lunes, 3 de agosto de 2015

UNA POSIBILIDAD...18ª



                                                               

                                                          UNA POSIBILIDAD

                                    


Vishous y Butch Fated

Había estado dándole muchas vueltas desde que Butch había vuelto al complejo. No sé por qué pero el sentimiento de que pertenece a nuestra raza o que, en parte, lleva la misma sangre que nosotros en sus venas no ha dejado de rondarme desde el momento en que tuve esa extraña visión.

Hombre, sé que sólo hay una manera de averiguar estas cosas, pero es peligrosa para el que está sufriendo la regresión. En el peor de los casos podría quedarse completamente vegetal y en otro, aún peor, morir mientras sigue en ese estado medio catatónico. El riesgo es muy alto y no sé si estoy preparado para enfrentarme a ello.

Le veo salir de nuestra habitación y aprieto las mandíbulas, hundiéndome de nuevo en el volumen de la raza que he estado estudiando por enésima vez en busca de alguna referencia a lo que esos hijo putas le hicieron. Como siempre, sin éxito.

Por mi vista periférica le veo acercarse al mini-bar y servirse un par de dedos de Lag y mi cabeza vuelve a la idea de plantearle lo de la regresión. Pero antes tengo que consultarlo con Wrath y conseguir el permiso de la Virgen Escriba, pero... ¿y si hubiera una posibilidad, por remota que fuera, de que pudiéramos hacerle pasar por la transición? Y si eso pasaba, ¿qué ocurriría si durante la misma no la superaba? ¿Y si moría antes de poderle hacer el cambio de sangre y que eso hiciera que la transición se disparara?

Joder, todas las cosas parecían demasiado negras y el miedo de perderle crece aún más en mi interior. Sé que si se lo dijera directamente él diría que sí sin pensárselo dos veces, sin tener en cuenta todos los peligros que lo que le planteo conllevan.

Quizá... tendré que hablarlo antes con Wrath y saber qué piensan los demás hermanos de ello. No quiero arriesgarme a ilusionarle y que los demás se nieguen. Aunque sé que eso plantearía algún tipo de ventaja para el Rey.

Salí de la habitación y vi a mi vampiro enfrascado en esos enormes libros, camino hacia el mini-bar y me puse una copa, pensé que a mi macho le vendría bien una, me había bañado y puesto un pantalón corto. Cogí las dos copas y fui hacia el escritorio, puse la copa delante de su macho y la cogió sin ni siquiera mirarlo, como siempre gruño un gracias, me senté en la silla frente a él y teniendo la mesa de sus ordenadores, llena de libros entre los dos.— ¿Has comido algo? —un gruñido negando.—Joder si su pareja no lo miraba quería decir que lo que cojones buscaba en esas hojas era muy importante, a no ser que fuera más de lo mismo, averiguar que cojones le habían hecho.—Vishous mírame—el cabrón siguió a lo que estaban—nallum, estoy embarazado.—Bien ya tenía su puta atención, me levante, separé la silla de mi vampiro de la mesa, apoyó mi culo en la mesa y se metí entre sus piernas.— ¿Vas a decirme que cojones estas buscando o qué coño está pasando por esa cabecita tuya?

—Muy gracioso, cabronazo —le gruño mientras cierro el volumen y lo dejo sobre la mesa, a su lado. Concentración a tomar por culo. Oh, sí—. Lo de siempre. Intentando averiguar si hay algo, otra vez, en esos putos libros. Aunque, como siempre, no hay absolutamente nada.—Bebo el contenido del vaso de un solo trago y niego.—Me he leído y releído esos libros un puto centenar de veces y no encuentro nada de nada. Joder... tanto escribir para nada.

Me senté a horcajadas sobre él y lamí la parte de su cuello donde estaba la yugular, joder desde que andaba con su macho hacia unas cosas muy raras, pero le gustaban. No pudo evitar hablarle al oído.

—Porque será que hay algo más, sabes he creado contigo un vínculo tan estrecho que sé que hay algo que está rondando hay dentro—te di dos golpes con un dedo en la sien—y quiero saber qué demonios es, porque cuando te pones así, sé que es por mí.

Un escalofrío me recorrió entero al sentirle lamer la extensión de mi vena y deseé que pudiera morderme. Coño, lo anhelo con tantas fuerzas que incluso me imagino que es posible.

—No es nada. Antes tengo que hablar con Wrath, vale, te juro que te lo contaré, pero de momento prefiero consultarlo antes de tomar ninguna decisión que pueda ser demasiado precipitada. Te aseguro que no es nada malo, ¿vale?

—Está bien, lárgate hablar con Wrath yo me voy a cambiar y me largo al gimnasio y luego tu y yo vamos a tener buen sexo, además de comer algo decente.—Antes de levantarme puse mi mano sobre tu polla que estaba preparada para mí y te di un morreo metiéndote la lengua hasta la campanilla, luego me levante y antes de meterme en la habitación me gire quitándome los pantalones cortos de deporte.—Uhn nallum ves lo que te pierdes—y entre en la habitación.

Sacudo la cabeza y sonrío. Mamón de los cojones. Me despejo y me levanto de la silla.

—¡No me pierdo tanto! —digo lo suficientemente fuerte como para que me oiga, fingiendo salir por la puerta que da al túnel y escondiéndome a un lado de la puerta de la habitación, esperando a que salga, porque sé que lo hará y estará mosqueado por haberle dejado con las ganas de que le siguiera dentro.

Sera cabrón, poca cosa, pues bien que se muere por, m.i.p.o.c.a.c.o.s.a., hijo puta "no me pierdo tanto”, salí hacia fuera de nuevo en vista de que no me siguió. Joder chulo de los cojones, casi corrí cuando oí la puerta del túnel.

—Hijo de puta no se te ocurra largarte s...será cabrón.

Me quede en medio de la sala maldiciendo y en pelotas.

Reprimo una carcajada y me acerco sigilosamente a él desde detrás, mis brazos se ciñen a su cintura y me pego a él lo más que puedo, alineando mi pecho con su espalda.

—¿Decías, nallum? —ronroneo en su oído y le oigo maldecir.

Una sonrisa cruzó mi cara, coño como le gusta el vampiro juguetón y travieso que últimamente salía a relucir, había estado bien dejar que soltara parte de sus demonios, hacia una semana, porque sabía bien que solo había soltado una parte. Una retahíla muy variada y vario pinta de maldiciones salieron de mi boca, cuando me ciño por la cintura y pego mi culo a su polla y mi espalda a su pecho.

—Mal nacido pensé que te habías largado—como sabía lo que me gustaba sentirlo a mi espalda y ronroneando en mi oído.

—Lo sé, y ese era, precisamente, el plan —le contesto, frotando mi nariz contra la piel que recubre su vena—. Y también sé que te creíste el cuento a pies juntillas. Eres muy previsible, poli. Ni siquiera me hace falta mi don de leer la mente para saber cómo reaccionarás o lo que harás y eso... me encanta. —Beso su vena y mi mano empieza a acariciar su torso desnudo—. Puedes maldecirme todo lo que te dé la gana, pero sabes que al final siempre pides más.

—Solo soy previsible contigo, he dejado que te colaras en mis huesos y a la mierda, no me importa, sabes lo que quiero, cuando lo necesito, porque lo necesito y en el momento que lo necesito y no hablo solo en lo sexual, me da igual que me veas venir antes de yo mismo saber que voy hacer, no me importa aunque a veces te mataría, pero bueno es uno de tus mayores encanto, las ganas que tengo a veces de clavarte un estaca mamón.

Un gemido, seguido de un gruñido escapo de mi garganta, cuando besaste mi vena.

—Muerde cabronazo, por favor, muerde—jode era al único que le suplicaba, aunque siempre se vengaba...amorosamente claro.

A pesar del pantalón de cuero tu erección se clavaba en mi culo y mi polla presentaba sus respetos a mi vampiro.

Hoy esto no iba de morder o de follar, ni siquiera de a ver quién calentaba más al otro. Simplemente necesitaba tenerle cerca, cerciorarme de que, no importa lo que ocurra, él no irá a ninguna parte. Mierda. No sé qué cojones me está pasando pero la idea de que si llega a pasar por lo que se me ha ocurrido y no sale de alguna de las dos, me matará.

Necesito hablar con alguien que sepa de qué va todo esto, que me aclare las putas ideas y que me dé las respuestas que necesito porque estoy a punto de volverme loco de atar. Más de lo que ya lo estoy, oh, sí.

—De veras que necesito ir a hablar con Wrath. Hay... asuntos que requieren de esa atención —gruño por lo bajo, aunque sé que me oyes—. Te aseguro que una vez haya hablado con él vendré a contarte lo que se me ha ocurrido, ¿vale?

Un suspiro salió de mi boca. Me di la vuelta y te mire...

—Empiezas a preocuparme, hasta ahora jamás te habías negado a tener sexo y no frunzas el puñetero ceño, no me estoy quejando, pero si preocupándome—te di un beso en los morros—andate lárgate a hablar con el Rey, yo andaré por el gimnasio, si no estoy machacándome, búscame en la cocina vale.

Te vi ir hacia la puerta y algo te iba carcomiendo y sabía que era sobre mí, tu cabeza gacha, tus hombros hundidos y esa puta tristeza que te acompañaba, por un momento el pánico se apodero de mí, su macho no estaría pensando en abandonarlo, joder.

—Vishous sea lo que sea, recuerda que te amo, vale mamón.

Me di la vuelta y fui hacia el dormitorio a ponerme un chándal, joder lo mataría como se le ocurriera abandonarme.

Le observo entrar en la habitación y sonrío levemente. Sacudo la cabeza, abro la puerta que da al túnel y camino por él sumido en mis pensamientos. Sé que estoy preocupándole sin mucho motivo, pero no es para menos, joder. Si algo saliera mal en todo esto, le perdería. Aparto esos pensamientos de mi mente y paso por el armario del despacho de Tohr. Tohr... ¿dónde cojones estará? Desde que su shellan fue asesinada, él ha desaparecido. Sé que está vivo, aún siento su sangre en mis venas de cuando bebí de él en la ceremonia de iniciación. Todos nosotros lo habríamos notado si se hubiera ido al Fade.

Frunzo el ceño y subo hasta la puerta que da al vestíbulo de la mansión. Todo parece en calma. Veo a Z salir de la cocina con una bandeja repleta de comida. Seguramente para Bella pero no me dirige la palabra. Sep, es lo que tiene mantener a una "posible amenaza para sus protegidas" aunque éste sea el poli a quien todos aprecian. Ignoro su mirada y subo las escaleras hasta llegar ante el despacho del Rey. No me hace falta tocar. Las puertas se abren y de allí sale... Marissa. Aprieto los dientes. Ella agacha la cabeza y se aparta para dejarme pasar.

—Vishous... —murmura y, aunque no puedo leerle la mente sé qué va a venir a continuación—, ¿cómo está...?

—De puta madre —digo secamente, cortándola de cuajo—. Si nos disculpas, tengo asuntos que tratar con el Rey de la raza.

Ella se encoge aún más, asiente una vez y sale de la estancia, cerrando tras ella.

—¿Hace falta que seas así con la hembra? —pregunta Wrath con el ceño fruncido.

—Es asunto mío cómo la trate. —Me cruzo de brazos y me dejo caer en el sofá que está al lado del escritorio—. Además, fue ella la que le hizo daño a Butch, así que tendrá que apechugar con las consecuencias de lo que hizo. Pero no he venido a discutir el cómo se debe tratar a alguien como ella. Hay algo que necesito consultar contigo. Sobre el poli.

Coño no sabía cuánto tiempo llevaba machacándome, joder si la puta idea de que su macho quisiera abandonarlo no lo estaba matando, joder ¿por qué? ¿Qué cojones había hecho mal? ¿Qué coño le pasaba a su vampiro? Pare un momento me quite los guantes y fui a por dos botellas de agua, una para tirármela encima y refrescarse y la otra para beber, me senté en un banco de pesas y me apoye contra la pared, cerrando los ojos, cuando el olor a Océano llego a mí.

—¿Estas bien Bucth?

Los abrí y le sonreí, ella no tenía culpa de lo que pasaba.

—Hola preciosa, ven siéntate aquí a mi lado, estoy bien, ¿y tú?

—Bien, te noto triste, preocupado, ¿va todo bien con el Hermano Vishous?

—No lo sé Marissa, joder creo, creo que va abandonarme.

Marissa cogió mis manos entre las suyas.

—Bucth, amigo, ese hombre te quiere, no dejara que te alejes de su lado jamás.

—Eso espero Marissa, eso espero, me moriría sin él.

—Conozco ese sentimiento, es el mismo que tengo hacia mi macho Rehvenge y mi macho hacia mí, no te dejara, sé que no soy santo de su devoción desde que te hice daño, bueno desde mucho antes... pero él te ama.

—Preciosa ese macho tiene suerte.

Abrace a mi amiga, ojala no se equivocara.

Sé que he captado la atención del hermano y cierro un instante los ojos, pensando bien lo que voy a decir y cómo lo voy a plantear. Cualquier metedura de pata podría mandar a la mierda todo lo que he estado pensando y analizando así que tengo que andarme con mucho cuidado.

—Verás... he pensado en la visión que tuve. No la primera, sino la segunda. Esa en la que Butch tenía colmillos y estaba rodeado de oscuridad... —Wrath asiente y me armo de valor para seguir hablando—. ¿Y si cupiese la posibilidad de que llevara sangre vampira en su interior? ¿Y si no tenía suficiente como para que el cambio se produjera en él?

—¿Estás diciendo que podría ser un mestizo? —pregunta y veo que sus cejas desaparecen detrás de sus gafas de sol envolventes.

—Sí.

—Pero... él dijo que no era posible, ¿recuerdas?

—Sin embargo, hay una manera de averiguarlo.

—¿Una regresión? ¿Estás loco? Podría matarle o quedarse como un vegetal en el peor de los casos. ¿Te encargarías tú de aliviarle ese sufrimiento, V? ¿Lo soportarías?

Sé por qué lo dice y me jode que tenga razón pero si todo saliera bien, sólo tendríamos que forzar su cambio.

—Pero sé que no le pasará nada. ¿Recuerdas? No le vi morir así. Morimos juntos así que sé que eso no le matará.

Necesito que hables con la Virgen Escriba, que dé su consentimiento y que sepa lo que vamos a hacer para que después decida si se lleva a cabo su transición o no. Dependiendo del resultado de la regresión.

—Pides mucho, V, lo sabes. No es que me lleve muy bien con Ella.

—Menos trato he tenido yo, así que... eres mi única opción de convencerla. Piénsalo. Con su don, si llega a ser uno de los nuestros, podría ayudar activamente a la causa, incluso llegar a formar parte de la Hermandad. Necesitamos más manos, W. Con Tohr en paradero desconocido quedamos solo cuatro. ¡Cuatro! Somos demasiado pocos.

—Están los reclutas.

—Sabes tan bien como yo que los reclutas aún tardarán varios años más en completar su entrenamiento. No tenemos tanto tiempo. Los lessers se multiplican a diario y nosotros menguamos.

Después de que Marissa se fuera, no me apetecía más ejercicio, así que salí en busca de mi vampiro, joder muy seria tenía que ser la cosa cuando su macho no había regresado, al carajo la ducha podría esperar. Me puse la camiseta sin mangas y salí hacia el despacho. Al llegar iba a tocar para entrar, cuando los gritos del rey se empezaron a oír desde fuera. Vi a Rhange y Phury en la puerta de la sala de ocio.

—Coño poli jamás había oído gritar así a Wrath.

Iba a contestarle con una pulla, necesitaba un tira y afloja con el guaperas para tranquilizarme cuando su nombre salió a relucir a grito pelado, a la mierdas los buenos modales y costumbres que su madre le había enseñado. Abrí la puerta con tan mala ostia que reboto contra la pared llegando de nuevo a su mano, entre como un toro en una plaza y le espete al jodido rey.

—Cuando se va a criticar a uno lo más conveniente sería que estuviera delante Wrath y tu —mire de mala ostia a mi pareja—si vas abandonarme creo que yo tendría que haber sido el primero en saberlo, no tu amo y señor.

—¿Abando...? —Le miro como si fuera él el que puede transformarse en un jodido dragón en vez de Hollywood que está en la puerta junto a Phury—. Nadie ha hablado de abandonar a nadie —gruño. Wrath está de pie, ambas manos sobre el escritorio y mira a Butch como si fuese una seta que ha crecido en el sitio equivocado. El rugido reverbera en mi pecho y me interpongo en su camino.

—Te he dicho que no puedo hacer lo que me pides. ¿Qué garantías hay de que sea cierto o de que pueda haber algún indicio en lo que estás pensando hacer? ¿Lo sabe ya el poli?

Hijodeputamamóndeloscojones. Me giro hacia él lentamente y le encaro.

—No quería contárselo hasta estar seguro de que tenía el permiso tanto tuyo como de Ella. Joder, Wrath.

A ver de qué cojones iba toda esa historia, estaba claro, su macho no lo iba a abandonar y su vampiro tenía que decirle algo, que primero tenía que saber el rey. Joder se iba a liar gorda si se le ocurría tocar a V que se había interpuesto entre él y Wrath, lo toco en el hombro y lo hiso mirarlo.

— ¿Que pasa V?... ¿de qué va todo esto?... ¿por qué tanto secreto?... ¿no me vas abandonar...en serio?

—No seas idiota. No podría abandonarte aunque mi vida dependiera de ello —digo mirándole por encima del hombro—. Si no vas a hacerlo tú, iré yo, pero sabes que no le gusto y que soy irreverente así que tú verás. ¿Quieres a un hermano freído o intentar hacer las cosas bien?

Wrath gruñe por lo bajo y levanta las manos en señal de derrota, dejándose caer sobre la silla, cansado.

—Intentaré ver qué puedo hacer, pero no prometo nada. Tú debes contarle lo que planeas y darle los detalles de todo lo que podría pasar. Las malas sobre todo.

—Lo haré. Descuida.

Joder se estaba cabreando por momentos, sentí al guaperas detrás de mí, así que la retirada estaba cortada.

—!!!JODER VALE YA!!!...el grito surgió efecto, los dos lo miraron, ¿de qué cojones va todo esto?, y dejaos de acertijos y empezar hablar, los dos y me da igual quien empiece.

Rhange me hablo al oído.

—Eh poli estás hablando al rey, le debes un respeto.

—Y una puta mierda guaperas, quiero saber que cojones pasa y lo quiero saber ya de una puta vez.

—¿Qué dirías si hubiera una posibilidad de averiguar si tienes sangre vampira en ti, poli? —Digo antes de que Wrath abra la boca una vez más—. Pero... esa posibilidad no fuera una forma segura, si hubiera la probabilidad de que murieras o te quedaras... vegetal.

Si Rhange no me agarra me hubiese caído de culo, en ese mismo momento.

—Epa poli, tranquilo joder.

A duras penas conseguí erguirme y me senté en el sofá, que siempre compartía con V cuando salía a patrullar con ellos, que eso era en contadas ocasiones y nunca algo que no fuera algo que el pudiera hacer de día. Miro a su macho.

— ¿Tú quieres que lo hagas V?

A la mierda que los demás estuvieran delante, a la mierda que estuviera el rey, todos sabían que eran parejas, no deje contestar a mi macho.

—Es curioso toda mi puta vida queriendo, buscando lo que tengo contigo y resulta que puedo perderte para siempre.

Desde que empezamos esta historia nuestra he querido algo más que unos miserables años, joder la eternidad contigo sería del todo menos aburrida, sí señor, pero sé que si muero en el intento, tu volverás a lo de antes, —me pase las manos por la cara—o te dejarías matar en uno de los combates y solo porque quiero no unos años, sino siglos contigo. ¿Me odiarías si dijera que quiero hacerlo?

Síp, bueno, él ya había pensado esa parte. Muchas gracias. Dejo caer mis manos a ambos lados de mí e intento calmarme. Dios, esto no va de si yo le odiaría o no, o si le dejaría hacerlo o no. Es él el que ha de decidir esto porque no puedo hacerlo por él.

—Decidas lo que decidas, estaré a tu lado para apoyarte, eso ya deberías saberlo, mamonazo. Si bien es cierto que no me gusta una mierda todo esto... que me... jode que sea la única opción que encuentro a todo este lío... también sé que esa es TU elección, no la mía. Te afecta a ti, poli, es tu vida, es tu cuerpo, por mucho que te haya reclamado como mío, sigues siendo dueño de tu vida. No me gusta tener que inducirte en una jodida regresión, pero si hay la posibilidad de que seas algo más que... un humano, que seas parte de nuestro mundo de forma íntegra y de manera irrefutable. Joder, lo quiero para ti, para que por fin puedas darte cuenta que encajas en algún sitio, porque sé lo importante que es ese hecho para ti.

Lo conozco lo suficiente para saber lo que se esconde detrás de esas palabras, miedo, puro y duro miedo, el mismo que el sentía ante lo que podía pasar, pero también sabía que necesitaba hacerlo por él, por los dos. Me levante, camine hasta estar delante de mi macho, subí mi mano acaricie sus tatuajes y pose la mano sobre su hombro mientras pasaba el pulgar por su vena, acariciándolo.

—Quiero, necesito hacerlo V, por mí, por ti, por los dos. Vamos hacerlo mi macho y si muero, recuerda que te estaré esperando ya sea en el cielo o en el infierno y te pateare el culo gordo ese que tienes si te dejas matar, solo para ir conmigo, sabré esperarte el tiempo que haga falte y te hablo en serio San Pedro te daría con las puertas en las narices por dejarte matar y yo tendría que matarlo a él por no dejarte entrar.

Joder me calle no estaba diciendo más que disparates, consecuencia de los putos nervios, te acerqué a mí y te besé, no eras amigo de muestras de cariño en público, pero necesite besarte.

Dejo pasar esto por el momento, porque, honestamente, yo también necesitaba ese puto contacto para cerciorarme de que todo esto es lo correcto, que es como tiene que ser. Miro a los demás cuando se separa de mí y puedo ver lo que ambos quieren decir sin necesidad de tener que leer la mente de esos cabronazos.

—Dejo a la Virgen en tus manos, Wrath —digo antes de ceñir la cintura de mi poli con un brazo—, estoy seguro de que a ti te hará más caso. Vamos a asaltar la cocina, irlandés tocapelotas.

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