domingo, 2 de agosto de 2015

SIEMPRE TÚ...2ª...14ª



                                                                   SIEMPRE TÚ II

                                                   



Vishous y Butch Fated

Camino a toda prisa por el túnel, mi mente está completamente enfocada en lo que el poli ha pedido de mí y mierda... llevaba desde que le había conocido deseando hacerlo y ahora... no sé si seré capaz o si estaría bien hacerlo. Joder, es un humano, se supone que los que son como él no deben saber nada de nosotros y meterlo de lleno en nuestras costumbres es... propasarse.

Aporreo el teclado con la clave de acceso y antes siquiera de que la puerta acabe de cerrarse y que Butch eje la bolsa en el suelo de la salita el Pit ya estoy sobre él, con el poli contra la pared que queda al lado de la puerta, mis labios están contra los suyos y todo mi cuerpo demuestra cuánto le he añorado, cuánto le he deseado durante todo este tiempo.

Suelto la bolsa y apoyo mis manos en la cintura de mi macho, porque lo es y lo fue desde el momento que nuestras miradas se cruzaron. Dios la erección de V choca contra la mía y mi boca corresponde a la suya con la misma pasión, le pego más a mi cuerpo y no puedo evitar sentirme mal por no haber sido capaz de ser honesto conmigo mismo mucho antes. Joder lo quiero y lo quiero conmigo y sé que es una locura...es un vampiro, casi un inmortal y yo un simple humano, que a lo sumo viviría unos cuantos años más y luego él se quedaría solo, otra vez. Lo peque más aun y lo abrace a mí.

¿Cuán injusta puede ser la vida? ¿Acaso no podía encontrar a alguien como él pero que fuera de su jodida raza? Decir que no me importa es una soberana mentira. Me importa, porque si a mí me quedan unos siete siglos más de vida, a él no le queda tanto. Treinta o cuarenta años más, a lo sumo. ¿Y después, qué? El suicidio no entra en nuestros planes. Las puertas del Fade se te cierran a cal y canto y a no ser que a la Virgen Escriba le caigas especialmente bien, es imposible obtener redención.

Lo aprieto aún más contra mi cuerpo, deseando que hubiera algo, algo más que mi visión que pudiera indicarme que es algo más que un simple humano. Maldigo mentalmente, le necesito en mi vida, no solo durante unos pocos putos años, joder.

Coño no quería seguir pensando a la puta mierda con todo, lo único que quería ahora era estar con él y que me marcara como suyo, lo demás ya se iría viendo. Toda su vida solo, sin quererse un poco y ahora no iba a echar por la borda lo que tenía solo porque la persona que quería era un vampiro. Siguió besándolo y sus manos fueron a su ropa, ese pantalón le estorbaba para lo que tenía en mente. Metió una de sus manos por dentro del pantalón de V y abarco toda la longitud de su polla, la quería en su boca y la quería ya. Bajar desde su cuello, hasta la cinturilla dándole besos y lametones hasta quedar de rodilla delante de su macho, se los bajo y metió la polla de V en su boca. Dios bendito como lo había echado de menos.

—Oh, joder, poli... —gruño, apoyando mis manos contra la jodida pared. Mierda. Había fantaseado tantas malditas veces con esto, con que volviera a ocurrir, con que fuera él otra vez y ahora... Echo la cabeza hacia atrás, siseando mientras intento mantener mis caderas quietas y a raya, los estremecimientos me recorren el cuerpo por entero. Sí... así es como tiene que ser, es con él con quien tiene que ser sin importar nada más.

No puedo evitar una sonrisa cabrona, para ser un jodido novato, tenía que estarlo haciendo bien, porque mi vampiro se estremecía y movía las caderas como si le fuera la vida en ello. Sus manos le bajaron el pantalón hasta los tobillos y le obligue abrir un poco más las piernas, una de mis manos fue acariciar su pelota y la otra se metió entre sus piernas hasta subir en medio de sus nalgas y acariciar la separación de arriba a abajo.

Que me jodan, pero el muy mamón o aprende rápido o lo había hecho antes. Joder... Mis manos se cierran en puños y dejo caer mi cabeza hacia delante, apoyándola contra la maldita pared. Una de mis manos baja hasta su pelo, enredando mis dedos en él.

—Mierda, Butch... si sigues así no duraré una puta mierda...

Bien porque eso es precisamente lo que quiero, que te corras en mi boca. Te muerdo con suavidad y sigo chupando y lamiendo, mientras mi mano sigue jugando con tu pelota y la otra sigue acariciando esa apertura entre las dos nalgas. Me gusta sentirlo, verlo así, entregado a mí de una forma que me complace y más saber que soy yo quien lo pone así. Aprieto el ritmo y un gruñido tuyo me hace saber que estas a un solo movimiento de mi boca para que te corras.

El gruñido se convierte en un rugido al sentirme explotar en la boca del poli. Mi mano se cierra alrededor de su cabello mientras mi cabeza cae otra vez hacia atrás mientras el orgasmo me golpea con pasmosa violencia, dejándome prácticamente noqueado. Joder, todo lo que he hecho durante estos tres putos meses en mi ático no significa nada en comparación a todo lo que me hace sentir él.

Nada es comparable. Absolutamente... nada.

Joder como me gustaba el sabor del vampiro, era como su sangre y mientras su semen bajaba por mi garganta no pudo evitar compararlo con un vino añejo, fuerte, con cuerpo, sabor si mucho sabor. No lo solté hasta que la última gota se quedó en mi lengua, saque su polla y me incorpore hasta quedar frente a él.

— Nallum, tiene el mismo sabor que tu sangre, solo hay una variante...tu semen no me hace daño.

Y sin quitar la sonrisa de mi boca te besé.

Sonrío contra sus labios, acercándolo más a mí a través de su nuca. Cabrón de los cojones, pero se hacía querer, joder.

—Estoy seguro de que encontraré una manera de que no te haga daño —digo contra sus labios.

—Bueno hasta que ese momento llegue, tu y yo tenemos algo pendiente, no creas que me he olvidado—sonrió cabronamente—y puesto que te quedaste con la mejor habitación, te espero en la tuya.

Me escabullí de sus brazos y mientras caminaba para su habitación, me fui quitando la poca ropa que llevaba, antes de llegar a ella ya estaba desnudo del todo. Me gire dejando que viera la erección que llevaba y mis ojos se perdieron por una vez más en ti. Estabas potente mirándome cabrón, los pantalones hasta los tobillos, tu pecho desnudo y tu polla que volvía a estar preparada para mí.

—No tardes mucho—toque mi polla, pasando una mano a lo largo de esta—o me hare una paja y no es lo que quiero.

Gruño por lo bajo y sonrío de forma ladeada. Me deshago de los pantalones que siguen a mis pies y voy hacia él con todo lo que tengo. A tomar por culo todo. Me da igual si es lo correcto o si no lo es, si debería o no. Le quiero para mí y si a los demás no les gusta nuestra decisión, pues que se metan un palo en el puto culo.

Al llegar a la habitación te empujo para dejarte caer sobre la cama mientras yo me subo a horcajadas sobre ti, apartando tu maldita mano de donde la tienes.

—Mío —siseo mientras mis ojos miran fijamente los suyos—. Será mejor que dejes eso para mí, cabronazo.

Bajo por su cuello y su torso con mi boca mientras mi mano rodea su polla, acariciándola con suma lentitud, entreteniéndome en los recovecos que creo pueden ser sensibles para él, intentando hacerle disfrutar al máximo. No, hoy no seré delicado, no hace ni puta falta. Quiero que sepa con quién está y lo que implica estarlo y no dudo que a Butch eso le trae sin cuidado porque sabe que soy yo y que esto es lo que hay.

Coño, mi mente no se había olvidado, ni mi cuerpo tampoco, de lo que eran esas manos y esa boca en mí. Y lo había echado muchísimo de menos, le gustaba su peso sobre él y lo que le dijo en el baño iba en serio, hoy no quería delicadezas, ni mimos, lo quería bien duro, como su macho.—Escúchame V, te lo dije en el baño y te lo repito, lo quiero bien duro, como tú eres.—Uhm, sentirlo me estaba poniendo al máximo de mis fuerzas y no quiero correrme hasta sentir ese olor a especies picante y fuerte como Vishous que me gusta y me gusto siempre.—Cabrón afloja, no quiero correrme hasta que estés dentro de mí y marcándome.

—No lo harás, no hasta que yo te diga que puedes —digo completamente convencido de ello, porque sé que no vas a correrte hasta que tengas mi permiso y harás todo lo que esté en tus manos para conseguirlo.—Sigo bajando y desvío la trayectoria, ignorando por completo su erección y sonrío cuando se queja sonoramente, levantando la cabeza del colchón para mirarme y reprocharme mi falta de atención a esa parte de su anatomía.— ¿No has dicho que no quieres correrte? —Sonrío y le veo apretar los dientes.

Aprieto los dientes después de soltar una obscenidad, pero me vuelvo a poner de los nervios cuando sigue pasando de mi erección.

—Vishous cabrón de mierda, una cosa es que no quiera correrme y otra muy diferente que te desentiendas de ella, hijo de puta—doy cabezazos contra el colchó—joder V, necesito que vuelvas a mi polla.

—¿Volver? Si ni siquiera he estado —digo de forma "inocente" aunque la sonrisa que se dibuja en mi cara es de todo menos inocentona—. Tendrás que pedirlo mejor, nallum.

—Vale ya que tu no quieres ocuparte de ella, lo haré yo—te miro mientras mi mano cubre por completo mi polla y empiezo a meneármela, no muy rápido, joder no quería correrme, pero ese tira y afloja me estaba gustando—te quedaras sin mi semen y yo sin tu marcaje y sería una pena, tanta leche desperdiciada y tanta pimienta haciéndome estornudar.

Coño tuve que sofocar una carcajada en mi pecho, acabo de llamar pimienta a su olor de marcaje, como estoy disfrutando de estas bromas entre los dos.

Frunzo el ceño y te obligo a apartar la maldita mano y te la mantengo sobre el colchón.

—Cacho cabrón, esto es mío, así que las manos quietecitas. —Antes de que puedas siquiera replicar mi boca ya está rodeando su longitud.

Mis caderas se alzaron cuando tu boca se ocupó de mi polla y mis manos bajaron hasta tu pelo, acariciandotelo.

—Joder...nallum...te...has...hecho...de...rogar...mamón.

Iba a necesitar toda mi concentración de policía para correrse cuando su vampiro se lo dijera, pero él se lo había pedido y el haría por V lo que necesitara y le hiciera falta, siempre, hasta el último día de mi puta vida.

Sonrío, haciendo que abra un poco más las piernas para dejarme un mejor acceso a él. Mierda santa... cómo he añorado tenerle así, a mi jodida merced. Mío. Lamo su longitud de abajo arriba, entreteniéndome en su capullo mientras una de mis manos se cierra alrededor de sus pelotas, masajeándolas sin ningún tipo de misericordia. Hoy será mío, de nadie más. Voy a hacer que todo el mundo lo sepa.

Rujo por lo bajo. Necesito entrar en él. Han pasado demasiados días desde esa única vez que me lo permitió y no puedo aguantar más. A tomar por culo el ser delicado, a la mierda con eso de ser considerado. Hoy soy yo el que va a tomar las riendas y voy a demostrarle que todo este tiempo tendría que haber estado conmigo y no con esa maldita hembra.

Digan lo que digan esto está bien, más que bien es así como tenía que haber sido siempre. Jamás me perdonare los tres meses que le he hecho pasar y el dolor que le he causado. Un ronco gemido se escapa de mi boca cuando tu lengua mide mi polla y el placer se mezcla con algo de dolor cuando aprietas mis cojones sin miramientos. Algo me dice que voy a pagar caro los tres meses que ha estado sin mí, yo no, lo va a pagar caro mi culo, pero a la mierda si es lo que necesita se lo daré.

Me aparto para alcanzar mi mesilla de noche. Abro el cajón y recojo lo que voy a necesitar. Puede que esté desesperado por entrar en él pero también sé que no puedo hacer las cosas a lo bruto. No sería justo, por mucho que haya sufrido durante estas semanas. Pero una cosa tengo clara, hoy quiero mirarle a la cara, quiero verle.

Vuelvo a acomodarme entre sus piernas y le quito el tapón al tubito de lubricante, poniendo una generosa cantidad en mi mano buena. Mis ojos se fijan en los del poli y sonrío de medio lado mientras me inclino hacia él.

—No quiero hacerte daño, ¿cierto? —digo contra su boca mientras uno de mis dedos tantea su anillo muscular y él se muerde el labio inferior.

Este hombre tiene la fantástica virtud de sorprenderme para bien, algo que ya nadie conseguía, cuando pensé que iba a entrar en mí sin miramientos, va y pone los medios para que no pase. Ostia puta verlo así, entre mis piernas, perdiéndome en su brillante mirada he intentado meter un dedo en mí, hace que me muerda uno de los labios y ladee mi cuello ofreciéndote mi vena. Mi polla ante esa idea se estira más y pienso que como siga creciendo y alzándose se me va a despegar de la base. Mis manos que hasta ahora habían estado quietas a ambos lados de mi cuerpo, fueron a tu nuca y la otra a tu polla.

El siseo que abandona mis labios es casi ronco. Joder si no está tentando a su puta suerte. Finalmente mi dígito consigue entrar sin apenas problemas, pero es tan jodidamente estrecho como lo recuerdo, o tal vez aún más. Mi boca sella la suya en un beso casi voraz mientras mis caderas se mueven solas contra su mano.

El segundo dedo se une al primero, preparándole para mí. El deseo y el anhelo me van quemando y consumiendo por dentro y tengo que obligarme a controlarme si no quiero achicharrarle con mi maldita maldición. Es en estos momentos cuando más la odio, joder.

—Poli... —jadeo, mirándole fijamente.

—Joder nallum me gustaría que te vieras, estas sexy cabrón muy sexy y yo te deseo y te quiero dentro de mí en este instante mamón.

Mis caderas empezaron a moverse al ritmo de tus dedos y tu jadeo me puso más cachondo aun, coño te quería en mi cuello y dentro de mí ya. Solté tu polla, te acerque más a mi cuerpo y la mano que está en tu nuca te pone a unos milímetros de mi cara.

—Quiero ver tu cara cuando entres en mí y quiero seguir perdiéndome en esa mirada tuya brillante que tanto me tranquiliza. Joder V si sigo esperando me voy a correr sin tenerte dentro de mí y eso no es lo que quiero.

Mi lengua paso por tu garganta y un gemido escapo de la mía.

Aprieto las mandíbulas y saco mis dedos de su interior. Con más cuidado del que me creía capaz de poseer a estas alturas hago que separe un poco más las piernas para acomodarme entre ellas, una de mis manos alcanza una almohada y le obligo a levantar las caderas para colocársela debajo y así tener un mejor acceso a la zona y para que él esté algo más cómodo.

Apoyo mis manos sobre el colchón y le miro a los ojos, casi perdiéndome en esos irises castaños.

— ¿Estás preparado, nallum? —jadeo roncamente mientras acomodo mi polla en su entrada, dispuesto a empujarme en su interior.

Joder si creyera todo lo que he oído en esos tres meses que llevo con ellos de V, pensaría que el hombre que tengo ahora conmigo en su hermano gemelo y me hincho de orgullo al saber que solo es así conmigo, que solo yo he conseguido atravesar esa parte de su muralla, que nadie conoce, pero también sé que hay una parte a la que no he conseguido acceder, pero por mis pelotas que un día lo hare. Coño, el mimo, el cariño con el que me tratas hace que me sienta un poco vulnerable, ninguna mujer había sido jamás tan considerada conmigo en una cama y sin embargo a pesar de las ganas y las ansias por poseerme, estas pendiente de que este cómodo y a gusto. Coño parpadeo varias veces, no era plan de que las lágrimas salieran ahora y te sonreí.

—Si me lo vuelves a preguntar cabrón, cojo una de tus dagas y te la corto.

Una carcajada sale de lo más profundo de mi pecho. Joder, no puedo evitar ser como soy con él. Me preocupo por él y es absolutamente sincero. No sé qué significa exactamente, pero quiero descubrirlo junto a mi poli, quiero explorar lo que sea que esté pasando entre nosotros mientras esté con él.

Empujo hacia delante con mis caderas, conteniendo el aliento al sentir cómo voy siendo rodeado por esas estrechas y absolutamente delirantes paredes de músculos. Sintiendo cómo va cediendo ante mi invasión y mis manos se aprietan en sendos puños, conteniéndome para evitar hacerle más daño del absolutamente necesario.

—Mierda, poli...

La sonrisa se hiso más ancha ante tu carcajada, me gustaba oírte reír. Pero desapareció en cuanto tu polla empezó a entrar, dios cabrón eras grande y ancho. La primera vez que habíamos estado juntos no fui consciente de nada de eso porque me podía el miedo y la vergüenza, pero hoy no.

Me relaje todo lo que pude para que siguieras entrando y se con seguridad que no estás acostumbrado hacerlo de esa forma...el sudor de tu frente, tú cara crispada, la tensión de tu cuerpo y tus manos apretadas en puños. Coño sé que me va a doler, pero sé también que será momentáneo, así que apoyo los talones de mis pies en la cama y que dios me ayudara con lo que iba hacer o el diablo me daba igual, me agarre con mis manos a tus antebrazos y subí las caderas haciendo que más de la mitad de tu polla entrara en mí.

Cerré los ojos ante la puntada de dolor que me atravesó de parte a parte y me mordí el labio inferior haciéndome daño, para no gritar, coño sí que había dolido. Cuando abrí de nuevo los ojos, me mirabas como si me hubiese vuelto loco y a buen seguro que tenías ganas de matarme por lo que había hecho...iba a sonreír pero la pare a tiempo, no fuera hacer que decidieras salir de mí y no acabar si veías mi sonrisa.

Paro en seco al ver lo que hace y aunque estoy cabreado por tomarse esto tan jodidamente a la ligera, la preocupación me puede y mierda si no me está jodiendo de lo lindo el intentar ir lo más lento que puedo para evitarle males mayores.—Hijodeperra... —jadeo, mis ojos se quedan fijos en él, sin parpadear—. ¿Qué quieres, desgraciarte?—Intento respirar profundamente para calmarme y concentrarme en lo que estoy haciendo y joder si no me está costando un puto mundo no mandarlo todo a tomar por culo y tomar ya lo que es mío por derecho. Pero quiero hacer esto bien, quiero que lo disfrute tanto como yo y si le hago daño o se lo hace él mismo por gilipollas, eso no será posible, mierda.

—No cabrón te dije que lo quería duro y estabas siendo muy suave...Vishous joder no te contengas acaba de entrar y haz como tú sabes, que este dolor que me está matando pase y llegue ese placer que solo tú sabes darme, has que me corra con tanta fuerza que me olvide de lo mal que lo estoy pasando ahora.

Joder dolía, respire hondo, te acerque a mi boca y te bese.

—Idiota de los cojones —digo contra sus labios. Tomo aire y acabo de entrar, quedándome absolutamente quieto, esperando a que se acostumbre un poco. Escondo mi rostro en el hueco de su cuello, aspirando su olor mientras el marcaje empieza a salir a oleadas de mi cuerpo. Dios, es tan liberador el tener permiso para dejarlo fluir, el que sea libre para finalmente salir...

Jadee contra tu boca cuando terminaste de entrar en mi culo y respiro cuando te quedas quieto pero entonces haces algo que sabes que me gusta y me enciende como una antorcha.

Colocas tu cara en el hueco de mi cuello y mi cuerpo se estremece al sentir su aliento ahí, joder sí que lo había echado de menos y mucho. Un gemido de placer escapa de mi boca cuando el olor a especies que también conocía empieza a llegar a mí, por fin ahí estaba lo que la había pedido.

Te levante la cara y te miré a los ojos, te besé.

—Muérdeme y empieza a moverte, bebe de mi vena V y córrete conmigo, no antes, ni después, conmigo.

No puedo evitar reírme. Joder, jamás ninguno de los sumisos que he llevado a mi ático ha tenido los santos cojones de exigirme nada. Normalmente soy yo el que exige sin esperar nada más a cambio que su sumisión y la aceptación de hacerles lo que me venga en gana. Por alguna razón, que Butch solo sabe cuál es quiere que me corra con él me hace gracia y me encanta.

Mis colmillos se alargan ya no solo porque yo se lo ordene, sino porque desean hundirse en su carne una vez más, volver a probarlo, saborear su sangre de nuevo, la cual me ha sido privada durante estos tres largos meses en los cuales alimentarme de mis sumisas no me ha aportado ningún tipo de jodido placer o satisfacción.

—Joder, Butch... ¿qué cojones me estás haciendo? —gruño, sintiendo cómo mi cuerpo se estremece por completo ante la idea de volver a tener su sabor en mi puta boca.

—Hostia puta Vishous, lo mismo que tú me haces a mi cabrón.

Coño, su aliento antes de clavar los colmillos, hiso que me estremeciera debajo de él y aunque quería mirarlo también deseaba como un loco que me mordiera. Cuando los clavo, un gemido de jadeo de placer escapo de mi boca, mi polla que estaba entre tu estómago y el mío empezó a supurar semen, ni una brizna de aire corría entre los dos, te quería pegado a mi todo lo que podía. Subí mis piernas cruzándolas encima de tu culo y los gemidos de placer escaparon de mi ronca garganta.

—Joder...Vishous...dios bendito...yo, cabrón...te q....sigue, no te pares.

Apoyo mi mano buena contra el colchón en busca de apoyo mientras la otra hace que el poli ladee un poco más la cabeza. El primer trago que invade mi boca es placer puro y me obliga a cerrar los ojos con fuerza y que tenga que obligarme a mí mismo a controlarme para no hacerle daño. Mis embestidas son acompasadas, ni muy lentas ni demasiado rápidas, pero lo suficientemente potentes para darnos placer a ambos.

Dios, había añorado la sensación de su cuerpo bajo el mío a pesar de que solo fue una sola maldita vez. Ahora sería incapaz de dejarle marchar, no podría liberarle. La mano que mantengo apoyada en la cara de Butch baja por su torso hasta colarse entre nuestros cuerpos, rodeando su polla por completo. Mis embates suben de intensidad y velocidad, necesitando que ambos nos liberemos por fin. Quiero marcarle, hacerle mío de una vez por todas, demostrarle a esa zorra que ha perdido la única oportunidad que le había brindado de estar con el castaño irlandés tocapelotas y ahora ya no habrá vuelta atrás.

El orgasmo me golpea y me aparto de su vena.

—Córrete para mí, poli —logro jadear.

Como lo había añorado, sonrió no pudo evitarlo, no si encima le tendría que dar las gracias a la hembra por demostrarle que la persona que tiene que estar a su lado hasta que se muera, es el jodido cabronazo vampiro que follaba como dios y que lo tenía a un tirón de su vena para correrse.

—Uhm coño no sueltes mi vena mamón.

Tu voz ronca y jadeante pidiéndome que me corra hiso que la molestia por dejar mi vena, se esfumara, me agarrara más a ti y los jadeos y gemido empezaran a escapar de mi boca.

Que gusto dios santo, que gusto, tu polla dentro de mi culo, tu cuerpo moviéndose encima mío y tu mano enguantada meneando mi polla, como para no correrse. Cuando siento que mi orgasmo está llegando, alzo tu cara para mirarte, quiero perderme en esos ojos brillantes cuando termine de vaciarme y lo hagas tú también.

—Conmigo cabrón...corre...te...uhmmmmmm...conmigo.

Mis ojos se quedan fijos en los suyos y cuando le siento empezar a correrse en mi jodida mano me dejo ir yo también, apretando los dientes mientras mi aroma vinculante sale de cada poro de mi piel, asentándose en la de Butch como si fuese una fina película de papel envolvente. Dios... sé que quizá no sea justo pero lo correcto que se siente no me lo va a quitar ni una jodida alma.

—Oh, joder, nallum... —gruño, empujándome una última vez para acabar de derramarme en su interior, sintiendo cómo las paredes hechas de músculo se aprietan a mi alrededor, exprimiéndome por completo. Mi boca aterriza sobre la del poli, sellando nuestros labios.

Esto es lo correcto diga lo que diga su iglesia y sus creencias, esto tenía que haber sido lo correcto desde el primer día, porque si le pedí el regalo que le pedí y lo dejé que me desvirgara el culo, fue porque su alma y su corazón ya sabían lo que yo me negaba aceptar.

Perderme en tu mirada y sentir tu aroma para marcarme hiso que mi orgasmo llegara con fuerza, con pasión a mí y sentirte derramándote dentro de mi hiso que jadeara como jamás lo había echo en mi vida de folleteo.

No sé cómo, ni porque, pero los orgasmos contigo eran bestiales, con fuerza y con una pasión que estoy seguro solo la siento contigo. Con los últimos coletazos de ambas corridas y sendos orgasmos, tus labios se pegaron a los míos y con ellos encima y como buenamente puede te dije.

—Gracias nallum.

Niego sin acabar de entender por qué me está dando las gracias. Joder, no sé si es que piensa que he hecho esto por lástima o qué, pero no necesito su gratitud. Hago esto porque es lo que mi cuerpo dice que he de hacer, porque mi... corazón, el cual pensé que estaba absolutamente congelado, me pidió... más bien me exigió que hiciera.

—No me lo agradezcas, Butch —digo con total honestidad—. No me hace falta. Sólo necesito que te quedes a mi lado, ¿vale? No quiero... que vuelvas a marcharte porque no podría... soportarlo, ¿lo entiendes? Ahora no.

Salgo lentamente de él y me recuesto a su lado, abrazándole por la cintura para atraerle más hacia mí. Una mierda iba a dejar que se marchara a su habitación, le quería a mi lado, conmigo, en la misma cama y quería despertarme mientras él aún siguiera contra mi cuerpo.

Me pego a él cuándo me ciñe por la cintura y saboreo su calor. Alzo la cara y lo miro, sé que tengo una cara de satisfacción y una sonrisa tonta, pero no me importa.

—Ya puedes hacer hueco en tu armario, en tus cajones y en tu baño, porque no pienso irme a ningún lado mamón, te lo dije una vez...voy hacer tu sombra, en la cama y fuera de ella.

—Siempre ha habido sitio de sobra —digo sonriendo de medio lado—. Es idiota, pero quizá siempre he tenido la esperanza de que abrieras los ojos —te pincho, porque siempre pensé que jamás tendría una sola oportunidad con él.

—Lo cual solo demuestra que tú eres el más inteligente de los dos y que me conocías mejor que yo mismo. Sabes V, con ella no tenía nada de lo que tú me das y no resoples y frunzas el ceño, solo quería que lo supieras, es muy importante para mí que lo sepas. Tenías que ser tú y fui un jodido cobarde por no haberlo visto antes y un puto reprimido.—Apoyé mi cabeza donde estaba tu corazón.—Sé que no será fácil pero valdrá la pena, haremos que sea así o te corto la única pelota que te queda, eso si tu no acabas como un filete en una barbacoa y yo dos metros bajo tierra.—Me acurruque contra ti y otra vez volví a morderme la lengua, hasta que me acorde de un hecho que había obviado.—Prométeme que no me leerás la mente sin permiso V.

Solo faltaba que leyera las palabras: Te quiero Vishous.

—No lo hago, a no ser que no pueda evitarlo. Por eso tengo la música rap a toda pastilla, Butch. Te lo dije. No tengo control sobre mis poderes, pero hago lo que puedo para que eso no cause problemas a nadie y desde luego siempre voy con pies de plomo contigo porque sé que no te gusta que escuche lo que piensas. Haré todo lo que esté en mis manos para no hacerlo, pero no puedo prometerte que no vaya a hacerlo sin querer.

—Me vale eso nallum, me vale eso.—Enrede mis piernas con las tuyas, subí la sabana para cubrirnos hasta la cintura, pase una mano por tu cintura y me acurruque todo lo que pude a tu lado. Poco a poco los ojos se me fueron cerrando.—Vishous estoy donde quiero estar y con quien quiero estar, no lo dudes jamás en tu puta vida vampiro, nunca

No hay comentarios:

Publicar un comentario