domingo, 8 de noviembre de 2015

¿QUE NOS PASA A LOS DOS?...11ª



                                                   

                                              ¿QUE NOS PASA A LOS DOS?

                                    




Butch y Vishous Fated

Entro en el pit y la oscuridad me engulle, veo la luz que sale de mi habitación y el silencio me sobrecoge. Cierro despacio y roto mi cuello en círculos haciéndolo crujir, dios mis músculos están agarrotados y tengo frío de las horas que llevo dando brazadas. Con tiento camino hacia mi cuarto y lo primero que me asalta es mi cama vacía y el olor de lo que hacía dos horas acababa de pasar ahí junto con el suyo. Era el olor del sexo, mezclado con lujuria y deseo, porque aunque él lo negara yo no, hubo deseo y mucho y por ambas partes. Sin cerrar la puerta voy hacia el baño y dejo salir el agua hasta que esté bien caliente mientras me miro en el espejo. Aunque el vampiro diga que no sigo siendo un puto esclavo. Coño ¿por qué no me trato como tal? yo hubiese sabido defenderme y ahora mismo no estaría tan tocado. No sé, ni quiero poner nombre a lo que había pasado en mi cama, pero él fue diferente conmigo, amable, considerado, cariñoso y hasta gentil. No fue el hijo puta, el amo que conocí en el ático,¡¡mierda!! Hasta mi orgasmo fue diferente, mis sensaciones, todo.

Volví a mirarme en el espejo y un gruñido salió de mi pecho a la par que mi puño se estrechaba en el cristal haciéndolo añicos. La sangre broto enseguida y mientras lloraba, hacía siglos que no lo hacía, quitaba todos los cristales de mis nudillos. El vaho empezó a llenar el baño y me metí debajo de la ducha. El agua cristalina se mezclaba sumidero abajo con el rojo de mis nudillos y mis lágrimas. Cuando mi cuerpo se calentó, salí, me sequé, enrollé en una toalla mi mano herida y me puse un pantalón de pijama. Iba a cerrar la puerta de mi dormitorio y me quedé con la mano en el pomo, joder seré gilipollas coño, tenía que ver si estaba bien. Llegué a su puerta y abrí sin tocar, el olor a sangre fresca lleno mis fosas nasales y temiendo lo peor me acerque a su cama. Paré en seco y mate un gemido en mi boca, por satanás que ejemplar de macho. Vishous yacía boca abajo en su cama de sabanas negras y desnudo, su piel morena relucía bajo la luz de solo dos velas que había encendidas, sus músculos se marcaban sin pudor y las facciones de su cara cuando dormía lo hacían parecer en paz. Mi polla, desgraciada, se hizo notar, pero no le hice caso el olor a sangre aun llegaba a mí.

Tragué saliva y vi la sangre correr por los lados de sus costados, algunas brechas de los latigazos se habían abierto, aunque la gran mayoría habían sanado. Disparado fui a por el brebaje pero antes de volver a entrar ahí cogí la botella de whisky del mueble bar y me bebí más de la mitad a morro y sin respirar. Luego encamine mis pasos hacia su habitación, me senté por un lado de su cama, el que estaba junto a las ventanas, moví sin hacer ruido el sillón y le cubrí las heridas abiertas con el brebaje. Lo tapé hasta las caderas con la sabana, me quité la toalla llena de sangre de la mano y me puse el brebaje para calmar el dolor y la hinchazón. Me coloqué bien en donde estaba sentado y no sé si por saber que estaba durmiendo tranquilo, o porque yo era un jodido masoquista me fui quedando dormido.

Algo en mí me dice que ya no estoy solo en la habitación y lo corroboro al notar las sábanas sobre mis caderas. Estoy seguro que ni siquiera había sido capaz de taparme. Cuando había llegado aquí estaba demasiado hecho mierda como para darme el tiempo necesario a taparme. Parpadeo un par de veces y giro mi cabeza hacia las ventanas que en este preciso momento están bajando indicando la llegada del maldito amanecer y me pregunto si... Mi visión periférica capta algo que se mueve a mi lado y giro la cabeza hacia allí.Te veo sentado en la silla donde había habido un montón de Sport Illustrated que ahora están en el suelo de forma desordenada y veo que tu cabeza está cayendo hacia adelante. ¿Qué cojones...? Me giro bruscamente y apenas evito el siseo que quiere salir de mis labios al notar el roce de las sábanas de seda negra contra algunas de las heridas que aún no se han acabado de cerrar.

En un santiamén estoy sentado y te agarro antes de que caigas hacia delante, con mis manos agarrándote de los hombros. Pero serás mamón. Ni siquiera te das cuenta de una mierda. Miro tu cara con algo de preocupación y una de mis manos, la muy traidora hijaputa, sube hasta tu cara para apartar un mechón que ha caído frente a tu rostro. SiSi supiera qué cojones me estás haciendo, las cosas probablemente serían muchísimo más fáciles. Pero o no lo sé o no me importa una mierda lo que coño signifique. Sólo sé una cosa: que necesitas descansar y no en una maldita silla de madera que va a destrozarte las putas cervicales aunque creas que mereces el puto castigo, joder.

Como buenamente puedo, te levanto de la silla, hago que te sientes sobre el borde del colchón y hago que te recuestes sobre la cama mientras mi mano enguantada aguanta las sábanas a un lado para después taparte con ellas. "En«¿En qué cojones estás pensando, so imbécil?», pienso mientras te observo acomodarte mejor ante la comodidad que te envuelve y de forma inconsciente buscas más de mi maldito calor. «Síp. Bien. ¿Acaso no eres un puto pervertido de mierda? Primero ayer lo rechazas, casi le arrancas la puta cabeza. Hoy te lo follas como si fuera tu jodida shellan y casi lo marcas como tal. ¿Y ahora te haces el buen samaritano metiéndolo en tu puta cama para que...» Joder, hostia puta. Me aparto de ti y salgo de debajo de las mantas, levantándome. Necesito un puto trago y un turco. Como YA. Me doy la vuelta para largarme cuando noto que estás murmurando algo ininteligible.

Me acerco un poco más a la cama y me agacho para poder entender qué cojones estás soltando por esa bocaza tuya.

Estaba de vuelta en la colonia en la sala de los espejos, rodeado de público que una vez que el rey acabara conmigo me follarían sin tener en cuenta mis heridas y los desgarros anales producidos por la brutalidad de ese hijo de puta. Mierda estaba a punto de gritar por primera vez en mi vida como un poseso cuando si más y de la nada surgió el rostro del vampiro y con él la calidez de sus manos y el sentirme seguro y a salvo en su compañía. Mi cuerpo se acomodó mecido por esa seguridad y yo me sentí resguardado de toda la mierda que me había acompañado por siglos de vida…hasta que el recuerdo de una noche de sexo con el vampiro se coló en mi tranquilidad. Joder lo que el colmillo me daba, nadie jamás en la vida me lo dio y esa sensación de sentirme a salvo volvió a mecerse en mi pecho, pero como término lo que se había presentado como una fantástica noche de placer, me dio de lleno en el pecho como un balazo a traición.

— Maldito egoísta hijo de puta, que solo piensas en ti y utilizas a la gente…ojalá te pudras en el puto infierno.

Y a pesar de eso era consciente de que si aún estaba vivo era gracias a él, el sueño llamado libertad se hizo tangible y palpable y tenía algo parecido a un hogar, aunque la mayoría de sus miembros me odiaran.

La paz volvió a mi cuando unas caricias en mi espalda desnuda me relajan.

Aprieto los dientes y, a pesar de ello, me inclino un poco más para empezar a trazar círculos sobre la espalda del medio symphath. Que me jodan, pero algo me dice que está teniendo un sueño y es probable que navegue entre el ser uno bueno y una jodida pesadilla .Cuando noto que finalmente se calma me levanto y salgo de la habitación en busca de un vaso de alcohol y un jodido liado. Necesito la puta nicotina, pero ya.ya. Enciendo uno de los pitillos y exhalo el humo, cerrando los ojos cuando la siento recorrer mi sistema. Miro los Cuatro Juguetes y enciendo las pantallas para ver qué se está cociendo por Caldie. Hombre, me hubiera encantado poder salir con los demás a patear las calles, pero también sé que después de lo ocurrido voy a necesitar un día, por lo menos, para poder recuperarme. Me siento ante las pantallas y tecleo algunos códigos. Quizá sea una buena idea el ponerme otra vez con el proyecto de programación del juego que empecé hace un par de meses. Me coloco los auriculares en la cabeza, enchufo el reproductor de música con el rap a toda hostia para evadir los pensamientos de los Hermanos que están siendo bastante persistentes con eso de dedicarse a despotricar acerca de Butch por lo del rythe que han tenido que llevar a cabo —especialmente Wrath— y abro el maravilloso software de programación que he hackeado por la red para bajarlo sin pagar un jodido dólar, aunque sea capaz de pagar la puta fortuna que piden por él.

Abro mis ojos intentado saber cómo coño he acabado en mi cama si estaba sentado en el sillón, de la habitación del vampiro y sin más el olor de él me asalta, me fijo bien y me doy cuenta de que no es mi cama, yo no tengo sabanas negras. Coño estoy en su cama, en algún momento de mi descanso me llevo a ella y el muy mal nacido se había largado dejándome solo. Me senté de golpe despotricando como un camionero, se podía ser más cabrón claro que si joder, follarte, ir a decir algo que seguro no me hubiese gustado y encima dejarme solo en su jodida cama. Me levanté mosqueado y cabreado y salí en su busca. Se hallaba delante de sus ordenadores, sus juguetes y con los cascos puestos, apostaría mi culo y no lo perdería que no había comido nada, mierda encima me preocupo por él, seré idiota. Me planté de unas zancadas delante de él, quitándole los cascos y me miro sorprendido y mosqueado.

— La próxima vez que me folles y luego me metas en tu cama ten la puta decencia de quedarte a mi lado, sé que solo soy un puto, pero cualquiera sea lo que sea aprecia un poco de consideración…supongo que no habrás comido, así que me meteré en la cocina hacer algo y te hare un buen café, te hace falta cabrón.—Iba a salir de la habitación y debajo del marco de la puerta y sin mirarlo, mi boca una vez más me traicionó.— No sé porque cojones me preocupo por ti cuando a ti te importa una mierda la gente y sobre todo yo.

Salí para la cocina sin darte tiempo a replica.

¿Qué a mí no me...? Un. Puto. Segundo. Pero lo que me perturba en realidad no es esas recriminaciones que no vienen al puto caso, sino lo que dice. ¿Comida? ¿Hecha por sus propias manos? Oh, joder.

Síp. Ahora sí que estoy acojonado. Que alguien cocine para ti es todo un puto honor. Y si... por azares de la vida, acaba por alimentarte con sus propias manos ya es... Las palabras «declaración de amor eterno» se clavan en mi puto lóbulo frontal haciendo que me estremezca y empiece a despotricar en arameo.

—Butch —le llamo, pero me ignora—. Butch, joder...—Me levanto de la maldita silla y me dirijo hacia la cocina donde lo veo atareado preparando vete tú a saber el qué. Me acerco para llamar su atención y que deje de hacer el gilipollas y antes de que me dé cuenta me mete un jodido trozo de zanahoria en la boca que me deja helado.

Por su bien espero que se dé cuenta de lo que esto significa en el mundo de los vampiros, porque seguro como la mierda que entre los symphath esto no ocurre.

Paso de su llamado y me meto en faena mientras el café se hace y para ignorarlo me pongo a silba una melodía mientras preparo todo para una buena comida-cena. Lo huelo antes de sentirlo a mi lado y pongo un trozo de zanahoria en su boca para que se calle de una puta vez y sigo a lo mío dándole la espalda.

— Joder vampiro se cocinar y lo hago muy bien y no temas no te voy a envenenar aunque no te niego que la idea se me ha pasado por la cabeza y prometo dejar tu cocina impoluta de limpia.—Sigo en faena, pillo un trozo de carne esta vez y me giro para metérsela en la boca. Su cara cuando empieza a masticar es un poema y siento su furia… ¿Qué coño he hecho mal? Y cuando entiendo lo que le pasa el que se pone furioso soy yo.— Serás hijo de puta, no pongas esa cara porque un puto este haciendo la comida, tengo mis manos limpias y ¡¡joder!! Solo soy una persona.

Si antes estaba sorprendido ahora estoy cabreado como las monas. ¿A qué cojones viene eso de recordarme, muy amablemente... sí, y una mierda, lo que fue en el puto pasado?Le agarro de la camiseta que lleva puesta, mi mano enguantada apaga el puto fogón, y prácticamente te empotro contra una de las encimeras de mármol de la maldita cocina.

—¿Crees que todo gira en torno a lo que fuiste? —siseo—. ¿Qué cojones crees que iba a decir hace unas horas después de lo que ha ocurrido? ¿Que no te acercaras a mí o que te fueras a la puta mierda? ¿Me dejaste explicarme o decir nada? No. Cogiste y te largaste sin más. Escúchame bien y sólo te lo preguntaré una vez: ¿eres jodidamente consciente de lo que significa lo que acabas de hacer para un puto vampiro, Devorador de Pecados?

Sé que no se merece que lo llame así, pero estoy cabreado y fuera de mis malditas casillas.

No entiendo nada de nada ni porque me veo empotrado contra una de las encimeras con el vampiro muy cabreado encima mío. Sé que tiene razón a todo lo que me está diciendo, que después del sexo no lo deje hablar, pero del vampiro te puedes esperar cualquier cosa y no todas buenas, jamás me hubiese imaginado que le fueran ni los tíos, ni el sado y así era.Y ahora esa pregunta, coño solo le di a probar lo que estaba haciendo ¿qué mal había en ello?Devorador de pecados, cabrón mal parido.

— No soy un devorador de pecados, jamás lo he sido, intento con la gente que aprecio guarda ese lado mío para no molestar o hacer daño, solo lo utilizo con mis enemigos y seres que se merecen una muerte lenta y dolorosa. Tú lo has visto y sabes que es así. Y solo te he dado aprobar lo que estaba haciendo para comer, no entiendo que mal puede haber en ello, ni para ti, ni para mí.

Su furia va en aumento y a mí me está costando un mundo mantener la mía a raya porque si no lo hago terminaremos mal, muy mal y coño no es eso lo que quiero. Solo por una vez me gustaría tener una tranquila velada con él.

Sí, vale, me he pasado al llamarle así pero cuando estás cabreado no piensas lo que sueltas por tu maldita boca.

—Para nosotros, que alguien cocine para ti y, encima, te dé de comer con sus propias manos significa un puto mundo. Significa que le debes respeto, honor, lealtad y amor, hijoputa —digo entre siseos, apretando los dientes—. Que alguien te dé de comer es un honor.—Te miro a los ojos y muy a pesar de mí mismo te digo en la Lengua Antigua:—Te doy las gracias de todo corazón por lo que has fabricado con tus propias manos, me siento honrado por ello y juro ante la Virgen Escriba que honraré la mesa que sirvas con los alimentos y que no derrocharé ni un solo gramo de lo que hayas preparado.

Trago saliva ante lo que me está diciendo y siento como su furia desciende, mis ojos se abren como platos y ahora entiendo su empute. Pero yo no conocía esa costumbre, es más no tenía ni idea. Dar un simple bocado de comida para ellos representa: respeto, honor, lealtad y amor. Mierda me había metido en un buen lio y no sabía cómo salir de él.

— Te pido perdón Vishous, no tenía ni idea, nada de estas costumbres estaban presentes en la colonia y en el tipo de vida que llevaba, perdóname.—Pero el maldito no se calla en Lengua Antigua me dice algo que a mí y sin querer se me mete en el corazón y bien profundo.Cuando se calla me lo quedo mirando y sin tener ni puta idea de un porque lo hago, una de mis manos suelta la encimera va a su nuca y mi boca devora la suya.

No sé muy bien qué hacer conmigo mismo, sin embargo mi cuerpo toma el control de la situación y responde a tu beso con igual intensidad que tú estás demostrándome. Con mis manos te subo encima de la encimera, colocándome entre tus piernas para poder acercarme más a ti. Aparto algunos de los cacharros que están estorbando y cuando nos separamos te miro a los ojos.

—No vas a salvarte de recibir una hostia, que lo sepas —digo con voz ronca a pesar de que una de las comisuras de mis labios se tuerce hacia arriba en una sonrisa medio canalla.

Jadeo cuando responde a mi beso y lo intensifico, dios, condenado estoy. No soy capaz de negar que te deseo y me gustas y teniendo en cuenta que jamás había conocido esas emociones, pues estaba bien jodido. Sin más, sigues respondiéndome cuando me sientas sobre la encimera y abro mis piernas para que te puedas acomodar mejor, oigo como apartas algunos cacharros y jadeos cuando te separas de mí, como odiaba que lo hicieras. Sonrío ante tus palabras y tu media sonrisa.

— Cuando quieras pero ahora sigue donde estábamos, porque cuando acabemos te voy a terminar de hacer la comida y será un honor si me dejas alimentarte vampiro.

Me miras como si me hubiese salido dos cabezas y cuatro ojos. Puta bocaza la mía.

A la mierda. Pensar en que este macho vaya a darme de comer me pone de los putos nervios. Ni siquiera me doy cuanta cuando llevo mi mano enguantada hacia atrás, cerrándola en un puño, y la estampo contra tu mandíbula.

—Vete a tomar por culo. Aún no entiendes lo que algo así significa, así que será mejor que se te borre eso de la mente.

Me aparto y me dirijo otra vez a la salita de estar. Tecleo un par de códigos en el ordenador y hago que la música se detenga. Dios, necesito salir de aquí antes de que me dé un maldito ataque de claustrofobia.

Si lo entiendo, quiero gritarte de igual forma quiero gritarte que sin entender porque quiero hacerlo. Limpio la sangre que corre barbilla debajo de mi labio inferior partido y de un salto pongo mis pies en el suelo.Salgo de la cocina en el mismo momento que tú lo haces de donde tienes tus juguetes. Frente a frente mirándonos de forma asesina, mis puños cerrados a ambos lados de mi cuerpo, los nudillos blancos y la rabia que ya se ha hecho dueño de mi cuerpo. Siseo como un cabrón.

— Puto cobarde.

Y uno de mis puños cerrados va directo a tu estómago, levantándote los pies del suelo.

El golpe me roba el aire durante un par de segundos pero consigo reaccionar enseguida. Te agarro de la muñeca y te la retuerzo, encarándote y haciendo gala de mis colmillos en su total tamaño.

—¿Cobarde? Ni siquiera me conoces, así que no puedes saber si lo soy o no —siseo, soltándote de repente y haciendo que des un par de pasos atrás—. Tú mismo has dicho que no tenías ni idea de las costumbres vampíricas, así que no esperes que te dé las putas gracias y pase eso por alto, imbécil. Además, te recuerdo que yo no socializo.

Al soltarme con tanta brusquedad doy unos pasos hacia atrás, siseando cuando mis colmillos salen hasta su totalidad, ahora mismo no te veo como el vampiro, la persona que me ayudo, sólo eres un cabrón cobarde.

— Tú no socializas, tú follas y luego das la patada y apartas de tu lado a todo el que quiere estar porque en el fondo no eres mejor que yo…eres un puto paria al que le pesa su asquerosa mochila de mierda y no sabría ver un diamante bueno aunque lo puliesen delante de tus narices de vampiro. — Otro gancho pero esta vez a tu cara—entendí lo que me explicaste y quería hacerlo mal nacido. —Eres especialista en apartar a todo el mundo de tu lado vampiro.

Escupo algo de sangre y gruño. Te meto un derechazo en el estómago y después un izquierdazo.

—¿Y qué? No me ha ido tan mal en mi jodida vida, así que jódete. Es mi vida. Además, ¿a ti qué cojones te importa lo que haga en mi vida privada?

Jadeo en busca de aire antes los dos golpes seguidos en mi estómago y le lanzo una patada a sus costillas que lo dobla, mientras me trago mi sangre.

— La cargaste al no matarme en la colonia… ¿no te ha ido mal? Mírate no te soportas ni a ti mismo.Puto cobarde eso es lo que eres.

Iba a gritarle que si me importaba todo lo que fuera el, pero me mordí la lengua antes de hacerlo, este hijo de puta no se merecía nada de bueno que yo pudiera darle. Remato con un derechazo en la boca.

—Y tú eres mejor, ¿no es así? —Paso una mano por mi cara para apartar la sangre que sé me resbala por la barbilla—. Escudándote siempre en el hecho de haber sido un esclavo, dándole la culpa de todo a los demás, creyendo que así conseguirás algo de compasión... ¿Qué pasa? ¿Es eso todo lo que eres?

Te miro a los ojos sin amedrentarme. Sé que tal vez estoy llevándote al límite, pero me importa una reverenda mierda. Sé que he sido yo el que te ha traído aquí, pero joder...

Grrrrrr se podía ser más cabrón, más hijo de puta, pero que se podía esperar del hijo del maldito Sanguinario. Mierda pelear y estar rabioso, no era una buena fórmula para poder mantener mi lado maldito a raya y oírlo escupir todas esas verdades con tanto coraje no ayudaba nada y a nadie y menos a mí. Tenía razón yo no era mejor que él, yo era un puto al que todos se follaban sin más, al que enseñaron a base de golpes a controlar ese lado que jamás debió de ser mío o pertenecerme. No era nadie, sólo una mierda. Pero cuando él me dio la libertad y me trajo aquí, decidí que la vida me había dado una segunda oportunidad. Escupí varias veces la sangre llenaba mi boca y cuando mi mirada se cruzó con la suya llena de odio supe que estaba perdido. Mi lado Symphath se fue adueñando de mí, mientras lo golpeaba sin tino.

Empiezo a notar el cambio que se provoca en él y aunque sé que debería detenerlo, no lo hago. No me importa, ahora mismo sé que necesito sacar la mierda a base de golpes y que me jodan, pero estoy demasiado cabreado como para detenerme a pensar con racionalidad.

—Si crees que me gusta cómo crecí o lo que me hicieron, estás muy equivocado. Yo no me escudo en excusas patéticas, al menos yo afronto lo que me pasó como buenamente puedo sin darle la culpa a nadie. ¿Que me aparté de la gente? Bueno, fue mi maldita decisión. ¿Que soy un hijo de puta que sodomiza a los demás con tal de mantener a mis putos demonios del pasado a raya? Sí y no por ello me siento orgulloso de como lidio con ello. Sé perfectamente que soy un depravado hijo de su santo padre y no me siento mínimamente de acuerdo con lo que soy o en lo que me he convertido. Por lo menos yo sí que admito que mi mierda apesta.

Me doy la vuelta dispuesto a largarme de aquí porque como siga soltando mierda por la boca no sé qué diablos va a pasar y presiento que su lado symphath está saliéndose de su control y no me apetece lidiar con ello ahora mismo y mucho menos que se escape a Dios sabía dónde a buscar alguna paliza que provocara que volviera a obligar a mis Hermanos a llevar a cabo otro rythe, porque sé que a la próxima las consecuencias no serán un maldito mero castigo.






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