martes, 4 de agosto de 2015

LA VIRGEN ESCRIBANA...22ª


                                                       LA VIRGEN ESCRIBANA

                                               



Vishous y Butch Fated

En medio del barullo, un par de doggens se acercan con el carrito en donde está la daga que se usó en el emparejamiento de los demás hermanos y los demás objetos y miro hacia Wrath a modo de interrogación.

—Ha llegado la hora de terminar lo que se empezó —dice simplemente, ciñendo más cerca de su shellan.

Oh, joder. Lo tenían preparado, ¿verdad? Lo habían planeado a nuestra espalda y este es el regalo para el poli por su ingreso en la Hermandad.

Miro a Butch y él me devuelve la mirada, igual de confuso que yo.

—Hay algo que tengo que decir. —Todos nos giramos en redondo. Enfrente de las escaleras está la Virgen Escriba flotando bajo sus ropajes negros.

Me separo un poco de Butch, frunciendo el ceño.

—Vishous, hijo del Bloodletter, descubre tu mano y hallarás nuestra verdad —dice mientras aparta la capucha de su rostro, revelando su brillo. Mi ceño se frunce aún más mientras mi mano derecha va a mi izquierda y me arranco el guante.

El silencio en el vestíbulo es atronador mientras todos me miran la mano y después miran a la diosa. ¿Qué cojones...?

— ¿Qué...?

—Eres mi hijo —suelta ella, como si fuera lo más normal del mundo. Mi cabeza se levanta como si le hubieran puesto un resorte.

—¿Qué?

Mi macho se había estremecido de los pies a la cabeza, porque aun lo mantenía por la cintura, sentí como la calidez de su cuerpo desaparecía y un frío, que yo bien conocía y a mí personalmente me mataba, fue cubriendo el cuerpo de su pareja. Joder si las pelotas se le habían puesto de corbata, con lo de la boda, bueno emparejamiento, para el caso era lo mismo, ahora resulta que la cosa sobrehumana, era su puta suegra,mierda la cosa seria de chiste, si V no se hubiera quedado como una estatua, en medio de la entrada de la mansión. Lo ciño más fuerte pegándolo a mí y le hablo al oído.

—Cálmate nallum, sé que esto es una puta sorpresa que tu no quieres, ni buscaste, pero recuerda que si te pierdo, me muero…vale tahlly.

Luego mire hacia la figura.

—Vera buena señora, le agradezco todo lo que ha hecho por mí y mi pareja...¿pero no tenía otra forma de decirle a mi vampiro, quién cojones era usted?

Joder sabía que la pregunta no debía hacerse, pero alguien debía mantener un poco de cordura, o todos acabarían fritos. Su macho no despegaba la vista de ella, sus caninos habían crecidos y las ganas de matarla coleteaban por su mano enguantada, lo olía, lo sabía, lo sentía en su piel y en su sangre.

—Hija de puta —escupo, intentando zafarme del agarre del poli. El brillo de mi mano empieza a extenderse por mi cuerpo y me da exactamente igual—. Tú me dejaste allí. Tú permitiste que... ¿Tienes la más remota idea de lo que me hicieron?

A tomar por culo el jodido protocolo.

La oleada de poder procedente de ella es como un bofetón, pero no me amedrento.

—Apareces aquí, como si fuera tu puta casa, sueltas la noticia del jodido siglo... ¿qué esperas? ¿Qué te reciba con los brazos abiertos? Hace tres siglos te necesité, hace tres siglos habría dado mis putas maldiciones a cambio de conocer el calor de un abrazo, por tener a alguien que me protegiera. ¿Ahora? Ahora no necesito nada de ti.


Dios bendito esto se estaba saliendo de madre, joder nunca mejor dicho, sus hermanos se habían puesto alrededor de ellos, las hembras habían desaparecido, al igual que los dogest y la temperatura subía por momentos. Mis sentidos vampíricos me decían, que si su suegra quería los mataría a todos y no estaba por la labor de perder a su familia recién encontrada. Joder retener a mi macho me estaba costando una barbaridad, cuando de repente Rhange, dio dos zancadas hacia la figura, con una mano lo agarre de la nuca y lo hice mirarme.

—Escúchame mamón, estate quieto donde estas o dejaras viuda a la dulce Mary, necesito ayuda, ponte a la derecha de V, por lo que pueda pasar.

—El poli tiene razón Rhange—la voz de Wrath era profunda, con dolor.

Uno a uno miro sus caras... y todos estaban sintiendo, la agonía, la tristeza, el dolor de mi macho.

Me pegue a mi macho por detrás, ciñéndolo a mi pecho y hablándole tranquilo—aunque no lo estaba—tenía ganas de matar a esa bruja, que me había tocado por suegra. —Nallum, mi macho, shss tranquilo...tranquilo, estoy aquí contigo, no estás solo en esto...estamos todos.

Es como si una película se estuviera proyectando directamente en mi cabeza. Todos los recuerdos de los veintidós años que pase en el campamento del Bloodletter van pasando ante mis ojos y en cada uno de ellos sé que pensé que ojalá supiera quién fue mi mahmen, por qué me abandonó o por qué no volvió a por mí.

Ahora, teniéndola ante mí, me siento traicionado de tantas maneras que soy incapaz de ponerlo todo en palabras. La tensión en el ambiente se puede cortar con una jodida navaja.

—No tuve ninguna otra opción —la oigo decir—, de alguna manera él supo quién era yo y me exigió un varón. Yo podía quedarme contigo durante los tres primeros años de vida, pero después tenía que entregarte a él durante trescientos años.

—Jodidamente genial —escupo—. Un jodido muy buen trato. Enhorabuena. No eres mejor que mi puto padre.

Aprieto una de las manos de mi macho que tiene contra mi pecho.

—No quiero saber nada más. No hace ni maldita falta.

La figura desapareció y lentamente fui soltando a mi macho...que sin mirar atrás fue hacia el pit...

—Chicos la ceremonia de la boda sorpresa tendrá que esperar...hoy no es el día.

Camine detrás de mi macho y al llegar al pit, estaba pegado a la botella del matarratas que bebia, joder no lo podía culpar, supe sin decírmelo, que necesitaba un momento de soledad, así que se lo di.

—Nallum,voy a darme un baño...cuando salga hablamos.

No me contesto, reprimí el impulso de abrazarlo y me fui al baño, salí rápido de la ducha, me puse un pantalón vaquero desgastado, una camiseta negra, mocasines y salir hablar con mi vampiro.

Joder la puta madre que lo pario, se había largado y sabia adonde, cogí las llaves del Escalde, la chamarra de cuero y salí a buscarlo y una puta mierda lo iba a dejar solo.

No sé ni cómo he de tomarme todo lo que ha pasado hace apenas un par de minutos. Cuando llego al Pit lo primero que hago es quitarle el tapón a la botella de Goose y dar un par de tragos a morro. A la mierda los vasos, hoy no estoy para gilipolleces. Oigo al poli decir que se va a dar una ducha y mi cabeza empieza a dar putas vueltas.

Hace meses que no tengo una jodida visión, soy incapaz de leer los pensamientos ajenos. Todo lo que odiaba se ha esfumado y, ahora, encima, viene mi mahmen con la confesión del puto milenio.

Aprieto las mandíbulas, agarro mis liados y el mechero y salgo de la casa, desmaterializándome en dirección al ático. Cuando aparezco en la terraza miro a mi alrededor. La noche es jodidamente helada, lo cual no ayuda una puta mierda a apartar los recuerdos que van volviendo a mí a marchas forzadas. Siempre he odiado el puto invierno, me recuerda demasiado a lo que pasé en el pasado y me jode.

Abro la corredera del ático con la mente y me meto dentro, encendiendo un par de velas con mi mente, volviendo a atacar mis reservas de Goose. Me acabo la mitad de la primera de un solo trago. Por eso odio ser un puto vampiro, la tolerancia al alcohol es demasiado buena, joder. Lo único que quiero es emborracharme, olvidar lo que he averiguado hoy y seguir con mi puta vida. Ahora entiendo por qué se dice ese dicho: "La ignorancia es una bendición".

Aprieto las mandíbulas y vuelvo a beber. Miro a mi alrededor. Todo me recuerda a los años que he pasado absolutamente solo, apartado de todos, sin querer que nadie me conociera porque... ¿cómo podía alguien acercarse a mí con lo que llevo grabado en mi piel? Y por una vez que parece que pueda pasar página, que voy a ser capaz de olvidar lo que me pasó...

—Hija de puta —mascullo. Levanto mi mano que sigue sin guante y miro el brillo que hay en la palma y veo cómo va extendiéndose por mi brazo. ¿Por qué cojones no lo asocié antes? ¿Tan ciego he estado?

Puto ascensor de los cojones, hoy parecía que iba más lento, de lo habitual, ni siquiera era consiente de si había cerrado el coche al bajarme, joder, de repente las puertas se abrieron y salí como un torpedo a meter la llave en la puerta del ático. Cuando abrí el lugar estaba oscuro y una opresión en mi pecho me aviso de que las cosas no iban bien, entre, quitándome la chaqueta y tirándola sobre el potro.—¿Nallum?—Lo busco en el baño, mis ojos veían de puta madre en la oscuridad y al mirar a la terraza, la sangre se me helo en las venas, mi macho estaba desnudo, cono odiaba el frío y yo lo sabía, sobre la barandilla de la terraza, su mano iluminada y sin guante y el mata ratas en la otra. Camino despacio...con un dolor en el pecho que me mataba, abrí la puerta de la terraza y sin moverme lo llame, lo más calmado que pudo hacerlo y con suavidad.—Hey...mi vampiro...estoy aquí.

Le he oído salir incluso del ascensor pero ahora mismo no estoy en condiciones de pensar dos veces lo que quiero... no, lo que necesito hacer. Le oigo entrar en el ático y mis ojos se fijan en el cielo. Se ha encapotado. Joder si no está poniéndose a la par que mi humor.

Abre las puertas correderas y me llama. Me giro lentamente sobre la barandilla de piedra y me tambaleo ligeramente.

—Eh, poli —digo arrastrando las palabras a causa del alcohol, que no es suficiente. Joder. Dos botellas y media y apenas me hace efecto—. ¿Sabes? Siempre pensé que no conocería a quien me trajo a este mundo. Estaba hecho a la idea de que había muerto. —Sacudo la cabeza y la botella se bambolea con el movimiento. El brillo va cubriendo mi cuerpo lentamente—. Ahora todo eso se ha ido a tomar por culo. Oh, y se ha cargado nuestra ceremonia. Dime... nallum, ¿hace eso una madre?

Joder Vishous, estaba tocado y hundido, jamás lo había visto así y el dolor en mi propio pecho, era una señal del que sentía, su pareja.

—Vishous, la ceremonia de nuestro emparejamiento, sólo ha sido aplazada, lo haremos, si tú quieres, desde el momento que te bajes de esa barandilla y te vista, a ti no te gusta el frío nallum.Y una buena madre, no hace eso, pero al dejarte, donde cojones te dejo, ya no fue buena madre,V,se que es duro, que te ha destrozado, pero coño tahlly, me tienes a mí y esa hija de puta, se perdió, ver crecer, al estupendo y genial, tipo que eres y que a mí me tiene loco, de amor y pasión por él.

Joder cada vez estaba más adelante en la barandilla...un sudor helado se instaló en mi nuca

—Detente —te digo al notar que avanzas—. ¿No es genial? —digo mirándome de arriba abajo—. Ahora me cubre por completo. ¡Eh! ¿Crees que ahora querrían atarme y tatuarme lo que queda de espacio en mi cuerpo? —¿Por qué tendría que bajar? —Mis ojos diamantinos perforan los castaños y después los desvío a la caída libre que queda justo detrás de mí. Muy tentador—. Apuesto a que soy lo suficientemente genial como para volar, ¿te apetece verlo?

Puta madre que lo pario, no sé si la caída lo mataría, pero joder, no quería comprobarlo, no podía moverme de donde estaba, si veía que lo hacía, se tiraría. Era hora de dejarse de suavidad.

—Oye cabrón, si quieres volar te puedo llevar a mil sitios para que esnifes algo duro y puro o puedes bajarte de ahí y dejarme practicar contigo esas cosas que tienes ahí dentro, mamón, tú decides.

Grito hasta quedarse afónico cuando el muy hijo de puta se tiro al aire como un cantante de rock a su público, dios algo se me rompió dentro. Mientras lo veía caer, fui agarrar mi cruz pero no se la había puesto cuando salió de la ducha, hijo de la gran puta, la madre que lo pario y el maldito padre que puso su simiente.

Joder rece con todas mis fuerzas para que no le pasara nada cuando llegara al suelo.

Oh, sí, treinta putos pisos de caída libre. Es... liberador. Esa era una gran definición, sin embargo, después del tercer segundo de caída, el miedo me golpea como una jodida maza de veinte toneladas. Cierro los ojos y dejo que el instinto de supervivencia y mi propio cuerpo tomen el control, desmaterializándome en el aire para...

Vuelvo arriba, a la terraza. Esa utopía de que tu vida entera pasa ante tus ojos cuando estás a punto de morir, se queda en eso: un jodido mito. Mis pies tocan de nuevo el suelo de la terraza del ático.

—V... —le oigo murmurar, como si no se pueda creer que estoy aquí o como si estuviese viendo un jodido fantasma.

En parte lo soy, brillo infernal incluido.

—No he podido hacerlo —suelto—. A pesar de lo mucho que me odio... no quiero morir...

El V que le suelto es un susurro pero la rabia por lo que acaba de hacer y las palabras que acabo de oír de su boca me encabronan. Empiezo andar en círculos, sobre él y el tono de mis voz subiendo.

—Hijodeputamalamadrequetepariojodidocabrondemierda...que coños te crees y yo que mamón. Por un solo momento se te ocurrió pensar en mí, claro que no, para que, sólo soy, un macho que te calienta la cama por las noches...para ver esto me hiciste pasar por toda la puta mierda del cambio y la entrada en la hermandad, a la mierda V, a la puta mierda.

Fui hasta la barra y cogí una de las botellas de whisky, bebiendo más de la mitad, cabrona suerte la mía, no podía emborracharme.

Cierro los ojos intentando, en vano, contener todo lo que bulle en mi interior. Joder, jamás he sentido tal dolor. Ni siquiera cuando me aferraron para tatuarme y castrarme parcialmente. No solo es por lo que me pasó en el pasado, es por lo que he descubierto hoy. Llevo mi mano al pecho y me tambaleo, estremeciéndome. Sé que no es por el frío, ni siquiera lo siento.

Un gemido escapa de mis labios mientras mi cuerpo se sacude y, finalmente, me dejo caer de rodillas al puto suelo. Mis manos aferran mi cabeza de forma desesperada. La explosión de emociones me golpea con tanta fuerza que me obliga a doblarme sobre mí mismo.

Tiro la botella haciéndola añicos y cortándome con un trozo de cristal cuando veo que mi macho cae de rodilla al puto suelo, con la cabeza entre sus manos y doblado sobre sí mismo, en dos zancadas estoy a su lado, lo cojo en brazos y lo acuesto en la cama, me quito los zapatos y la camiseta, joder V estaba helado, frío como un muerto y lo encierro entre mis brazos, acunándolo, intentando darle un poco de mi calor.

—Por dios nallum... ¿qué te pasa?...joder háblame...

Mi cuerpo entero está temblando, busco de forma inconsciente el calor del cuerpo de mi macho, escondiendo mi cara en su cuello. Dios... sólo quiero olvidarme de todo esto, dejar de recordar el pasado, permanecer en el jodido presente y no analizar todo lo que significa saber quién es mi madre o por qué, siendo poderosa como es, no vino a por mí.

—Quiero olvidar, joder... No quiero... saber quién es ella. No puedo. Cristo, poli... esta mierda me supera.

Lo apreté mas contra mi sus palabras se me clavaron como puñales. Yo me había sentido igual cuando mi puto padre me acusó directamente de la muerte de mi hermana y dijo a todo el que quiso oírlo que yo sabía los planes que esos chicos tenían para con mi querida hermana...

Lo ceñí más a mí, besé su mejilla...y acaricie su pelo.

—Estoy aquí Vishous, nallum. Dime que necesitas de mí y lo tendrás, te lo daré sin hacer preguntas y por mi dios que no dejare, que jamás, vuelva hacerte daño...nallum...mírame.

Niego con la cabeza. No puedo. No soy digno de mirarle a la cara después de lo que he estado a punto de hacer.Mierda, he estado a punto de romper la promesa que le hice de no abandonarle. Cierro mi mano buena alrededor de las sábanas de seda negra.Soy un puto desgraciado, alguien que no merece a alguien como el poli a mi lado. Un jodido cobarde que ni siquiera es capaz de quitarse de en medio.

Joder su macho sentía vergüenza de mirarlo y sabia que era por lo que había pasado...

—Escúchame porque solo te lo diré una, vez no me abandonaste y no por cobardía seguramente el corazón que es muy listo te hizo subir vivo a mi lado. Sabes que me caliento, bueno me boca se calienta, cuando algo me pone nervioso o me asusta, no sentía lo que te dije...nallum...no sabía cómo hacerte bajar de esa puta barandilla, lo siento y tu mamón, eres lo que los humanos, decimos, medía naranja, la otra parte que le faltaba a mi ser, para poder ser completamente feliz...ahora mírame para que pueda besarte.

No lo iba a obligar...tenía que ser...el quien decidiera mirarlo.

Lentamente levanto mi cabeza, aun dudando de si es lo correcto. Que me jodan pero ver ese extraño fuego en su mirada hace que el hielo que quedaba en mí de lo ocurrido en el vestíbulo de la mansión y la media borrachera que me he pillado al llegar aquí se disipen enseguida.

—Mierda yo... —digo con voz extremadamente ronca. Aprieto los labios, intentando encontrar el valor suficiente como para acabar la maldita frase—... lo siento, Butch. Dios... soy un cabrón de mierda, ¿no es así?

—Si...pero eres mi cabrón de mierda y no te cambiaría por nadie, ni por nada. —Con mi nueva fuerza adquirida, te coloque sobre mí, abrí mis piernas para que te acomodarás mejor y te sonreí.—Y ya que mi jodida suegra nos ha jodido la boda sorpresa creo que no sería mala idea...adelantar la noche de bodas. —Y mi boca fue a por la tuya...con un gruñido de satisfacción.

Ahogo un jadeo en tu boca y mis caderas se mueven por sí solas contra las tuyas. Mi mano maldita se mete por debajo de tu camiseta, pasando por todo tu torso y sólo hay una cosa que realmente deseo.

Me separo de tu boca y te miro directamente a los ojos.

—Necesito que hagas algo por mí. Quiero que vuelvas a tomarme. No me importa cómo, sólo... te necesito de esa manera, quiero sentirme tuyo otra vez.

Iba camino del limbo del placer cuando tu mano antorcha, acaricio mi pecho y tu boca me correspondió al beso, cuando tus palabras me bajaron de golpe, joder desde la noche de la transición no lo había vuelto a tomar. Siempre era su macho quien tomaba y yo no me quejaba jamás, porque me gustaba.

—Nallum, hostias... ¿estás seguro?¿eres consciente de lo que me pides?Joder quitando aquella noche yo no sabría hacerte mío de nuevo de esa manera, no podría hacerte daño...yo...bueno...yo solo sé hacer el amor de una manera V...

—Soy plenamente consciente de ello —contesto con seriedad— y ahora mismo necesito que lo hagas. No me importa el cómo. Sólo... hazlo.

Dios bendito...su macho le estaba pidiendo que le hiciera el amor. ¿Cuánto tiempo hacía, que...?...a la mierda su macho lo necesitaba y yo se lo iba a dar...

— ¿Tienes algún lubricante por aquí?

—Supongo que algo tiene que haber.

Me levante y rebusque por todo lados no hallando nada ni siquiera en la mesa de noche.Joder no quería hacerle daño a su macho, quería que esta noche tuviera amor y entonces se acordó en la nevera, había un bote de nata, de cuando se estuvo quedando en el ático, eso valdría. Fui a por él y llegue a la cama, como un niño con un globo en la mano.

—Poli... ¿qué cojones?

—No tienes lubricante a mano, debes comprar esto nos servirá y te aviso, es esto—bato el bote—o nada.

—Joder poli...estás loco.

—Si cabrón por ti.

Solté el bote de nata montada en la mesilla de noche y me incline a besarte, mientras me bajaba los pantalones y el boxe y muy despacio te ponía de espaldas a la cama. No me puse del todo encima de ti me quede de medio lado no pretendía que tus pesadillas te asaltaran en ese momento...te quería feliz y concentrado en mí y en lo que te estaba haciendo.

Definitivamente está como una chota. Dejo que me dé la vuelta y cierro los ojos. Síp, ahora sí que estoy acojonado. Por lo menos cuando me pilló absolutamente por sorpresa no tuve tiempo de pensar de forma racional. ¿Ahora? Joder... No soy virgen, pero mierda si no me siento como una puta colegiala en su primera noche con su novio.Mis manos se cierran alrededor de las sábanas e intento mantenerme calmado y bajo control. Siento su calor a mi lado, sin acabar de subírseme y no sé si eso es bueno o malo. ¿Lo que estamos a punto de hacer? Jamás lo he tenido con nadie, ni siquiera cuando he sido yo el que... bueno, el que daba ha sido así y sé que él será más gentil, más... lento.

—Poli... —medio gruño, intentando girarme para verle.

Dios estaba de los putos nervios por eso le di la vuelta...tengo intención de mirarlo a los ojos cuando entre en el...pero quiero que se sienta seguro y tranquilo...

—Soy yo nallum , tú poli , nadie más acaricia tus hombros, tú espalda, — deteniéndome antes de llegar a tus nalgas, no había prisa—son mis manos—,bese tu nuca y seguí el mismo camino con la boca —es mi boca —abrí despacio con una rodilla, tus piernas y tus muslo lo justo para poderme colocar entre tus piernas y sobre tu cuerpo, sin tocarte.—es mi cuerpo V, mi calor, sólo yo nallum, sólo soy yo.

Poco a poco fui bajando hasta estar encima tuyo del todo...me quede quieto esperando alguna reacción tuya.

Cada avance suyo hace que me tense un poco más a pesar de sus susurros. Dios, este miedo es tan irracional. Recuerdo perfectamente bien lo que significaba ser follado en el campamento. Eso equivalía a ser un perdedor, un débil y alguien indigno de ser llamado guerrero, por lo menos mientras duraba el combate y la vejación.Jadeo al sentirle completamente sobre mí y dejo caer mi cabeza hacia delante, inspirando profundamente y dejando salir el aire en mis pulmones de forma demasiado abrupta. Mis nervios están completamente en punta y siento cada uno de sus movimientos de forma amplificada.

Joder las cosas no iban bien lo sabía, lo presentía, mi macho no estaba cómodo, no estaba bien.Rodé hacia un lado y lo hiso mirarlo, dios santo esa mirada, me rompió, mí macho estaba sumido en recuerdos que lo estaban torturando...rodé del todo sobre la cama hasta conseguir ponerlo boca arriba. Yo había apoyado un brazo en la cama, la cabeza en mi mano y quedándome de lado para poder pegarlo a mi costado.

—Nallum, mírame, pero a mí, no a esos recuerdos. Mira a tu poli y escúchame, no te haré daño te lo prometo ni voy hacer nada que tu no quieras. Tú guiaras, tú controlaras, tú, sí. —Esperaba que las mismas palabras que su vampiro le había dicho la primera noche que estuvieron juntos le sirvieran a él y aunque me dejará la vida en ello iba a ir despacio con amor, mucho amor.

Maldigo para mí. Lo último que necesito es que se sienta culpable o que no se atreva a hacerlo. Si tan solo pudiera arrancarme esos putos recuerdos de la memoria y dejarme ir, pero no puedo. Forman parte de mí y me jode vivo que esté ocurriendo justamente cuando estoy con él, cuando realmente deseo que... mierda, vale, que me haga el amor. Dios... ¿se puede ser más patético?

—Estoy... estoy bien —digo entre dientes. Síp, y una polla lo estoy. Dejar de pensar sería un poder genial, el cual carezco. De puta madre. —Sólo quiero que lo haga, que no tenga en cuenta lo que está pasando por mi cabeza, que me haga olvidarlo todo y haga que me centre solamente en él.—Sólo... hazlo, ¿vale? Necesito que me hagas olvidar, que... Joder. —Cierro los ojos y llevo mi mano buena a mi cara, frotándomela con frustración. Si no consigue que pase de este estado, no podré continuar.

Me acerco despacio a tu boca hasta que su perilla le cosquilleo la barbilla, curioso hasta ese momento no me había percatado de esas simples pero importantes cosas. Mi corazón se va tranquilizando a medida que mi macho responde a mi beso saliendo con su lengua al encuentro de la mía, se dejó hacer y deje que él fuera subiendo la intensidad del choque de las dos bocas poco a poco la calidez fue volviendo al cuerpo de su pareja y su mano enguantada salió a mi nuca para pegarme a mas a él, su gemido me dio el valor suficiente para seguir. Pasé mi lengua por sus colmillos, que al momento descendieron y el jadeo que recibí a cambio me hizo ser más osado.


Voy dejando que poco a poco tome el control de la situación una vez más, dejando que me domine, que sea él el que marque el ritmo y a medida que lo hace, noto cómo mi cuerpo se va adecuando a lo que él marca. No me está resultando fácil pero a veces se tiene que hacer un pequeño esfuerzo.Cuando su lengua pasa por mis colmillos no puedo evitar gemir. Joder, no tiene ni idea de lo sensibles que son y éstos se alargan solos y la temperatura de mi cuerpo sube varios grados. Mi mano se cierra alrededor del pelo corto de su nuca y mis caderas empujan hacia las de Butch de forma casi inconsciente. Casi.

Mi mano fue bajando acaricie con el pulgar tu vena y le pegue un lametazo, besé tu cuello mis dedos pellizcaron, con suavidad los pezones, con la palma abierta y sin dejar de mirarte baje por tu estómago, bien definido y musculado, por tu ombligo hasta llegar a tu entrepierna. Con suavidad te hice abrirlas y mi mano acaricio tu única pelota antes de recorrer en un puño tu majestuosa, ancha y cavernosa polla, tus caderas volvieron alzarse y tus gemidos y gruñidos eran una sinfonía de placer en mis oídos haciéndome más osado y nada cobarde.

Mi espalda se arquea y echo la cabeza hacia atrás, jadeando mientras mi mano buena se aferra a las sábanas. ¿Es esto lo que se siente cuando hay sentimientos y emociones envueltos en el sexo? ¿Esto es lo que me he estado perdiendo durante los últimos tres siglos?Mis caderas empujan contra su puño y gruño.

Despacio me incorpore poniéndome entre tus piernas y sin dejar de masturbarte, en esa cama y en esa noche, no habría prisas, ni sexo rápido, ni duro, ni violencia, mi vampiro se merecía por una puta vez una noche repleta de cariño y amor...el mío. Me alce sobre ti y mi boca empezó el mismo recorrido que habían hecho mis manos sin dejar de tocar tu polla, me entretuve en tu vena no mordí, sólo arañe y tu maldición dejaba bien claro lo que pensabas de eso y sonriera. Seguí lamiendo hasta llegar a uno de tus pezones, la forma en que te movías debajo de mi me daba una idea de que íbamos por buen camino, me ocupe de tu otro pezón, cogí el bote de nata e hice un camino desde el centro de tu pecho hasta la mano que masturbaba tu polla deje el bote al lado y puse mi lengua a lamer. Al llegar a mi mano, la mezcla de la nata, la saliva y tu présenme, era un afrodisíaco.

Mis ojos se abren al sentir el contraste de la nata helada sobre mi piel y te veo recorrer el caminito que has dejado con ella y no puedo evitar rugir al sentir tu boca tan cerca de mi erección, sin llegar a tocarla. Hijodeputa... Golpeo mi cabeza contra el colchón, sintiendo cómo voy desesperándome a cada maldito segundo que pasa. Dios...

—Joder, poli... —gruño, retorciéndome bajo tu cuerpo.

Joder tus gemidos y tus gruñidos me ponen más duro de lo que ya estaba pero esta noche era tuya...yo podría esperar.

—Shsss...nallum ya voy donde quieres, despacio vampiro, despacio.

Mierda al meter tu polla en mi boca no sabría decir que estaba más bueno, la nata, tú propio sabor o la mezcla de ambos, una de mis manos voló a tu pelota masajeándola, acariciándola y un dedo, de mi otra mano, con algo de nata dentro de tu culo rotándolo dentro de él. No te avise, entré de golpe y para que no te diera tiempo a tensarse, cuando te dilataste un poco metí un segundo con nata también, no quería tu dolor...quería tu placer.

Mi espalda se levanta del colchón como un resorte, siseando. Mierda puta.

—Joder —suelto al sentir tus dedos entrando en mí. Es... extraño, coño. Jamás he sentido algo así, la última vez no me dio ni tiempo de notar nada pero ahora... Ahora lo siento todo y aunque hay algo de dolor, no es nada en comparación al placer que se va instalando en todo mi cuerpo, en las oleadas que suben desde mis riñones a mi polla.

Mi mano maldita vuela a tu cabeza y aparto los cabellos que tapan tus ojos y es como si me hipnotizaras con tus ojos porque no puedo apartar los míos de los tuyos.

Sin dejar de mirarte mientras te la chupaba, metí otro dedo en tu culo y muy despacio empecé a entrar y a salir de ti, esbocé una descarada sonrisa, pendiente de cualquier mueca de dolor, pendiente de tus reacciones que me estaban calentando como el horno de tu fragua. Sabia como cortar tu orgasmo, joder lo había aprendido de ti, pero no lo iba hacer, quería que te corrieras de la forma que estabas entregado a mi boca, a mis dedos, a mis ojos. Dios parecías un dios griego, mi macho era hermoso, muy hermoso y a la mierda si eran pensamientos gay. Era lo que sentía.

Ver el fuego en tus ojos sé que no aguantaré mucho más, vuelvo a dejarme caer sobre el puto colchón y me retuerzo, intentando aguantar... pero me es imposible. Cuando siento un tercer dedo entrar en mí y cómo empiezas a moverlos de dentro afuera, es más de lo que puedo soportar. El rugido que sale de mi pecho es brutal mientras me vacío en tu boca y maldigo en voz alta en la Lengua Antigua.

Coño si no sonreí mientras me bebía tu corrida joder tu gruñido de satisfacción fue una de las cosas más hermosas que había oído en mi vida desde que estaba contigo. En los últimos coletazos te saque de mi boca y deje ayudado por mi mano que terminaras en tu estómago, necesitaba algo de tu semen para entrar dentro de ti pero antes quería que volvieras a estar duro y conocía muy bien tu capacidad para recuperarte entre corrida y corrida, me tendí tan largo como era sobre mi estómago, saqué despacio mis dedos de tu culo puse algo de nata en la punta de mi lengua y empecé a follarte el culo...con mi lengua.

—Hijo de puta... —suelto mientras me estremezco de pies a cabeza. Mis manos vuelven a aferrarse a las sábanas y la retahíla de palabrotas no para de salir de mis labios. Mi polla da otro tirón mientras vuelve a despertarse y cierro mis ojos con fuerza, plantando mis pies sobre el colchón para intentar obligar a mis caderas a mantenerse quietas.

Ahora sí, ahora estabas más que preparado y eras bien consciente quien te estaba haciendo el amor, me levante, coloque un cojín bajo tu culo, mezcle nata, con tu semen, metí con dos dedos algo dentro de ti, alrededor de tu culo y por toda mi polla...la bañe bien, habría daño pero me dejaría la vida, en que fuera el mínimo, me coloque a tu entrada y metí dentro de tu culo un poco de mi glande.

—Mírame nallum...mírame.

Aprieto las mandíbulas mientras abro los ojos de forma casi perezosa, conteniendo la respiración al sentirte empujar dentro de mí. Una de mis manos, la maldita, vuela a uno de tus antebrazos y aprieto. Suelto el aire de golpe, saliendo en forma de gemido. Dios... ¿así se sintió él la primera vez que entré en su interior?Mi respiración se hace más pesada, errática. El dolor es intenso pero me obligo a mantener mis ojos enfocados en los suyos, como si fuesen un ancla al presente, sin embargo, mi visión se emborrona. Llega un punto en el cuál no sé en qué momento estoy: si en el pasado o en el presente. Siento algo resbalar por mi sien y no soy consciente de que es una lágrima hasta que una de tus manos sube a mi rostro y la enjuaga.

No aparte la vista de los ojos de mi macho tenía la mitad de mi polla dentro de él y pare cuando veo una lagrima correr por su sien. Mi mano derecha sube y te la limpia, me agache hasta quedar junto a tu oído...

—Nallum...vuelve conmigo, mírame y vuelve, aleja tus diablos. Yo estoy aquí, esperando por ti, vuelve por dios. —No podría seguir si su macho no recuperaba la cordura, no le haría eso a su nallum, jamás, le bese la sien tatuada mientras una plegaria salía de mi boca.

Tomo una profunda bocanada de aire e intento sacudir los recuerdos y vuelvo a bajar a la tierra, contigo. Joder, ese es mi macho. Mi perilla se tuerce en una media sonrisa.

—Estoy... bien —jadeo.

Te bese.

—Bienvenido tahlly.

Volví a poner en la misma posición a clavar mis ojos en los tuyos y muy despacio seguí entrando en ti. El sudor corría por mi espalda, por mi frente, pero aunque me fuera la vida en ello iba a ir todo lo despacio que pudiera, cada paso que daba dentro de ti la palabra mío, se clavaba con más fuerza hasta que el olor de mi marcaje empezó a salir. Joder, no quería, ni podía evitarlo, quería mi olor encima de mi vampiro, sentir como a cada embestida lenta que daba para entrar te abrías para recibirme, la calidez que mi polla percibía dentro de ti, me hacía sentirme muy humilde ante lo que me estabas dando, lo quería de ti. Desde el día de mi transición no había sido capaz de pedírtelo porque sabía lo que significaba para ti y tu me lo has ofrecido hoy y por dios que aunque no volviera a pasar era el mejor regalo que me habías dado, cuando estuvo dentro de tu culo por completo, paré y baje la cabeza porque mis ojos se nublaron.

—Gracias nallum.

Dejo salir todo el aire que contenía en mis pulmones con lentitud. Niego cuando le oigo darme las gracias. Mierda, no tenía por qué hacerlo. No es algo que no le pertenezca ya por derecho.

—Muévete o te juro que te quedas sin pelotas —gruño, sonriendo.

Coño su macho si sabía cómo subir la libido seque restregando mis ojos en un hombro las lágrimas y me concentre en ti y empecé a moverme, despacio primero y aumente el ritmo de mis embestidas a medida que empezaste a moverte, más rápido, entré más profundo en ti, colocándome por tu gruñido de la forma que toque ese punto que sabias y yo había aprendido, vuelve loco a uno de placer, Cristo santo, que bueno era tenerte así, tú olor, tú sabor, mi polla, dentro de ti...joder era más que perfecto.De repente mis colmillos crecieron, quería la vena de mi macho, pero no me sentía con valor para pedírselo.

Veo cómo sus colmillos se alargan y puedo comprender la necesidad que siente ahora mismo. La misma que yo cada vez que entraba en él.Me incorporo sobre mis codos y ladeo la cabeza y te miro de reojo.

—Muerde, cabrón. Tómame en todos los malditos sentidos.

No me hice de rogar clave mis colmillos con la misma tranquilidad que había metido mi polla dentro de ti, dios, joder, hostias puta, la madre que lo pario, era cada vez mejor. Cuantos mayores eran sus sentimientos hacia Vishous, mas erótico era beber de él. Con el añadido que no le hacía daño, había cumplido la promesa de que hallaría el modo de hacer que no fuera dañina. Metí una de mis manos entre los dos cuerpos y empecé a masturbar a mi macho, entré más profundamente y empecé a moverme más rápido, no me iba a correr hasta que mi vampiro lo hiciera.

—Bebe de mi...tahlly...bebe de mí.

Mis encías cosquillean ante su petición, me incorporo un poco, intentando no dejar que deje de morderme. Una de mis manos hacen que ladee un poco la cabeza y hundo mis caninos en su carne, dando el primer tirón de su vena, gruñendo contra su garganta. Dios, ¿cómo he podido sobrevivir estos últimos trescientos años sin él?

Mi polla pareció crecer, aún más dentro de mi macho cuando me mordió y pegó el primer tirón de vena. ¿Cómo pude dudar en algún puto momento que fuera él, quién tenía que estar conmigo en todos los sentidos, como amigo, como pareja, como amante? Sentí como Vishous apretaba la mano que agarraba su nuca, estaba a punto de correrse y no pudo evitar un gemido contra la vena de su pareja cuando el présenme hiso su aparición.

—Jesucristo —jadeo, apartándome de su vena, echando la cabeza hacia atrás. Puedo sentir el orgasmo empezando a formarse en la parte de mis riñones, extendiéndose por mi cuerpo hasta llegar a la punta de mi erección. Siento mi pelota contrayéndose, al igual que los músculos de mi culo—. Más... fuerte, joder —gruño, dejándome caer sobre el colchón, importándome una mierda que me desgarre ligeramente el cuello al hacerlo.

Dios, sé que cuando explote, será bestial.

Y bombee más fuerte entrando en mi macho de forma que mis pelotas chocaban con su culo, joder de haber podido las hubiese metido dentro también. Aprieto el ritmo, dejó de beber cerrando sus heridas...estaba más que a punto. Pero primero su macho, su semen estaba empezando a salir, lo dejaría escapar del todo cuando sintiese a su macho derramarse en su mano y sabía que sería brutal porque a mí me acompañaban las mismas ganas.

Siento cómo el brillo de mi mano empieza a reptar por todo mi cuerpo, iluminándonos a los dos y, de alguna manera, consigo concentrarme lo suficiente como para imaginar que nos está rodeando y es en ese momento, cuando mis piernas rodean sus caderas, cuando el orgasmo me golpea con una fuerza descomunal. El grito ahogado de puro placer escapa de mis labios sin poder evitarlo mientras me arqueo por completo. Me siento incluso mareado a causa del calor que desprendo y el olor a mi propio marcaje sale disparado de cada poro de mi piel, mezclándose con el de Butch y joder si ambos aromas entrelazados no es jodidamente erótico... correcto.

Rodeo mis caderas con sus piernas y su orgasmo llega, me dejo ir con él. Dios bendito, parecía que mi polla no quería acabar de soltar semen, ni mi macho tampoco, me enteré más aun y me pegue tanto a su cuerpo que el puto aire no corría entre los dos. Parecía que la vida se le estaba yendo, ver, sentir a mi vampiro así, lo había llevado a cotas de placer que desconocía por completo estaba completamente iluminado, la cabeza hacia atrás, el grito se tuvo que oír a miles de manzanas y el olor de su marcaje, mezclado con el mío. Era lo más jodidamente cachondo, sexy, erótico, salvaje y debido que existía. Me quedo dentro de él cuándo acabamos, sacó la mano y paso mi lengua, llevándose a su boca la esencia de su macho...su sabor...

—Dios nallum, como te amo.

Ahora es cuando comprendo qué es lo que he estado sintiendo durante todo este tiempo: la sensación de que es con él con quien debo estar, que es lo correcto. Abro los ojos y los fijo en los suyos y sonrío al oírle decir esas dos palabras.

—Ídem. —Es lo único que puedo decir, pero sé que lo entenderá y que sabrá por qué lo digo. Sé lo que siento pero aún no me atrevo a pronunciarlo con todas sus letras. Él es lo más importante en mi vida ahora mismo y he estado a punto de cometer el peor error de mi vida en esa terraza. Escondo mi rostro en su cuello y cierro las incisiones que he provocado, quedándome allí, sólo para seguir oliéndole, sintiéndole.

Despacio salí de mi macho y lo arrastre llevándolo conmigo, tenía que tener una cara de gilipollas, feliz pero gilipollas y la sonrisa más enamorada que un ser pudiera poner en su cara. Su nallum había dicho Ídem, que en el lenguaje, de V, venia hacer, te amo poli. Lo acerque más a mí, me gustaba su cara en el hueco de mi cuello, noto como cierra mis incisiones y lo ciño más a mi cuerpo.

—Que nallum, te ha gustado el nuevo uso de la nata—no puedo evitar una carcajada.

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