sábado, 7 de noviembre de 2015

RECUERDOS INDESEADOS...9ª


                                                       RECUERDOS INDESEADOS

                                        


Vishous y Butch Fated

¿Por qué será que siempre parece que la cago con él? Esa es una de las preguntas más frecuentes desde que está aquí o desde que le... me encontró. Paso una mano por mi cara. Estoy frustrado. Sí, acabo de tener un jodido orgasmo bestial, nada que ver con los que suelo tener en mis sesiones y porque así descargo algo de la tensión que llevo encima. Si no actúo ya, habrá consecuencias después, más de las que ya habrá cuando los hermanos hayan decidido qué usarán en el rythe de esta noche que viene. Cuando le veo cerca del sofá, me acerco a él y prácticamente lo empotro contra este. Si cree que va a irse de rositas a nadar cuando apenas quedan quince minutos para el alba, lo lleva claro.

— ¿Qué pasa? ¿Tanto deseas achicharrarte ahí fuera? ¿Sabes cuánto falta para el amanecer? —Siseo contra su oído—. Además, ¿quién te dice que solo yo puedo recibir placer? Y no, esto no es un pago o nada por el estilo, así que ahórrate el sermón.

Mis manos son rápidas cuando las meto entre su cuerpo y el sofá, buscando, precisamente, esa parte de la anatomía del medio symphath que está tan dura como lo empieza a estar la mía otra vez.

Estaba a la altura del sofá cuando el vampiro me empotra contra este, con el encima de mi cuerpo y sudolorosa erección chocando con este haciéndome gemir. El siseo en mi oído puso todas mis terminaciones a flor de piel y un frío de placer me recorrió por entero. Joder no se había dado cuenta de la hora que era, de haber salido ahora sería fina arena, aunque dudaba de que V lo hubiese dejado salir. Y por sus cojones que ante las palabras de Vishous, ni por un momento había pensado que era un pago por lo sucedido minutos antes. Mi culo se pega a la polla del vampiro cuando la mano de ojos de plata, vaya contraste, los mío son dorados, se cuela entre los dos: su cuerpo y el sofá intentando coger...mi polla que de lo dura que estaba producía dolor y no me sorprende que él estuviera duro de nuevo. Joder solo pedía una cosa que ningún recuerdo estropeara lo que quiera que fuera a pasar en ese momento con Vishous, nunca sabias que podía pasar. Pero que me despellejaran si no era eso lo que quería aunque no lo entendiera, ni tuviera un porque para ello, solo sabía que lo quería.

No puedo evitar la sonrisa cabrona cuando noto que instintivamente se pega a mí. Mi mente ya está maquinando lo que quiere hacer con él y aunque soy conocido por pensar antes de hablar, parece que hoy ese no es el caso.

— ¿Sabes lo que voy a hacer? —Me oigo preguntar, acercándome más a su oído—. Pregúntamelo. Dime: ¿qué vas a hacerme, V?

Al principio me negué a contestarle, no quería más ordenes, no quería ser más un esclavo complaciente, pero esa voz ronca de vete tú a saber que, encendió todas mis terminaciones y sentirlo más pegado a mí, hablando junto a mi oído hizo el resto.

— ¿Que vas hacerme V?

—Voy a hacer que te sientes en el sofá, que abras las piernas para así poder admirarte y saborearte—susurro, dando un ligero apretón a la polla de Butch—. Pregúntame: ¿Y,después, qué más, V?

— ¿Qué más, maldito hijo de puta?

Maldito cabrón, mi polla era una jodida traicionera porque al apretón de Vishous se puso más dura de lo que ya estaba.

—Error. —Retiro la mano para colocarla sobre su estómago—. Es: ¿Y, después, qué más, V?

Hijo de puta

— ¿Y, después que más, V?

Asiento de forma aprobatoria y mi mano regresa a donde estaba mientras lo aparto del respaldo del sofá justo cuando las persianas metálicas empiezan a cerrarse, anunciando el alba y un nuevo día.

—Te giraré, manteniéndote contra el cuero, te prepararé para mí y haré que sepas lo que es en realidad el sexo. Haré que te corras tres veces y lo único en lo que podrás pensar será mi nombre. Y lo gritarás.

Lo giro y lo empujo para que caiga sentado sobre el sofá. Sus ojos llamean y no es solo por el hecho de que esté excitado, también está cabreado, pero eso a mí me importa una mierda. Antes de que diga nada o reaccione ya estoy de rodillas en el suelo y obligándolo a abrir sus piernas para mí. Mis manos viajan raudas a ese centro de placer masculino, rodeándolo, acariciándolo... admirándolo antes de que mis labios también lo rodeen y que mi lengua salga a jugar. En la vida le he hecho esto a macho alguno, ni siquiera a los sumisos que a veces me han dado lo que quería, pero no me importa, es más... me gusta cómo sabe.

Maldito vampiro dominante y cabrón, aunque el cabreo era más bien por mi mismo y por lo que estaba sintiendo al oírlo sisear cerca de mi oído y teniéndolo pegado a mí. Me aparta sin miramientos del sofá, con la misma brusquedad me gira y me sienta en el de golpe. Un ansia por probar su boca en mi polla y que jamás había sentido se apodera de mí y cuando en lo que pestañeo lo veo de rodillas ante mí, obligándome abrir las piernas, me pongo más duro si cabe. Tengo una rara sensación normalmente soy yo quien está en ese lugar, nunca en el otro lado para recibir placer. Sus manos son rudas y rápidas y para cuando quiero protestar Vishous ya ha sacado mi polla y su mano ya me la rodea y acaricia, sus ojos brillan de algo que nos e descifrar cuando se me queda mirando mi sexo en su mano. Un segundo después mis caderas se alzan cuando el vampiro se la mete en su boca rodeándola y su lengua sale a jugar con la hendidura.

Siento mis colmillos alargarse, rozando la sensible piel del medio symphath y es ahí cuando oigo cómo el primer gemido escapa de su boca. Ah, el sonido de la victoria. Mi mano enguantada va a sus pelotas, masajeándolas mientras sigo jugando con mi lengua en la punta de su verga. Puedo sentir su incomodidad, pero también su placer

Joder si no estaba el puto mundo dejando de existir en ese mismo momento en que mi polla estaba dentro dela boca del vampiro. Coño el muy hijo de puta lo hacía bien, casi tan bien como yo mismo, pero me sentía incómodo de estar a mecer de otra persona sin ser un esclavo, aunque si era sincero, el placer suprimía con creces la incomodidad. Un gemido escapa sin poder detenerlo, un gemido de placer, cuando los colmillos de V se alargan rozando la piel de mi polla, me agarro con fuerza a los brazos del sofá, cuando su mano enguantada masajea mis pelotas, que bueno era el mamón haciendo pajas. No soy cociente de que he hablado en alto, hasta que al mirarlo veo sus ojos platas en los míos dorados.

—Más...por satanás, más.

Le atraigo un poco más por las caderas y me lo trago por completo, sintiendo cómo el cuerpo de Butch va respondiendo a cada uno de los estímulos y yo me grabo en la memoria cada zona que le hace jadear o gemir. Aumento el ritmo a la parque siento su orgasmo acercándose cada vez más. Saco su polla de mi boca y le miro a la cara.

—Déjate llevar ahora,Butch, córrete para mí.

Joder cascársela no era malo pero hostias si la boca de ese cabrón no hacia milagros, se la ha tragado entera y no es que le sorprenda mi propia boca era famosa por eso. Un gruñido escapa de esta cuando deja de hacerme sentir de la forma que lo estaba haciendo, mi cuerpo estaba tenso como una cuerda de violín y sabía que era porque estaba a punto de correrme. Maldito cabrón el *Déjate llevar ahora Butch, córrete para mi* y la forma de mirarme fue el detonante para...joder, hostia puta, este estaba siendo más bestia y animal que el que tuve en el ático o el que yo mismo me había proporcionado. Mis caderas se alzaron, mis manos volaron a su cabeza y la mía cayo hacia atrás, mientras mis pies se agarraban con fuerza al suelo y por mis cojones que no pude evitar gritar...de placer y con su nombre en mi boca.

—!!!VISHOUS!!!

La sensación del primer triunfo es estupenda. Le acompaño hasta que terminan los últimos coletazos del orgasmo y cuando le miro no puedo evitar la media sonrisa que se dibuja en mi cara. Se lo había dicho, iba a gritar mi nombre y esto aún no ha acabo, me incorporo un poco y con una de mis manos le obligo a hacer lo mismo del sofá, instándole a que se dé la vuelta.

—Aún no hemos acabado,Butch —le susurró al oído cuando lo tengo como quiero que esté, con el pecho contra el respaldar del sofá y conmigo justo encima de él. Una de mis rodillas le insta a abrir las piernas.

Soy un muñeco en sus manos cuando me insta a darme la vuelta y quedar de nuevo en la primera forma de hacía unos minutos antes de irme a nadar, contra el respaldo y con él a mi espalda y eso me ponía muy nervioso. No puedo evitar tensarme cuando una de sus rodillas me insta abrir las piernas, solo esperaba que no me tirara del pelo, no lo soportaba, en la Colonia era lo habitual para domarme mientras me follaban. Dios esa voz en mi oído hacía añicos todas mis terminaciones nerviosas y temía y deseaba a la vez lo que iba a ocurrir, maldita polla mía que no obedecía e iba por libre y ya estaba semi dura de nuevo. En cuestión de segundos volvería a estar preparada del todo, para él.

—Relájate. No soy uno de ellos y pararé si me lo pides. Lo sabes, ¿no? Aquí lo importante es lo que tú quieres y si necesitas que pare por lo que sea, sólo has de decirlo.— Mis manos pasan por lo largo de su espalda y los costados, acabando en sus caderas. —Tú eres el protagonista hoy. Y tú decides.

La tensión desapareció al oír sus palabras y tenía razón mal que me pesara siempre me había tratado como a una persona, aun en el ático...era libre si algo no me gustaba o me hacía daño podía pararlo, nadie iba a recibir una compensación a cambio de follarme, estaba ahí y con él por propia voluntad, porque quería, porque deseaba que así fuera, no tenía que pedir permiso...era libre para hacer con mi cuerpo lo queme diera la puta gana. Sus manos recorriendo mi espalda y los costados, agarrando mis caderas y su quietud esperando una afirmación o negación hablaban de la honestidad de ese macho...aunque tenía una o varias preguntas que resolver: ¿por qué él? ¿Por qué dejaba que lo tocara?¿Por qué quería que el primer tipo que lo follara por placer fuera Vishous?¿Por qué no una mujer?, demasiados por qué y ninguna respuesta. Pero no era el momento de platearse esos porqués.

—Sigue con lo que tengas en mente.

Me reposiciono y me incorporo un poco. No puedo evitar que una de las comisuras de mi boca se eleve ligeramente ante lo que cruza mi mente. Antes de que pueda decir nada más vuelvo a bajar posando mis labios en su nuca y dejando que mi lengua salga para ir bajando por su columna lentamente, dejando un camino de saliva a lo largo de su piel. Mis manos se posan en sus nalgas cuando mi cara está cerca de donde la espalda pierde su santo nombre y le oigo gemir y gruñir, oigo el cuero del sofá siendo estrujado a niveles descomunales.

Joder este vampiro sabia como ponerme nervioso, su silencio era más sobrecogedor que su lengua bajando desde mi nuca hasta el nacimiento de mi culo. Su calor traspasa todas las murallas del miedo y el deseo se concentraba en mi columna, rodeando mis riñones y plantándose en la base de mi polla a la espera de algo, aunque no tenía ni puta idea de que. La madre que lo pario mis manos agarran el cuero con tanta fuerza que temo romperlo y no puedo evitar gruñir y gemir, el deseo me estaba consumiendo

Separo sus nalgas y dejo que mi lengua se hunda en esa zona tan íntima. Planto mis rodillas en el suelo y le siento levantar la cabeza, echándola hacia atrás. Eso me da el valor para seguir con lo que estoy haciendo. Suelto uno de los cachetes y mi mano se cierra alrededor de la renovada erección, apretando la base para cortar de cuajo el orgasmo que sé que ha estado a punto de asaltarlo.Aún no es el momento. No he acabado con él.

La expectación me estaba llevando al límite de lo soportable, hasta que siento la boca del vampiro jugando con mi culo, mi cabeza se fue sola hacia atrás, el orgasmo estaba apunto de asaltarme, maldito cabrón, coge mi polla y aprieta mi base, cortándolo de cuajo. Un suspiro de frustración junto con un gruñido escapa de mi boca y maldigo por lo bajo, no sé qué coño me pasa, ni entiendo este anhelo pero joder el deseo por este macho, me está volviendo loco, a duras penas puedo controlar mi lado Symphath, me daba miedo, pavor las emociones que despertaba en mí.

—Deja de contenerte —digo cuando me separo un instante de su cuerpo—. Estamos solos, tu lado maldito no me va a hacer recular y mucho menos me harías daño. Te he demostrado que soy capaz de apaciguarlo, así que... deja de luchar y déjate ser tú mismo.

Acompaño mis palabras con caricias sobre su longitud. No sé por qué le estoy diciendo esto. Supongo que es porque sé lo que es ocultar cómo es uno mismo durante mucho tiempo y, mal queme pese, sólo he dejado mi guardia baja con él e incluso ha sido al único al cual me he presentado tal y como soy ahora, con mis faltas y mis defectos. ¿Qué jode? Pues sí, pero no me siento mal por lo que ha pasado antes y seguro como la mierda que no lo haré cuando haya acabado con él porque el deseo que siento ahora mismo por él va más allá de lo que en un principio había pensado que sería.

¿Qué cojones me pasaba con este tío? El simple hecho de que me hablara, me tranquilizaba y mi lado maldito salía huyendo a esconderse en su guarida, como un conejo asustado. Que fácil para el decir que no se contuviese, muchos años de sometimiento, dolor y tortura, pero ahora esto era diferente y me descolocaba como la mierda. Pero por otro lado ¿por qué no me permitía por una vez en mi jodida vida, disfrutar de algo que alguien quería darme solo por puro placer? Deseaba, anhelaba profundamente a ese vampiro y ya habría tiempo para buscar explicaciones.

—Sigue, no sé por qué pero se con seguridad que no te haría ningún daño, tú me tranquilizas y...bueno me gusta lo que me haces.—Joder sentí mi cara roja, no podía creer que me estuviera sonrojando como una mujer, lo que me faltaba.

Una media sonrisa aparece en mi cara al verle sonrojarse. Ni que fuera una virgen, pero no comento nada al respecto sino que vuelvo a lo que hacía. Esta vez una de mis manos entra en acción y uno de mis dedos se insinúa en su entrada, rodeándola, rozándola, tanteando el terreno y dándole la oportunidad de negarse y pedirme que me detenga. Pase lo que pase, tiene que saber que es él y no yo el que tiene el control de esta situación aunque sea extraño en mí. Jamás dejo que nadie tenga el control y hasta lo que estoy haciendo me resulta extraño. ¿Será esto lo que llaman sexo normal? Al menos todo lo normal que puede ser entre dos machos...

Joder me he sonrojado este vampiro me daba la vuelta del revés haciéndome hacer y sentir cosas que desconozco por completo. Un gemido escapa de mi boca cuando vuelve a lo que estaba haciendo y el gemido se hace más fuerte cuando lo noto uno de sus dedos tanteando mi entrada, por el diablo que no entendía nada, pero ahora mismo solo quería sentir.

—No tantees Vishous, hazlo que deseas y yo quiero, mete ese dedo, lo necesito y solo satanás sabe porque.

— ¿Impaciente? —digo entono burlón, apartándome lo justo para poder mirarle—. No te preocupes, como te he dicho antes, voy a hacer que supliques por más, que grites mi nombre y créeme, lo harás.

Ayudado por la saliva que he dejado, dejo que el dígito resbale en su interior con lentitud, intentando que sea lo menos incómodo posible. No sé por qué me preocupa tanto lo que pueda sentir, pero tengo claro que lo último que quiero es que recuerde nada del tiempo que pasó en esa puta cloaca. No soy como ellos, jamás lo he sido y ahora no voy a empezar a serlo. Sé lo que se siente cuando estás en un lugar en el cual realmente no te quieren y es lo que no quiero que piense él. Porque aquí no hay nadie que le desprecie o que no se preocupe por él. ¿Lo que ha pasado antes? ¿La forma en la que Wrath ha aparecido y lo que Tohr ha dicho? No es más que una de las tantas maneras en las que los hermanos se preocupan por los que consideran de su familia y aceptaré de buena gana el jodido rythe que sé que van a llevar a cabo no bien se ponga el sol otra vez.

Mal que me pareciera reconocerlo si, estaba impaciente. Joder me cabreaba que me dijera que iba a volver a gritar su nombre y una mierda, se haría sangre pero no iba a gritarlo, ni a llamarlo, si el placer volvía. Hostia puta me tense un poco cuando empezó a meter el dedo en mi culo, pero solo un momento, luego mis caderas se movieron por inercia colocándose de forma que fuera más fácil para él seguir adentrándose en mis entrañas. Lo deseaba y de una forma que jamás había soñado imaginar, no era virgen de esa zona pero nunca nadie había sido tan cuidadoso metiendo algo, lo que fuera en mi culo. Este cabrón me estaba volviendo loco.

El calor en mi cuerpo aumenta varios malditos grados. Joder si no le deseo con tantas ganas que incluso me hago daño en mi labio inferior cuando mis colmillos saltan fuera de mis encías. Gruño por lo bajo y dejo que otro dedo más se entierre en su trasero. Jo-der. Es estrecho y jodidamente cálido. Pensar que... vale, mejor me mantengo en el puto presente y no pienso en lo que vendrá porque voy a cagarla pero bien cagada.

—Abre más las piernas —le ordeno y espero a que lo haga.

Me niego a que los asquerosos recuerdos de quienes me han sometido desde atrás se interponga entre lo que está pasando en ese momento, entre tú y yo...él no es como aquellos malditos hijos de puta, no lo es. Hago lo que me dice y abro mis piernas dándole mayor facilidad para que haga lo que le dé la puta gana conmigo. El esclavo que fui va adueñándose de mí, pero esta vez por propia voluntad. No tengo ni puta idea de lo que me pasa con este tío, pero quiero que me posea,que me haga suyo, que se meta tan profundamente en mí que me haga olvidar la mierda de tío que he sido.

Gruño en aprobación cuando me obedece y después miro hacia abajo, hacia él. Ni siquiera sé lo que estoy haciendo o por qué, pero ahora mismo me importa una reverenda mierda. Cambio mi peso de una rodilla a la otra, siseando al sentir cómo su culo aprieta mis dedos con más fuerza. Sin embargo, la perra que es mi conciencia, aunado a algo que no sé de dónde cojones sale, hace tensarme por un instante. A mi mente llega el día después de mi transición, en esa arena, justo después de haberle pateado el culo a ese maldito guerrero seboso al cual tuve que someter. Joder. ¿Por qué ahora? ¿Por qué cuando nada de esto tiene que ver con esa mierda? Siento cómo mi corazón se acelera y, aunque no me doy cuenta, mi cuerpo reacciona como lo hizo aquella vez. Una de mis manos vuela al pelo del macho que tengo debajo de mí, agarrándolo. Mi otra mano, la que hasta ese momento había tenido los dedos enterrados en él, agarra al otro por la cadera de forma brusca.

Me tense cuando note el cambio de su cuerpo, donde había segundos antes calidez ahora había frío, donde estuvo la ternura había odio, estaba preguntándome que mierda estaba pasando cuando cometió un craso error. En el mismo momento que agarro con furia mi pelo en su puño tirando de mi cabeza y saco con brusquedad los dedos de mi culo posicionando esa misma mano de igual manera sobre mi cadera...el esclavo que anidaba aun en mi salió a flote junto con mi lado symphath de forma agresiva y animal. Me cegué, giré sobre mí mismo y cogiéndolo con una mano por el cuello le di la vuelta empotrándolo contra los cojines del sofá con mi cuerpo sobre él y mi lado maldito empezó absorbe todas sus emociones...nunca hasta ahora lo había hecho.

Maldigo en voz alta, jadeando, sintiendo cómo va absorbiendo más de mis jodidas emociones y aunque quiero detenerlo, recuperar el control de mi cuerpo, no puedo. Tener a alguien encima de mí hace que más de mi mierda salga a flote. Es como si volviera a estar allí, contra la helada piedra de la cueva, con todos esos machos aprisionándome contra el suelo mientras el Bloodletter va dictándole al puto herrero lo que tiene que tatuarme. El rugido que sale de lo más hondo de mi pecho retumba en las cuatro paredes del Pit y a pura fuerza bruta consigo sacármelo de encima, prácticamente desmaterializándome hacia el otro lado de la maldita salita de estar, resollando como un puto buey mientras el brillo de mi mano se ha extendido más allá de mi codo. Le enseño los colmillos de forma amenazadora aunque aún soy incapaz de distinguir qué es real de lo que es un puto recuerdo. Ambas realidades están chocando y es jodidamente inútil el intentar deshacerme de ello. ¡¡Joder...puta hostia!! a medida que sus recuerdos llegan a mí y sus emociones se mezclan con las mías, yo me voy relajando y lo suelto cuando su rugido de dolor salido desde el mismo centro de su pecho reverbera por todo el pit...¿qué mierda he hecho?

Se desmaterializa al otro lado de la sala, su mano vuelve a brillar como en la cueva y sus colmillos salen en plan amenazante, como una bestia herida y humillada. Me siento con cuidado en el sofá, mirándolo y preparado por si me ataca. Poco a poco guardo mi lado maldito y vuelvo hacer yo, el macho de valía que solo sus ojos ven, mierda no puedo perder al único amigo que tengo, no así.

Un rato después me puse en el suelo de cuatro patas y felinamente camine hacia él, hablándole ya calmado y tranquilo.

— Vishous..Soy yo Butch, el jodido esclavo mete patas que salvaste de una muerte segura...voy hacia ti si tranquilo shhhh tranquilo.

Mierda... Santa. No puedo controlarme, no ahora y mucho menos con la mierda que se ha removido en mí. Le veo agacharse y empezar a caminar a cuatro patas hacia mí y aunque sé quién demonios es, también sé lo que es capaz, así que levanto una mano para detenerle.

—Ahora no. Joder.Ahora... No —gruño, apartándome de él a medida que Butch va acercándose a mí.

No le hago caso siento que esta jodido pero no quiero dejarlo solo y menos en esas condiciones...¿Cuántas veces me hubiese gustado un abrazo en algunos de los desagradables momentos de mi vida anterior? miles de ellas y en su lugar solo había vació, miedo y soledad. Sigo caminando aunque por cada paso mío, él arrastra su culo hasta chocar con la pared y cuando extiende su mano normal para detenerme yo la cojo y tiro de él atrayéndolo hacia mis brazos y mi pecho.

— Tranquilo vampiro, todo está bien, estás en el pit conmigo, cálmate por favor.

Intento liberarme de su maldito agarre, sintiéndome como una jodida mierda. No merezco nada de todo esto, soy un maldito monstruo, un engendro, un paria. No soporto el puto contacto, es como si me estuvieran cociendo de dentro hacia fuera y mis malditas neuronas siguen sin querer funcionar como es debido. Cuando consigo soltarme, me doy la vuelta y camino con rapidez hacia mi maldita habitación. Veo que va a seguirme y siseo, enseñándole los caninos.

—Ahora no es un puto buen momento, symphath. Ahora. No. —Aprieto las mandíbulas y abro la puerta—.Necesito estar a solas. Ya. —Sin esperar ninguna respuesta o algún tipo de discusión acerca del tema, entro y cierro de un portazo que hace temblar los goznes.


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