jueves, 18 de julio de 2019

PENSANDO by BUTCH FATED


                                                                  PENSANDO

                                                           



Terminó la sección de ejercicios en el gimnasio y secando el sudor con mi toalla voy a por una botella de agua que abro y me pego entre pecho y espalda bastante sediento. Me dirijo hacia la ducha y dejo que el agua bien caliente quite lo dolorido de mis músculos castigados. Me quedo un buen rato bajo el agua y al final salgo más empujado por el agua fría que por las ganas. Me visto con un cómodo chándal y salgo de camino al pit después de dejar las toallas sucias en su cesta junto con la ropa sudada. A mitad de camino doy un giro y salgo hacia el jardín, respiro el aire puro y me tiendo de espalda sobre la hierba. Miro la luna que está llena y brillante como una hermosa gema. A pesar de la ligera brisa fría es una noche muy apacible. Extiendo mis largas piernas y cruzo mis tobillos al mismo tiempo que cruzo mis manos tras de mi cabeza. Vuelvo a respirar hondo y cierro los ojos. 

En mis retinas retengo el cielo estrellado, la luna llena y las nubes que iban y venían. Despacio una sonrisa se fue colando en mis labios. Como había cambiado mi vida y todo había sucedido por ser detective, amigo de Beth y estar en el lugar equivocado en el justo momento, por tres veces en el intervalo de menos de un mes.

Mi vida anterior no era un lecho de rosas, más bien de espinas que picaban y me hacían sangrar cada noche un poco más. Pero no sería justo decir que todo lo malo fue por ser policía. Todo lo malo de mi vida pasada, vino desde el asesinato y violación de mi hermana Jane. Un ser tan maravilloso que no parecía de este mundo y que siempre me amo sin pedir anda a cambio y fue un ángel conmigo.

Ese hecho marco un antes y después con mi familia y mi futuro. Y pase de querer dedicarme a la medicina a ser policía y evitar tan luctuosos hechos en la vida de algunas familias más. No siempre lo evite, pero por una muchacha salvada o delincuentes violadores enchironados me daba por satisfecho. Pero la vida te pasa factura y te desgasta el alma. Y eso es lo que me paso a mí. Deje de tener contacto con toda mi familia, menos mi madre. Me volví un detective muy cabrón con varias causas abiertas por maltrato policial, me importaba una mierda...cada vez que golpee a uno de esos mal nacidos era porque se lo había merecido y no me arrepentía de nada de eso. Bebía en exceso, mí hígado en unos años dejara de funcionar o me lo tendrían que trasplantar. Era un peleón pendenciero que no conocía el amor y pagaba por unas noches en compañía y unas caricias vacías que al menos calentaban mi cuerpo por unas horas.

Y una noche de las tantas que se repetían en mi vida desde siempre, en un callejón oscuro, frío y sucio...mi vida empezó a cambiar sin yo saberlo. Aquella noche se me jodió el polvo pero me llevo a tener otro destino y conocer al que sería mi nuevo mejor amigo. La segunda vez que mi destino fue marcando el camino me topé con una mole de tío de dos metros y algo de largo por seis de ancho que casi me quita la vida frente a las puertas de la comisaria donde yo trabaja. Le agradecía que me quitara mi pobre vida, yo no tenía cojones de quitármela, en el mismo momento que vi en sus ojos un atisbo de respeto y me soltó. Esa mirada se me quedo grabada más allá del alma. Y el tercer lugar donde no debía de haber estado y que sello mi nueva vida y el nuevo camino de mi destino, fue cuando lleve a una Beth moribunda a una casa que desconocía y sin ser nada prudente me metí en la boca del lobo para salvar la vida de mi buena amiga la periodista.

Me río con una suave carcajada al pensar que estaba enamorado de Beth. Conocí lo que era amar a una mujer cuando el Océano llego a mi vida y durante el tiempo que duro fui muy feliz. Pero como todo en mi vida, este amor tuvo fecha de caducidad. Y ahora es mi mejor amiga.

Saber que los vampiros no eran una cosa solo de películas, fue todo un golpe el pleno flexo, pero al final he aprendido a luchar por su causa y guerra. A respetarlos y quererlos. Daría mi vida por cada uno de los miembros que habitan en esta enorme casa. Ellos son ahora mi familia, para lo bueno y lo malo, para lo que me quede de vida.

Lo único que extraño de ese mundo que se mueve detrás de las rejas rojas de la casa, es mi amigo José de la Cruz y a mi madre...el resto me importa una mierda y me preocupa muy poco. Nada me ataba a ese mundo que vivía alrededor de los muros de la mansión, nada. Ni siquiera recuerdos.

Además es este mundo de chupa sangres, estaba mi nuevo mejor amigo Vishous. Ese ojo de diamantes, con perilla de pirata. Mala leche concentrada en un frasco de veneno. Que fuma unos liados turcos que me gusta oler. Letal cuando pelea. Listo como una ardilla. Hermético como las puertas del pentágono. Y por el que tengo sentimientos no solo de amigos.

Para mi estar en esa encrucijada de querer y no poder, me estaba matando. Mis creencias religiosas que dicen que amar a otro hombre es pecado y la puerta para entrar en el infierno. Mi forma de ser desde que tengo uso de razón y ser heterosexual no lo hacía fácil. Desde que supe lo que era una mujer me han vuelto loco y ahora solo sueño, pienso y deseo a una persona con nombre de hombre.

Lo deseo y sentir su toque no me desagrada, pero cuando todo acaba me vuelven las dudas y los temores. Y pongo distancia entre los dos. Pero a su vez estar alejado de él, era doloroso y me hacía sentir muy vacío. Jugamos al gato y el ratón y no sé cuánto más aguantaremos este juego.

— ¡Eh poli!... ¿qué coño haces ahí tirado?

— Reflexionar V, algo que deberías hacer tu de vez en cuando.

Me dio un suave toque con su bota en mis tobillos y abrí mis ojos. Delante de mí su mano extendida para ayudarme a levantar. La cogí y tiro de mí. Mi cuerpo chocó de lleno con el suyo que era un muro de hormigón macizo.

Puta mierda, de nuevo esa sensación que desconocía y no entendía me recorrió el cuerpo.

— Muérdeme poli.

— No, que te gustaría cabrón.

Caminamos de vuelta, pegados el uno al otro hacia el hueco y sonreímos a la vez al ver a Rhage que salía de la cocina con unas cervezas y tres boles de palomitas.

— ¿Dónde cojones os habíais metido? Esta noche hay partido.

— Se me paso piruleta — salte y me senté en una de las esquinas del sofá.

— Estaba de reflexión y se despisto. — Contesto V riendo. Dio otro salto y se sentó en la otra esquina.

— Mariquitas — Rhage riendo a carcajadas se puso en medio y repartió las cervezas y boles de palomitas.

No es que habitualmente nos sentáramos así, pero con el hermano viendo el partido, era lo habitual.

Empezamos una pelea por el mando que término ganado Vishous y yo volví a sonreír.

Esto era una buena vida.



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