viernes, 31 de julio de 2015

ÉL NO...V. HERIDO...8ª



                                                             

                                                            ÉL NO...V HERIDO
                                   




Vishous y Butch Fated

El trayecto hasta la calle Trade ha sido de lo más silencioso, cosa rara teniendo en cuenta que Rhage iba en el maldito coche y que no sabe mantener el maldito pico cerrado ni debajo del agua, pero prefiero no hacer ningún comentario al respecto.

Aparco en un callejón a un par de manzanas del local y caminamos todos por la acera. Me aseguro de que el poli vaya a mi lado, en parte para vigilarle y para que no le salte encima a ninguno de los demás hermanos. Lo que nos faltaría ahora, una pelea en medio de la calle.

Cuando llegamos el portero nos deja entrar sin siquiera hacer cola y veo que el poli se cala aún más la gorra.

— ¿Miedo de que alguno al que has enchironado te reconozca? —pregunto mientras entramos y nos dirigimos a la mesa que solemos usar los de la Hermandad.

— Ya te digo amigo, aquí debe de estar la mitad, si no toda la mierda que he detenido más de una vez, por no decir las veces que el dueño ha sido investigado sin sacar nada de mierda, aun sabiendo lo que se cuece en este sitio, y sabes no me extrañaría saber que paréis por aquí porque el tipo sea de los vuestros.

Sonríes mientras caminamos hasta la mesa donde os sentáis, enseguida una amable camarera aparece para hacer el pedido de las copas y quedo sentado entre el guaperas de la pelea y V, el silencio me está matando, así que decido romperlo y ver qué pasa. Apoyo mis codos en la mesa y me hago hacia adelante.

— A ver tíos ¿no habíamos llegado al acuerdo de que no me ibais a ignorar? matarme, insultarme e incluso pegarme son opciones, ignorarme no lo es, entendido roperos empotrados.

Otro silencio que rompió las carcajadas del guaperas.

—Al cachorrillo hay que reconocerle que tiene huevos V y mucho valor o imprudencia.

Sonrío a medias y me recuesto contra el asiento.

—Hollywood, será mejor que dejes de llamarle así. El tío no parece gran cosa, pero da unas hostias que realmente duelen —digo medio en broma medio en serio—. Y lo digo con total respeto, poli —añado al ver que frunce el ceño.

Copio el gesto de V y me recuesto contra el asiento.

—No pasa nada V si soy tu cachorrillo, a lo mejor al guaperas le jode porque quería serlo el. Y sin modestia ninguna pego fuerte y con muy mala hostia, guaperas tócate el labio y recordaras.

A la carcajada del guaperas le sigue la del tío tranquilo sentado al lado del que me da un poco de repelús y aunque no sonríe su mirada es entre "te voy a matar y me haces gracia humano insignificante" bueno teniendo en cuenta que no hablaba eso era mucho.

—Lo dicho tienes cojones humano, pero me gustas.

Ahora fueron mis carcajadas las que se unieron a las demás.

—Créeme guaperas no eres mi tipo, tal vez en otra vida mamón.

Giro mi cabeza y te miro sonriendo.

—Creo amigo que deberías hacer las presentaciones de cómo se llaman para que recuerden que soy Butch.

Sonrío y suspiro.

—El "guaperas" como lo llamas tú es Rhage, también le llamamos Hollywood, el por qué es evidente, ¿no?

—Me ofendes, cabronazo —suelta el hermano, riendo por lo bajo.

—Como sea. —Sacudo la cabeza y señalo con ella hacia el que está a su lado—. Él es Phury y después está Zsadist o Z, que es el gemelo.

—Amigos un placer soy Butch o poli me da igual, pero no soy ni humano, ni cachorrillo, entendido.

Todos asintieron con la cabeza, todos meno Z, pero un brillo burlón acompaño sus mirada.

—Entonces también podemos llamarte mamón, cabronazo, hijo de puta, en fin nuestros motes de cariño—dijo el guaperas sin dejar de sonreír.

—Sin problemas yo uso los mismos motes para definir a mis amigos.

Estábamos riendo, cuando la camarera llego con las copas y detrás de ella, una hermosa y exuberante morena que me sonreía coquetamente, si señor era mi noche de suerte. Me bebí la mitad de mi copa y empuje a V para que me dejara salir, no hubo forma, así que empuje al guaperas que se levantó riendo.

—Tranquilo fiera, ya me levanto.

—Que te jodan guaperas.

—Eso te van hacer a ti ahora, joderte.

Cogí a la dama en cuestión de la cintura, mientras el guaperas reía y me dirigí hacia la zona de los baños.

Ni siquiera sé cómo cojones consigo mantenerme calmado al ver cómo esa hembra humana está intentando ligar con el poli. Intenta hacer que me aparte, pero ni de coña voy a dejarle hacerlo. Y me cago en la madre que parió a Hollywood cuando se aparta y lo deja salir de donde lo había metido yo.

Mis ojos siguen al irlandés de forma fija, disimulando mi cabreo mientras bebo de la copa que la camarera acaba de dejar frente a mí.

Me digo una y otra vez que así es como tiene que ser, que el humano no es de mi propiedad, que tiene una vida, que le gustan las tías, que lo que ha pasado entre nosotros hoy no volverá a repetirse porque... joder, soy un imbécil degenerado hijoputa y un puto egoísta de mierda. Síp, más o menos por eso.

Rhage se afianza a un par de hembras más y se va a algún puto rincón para calmar a su propia bestia mientras Z hace lo mismo para alimentarse. Phury no tarda en disculparse para ir a por sus dosis de humo rojo, apuesto a que está algo corto últimamente... Así que me quedo solo, comiéndome la puta cabeza porque no soporto la idea de que él esté en los putos baños con alguien que no soy yo.

—A tomar por culo —mascullo, tragándome el resto de la copa de golpe.

Coño no sé qué me pasaba pero a pesar de que la tía estaba cañón y era diestra con la boca y la lengua mi soldadito no presenta arma por completo.

— ¿Qué te pasa cielo?

—Debo estar algo cansado.

La belleza se sube y va derecha a mi yugular, a una de las heridas de las mordidas de V y entonces mi soldadito presenta arma debidamente.

—Ves amor es tocar el punto exacto.

No dije nada y cerré los ojos, al segundo los recuerdos de él y yo de forma íntima y las sensaciones me asaltan haciendo que mi soldadito se ponga más duro todavía. Estaba al límite de mi ganas de correrme pero eso no me lo producía la mujer, eran tus malditos recuerdos y como me he sentido cuando te he besado.

Con un poco de brusquedad la aparto de mi boca y la pongo de espalda apoyada con las manos sobre la puerta y de una embestida certera me hundo el ella. Siento que mi soldadito está a punto de volver a flojear, así que vuelvo a los recuerdos contigo y con tu nombre en la punta de la lengua y en mi cabeza me corro.

La mujer sale después de darme un buen morreo que no me dio ni frio, ni calor y yo me quede limpiándome y maldiciéndome por cómo me sentía: vacío, era lo normal, sucio era un nuevo concepto.

Salí de mala ostia del baño y sin decir nada me senté donde antes, pedí otra copa y apure lo que me quedaba en la que tenía delante. Te mire de reojo maldito cabrón, me había corrido con tu nombre en la punta de la lengua, dios.

Oler a la hembra sobre él sólo me provoca ganas de levantarme, agarrarlo y arrastrarlo a los putos baños otra vez pero para que recuerde quién le ha hecho sentir lo que ha sentido, para que sepa a quién cojones pertenece, para que se dé cuenta de que solo yo puedo hacerle ver la puta galaxia. "Mío". La palabra resuena en mi puta cabeza.

Aprieto las mandíbulas y mis dientes rechinan a causa de la presión que ejerzo sobre ellos. Hostiaputajoder. Alzo el brazo para pedirle a la camarera que nos sirva un par de rondas más y me mantengo en silencio. Si abro la puta boca lo que saldrá de ella será de todo menos palabras. El rugido que vibra en mi pecho está deseando que le dé una puta oportunidad para que salga a toda potencia.

Debería de estarme callado, pero mi bocaza no conoce ese término.

— ¿Estas bien amigo? Si sigues rechinando los dientes, te los vas a partir Sabes con uno que este cabreado más que suficiente, el mundo se hace pequeño cuando los dos estamos de mala ostia—toco tu brazo y joder si no me quedo alucinado, estás tan tenso que parece que se te vaya a romper—Vishous ¿qué coño te pasa?, echa un polvo tío a ver si se te pasa esa mala hostia cabrón.

"Ofrécete y sabrás lo que es un puto polvo," pienso mientras miro alrededor. Solo quiero largarme de aquí. ¿Volver a este antro? Antes muerto. O eso o vuelvo sólo para empotrar al maldito humano en uno de los jodidos cubículos del jodido baño para hacerle morder cada gemido en forma de mi puto nombre.

—Estoy bien. Es solo que no me gustan estos sitios —digo entre dientes mientras llevo la nueva copa a mi boca y le doy un trago largo. Me reclino contra el asiento para que la luz no dé a mi rostro y observo a la multitud del local y a los que se restriegan en la pista. Veo a la zorra que se ha llevado a mi poli a los baños y siento la necesidad de enseñarle los putos colmillos.

Puta mierda.

—Y una mierda V, si tú estas bien yo he tenido el polvo más alucinante de mi vida—-hago una pausa para tomar un trago de mi copa—y no ha sido así, casi no me empalmo y tengo un gatillazo de no ser... —Alto Bucth para de largar o lo vas a emputar más todavía de lo que esta, se hacía necesario un cambio de tema, en ese momento y ahora mismo.— ¿Dónde están los dem...

No había acabado la pregunta cuando los otros fueron llegando corriendo, guaperas fue quien hablo.

—V, talcos dos callejones más abajo, aviso de Z y está solo.

Andando había que patear culos, me di cuenta que aun cabreado como estaba no echo a correr hacia la salida hasta que estuve a su lado. El guaperas pago las copas y salimos en el momento que Phury se nos unía en la carrera hacia el susodicho callejón de los cojones. Lo dicho mi noche de suerte, copas, polvo y pelea, las dos primera no me habían dado ningún alivio, esperaba que la última sí.

"¡Genial!" Al menos podría calmar los putos demonios de mi maldita existencia con algo de sangre negra albina. Joder. Llegamos al maldito callejón y nos encontramos con que son más de los que Zsadist es capaz de sobrellevar solo. Hijos de puta.

Saco mi Glock, quito el seguro y le disparo a un par en la cabeza. A tomar por culo si se oyen los disparos. Butch ni siquiera se para a pensarse las cosas dos veces. Imbécil con jodido complejo de héroe... Carga con las manos desnudas a los dos que tienen medio acorralado a Z y se los lleva por delante.

— ¡No te pases de listillo, poli! —le grito mientras desenfundo una de las dagas y se la clavo a uno en el pecho.

Oigo cómo un arma de fuego es amartillada y me giro en redondo. Ah, no, cabronazo, lanzo la daga que le corta la puta mano—. Ni lo pienses, mamón.

Me materializo donde el tipo y recojo mi daga y estoy a punto de clavársela en el jodido pecho cuando el muy cabronazo me da una patada trapera en la entrepierna.

—Hijoputa —mascullo, dándole un puñetazo en la cara antes de apuñalarlo.

Cuando llegamos al callejón los cabrones tenían acorralado a Z y a pesar de que peleaba como un jabato, eran muchos para él solo, así que sin pensármelo me lanzo a por los dos que están machacando a Z.

Joder entre más se lleva uno por delante más aparecen, por el rabillo del ojo veo que los demás están igual y al buscar a V veo como uno de ellos le da una patada, que debería estar prohibido darla en ese sitio. Sigo a lo mío cuando lo que realmente me nace es ir en busca del ropero empotrado, mierda tengo una mala sensación, un puto presentimiento como el que tuve cuando vi a mi hermana subirse a ese maldito coche.

Joder Butch aparta esos pensamientos y céntrate en lo que tienes delante, mañana seguramente no me pueda mover de la puta cama.

Por el rabillo del ojo sigo los movimientos del poli. Lo último que me faltaría para rematar la jodida noche de mierda que llevo sería que volvieran a herirle. Me deshago de otro talquito de los huevos y estoy a punto de girarme para buscar a Butch cuando veo algo que no me gusta para nada.

Uno de los restrictores se ha apartado de los demás y presiento que está tramando algo. Sigo su mirada. El humano. Mierda. Voy a por él y le veo sacar una pistola.

—Hijoputa ni se te ocurra. —Retraigo el labio superior, mis colmillos se alargan mientras el rugido que llevo esas últimas dos horas conteniendo sale a toda potencia, sin embargo no consigo prever lo que estaba a punto de hacer el cabrón y cuando estoy a punto de alcanzarlo se gira hacia mí apuntándome y el "bang" hace eco en todo el puto callejón. Mi mano suelta la maldita daga y va a la jodida herida. Cinco centímetros más a la izquierda y no lo cuento, joder...

Mi rodilla acaba chocando contra el puto suelo junto con mi mano.

No me hiso falta darme la vuelta para saber que el puto disparo se lo había llevado el ropero empotrado, el rugido y la punzada de dolor en el pecho, la misma sensación que tuve cuando supe lo sucedido a mi hermana. Dios quería correr hacia él, pero un puto albino no me dejaba, de repente en mi mano derecha había una daga, Z la había puesto para que matara al hijo de puta que no me dejaba ir hacia el vampiro, hacia mi amigo.

No me lo pensé se la clave y corrí hacia Vishous, el hijo de puta que le había disparado estaba caminando a su vez hacia él, joder yo tenía puntería con las pistolas, aunque bien pensado debía ser parecido, apunté y se la lancé, bingo. Una milésima de segundo después estaba junto a él, estaba de rodillas en el suelo, con la mano enguantada sobre el pavimento, la otra no sabía dónde y los hombros encorvados hacia dentro, con la cabeza agachada.

—Eh ropero empotrado soy yo el poli, coño ¿dónde te han disparado?

Ni hablo, ni se movió, me arrodille y con cuidado lo tumbe de espaldas y entonces vi donde estaba herido, hostia puta un poco más y se hubiese ido a tomar por culo, rompí mi camiseta, rasgué la de él e intente taponar la herida con las dos manos.

—!!Guaperas necesito ayuda, joder V herido!!

No sé qué fue lo que paso cuando grite eso, sólo sé que en menos de dos segundos todos los albinos estaban muertos y los demás nos rodeaban

—Coño poli, déjame ver la herida.

—No lo toques, trae el coche joder y decirme donde hay que llevarlo, pero no lo toques, yo me encargo de él.

El vampiro que se hacía llamar Phury medio entre los dos.

—Ve a por el coche, esto no tiene buena pinta, corre. Poli tranquilízate, tú te harás cargo de él, pero déjame ver que tenemos, somos diferentes a los humanos y es por su bien

Lo deje que viera la herida y su cara dijo lo que su boca no pudo. El ropero empotrado se moría.

Síp, bueno. Quién iba a decirlo, ¿no? Abro los ojos lentamente y miro al frente. Phury está cerniéndose sobre mí, revisando la puta herida de los cojones que no deja de sangrar. La hostia, ni que hubiera perforado una puta vena que no es así porque lo notaría.

Mis ojos se desvían a un lado, hacia el poli. Ya, bueno, está de suerte. Ahora podrá tener una jodida vida normal, o eso o los hermanos decidirán deshacerse de él en cuanto haya llegado al puto Fade. La madre que parió a ese puto albino, pero era o eso o que matara a Butch y como dije: antes muerto que ver que algo le ocurría. El instinto de protección fue superior al de autosuperviviencia.

—Poli... —Joder, mi voz es como una maldita lijadora. Ronca como un no sé qué pero me da igual, necesito tenerle cerca, decirle lo que vi y que se lo diga a Wrath. Necesitan saber lo que yo solo puedo suponer que es, mierda.

—Cállate ropero empotrado guarda fuerzas lo que vayas a decirme puede esperar, porque te juro por dios que como estés pensando en morirte te romperé la crisma, haré un pacto con el mismo Lucifer e iré a buscarte para patearte el puto culo de chulo que tienes.

El guaperas llego con el coche y me ayudaron a llevarlo hasta el, me acomode detrás con V entre mis brazos, lo apreté a mi todo lo que puede quería que mi calor lo mantuviera vivo hasta llegar al puto hospital.

Ellos, sus hermanos llevaban la voz cantante en eso, yo no tenía ni idea, pero no en estar con él, eso estaba claro yo era su amigo, yo debía estar cerca de V. No sé cuánto tiempo había pasado hasta que llegamos pero en honor al guaperas había corrido como un buen corredor de carreras de coche. Cuando llegamos lo pusieron en una camilla y lo entraron dentro, una enfermera fue a prohibirme el paso y eso sí que no.

—Vera señorita no quiero problemas pero yo voy donde va mi amigo y me da igual lo que usted y los demás digan.

Salió el médico, un tío que no me gustó nada y que me recordaba al hijo de puta de mi jodido padre.

—No lo quiero aquí y lo sabéis, cada vez que viene hay problemas.

—Escúchame si tienes algún problemas llamas a Wrath, pero hay un acuerdo y lo tienes que respetar—Phury se había interpuesto entre el jodido médico y yo.

—Está bien pero que alguno entre con él.

—No se preocupe por eso matasanos, yo lo hare.

Por mis huevos que si ese tío le hacía daño a V me lo cargo sin importarme nada más.

Lo único que acude a mi mente al escuchar la voz de puto pito de Havers es que ojalá y se achicharre con mi puta mano. Eso o que se le atragante la polla del Leahdyre del Consejo de Princeps de la jodida glymera de los huevos.

Siento a Butch a mi lado aunque apenas oigo nada a estas alturas. Siento la imperiosa necesidad de dejarme arrastrar por la oscuridad que se cierne sobre mí pero cuando estaba a punto de dejarlo sobrevenirme, siento la cálida mano del poli agarrando la mía buena, apretando con fuerza. Dios, ¿por qué es prácticamente lo único que me ata a este lado?

Me pego a ti como una lapa y como no sé si me estás oyendo cojo tu mano y la aprieto fuerte, no pienso soltarte hasta que vuelvas a hablar y a decirme alguna de tus barbaridades.

—Escúcheme bien como haga algo que no me guste, como mi amigo no respire sin motivo aparente o como se muera, usted maldito hijo de puta estirado ira detrás y apuesto mi culo que nadie ira a buscarlo al infierno.

Vi como Phury entraba a la habitación.

—Havers, Wrath al teléfono.

Se apartó para poder hablar con intimidad y Phury se acercó a mí.

—Tranquilízate no lo dejara morir nos teme demasiado poli, pero no le quites ojo.

—Lo hare no te preocupes.

El medicucho empezó a trabajar después de devolverle el teléfono a Phury y de que saliera de la habitación. Yo no le quitaba ojo mientras apretaba fuertemente su mano, quería que supiera de alguna forma que estaba con él y con la otra acariciaba su pelo, era como seda entre mis dedos.

Es extraño como la presencia de alguien es capaz de calmarte hasta el punto de que la persona más pesimista y negativa del mundo, alguien que ha perdido la fe en el mundo en el que vive y en las personas que le rodean, es capaz de dejar todo a un lado por una persona que se mantiene a tu lado y que hace lo que nadie en mi maldita vida de mierda ha hecho.

Apenas siento lo que el matasanos está haciendo, pero sí que siento al poli y me siento mal por el hecho de que le he tenido que sacar de su vida para meterlo en este circo de locos. Ojalá nada de todo esto hubiera pasado, él no se merece que alguien como yo sienta lo que sea que siento por él.

El puto doctor había terminado y me dijo que salía a ultimar lo de tu alimentación con Phury, me importa una mierda lo que comas, lo que quiero es que abras esos ojos y me mire de una vez, que me des un puñetazo, coño lo que sea pero ya.

No sé cuánto tiempo llevo pegado a su cama con su mano sin guante entre las mías y mi cabeza apoyada en ellas, joder voy a llorar como una nena si no abres esos ojos de una maldita vez.

Phury volvió a entrar y se acercó a mí.

—Porque no te echas en el sofá, te despierto en cuanto abra los ojos.

—Descansare cuando esté en la habitación conmigo.

—De acuerdo como quieras, estamos todos hay fuera, han llegado Wrath y Thor.

—Os avisare.

No sé si me quede dormido pero me despertó una caricia en la cabeza y me espabile cuando el calor de tu mano no llego a las mias.Levanté la cabeza de tal forma que por poco me rompo el cuello y vis tus hermosos ojos brillantes mirándome, esta vez deje que las lágrimas salieran mientras me levantaba, agarraba tu cabeza entre mis manos y te besaba.

Hace como media hora, por lo menos, que me he despertado y lo primero que he visto ha sido al poli sentado en una silla y apoyado sobre la cama, aferrando mi mano derecha —la buena, vamos— mientras parece haberse quedado dormido.

Joder, si no me he ido ha sido por él, porque me ha mantenido con los pies sobre la tierra, literalmente hablando. Mi mano enguantada se mueve sola y aterriza sobre el cabello castaño del poli, apartándoselo del rostro para después seguir acariciándolo. Mierda si no le debo un gran favor ahora. Se despierta y me mira y el corazón se me encoge cuando empieza a llorar para después inclinarse y besarme.

Me quedo estático, sin saber qué cojones hacer conmigo mismo o con ese gesto tan jodidamente espontáneo.

—Poli... —digo contra sus labios, intentando captar su mirada—. Eh, estoy bien, ¿qué pasa?

Apoyo mi frente en la tuya, me gusta este gesto, se lo hacía a mi hermana Janie y terminábamos por el suelo muertos de la risa, respiro hondo y no puedo contener las lágrimas que salen de mis ojos.

—Tú no, ropero empotrado, a ti no podía perderte, no podía pasar por esto de nuevo y menos con alguien que me importa hasta el punto que daría mi vida por ti si fuera necesario, tú no Vishous, tu no maldita sea. Júrame que estas bien, júramelo mamón o te pateo ese culo de chulo de playa.

—Eh, en serio, estoy bien. O lo estaré. No te preocupes. —Hago que me mires y te quito la gorra de los Sox para poder ver tus ojos con más claridad—. Contigo no hay manera de largarme en paz al otro lado, mamón, ya lo sabes, ¿no? Eres lo suficientemente tocapelotas como para hacer que me cierren las putas puertas del Fade.

Dios el alivio de ver y oír que está bien hace que el aire que retenía saliera de mis pulmones, joder gracias al cielo o al infierno seguía conmigo dando por saco. Cuando me quito la gorra y me miro, las lágrimas cesaron y le sonreí, cuando lo oír de su boca que estaba bien mi sonrisa se ensancho aún más.

—Es que no les gusta tu fea cara en busca de una tía siliconada y tonta. No tengo ni puñetera idea de lo que es eso del Fade, pero lo buscaría o se lo sacaría a hostias a los demás roperos empotrados e iría a sacarte de ese sitio a base de puñetazos. Tú lugar maldito cabrón es aquí conmigo, quitando a José, mi antiguo compañero, jamás he tenido un amigo y ahora que te encontrado no te voy a dejar largarte a ninguna puta parte, a no ser a la habitación que compartimos—cierro los ojos y respiro hondo, vuelvo a mirarte—y hablando de capullos con complejo de héroes, la próxima deja eso para mí.

Hubo un silencio para nada incomodo, me agache te di un ligero beso en los labios y me calce de nuevo la gorra.

—Voy avisar a los hermanos de que has despertado.

Joder si la boca no se me abrió como un buzón cuando al abrir la puerta, vi lo que vi. Todos los hermanos estaban ahí y más de uno abrió los ojos cuando oyeron abrir la puerta de la habitación, estos tíos serian lo que serían: vampiros, guerreros, hijos de puta con muy mala leche, pero nadie les ganaba en cuanto a lealtad, honor y amistad, no en vano se llamaban hermanos entre ellos.

—Está despierto.

Uno a uno fueron entrando en el cuarto y yo me quede fuera apoyando mi culo en una de las paredes, cerré los ojos dando gracias porque hubiese salido de esta, cuando un olor a Océano llego a mi nariz. Marissa llegaba hasta mí con una muchacha muy guapa y de aspecto muy dulce, tanto que por su postura, sus ropas y la dulzura que desprendía podría ser una monja.

Le veo salir de la habitación y me odio al pensar que es justo lo que no quiero que haga. Los hermanos van entrando uno a uno. Apuesto a que se han pasado por el forro de los huevos las órdenes del matasanos de Havers y eso me complace. Que se joda el estirado hijo de perra de la glymera.

Rhage me da un golpe simpaticón en el hombro y los demás asienten.

— ¿Tanto te importa el humano? —suelta Z, cruzado de brazos y apoyado contra la pared que queda al lado de la puerta.

—No es que me importe —digo mientras intento sentarme. Rhage hace lo que debe y coloca las almohadas para que esté más cómodo—, es que tiene que estar con nosotros, es importante... para esta guerra. ¿Cómo lo sé? Ni puta idea, pero es lo que he visto.

— ¿La visión que me contaste? —pregunta Wrath, sé que está frunciendo el ceño y yo niego

—Tuve otra. Él... no es del todo humano o eso es lo que creo. Le vi, Wrath. Le vi. Tenía colmillos y era enorme. —Niego y me paso una mano por el rostro—. Aún no sé qué significa. Estaba rodeado de oscuridad y... yo me acercaba a él con mi mano maldita descubierta. Después de eso me he negado a seguir viendo qué coño pasa.

El silencio que cae en la habitación es sepulcral.

— ¿Crees que...? —empieza a preguntar Phury.

—Ni de coña, ¿vale? Jamás. ¿Lo de hoy? Créeme, lo volvería a hacer. Antes... —mi tono de voz baja varios tonos — antes me corto la puta mano y me dejo abrasar por el puto sol.

—Hola Marissa.

—Hola Bucth, no he venido antes porque supuse que querrías estar solo con el hermano Vishous, además tenía que esperar por la Elegida.

—No pasa nada preciosa, no sabía que trabajabas aquí.

—El médico que lo atendió, es hermano mío de sangre, de nacimiento.

Estaba bien jodido, le gustaba esa mujer y su posible cuñado era el hijo de puta del médico, al que había amenazado. De puta madre. Pero por V volvería hacerlo que mierda.

—Necesitaría saber cuándo me lo puedo llevar a la casa, no quiero que este aquí más de lo necesario.

—Hablare con mi hermano, pero ahora Layla tiene que alimentar al hermano Vishous.

Ehhhhhhhhhhh alto ahí, ¿cómo que alimentar al ropero empotrado?

— ¿Me estás diciendo Marissa que V beberá de esta mujer?

—Todos lo hacen cuando caen herido, deben alimentarse para regenerarse y curar más rapido.Será mejor que esperes aquí.

—Y una mierda, yo no me quedo.

Por mis pelotas iba a dejar al ropero empotrado con esa tipa y bebiendo de su vena como lo hiso de la mía. De repente el sentimiento posesivo hacia mi amigo volvió a mí con todas las fuerzas y de forma incontrolable.

Los suaves golpes en la puerta hacen que gire la cabeza hacia ella y veo aparecer a una de las Elegidas seguida de la perra relamida ex shellan de Wrath y Butch. Mierda puta. ¿Tengo que hacerlo ahora? ¿Así?

—Yo la llamé —dice Wrath y sé que me mira con dureza—. Tienes que recuperarte y no hay sangre más pura que la de las Elegidas.

Deputamadrehijoputademierda, pienso cerrando los ojos un instante.

—Tengo otras formas de conseguir sangre —digo entre dientes y el cabrón del monarca se yergue en toda su puta altura.

—Lo harás ahora. Necesitas sangre ya. Perdiste mucha de camino aquí, así que o lo haces por las buenas o lo harás por las malas.

—Es mi elección —le gruño.

Cojonudo, pero que muy cojonudo y que se supone que debo hacer yo. No entiendo nada de sus costumbres pero he pillado al vuelo que se tiene que alimentar por toda la puta sangre que perdió de camino al hospital, pues que lo haga.

Y una puta mierda, además él tampoco quiere hacerlo, es el ogro quien lo ataría si fuera necesario, me permito sonreír cuando me imaginó al ogro tapándole la nariz a V y metiéndole la sangre a borbotones en la boca.

Para Poli que te pierdes con tu imaginación, pero si no hacia eso, se iba a volver loco, no le gustaba, no corrijo, no quería que su ropero empotrado bebiera de esa tipa. Y como siempre su boca fue más rápida que su cerebro.

—Si no quieres beber de esa mujer, hazlo de mi ropero empotrado.

Coño no había terminado la frase y todos me miraban como si me hubiese vuelto loco de remate o algo peor.

No puedo evitar la carcajada que sale de mí. Dios, si es que siempre sabe lo que tiene que decir.

—Te lo expliqué en la mansión. La sangre de macho no nos alimenta. Sólo la de las hembras y aunque fueras una, tu sangre sería demasiado débil. —Sacudo la cabeza—. Gracias por la oferta, de todas maneras.

Mis ojos miran a Marissa por el rabillo del ojo y me siento satisfecho con lo perturbada que parece ante las palabras que han salido de la boca del poli.

—Vale pero yo no me voy de aquí, me quedo y me importa una mierda lo que digáis los demás y a ti ropero empotrado no se te ocurra echarme de aquí.

Vi como la muchacha se acercaba a ti y se ponía al lado de tu cama por el lado derecho, así que nuestras miradas se cruzaron. Un gemido de frustración se atenazo en mi pecho, joder esto no me iba a gustar, lo iba a pasar muy mal y me iba a doler y mucho.

Mierda, que me corten en rodajas, si no vi lo mismo en tu mirada. Por el rabillo del ojo vi como el guaperas se pegaba tanto a mí, que su hombro se pegó al mío, pero que curioso no sentí lo mismo que cuando el vampiro y yo estábamos hombro con hombro.

Mierda. Siendo sincero conmigo mismo, que él esté aquí hace las cosas todavía más difíciles. Marissa acerca una silla para la Elegida y se sienta, estirando su brazo hacia mí, ofreciéndome su muñeca y joder si la sed no hace que mis encías duelan como perras. Mis ojos se fijan en su vena pero los desvíos enseguida hacia el poli. Puedo sentir su tensión, su desazón, su deseo de estar bien lejos de aquí o la contrariedad de querer apartar a la hembra de delante mío para ofrecerse él mismo y... Dios, ojalá pudiera funcionar...

Mi mano enguantada se eleva lentamente hasta tomar lo más delicadamente posible la delicada y frágil muñeca de la hembra y mis ojos chocan con los del humano cuando estaba levantando el brazo de ella hacia mi boca. Lo aparto enseguida.

—No puedo —gruño, soltando a la chica. Hay demasiada gente, joder. Demasiada presión y con él aquí no puedo.

Joder y yo soy el tozudocabezonmalnacido, se tiene que alimentar y no lo hará mientras haya tanta gente. Me separo del guaperas, voy hacia la puerta de la habitación y la abro.

—Todo el mundo fuera, mucha gente, poco espacio y el ropero necesita un poco de intimidad.

Todos me miran pero nadie se mueve, cruzo mis brazos sobre mi pecho y me estiro todo lo que puedo, joder las malas costumbres se pillan rápido.

—Chicos teniendo en cuenta de que estamos en un hospital, donde no somos bienvenidos y que si nos peleamos se podría liar muy buena, hacerme caso, darle un poco de intimidad, me comprometo a que beba y si no es así, me sacáis de la habitación a hostias.

—Es un trato justo—gruño el ogro.

Uno a uno fueron saliendo, incluida Marissa. El guaperas no se movió de donde estaba, alce una ceja y lo miré, caminó hacia mí, me entro dentro y cerró la puerta.

—Yo no me voy, necesitarás ayuda para controlarte.

— ¿De qué tendría que controlarme?

—Lo entenderás en un momento.

Tomo aire al ver que todos salen y no puedo estar más de acuerdo con el buen juicio, por una maldita vez de Rhage ,al decidir quedarse.

Me vuelvo hacia la Elegida que me hace una pequeña reverencia antes de volver a ofrecer su brazo.

—Beba, Sire —susurra calmadamente.

Me gusta tan poco hacer esto... pero sé que mi única pelota peligra si no lo hago ahora. Vuelvo a tomar la muñeca y al sentir el pulso contra mis dedos, gruño. Mis colmillos vuelven a alargarse y el olor a rosas de la hembra inunda mis sentidos. Cierro los ojos y sin pensármelo dos veces... muerdo. Ella no se queja, no dice nada pero sé que está conteniendo el aliento.

El primer tirón de su vena es como un jodido chute de heroína y me marea. Jo-der. Jamás he bebido una sangre tan malditamente pura y eso parece animarme a continuar mientras cierta parte de mi anatomía se despierta para ponerse firme y decir "hola, estoy aquí, mamón de los cojones". Otro gruñido muere contra la blanca y tersa piel de la Elegida y mis piernas se mueven solas, rozándose contra mi endurecida erección.

La imagen del humano contra mí fuera de la mansión de Darius vuelve a mi mente. Sus torpes manos colándose en mi jodido pantalón, rodeándome, meneándomela, sus labios contra los míos y no puedo evitar que otra imagen se cuele en mi lóbulo frontal. Butch, con colmillos, en la misma posición en la que estuvimos hace algunas horas, sus caninos hundiéndose en mi garganta. Mierdaputa...

Un gemido casi lastimero sale de mis labios. Dios bendito la sensación de M.I.O me lleno tan de sopetón que apreté los puños a ambos lados de mi cuerpo y pensé que me moría en el momento que sus caninos se adentraron en la vena de la Elegida.

Jamás había sido celoso, pero mataría a esa mujer por está tocando lo que es mío por derecho. No me doy cuenta de que dado unos pasos hacia delante, hasta que el guaperas se planta delante de mí, cortándome el paso acercando su pecho al mío, arrastrándome de culo hacia la pared , tocarla con mi espalda y ambas manos a los lados de mi cuerpo, una de sus piernas metidas entre las mías. De la forma que estaba me era imposible moverme.

—Tranquilo Poli, piensa que es por su bien, vale, será rápido.

—No quiero que lo haga, es M.I.O.

—Coño Poli, no sabes lo que dices.

—Y una mierda, debería se...

Me quede sin acabar la frase cuando tu gemido llego a mis oídos, mire por encima del hombro del guaperas y fui a dar un paso hacia delante cuando mi mirada se topó con la suya, él guaperas me apretó más contra él y la pared.

—No te atrevas hijo de puta, no te atrevas a correrte por ella o te mataré, eres M.I.O, LO ENTIENDES CABRÓN M.I.O—le grite sin dejar de mirarlo.

De repente el olor a especies pero más suave del que ya había olido inundo la habitación.

Me detengo de sopetón al oírle, apartándome de ella como si me hubieran dado una jodida orden que soy incapaz de ignorar. La Elegida también está mirando al poli sorprendida y se lame las heridas de forma casi ausente.

La hembra sale con una reverencia mientras el humano le gruñe. Hollywood lo está casi sujetando para que no le salte encima a la vampira.

—Rhage, sal —le digo bajo. El hermano me mira a mí y después a él y asiente, soltándolo para después salir de la habitación.

No pierde tiempo. Butch se acerca a la cama en varias zancadas, aparta las sábanas y me coge del cuello, empotrándome contra las almohadas. Me siento aturdido, no sé qué cojones está pasando o por qué, mis ojos están fijos en los suyos.

La rabia es la que me hace actuar así cuando al soltarme el guaperas, vuelo hacia la cama, le aparto las sabanas y lo cojo por el cuello empotrándolo en la almohada y sin poder quitarle la mirada,joder me pierdo en esos ojos brillantes y en esa suave boca.

—Te hubiese matado si te llegas a correr cuando ella bebió de tu vena, joder V te hubiese matado.

El beso que te exigí no fue ni amable, ni suave, dios no entendía nada de lo que estaba sucediendo, nada de nada, ni el olor que inundaba la habitación, ni mi rabia, ni mis celos, ni ese sentimiento de que eras mío. Aparte mi boca de la tuya y volví a mantenerte la mirada.

—Coño Vishous no entiendo nada pero eres mío, ¿quieres correrte?, ¿tener un puto orgasmo? Hazlo conmigo.

Deje mi cuello al descubierto,

—Muérdeme y yo hare que te corras, seré yo no esa mujer.

El ligero olor que sale de tu cuerpo me desconcierta todavía más y gruño. Te agarro la cabeza, obligando a ladearla aún más mientras cierro los ojos y hundo mis colmillos en tu vena, tirando de ella en un largo trago. Joder, esto es lo que quería, era a él a quien veía no a ella. Con mi mano libre agarro una de las tuyas y te la llevo a mi polla, siseando cuando la rodeas. Joder eso es lo que tenía que ser desde el principio, esto. Dios bendito mi mano se agarró a tu polla como si me fuera la vida en ello y se empezó a mover al mismo ritmo que tu boca bebía de mi vena, supe con certeza que me correría dentro del pantalón y me importo una mierda.

—Coño ropero empotrado tenía que ser yo y que me jodan no entiendo nada, no me gustan los hombres, jamás me he fijado en ninguno, pero contigo es diferente. Tenía que ser yo porque eres mío cabrón, solo mío, métetelo en la cabeza. —Y te apreté más contra mi nuca. —Me da igual si mi sangre no te alimenta, bebe lo que quieras.

El gemido de placer se escapó de tu boca en el mismo momento que te vaciabas en mi mano.

—Oh Vishous—y mi orgasmo llego cuando tú empezabas el tuyo.

Me estremezco contra tu cuerpo, apartándome de tu vena. ¿Qué cojones estoy... estamos haciendo? Joder. Cierro los ojos y me doy cuenta de que bajo la maldita sábana estoy completamente desnudo.

—Joder... —maldigo, intentando cerrar las piernas, avergonzado.

De eso nada, no voy a dejar que cierres las piernas, no cuando tu orgasmo está acabando, siento que vuelves hacerme daño cuando te apartas de mi vena, pero no me importa, sólo quiero que estés bien.

—Eh V tranquilo, todo está bien, vale, acaba de correrte y luego te limpiaré.

Joder. No. Abro los ojos y sé que estoy entrando en puto pánico. Nadie ha visto lo que hay ahí abajo. Nadie, en la vida. A parte de los hijos de puta que me sujetaron cuando ocurrió.

—No...

No aparto la mano de tu polla cuando acabas de correrte, la pongo sin limpiar, en medio de tus dos piernas cerca de tus pelotas y noto como te tensas, que estaba pasando nunca te había visto de esa manera fuera de control, sudando y...

— ¿Que pasa Vishous? no pretendía hacerte daño, coño mírame y háblame, ¿qué cojones pasa amigo?

Si pensé que no había nada que pudiera asustarme, estaba muy equivocado. Cierro las piernas de golpe, intentando alcanzar las sábanas y sacudo la cabeza.

—Nada.

—Eh déjame sacar la mano antes de cerrar las piernas.

De mala gana las vuelve abrir y yo saco mi mano que limpio con unas gasas que hay sobre la mesa de noche. No entiendo nada pero no me gusta verte así, tu mirada es de miedo, el sudor pela tu frente y tú magnifico pecho.

—Oye no es la primera paja que te hago, así que no es eso, somos dos tíos y nos cuelga lo mismo, así que supongo que no será eso tampoco, ¿tiene algo que ver con el hecho de que cuando saliste de la ducha, te pusiste el pantalón sin quitarte la toalla?, algo que no entendí como hombre te digo que tienes un cuerpo perfecto y que no tienes de que avergonzarte tío. Joder ropero empotrado háblame no te quedes mirándome como si quisieras asesinarme.

—No quiero... hablar de ello —digo entre dientes, negando. Joder, nadie debería saber lo que hay ahí... bueno, lo que no hay.

Bien males mayores urgen medidas desesperadas.

—V escúchame y hazlo bien porque se tiene que quedar grabado en esa mollera dura y cabezona—te obligo agarrando tu cara a mirarme—no quieres hablar de lo que pasa lo entiendo y te lo respeto, pero jamás vuelvas a rehuir mi mirada cuando estemos hablando—por impulso acaricio, más que beso, con la lengua tus labios y me quedo cerca de tu boca—y lo hago porque yo también cargo una mochila que pesa como el diablo y nunca hablo de ello pero soy tu amigo, vampiro, tu A.M.I.G.O y me da igual tu pasado. Sólo me preocupa tu presente conmigo y lo que cojones sea que está pasando entre los dos, lo demás me sobra.

Un golpe en la puerta me hizo soltar una maldición.

—Un momento— grité y volví a mirarte—pero te hago una promesa aquí y ahora si para saber qué demonios rondan tus sueños, he de contarte los míos, lo haré amigo, te prometo que lo haré. Y ahora cierra las heridas de mi cuello.

Sí, bueno, dudo que la mierda que llevas encima sea la mitad de gorda y maloliente como la mía. No digo nada, sólo te atraigo hacia mí y lamo las incisiones que hice, recolocándome después sobre la cama. Cuando te levantas de la cama y te quedas a un lado de pie, dejo que quienquiera que me haya salvado el culo de la conversación más incómoda de la historia entre.

El hijo puta del médico entra acompañado de los hermanos y de Marissa, sin saber cómo me aparto de ellos y entre nieblas oigo: te vienes a casa, hemos traído ropa, pero tienes para una semana quitecito.

Que le jodan me abro a él y lo único que consigo es una lamida para cerrar mis heridas, de nuevo tu frialdad, que a mí me duele de cojones y una palmadita en la espalda, es un decir, como diciendo "si vale pero no me comas la oreja".

Coño no pretendía un gracias, ni un polvo, ni una mamada, sólo quería que supiera que estaba ahí si me necesitaba, capullo idiota de mí, este tío no necesita a nadie y yo me he portado como un imbécil. Entro al baño arreglar el estropicio en mis boxes, el olor a Océano me llega pero no estoy de humor para charlas.

Joder me siento herido y eso duele como si un ratón te royera el corazón con sus dientes afilados.

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