AMO DOMINANTE
Solo en mi ático,sentándome en un sillón negro que había colocado de forma estratégica de forma que quedara delante de mis ojos mi mundo de castigo y dolor. Me serví un poco de Goose y le di un largo trago en medio del denso silencio. En medio de mi perversa realidad observe la mesa de metal en forma de X,estaba cubierta de cera endurecida y sangre. Las sesiones sucias eran para mi las mas aceptables.
Miré luego alrededor y volví a tomar un largo trago pero esta vez directo de la botella. El ático no era un hogar,era mi santuario,el lugar donde daba rienda suelta a las perversiones que me mantenían cuerdo. Esas que me permitían tener el control de todo lo que me rodeaba y de mi propia vida. El negro era el color dominante,el color de mi eterna oscuridad. Paredes,suelos y techo mas el baño eran ocupados por el mismo color. A excepción de la enorme cama,un gran mueble de caoba negra con puertas que escondía una televisión plana de 150 pulgadas,un buen y sonoro aparato de música,un portátil y unas torres de volumen ademas de un D.V.D. Dos sillones, ademas de la barra y la pequeña cocina con electrodomésticos no había mas mueble.
Un extenso lugar del habitáculo era ocupado por la mesa de metal como ya dije en forma de X y con correas de inmovilización. Las cadenas gruesas que sostenían la pared,el techo y el suelo. Las máscaras que solo dejaban un agujero para respirar y las mas normales,las mordazas simples o con pelota. Las palas. Los dildos y consoladores. Las cadenas mas finas. Las correas. Los bastones. Los collares de perros. Los ganchos. Los pesos para las pezones. Anillo y jaulas para los penes. Los plug con electroestimulación anal y vaginal. Los parches que daban calambres de electricidad. Mordazas con pinzas para los pezones. Pinzas para los labios vaginales y los testículos. Las bolas chinas. Fustas. Anillos vibradores. Velas negras. Y por ultimo el potro. Todo para ser usado en machos y hembras sumisos. Los antifaces.
Yo usaba el cuero por norma en mi vida cotidiana y sobre todo cuando patrullaba, en el Bondage era utilizado como fetiche y como poder. Yo solo me despojaba de mis botas,calcetines,abrigo,chaqueta y camiseta. Nunca el pantalón. Nadie me veía nunca desnudo,solo mis hermanos en la Tumba y cuando "nacía" un nuevo hermano para la hermandad y el poli. Mis sumisos /as nunca,a ellos no le interesaba saber porque tenia solo un testículo.
No había nada sentimental o romántico durante las sesiones. Este lugar era para realizar actos profanos y voluntarios. La iluminación de las velas solo aseguraba que las correas de cuero que inmovilizaban,los artículos metálicos,manos y colmillos quedaran en el lugar adecuado y evitar dañar a quienes se ponían en mi manos de Amo. Todos mis sumisos/as eran de mi raza,un sumiso o sumisa humana no aguantarían el grado de dolor que provoco.
Al principio recurrí a las que venían creyendo que sobrevivir a mis castigos era una especie de rito de iniciación. A esas se sumaron las que querían explorar la forma de mezclar el dolor y el sexo de mis manos. Con el tiempo me quede con esas y las que mejor aguantaban el dolor y el castigo y añadí machos que tenían un brutal parecido con el poli. Conmigo no había segundas oportunidades,ni lloros,ni quejas. Utilizaba la palabra de seguridad o el gesto en su lugar,pero repetían los y las que llegaban hasta el final sin pedir ni la palabra,ni el gesto. Repudiaba a los débiles y a estas alturas de mi vida que me llamaran Iheage (venia a significar dominante) y que me adoraran como un dios me tenia sin cuidado y mi importaba una puta mierda.
Yo tenia que domar una bestia y los cuerpos de esos machos y hembras eran únicamente instrumentos que utilizaba para apaciguar a la bestia y mantener al mismo tiempo mi cordura y el control. Lo que me causaba verdadero placer era controlar las mentes y cuerpos de los sumisos/as,no el castigo en si. Era yo quien controlaba en todo momento la situación,la puesta en escena. Con que ropa debían presentarse delante de mi,tanto machos como hembras.Si tenían el pelo largo era yo quien decidía si se lo recogían o lo dejaban suelto. Si debían llevar mascaras o mordazas con bola. Era yo quien decía que no debían tocarme al menos que yo dijera,dónde,cómo y con qué. Nunca consolaba,ni al principio,ni a la mitad,ni al final...mis sesiones se regían solo por mis reglas. Si algún sumido o alguna sumisa me salia con derechos de posesión o celos era expulsada/o de inmediato y para siempre. Casi nunca tenia un orgasmo,no me hacia falta,como ya bien dije mi placer era controlar mente,cuerpo y alma de quienes se exponían a mis castigos. Si me alimentaba era mas por necesidad que por gusto. Nunca humillaba para anular a la persona. Ni dañaba órganos internos. Ni los o las hacia hacer algo que no les gustara. Mi estilo y mi gusto era otra cosa. Dejaba el sadismo para matar resctritores no sumisos o sumisas. Era yo quien controlaba a quienes estaban bajo mi fusta. Era yo quien decía,cuando, como,donde y de que manera. Yo daba lo que me daba la gana y exigía el máximo y la mayoría de las veces el todo. Mi satisfacción no venia de castigar,provenía de controlar y poseer.
Me levante y cogí una de las cadenas de acero que sobresalían de la pared. Deje que se deslizara por encima de la palma de mi mano desnuda,eslabón por eslabón. La calma llego a mi como un buen chute de cocaína a un drogadicto.
Observe al sumiso que acababa de formarse en la terraza de mi ático. Abrí las puertas correderas con mi mente y bajo la cabeza esperando mi orden para entrar. Me bebí lo que quedaba en la botella y la deje en el suelo junto al potro y le di la orden para que cruzara el umbral. Sin mediar palabra se desnudo y subió a la mesa de metal. Me relamí con la sed de su sangre. Ate sus manos y tobillos y busque una mordaza con bola y un antifaz,clave mis colmillos en su yugular y bebí.
Esta noche esta sesión de Bondage llevaba el nombre de Butch escrito en el denso aire y en el parecido del sumiso del que bebía.
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