miércoles, 5 de agosto de 2015

ORGULLO MAL ENTENDIDO...27ª



                                 

                                                       ORGULLO MAL ENTENDIDO

                                            




Vishous y Butch Fated

Me materializo en el Pit después de haber estado aposentado en el jodido IronMask. Hostiaputa. Odio estar fuera de jodida rotación, más cuando sé que mi poli está ahí fuera pateando putos traseros albinos. Cuando aparezco lo primero que entra en mis fosas nasales es el olor dulzón a esos hijos de perra y tengo que reprimir el impulso de empezar a destrozar cosas.Le encuentro tirado en el sofá con una mano sobre su estómago, más pálido que un puto muerto. Mentira, está gris.La hostia. No quiero saber cuántos se ha aspirado hoy, ni de coña voy a...

— ¿Cuántos te has zampado esta vez? —Puta boca traidora de los cojones. Me saco el guante de cuero de un puto tirón y lo tiro sobre la mesilla de café. Me acerco a él y aparto su mano de un manotazo, metiendo mi mano maldita debajo de su camiseta negra apretada. El suspiro aliviado del poli es inmediato y le fulmino con la mirada—. Esto no pasaría si pudiera estar ahí fuera contigo. Al menos así te limpio de inmediato, mamón. Pero claaaaaaaaaro. ¿Quién tuvo la boca tan grande como un puto túnel de metro?

Dios si el alivio según mi macho toca la herida es inmediato y me tranquilizo, el tono de su voz me hace saber que esta lo siguiente a cabreado y solo él sabe lo que lo necesito ahí fuera pero no podía dejarlo salir fuera sabiendo que no está bien.

—Tú no estás en condiciones de estar ahí fuera V, te pongas como te pongas y ya se encarga Rhange de estar de niñera y traerme para que me limpies.—Me pegue más a él, joder después de la puta semanita que habíamos tenido, entre la muerte de mi madre, su alejamiento, mis reproches, parecía que el sexo había muerto entre los dos o tal vez por orgullo mal entendido ninguno se lo pedía, ni buscaba al otro.

Suspiro, intentando alejar el cabreo que llevo encima. Sé por qué lo hizo aunque siga jodiéndome igual. Acabo recostándome a su lado y lo atraigo más hacia mí. Joder... últimamente, el uno por el otro y la puta casa sin barrer.No nos hemos comido una puta rosca en todo lo que llevamos de semana.Mi cara se cuela en el hueco de su cuello y aspiro su olor que va volviendo a la normalidad. El gruñido sale solo.

—Mierda, poli, ¿por qué cojones tenemos que ser tan malditamente cabezotas? —susurro contra su cuello, intentando seguir concentrado en que la luz de mi mano lo envuelva para seguir limpiándolo.

—¿Tú me preguntas eso nallum? porque lo somos y porque ahora mismo lo único que me apetece es que vuelvas a colar tu cara en el hueco de mi cuello, que me acerques a ti más de lo que ya estoy y cuando acabes de limpiarme, me beses Vishous.

El roce de tu cara en el hueco de mi cuello me había puesto duro como una piedra y joder necesitaba a mi macho y lo necesitaba ya. Jamás habíamos estado tanto tiempo sin tocarse y no lo aguantaba más. A la mierda el puto orgullo, coño necesitaba a mi vampiro.

Sonrío contra su piel, notando el olor a su excitación. Mierda si no lo había añorado. Acabo de limpiarle y le obligo a girarse. No le doy ni un maldito segundo de respiro, mis labios chocan contra los suyos, reclamándole, exigiendo lo que sé que está más que dispuesto a darme, porque joder si no estoy en mi derecho.Cuelo una de mis rodillas entre sus piernas, obligándole a separarlas para poder colocarme yo entre ellas.

—Esto es lo que quieres, ¿no es así, nallum? —gruño contra su boca, apretando mi rodilla contra su entrepierna, sonsacándole un jadeo.

Como lo había echado de menos, como lo había añorado...joder era su puto derecho estar como estaba entre sus brazos, con una rodilla apretando su polla y haciendo que soltara un jadeo de pasión. Con la lengua de su macho metida hasta la campanilla, con sus salivas mezcladas, sus bocas pegadas y la calidez de sus cuerpos traspasando la frialdad de esa maldita semana, que tendrían que borrar del calendario. Había sido duro estar en la misma cama y ni siquiera rozarse, ni mirarse, saber que estaba uno al lado del otro y ni se habían buscado, nunca más. El orgullo no podía existir cuando amabas a alguien, los dos se necesitaban y no era solo por el sexo...el uno era la vida del otro y viceversa.

—Quiero nallum...dios...lo que tú quieres, joder te quiero a ti vampiro, a ti.

Mi sonrisa se hace aún más ancha mientras atrapo sus manos para empotrarlas contra el sofá.

—¿Estás seguro? —digo enarcando una ceja. Sé que estoy provocándole, pero a la mierda, me encanta y aunque hace siete malditos días que ni nos hemos mirado, el deseo no ha disminuido ni un puto ápice. No lo hacía por si a él no le apetecía. Evidentemente, estaba equivocado—. Dime lo que quieres, poli. —Le veo fruncir el ceño y una pequeña carcajada sale de mi pecho—. Sé que quieres pedírmelo, así que hazlo.

Coño será cabrón como si el no supiera lo que quiero, joder lo quiero a él y todo lo que solo él sabe darme.

—Quiero que me folles mamón, quiero que me compenses esa maldita semana que has pasado de mí, quiero tu polla en mi culo y quiero tus caninos en mi vena y quiero que me hagas el puto amor como tú solo sabes hacérmelo...maldita sea te quiero todo a ti y lo quiero ya.

Ese ese mi poli, pienso mientras vuelvo a apoderarme de su boca, mis manos trabajan en el botón y la cremallera de sus pantalones de cuero y se los bajo de un tirón. Me estiro un poco para abrir el cajón de una de las mesas y saco un pequeño tubo de lubricante. A la mierda, no tengo ni tiempo ni ganas de quitarme los jodidos pantalones de chándal, así que me los bajo ligeramente para embadurnar su entrada y mi polla.

—No he sido el único que ha ignorado aquí —le digo en un gruñido—, tú también podrías haber exigido algo de atención.—Me posiciono y con mis manos hago que abra un poco más las piernas, subiéndoselas a mis hombros.—Sabes que no soy el único aquí que tiene la culpa, así que no me toques los huevos.—Entro en él al mismo tiempo que clavo mis colmillos en su garganta, ahogando un gemido al sentir su sangre invadiendo mi boca y mi propia erección abriéndose paso en su interior. Joder, ¿cómo es posible que ninguno de los dos hayamos exigido esto antes? ¿Qué cojones nos pasa y por qué tenemos que ser tan jodidamente idiotas los dos?—Hostia puta... joder poli...

—Joder Vishous...dios como te he echado de menos.—Era, es y seria siempre él y solo él su macho, coño si no lo había echado de menos y de qué forma y puede que tuviera razón. Yo tenía que haberlo buscado, decirle que lo necesitaba, pero el miedo a su rechazo me había frenado.Esto era lo que tenía que ser, mi macho dentro de mí y bebiendo de mí vena. Hostias un gemido brutal se escapó de mi garganta cuando entro en mí y aunque la postura no me permitía mucho movimiento, me encantaba porque podía sentir bien adentro la polla de su macho.—Cabrón tenía miedo de que me rechazaras por todos mis reproches.

—Pues... —Tomo una bocanada de aire, separándome de su cuello y cerrando las heridas—... eres un gilipollas si pensabas que iba a darte una patada en los huevos, idiota —jadeo, afianzo mis manos sobre el sofá y le miro directamente a los ojos—. Jamás podría decirte que no y lo sabes jodidamente bien, nallum. Mira que somos imbéciles que nos hacemos daño sin ni siquiera quererlo.

‎—Lo siento macho, pero coño como te he necesitado y no solo por follar, he necesitado una caricia, un abrazo y este maldito orgullo mal entendido no me ha dejado pedírtelo, joder V, eso y mi miedo a perderte—te cogí por la nuca y acerque tu frente a la mía—jamás pase lo que pase, volvamos a dejar que el puto orgullo nos separe, fue muy duro estar en la misma cama y no poder acercarme a ti, cuando te he necesitado como nunca. Sabes que eres mi vida y sabes que siento todo lo que te dije, no vuelvas a separarte de mí.

—Jamás —asiento, empujando mis caderas para confirmar lo que acabo de afirmar—. Muerde, sabes que lo necesitas tanto como yo —jadeo, ladeando mi cabeza para exponer mi vena. Mierda, necesito sentir eso de él, sentirme otra vez poseído aunque sea sólo de esta manera.

Dios como lo deseaba, también quería poseerlo pero no se lo pediría. Clave mis colmillos que habían crecido todo lo que podían sin miramientos, necesitaba la sangre de mi macho corriendo por mi sangre. Un gemido por el movimiento de las caderas de mi vampiro y por el primer buche de sangre que llego a mi boca y lo urgí a que se moviera. Quería oír a su macho, quería la música de su placer y quería su corrida, su semen dentro de su culo. Dios ¿cómo habían estado una puta semana separados, el uno del otro?

Gruño al sentir sus caninos hundirse en mi piel y sigo moviéndome, una de mis manos se cuela entre nuestros cuerpos y rodeo la erección del poli con ella, masajeándola al mismo ritmo que mis propias caderas, sintiendo cómo el olor a marcaje empieza a desprenderse no sólo de mi cuerpo, sino también del suyo. Un gemido escapa de mi garganta al olerlo y sé que no voy a poder aguantar mucho más tiempo. Mi otra mano se afianza en una de las caderas de Butch y me empujo una última vez, gruñendo su nombre al liberarme en su interior, con él aún aferrado a mi puta vena y es... perfecto. Es lo correcto.

Me separo de tu vena en el momento que te siento vaciarte dentro de mí y me corro con tu nombre en mi boca, el olor de los dos marcándonos se mezcla, es así como tiene que ser, joder siempre. El orgasmo se llevó a tomar por culo, esa puta semana de separación y de mierda.

—Nunca en tu puta vida vuelvas a pasar de mi vampiro, jamás, la próxima te mato…dios como te he añorado—cerré las incisiones que mis caninos habían hecho en tu cuello, baje mis piernas de tus hombros, las abrí más y te acomode encima de mi cuerpo, sin dejarte salir de mi culo, te abrace pegándote a mi todo lo que puede—no vuelvas a pasar de mí, me muero lentamente cuando lo haces.

Sonrío y asiento.

—En la vida, ya lo sabes —te contesto, dejando que mis labios choquen con los tuyos—. Te pertenezco tanto como tú me perteneces a mí, ya lo sabes, ¿cierto?

—Cierto, creí morir, pensando que te había perdido para siempre, ha sido una puta semana de mierda y me has hecho mucha falta. Joder Vishous nunca me he arrepentido de emparejarme contigo, de ser tu macho y que tú seas el mío, nadie ha tenido en su vida mejor pareja que yo. No vuelvas alejarme, ni alejarte de mí, pídeme lo que necesites te lo daré, pero no quiero en nuestras vidas otra semana, como la que hemos pasado los dos.

Y volví a besarte con una desesperación que rayaba la locura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario