jueves, 18 de julio de 2019

EL INFIERNO...1ª by LOS FATED


                                                               EL INFIERNO 1º

                                  




Me quede sentado de golpe en la cama, con el cuerpo sudoroso, jadeante, con la polla tiesa y mi cabeza embotada. Joder puta borrachera que cogí, esto de ser humano tenía esa ventaja. Me pregunto cómo sería mi vida, sin alcohol, de entrada mi hígado me haría la ola…según Vishous era una ventaja de ser vampiro, puf no sé, ¿una vida de siglos y sin pillarte una buena cogorza?...aburrido, muy aburrido.

Me levanté de un salto y fui al baño metiendo mi cabeza bajo el grifo del lavamanos y metí mi polla luego consiguiendo que se bajara la brutal erección que tenía, me negaba a cascármela con el puto sueño que había tenido. Desnudo como estaba y chorreando agua de mis dos cabezas salí al salón a por una botella de whisky, el olor ha liado lleno mis pulmones haciéndome gemir. Cogí una manzana y la bebida y me dirigí a mi cuarto.

Sacudí mi cabeza y deje de divagar, acomode mis almohadones y apoye mi espalda, cubrí mi cuerpo desnudo hasta las caderas y mordí la fruta. Puta hostia que sueño más raro…mi cuerpo se quejaba como si en verdad…pero no, eso es imposible, los sueños, sueños son y fue eso, un puto sueño.

Mordí la manzana de nuevo y limpie con mi lengua un hilo del jugo que corría por mi barbilla.

Mire a las ventanas estaban bajas lo que quería decir que el amanecer había llegado y todos, incluido mi compañero de piso dormían, algo que debería estar haciendo yo. Pero ahí estaba loco con un puto sueño que no se me iba de la cabeza y con unas sensaciones a flor de piel. Me pareció tan real que me estaba temiendo que mi culo estuviera desvirgado y mi cuerpo dolía como si…volví a negar con la cabeza, no había marcas, suspire hondo y me revolví contra el colchón.

Gruñí (últimamente lo hacía mucho) me termine la manzana y abrí con los dientes el tapón del whisky y le di un buen trago que me metí entre pecho y espalda. Decidí que lo mejor para quitarme esta angustia, era ordenar el sueño en mi cabeza y analizar que podía decirme o de que me avisaba, normalmente cuando tenía este tipo de sueños que parecían reales, eran porque me avisaban o simplemente anunciaban algo.

Me acomode mejor, subí una rodilla cayendo la sabana sobre mi sexo y me metí otro lingotazo…lo primero que recuerdo es que estábamos luchando, como siempre en un callejón apestoso y contra los talcos, reíamos y nos gastábamos bromas mientras nos cargábamos a esos hijos de puta y al minuto siguiente estaba en un ático de la zona más cara de la ciudad.

Mi cuerpo se tensó, había alguien en ese sitio, me di media vuelta, intentando abrir la puerta que se negaba abrirse como si alguien la agarrara desde fuera. Forcejeaba cuando esa presencia no humana, no sé cómo sabía que no lo era, mira otra ventaja de vivir entre vampiros, se plantó detrás de mí, sin pegarse, ni tocarme y aun así mi cuerpo se erizo…su calidez me cubrió y su aliento en mi nuca fue como una caricia.

— No temas, aquí solo pasara lo que tu desees, poli.

Puso desde atrás y delante de mí un vaso con whisky que tome, lo olí desconfiado y probé un pequeño sorbo, esperando indicios de sueño que no llegaron, fue entonces cuando le di un trago. Su ronca risa llego a mí y esa voz, joder ambas cosas me eran familiar, aunque no sabría ponerle nombre o más bien no quería hacerlo, me negaba. Lentamente me gire y solo vislumbre una sombra alta y amenazante, poco a poco unas velas se fueron encendiendo como por arte de magia y yo camine hasta el centro como si un hijo invisible tirara de mí.

Tomé otro sorbo de whisky y eche una visualizada. Era un ático, donde predominaba un color, con una gran terraza. Una cama enorme cubierta de sabanas y almohadones, un sillón individual grande. Un mueble, que seguramente escondía una tele o un aparato de música, o ambos artilugios a la vez. Luego una puerta que supuse seria el baño. Todo eso a mano derecha. A mi izquierda la continuación de la terraza, una pared , algo que sobresalía de ella, no se distinguía y un poco más alejada una barra americana con dos taburetes que acomodaba una pequeña cocina ,luego la puerta de salida. Y todo en negro…el color de la oscuridad, lo perverso, el mal, la muerte, el luto por el dolor de una gran perdida y el propio dolor en sí mismo.

Me bebí de un trago lo que quedaba en el vaso y lo deje en una pequeña mesa de cristal negro que había al lado del sillón, junto al cenicero y tabaco.

— ¿Quién coño eres y que hago aquí?

— Quien soy no importa, poli.

— ¿Cómo sabes mi apodo?

—Tú y tus preguntas, Butch.

—Cabrón.

—Lo soy y te he traído aquí porque voy a tentarte con el pecado, con cruzar la puerta del infierno y pasar una velada con el diablo.

— ¿Me propones un juego Satán?

— Uno doloroso para ti, placentero para mí. Con mis reglas y ese no es mi nombre, pero me pone que me llames así…Satán.

— Haber si lo entendí bien…me propones, cruzar el umbral y pasar a la sala del infierno a jugar un juego con tus reglas y doloroso para mí, pero placentero para ti…es eso correcto — no pregunte, asentí.

—Eso es, poli.

— ¿Por?... ¿Para?...o ¿Por qué?

—Porque tú lo deseas, porque te pica la curiosidad desde que esos rumores llegaron a tus oídos, porque te preguntas como será. Porque quieres saber que se siente o que sentirá él cuando lo hace… ¿necesitas un porque más?

Pase mis manos por el pelo y las cruce detrás de mi cabeza, negando. Mire hacia donde esa voz cavernosa había sonado.

—No tengo ni puta idea de lo que me hablas.

—Si lo sabes, pero te atenaza el miedo, poli y te sigues engañando a ti mismo como un miserable.

—Vete a la puta mierda.

—¡¡¡COBARDE!!!

Ahí estaba la puta palabrita que a mí me enervaba los nervios y sacaba mi parte inconsciente y kamikaze a pasear, además de poner en marchar mi lengua que siempre tenía vida propia.

—Cobarde, tu puto padre.

La risa ronca, volvió a sonar.

— ¿Jugamos poli?

— Juguemos, pero espera un momento.

Me saque la cruz y la guarde en mi vaquero.

—No quieres que tu Dios, sepa lo pecador que eres y como te gusta la lujuria.

—Deja a mi Dios en paz.

—Ilusos humanos que os agarráis a una fe inexistente y opaca. A un Dios que no os hace caso, cuando le pedís ayuda… ¿tan ocupado anda?

— ¿Vamos hablar de mi fe o a jugar?

De repente una mano fría, grande y morena, agarro una mía haciendo un corte ancho, largo y profundo en mi mano y en la suya con una hermosa daga. Las juntos y las apretó haciendo que siseara, sentí como nuestras sangres se mezclaban…menos mal que estos seres eran inmunes a las enfermedades de trasmisión de sangre, si no iba a estar jodido.

—Tenemos un trato poli y sé que eres un macho de palabra.

—No me voy a rajar si es lo que temes.

—Recuerda, un trato es un trato y ya veremos si piensas igual cuando te muestre una parte de mi ático que aún no has visto.

Separo las manos y paso su lengua por mi palma, cerrando la herida que chorreaba sangre y produciéndome un escalofrió que recorrió mi espina dorsal… Me hizo girarme y de nuevo una a una varias velas negras iban dando luz a un habitáculo que estaba tapado según entrabas por una pared negra a mano derecha y…

—Santamadredediostodopoderosolibramedelmalydelpecado…amén.

Trague saliva y parpadee varias veces, sin despegar la vista de lo que las velas dejaban ver.

— ¿Qué coño es esto?

—El infierno, poli.











































No hay comentarios:

Publicar un comentario