sábado, 7 de noviembre de 2015

ARRENPENTIRSE NO EXISTE...1ª PARTE...7ª


                                                 ARREPENTIRSE NO EXISTE I

                                         


Butch y Vishous Fated

Llevaba un mes en la mansión y salía a luchar en las calles al lado de los guerreros y ayudaba de vez en cuando en la Colonia al Reverendo,el cabrón estaba haciendo un buen trabajo, sería un buen mandatario. Tuve que darle la razón al vampiro en cuanto a los sentimientos del guerrero Phury y el Reverendo, aunque estaban en un punto que ninguno de los dos daba un paso hacia delante. Era curioso estar en una misma habitación que esos dos, su lado maldito captaba como un radar cotilla todas las emociones que destilaban esos cuerpos y esos dos corazones, aunque ambos se amaban sin saberlo. Ehlena era de gran ayuda en la enfermería de la mansión, era la mano derecha de Manny Manello,cuñado del vampiro y en la Colonia. En cuanto al vampiro las cosas no habían mejorado en el pit,le cubría las espaldas en la lucha y luego cada uno volvía por su lado, pocas veces se iba a tomar copas con los guerreros, no quería molestar y sabía que su presencia les era incomoda. Cuando llegaban cada uno iba a sus cosas y no habían vuelto a dirigirse la palabra y no quería preguntarse porque le jodía y le dolía tal actitud, pero no pensaba abrir mi puta boca. Bastante tenía con lidiar en el porqué de esas sensaciones que me ponían de los nervios y que no entendía muy bien. Esa noche después de la pelea, se desmaterializo sin esperar a nada y apareció delante de una casa que le haría poner a raya su lado Symphath,tal y como le prometió al cabrón no le iba a pedir jamás ayuda. Al abrirle la puerta supo que tendría lo que necesitaba, había pasado una cosa en la Colonia que lo desarmo y le crujió el alma y lo necesitaba bien duro, supuso que la pelea lo ayudaría pero no fue así. Pague doble cantidad de dinero, me desnude y me deje amarrar.

Por un momento pensó en lo diferente que había sido con el vampiro, deseche el pensamiento

—Si lo haces bien duro y me haces sangrar, te pagare el triple.

Vishous Fated

Una vez me materializo de vuelta al complejo, suspiro, apartando mi pelo de la cara. Hace calor, estamos en pleno mes de agosto y la humedad de Caldie se hace notar. Joder. Niego un par de veces y abro la puerta del Pit, frunciendo el ceño al no encontrar al medio symphath ya dentro. Normalmente le noto enseguida cuando traspaso la puerta, pero ahora no hay nada. Incluso la puerta de su cuarto está abierta y ésta... vacía.

—Qué cojones...—mascullo. Miro alrededor por si hay algún indicio de adónde se ha podido largar ese idiota, más sin mí. Joder, como le pase algo y yo no esté allí…

Entro en mi habitación y me pego una ducha rápida, tal vez ha ido al gimnasio o vete tú a saber en qué parte de la mansión está.

Cuando todo acabó necesite más de media hora para poder mantenerme en pie, sangraba como un animal y tenía heridas abiertas en todo el cuerpo, golpes y cardenales por todos lados, mi cara no andaba mejor...ponerme la ropa fue toda una odisea y enseguida la camiseta se pegó a mi cuerpo absorbiendo parte de la sangre que soltaba, le pagué lo estipulado. Joder su lado maldito se había controlado a los cinco minutos, prometió volver y el muy cabrón sonrió, disfrutaba con lo que hacía y se lo había mostrado. Salí a la calle y me senté en uno de los escalones, tal y como estaba no podría desmaterializarme...así que hice lo único que podía hacer, llame al Reverendo. Al tercer timbre contesto.

—Si guerrero, sea cual seas.

—Soy yo Rehvenge, soy Butc y necesito que vengas en mi busca.

— ¿Estas herido?

—Para que preguntas si sabes que si... ¿me ayudaras?

—Dame la dirección e iré en tu busca, pero sabes que te has metido en un buen lío, cabrón.

—Sabes que lo necesitaba.

—Tú mismo pero conozco a un hermano que podría haberte ayudado y ser una tumba.

—Hoy lo necesitaba duro y castigador.

—Voy a por ti, en cinco minutos.

—En cinco minutos y gracias.

Colgué después de darle las señas y me acomode un poco, aunque era una bobera, me dolía todo. A ver como solucionaba el problema, necesitaría unos tres días para recuperarme y lo iba a llevar mal como el vampiro lo viera o necesitaran que peleara.

Estaba bien jodido.

He estado buscándole por todo el jodido complejo. Ni la piscina, ni el jodido gimnasio, ninguna de las habitaciones de invitados vacías de la puta mansión. Nada. Ni puto rastro de él. Me estoy empezando a cabrear en serio. Lo mínimo que podía haber hecho era avisarme. Estoy a punto de salir del Pit para irle a buscar por Caldwell cuando mi móvil empieza a sonar. Lo sacó del bolsillo trasero de mis pantalones de cuero y frunzo el ceño.

— ¿Reverendo? —Mi tono es seco, cortante. No estoy de humor para aguantar a este symphath, no cuando tengo a otro perdido vete tú a saber dónde.

—Sé dónde está Butch. Aleluya.

— ¿Dónde? Y, ¿por qué no está materializando su puto culo aquí?

—No puede.

—No me jodas. Lo ha hecho, ¿no es así? ¿Dónde cojones está, voy a por él.

Sabiendo cómo me las gasto, Rehvenge me da la dirección en la que se encuentra, cojo las llaves del Escalade y salgo como una puta tormenta de la Guarida, conduciendo casi como un puto loco hasta donde sé que estará esperando al otro symphath. Mala suerte para él, hoy tendrá que lidiar conmigo.

Paro en seco cuando le veo sentado en el portal de una casa que parece de la glymera. Imbécil de los cojones. Salgo del coche.

—Sube, ahora —digo secamente. Estoy cabreado y horrorizado a partes iguales, no sabría decir qué es lo que está ganando la puta partida y como nos quedemos aquí mucho más tiempo juro que voy a entrar en esa casa y a reducir a todo ser viviente a putas cenizas, casa incluida, muchas gracias.

Joder con el puto vampiro, cuando pillara al hijo puta del Reverendo le iba cortar los huevos, quería negarse pero no podía, ahora no o se subía en el coche o el sol hará de su persona cenizas. Como buenamente puedo me levanto, camino y me subo al lado del conductor no le pediría ayuda aunque me fuera la vida en ello. El camino fue silencioso como una tumba y yo cerré los ojos, no estaba para empezar una puta discusión, pero sentía su rabia, su odio...iba a pagar caro lo que había hecho y lo sabía. Al llegar a la mansión el golpe que dio el vampiro al cerrarla puerta le dio una idea de las ganas que tenia de molerlo a golpes o matarlo. Intento bajar del coche y al hacerlo las fuerzas me fallaron, la hostia contra el suelo me iba a venir de puta madre para las heridas. Pero el suelo no llego, al abrir los ojos vi que Vishous me agarraba y ese contacto me puso de los nervios.

—! Suéltame!...puedo llegar solo.

—Y una mierda —contesto mientras le levanto y le ciño por la cintura con cuidado de no hacerle más daño del que ya lleva encima—. Eres un idiota cabezón y un hijo de puta. Soy tu jodido Whard. Dónde vas tú, yo tengo que ir y ¿sabes? Me jode que te hayan hecho tanto daño mientras yo no estaba. ¿Acaso te haces a la idea de dónde me deja eso? ¿Qué crees, que lo de ser tu puto guardián es una jodida broma? Esto podría costarme a mí un puto castigo, ¿sabes por qué? Porque se supone que yo he de velar porque a ti no te pase nada. ¿Eres masoquista? Perfecto, pero no vuelvas a hacer algo así.

Lo llevo a la sala de curas de la mansión donde Ehlena y Manello ya estaban sobre aviso. Seguramente Rehvenge les ha avisado. Una de las Elegidas también está aquí. Bien, porque este mamón va a necesitar alimentarse si quiere curar rápido.

Coño no había pensado en eso, no quería que el vampiro sufriera ningún daño por su culpa, joder hablaría con el rey llegado el momento. Un suspiro escapo de mi boca cuando me quitaron la camiseta y vi en los ojos del vampiro algo que jamás pensé vería...horror,puro y duro horror, pero por alguna extraña razón no quería que el vampiro se fuera de la habitación. Una calidez desconocida me atravesó cuando me agarro por la cintura.

—No te vayas Vishous, quédate,sabes que no soporto que me toquen y eres el único que puede controlarme. — Pedírselo me costó como darle las gracias a Satanás por la noche de golpes que había tenido.

Voy a descubrir quién cojones es ese degenerado y por su propio bien espero que tenga un puto búnker a prueba de manos diabólicas porque si le pillo, no va a quedar absolutamente nada de ese hijo puta. Le oigo pedirme que me quede. Como si fuera a largarme a ningún sitio. A partir de ahora seré su puta sombra.

—No me iré a ninguna parte —le digo y noto que mi tono de voz sale ronco. ¿Por qué me afecta tanto verle así? Ni puta idea, joder. Pero lo hace aunque no encuentre una explicación lógica para ello. Aunque... supongo que es por el hecho de que soy su Whard, ¿no? Vale, V,deja de pensar.

Mentalmente se lo agradecí y me deje hacer, mis nervios estaba poniéndome al límite, esas manos me hacían volver a cuando me tocaban para tener sexo .Cerré las mano en puños y abrí los ojos cuando el vampiro me puso la mano en el hombro para que me tranquilizara y me hablo con la mente.

—Estate tranquilo Butch, son amigos, no buscan placer solo curar tus heridas.

Asentí e intente concentrarme afirmándome en su mente...de repente la conexión se rompió cuando los pasos salvajes que tocaban en suelo y las maldiciones que soltaba uno delos guerreros hacía llegar hasta ellos.

Joder el rey... se avecinaban problemas a la vista y de los buenos.

Genial. De puta madre. Las puertas del box se abren de forma estruendosa y las botas de combate de Wrath resuenan en la estancia. Ni siquiera Manello es capaz de aplacar su ira.

—¿Qué cojones ha pasado?—gruñe y aunque es ciego estoy absolutamente convencido que sus ojos están intentando taladrarme.

—No pude llegar a él—contesto simplemente y es la verdad. A medias.

—¿Dónde cojones estabas?Se supone que donde va él vas tú.

—Buscándole. Mira, W...

—No hay excusas. Eres su Whard, se supone que has de evitar estas cosas. Has ofendido a la Hermandad con este descuido —dice Tohrment detrás de él.

—¿Ofendido a la Hermandad? Que yo recuerde fui yo el que lo trajo, fui yo el que propuso que se quedara y nadie se opuso a ello. Podríais haberos negado, lo habría aceptado,aunque me hubierais perdido como parte de la Hermandad. ¿Ahora estoy ofendiéndoos? No me jodas, T.

No me estaba gustando nada el cariz que estaba tomando las cosas...yo no era un vestido de saldo que se pasaba de mano en mano, era un ser humano, además no me gustaba que atacaran al vampiro, él no había tenido la culpa. Me incorpore con ayuda del médico.

—Él no ha tenido la culpa, fui yo el que se largó antes de que la pelea terminara... necesitaba calmar mi lado Symphath y V no podía ayudarme, así que dejarlo en paz. No me queríais aquí de no ser por la visión de mí que tuvo .Era el único que me presto ayuda, así que por mi podéis dejarnos en paz. Si el problema soy yo, según me alimente me largo y vuelvo a la Colonia, pero dejar de atacar a Vishous de una puta vez.

Jamás había defendido a nadie en la vida y se me había hecho muy raro, pero estaba claro que no era bienvenido en esa casa y le estaba creando serios problemas a V y eso sí que no. El hecho de que fuera capaz de abandonar la Hermandad por mí, era algo que no me había esperado jamás por parte de Vishous y no lo iba a permitir. Mi vida no valía tanto como para destrozar la vida de otro vampiro.

Miro a Butch de reojo e intento controlar mi genio. Soy perfectamente capaz de defenderme solito. He estado solo durante los últimos tres putos siglos y no necesito que un medio symphath... sea lo que sea lo que nos una, tenga que meterse en mis putos asuntos.

—Haced lo que tengáis quehacer, pero os diré una cosa: si le ha pasado esto, no ha sido porque yo me haya descuidado o porque haya fallado como su Whard. Hay asuntos que no tengo por qué tratar con vosotros y estoy seguro de que tampoco os interesarían. Así que... haced lo que os dé la real gana. Ahora, si nos disculpáis, Butch tiene que guardar reposo y alimentarse.

Sé que la discusión no ha acabado y la mirada que lanza el Rey hacia mí —vete tú a saber cómo lo sé,coño— me lo acaba de confirmar. A regañadientes y bajo la atenta mirada de Manello y Ehlena, todos salen del box menos yo, la Elegida y el doctor humano. Ironías de la vida, si no fuese porque Payne está coladita por él ya sería menos que cenizas. Sacudo la cabeza para apartar ese instinto asesino-protector y me giro hacia el medio symphath, cruzándome de brazos.

—No necesito que me defiendan. —Mi voz suena rotunda, seca, fría—. Sé cuidarme solito. Llevo haciéndolo durante trescientos años, así que... ahórrate tus actos heroicos, ¿estamos?

Hijo puta no esperaba un gracias, ni yo mismo tenía esa palabra en mi vocabulario hasta que el destino nos junto, pero tampoco una jodida reprimenda como si fuera un cachorro.

—No lo he hecho por ti, te lo dije el otro día no te creas el ombligo del mundo vampiro. Si he dicho eso es por cubrir mi culo, no el tuyo...me importa un carajo lo que te pase Vishous. Así que tranquilo bastante tengo con defenderme yo mismo para cuidar de ti.— Deje de mirarlo y me centre en las luces del techo de la sala de curas. Joder me sentía como un miserable, me preocupaba de verdad lo que le hicieran por mi culpa, pero él lo había querido así. Sabía que de alguna forma su "amigo" iba a pagar su escapada, pero no sería yo quien preguntara o se preocupara, ya se lo había tirado encara...era capaz de cuidarse solo.

Joder sentir esas manos en su cuerpo aunque fueran curándolo no le gustaba nada y no tener la mano del vampiro sobre mí, no lo hacía más fácil. Sentí que Elhena me iba a quitar los pantalones y una mueca se cruzó en mi boca cuando oí el gemido que salió de la boca de la hembra, al dejarme completamente desnudo. Me habían dado bien duro y no había una parte de mi cuerpo que no estuviera sangrando o con una herida abierta. Sentí la puerta cerrarse con un fuerte portazo y supe sin verlo que el vampiro había salido cabreado, muy cabreado.

En cuanto empiezan a quitar capas de ropa y veo la mierda que le han hecho, siento mi sangre bullir en mi interior, algo que jamás —ni siquiera en el campamento de mi padre, ni contra el Sanguinario—, me había pasado. Me doy la vuelta y salgo del jodido box porque como siga allí, apartaré a todo el mundo y me ocuparé yo de él. Y esa no es una puta buena idea, mierda. Cierro la puerta de un portazo y golpeo la pared contraria a la sala de curas con el puño. Ese hijo deputa se ha cebado con Butch. Se ha cebado con mi protegido, mi...

—Lo que sea —mascullo mientras hago rechinar los putos dientes y siento ganas de volver a esa puta casa y hacerle una cara nueva a ese malnacido.

El vampiro volvió a entrar en el mismo momento que terminaba de alimentarse de la amable Elegida y lo acompaña el olor a liado que al el curiosamente me gustaba y me hacían sentir como en casa... sacudí la cabeza...alto ahí con esos pensamientos, esa no era su casa, ni lo seria nunca por mucho que el vampiro dijera que ese era su lugar. Joder qué coño me pasaba, mientras me alimentaba no pudo evitar pensar como será tomar la sangre de alguien sin que te uniera un sentimiento de dolor y de complacer por dinero. Jamás habían tomado de su vena por amor, siempre había sido por deseo sexual malentendido y cuando me obligaban a tomar a mí, al final, solo en mi cuarto terminaba vomitando.

Nunca esos pensamientos habían tenido lugar en su vida definitivamente la libertad no era buena, le hacía desear lo que jamás podría tener.

—No quiero quedarme aquí y no te estoy pidiendo que me cuides, pero me gustaría volver a mi habitación.

Claro, no quiere que le cuide. Le recorro con la mirada en un vistazo rápido y me cruzo de brazos.

— ¿Acaso crees que tienes otra opción? —Es más bien una afirmación, no una pregunta en sí— Soy tu Whard,te guste o no ese hecho. Mi obligación es asegurarme de que estás bien. Estarás en tu habitación, pero no con la puerta cerrada. Tendrás que reposar al menos dos días para que se te curen del todo las heridas. Ni siquiera la sangre de una Elegida es tan milagrosa como para hacerlo en unas horas, no con lo que llevas encima. En cuanto a lo de volver con ese tío. Olvídalo.

Me acerco a un pequeño armario de la habitación y saco un par de prendas de allí y se las lanzo a Butch.

—Vamos, volveremos al Pit.


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