DESEO DORMIDO
Desperté pegado a la espalda de Butch, encajando como un puzle y dentro de un fuerte abrazo de amante. La profunda y pausada respiración del macho delante de mí, me dijo que dormía tranquilamente. Gimiendo de forma suave pegue mi rostro en la parte posterior de su cuello y colocando mi brazo alrededor de su cintura en forma posesiva, disfruté de un segundo más de despertar en la cama con el poli.
El calor que desprendía me cubría por entero, hasta el punto de no necesitar cubrir mi cuerpo con la ropa de la cama para estar cálido, respire hondo y el olor almizcle que su cuerpo soltaba hablaba de una noche de buen sexo, por el fade me podría acostumbrar a esto también.
Moviéndome con precaución para no turbar su descanso, respire hondo y empape mis fosas nasales de su olor. En ese momento, se revolvió y gimió y antes de que pudiera volver a respirar el olor de su cuerpo, rodo sobre su espalda quedando boca arriba. Temiendo haber cortado su descanso me quede quieto unos segundos y al ver que no abría los ojos pude observa que aun dormía profundamente.
Santo Dios, que hermoso cuerpo. Mis ojos miraron cada pliegue de esa lisa piel. Cada músculo marcado. Cada vena palpitante. Un dedo acompaño a la mirada y me pase la lengua por mis labios resecos cuando llegue a ese trozo de gruesa carne que era el pene que dormido deba medir catorce centímetros, aumentando cuatro centímetros más cuando estaba erecto. Una gran hendidura atravesaba la punta del glande rosado y alrededor de este había aun algo de semen.
Mi mano enguantada se hizo dueña de ese cuerpo fuerte y hermoso. La deslice por su marcado estómago y baje hasta rodear su pene flácido y meterla entre sus dos muslos medio abiertos. Las caricias fueron circulares encima del escroto y de forma muy lenta fui subiendo hasta el frenillo justo debajo de la cabeza. Me entretuve un buen rato en esas zonas tan erógenas y sin abrir los ojos el poli bajo una de sus manos hasta su pene que ya no estaba tan dormido. Empezó a tirar de este con movimientos lentos y deliberados.
Mi propio pene volvió a la vida y las paredes de mi recto se cerraban y abrían esperando ese pene dentro. Sin poderlo evitar cerré mi mano enguantada alrededor del pene del poli encima de su propia mano y la otra la cerré en torno a mi propio pene. Pero Butch no tenía prisa y yo necesitaba más, mucho más. Separe mi mano de la suya y metí dos dedos cubiertos de cuero en mi boca, los moje bien y abrí un poco más mis piernas, en todo el proceso mis ojos iban de la cara de Butch a su mano masturbadora. Empuje mis dedos húmedos entre mis nalgas hasta encontrar y llegar a mi fruncido agujero. Con la punta de mis dedos lo frote y metí los dos dedos dentro de mi culo. En ese momento Butch gimió. Mordí mi labio inferior para callar un grito que tenía la misma cantidad de placer y punzada de dolor debido al brutal estiramiento.
Mi culo se apretó alrededor de mis dedos y al imaginar que era la polla del poli fue más fácil el poder sacarlos y volverlos a meter. Una vez que conseguí que la mano en mi propia polla sincronizara con mi propia mano en el culo, me fue mucho más fácil llevar el ritmo que llevaba la mano del poli sobre su propia polla. Mi caliente agujero quería más, dos dedos no llenaban como la polla de Butch, así que metí un tercer dedo. El frio cuero se había calentado enseguida y aunque seguía queriendo más me conforme con lo que tenía en ese momento. El ritmo aumento y el bombeo fue más fuerte y más rápido. Mis ojos ya no se despegaban de la mano que mi macho tenía alrededor de su polla.
El sudor empezó a enfriarse, los dos al mismo tiempo apoyamos los talones sobre la cama y subimos las caderas empezando a moverlas en el aire como si estuviéramos follándonos. Los cuerpos se tensaron, el mío brillo y el suyo tembló y un placer carnal como nunca antes había sentido exploto haciendo que mis circuitos neuronales casi estallaran. Yo apreté mis dientes para no gritar mientras luces de colores flotaban a mí alrededor y el poli se retorcía de forma lasciva, con la boca abierta gimiendo y gritando mi nombre. Los dos cuerpos convulsionaron haciendo que nuestros culos se estrellaran sobre el colchón. Minutos estuve quieto y de forma lenta saque mis tres dedos de mi culo. En todo el proceso no había quitado mis ojos de Butch que seguía dormido y con su mano sobre el flácido pene.
Cuando al fin el ritmo de las respiraciones volvió hacer tranquilo y mi cuerpo dejo de temblar me levante y fui al baño a por una toalla, me limpie yo y cogí una limpia para él, la humedecí y volví a la habitación. Lo limpie con sumo cuidado y tirando la tolla dentro del baño me acosté. Iba a encender un liado cuando se volvió a girar y puso su cabeza sobre mi hombro.
— Mmmmm...¿Ya es de noche?
Su voz era ronca y pastosa. Sonreí de medio lado.
— Aún no poli, sigue durmiendo.
Se pegó más a mi cuerpo, rodeó con su brazo mi cintura y puso un muslo suyo sobre mi muslo derecho. Yo pasé un brazo entre los dos y lo doble hasta que toque su brazo. Con recuerdos de lo que paso y al compás de su aspiración me volví a quedar dormido.
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