domingo, 8 de noviembre de 2015

PREGUNTA / RESPUESTA...15ª



                                     

                                                           PREGUNTA/RESPUESTA
                                       


Butch y Vishous Fated

Entro en el comedor cuando todos incluido Vishous se sentaban para la última comida. Hoy no saldríamos de rotación. Siento las miradas en cuanto me coloco en mi sitio y muerdo mi labio inferior al sentarme. Mis labios están hinchados, las marcas en mi cuello son bastante visibles y las de mi muñecas no te digo. Cuando por fin pude desmaterializarme fui directo a la ducha y estuve debajo de ella más de lo acostumbrado, sin secarme puse ropa cómoda sobre mí y salí a nadar y acabe machacándome en el gimnasio, al recibir el mensaje del jefe de que hoy nadie saldría a patear las calles en busca de albinos cabrones. No tengo ni idea de cuando había llegado él del ático, después de esa maldita sección entre su amo y su sumiso porque eso era lo que había sido. Pero que el ambiente entre los dos había cambiado era un hecho. Para mi desgracia el único sitio libre era frente a V. Casi bese al mayordomo cuando empezó a traer la comida y los hermanos y sus hembras empezaron una conversación trivial. Me di cuenta que a mi derecha había una hermosa hembra rubia, vampira. Su olor a océano lleno mis fosas nasales. Y la emoción de la curiosidad que tenía por mí, me hizo mirarla y sonreírle. Ella me la devolvió y empezamos hablar. Dos emociones fuertes y cargadas traspasaron mi cuerpo…una era del Reverendo, apreciaba de verdad a esa hembra, aunque seguía enamorado del hermano Phury y la otra, indescifrable de Vishous, a la mierda, ni me moleste en mirarlo. Estaba riendo con la hembra cuando la voz atronara de Wrath se hizo oír por encima del resto.

— Vishous,Butch en cuanto la cena acabe a mi despacho, los dos.

Ni siquiera sé cuándo conseguí calmarme lo suficiente o salir de mi estado de cabrón-hijo-de-puta-dominante. Sólo sé que una vez hube acabado y le desaté, lo único que fui capaz de hacer fue meterme en el puto baño del ático y hundirme en mi puta mierda.S upongo que habían pasado por lo menos tres o cuatro horas hasta que fui capaz de desmaterializarme fuera de mi propiedad para volver al complejo. Lugar al que, con total sinceridad, no deseaba regresar. No por el momento. Pero si no lo hacía tendría a Wrath mordiéndome el culo para saber dónde cojones estaba. Bueno, por lo menos podría evitarle por un tiempo. Podía quedarme en mi maldita habitación todo el santo día. Además, Wrath ya nos había avisado de que no se saldría a patrullar. De puta madre. Atrapado y sin ninguna parte en la cual esconder mi jodida cabeza depravada. Dios. Me siento junto a los demás para la Última Comida de la noche. Si soy honesto no me apetecía una mierda comer, pero sé que ya me he saltado la primera y que aunque puedo pasar varios días sin llevarme nada a la boca, esa no es una maldita opción. Lo peor es ver a Marissa aquí. ¿Qué cojones hace la hembra en el Complejo? Ni la más jodida idea. En teoría su relación con Wrath ha acabado y aunque Rehvenge ahora vive, más o menos, con nosotros, ella no tiene nada que ver con el maldito medio symphath. Justo cuando estoy sentándome, el olor del otro medio symphath inunda mis fosas nasales y hago el mayor esfuerzo posible por no levantar la vista del maldito mantel que cubre la superficie de la mesa. Síp, sé que probablemente habrá reproche en su mirada y eso es algo que, lamentablemente, soy incapaz de enfrentar. Fritz empieza a sacar la comida y cada cual empieza a hablar con los demás. Conversaciones triviales, nada que sea extremadamente interesante, pero hago como que lo es. Sin embargo algo se revuelve en mi interior cuando oigo a Butch reírse de alguna gilipollez que le ha soltado a la maldita esnob de la glymera que se ha colado en la casa. Siento como algún tipo de extraño sentimiento explota en mi interior y soy incapaz de ocultarlo. Mis ojos se elevan y los clavo en Butch. Con intensidad. ¿Qué cojones pasa aquí? Él no me pertenece. El muy hijo de puta lo dejó bien clarito. Puedo ser su Whard, pero eso es todo. Entonces, ¿qué demonios es esto?

La atronadora voz de Wrath llama mi atención.

—Vishous, Butch, en cuanto la cena acabe, a mi despacho. Los dos.

¡Hurra! El muy mamón del medio symphath ni siquiera se ha preocupado en ocultar una mierda. Hijo de la gran puta.

—Sí, señor —digo secamente mientras me termino mi plato—. Si me disculpáis. —Dejo la servilleta sobre la mesa después de haberme limpiado los labios y me levanto.

Salgo del comedor y subo las escaleras para entrar en el despacho de Wrath donde me apoyo contra la pared y enciendo uno de mis liados de tabaco turco, cerrando los ojos e intentando calmarme. Una vez más.

Entro en el despacho del rey cuando me da su permiso y lo primero que diviso es al cabrón de Vishous apoyado contra una pared aun teniendo un sofá al lado vacío por completo. Sus ojos que estaban cerrados se abren enseguida ante mi presencia, pero evita mirarme, mejor o lo mandaría directamente a tomar por culo sin importarme donde estábamos y delante de quien. El olor de su liado turco se cuela por mi nariz, trayendo unos recuerdos demasiado recientes que me jodían y me dolían más que los de la colonia. El silencio es sofocante y aunque las emociones de Wrath llegan altas y claras, las de V son confusas, no las entiendo, ni acierto a comprender, que se vaya a la mierda. No me interesa.

— Butch, el Reverendo te necesita esta noche en la colonia así que relevo a Vishous de su cometido de Whard, estarás bajo las órdenes de Rehv, hasta que lo que tenga que hacer en ese sitio esté finalizado. Y si todo sale bien te librare de tener pegado a tu culo al hermano V. —levanto mi mano y corto lo que Vishous iba a decir—antes de que ladres hermano, a ti te necesito con la seguridad de Lugar Seguro y en la calle peleando. Por unos días no pasara nada, luego ya veremos.

— Está bien no es que me gusta andar en ese lugar, pero estoy en deuda con el Reverendo y la Hermandad—omití la ayuda de V, deliberadamente, algo me nacía para querer dañarlo profundamente. Algo imposible cuando intentabas dañar un bloque de hielo.

— Estarás protegido y todos saben que estas bajo nuestra protección, no osaran atacarte, le vas la vida en ello.

— Cuando acabe en Las Colonias y si me libro de mi carcelero—intente poner una nota de humor para que el rey no se diera cuenta de mi rabia— ¿podre mudarme a una de las habitaciones de la mansión?

—No veo porque no y lo entiendo Vishous es un lobo solitario que solo va en manada para proteger a los suyos cuando sale de caza. Y ahora antes de que salgáis de mi despacho ¿quién de los dos me va a explicar que significan esas heridas en tus muñecas Butch, tus labios y esas marcas bien profundas y sanguinarias de unos colmillos en tu cuello? Tenéis mi palabra de que no habrá ningún castigo, pero quiero saber porque uno de los míos ha sido herido con saña.

No me di cuenta de que me mareaba y tambaleaba como un borracho hasta que unos fuertes brazos me agarraron y me ayudaron a sentar en una silla. Sabía que era Vishous, por su olor y porque era el único a quien le permitía que me tocara. Estábamos en un buen lio, mejor dicho yo estaba metido en un lío de cojones. No me apetecía nada contarle al rey de la raza como calmaba mi lado sympath.

Bien. Perfecto. Butch. La Colonia. Rehvenge. Y, para añadirle la guinda al pastel, es posible que deje de ser su Whard. De putísima madre. Cuando voy a quejarme, Wrath me lo impide así que me veo obligado a morderme la jodida lengua.

"Estarás protegido", mis cojones. "Les va la vida en ello", puedes apostar que sí. Yupi. ¿De dónde cojones viene eso? A. Tomar. Por. Culo.

—Cuando acabe en la Colonia, y si me libro de mi carcelero, ¿podré mudarme a una de las habitaciones de la mansión?

Hijodelagranputa. Cierro los ojos y aprieto las mandíbulas mientras aplasto la maldita colilla en la suela de mi bota. Claro, ¿acaso esperaba que el muy mamón siguiera viviendo en el Pit? ¿Después de lo que ocurrió en el ático? Imbécil depravado de los cojones.

—No veo por qué no, y lo entiendo. Vishous es un lobo solitario que sólo va en manada para proteger a los suyos cuando sale de caza. Y ahora, antes de que salgáis de mi despacho, ¿quién de los dos me va a explicar qué significan esas heridas en tus muñecas, Butch, tus labios y esas marcas bien profundas y sanguinarias de colmillos en tu cuello? Tenéis mi palabra de que no habrá ningún castigo, pero quiero saber por qué uno de los míos ha sido herido con saña.

Cuando veo que el medio symphath se tambalea y está a punto de caer, me acerco a él de un par de zancadas y lo rodeo con mis brazos para evitar daños mayores, ayudándolo a llegar al sofá en donde dejo que se siente.

Bien. Tres puntos para mí. Joder. Me agacho a su altura e intento encontrar su mirada dorada.

— ¿Estás bien? —le susurro para que sólo él pueda oírme. No me contesta, pero tampoco me aparta así que eso ha de ser buena señal, ¿no? Me incorporo y miro al Rey—. Mira, Wrath, eso es algo entre mi protegido y yo. Es más, es algo que juré no revelar a nadie. Tú sabes cómo funcionan esas mierdas. Aunque me lo ordenaras, no sería capaz de decírtelo, ni aunque me torturaras o me sometieras a treinta malditos rythes seguidos. No es asunto tuyo. Ni tuyo ni de ninguno de los Hermanos.

Veo que el Hermano frunce el ceño, sus cejas desapareciendo detrás de sus gafas de sol envolventes y su mano alcanza el abrecartas en forma de daga y empieza a juguetear con él.

—No olvides quién es el Rey de la raza y cuál es tu lugar, Vishous —suelta calmadamente. No es que su tono seco y cortante me afecte, la verdad—. Si hago una pregunta, espero que me sea respondida. Me importa una reverenda mierda lo que os jurarais el uno al otro, aquí el único con autoridad, soy yo y yo seré el que decida qué es lo que se me puede explicar o lo que no, ¿estamos claros?

—Como el agua. Pero, insisto, no es asunto tuyo. Ni de nadie más que de Butch y yo. ¿Acaso yo te pregunto qué haces con Beth en tus aposentos privados? No. No es que me interese, la verdad. Tú tienes tu vida privada, nosotros la nuestra. ¿No te gusta? Te jodes. Puede que él y yo no nos llevemos muy bien, eso es algo evidente, pero eso no quiere decir que tenga que ir difundiendo su vida privada porque el Rey de la Raza siente curiosidad por lo que ha podido ocurrir en la intimidad de mi protegido.

No soy capaz de hablar cuando mi culo toca una superficie dura, como tampoco soy capaz ni de mirarlo, ni de contestarle. Bien, si claro, por mis cojones. Tenía que haber cubierto mis marcas, pero ya no tiene remedio. Joder nunca me prestaban atención y parece que desde que me aceptaron como uno más, todos los ojos no se despegan de mí. Me gustaría poder apartarlo de mí cuando después de sentarme sigue tocándome pero no me veo con fuerzas, su contacto me tranquiliza lo suficiente para que mi lado sympath no salga haciendo acto de presencia. Escucho a Vishous y el pecho se me cierra no dejando que el aire pase a mis pulmones y mi corazón parece una locomotora que iba a velocidad del rayo y sin detenerse. Vale una cosa entre los dos, genial, es ciego, no idiota coño. Como sepa sumar encima, la habrás jodido bien jodida V. Bingo y encima tu dale más pistas, como no has dado pocas jodido inútil. Serás capullo, eso es lumbreras, dale ideas sobre los castigos y méteme en el lote. Vamos un día de esos para no apuntar en el calendario, porque no se te olvida en la puta vida. Suspiro ruidoso.

¿Algo puede ir peor?, estoy pensando en el momento que el rey abre su bocaza…pues sí que puede empeorar. No es que me asuste su tono tranquilo, eso quería decir que estaba aún tris de ponerse a ladrar y de una forma que se oiría en toda la mansión y ya sería la bomba completa. Total ya puestos a conocer mis intimidades que se entere todo el mundo...¡¡¡Y una puta mierda!!!Entre mis cabeza que me empezaba a doler, las emociones de los dos vampiros que yo absorbía como una esponja, mi lado maldito que me pedía con clemencia bastarda que lo dejara salir y yo que me estaba ahogando. El despacho que se iba volviendo pequeño por segundos y mi miserable vida que pendía de un hilo. Joder, joder, joder. Estaba a punto de levantarme y cortar esa conversación y hablar con el rey en privado cuando Vishous puso el dedo en la llaga. Las emociones de Wrath me golpearon con furia en el momento que se levantó, se plantó en un visto y no visto delante de mí y su voz trono en la habitación.

—Mi Reyna no es tema de conversación. Tú y este maldito medio sympath, estáis bajo mi mandato. Aquí se hace lo que yo ordeno y a ti te he permitido demasiadas libertades Vishous. Vuestra vida privada es vuestra pero yo estoy en mi derecho de saber y ahórrate los detalles escabrosos. Si os dais por culo no es mi problema…pero si saber quién se lo ha hecho. Me importa una mierda la intimidad de tu protegido. Lo que tu llamas curiosidad, yo lo llamo preocupación hijo puta. Ambos me pertenecéis.

Iba abrir mi boca cuando el rey hizo algo que no debió hacer, tal y como estaba el ambiente y las emociones de los tres. Tiro su mano a mi cuello. Y en un parpadeo Vishous estaba entre su señor y yo, en actitud amenazadora, sus caninos extendidos en su totalidad y gruñendo como si yo fuera su shellan. La puerta se abrió y aparecieron Z y Rhage. Phury cerró la puerta no dejando pasar a la Reyna, ni a ninguna hembra, quedándose fuera con los demás macho pendiente de cómo iba todo en el despacho. Z se colocó detrás de Wrath, tan pegado a él que parecían amantes y Rhage a un lado con un ojo en V y otro en el rey.

Hora de olvidarme de mí e intentar que esto no vaya a mayores para ninguno de los dos. Con disimulo metí una de mis manos por un costado de su chaqueta, saque el filo de su camiseta del pantalón y metí mi mano pegándola y subiéndola a media espalda, acariciándolo. Mi voz sonó tranquila y pausada.

— Vishous compañero, tranquilo. Wrath solo quería ver el estado de las heridas del cuello, no atacarme. Vuelve a replegar tus colmillos y volvamos hablar— el tocarlo era más por mantener mi otro yo relajado que otra cosa... ¿o no?

Es como si algo dentro de mí haya hecho «clic». Al ver a Wrath acercándose a Butch e intentar ponerle las manos encima en el cuello hace que mis cables se crucen por completo y en un abrir y cerrar de ojos es como si me materializara entre los dos. Mis colmillos se extienden y mi mano enguantada cruje cuando la aprieto en un fuerte puño. Algo en mi mente grita. Una. Sola. Jodida. Palabra. «Mío».

Siento la puerta abrirse y dos de los Hermanos entran para después volver a cerrar la puerta, dejando fuera a sus shellan. Siento a Rhage a mi lado y a Zsadist detrás de Wrath. Síp, mejor, porque como siga a solas con este hijo puta acabaré por matarlo con mis propias manos por intentar tocar lo que no es suyo. Siento como si algo estuviera apartando mi camiseta de mi piel y, de repente, cómo una cálida mano se posa sobre ella en medio de mi espalda. La voz del castaño me llega más que clara a través de la neblina de mi ira. Muy a mi pesar me veo obligado a hacer lo que me dice aunque sigo en posición de defensa, tan tenso como al principio, pero sin irradiar tanta agresividad.

— Jamás —me oigo decir, siseando— vuelvas a hacer eso. No voy a permitir que nadie, NADIE, le ponga un jodido dedo encima, ¿queda claro?

Casi suelto un gran suspiro cuando me hace caso, aunque no abandona su posición de defensa, bueno menos es nada y es más de lo que hubiese imaginado obtener de Vishous. No sé porque no quito en un principio la mano de su espalda y paso con disimulo por las emociones de todos. Mierda para volverse loco, demasiados sentimientos chocando entre si y haciendo una mezcla que torpearía a cualquier sympath. Pero si eso estaba desconcentrando mi radar, lo que vino después ya me termino de descolocar y casi dejarme caer de culo de nuevo en el sofá. Mi mano salió disparada de su espalda y el despacho me pareció una cueva. Me di la vuelta apoye mis manos en los muslos, doblándome intentando coger aire. Butch tranquilo, respira, calmarte, no eres una niña…esas palabras habrán sido debido a que es tu Whard, no a lo que pareció que sonó. Como si yo fuera suyo, como si fuera su aman…no, no y mil veces no, quítate eso de tu jodida cabeza, es de locos. Sentí las miradas sobre mí, me enderecé en toda mi estatura y gire para encáralos.

— Wrath ¿puedes decirle a Rhage y a Z, que se vayan? Tendrás tu puta explicación y no hace falta que me recuerdes que soy un maldito bicho raro ¿de acuerdo majestad? Desde que pise esta casa he tratado a todo el mundo con respeto, pido la misma consideración.

— Te pido disculpas si te ofendí Butch, mi lengua se dispara cuando osan pasarse mis órdenes por los cojones. No volverá a pasar. Dame unos minutos para tranquilizar a la reina y a los demás.

La advertencia quedaba impresa en sus palabras y en sus ojos clavados en V, que lo desafiaban, maldito loco, es que no escarmentó con el Rythe. De repente estábamos los dos solos en el despacho y una pregunta hecha por su voz ronca, me saco de mis pensamientos.

— ¿Se lo vas a contar?

— Dime que opción me queda—la siguiente pregunta que iba hacerle quedo en el aire ante su jodido silencio.

Sí, bueno. Se me pueden ocurrir un millón de opciones. Todas acabando con mis manos alrededor del cuello de Wrath, sin embargo no digo nada. Es suficiente para mí con lo que he soltado antes, ¿no? Además, ni siquiera yo sé de dónde cojones ha salido eso. ¿Por ser su Whard? Una mierda. Sé perfectamente que eso no tiene nada que ver. Una cosa es ser el Whard de alguien, otra es sentir que debes proteger a alguien hasta el punto de querer asesinar a alguien que ha sido tu Hermano durante dos o tres malditos siglos. Intento apartar toda esa mierda de mi cabeza y me paso una mano por mi pelo. ¿Qué cojones está pasándome? ¿Qué ha sido toda esta mierda repentina? Dios... Sólo pensar que mi mahmen quiso hacerme ser el Primale me revuelve el estómago. Ahora, con este medio symphath en la mansión, ya ni siquiera sé quién cojones soy en realidad. Siempre he pensado que jamás tendría a nadie a quien quisiera proteger con mi jodida vida. Sigo pensando lo mismo. ¿Esto? No puede seguir así. Tal vez la idea de Butch de salir del Pit sea algo bueno, al menos así podré distanciarme de él y consiga hacer que estas cosas raras que se me pasan por la puta cabeza se relajen. Suspiro de forma imperceptible y doy un par de pasos hacia delante, apartándome del medio symphath. Síp, poner distancia es lo más sensato, ¿no? Sin embargo soy incapaz de alejarme mucho.

—No voy a decirte lo que debes o no hacer. Si crees que lo más oportuno es contárselo, no te lo impediré. Por lo menos no traicioné la promesa que te hice —digo con algo de sequedad—. Pero ten en cuenta que no puedo asegurarte que Wrath vaya a ser comprensivo. Es más, estoy casi seguro de que no va a gustarle una mierda. Si decide que esto merece un castigo hacia mí, porque después de todo se supone que yo debo evitar que te pase nada, ni tú ni nadie va a poder evitarlo. ¿Queda claro? No voy a permitir que intervengas en este asunto.

— Vishous, me importa una mierda esa paparruchada que acabas de soltar. No voy a permitir que te hagan más daño y si…joder, si es mi problema y voy a intervenir te guste o no. Oh si ya me conozco toda esa mierda de que tú no necesitas a nadie y que liaras con lo que sea, pero sorpresa vampiro esta vez, no se trata de ti. Es de mí, de quien hablamos, de mi puto lado maldito sympath y de lo que necesito para tenerlo a raya.

Me miro guardando las distancias como si me hubiese vuelto loco y sinceramente no sé qué me estaba doliendo más. Sí que se mantuviese alejado de mí como si fuera un apestado o que pensara que realmente me podía importa una mierda lo que hicieran. Wrath entro y se sentó en su escritorio, por un momento calibre la opción de mentir, pero al momento la deseche. Estaba harto de mentiras, de tener que esconderme y era justo que el rey supiera. Ya veríamos en que acababa esto.

— Antes de abrir mi boca, quiero tu promesa de que no tomaras represalias contra V, si lo hicieras tendrás que tomarlas contra mí también porque— tierra trágame, por favor—porque estas marcas son solo culpa mía, porque yo se lo pedí.

Sentí al vampiro a mi espalda y pase de él. Mire al rey y negó con la cabeza, al tiempo que su mirada tras las gafas iba de Vishous a mí, de mi a Vishous y por ultimo de Vishous a mí, quedándose definitivamente en mi persona.

— Tienes mi palabra, aunque creo que lo que me vas a contar no me va a gustar nada.

— No es cuestión de que te guste o no, es lo que hay y si no estás de acuerdo me largare de aquí como mismo vine, con las manos vacías— lo mejor era ir al grano y dejarnos de tonterías así que allá voy— Como bien sabes, aunque no es de dominio público, cada uno de nosotros calma su lado sympath de una manera diferente ,hay quien lo hace con drogas, hay quien lo hace matando, hay quien utiliza cosas y hay a quien se le enseña y obliga a calmarlo teniendo más dolor del que ya tenía de sobra siendo un esclavo sexual.

El silencio fue brutal, pero si me callaba ahora perdería el poco valor que tenía para continuar.

— Pedí a tu hermano Vishous la muerte cuando entrasteis a la Colonia a por el Reverendo y su mano no tuvo ningún efecto en mí. Por cosas que no vienen al caso acabe aquí en la mansión y con él y vosotros, no sin antes confesarle lo que necesitaba para calmar mi lado maldito. Estuvimos de acuerdo en que lo haría él para evitar habladurías y que nadie pudiera señalaos con el dedo…Y esa es la historia de mis marcas. Tendría que haberlas cubierto y esto no estaría pasando, pero ya no hay marcha atrás.

Nadie decía nada y yo me negaba analizar las emociones de nadie, bastante tenía con mi propia vergüenza. Hora de salir de ese despacho.

— Recuerda que me lo prometiste y si no cumples tu promesa recibiré el mismo castigo que V, ahora salgo para la Colonia. Regresare antes de que despunte el alba y cuando lo haga me dices que has decidió sobre mí, si me alquilas una habitación en la mansión o pones mi culo en la calle.

Hice una reverencia, gire sobre mis talones y me di de morros con el vampiro, me fue imposible descifrar su mirada y sus emociones. Lo único que atino a decirme fue.

— Toma las llaves de Escalade, no es que vayas más rápido… Si me necesitas llámame.

Asentí, cogí las llaves y salí disparado. Las cartas ya estaban boca arriba, se acabaron los putos secretos.

Cuando le oigo empezar a hablar, instintivamente me coloco justo detrás de él. Parece que ignora mi presencia por completo, pero no hago caso a ese hecho. Wrath le escucha con atención y yo cada vez estoy más preocupado. Coño, está demasiado tranquilo o eso es lo que el muy hijo puta quiere hacernos creer. Cuando termina de hablar y se da la vuelta para largarse, se da de bruces contra mí. Hombre, estoy tan acojonadamente sorprendido por lo que acaba de hacer que no me da tiempo a apartarme. Saco las llaves del monovolumen y se las planto ante sus narices.

—Toma las llaves del Escalade, no es que vayas más rápido... —Carraspeo un segundo—. Si me necesitas, llámame.

Le veo cogerlas, evitarme y salir como alma que lleva al diablo del despacho de Wrath. Una vez las puertas se cierran detrás de él no puedo evitar pasarme una mano por mi pelo, maldiciendo en voz baja.

—Tú se las has hecho. —Wrath no lo pregunta, lo afirma.

—Sí. Y antes de que digas nada, créeme, no me siento orgulloso de ello. No con él.

Saco otro liado y lo enciendo. Hora de llenarme los pulmones de jodida nicotina. La madre que me parió, coño.

—Tenías razón, no era asunto mío.

Muy inteligente por tu parte el admitirlo ahora, so capullo, pienso mientras me giro hacia él.

—Síp. No. Lo. Era. Pero claro, eres el jodido Rey de la Raza.

—La próxima vez... —Levanto una mano para interrumpirlo.

—Dudo que vaya a haber una "próxima vez", mi Señor. Ya le has oído, quiere largarse del Pit y seguramente quiera mantenerse lo más jodidamente lejos de mí como le sea posible.

Y esto me estaba jodiendo vivo. Pero... ¿qué más puedo hacer? Si pensaba que podría entablar una cierta cordialidad con él, esto se ha ido a la mierda en el mismo momento en el que ha visto la clase de monstruo depravado que soy. Ni más ni menos.

—Ahora, si me disculpas, tengo trabajo en Lugar Seguro.

Sin dejar que diga una palabra más, salgo del despacho y me dirijo al Pit a través del túnel para recoger lo que necesito para revisar la seguridad del refugio de las hembras que están bajo la custodia de Marissa. Joder. Marissa. Esa hembra estirada que por alguna razón ha llamado la atención de Butch. De. Puta. Madre.







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