lunes, 3 de agosto de 2015

LA TRANSICIÓN Y MIO...20ª


                                                                 LA TRANSICIÓN

                                                 



Vishous y Butch Fated

Cojo aire y abro la puerta que da a la sala de fisioterapia. Sé que no luzco de lo mejorcito hoy, pero qué más da eso.

Joder, lo que vamos a hacer es jodidamente complicado y cualquier fallo podría mandar todo a la puta mierda. Wrath, Rhage, Butch, una de las Elegidas y yo mismo entramos en la pequeña habitación.

Me acerco a la camilla y compruebo que el freno de mano está puesto y vuelvo a girarme hacia mi poli.

—Butch, sácate la ropa y empecemos con esto.

— ¿Podemos hacer algo con la temperatura de este frigorífico de carne? —dice frunciendo el ceño y no puedo evitar sonreír de medio lado.

—Sí, bueno. —Me acerco al regulador de temperatura y lo pongo para que el ambiente esté tibio—. Lo dejaré así para la primera parte, después bajaré la temperatura con el aire acondicionado a tope y me amarás por hacerlo.

El castaño se quita la ropa y sube a la camilla. Extiende sus brazos hacia mí y me acerco a él, dejando que se refugie en mí.

— ¿Eliges ser emparejado en este día? —Todo el mundo en la habitación parece sacudirse. Joder con la Virgen de los cojones.

En una esquina de la habitación, una diminuta figura con ropajes negros ha aparecido de la nada. La Virgen Escriba.

Mi corazón empezó a bombear tan deprisa que creí que me moría antes de hacer la locura que iba hacer. Beth y Phury acaban de entrar y sonreían como dos tontos. Había visto a esa mujer o lo que fuera dos veces, la primera, cuando lo secuestraron y su macho lo hallo y lo ayudo y la segunda cuando el rey y la reyna se emparejaron. Y era ahora lo mismo que las otras dos veces: una presencia de respeto y miedo, poder de la naturaleza andante, luego cuando me sobrepuse entendí lo que había preguntado, salí de los brazos de mi macho y le sonreí como un gilipollas...joder, estaba en pelotas, delante de su nueva familia y una cosa sobrenatural que le preguntaba si quería emparejarse...

—Coño sí, claro que quiero, joder eso ni se pregunta... ¿ Vishous? macho.

Inclino la cabeza en señal de respeto, aunque no le debo mucho a la madre de la raza. Más bien mi vida ha sido un calvario, pero es eso o caer fulminado aquí mismo por su poder, así que no me queda de otra.

—Sería un honor para nosotros que diera su bendición, Su Santidad —digo mientras mi cara parece la de alguien que acaba de comerse un jodido limón.

—Me sorprenden tus buenos modales, Vishous, hijo del Bloodletter —le oigo decir y mi ceño se frunce pero no digo nada.

El ser sobrenatural se adelantó riendo, mientras se acercaba a nosotros, note los hombros tensos de mi vampiro y me tense más cuando pulso la palma de su mano, sobre la cabeza de V...sin poder evitarlo con disimulo paso una mano por la espalda de V y empecé acariciarlo, quería que supiera que estaba ahí con él y que no iba a permitir que nada malo le pase, joder me sentía eufórico, feliz, me iba a emparejar con mi macho...

—Alza esos ojos tuyos hacia mi Vishous, hijo de Bloodletter—V lo hiso, la miro—hermoso.

Luego me miro a mí y me puse de los putos nervios, erizándose todo el vello de su cuerpo, joder no lo podía evitar, a pesar del velo, me sentí como una basura cuando sus miradas convergieron.

— ¿Cuál es el nombre de tu padre humano?

—Edward O·Neal. Pero si no le importa a ese hijo de puta lo dejaremos fuera de esto, no pinta nada en mi nueva vida, ¿de acuerdo?

—Tómate las preguntas con calma, poli. Con mucha calma —mascullo a su lado. Dios, ¿por qué demonios no le había hablado del protocolo ante la Virgen? Bueno, no esperaba esta puta visita. Joder.

— ¿Y a qué se debe eso, humano? —pregunta la Virgen. La palabra humano sale de ella como si eso equivaliera a "pedazo de mierda" y gruño por lo bajo, es superior a mí. Me cuadro aún más en mi sitio. Siento a mi poli estremecerse.

—Él no significa nada para mí —contesta.

— ¿Acaso los humanos son siempre tan despectivos con su familia?

Hijadeputa. No tienes ni la más jodida idea de lo que le hicieron pasar, pienso mientras aprieto mi mano buena en un puño.

—Mi padre y yo no tenemos nada en común el uno con el otro, eso es todo.

Admiro su integridad, joder. A estas alturas yo ya estaría echando humo por las putas orejas y diciendo las mil y una atrocidades que se me pasaran por la mente. No sé si es porque estoy cerca de él o porque sigo con su mano en mi espalda, pero está bastante calmado.

—Por lo que los lazos de sangre significan poco para ti, ¿verdad?

— ¿Tiene alguna idea del alivio que sentí...?

Me adelanto y coloco mi mano enguantada sobre su boca, me inclino y le siseo al oído:

— ¿Quieres que te fría un huevo, nallum? No hagas preguntas...

—No te preocupes por él, guerrero—intervino la Virgen Escribana—era lo que necesitaba oír.

Vishous le soltó al oído.

—Ten cuidado vale.

—Lo siento—me dirigí a las vestiduras negras—pero yo solo estoy contento de saber lo que corre por mis venas...y si hoy me voy al mismo infierno porque no lo paso lo hare feliz y en paz por haber llegado a saber qué y quien soy—le cogí la mano a mi macho—y también por saber a quién amo y amare hasta que me muera. ¿Para qué más? —el coro de maldiciones le hiso darse cuenta de su error—ah lo siento.

Tras un largo silencio donde le dio tiempo a pensar que lo iba a matar, la Virgen hablo.

— ¿Sientes tristeza por dejar a tu familia humana?

—Ninguna, está es mi verdadera familia...mi familia es la que esta aquí en estos momentos, no hay ninguna más.

—Eres valiente humano. Tu mano humano.

—La palma hacia arriba—me ladró Wratch.

—Dime humano si te preguntara por la pareja de este macho, ¿me lo presentarías?

—Coño lo tiene delante bella dama, soy yo, Bucth el poli.

La habitación se llenó de suspiros de frustración. Vishous se pasó una mano por el pelo.

Si la miraba bien tenia cara de ángel, hacía rato que se había bajado el velo, así que le sonrió.

—Tu palma derecha Bucth O·Neal, descendiente de Wratch hijo de Wratch—cogió la de su macho y las junto—este es un apareamiento muy bueno, tenéis mi permiso para estar unidos el tiempo que deseéis estar juntos—miró al rey—la presentación ha sido completamente satisfactoria para mí, si sobrevive has de completar la ceremonia tan pronto se reponga. Mucha suerte humano.

Miro a V y desapareció.

Suspiro aliviado y sacudo la cabeza.

—En serio, ¿tal es el Deseo de Muerte que tienes, poli? —comento, estremeciéndome al pensar que podría haber visto cómo fulminaban a su macho antes siquiera que llegara a pasar la jodida transición—. Tienes mucha suerte de haberle caído bien, cabronazo —añado mientras acerco una bandeja con artilugios quirúrgicos esterilizados.

Empiezo a recitar una antigua plegaria en la Lengua Antigua de forma casi desesperada. Sé que no todos me entienden o saben por qué lo hago, pero me da igual. Es algo que tengo que hacer porque... joder, quiero que las cosas salgan bien y que salga de esta... de una pieza.

Acerco la bandeja a los pies de la camilla mientras Butch se tumba en ella y después voy hasta los pies de Butch. Escondo el escalpelo, manteniéndolo fuera de su vista.

— ¿Estás listo? —pregunto.

—Os quejáis de gusto, ha salido todo de puta madre, aunque la última frase *si sobrevive* sobraba, pero bueno en general fue bien.

Me tumbo sonriendo y asiento ante su pregunta. Su macho llevaba algo en la mano que no le mostraba y de repente la cabecera de la cama se elevó y pareció que la sangre se le subía a la cabeza.

—Te amo...vamos hazlo ya.

Tomo aire, descubro lo que tengo en la mano y antes de que Butch llegue a registrar lo que estoy haciendo le hago un par de cortes profundos en una de las muñecas, repitiendo el proceso en la otra.

Noto cuándo su corazón se acelera y sé que está entrando en pánico pero intento mantener la calma. Wrath se acerca a la camilla y le coge de los tobillos para mantenerlo sobre la cama.

El corazón parecía querer salirse de su pecho y la sangre corrió mas rápido cuando se dio cuenta de lo que su macho tenía en la mano, no tuve tiempo de protestar...el miedo me golpeo con fuerza y tuve que abrir la boca para coger aire...oía las voces como en la distancia, la sala se llenó de brumas en una realidad aterradora. Me fije en la cara de su macho, en sus ojos, en sus tatuajes, en su pelo...

—Tranquilo mi macho estoy bien.

Alguien me agarró por los tobillos y pegue un bote del susto hasta que vio que era Wrath...el rey lo sostuvo mientras V enderezaba la mesa un poco más, sintió que su sangre corría con más rapidez y ligera. Su vampiro le saco los brazos y los dejo colgando por fuera de la mesa.

— ¿V? —exclame—No me dejes, ¿de acuerdo?

—Nunca. —Me acerco un poco más a él y le aparto el cabello de la cara. Sé que el gesto es tan poco yo... pero me da igual. Es mi macho, mi pareja joder... Y si esto no sale bien lo perderé para siempre, hasta que pueda reunirme con él en el Fade.

Se intenta levantar, puro acto de supervivencia, y me veo obligado a apoyarme en sus hombros para mantenerlo en su lugar.

—Tranquilo, poli. Estamos aquí contigo. Intenta relajarte... si puedes.

Joder que manía con decirle que se tranquilizara cuando las cosas estaban duras...bien pensado él era peor, siempre tenía una frase graciosa cuando las cosas se ponían difíciles, era su humor irlandés. Oía a los demás como si estuvieran a kilómetros de distancia, la voz de su macho era lo único que aun distinguía y aunque no entendía lo que estaba diciendo, sabía que rezaba por mí y porque todo saliera bien. Levante la cabeza y un mareo me acometió. Comencé a tiritar de frio, estaba helado.

—Tengo friiiiiiiio.

Oyó a su macho decirle que lo sabía y pidió a Beth que subiera la calefacción.

—Joder V me voy a congggggggggelar.

Su vampiro dejo de rezar y se acercó todo lo que pudo a su cara,

— ¿Sientes mi mano en tu brazo nallum?

Asentí con la cabeza.

—Bien si sientes mi calor imagina que estoy sobre tu cuerpo, te estoy sosteniendo, abrazando.

Joder sonreí eso le gustaba, pero al momento sus ojos empezaron a no enfocar y la figura de su macho se volvió diáfana.

—Coño frío...más calor...por favor.—Mi piel se erizo, su estómago dio un vuelco y su corazón parecía pararse.—Frio...nallum te amo—luego más frío y la oscuridad.

Me acerco de nuevo y me pongo el estetoscopio, escuchando su corazón. Cada vez es más débil y joder si no se me encoge el mío mientras voy escuchando su pecho.

—Está cerca. Beth, ven, te necesito aquí —digo mientras le entrego el estetoscopio—. Quiero que escuches su corazón y que me indiques cuando su corazón se pare durante diez segundos o más. —Señalo el reloj que hay colgado—. Mira la tercera manilla. —Me giro hacia la Elegida que me hace una reverencia—. ¿Te importaría sustituir a Wrath? Él está a punto de entrar en acción. —Ella parece dudar y sacudo la cabeza—. Necesitamos que alguien lo mantenga sobre la mesa y Wrath y yo estaremos ocupados. —Aunque preferiría ser yo el que lo sostuviera pero no hay otra manera.

Acerco el carro cuando la Elegida toma el lugar del Rey.

—¿Estás listo, Wrath? —pregunto.

—¿Dónde me quieres?

—Justo al lado de su pecho. —Cojo el envoltorio estéril, largo y fino y lo abro. La aguja de su interior mide aproximadamente veintidós centímetros y es casi tan gruesa como un lapicero—. ¿Cómo va ese ritmo cardíaco, Beth?

—Apagándose. Dios, es tan débil...

Los minutos fueron pasando. El glug, glug, glug de la sangre de Butch al chocar contra el charco me está dando ganas de gritar.

—Todavía late —dice Beth. —Esto es lo que haremos —digo, deslizando la mirada de una punta a otra del cuerpo de Butch—. Cuando Bet me dé la señal, voy a poner la mesa recta. Mientras me ocupo de Wrath, quiero que vosotras dos selléis las muñecas de Butch. Los segundos cuentan. Debéis cerrar esas heridas rápidamente, ¿queda claro?

Ambas asienten.

—Más lento... —dice Beth. Estrecha los ojos azul oscuro sobre el reloj y levanta la mano para presionar uno de los audífonos del estetoscopio con más firmeza—. Más lento...

Beth frunce el ceño y se inclina un poco más.

—¡Ahora!

Pongo la mesa en posición y la Elegida corre alrededor de ella hacia una de las muñecas de Butch mientras Beth va hacia la otra. Mientras le lamen las heridas hasta cerrarlas, yo hundo la gruesa aguja justo en la curva del brazo de Wrath.

—Atrás todo el mundo —ladro mientras retiro la aguja de la vena del Rey.

Cambio el agarre de la jeringa para contenerla en un puño y me inclino sobre Butch. Con movimientos apresurados, tanteo su esternón con la punta de los dedos. Luego hundo esa misma aguja en el corazón de mi poli.

La Elegida se tambalea hacia atrás cuando empujo el embolo. Alguien la agarra. Wrath. Extraigo la jeringa y la tiro sobre la mesa. Luego cojo las paletas del carro de paradas cardíacas y la máquina surge a la vida emitiendo un sonido.

—¡Atrás! —grito, aplicando las palas de metal al pecho de mi macho.

El torso de Butch se sacude y coloco los dedos sobre su yugular.

—¡Atrás! —Y vuelvo a golpearle.

Dejo las palas en la máquina, me inclino tapándole la nariz y soplo un par de veces en su boca. Luego empiezo a hacerle compresiones. Gruño, mientras le practico la resurrección cardio-pulmonar desnudando los colmillos. Joder, hijoputa, como me hagas esto ahora te vendré a patear el puto culo en el Fade.

Su piel está volviéndose gris. Joder, joder, joder.

—... tres... cuatro... cinco... Como te vayas ahora, mamón de mierda, te vas a enterar de quién soy yo... nueve... diez... —Me retiro, insuflo dos alientos en su boca, luego pongo los dedos en su garganta.

Voy a buscar el estetoscopio, muevo el disco, buscando...

—Nada. Joder.

Mis costillas se expandieron momentáneamente, después su boca se apretó contra una muñeca, tenía que ser la elegida...sintió como encajaba mejor el brazo de forma que su herida quedo contra los labios. Sintió que una voz profunda y preocupada lo llamaba por su nombre...su pecho se hincho más y su boca retrocedió a la caza de la vena que ansiaba probar...volvió a coger aire...abrió los ojos y con un gruñido le cogió le sujeto el brazo a la elegida, tan poderosamente que ella jadeo.

Pego el brazo a su boca y empezó a beber con furia lo consumía un ansias totalmente desconocida para mí, un hambre que jamás había conocido. Me revolqué en la mesa , con los ojos duros, fijos en la herida de la que se alimentaba .Respiraba por la nariz y tragaba a grandes bocados, era deliciosa.

Un mareo me ataco y me sentí desfallecer.

—¿Butch? —murmuro. No hay nada de él en su mirada. Nada del irlandés tocapelotas que conozco y que... amo. Joder, lo único que veo es un hambre voraz, unas ansias que jamás he visto con anterioridad en él. La Elegida está palideciendo por momentos—. Mierda, está tomando demasiado...

La habitación se llena del olor a marcaje de... ¿Wrath? ¿Qué cojones...?

—Déjame reemplazarte —oigo que dice Beth y es más de lo que el Rey o yo podemos soportar. Gruño, al igual que lo hace el monarca y Phury se me acerca. Rhage va a por el Rey, plantándolo contra la pared, donde yo mismo término porque como me dejen suelto no respondo.

—¡Beth! ¡Tápale la nariz, apriétasela con fuerza y no la sueltes hasta que haya dejado a su presa! Es la única manera en que conseguirás que suelte el lazo —gruño mientras me revuelvo contra Phury. A tomar por culo. Sé que debo intentar controlarme, no quiero chamuscar a otro hermano, joder, pero me está resultando desmesuradamente difícil.

Bueno, Rhage no lo tiene más fácil. Beth se acerca a Wrath y le propone no mirar pero él se niega y le abre la vena.

Desperté de un remolino, de una montaña rusa, un torbellino, cada poro de mi cuerpo rugía con brutalidad, cada musculo contraído y agarrotado, joder me di cuenta de que bebía...algo...algo tan bueno y dulce que se me saltaron las lágrimas...porque era algo impetuoso y lleno de amor que resbalaba por mi garganta...era el vino de la vida.

Mientras tragaba y tragaba, pensé que antes, en algún lugar, en algún momento de su vida, joder había probado algo parecido pero más fuerte y poderoso, pero no de la misma cosecha, eso era seguro.

Abrí los ojos y casi me desmayo, estaba bebiendo de la vena de la reyna, la hembra de Wrath, de inmediato la solté y mire hacia donde estaba Wrath,esta vez la había cagado bien cagada. Gracias a dios y no sabía por cuanto más lo tenían agarrado, pero en cuanto lo soltasen lo mataría, eso seguro.

De repente un olor que yo muy bien conocía, el olor a marcaje de su macho, que se mezclaba con el de Wrath, llego hasta mí, mientras veía lo que pasaba con el rey y su hembra...no despego los ojos de su macho.

—Phury, déjalo...suéltalo.

Me senté en la camilla y espere—mejor rece—para que mi macho no lo odiara y fuera hasta mí.

El hermano me mira por un instante, dudando de si soltarme o no. Veo que Beth va hacia Wrath justo cuando Rhage suelta al Rey que se adelanta hasta su hembra y la agarra de la cintura, metiéndole la lengua hasta la maldita campanilla antes de gruñir y hundir sus colmillos en su cuello. Beth jadea, sin quejarse por la brutalidad con la que es atacada y no tardan en desaparecer de la sala de fisioterapia.

Rhage se encarga de la Elegida, ayudado por Phury y finalmente me acerco a la camilla. Sé que esto no ha acabado, aún queda la peor parte, pero pienso permanecer a su lado todo el tiempo, no voy a dejarle solo porque sé lo que es pasar por la transición a solas.

Todo esto está evocando los recuerdos de ese frío día hace ya doscientos setenta y siete años. Desperté en mi rincón. Había estado mal durante varios días y figuraba lo que me estaba pasando, sin embargo, el cambio me pilló desprevenido. Los sudores fríos me recorrían entero, provocándome escalofríos, manteniéndome en un estado febril permanente.

Alguien debió avisar al Bloodletter porque apareció de pronto a mi lado cuando la cosa estaba peor y me interrogó acerca de la muerte de ese pretrans, que muchos dijeron que había sido yo el que lo había asesinado y, ¿qué opción me quedaba? Me amenazó con no permitir que hembra alguna del campamento fuera a alimentarme para el cambio.

Sí, había deseado que toda esta mierda acabara, largarme al Fade y no volver, pero eso no significaba que estuviera menos acojonado de que eso ocurriera.

Confesé, en una mentira tan bien dicha y tan satisfactoria para mi padre, que permitió que trajeran a una hembra.

Pero... ¿alguien se quedó a mi lado? ¿Hubo una sola alma que me cogiera de la mano mientras pasaba los atroces dolores del cambio? No. Nadie. La hembra me dio de su sangre y enseguida desapareció, alejándose de mí como si fuese portador de algún tipo de enfermedad infecciosa. Más tarde supe que esa misma hembra se suicidó en el río que corría cerca de la cueva.

Y después de mi transición... bueno. Sacudo la cabeza y me agacho un poco.

—Esto aún no ha acabado, nallum —digo con voz ronca—. Ahora viene lo mejor. —Me mira como no sabiendo qué quiero decir, porque sé que piensa que esto es todo y niego—. Va a empezar, pero tranquilo, estaré aquí todo el tiempo, no te dejaré solo, ¿cierto?

Ahora solo quería saber si su macho lo odiaba por lo que había hecho...ya había sido un puto milagro que Wrath no lo hubiese matado.

—Vishous—joder las palabras se le atascaban en la boca— ¿me odias por lo que he hecho?

—No, nallum, tenia que se así, pero mantente alejado del monarca un tiempo—mi macho sonreía y yo me tranquilice.

Fui a besarlo y me quede a medio camino, algo ocurría en mis entrañas, como si se hubiese bebido una destiladera de whisky yo solito y sin ayuda.

— ¿Qué pasa poli?

—Yo...

No pude seguir, una oleada de dolor me acometió, como si con el whisky se mezclara un buen puñados de clavos y cuchillas y se liara todo en mi maldito estómago, la vista se me nublo por completo y el puto dolor era ya insoportable

—Vishous joder me muero—. La cara de mi macho surgió delante de mí, con la sonrisa más cabrona y sarcástica que jamás le había visto.

—Es la transición, amigo, en este momento estas evolucionando.

— ¿Qué diablos?...

No pude seguir hablando, me perdí en el laberinto de esa inquietante tortura, coño sería un puto placer poder desmayarse, pero no tuve suerte. Me tuve que tumbar en la camilla y de repente los estallidos empezaron, primero los fémures, estiraron de tal forma, que rugí de puro dolor, luego los antebrazos, los hombros, la columna vertebral, las pantorrillas, las manos, los pies, el cráneo tronaba como una tormenta con rayos y truenos, los maxilares dolían y ostias si evolucione, mis colmillos crecieron, joder quise sonreír, pero no pude.

Durante todo el tiempo, mi macho tal y como le había prometido, estuvo a mi lado, hablándome, acariciándome, mantuve en la mente su voz y su imagen durante todo el proceso de dolor, sufrimiento y agonía.

Cuando todo acabo, estaba demasiado aturdido para hablar, tiritaba de frio y cuando su macho le puso por encima una manta, un quejido lastimero salió de mi boca, el peso de esta me hacía daño, articulé: te amo y el sueño acudió en mi ayuda…joder ahora, coño podía haber venido antes.

Una vez ha pasado todo y está calmadamente dormido, seco el frío sudor de mi frente con mi antebrazo y salgo del cuarto sacando uno de mis liados, encendiéndolo después. Joder, necesito esto... estar un momento conmigo mismo.

Sé que está bien y que no le va a pasar nada ahora, así que puedo salir tranquilo. Seguramente se va a tirar ahí dormido unas dos o tres horas.

En el exterior me encuentro a la Hermandad entera —excepto Tohrment—, cada uno con sus shellans. Wrath y Beth no se les ve por ninguna parte. Supongo que estarán... "ocupados" después del numerito de alimentación de la Reina.

Joder, tengo que recordar agradecérselo después.

Exhalo el humo y me dejo caer sobre uno de los bancos de la sala de equipamiento.

—¿Qué tal ha...?

—Está bien, ahora está durmiendo.

—¿Puedo...?

—Sí, pero como le despiertes voy a hacer tortilla de tus pelotas, Hollywood —le gruño, fulminándole con la mirada.

Asiente y entreabre la puerta. Le oigo contener un jadeo y Zsadist también se acerca para espiar al Bello Durmiente.

—Es...

—... enorme.

Sonrío de medio lado.

—Lo sé.

—Pero... gigaenorme —vuelve a decir Rhage. Ambos se giran hacia mí cerrando la puerta.

—Se nota que tiene sangre de Wrath, ¿no? —comenta Zsadist.

—Es que es... gigantesco.

Bufo exasperado y sigo a lo mío.

Desperté en mitad de una profunda bocanada de aire y un olor que me complacía llegando a mis fosas nasales, algo que me hizo estallar en mi cerebro la palabra: mío. Trate de sacudirme la palabra de mi cabeza y no pude, sonó con más fuerza acomodándose en su corazón y su alma.

Eche una visuada y no vi a nadie, coño me habían dejado solo, en el fondo agradecía un poco de intimidad. Con un gruñido me senté en la camilla, perdiendo el equilibrio y casi me caí al suelo, pude recuperarme y mire mis brazos.

¿Qué cojones?...sus brazos, sus piernas, sus manos, sus muslos... joder esto era una equivocación, estas no eran sus extremidades. Todo era enorme, coño parecía Hulk, miré alrededor y su vista era más nítida, más clara, los olores y los sonidos se habían vuelto más claros, los olores más profundos, joder captaba todo con sus cinco sentidos...

Aspiro de nuevo y todos los pensamientos pasaron a segundo lugar, cuando un olor a especies que tan bien conocía llego a mi nariz, un rítmico ronroneo se mezcló con la palabra mío.

Capto el movimiento en la habitación y me levanto, apago la colilla en mi bota y la tiro a la papelera más cercana. Entreabro la puerta y le veo de pie. Sus ojos castaños se fijan en mí y me estremezco sin saber por qué hasta que el olor a especias oscuras llega a mi nariz.

—Disculpadnos chicos —digo entrando y cerrando en sus narices. Me quedo contra la puerta sin saber exactamente qué decir. Joder, en la vida me había quedado tan en blanco como cuando le veo. Las imágenes de la visión que tuve de él hace unos meses vuelve a mí con total nitidez y lo que me devuelve a la realidad es el rugido que sale de Butch.

Antes de que sea capaz de decir nada, le tengo frente a mí, ambas manos del poli golpean la pared a ambos lados de mi cabeza y del marco de la puerta.

—¿Poli? —Carraspeo al notar lo ronca y casi aguda que es mi voz. Sus ojos son puro fuego, es como si estuviera en piloto automático—. Eh, nallum, ¿qué...?

Joder cuando la persona de mi pensamiento entro como si lo hubiese llamado, mi corazón se aceleró, mi cerebro no coordinó solo, para repetir mío, mío, mío. Un instinto posesivo se adueñó de mi persona, pobre del hijo de puta que tocara a su macho, lo mataría, sin dudarlo ni en jodido segundo, porque ese era su macho...

Me levante y en dos zancadas lo aprese entre sus manos contra la pared y el marco de la puerta, eche una ojeada a mis caderas y coño algo bueno tenía todo lo que había pasado hacia unas horas, mi polla había crecido en proporción a mi cuerpo. Joder necesitaba a mi macho, y lo necesitaba ahora, toda cordura se esfumo, lo agarré por las solapas de la chaqueta y lo empotré, literalmente, contra la pared que estaba cerca de la puerta.

Putamierda. Ahogo un jadeo y mis manos vuelan a las suyas que me agarran de la jodida chaqueta. ¿Qué coño...?

—¿Butch? Eh, colega... ¿qué demonios...?

Mi boca ataco la tuya de una forma que te hizo daño y sangre, dios si la mezcla de tu saliva y la sangre me volvió más loco, más fuera de mí, te quite la chaqueta, se oyó algo que chocaba contra el suelo cuando la mande volando hacia algún lado. Rasgué tu camiseta y entre gruñidos desabroche la cremallera de tu pantalón, tirando de ellos hasta que quedaron en tus tobillos, mis caninos crecieron del todo cuando fui bajando hasta tu polla, sobre tu pecho y en el estómago quedaron finas marcas de sangre de mis colmillos. Cuando metí tu polla en mi boca, un gruñido de satisfacción salió de mi garganta, joder parecía que no era el Butch, parecía que otro había ocupado mi cuerpo y simiente, joder te necesitaba rallando la locura, me alce y volví a tu boca, mordiendo tu labio inferior, quería tu sangre, quería tu culo...y no en ese orden.

—Lo siento nallum...dios...no puedo parar.

Me agarraste la cara y me besaste tranquilo y ese gesto me hizo comprender, que tu tenías el control en ese momento, no yo, si me hubieras dicho que me parase, lo hubiese hecho, sin importarme el deseo, ni las ganas por ti...pero por algún motivo que desconozco, no lo haces, no me paras.

Me besaste sonriendo antes de darte la vuelta y el poco control y buena voluntad que quedaba en mí se esfumo por completo.

Sin miramientos y de una embestida certera me clave en tu culo hasta el fondo, dios bendito, te penetré tan hondo, me ajuste tanto a ti, que me sentí parte de tu ser, eras mío. Estrecho y tan caliente por dentro, que desee más de ti y lo supiste, sin palabras lo supiste, porque pusiste tu vena a un tiro de mi boca. Mis caninos crecieron aún más cuando giraste tu cuello y me ofreciste tu vena, de la misma forma que me había clavado en tu culo, me clave en tu yugular.

Hostia puta, mi lengua aun recordaba su sabor, porque en cuanto el primer buche llego a su boca, mi polla entro más profundamente en ti y un gruñido de gusto y placer, escapó de mi garganta, mi alma se encogió y mi corazón se hincho de orgullo, ahora sabía cómo amaban los vampiros.

La sangre de mi macho seguía siendo, oscura, profunda, espesa, poderosa y llena de vida y pasión, joder podía beber de mi macho sin que me hiciera daño. Cogí la polla de mi vampiro y empecé a masturbarlo con los mismos movimientos de su boca y su polla. Eran dos mitades que se completaban, hasta ser uno solo, solté su vena, cerré las heridas y en su oído gruñí: M.I.O.V.I.S.H.O.U.S.M.I.O...Y en ese momento mi orgasmo me atravesó, era más intenso, más abundante, más duradero, como si no pudiera dejar de correrse en el culo de su macho, no había acabado cuando su macho se corrió de igual forma en su mano...

Cuando ambos acabaron salí despacio y con cuidado de él y estaba limpiando el semen de MI macho, de mi mano, cuando la cordura volvió y me di cuenta lo que había hecho, joder, había violado a su macho. Mi puño escapo hacia la pared haciendo un boquete y con un dolor en mi pecho que me estaba matando.

No sé cómo, pero acabo contra la pared con él manteniéndome atrapado. Los demonios de mi puto pasado intentan hacerse un hueco en el presente y a duras penas soy capaz de mantenerlos a raya. Siento el calor que sale del cuerpo del que ahora es mi macho y Dios si no me está poniendo del todo cachondo sentirlo tan dominante, tan exigente.

Jamás le había visto así y, en parte, me gusta.

Intenta disculparse por lo que le está pasando y, de alguna manera, sé que es normal. Es lo que suelen hacer los que acaban de pasar por la transición, especialmente aquellos que ya tienen a una hembra —o a un macho— en la mira, que ya se sienten vinculados a ellos.

Sé exactamente lo que necesita así que le miro a los ojos y sin mediar ni una palabra más le agarro de la cara y le beso, demostrándole que estoy bien, que esto está bien. Puedo notar su desesperación, su deseo y tragándome todo mi orgullo y enterrando en lo más profundo de mí todos mis putos traumas —los cuales analizaré después, muchas gracias—, me doy la vuelta, ofreciéndome a él porque quiero... necesito que haga lo que tenga que hacer, marcarme como suyo.

La entrada en mí es brutal y me muerdo el labio para evitar gritar, apretando los puños contra la pared y cerrando los ojos con fuerza. Siento su sed, las ganas de probarme y joder si no lo he deseado desde que toda esta jodida locura ha comenzado, cuando lo he visto beber tanto de la Elegida como de Beth, anhelando ser yo quien le alimentara y ayudara en su cambio así que sin dudarlo ladeo la cabeza, dándole permiso para morderme. Y es el jodido éxtasis.

Gruño bajo y mis caderas se mueven al ritmo de sus embestidas.

Le siento acabar dentro de mí y es como si pulsaran mi propio interruptor, corriéndome en su mano. Sin embargo, enseguida noto que algo va mal. A pesar del temblor en mis piernas, me giro para encararlo y es en ese mismo momento que le veo dar un puñetazo a la pared. Va a dar otro pero le paro.

—Nallum. Eh. ¡Butch, mírame! —exijo, mi mano enguantada sube a su cara y le obligo a mirarme—. Está bien, joder. ¡Céntrate!

Coño no era capaz de enfrentar su mirada, me sentí mal, lo había follado con una brutalid, yo jamás había forzado a nadie sexualmente y voy y se lo hago a mi macho, al hombre que amaba, a su pareja, joder no se podía ser más animal.

—Joder V, coño, lo siento, yo no quería...que...bueno, no tenía que haber sido así...joder, joder y joder...¿es así de sucio...mal y avergonzado....como te sentiste tu...? cuando...bueno ya sabes...no me hagas ponerlo en palabras...o me sentiré peor...de lo que ya estoy.

Quería mirarlo, pero la vergüenza no me dejaba hacerlo.

—¿Me he alejado de ti? —pregunto—. ¿Ves que esté huyendo? ¿Que no quiera tocarte o que me toques? ¿Notas miedo en mí, hueles el olor acre del miedo en el puto ambiente? Respóndeme. —Le sacudo para que me enfrente.

Coño, podría haberle detenido, una puta palabra mía habría bastado y sé que por mucho instinto animal y sexual que llevara encima se habría detenido. Y qué coño, lo he disfrutado. Conmigo no habría podido ser de otra jodida manera.

Me arme de valor y mire sus ojos y el corazón quiso salirse del pecho, su macho lo seguía amando, estaba satisfecho y enamorado de mí. De su poli, del nuevo Butch y seguía ahí, conmigo el, joder cada día que pasaba, tenía más claro porque tenía que ser él y nadie más.

El deseo volvió a mí, con más ganas de su macho, pero antes quería una ducha.

—Sigues aquí y no olfateo nada de eso en el aire y sé que si hubieses querido, me hubiese detenido, pero no era yo V, era tan fuerte el deseo por ti, que me estaba volviendo loco, tenías que ser mío, era lo único que se colaba en mi cerebro y quiero más, pero antes una ducha, tendrás que ayudarme a llegar al pit. Vishous te amo cabrón...te amo.

Niego mientras una de las comisuras de mi labio se eleva. Me subo los pantalones y recupero la chaqueta de cuero, poniéndomela encima. Me acerco a un rincón y le entrego una bolsa con ropa que Fritz ha preparado para él.

—Vístete, estoy seguro de que ahí fuera siguen Rhage, Z y Phury —digo mientras la sonrisa se hace más amplia.

Bueno, mi culo está absolutamente en desacuerdo con el sentimiento de felicidad que me embarga, pero a la mierda.

Bese a mi macho, me vestí y salí de la habitación con ayuda de V, mi aroma de marcaje flotaba entre los dos, cuando abrió la puerta y se encontró de frente con Phury y Rahger y Z.

—Humm...hola chicos—no pude evitar ponerme colorado,joder,lo habían oído todo—de hecho me sentí tranquilo porque se apoyaba en su macho como si fuera una muleta.Vishous sonreía como un idiota ,estaba visto que estaba más que encantado con el cambio de su poli o sea con mi cambio.

—Tío has crecido--mascullo Rhage.

—Sí, yo...no acabo de sentirme bien. ¿Es lo normal?

Rhange dio un paso hacia mí y me ayudo cogiéndome del otro brazo y agarrándome por la cintura.

—Si...en un par de días te habrás hecho a él, pero estarás raro una temporada...pero cuando te hagas al cambio será la ostia poli ya lo veras.

Las risas los acompañaron hasta el pit,V se quedó en el baño conmigo, mientras Phury preparaba la cama y Rahge pedía comida para mí...joder si no me sentía feliz.

Le ayudo a quitarse la ropa y antes de que alcance la ducha le hago sentarse.

—Calma, nallum. Déjame que ajuste el agua. Al final me lo agradecerás —digo mientras me acerco al plato de la ducha y abro los grifos y compruebo la temperatura hasta que está más fría que caliente—. Ven aquí —digo acercándome a él, ayudándole a levantarse y a entrar en la ducha. Me quito lo que me queda de ropa y me meto con él.

Da un ligero grito y no puedo evitar reírme por lo bajo.

—Coño nallun, no me gusta esto...joder—un grito escapa de mi boca, seguido de una maldición, cuando veo que no tengo pelo—y aunque es un placer sentir a mi macho detrás mío, hecho mano a la cabeza para ver si estoy calvo y un suspiro de alivio se me escapa cuando veo que no es así...mi cabeza sigue con pelo.—Mierda la carcajada de su macho lo encabrono, había estado pendiente de todo lo que había hecho, se dio la vuelta.—No te rías cabrón, me he asustado cuando he visto esa pelusa negra corriendo por el sumidero.

—Ventajas de ser vampiro —digo intentando no reírme, pero me resulta imposible. Vuelve a meterse bajo el chorro y esta vez el grito no es de sorpresa o de estar asustado, sino que es a causa de lo sensible que tiene la piel—. Cuidado, tendrás la piel sensible durante un par de semanas —digo mientras cojo la esponja más suave que tenemos y le echo algo de jabón—. Déjame ayudarte a enjabonarte.

Dios sí que su piel andaba sensible...pero más sensible estaban los sentimientos hacia su macho, porque cuando empezó a enjabonarlo, su polla volvió a la vida, pero no estaba tan desesperado como para volver hacerle daño de nuevo a su macho. Joder la primera vez que estuvo con él, le costó unos días poder sentarse correctamente, de la forma que había entrado en V, sería algo más que unos días.

—Nallum...cabrón...¿a eso le llamas enjabonar?.

—Jódete, estoy intentando no hacerte daño, so idiota —le gruño, siento el olor de su excitación mezclado con el del marcaje y sonrío—. Y creo que cierto soldadito ha decidido saludar cara al sol —añado mirando hacia abajo.

—Se alegra de verte...mamón.—Lo mire sonriendo y puse una mano en su nuca, acercándolo a mí y mi boca.—Dios V me he convertido en un obseso sexual.—Lo acerque más a mi cuerpo, hasta que sus pollas se saludaron.—Mamón ¿y qué me dices de tu soldado?

—Ha estado así todo el tiempo —digo con una medio sonrisa—. Y es normal que te sientas así. Les pasa a todos los que acaban de pasar por el cambio —le informo y le miro a los ojos.

—Necesito tenerte dentro de mí y hoy no quiero, tu tranquilidad, ni tu paciencia, ni mimos, nada de eso, quiero...necesito al V del ático...al que salía de ti, cuando estabas con un sumiso, quiero ese Vishous, lo necesito, nallum, y no sabría darte un porque, si me lo preguntaras.

Dios me perdía en esa mirada de su macho enamorado y loco por mí.

—Habrá tiempo. Phury y Rhage están ahí fuera y te apuesto la única pelota que tengo que en nada vendrá a tocar los huevos el maldito rubiales de las narices —le contesto mientras sonrío de forma cabrona y dicho y hecho.

Se oye un tumulto de golpes en la puerta seguido del vozarrón de Hollywood:

—¿Poli? ¿Has pasado por el desagüe? La comida está aquí.

Te oigo gruñir y río por lo bajo.

—Te lo dije.

—Joder será posible tener en algún momento un poco de intimidad para los dos, nallum.

V me ayudo a terminar de bañarme, me seco y me paso unos pantalones de pijama anchos. Cuando salimos estaban todos en el dormitorio.

—Eh no me miréis así, no soy un mono de fiera.

—Coño poli, es que eres enorme.

Mataría a Rhage si volvía a decirme que era enorme. Me acerque a Wraht y a Beth.

—Primo siento lo de antes de verdad—mire a Beth—gracias de corazón.

Luego me vi en la cama, dos almohadones en la espalda y el viejo Fritz poniendo delante de mí una bandeja de comida muy bien surtida. Iba a empezar a comer, pero todos seguían mirándome.

—Hacerme un favor hablar entre vosotros o no podré comer.

Mi macho camino hablar con el rey y me sonrió con una promesa en los ojos de darle lo que quería en cuanto se quedaran a solas.

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