domingo, 8 de noviembre de 2015

MALDITO ENTROMETIDO...13ª


                                                         

                                                       MALDITO ENTROMETIDO

                                          





Butch y Vishous Fated

Esta noche era la reunión en el consejo de la glymera y no es que me gustara la idea de ir con los guerreros pero todos, el rey incluido me lo había perdido. Curiosa dinámica la de estos guerreros, pasaban del odio más visceral, a soportarte con solo un gesto de amabilidad hacia ellos y sobre todo a su rey. Envidiaba esa lealtad y respeto. Salí de la ducha, seque mi cuerpo, me afeite y fui al dormitorio a vestirme. Me puse un pantalón de cuero, una camiseta sin mangas, unos calcetines gordos y las botas, como no negro, sin duda había un color que definía a los machos de esta hermandad: negro, ate mi pelo húmedo con un trozo de cuero y me puse las fundas para el armamento. Dagas a mi espalda, mis costado y por dentro de las dos botas, una gloss en la cintura pero por detrás. Me calce el abrigo negro largo y mascullando salí al salón, Vishous aún no había terminado de vestirse. Fui al mueble bar y me puse un buen trancazo de whisky. Joder mi lado symphath, me decía, me gritaba que no era buena idea y que iba camino de la boca del lobo y no me gustaba una mierda. Yo sabía muy bien quienes se escondían tras esas apariencias intachables y rectas. Más de uno y de una habían pagado por mis servicios en la colonia y hasta fuera de ella y no solo para tener sexo, también para saciar sus más bajos instintos sádicos.

Rogaba al puto infierno no toparme con algunos de mis antiguos *clientes*. Di un salto y casi acabo pegado al techo cuando V puso una pesada mano sobre mi hombro.

— ¿Todo bien Butch?

— Si, pero no te apartes de mí en la reunión, bajo ninguna circunstancia.

Asintió y salimos hacia el Escalde, Wrath no quería números de magia. Mi pecho dio una puntada, de no sé qué, al ver a los hermanos despidiéndose amorosamente de sus hembras. Salí el primero y espere a por los demás junto al coche.

Bueno, un día más sin dormir una mierda. Bien por mí. Suspiro mientras me paso una toalla por mi pelo aún mojado después de la ducha que me he pegado. Hombre, en estos casos estoy agradecido de que el agua sea caliente, aunque siempre la pongo fría al final. Al menos así me ayuda a despejarme lo suficiente para concentrarme en lo que sea que tenga que hacer. Miro a mi alrededor en la habitación. La cama está absolutamente deshecha. Vete tú a saber qué cojones he hecho sobre ella. Niego y abro el armario sacando las prendas de combate. A la mierda con la glymera. No porque vaya a acompañar a Wrath a esa estúpida reunión junto con los demás Hermanos voy a vestirme de pontifical. No va conmigo y, seguro como la mierda, eso no va a cambiar. Los pensamientos de Butch me llegan como si estuviera susurrándomelo todo en el oído o hablándome a gritos. Joder. Y se supone que los estirados de mierda odian a los symphaths y que es por ello que se los exilió. Hijos de puta hipócritas. Aprieto las mandíbulas y sigo vistiéndome. Me calzo las botas y me pongo la camiseta negra. Agarro el arnés que cruza las dagas sobre el pecho y me lo ciño. Abro el pequeño armario escondido del ropero y cojo unos cuantos cargadores más para mis Glocks y la pistolera que va bajo mis axilas. Abro el cargador y compruebo las armas para ver cuántas balas tengo en cada una y coloco las balas que faltan. Las coloco en su sitio y cojo la chaqueta de cuero, pasándola por mis brazos para después abrochar la cremallera para ocultar las armas.

Vaya noche de mierda que nos espera.

Salgo a la salita del Pit y encuentro a Butch aferrado a un vaso de whisky. Dejo que mi mano enguantada aterrice sobre su hombro y le veo pegar un salto, sobresaltado.

— ¿Todo bien, Butch? —pregunto, intentando asegurarme de que está bien y que está mentalmente preparado para esta noche.

Espero a que me conteste, mirándole fijamente.

—Sí, pero no te apartes de mí en la reunión bajo ninguna circunstancia —me suelta, aunque no hace falta que me lo recuerde. Hombre, después de haberle escuchado parlotear internamente consigo mismo no me hace falta preguntar por qué así que asiento.

—Todo saldrá bien —le aseguro, dando un ligero apretón en su hombro antes de liderar la marcha hacia la salida del Pit.

Los demás Hermanos están despidiéndose de sus shellan ante la puerta principal de la mansión. A veces me dan ganas de decirles que hagan esas cosas dentro, tras puertas cerradas, en sus malditas habitaciones. Joder, los que no tenemos tanta suerte no tenemos por qué aguantar esa mierda, coño.

Veo a Butch acercarse al Escalade, esperando a los demás y yo le sigo, apoyándome junto a él en el coche, dejando que uno de mis hombros roce el suyo.

—No te preocupes —vuelvo a decir, llevándome un cigarrillo a los labios sin encenderlo—. Estaré allí contigo, no me separaré de ti, ¿de acuerdo?

El medio symphath no me contesta, su cabeza está gacha y sus ojos están fijos en la punta de sus botas de combate, algo que me hace fruncir el ceño, sin embargo no digo nada.

Una vez todos se han despedido y que Fritz ha acompañado a las hembras de vuelta al interior, los demás se acercan al coche. Zsadist se pone al volante, Wrath va a sentarse en el lado del copiloto y los demás nos metemos en la parte de atrás del monovolumen.

Rhage y Phury se sientan juntos en uno de los asientos y yo y Butch en el de enfrente de ellos.

El camino hacia la mansión del leahdyre al estilo Tudor se hace en silencio. Nadie dice ni mu y eso es jodidamente raro con Rhage, que normalmente es el que siempre tiene una broma o una gilipollez en la punta de la lengua.

Si Vishous pretendía con ese *todo saldrá bien* y su apretón en mi hombro que me relajara la jodío. No podría calmarme aunque quisiera, esta reunión no era buena idea y sabía que habría problemas según la ley de Murfil si esta noche estaba por salir mal, saldría, eso y mi lado maldito que no hacía más que revolverse inquieto en su caja de Pandora. Agacho mi cabeza mientras los hermanos se despiden y cierro los ojos suspirando cuando siento el hombro del vampiro junto al mío, sé que es él, a nadie más le permitiría esa confianza y esa cercanía. No era ni el lugar, ni el momento pero en algún momento tendría que plantearme porque solo a él le he permitido cosas que a ninguno. Tendría que averiguar porque su cercanía me reconforta, porque mi lado maldito solo lo obedece a él cuándo se trata de volver a su sitio, porqué he dejado que me diera por culo y encima me había gustado, porqué él y no otra u otro me regalo mi primer orgasmo. Escucho sus palabras pero no soy capaz de mirarlo, no es un secreto en la hermandad, de cual era mi oficio en la colonia pero de ahí a tener que enfrentarlo delante de ellos mediana un abismo.

Por fin estamos todos en el interior del coche, Vishous sigue a mi lado con su hombro pegado al mío, pero sigo sin subir mi mirada, mierda, no puedo. El silencio que se crea tampoco ayuda mucho y segundos antes de aparcar el coche el vampiro golpea con suavidad mi hombro con el suyo haciéndome notar que está ahí.Levanto mi mirada y nos encontramos. Su mirada me tranquiliza y bajo detrás de él del coche. Me alzo en toda mi estatura, cuadro mis hombros y mi mirada desafiante recorre la lujosa propiedad de esos snobs mal nacidos. Cabrones, su gente muriendo y ellos viviendo a todo trapo. Puta mierda si el lujo del interior no cegó mis ojos, mierda la mansión de los hermanos no era pobre pero al contrario que aquí no era un lujo ostentoso, ni chillón, que asco de gente. Vishous volvía a estar a mi lado cuando una mirada se clavó en mi nuca. Me puse en alerta, en guardia, el vampiro noto mi cambio y me miro preocupado. Iba abrir la boca cuando el dueño de esa mirada de desprecio, pidiendo mi muerte se coló delante de nosotros, escupiéndole a V con la pregunta todo el odio que sentía hacia mí.

— ¿Qué hace este engredo aquí? guerrero.

Una vez salimos ante la mansión, permanezco cerca de Butch. No quiero dejar nada al azar así que cuando Wrath, Rhage, Phury y Zsadist encabezan la marcha hacia el interior, nosotros les seguimos como retaguardia.

En un momento dado noto que mi compañero se pone rígido, tensándose completamente a pesar de que sus hombros están cuadrados a más no poder. Giro mi cabeza ligeramente para mirarle y sé que la preocupación está marcando mis facciones, algo que me importa una mierda cuando oigo a alguien hablar desde la parte de delante de nosotros.

— ¿Qué hace este engendro aquí, guerrero?

Mis ojos diamantinos se desvían de la figura de Butch que se ha encogido ligeramente, agachando la cabeza en claro signo de sumisión.

—Cuádrate —te ordeno mientras doy un paso adelante. Wrath y los demás se colocan a ambos lados de mí, tapando a Butch de la vista del hijo de puta—. ¿Te importa? —siseo y por muy poco evito enseñarle mis colmillos. Ahora no es ni el momento ni el lugar de ponerme en plan ambientador. Ni Butch lo necesita ni merece que le humille de alguna manera como esa—Él va a donde yo digo que vaya. Soy su Whard y mi trabajo es protegerle, así que muestra algo más de respeto.

El tipo estirado de los cojones sonríe con malevolencia. Sin embargo yo también sé plasmar una sonrisa aún más horripilante. Doy un par de pasos para quedar cerca del otro, quitándome la gorra de los Red Sox para que me vea bien lo que llevo escrito en la cara y le suelto.

—Te recomiendo que mantengas la bocaza cerrada si no quieres que tu shellan y toda la comitiva de la glymera sepa dónde has estado y de qué le conoces. Apuesto a que estarían más que dispuestos a darte a ti y a tu familia una patada fuera de tu centro social, ¿no crees?

El civil se lleva una mano a la boca escandalizado, da media vuelta y agarra a su hembra por el brazo para llevársela lo más lejos de nosotros que le sea posible. Con parsimonia vuelvo a calarme la gorra y me giro hacia los Hermanos, pero mis ojos te buscan a ti, preocupado por cómo puedas reaccionar.

No lo puedo evitar en vez de hacer frente a ese hijo de puta me desinflo, encogiéndome y poniéndome en situación de sumisión, demasiados siglos de humillación para desterrar ese sentimiento de la noche de la mañana.La orden de Vishous de que me cuadrada surge su efecto deseado, una palabra suya bastaba para devolverme a la realidad. Noto como todos los hermanos crean un muro para protegerme y el alivio agita mi corazón, después de todo era lo más parecido a una familia que tenía. Escucho en silencio como se desarrolla todo y aunque me he cuadrado mi mirada sigue fija en el suelo, sé que si la alzo mi lado maldito saldrá a flote y se podría liar y ellos no se merecían esto, bastantes problemas tenían ya para sumarle uno más. Sigo sus pasos pero no me atrevo alzar mi mirada…vergüenza, y mil cosas bullen en mi interior. Noto que me estas mirando y suspiro cuando tu hombro se pega al mío y me pongo en marcha cuando tú lo haces. Agradezco que no digas nada. Mierda tengo ganas de perderme en un agujero hasta que esta mierda pase, sé que ahí dentro habrá más que han sido clientes y mis amos y yo no voy a saber enfrentarlo. Me paro en seco debajo del marco de la gran puerta de la sala donde tendrá la reunión y un sudor frio empieza a correr por mi cuello hacia mi espalda. Las manos me sudan y mis ojos se ponen más rojos.

Por primera vez en mi puta vida estaba conociendo el miedo, puro y duro.

En cuanto vamos a traspasar el umbral de la sala donde toda la jodida glymera y el Consejo de Princeps van a llevar a cabo la reunión noto que te detienes. Mis ojos se fijan en ti y el olor al miedo más puro hace que frunza mi nariz. Le susurro a Rhage que entre con los demás junto a Wrath y que nosotros vamos a quedarnos aquí. El Hermano asiente y se lo comunica al Rey, el cual me mira de forma interrogante y yo niego con la cabeza .Sé que esto es mucho más de lo que tú puedes sobrellevar ahora y no voy a permitir que nadie vaya a hacerte daño. Es algo que no me está permitido, así que es mejor quedarnos a vigilar las entradas por si acaso pasara algo. Te pongo mi mano enguantada sobre el hombro y hago que salgas, dejándote apoyado contra la pared que queda al lado de la puerta.

—Mírame —te digo. Sin embargo no me muevo, ni siquiera me atrevo a tocarte más allá que no sea por encima de la ropa de combate que llevas puesta porque ahora mismo ni siquiera yo estoy seguro de cómo vas a reaccionar y puedo notar que tu lado symphath está deseando que ocurra algo para acabar de salir por completo—. Después de esta mierda, más te vale ir derecho a mi ático, ¿entendido? No voy a aceptar un no.

Hostia puta la sed de sangre de esos mal nacidos junto con el miedo me paralizan, me está costando la ayuda del diablo que mi lado Symphath no salga a dar un paseo. Jadeo cuando mi culo topa con la pared y me doblo poniendo mis manos sobre mis muslos intentando coger algo de aire para tranquilizarme. Pedazo de macho estaba hecho. Siento tu mano enguantada sobre mi hombro y no tengo ni puta idea de porque tu lejanía me molesta, es como si te diera asco acercarte a mí y eso sí que no, tú no, mierda. Te miro a tu orden, porque a mí me sonó a eso, de que te mire y sonrió como un cabrón ante tus palabras.

— Claro amo, porque eso eres tú, mi amo .No mi padrino, ni un amigo sino un puto amo —señalo con un movimiento de cabeza la puerta cerrada — como todos lo que están ahí dentro.
Sé que no estoy siendo justo, pero a la puta mierda con todo, con todos, con la hermandad y con el vampiro.

El cabreo me pica sobre la piel y sin darme cuenta te obligo a levantarte y te empotro contra la puta pared, agarrándote de las solapas de la chaqueta de cuero que llevas puesta.

—No. Ni voy a ser tu amo ni tú vas a ser un jodido esclavo —siseo contra tu rostro—. Sé que odias esa forma de controlarte y yo también odio que te obligaran a hacerlo de esa manera. —Sé que mis ojos están brillando a causa del cabreo y en parte porque te deseo desde el momento en el que te hice mío—. ¿Qué cojones crees que iba a decirte después de lo que pasó esa noche? ¿Qué me dabas asco? ¿Qué me arrepentía de lo que pasó?—Sin necesidad de que me respondas, la expresión en tu cara y en tu mirada dorada me da la respuesta. Miro a ambos lados del pasillo y al no ver a un alma me acerco aún más a ti, pegándome a tu cuerpo.—Lo deseaba, quería que pasara y te aseguro que disfruté cada jodido segundo que estuve contigo. ¿Crees que lo que hice contigo lo he hecho con otros? Estás equivocado. Jamás, en los tres siglos que llevo de existencia, he sentido lo que sentí contigo. No sé por qué ni cómo ha sido eso posible, pero es así. Para mí no eres un jodido puto, ni siquiera un esclavo sexual. Eres Butch.

Mi cuerpo es alzado y empotrado por tus manos, con fuerza contra la pared y me agarras por las solapas del abrigo con tanta fuerza que el cuero ruge. Odiarla era poco, mis sentimientos se nublaban hasta la locura cuando tenía que recurrir a ello y él lo sabía, bien eso era bueno, imagino. Ante tu pregunta que no me dejas contestar pienso lo que pensé en ese momento, que te había dado asco, que yo era lo que era y seguiría siéndolo toda mi perra vida y eso no lo podría evitar nadie jamás. Demasiado tiempo de dolor y de sentirme como una escoria. Cierro mis ojos cuando te pegas más a mi cuerpo y cierro mis manos en sendos puños porque el deseo de abrazarte me cosquillea en los brazos y el de besarte se hace urgente y doloroso. Lentamente voy abriéndolos cuando tus palabras van llegando a mi cerebro. Despacio mi boca se curvo en una sonrisa…para ti sólo era Butch a secas, ni más ni menos. Y eso era mejor que una jodida declaración de amor o un simple te quiero.

—Confesión por confesión vampiro…en mis putos siglos de vida jamás he sentido lo que contigo, jamás supe lo que era un orgasmo hasta que estuve entre tus manos y nunca me he sentido así de protegido y a…bueno eso Vishous nadie jamás se ha acercado a mí de la forma que tú lo has hecho.

Hice como tú mire a ambos lado del pasillo y al ver que no había un alma me tiré hacia tu boca, buscando tu sabor.

Mis manos pasan de tu abrigo a llevar una hasta tu nuca y la otra a apoyarse de forma plana sobre tu pecho, obligándote a retroceder hasta que vuelves a estar contra la pared. Nuestras bocas se devoran, como si con eso pudiéramos vivir un año entero sin la necesidad de respirar. Cuelo una de mis rodillas entre tus piernas y la presiono contra tu entrepierna haciéndote gemir. Sé que este no es ni el lugar ni el momento de estar haciendo esto, pero a la mierda. Hemos estado ignorándonos y evitándonos desde el día del rythe y no voy a preocuparme por otra cosa ahora mismo que no seas tú. Sin embargo algo llama mi atención. Por mi vista periférica veo movimiento y la catástrofe se desata en el pasillo, obligándome a separarme de ti para así protegerte del golpe que se nos viene encima. Me giro justo a tiempo para recibir un puñetazo que sé que iba dirigido a ti junto a una retahíla de barbaridades que van dirigidas a los dos. No sé en qué jodido momento la gorra que cubría mi cara se ha ido a tomar por culo, el caso es que está en el suelo y que mis tatuajes son bastante visibles.

Mierda como te había echado de menos, joder tu boca era un delirio cuando se pegó a la mía, nos devorábamos como si no hubiese un mañana y yo estaba disfrutándolo. Abrí mis piernas cuando colaste una rodilla entre ellas y gemí contra tus labios cuando presionaste mi entrepierna dura. Esto era una puta locura, el sitio no era el adecuado, ni el lugar el apropiado pero qué demonios lo único que quería sin importarme para nada donde estábamos era lo que tú me estabas dando por que querías dármelo y yo recibirlo.Mi radar “problemas a la vista” saltó antes de notar como te tensabas y de que te diera tiempo a soltarte y darte la vuelta para parar un puñetazo que venía directo hacia mí. Tu gorra se fue a tomar por saco y la retahíla de insultos a los dos llego a mí tan claramente que mi lado maldito saco la patita a pasear. Y eso sí que no. A ti que nadie se atreva a insultarte en mi presencia, ni siquiera tocarte y ver la sangre que corría por tu barbilla cuello abajo, del puñetazo, enervó mi sangre y mi ira. Me aparto de ti y cogí a uno de esos mal nacidos, reconociendo a uno de mis clientes en su cabrona persona, lo agarro por el cuello, alzándolo en el aire y las puertas se abren saliendo el rey y los guerreros, seguidos de los demás snobs, en el mismo momento que me clavo en su vena.

—¡Butch, no! —Es lo único que sale de mi pecho mientras me arrojo hacia ti, intentando apartarte de ese hijo de perra, importándome una mierda la herida de la comisura de mis labios.—Como buenamente puedo te aparto del tipo de la glymera. Por suerte la herida no es fatal, así que busco con la mirada y mi sentido del olfato y noto quién es la shellan del macho. Sin necesidad de decirle una palabra, la hembra se acerca rápidamente para hacerse cargo de su hellren, llevándoselo de aquí y metiéndolo en una de las tantas habitaciones de la mansión.—El espectáculo ha terminado —gruño.

No soy consciente de tu grito, ni de que me apartas de ese cabrón hijo de puta. Jadeo cuando me separas de él y me giro para clavarme en quien me separaba de mi presa, deteniéndome en el momento que tu olor llego a mí, calmándome, lo necesario para no cometer otra locura. Te parapetas delante de mí y das por finalizado el espectáculo. Wratch hace entrar a todos de nuevo dentro para seguir con la reunión y en los ojos de los hermanos, veo un atisbo de que están con nosotros antes de que las puertas se cierren.
Salgo disparado hacia el jardín. Y te siento en el mismo momento que mis lágrimas corren por mi cara.

— Vuelve dentro Vishous, antes de que vuelvan a castigarte, no soportaría que volvieran hacerte daño por mi culpa —jadee en busca de aire, las lágrimas rojas salían solas y no podía pararlas —esto será así cada vez que alguien me reconozca. Nadie podrá verme como tú lo haces y tarde o temprano os meteré en un lio a ti y a la hermandad. Ese ataque por mi parte tendrá consecuencias, lo sé.

Te sigo cuando sales hacia afuera y me importa una mierda que me digas que regrese. Mi lugar está donde tú estés.

—A la mierda esos estirados de mierda —digo con voz firme—. Si te dejo a solas sí que me la voy a cargar, así que no voy a moverme.— Me acerco un poco más a ti y te obligo a girarte para después mirarme a la cara. —Te lo he dicho antes, no me importa lo que fueras antes, me importa lo que eres ahora, así que métete en la cabeza que el pasado es el pasado.

— Para ti V, para el resto sigo siendo aquel puto de mierda que todos pensaban se vendía por una monedas y un cobijo—acaricie tus tatuajes en la sien— cada vez que salía por la noche a nadar al lago imaginaba como hubiese sido mi vida si mis padres viviesen, si no los hubiesen matados, si sería tío o si yo tendría pareja. Jamás soñé que quien pusiera alas a mi alma y a mi corazón fuera un macho.—Seque mis lágrimas y limpie con mi camiseta mi cara, agarre tu cara entre mis manos y me perdí en esa mirada diamantina mientras acercaba mi boca a la tuya, te saboree con paciencia, deleitándome en tu rico sabor y suspire contra tus labios cuando tu lengua salió al encuentro de la mía. Me separe después de un buen rato.— Vishous no seguía allí por voluntad propia, necesito que lo sepas, para mi es importante. Según ellos había contraído una deuda económica que me ataba a ellos de por vida, pero la realidad es que mi aguante a las palizas y humillaciones los volvía locos de deseo, súmale que jamás me humille pidiendo clemencia o piedad, ni siquiera cuando…bueno necesito que sepas que jamás me prostituí por propia voluntad, te cuenten lo que te cuenten esa es la única verdad. Nunca me he degradado por voluntad, siempre fui obligado, es muy importante para mí que tú sepas la verdad. Ve dentro, dame unos minutos y estoy contigo, tienes mi palabra de que no voy a salir corriendo.

Volví a besarte, mientras mi cuerpo se pegaba al tuyo.

Suspiro y asiento. No es que me haga gracia dejarle solo pero confío en él.

—Te esperaré arriba —digo con seriedad—, será mejor que no te largues.

Junto mi frente con la suya un segundo y me separo. Me doy la vuelta y vuelvo adentro, apostándome en las puertas del salón. La reunión aún está en marcha así que me dedico a vigilar que no haya nada fuera de lo común.Me pongo a pensar en todo lo que me ha dicho Butch y siento rabia por todo lo que le han obligado a hacer. No es justo y en parte me veo reflejado en lo que le ha pasado y cuanto más pienso en ello más veo las similitudes del medio symphath con Z. Quizá le iría bien mantener una pequeña conversación con el Hermano.

Cinco minutos después estaba al lado de mi vampiro vigilando la puerta, manteniendo las distancias, aunque se me hacía difícil, para no tener más problemas. La comisura de su labio se elevó un poco cuando me vio llegar y yo le guiñe un ojo. Una hora y media después la reunión acabo, en silencio volvimos al coche y el camino de ida, fue igual que el de vuelta. Al llegar Wrath nos hizo seña a V y a mí de que fuéramos al despacho. Lo que había pasado no tendría represalias si a cambio se daba una alta compensación económica, le dije al rey que sin problemas, pero más por ellos que por mí y se zanjo el tema.No hubo ni preguntas, ni salidas de tono fuera de lugar, sólo una palmada en mi hombro del rey. Al llegar al pit me fui directo a la ducha y sonreí para mí cuando olí el tabaco turco de mi vampiro en el habitáculo.

— ¿Te unes Vishous?

—Quizá más tarde —digo mientras doy otra calada al liado—. Después necesito hablar contigo.

Lo miro con los ojos entrecerrados y acabo de ducharme intrigado, Vishous estaba serio, muy serio. Al salir al cuarto V estaba sentado en uno de los sillones y me ponía una copa que me ofreció, ajuste mi toalla a las caderas y me senté en la orilla de la cama, cogiendo la copa que me ofrecía. Estaba empezando a preocuparme.

— Sé que no me moriré si me da un infarto, pero hostias si no desembuchas ya, me va a dar macho… ¿Qué pasa?

Mientras está en la ducha me pongo a pensar cuál es la mejor manera de plantear el asunto. Cuando sale le sirvo una copa y le dejo sentarse. Medio sonrío cuando me suelta lo que me suelta.

—Quiero que te plantees bien lo que te voy a decir y no quiero que pienses que hago esto para presionarte. —Le doy un trago a mi vodka—. Creo que sería bueno para ti que hablaras con Zsadist acerca de lo que te pasó en el pasado. —Vas a hablar y levanto mi mano enguantada para pararte—. Sólo escucha, ¿vale? Yo no puedo entender la mitad de lo que has tenido que soportar en esa cloaca de mierda. Mi vida no fue por el mismo derrotero que la tuya. En ese aspecto Z podría entenderte mejor que yo y sé que si alguien puede comprenderte, será él y podrá guiarte por el camino correcto.

—¡¡Tú, te has vuelto loco!!...no voy hablar con nadie de lo sucedido día tras día, durante siglos en esa cloaca, antes muerto que largárselo a un completo desconocido. No y mil veces no, ¿esta era tu genial idea? pues déjame decirte que no es tan buena. No vampiro no voy hablar con nadie de lo que me hacían o dejaban de hacer no, no, no.— Me levante y quite de mis caderas de mala hostia la toalla poniéndome un pantalón negro y cómodo. — ¿En qué coño estabas pensando? ¿Te he dicho yo que hables con alguien de lo que vi cuando por poco te violo?, pues no lo hagas tú. Me basta con que me escuches cuando quiero soltar un poco de lastre, no necesito que lo entiendas solo que me escuches.

Me quede mirándolo en el mismo momento que tocaban en la puerta del pit.

—Demasiado tarde —digo mientras me levanto y voy a abrir la puerta—. Z —digo al verle en el umbral, dejándolo pasar—. Sé que es mucho pedir y sé que odias recordar esa época de tu vida. No te preocupes, tengo asuntos que tratar con Wrath, así que estaréis a solas. Procura no matarle.

Asentimos y yo salgo del Pit sin mirar atrás. Que Butch haga lo que le parezca oportuno, si quiere hablarlo, que lo haga, sino, que no. Es su elección.







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