domingo, 2 de agosto de 2015

EL OMEGA...15ª


                                                  

                                                                  EL OMEGA

                                         


Vishous y Butch Fated

El par de meses que llevo junto a él no es que hayan sido fáciles, pero saber que está conmigo, que no se ha arrepentido de nada y que cada vez que salimos ambos nos preocupamos porque al otro no le pase nada es suficiente como para querer llegar a casa de una jodida pieza.

Antes, cuando sabía que no podía tenerle, que lo que había habido entre nosotros no volvería a suceder, no me importaba lo que pudiera pasarme a mí, porque era probable que a él no le doliera tanto el perderme como lo habría y lo era para mí.

Los hermanos no es que se hubieran acostumbrado mucho a lo que había entre el poli y yo, pero fueron entendiéndolo a medida que fueron encontrando a sus otras mitades. El primero había sido Hollywood. Dios, aún recuerdo el rythe que le obligaron a pasar por el hecho de haber traído a una humana al complejo. No sé cómo cojones me salvé yo de uno por haber traído al poli... supongo que fue porque al fin y al cabo nos fue de ayuda y porque Wrath se apiadó de él al enterarse de su interés por Marissa, su ex shellan. No tengo ni la más remota idea...

Después le tocó el turno a Z. Síp, fue de por sí complicado. El tío tiene más mierda en su interior que yo, y ya es decir mucho, pero me alegra que esa hembra haya sido capaz de llegar hasta él. El cambio que ha sufrido el hermano no es que sea muy radical, pero se nota que está más relajado, aunque esté preocupado por el estado en el que está ella.

Los embarazos en nuestra raza son un puto grano en el culo y cualquier complicación puede ser fatal no solo por el hijo sino, y sobre todo, por la madre.

Estamos en la Primera Cena de la noche cuando, de repente, llega el olor a océano a mis fosas nasales y me tenso como un jodido violín. Miro de reojo hacia las puertas dobles del comedor y ahí está ella. Con ese vestido vaporoso color melocotón y su cabello recojido en un maldito moño rubio, con sus modales de al glymera y esa pomposidad que le da el ser de una familia acomodada. Tengo ganas de vomitar.

Siento que Butch se gira y aprieto las mandíbulas, mi mano enguantada se aprieta alrededor del cuchillo hasta que el cuero cruje a causa de la fuerza que ejerzo sobre la cubertería, pero me importa una reverenda mierda. Siento mis encías palpitar y contengo mis ganas de retraer el labio cuando el poli se remueve ligeramente incómodo a mi lado.

Le oigo disculparse e irse a levantar y es automático: mi mano suelta el tenedor y rodea su antebrazo.

—¿Adónde cojones vas? —Mi voz es seca, el cabreo es notorio a mí alrededor, mis ojos están fijos en la hembra.

Me estaba haciendo daño con el agarre en el antebrazo y también sé que no es consciente de ello y entiendo su cabreo, pero tarde o temprano tenía que hablar con ella, no es que se lo mereciera, pero no quería malos royos ni historias raras en su nueva familia y sobre todo no quería que ella se hiciera falsas esperanzas conmigo.

Mi macho, mi pareja era Vishous, el hombre que yo quería era el vampiro y ya no había marcha atrás entre ellos dos.

Lo mire e intente que viera en mis ojos que jamás lo cambiaría por nadie, coño que lo amaba.

—Vishous sabes que tengo que hablar con ella, lo sabes cómo sabias que este día terminaría llegando. Déjame ir hablar, termina de comer y espérame en el pit y recuerda lo que te dije la segunda noche que estuvimos juntos: Estoy con quien quiero y donde quiero estar.

Todos estaban pendientes de nosotros y quería besarlo para que se tranquilizara pero sería capaz de follarme ahí mismo encima de la mesa y con publico solo para hacerle entender a ella que soy suyo.

Mi cabreo va en aumento. ¿Dejarle a solas con ella? ¿En serio? Ni hablar. Joder, no. Sé cómo se las gastan las de su calaña y también sé que es capaz de manipularle como se le antoje para que crea que... Una. Mieda. Pinchada. En. Un. Puto. Palo.

—No le debes una puta mierda —digo entre dientes, aún sin soltarle—. Ni siquiera le debes una explicación. Ella jugó contigo. Pasó de ti. Vino a ti con mordidas de otro jodido macho. ¿Y aún crees que le debes una puta explicación por lo que decidiste tener conmigo?

Suspire entre cansado y sin saber qué hacer.

—Lo sé pero yo soy así de gilipollas y no estaría en paz conmigo mismo si no lo hiciera y no tengo que explicarle nada de lo que tengo contigo, ni decirle que me echó a tus brazos porque si lo hago solo por eso V...por echarme a tus brazos se merece una puta explicación y mi eterno agradecimiento.

Mi mano libre fue hacia su sien marcada y lo acaricie.

—Coño V ten confianza en mí, de verdad piensas que te voy a cambiar por ella—coño eso me había dolido—porque si lo estás pensando es que no valoras para nada lo que tenemos y no me valoras a mí.

Me solté cabreado de él y salí hacia el vestíbulo donde me estaba esperando Marissa, la lleve hacia el despacho de Wratch, necesitaba intimidad y de camino me puse a contar balas para tranquilizarme. Joder no podía creer que el muy cabronazo de su macho dudara de mí y mis sentimientos.

Aprieto las jodidas mandíbulas hasta que mis dientes crujen de forma sospechosa. No es que dude de él, dudo de ELLA, que no es lo mismo, pero ni siquiera me da tiempo a explicárselo. Dejo los cubiertos en el plato y me disculpo de los demás. A tomar por culo. Asiento hacia Rhage y sin mediar palabra ya sabe qué quiero decir. Que yo voy yendo hacia el Pit a recoger las armas para la patrulla de hoy.

Espero encontrar a varios albinos esta noche porque si no mi cabreo no hará más que ir en aumento. Pensar que mi poli está a SOLAS con esa relamida de la glymera me pone los putos nervios de punta, pero como entre allí y me lo lleve sólo conseguiré que el mamón se cabree más de lo que ya está y no saldrá nada bueno de todo esto. Joder.

Una vez tengo las armas y demás menesteres me materializo en un callejón adyacente a la calle Trade, me enciendo un liado y espero a que Hollywood o Phury aparezcan para empezar con la jodida ronda. Me jode no haberme despedido de mi macho pero paso de estar cerca de esa lagarta soplapollas.

Después de hablar con Marissa recibir unas disculpas de su parte y hacerle ver, por las marcas en mi cuello de que Vishous era mi pareja, mi macho, la abrace y nos despedimos con la promesa de ser buenos amigos y me alegre por ella cuando me dijo que el reverendo y ella lo estaban intentando a ver cómo funcionaban como pareja. Ya en la puerta le di las gracias a Marissa por echarme en los brazos de mi vampiro, sonrió y me pregunto:

— ¿Lo amas? verdad poli.

La mire y le sonreí.

—Si Marissa lo amo aunque el muy hijo de puta aun no lo tenga claro y yo haya sido un puto cobarde para decírselo.

Me despedí y camine hacia el comedor, algo se me clavo en el alma cuando no lo vi en su sitio. Mery contesto a mi duda, con cariño.

—Bucth, V ha salido a patrullar.

Típico de su macho, asentí con la cabeza y fui a por las llaves del Escalde,a la mierda, que le jodieran, cabroncapulloengreidoislademierda. Aun no había acabado con los insultos a su macho cuando llegue al local del Reverendo.

No sé cuándo me separé de Hollywood o por qué el otro había salido disparado hacia otro callejón, pero no me importaba. Tenía a tres lessers corriendo ante mis narices y, si mal no lo había calculado, pronto entrarían en un jodido callejón sin salida y serían míos.

Tres... dos... uno... ¡Bingo!

—¡Mierda!

—Hijoputa...

—Oh, oh...

—Sep... Se ve que no conocéis tan bien Caldie, ¿no hijos? —digo mientras sonrío de medio lado. Coño, lo fácil que sería imaginar la cara de la maldita hembra rubia que ahora mismo seguramente estará intentando camelarse a mi poli...

Me desmaterializo en el momento en el que un arma de fuego es disparada, reapareciendo detrás del cabronazo que ha intentado agujerearme el pecho otra vez, mandándolo contra una pared. Los otros dos me atacan a la vez y la patada que se llevan ambos hace que la adrenalina se dispare por mi cuerpo, recorriendo mis venas como si fuera una droga que me acabo de chutar y me encanta.

Eran ceca de las cuatro de la mañana cuando salí del ZeroSum y aunque el Escalade estaba cerca camine un par de manzanas, necesitaba tranquilizarme, como ya no me emborrachaba, sonrió tristemente, de eso tenía la culpa su macho y no quería volver al pit enfadado, camine para coger un poco de aire.

Coño si le hubiese dicho a su macho que lo amaba, la absurda discusión no hubiese tenido lugar, joder en todo lo relativo a él, era un puto cobarde. De repente me pare en seco a la entrada de un callejón, tres albinos cargaban, seguramente a un vampiro joven muerto. Bien no borrachera, si pelea.

Corrí hacia ellos y empezó el baile. Antes de llevarse a dos por delante recibí un navajazo en el muslo que me hizo caer al suelo, era profundo y sangraba de manera copiosa, disparé al hijo de puta, para tener tiempo de marcar el teléfono de mi macho. Al cuarto tono y cuando salto el contestador solo tuvo tiempo de decir.

—Vishous, estoy herido… y necesito…mierda… ayuda...

No me dio tiempo de más, perdí el sentido cuando me golpearon en la nuca.

Una vez que yo y Hollywood hemos dejado los corazones de los mamones en la Tumba, me materializo en el aparcamiento del complejo y frunzo el ceño al ver que el Escalade no está. ¿Dónde cojones ha ido el muy mamón ahora? Miro el cielo. Quedan pocos minutos para que salga el sol. Joder. Más le vale llegar pronto si no quiere que haya más bronca de la que ya ha habido por hoy.

Giro en redondo y entro el código en el teclado del Pit, entrando en el interior. Mi móvil está sobre el escritorio de los juguetes y la lucecita de que tengo un par de llamadas perdidas me hace fruncir el ceño. Me acerco en un par de zancadas justo cuando las persianas empiezan a bajarse. Pongo el manos libres y dejo que los mensajes entrantes se reproduzcan.

—Primer mensaje, recibido hoy a las 3:58: "Vishous, soy yo. Civil muerto y llevado por esos cabrones estoy en la Calle Trade con la Décima."—Segundo mensaje, recibido hoy a las 4:14: "Vishous, estoy herido… y necesito…mierda… ayuda..."—¡Hijodeperra! ¡Joder!

Me aferro al jodido respaldo del maldito sofá. Algo en mi interior me dice que tendría que haberme dado cuenta, que no debí haber salido esta noche, que tendría que haberme quedado en la puta mansión hasta que el muy mamón hubiese terminado de hablar con esa relamida de Marissa.

Cojo el teléfono y voy directamente a la mansión a través del túnel. Joder, que no le haya pasado nada. Los intentos de llamarle son infructuosos. Ni siquiera da señal.

Medio desperté y un goteo de un grifo semiabierto me estaba taladrando la cabeza, el dolor en el muslo era bestial y no estaba en el pit, ni en la enfermería de la misión, eso era seguro, el olor a humedad, a rancio y...un momento al puto talco. Me estaba temiendo lo peor y no me gustaba nada de nada. Iban listos si creían que iba a soltar nada contra sus hermanos, la mansión o su macho, antes moriría.

Eh un momento, me dolían las costillas, el no poder respirar bien me estaba haciendo saber que tendría alguna fracturada, la cara y tenía un labio partido, coño habían intentado despertarlo dándole una paliza, malditos cabrones cobardes. Abrí del todo los ojos y de repente me tense cuando sentí en mi cuello, un aliento que no era el de su macho, era el único que se pegaba a esa forma a mí, al único que yo se lo permitía, ese era su derecho, no el del cabrón que tenía detrás, intente zafarme y vi que estaba atado con cadenas y que el dolor de mis brazos era porque colgaba del suelo.

—Hijo de puta será mejor que me mates, porque si no te matare yo.

—Tranquilo guerrero, hay otros planes para ti, pero mientras el jefe llega, nos divertiremos torturándote.

Joder... joder... joder... y mil veces joder. Me froto el pecho por enésima vez. Estoy de los jodidos nervios y sé que lo que diré no les va a gustar y mierda si no me jode que sea de día ya. Necesito encontrarle, necesito saber que está bien. Mierda... le necesito a mi lado. Punto.

Cuando suelto la bomba de que puedo encontrarle porque le di de mi sangre es como si el mundo se derrumbara. Wrath gruñe, Z también. Los únicos que parecen mantener la jodida calma son Rhage y Phury.

—No podías hacerlo —sentencia Wrath.

—¡Qué más da! Puedo encontrarle, soy el único que puedo. Es mi jodida pareja, Wrath. ¿Qué habrías hecho tú por Beth?

Después de todas las herejías posibles, de molerme a golpes y herirme con navajas, me colocaron sobre una mesa de acero inoxidable y volvieron a encadenarme. Con todo los huesos machacados, las costillas dañadas y sangrando como un cerdo no había dicho nada de nada, moriría antes de dañar a la que ahora era su familia.

De repente un frio que le calo hasta los huesos, algo desconocido pero malvado hiso su presencia. Rece en silencio, eso no era el diablo, era la maldad en un cuerpo, mejor dicho en un esqueleto que andaba y hablaba, pero era maldad y de la más cruel. Pasó una mano huesuda por mi cuerpo y una mueca, que no era ni por asomo una sonrisa, se situó delante de mi cara.

—No sé si eres un guerrero valiente o un jodido temerario pero me gusta la lealtad que das a tus hermanos, así que he decidido dejarte vivir para que me sirvas a un propósito. Serás tú quien destruyas a la hermandad, me serviré de tu cuerpo para llevar mis planes hasta el final. Tendrán al enemigo en casa.

Mi desesperación va en aumento. No dejo de mirar el puto reloj o las malditas ventanas esperando a que caiga la jodida noche. Beth había dicho que podía intentar averiguar algo ya que podía salir de día pero tanto yo como Wrath no se lo hemos permitido. Joder, lo último que necesito es que la shellan del rey acabe a tres metros bajo tierra por mi macho.

Doy vueltas por la salita del Pit como un puto león enjaulado, esperando a que las persianas se levanten para salir allí fuera y localizarle. Me importa más bien poco todo lo demás, sólo quiero que mi poli vuelva a casa.

Un sudor frio empezó a recorrerme cuando le pasaron un cuchillo al hueso malvado y empezó a tocar mi cuerpo con sus repulsivas manos. Vi y sentí la fría hoja del acero hasta que la detuvo en mi estómago en el centro y por debajo de su ombligo. No pude evitar un alarido cuando me lo clavo y empezó abrirme, sabía que iba a perder el sentido por el dolor.

—Lo olvidaras todo menos mi nombre: Soy el Omega y a partir de ahora seré tu padre.

—!!Vete a la mierda cabrón!! —me fui hundiendo en la inconciencia pensando que si mi macho no había conseguido borrarme todos los recuerdos, ¿qué coño le hacía pensar a este cabrón que los suyos sí?. Me hundí en el infierno con el recuerdo de su macho y el dolor que sufriría si yo no salía de esta mierda.

Para cuando volví abrir los ojos ya era de noche estaba tirado en la nieve sin camisa, ni chaqueta, dolorido y aterido de frío.

—Vishous cabrón te amo y no dejare de decírtelo si mi Dios me da una segunda oportunidad y salgo de esta.

Sabía con certeza que mi macho habría salido en mi busca, él corazón me lo gritaba, rezaba para que llegara a tiempo, a ser posible antes de que me congelara.

En cuanto las persianas se levantan otra vez, intento llamarle de nuevo al móvil, pero es el contestador el que salta de inmediato. Maldigo y salgo del Pit armado hasta los putos dientes. Encuentro a Hollywood y Z esperando ya fuera y asiento.

—En cuanto lo encuentre os mando las coordenadas. No os acerquéis a menos que yo os diga que es seguro, ¿entendido? —digo a lo que ellos asienten y se meten en uno de los monovolúmenes. Yo cierro los ojos concentrándome en encontrar mi sangre en mi poli, siguiéndola. Obligo a mis partículas a dispersarse y a volverse a unir en lo que parece un bosque desolado. Sigo mis instintos y...—. Oh, joder... ¡¡Butch!!

Con mucha fatiga conseguí sentarme en la nieve y apoyar mi espalda en un gran árbol, mire a mi alrededor y no se veía nada, ni humano, ni vampiro, ni casa, ni coche a pesar de que había a unos metros una carretera. Joder si no llegaban pronto se iba a desangrar, eso si los animales que andaban de noche en ese bosque no se lo comían antes. Y no solo era el dolor físico, el frío, la sangre perdida, había algo dentro de mí, algo malo, cruel y joder hostiaputa, estaba dentro de mí. Ahora no quería pensar, quería que mi macho viniera a por mi, antes de irme a tomar por culo. Dios santo realmente estaba jodido, bien jodido y muriéndose.

Cuando estoy a unos tres metros de él me paro en seco. Oh, joder, no... Siento mi ojo dilatándose y esa visión vuelve a mí, la diferencia es que ahora no es una visión sola, es... el conjunto de lo que me encuentro en el jodjido bosque. Ese aura de maldad... de oscuridad rodeando al poli. Me estremezco. Sé perfectamente quién es. El Omega.

Escudriño los alrededores, pensando que tal vez ese hijo de puta esté por aquí, pero de alguna manera sé que esa maldad proviene de mi macho.

—Butch, eh, tío, soy yo. ¿Nallum?

¿Qué cojones se supone que tengo que hacer ahora? Mis ojos recorren su cuerpo y contengo el aliento al ver su estómago. Oh, mierda, no. No, no, no, no.

Me acerco más y me pongo en cuclillas ante él pero gime y se aparta de mí como si...

—Infectado —jadea en un hilo de voz. Está hecho un jodido mapa. Hay sangre suya por todas partes y esa mancha negra parece tener maldita vida propia. M.I.E.R.D.A.

—Nallum, soy yo. Soy V, está bien, ¿vale? Todo irá... bien.

No veo casi nada de lo hinchado que están mis ojos, el frío no me deja pensar con claridad y sé que he llorado, por el dolor que me atenaza como un perro rabioso, por lo debilidad y por el puto miedo de no volver a ver, a mi vampiro, al amor de mi vida. Cuando oigo su voz respiro aliviado, lo sabía, sabía que vendría. Intento como puedo enfocar su visión pero mis ojos vuelven a estar borrosos. Veo que camina hacia mí, me aparto como buenamente puedo y le hago saber que estoy infectado que no se acerque a mí. Joder las lágrimas escapan de mí en torrentes de agua cuando le oigo gemir un nallum que me llega al mismo centro de mi corazón.

—Escu...chame joder, necesito...que me escu...ches—tome una bocanada de aire que se me clavo en las costillas en forma de navaja—te amo V...te...nia que...haber...telo...dicho...antes...

No pude continuar caí sobre mi espalda en la nieve y empecé a retorcerme de dolor.

—¡Joder! —Acabo de acercarme e intento volver a tranquilizarte—. Tranquilo, ¿sí? Ni se te ocurra despedirte ahora, mamonazo.

Con mi mano buena desenfundo una de mis dagas. Bien, si era el mal, tendría que extirparlo y ya está, ¿no?

—Cuidado, guerrero.

¡¡La Virgen!! Giro mi cabeza y la veo flotando a un par de metros de nosotros.

—Lo que tienes entre manos no puedes quitarlo de la forma convencional. Tu maldición es tu mejor aliada. La luz vence a la oscuridad. Usa tu mano, pero cuidado. Mucha a la vez podría matarle.

Cabrona, ¿por qué demonios siempre hablaba en malditos acertijos? Mis ojos se fijan en el guante que llevo puesto.

Las piezas de mi visión empiezan a encajar, pero Butch es humano, sigue siendo humano.

—Date prisa, guerrero, el tiempo apremia.

Aprieto los dientes y me saco el cuero de la mano de un tirón.

—Tranquilo, leelan. Todo irá bien, te lo prometo, ¿cierto? —susurro mientras acerco mi mano al agujero negro que es su estómago. Al agarrar lo que sea que está ahí, esa cosa se desintegra al instante a causa de mi luz.

—No apartes tu mano de él, mantenla ahí y haz que la luz os rodee a ambos. Necesitarás curarle muchas veces. La luz tiene que penetrar en su alma, porque no hay maldad en un alma pura.

Que sí. Lo que ella dijera. Mierda. Con mi otra mano les mando el mensaje a Z y Rhage mientras mantengo la luz saliendo a pequeñas pulsaciones de mi mano hacia el estómago de mi poli.

En los momentos de lucidez donde no tenía ni puñetera idea que estaba pasando, fui consciente de que mi macho había puesto su mano iluminada sobre la herida que estaba bajo su ombligo. Y bien por el calor y la paz que le trasmitía o bien porque su macho lo tenía cogido y sabía que no lo dejaría morir, tome un decisión que a su macho lo iba a matar. Abrí los ojos y lo miro acababa de guardar el móvil después de llamar para que los fueran a buscar.

—Vishous quiero una promesa tuya y la quiero antes de perder el conocimiento y sé que con lo que te voy a pedir voy a causarte dolor—lo hago callar, estoy a punto de desmayarme—si lo que está dentro de mí no se va o voy a causar mal a la Hermandad quiero que me chamusques con tu mano brillante, no me dejes vivir con la maldad dentro de mí.

Antes de caer en el sueño de la inconciencia me pareció que la figura que se había aparecido por arte de magia, joder porque no me había sorprendido, le hablo a mi macho y yo perdí el poco conocimiento que me quedaba.

Lo que me pide es una puta locura y sé que sería incapaz de llevarla a cabo ni aunque me torturaran durante los setecientos y pico años que me queden de jodida existencia. No, sé que va a salir de esta y que, al final, todo irá bien.

—No te preocupes, sobrevivirá, pero tendrás que utilizar tu mano más veces para conseguir estabilizar su esencia. No debes alejarte de él ahora, pues estos momentos serán cruciales para él.

Me encantaría partirle la cara a esa maldita aparición y dispararle a discreción con todas las preguntas que han estado carcomiéndome desde que me he topado con Butch, coño. Pero me contengo y sigo administrando luz a mi nallum.

La Virgen Escriba desaparece justo cuando oigo que Z y Hollywood están acercándose desde la carretera a toda carrera.

—Quédate conmigo, tahlly —susurro en el Idioma Antiguo—, quédate a mi lado, no te vayas todavía al Fade, por lo más sagrado. Que mi luz te guíe de vuelta a mí...

Mientras volvía del mundo de la nada y el ocaso hacia su mundo con su macho, los recuerdos y las imagines de los dos juntos me acompañaron. Cuando abrí los ojos tuve que parpadear varias veces hasta ver que estaba en un hospital, esperaba que en la mansión, no tenía ganas de encontrarse con el medicucho estirado.

Al intentar levantar la cabeza todo me dio vuelta, vale mala idea, de nuevo me acosté, dios necesitaba a su macho y una ducha por ese orden...la ducha debería esperar por los mareos y a su macho no lo veía. Mierda sacudí la cabeza a unas pesadillas horribles les gano unos recuerdos maravillosos de su macho a su lado, cuidándolo, acariciándolo, pidiéndole que no se marchara, que volviera a él y había sido la voz de su macho quien lo había devuelto de las putas tinieblas.

Pero el corazón me dio un brinco de dolor y una maquina pito cuando no lo vio en toda la habitación, de repente la puerta del baño se abrió y su macho apareció. Ahí estaba su bendito y amado macho, no lo había abandonado, coño me moría por su contacto.

—Nallum,Vishous.

Cuando lo miro le sonrió y no supo quién se quedó más sorprendido. Si yo por ver que mi macho no estaba mejor que yo, su cara de preocupación, dolor y sufrimiento hablaba por si sola o el propio V que lo miraba como si no se creyera lo que estaba viendo.

Dos zancadas y un segundo después respire aliviado cuando me vi en los brazos y la calidez de mi vampiro.

No nos había tocado más remedio que llevarlo adonde Havers, no sin antes casi agarrarlo por el pescuezo y amenazarlo seriamente. Aún no le he perdonado su tentativa de asesinato contra nuestro rey o el hecho de que sea hermano de quien es. Decidió que sería mejor aislarle de los demás pacientes, hasta ahí estaba de acuerdo, pero como lo perdiera por su reverenda culpa, juré en la Lengua Antigua que iría a por él sin ningún tipo de restricción.

Me he pasado horas a su lado, agarrándole la mano, pasando mi luz a él e intentando purificarle lo más que he podido. Entro en el baño porque no tengo ningún otro remedio. Coño, necesito despejarme, echarme algo de agua en la cara para seguir aguantando a su lado. Tanto Rhage como Phury se han ofrecido a quedarse para que pueda ir al complejo a cambiarme de ropa y a darme una ducha, pero me he negado. Butch es mío, mi responsabilidad. Aún no sé qué cojones me pasa o si es esto a lo que llaman estar vinculado a alguien más, pero me da lo mismo. Yo no pienso moverme de esta puta habitación hasta que no vea con mis propios ojos que está despierto y que está bien.

Me miro en el espejo y suspiro. Las ojeras son evidentes en mi cara pero como se dice: la esperanza es lo último que ha de perderse. Sacudo la cabeza y salgo del pequeño baño, parándome en seco ante lo que veo. El poli, despierto. "Nallum, Vishous". Esas palabras apenas llegan a mi atrofiada y cansada mente y las ganas de llorar, algo que en mi vida he hecho porque no tuve motivos suficientes para hacerlo, me golpean con fuerza. En un par de zancadas estoy junto a él, mis brazos envolviéndolo con cuidado, pero con fuerza y escondo mi rostro en el hueco de su cuello mientras todo mi cuerpo se sacude y un sonido extraño sale de mi jodida garganta. Que me jodan, las lágrimas resbalan por mi cara y no soy capaz de registrar lo que me está pasando. Solo soy consciente de que sus brazos se elevan para ceñirse a mí alrededor, envolviéndome completamente.

—Doy gracias a la Virgen Escriba porque estés bien, tahlly —digo en la Lengua Antigua, de forma inconsciente, pero honesta.

Cierro los ojos y lo ciño a mí, pegándolo más y dios si las lágrimas empezaron a rodar por mi cara cuando me vi envuelto en su cuerpo. Algo húmedo moja mi cuello y soy consciente de que mi macho al igual que yo está llorando jamás en el tiempo que llevamos juntos lo había hecho, nunca por mal que las cosas se hubiesen puesto entre nosotros, nunca una puta lagrima y ahora se había venido abajo. No dije nada, que coño yo también lo hacía, llorar, pero era porque estaba con él, en sus brazos, saber que no me había abandonado que seguía conmigo consiguió que llorara.

—Lo siento V, lo siento, la puta discusión, mi cobardía a la hora de decirte lo que realmente siento por ti, lo siento de verdad perdóname...le prometí a mi Dios que si me daba una segunda oportunidad contigo no dejaría de decírtelo...Vishous te amo, coño, te amo y te vas a aburrir de oírmelo decir.

A la mierda la discusión, a la mierda lo demás... Lo único que me importa es que está conmigo, que no se ha ido. Joder, he estado a punto de perderle más veces esta noche que los tres meses que he pasado con él o cuando estuvo con Marissa.

El hecho de que esté conmigo ahora, que respire, que me abrace o me toque o que hable ya es un milagro para mí. Sin él no sé qué cojones habría hecho. Estaría absolutamente perdido y ahora soy consciente de ello. Es triste que para esas cosas tengan que pasar este tipo de desgracias. Me aparto un poco para mirarle y le cojo la cara con ambas manos.

—No hace ni puta falta decirlo, so mamón. Me lo has demostrado una y otra vez. Dios... he estado a punto de perderte tantas veces esta noche y durante todo el jodido día... Lo siento... no debí dejar el puto móvil en el Pit, si lo hubiera llevado conmigo... si hubiese contestado a tus putas llamadas... Joder, nallum...

Las palabras sobran, me inclino para capturar tus labios y siento que alguien abre la puerta del armario que da a la habitación y sé que es el matasanos, pero me importa una mierda. Eres mi macho, así que que le jodan si no le gusta lo que ve.

A la puta mierda quien había entrado, solo quería disfrutar de la boca de mi macho sobre la mía, joder me dolía todo pero con gusto lo dejaría que me follara ahí mismo, seguro que el mirón se largaría.

—Escúchame no tuviste la culpa de nada, vale...fui yo y mi complejo de héroe y la mala ostia que llevaba por no haber sido capaz de decirte que te amo, no quiero que te culpes, lo único que quiero es que te metas en mi cama y me abraces...lo demás se puede ir a la puta mierda.

Con mis labios fui secando tus lágrimas y te ceñí más a mí, coño te necesitaba y tenía que ser ahora.

El carraspeo que oigo desde la puerta me cabrea como las monas. Giro mi cabeza hacia el hijo de perra de Havers y éste da un puto paso hacia atrás. Tipo listo, pienso mientras te miro una última vez antes de incorporarme.

—Estaré en el otro lado. Ni un jodido paso en falso, matasanos —le gruño antes de darle un último apretón a la mano de mi poli y salir a la sala de vigilancia, cruzándome momentáneamente de brazos antes de sacar mi jodido móvil para avisar a los Hermanos de que está consciente y parece que está bien.

Deje que el hijo puta de Havers me examinara cerré los ojos y un sudor helado empezó a cubrirme...unos retazos de las pesadillas empiezan a colarse en mi cerebro, cuando me baja la sabana para tocarme la herida que tengo debajo del ombligo, le paro la mano, abro los ojos, el pánico esta adueñándose de mi por segundos y no quiero que este cabrón me vea desfallecer. El grito que suelto, se tiene que oír en todo el hospital.

—!!!VISHOUS!!!

Abro la puta puerta de un tirón, dejando que rebote contra la pared. Prácticamente estampo al cabrón contra la pared para llegar hasta Butch, subiendo la sábana a consciencia para mantenerlo cubierto mientras mis manos le agarran el rostro.

—Shh... Estoy aquí, nallum, ¿cierto? No te preocupes, estoy aquí y no me voy a ninguna parte.

—No me vine abajo nallum, a pesar de todo lo que me hicieron, no les dije nada de la Hermandad. Te doy mi palabra, en ningún momento desfallecí...antes hubiese muerto que poneos en peligro. ¿Lo sabes nallum?...lo sabes verdad.

Me importaba una mierda si el medicucho seguía ahí pero necesitaba a mi macho y necesitaba la puta verdad.

—¿Quién es el Omega...no...Que es el Omega?¿Y qué me hizo Vishous?

¿El Ome...?

—Joder. Joder, joder, joder... —Maldigo una y mil veces, incorporándome y cerrando los ojos, apretando las putas mandíbulas hasta que mis dientes crujen y el olor a especias oscuras sale a jodidas oleadas de mí. Ese hijo de perra... ese cabronazo...—. ¿Qué cojones pasó, poli? ¿Qué recuerdas de... eso?

Mire sus ojos y me perdí en ellos, necesitaba tranquilizarme pero me estaba costando.—Torturas, palizas, golpes, navajazos por mi cuerpo, cabreo con uno que se me coloco detrás, creo que de no ser impotente, me hubiese follado, luego una mesa, risas, mas golpes y de repente un ser que era la maldad en persona, la pura y maldita maldad y no hablo del diablo y su infierno.—Me agarre a sus manos y a sus ojos, el miedo empezaba a colarse en mi cuerpo.—Me dijo que había previsto matarme y que había cambiado de opinión, porque sería yo quien destruyera a la hermandad, le pasaron un cuchillo, me hizo la herida y antes de perder el conocimiento me dijo que lo olvidaría todo, no contaba con lo cabezota que soy, que era el Omega y que sería mi padre.

—Hijodeputa —mascullo, intentando calmarme por todos los putos medios de los que dispongo, que son remotamente escasos. Vale, o sea, que cuando lo saque de aquí no hay manera de que quiera volver al complejo y antes de hacer algo así tendré que hablar seriamente con Wrath y ponerme a hincar los putos codos con los jodidos volúmenes de la raza. De putísima madre. Rediós.

Sé que mi estado no está ayudándole una puta mierda así que inspiro varias veces para calmarme y me vuelvo hacia el puto matasanos que sigue pegado a la jodida pared, santiguándose contra el mal de ojo, lo cual me cabrea aún más.

—Tú, fuera. Ahora. ¡Ya!

Ni se lo piensa. Da un brinco y en menos de lo que tardas en decir "lesser" ya se ha largado de aquí. Vuelvo mi atención en mi poli.

—De eso nada. Te juro que encontraré algo, cualquier cosa, acerca de esto.

—No quiero volver al pit, hasta saber que ha pasado, pero no quiero alejarme de ti...estoy en un puto lío y de los buenos y joder V tengo miedo no, pánico...estoy acojonado porque no se qué va a pasar contigo y conmigo, con la hermandad, con el mundo que tengo, con mi vida...no sé...

No pude evitar las arcadas que me vinieron y con ellas los sollozos de dolor por todo lo que podría perder.

—Eh, vale ya. Cálmate, ¿cierto? No voy a dejarte solo, ¿me oyes? No me alejaré de ti. Aunque tengamos que alquilar un puto piso de un hotel, que te quede jodidamente claro eso, nallum. Wrath lo entenderá y me dejará estar contigo. De momento estarás algunos días más en observación y si hace falta voy a llevar lo que me haga falta aquí para no separarme de ti ni un puto minuto.

Las arcadas remitieron y tu mano en mi espalda me tranquilizo, aunque no del todo. Volví a poner la cabeza en la almohada y te mire, coño estabas tan preocupado como yo y nervioso. Joder el corazón pareció pararse cuando por un momento pensé en mi vida sin ti y eso no era lo correcto...pero tampoco justo...sabía que si las cosas se ponían peor tendrías que elegir y no quería...joder no quería que eso sucediera.

Yo sabía que me rompería si tenía que dejarte y abandonar mi nueva vida...pero lo que haría de mí un desgraciado y un amargado borracho seria si te perdía...o tal vez tuviera el valor suficiente para acabar con mi jodida vida y existencia. Dios pagaría todo lo que había ganado para volver a esa noche de la puta jodida discusión y hacer las cosas de otra manera...pero eso no podía ser, lo hecho, hecho estaba.

—Nallum, necesito un baño y ayuda para poder hacerlo.

Sonrío ligeramente y me incorporo en toda mi estatura. Por suerte una auxiliar de plena confianza ha traído toallas limpias y Rhage ha llevado gayumbos para el poli limpios.

—Ya estabas tardando en pedirlo —digo medio en broma mientras le ayudo a salir de la cama, afianzando mi agarre alrededor de su cintura para que pueda apoyarse en mí mientras caminamos hacia el baño. No es que sea el mejor baño con lujos del mundo. Apenas hay un retrete, un lavabo y una ducha de plato, pero servirá jodidamente igual que cualquier otro. Le siento sobre la tapa bajada del wáter y le ayudo a quitarse la bata hortera de hospital que lleva puesta. Yo mismo me quito la camiseta, las botas, los calcetines y los pantalones de cuero que aún no me he cambiado de la noche pasada. Me acerco a la ducha e intento que el agua salga lo más tibia posible, no vaya a ser que lo escalde y me giro a mirarle. Me mira fijamente, casi sin pestañear y frunzo el ceño—. ¿Qué pasa, poli? —pregunto mientras me quito el guante y lo dejo sobre el lavamanos. No responde y me estoy poniendo de los putos nervios—. ¿Butch? Háblame, joder —me acerco, poniéndome en cuclillas ante él e intentando hacer que reaccione—. ¿Nallum?

Joder el dolor en la herida que estaba debajo de su ombligo era bestial, como si alguien o algo tirara de él. Los recuerdos de todo lo que me sucedió, junto con el maldito día que mi hermana se subió a ese coche y ya no volvió se mezclaban haciendo que mi corazón doliera y me sintiera bien jodido.

En lo mío y en lo de mi hermana la maldad rondaba, estaba al acecho hasta que nos pillo. Las lágrimas salieron y no me di cuenta, no estaba ahí, estaba en aquel maldito sótano, después en el jardín de mi casa, viendo a mi hermana subir al coche, una palabra, un intento de frenarla y hoy estaría conmigo ,la única persona de su familia que lo había amado de verdad.

Sacudí la cabeza y mire a mi vampiro.

—Coño, joder tahlly podría herirte o incluso matarte, tengo que alejarme de ti.

Si por mi culpa le pasaba algo a su macho no se lo perdonaría en la vida, ya tenía bastante con carga la culpa de lo sucedido a Janie, dos muertes de alguien a quien amaba a la mochila de su mierda, sería demasiado hasta para mí.

Aprieto las mandíbulas y le agarro la cara con ambas manos, obligándole a mirarme directamente a los ojos antes de hablar con voz ronca.

—Nunca, nallum, ¿vale? Nunca digas eso, no vas a alejarte de mí, no te lo permitiré. Sé que jamás me harías daño, ¿entiendes? Lo has demostrado al no soltar una puta mierda de lo que sabes a esos mamones. Y sí, confío en tu puta palabra, sé que eres lo suficientemente leal como para guardarte ese tipo de cosas para ti, ni aunque te estuvieran matando.

Cojo aire y lo dejo salir en un suspiro.

—Haremos una cosa, ¿sí? Te quedarás en mi ático, al menos hasta que consiga averiguar qué cojones pasa contigo. No puedo quedarme ahí de día, la luz del sol me mataría, pero por lo menos sabré que estás a salvo. Nadie, excepto yo o Fritz conocen la dirección del lugar, así que nadie vendrá a molestarte. Pero primero tienes que recuperarte, ¿cierto?

Sonrío ligeramente y dejo un casto beso en la comisura de tus labios.

—Primero vamos a quitarte la roña de dos días que llevas encima, ¿vale?

Mirarle a los ojos y oírlo decir lo que me estaba diciendo puso un halo de esperanza en mi corazón, pero aun así iría con cautela. Coño su ático, yo sabía lo que más o menos hacía en ese sitio cuando no era su pareja, además siempre que volvía al pit lo hacía oliendo a sexo, pero jamás lo había llevado a ese lugar, ni siquiera sabía dónde estaba.

Mi vampiro estaba tan preocupado por mí, como yo lo estaba, porque de una cosa estaba bien seguro de haber pasado lo que ha sucedido jamás lo hubiese conocido. Bien se lo agradecía no le apetecía quedarse en un hotel solo.

Solté un suspiro cuando el agua empezó a caer sobre mí, pero no quería solo la ducha necesitaba a mi macho, era pura y dura desesperación lo que sentía por estar entre sus brazos. V estaba a su espalda y lo ceñía con uno de los brazos por la cintura y con el otro por el pecho. Me acosté sobre su duro pecho y levante uno de mis brazos hacia su nuca, giré la cabeza y baje la suya hasta que nuestros labios se encontraron, mi lengua salió al encuentro de la suya y mi mano libre acaricio el brazo que ceñía su cintura. Joder a buen entendedor pocas palabras.

El gruñido sale de mi pecho sin que necesite obligarle. Mierda. Haberle tenido lejos un solo día y después haber estado acojonado pensando que iba a perderle me tiene absolutamente loco. Había planeado simplemente lavarle, ayudarle a sentirse limpio pero las señales tan directas que me manda hace que cierta parte de mi puta anatomía cobre vida ella solita.

Mi brazo alrededor de su cintura lo ciñe con algo más de fuerza. No es el lugar ni el momento para algo así, pero a tomar por culo. Puedo oler su necesidad de sentirse querido, de sentirse deseado otra vez y que me cuelguen de mi única pelota si hace falta, pero yo también siento exactamente lo mismo. Mis labios se encuentran con los suyos y todo lo demás se desvanece. En este preciso momento somos solo él y yo. El mundo se puede ir a la jodida mierda si quiere, mientras me deje a solas con él.

Mi mano baja hasta su entrepierna, notando lo duro que ya está y rujo, un sonido que reverbera en todo el jodido baño.

—Joder, nallum —jadeo—, si nos pillan...

—A la mierda, ¿desde cuándo eso ha sido un problema? vampiro.Te necesito joder y ahora, no dentro de un minuto o un día, ahora.

Me di la vuelta y lo mire no pude evitar una sonrisa cabrona cuando mis ojos bajaron hasta tu erección.

—Serás cabrón, si estas igual que yo.

Baje hasta su polla, con cuidado para no marearme y me puse con una rodilla en el suelo de la ducha y metí tu polla en mi boca...dios el gemido que se escapó de mi garganta fue de lo más salvaje y primitivo. Me moriría si algún día te perdiera y no por tu polla, que todo había que decirlo, era estupenda, sino porque te amaba como jamás había amado a ninguna mujer en la vida. Tú eras mi vida.

Jadeo por lo bajo, echando la cabeza hacia atrás mientras mis manos se apoyan en los azulejos de la pared. Joder... en el poco tiempo que hemos estado juntos bien que se ha aficionado a las jodidas mamadas, el muy cabronazo.

Me estremezco de pies a cabeza y bajo la mirada para ver que no se haga daño y me quedo estático observándolo.

Mierda santa... que me vengan a decir que la imagen que tengo ante mis ojos no es la más erótica del puto mundo.

—Poli...

Apoyé la otra rodilla en el suelo y me centre en ti y en tu polla, mi mano libre voló hasta tu culo y te metí mas en mi boca. Coño si me gustaba tenerte de esa forma, entregado solo a mí y a lo que te hacía. Saco un momento la polla de mi boca y te miro sonriendo.

—Nallum es de mala educación hablar con la boca llena.

Te pegue una suave mordida en el glande y tu polla empezó a soltar semen, de eso nada te ibas a correr en mi boca cabrón.

¿Quién cojones le mandaba hablar? Es lo único que pienso mientras intento contenerme. Ni hablar voy a correrme ahora, cacho mamón. Te coloco mis manos bajo tus axilas y con cuidad y a pulso te levanto para empotrar mi boca contra la tuya. Con la poca cordura y consciencia que me queda te pego a la puta pared y te cubro completamente con mi cuerpo.

—Ni hablar voy a correrme así, mamonazo. Quiero entrar en ti. Me he visto privado de ti durante un puto día entero, pensando que iba a perderte, so cabrón, así que ahora vas a apechugar—Levanto una de tus piernas, colocándola en una de mis caderas y una de mis manos baja hasta tu entrada, metiendo un dedo en tu interior, robándote el aire durante un latido. Echas la cabeza hacia atrás, siseando ante el fuerte golpe que te das contra los azulejos y no puedo evitar sonreír de medio lado.—Querías esto, ¿no es así, Butch? Lo estabas deseando. Admítelo.

—Cabrón—no puedo evitar sonreír—sabes que lo quiero, que lo necesito. Si es lo que quiero joder nallum te he echado de menos de una forma que me faltaba el aire y fue el recuerdo de los dos juntos, lo que consiguió que no perdiera la poca cordura, durante...—Deseche esos pensamientos y asalte tu boca, mientras mis caderas se movían al ritmo de tu dedo dentro de mí, pero no era eso lo que quería.—Hostias nallum...te necesito joder.

Fui consciente del taponazo que le di a la pared cuando metiste el dedo en mi culo, pero no me importo, hoy no me importaba nada sino tú, joder.

—Cálmate, ¿sí? Lo último que quiero es que ese matasanos tenga que curarte ahí, cacho mamón. Esa parte no la puede tocar nadie que no sea yo, ¿vamos entendiéndonos?

Asientes mientras te rompes el puto culo a mi costa, pero que me jodan. Eres mío y nadie excepto yo va a tocar esa parte. Puede que parezca un jodido neonato que hace poco ha salido de la transición y está celoso perdido, pero me importa una mierda. Meto un segundo dedo, preparándolo a conciencia porque no pienso dejar nada al jodido azar y cuando los saco al ver que está suficientemente distendido, sonrío cabrón. Hundo mi cara en su cuello y dejo que mis colmillos se alarguen. Sé cómo le gusta que entre en él mientras le muerdo, así que es eso lo que va a tener. Coloco mi polla en su entrada y cuando mis caninos se le clavan en la vena, entro de un solo empujón mientras se aferra a mí como si la vida le fuera en ello, gruñendo contra su carne y dando un largo trago de él. Pero algo no está bien. El sabor no está bien y cuando mis ojos bajan veo que lo que su polla supura no es blanco. Joder.

—¿Qué cojones...?

Dios bendito en cuanto su macho clavo sus colmillos y entro en su culo como yo quería y deseaba...joder era una bendición tener una pareja que sabía lo que tu necesitabas sin hablar...estaba loco de deseo y de pasión por su macho, cuando sintió que su vampiro se paró en seco, dejo de tirar de su vena y soltó un:

—¿Qué cojones...?

Abrí los ojos y seguí su mirada y se volvió loco cuando vio lo que su macho miraba...el puto semen que salía de su polla, joderostiaputalamadrequelopario,era !! Negro !!,aquello no podía ser bueno.

Jadeo cuando bajo la pierna de la cintura de V y se hizo daño cuando lo obligo a salir de su culo, lo aparto de mi con la fuerza que daba la rabia y salí de la ducha, maldiciendo y llorando. Estaba loco, ido y no era consciente de lo que pasaba a su alrededor, hasta que unas fuertes manos lo apartaron de la puerta y lo llevaron hasta la cama. Oía que alguien le hablaba y el solo veía delante de mí, joder, al hijo de puta que le había hecho eso.


Mierda santa. Si hasta ahora no había perdido el juicio, estoy seguro de que ahora sí. Como puedo me las ingenio para evitar que se haga daño y al ver que pretende irse hacia la puta puerta para salir consigo agarrarlo para detenerle y le llevo a la cama. Cuando lo tengo allí, le obligo a sentarse e intento hacer que me mire, que reaccione de una puta vez.

—Nallum. Butch, joder... ¡O'Neal! —Finalmente lo hace al zarandearlo y me mira aunque no estoy seguro de si me ve o no—. Déjame que te pase mi mano, ¿sí? Esto ha pasado antes, así que no te preocupes, te tengo, ¿vale? Te. Tengo. No te va a pasar nada, esto se irá.

Levanto mi mano maldita y se la pongo ante la herida de su estómago. No sobre su piel porque ya antes había reaccionado inconscientemente de forma violenta ante el contacto —lo cual comprendo porque me pasa lo mismo con mis putos tatuajes— pero sí lo suficientemente cerca como para poder quitarle la mierda del Omega que aún supura en su interior. Siento que se relaja y que deja escapar un jadeo de puro alivio y eso me consuela.


Siento que me gritan, luego que bajan el tono de voz, pero yo sigo viendo al hijo de puta del Omega. Poco a poco la poca cordura que me queda va llegando a mí y veo, aunque borroso por las lágrimas, la cara de mi macho y respiro aliviado cuando oigo su voz. Vale su vampiro nunca se equivocaba y el necesitaba confiar el alguien y creer que lo suyo con él no se iba a la mierda por lo que acababa de pasar en el baño. Cuando su mano se acercó lo suficiente para y su calor empieza a llegar a mí, me relajo, un jadeo de puro alivio escapo de mi boca y se agarró a su otra mano buena—como era posible que con solo sentir su piel, se tranquilizara de esa forma.—en cierta forma era increíble.

Cerré los ojos, no podía mirarlo.

—Joder nallum, lo siento...yo no...sabia...coño lo siento.


—No tienes que disculparte por nada, ¿me oyes? —digo entre dientes—. No hay nada de qué disculparse. Está bien, sé que estarás bien, así que no te preocupes por eso ahora.

Le atraigo un poco más hacia mí y hago que apoye su espalda en mi pecho al recostarme a su lado. Dios, cómo odiaba al cabrón del Omega por lo que le había hecho a su poli. Si llego a tenerle ante mí juro que voy a cargármelo con mis putas manos. A la mierda las dagas y las paridas esas. A pura fuerza bruta.


Joder estar apoyado en el pecho de su vampiro era una bendición y su mano luminosa otra, estaba consiguiendo que se relajara y que las lágrimas cesaran...pero no las preguntas.

—Vishous ¿qué cojones me pasa?¿qué ha hecho ese cabrón conmigo?¿será asi cada vez que tenga sexo contigo?...¿esa cosa negra saldrá siempre que me corra?...no es justo para ti V.

Me pegue más a tu cuerpo, tú eras ahora mismo mi tabla de salvamento, mi isla en medio de un océano de dudas, dolor y no saber que hacer. Si tu ancla me faltara no sé qué haría.


—No lo será, te lo aseguro. Haré todo lo que esté en mi mano, ¿vale? —digo para tranquilizarte—. En estas veinticuatro horas ha ido aclarándose el color de tu sangre así que puedo asegurarte que esto no es permanente. Tranquilo, ¿vale? Aún no sé qué te hizo ese hijoputa, pero te aseguro que voy a averiguarlo aunque tenga que tragarme todos los volúmenes que hay sobre nuestra raza en busca de algo mínimamente parecido a lo que te está pasando.

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