cabrones en pie de nuevo, me pongo al lado del gigante y sonrió, esta noche toca una buena pelea.

Cuando iba a quitármelo de encima, veo entrar a alguien como un relámpago. Estoy a punto de gritar "Joder, Hollywood ya era hora" cuando me percato de que no es él. Que es un... Joder, ¿qué cojones hace un humano aquí? Mierda. Sin embargo... síp. El tío es bueno de cojones pero insuficiente. El olor a alcohol es evidente pero parece que al ver que los restrictores vuelven a levantarse se le quita de golpe.

—Yo que tú correría —digo, pero afianzas los pies en el suelo. Vaaale. —Tenemos a un humano cabezota. De puta madre. Tendré que despacharles pronto para borrarle la memoria al humano antes de que Rhage haga acto de presencia por aquí—. Ojos abiertos y atentos. Estos tipos no son como los que sueles enfrentarte y será mejor que dejes el arma a un lado. Con esa munición no les harás casi nada.

—De acuerdo ropero empotrado, soy bueno con los puños y en la lucha cuerpo a cuerpo —me posiciono y al lio, la glock detrás de mi espalda en el cinturón y puños en alto. De reojo vuelvo a mirar al tipo está pendiente de los resucitados, pero coño también de mí y eso no me gusta un pelo. Que cojones se pelear y no necesito de ninguna niñera. La adrenalina corre por mi sangre como un buen chute de cocaína, la cabeza despejada y la borrachera despejada y que coño una buena pelea mejor que un polvo que no me va a proporcionar sino el orgasmo del momento y poco más.

No es que me fie mucho. Después de todo estos cabrones son más rápidos que él, así que tendré que estarle encima. Joder. Por eso odio que los humanos se metan en asuntos que no les incumben. El primero de los restrictores se mueve y lo apreso por la garganta con mi mano buena.

— ¿Adónde crees que vas, mamonazo? Aún me debes la jodida raspadura de tu navaja, bastardo de los cojones. —Sin más lo lanzo a la pared que queda enfrente de mí, dejándolo atontado. Mierda. No puedo entretenerme, he de acabar pronto con esta mierda. Me lanzo a por él, mi mano se mete dentro de mi chaqueta de cuero y desenfundo una de las dagas, el no-muerto no es capaz de reaccionar a tiempo y hundo la hoja en su pecho. El estallido de luz que sigue no consigue distraerme de lo que pasa entre el humano y los otros dos.

Me quedo pasmado. Joder si no es bueno. Lanza una patada que da en la riñonada de uno y un codazo hacia el otro. Sus movimientos son toscos, pero es el típico tipo que suele buscar pelea en los bares o en las calles y hace mucho que estás metido en uno, el otro o ambos.

Mierda estos tíos raros son duros de pelar, pero qué coño hoy ando cabreado con el mundo y conmigo mismo y necesito desahogar la rabia que bulle en mi interior. Así que este capullo que resucita de las balas, luego pensare profundamente en el tema ya que según la biología y todo lo que cojones estudie, me dice, no mejor me grita que esos no es posible. Consigo tumbar al desgraciado con el que peleo y una milésima de segundo después tengo al ropero empotrado clavándole una daga, preciosa por cierto y más limpia que mi glock en el corazón.

Coño si no lo miro con cara de alucine cuando lo veo convertirse en arena, joder, esto ya no es ni normal, ni lógico. Agarro mi cruz y me presino. El otro resucitado intenta atacar y por inercia nos levantamos los dos al tiempo y le pegamos un puñetazo en la cara y otro en los riñones, cayendo al suelo como un fardo de patatas. Cuando vuelvo a mirar al ropero empotrado me fijo en los tatuajes que tiene en la sien izquierda, joder son bonitos. Me mira.

Sé exactamente lo que estás mirando y la palabra "bonito" que capto en tus pensamientos me hace rechinar los dientes. A la mierda. Voy a limpiarte esa memoria y adiós muy buenas. Me acerco al último albino y lo giro con la punta de mi bota de combate. Afianzo el agarre en la daga y la dejo caer sobre el corazón del restrictor. La tercera luz se disipa, dejando atrás solo las ropas de los bastardos. Revuelvo entre ellas para encontrar las direcciones de los tipos y sus corazones más tarde pero antes tengo que ocuparme de ti. Es una lástima, habrías sido un... Un momento, deja de pensar gilipolleces. Sacudo la cabeza un instante y nuestros ojos se encuentran.

Es la primera vez que alguien me la sostiene. Nadie en su sano juicio es capaz de hacerlo. Ni siquiera los humanos, pero tú lo haces y en este momento soy incapaz de percibir ningún tipo de pensamiento por tu parte.

Coño el ropero empotrado tienes, además de unos tatuajes, una mirada de cabreado, me la resopla, joder el tío es muy interesante —eh un momento eso lo diría una tía de mí, no yo de él, de un tío, pero joder si este ropero empotrado no me atrae como las polillas a una luz.

Dios bendito esos ojos son raros de cojones, el color no es normal, bueno nada en ese tipo vestido todo de cuero, lo es. Pero uno podría perderse en esa puta mirada resoplo y me digo que tales pensamientos son debido a la resaca.Me pongo en posición de ataque parece que el tío viene hacia mi dispuesto a clavarme la daga que lleva en la mano. De repente se para y se me queda mirando de una forma que si hubiese sido mujer me hubiese sonrojado de cojones. Aun así un cálido calor recorre todo mi ser. Esto es lo más extraño que me había pasado jamás en un callejón oscuro y después de una pelea de, no se quien cojones es este ropero empotrado pero no me causa ningún temor, es como si lo conociera de antes pero eso no era posible era un tipejo difícil de olvidar.

Enfundo la daga cuando llego frente a él e intento atontarte, mierda. ¿Qué cojones...? Siento mi ojo izquierdo dilatarse. El negro lo inunda por completo y me quedo absolutamente estático. Le veo a él, abrazado a mí. Estás vestido, sin embargo yo no y ambos estamos subiendo al Fade. Me tambaleo, empotrando mi hombro contra la puta pared de ladrillos. Joder...

Jadeo en busca de aire y da un paso hacia mí.

—Detente, humano —le digo entre dientes. Mierda santa. ¿Qué cojones ha sido eso?

Algo le pasa al ropero empotrado, se tambalea y cae hacia la pared de ladrillo. Con sigilo voy hacia él, coño, es solo para ver si está bien, me pone de muy mala ostia que me detenga cuando voy auxiliarle.

— ¿Qué coño te pasa tío? ¿Estás bien, necesitas algo? Te has puesto verde de repente y me preocupa… ¿No te habrán herido? Y abro los ojos como platos cuando veo que uno de sus ojos no está en su sitio y en su lugar hay un agujero negro, trago saliva.

Aprieto más las mandíbulas, cerrando los ojos. Siento como poco a poco mi ojo regresa a la "normalidad" Tu puta madre. Sé que esto tiene algún jodido tipo de significado y que no podré ignorarlo, pero tampoco puedo arriesgarme a llevarlo al a mansión de Darius. Wrath querrá mis... mi pelota en bandeja de plata. Pero dejarte aquí sin memoria tampoco es una jodida opción.

— ¿Cómo te llamas? —Mi voz es ronca y odio cuando esto ocurre. Carraspeo varias veces.

– Butch y antes de que me preguntes soy policía, por eso el arma. Oye ¿estás bien?... por cierto me preguntas el nombre ¿por qué piensas matarme y mandarle una corona a mi familia? no te molestes si me muero no le va a preocupar a nadie, bueno a casi nadie, mi compañero José te cortaría las pelotas y se las daría a comer a los perros de la calle, si me matas. Claro que no me voy a dejar matar sin presentar batalla —sacudo la cabeza— perdona hablo mucho cuando estoy nervioso y la verdad ahora lo estoy —trago saliva de nuevo y vuelvo a mirarle a los ojos, joder me gustaría saber que pasa por tu cabeza en estos momentos.

Una sonrisa ladeada curva mis labios. Es curioso. Si tuviera a Rhage delante taladrándome con su incesante verborrea, ya tendría mi mano alrededor de su garganta. Sin embargo, ese sentimiento no está cuando empiezas a parlotear como una cotorra. Hasta que mencionas lo de matarte. Eso me hace poner serio.

—No matamos humanos a no ser que sea por nuestra propia supervivencia... poli. —Niego. Será mejor que te limpie la mente ya. Vuelvo a fijar mis ojos en los tuyos y hago que ciertas neuronas se te desconecten, borrando cualquier recuerdo de la pelea y substituyéndolo por algo como que de la borrachera que llevabas te has caído desmayado en el callejón. Hago que entres en una especie de sopor y antes de que pueda darme cuenta estoy agarrándote para que no te hagas daño, dejándote sentado al lado de un par de contenedores de basura, fuera de miradas indiscretas.

Es en ese momento cuando aparece Rhage.

—¡Joder, Hollywood, ya era hora! —Va a abrir esa bocaza y le corto—. Larguémonos —le lanzo las tres carteras de los restrictores que me he cargado... con ayuda y salgo del callejón. Nos desmaterializamos en dirección a la primera guarida de los albinos.




















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